Escritos en Cadena [Act. Colectiva]

Tema en 'Actividades y Concursos finalizados' iniciado por Kai, 24 Agosto 2012.

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    Kai

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    Escritos en cadena
    ¿Has escuchado alguna vez que la unión hace la fuerza?
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    Ésa sensación que te da de cuando escribes algo y te bloqueas, pero sabes que alguien más podrá terminar lo que deseabas trazar. Dándole el giro indicado, que conozca a los personajes, y la vez sepa el qué, cómo, cuándo, dónde y porqué. ¡Me alegra que sientas eso! Por ello esta actividad de tiempo real.

    Una donde se dejarán escritos de doscientas (200) a quinientas (500) palabras, publicados directamente aquí, posteados en la discusión y dentro de un spoiler.

    ¿Sobre qué?

    Si la actividad fuese dejar un escrito de lo que fuera, el asunto sería fácil y no se los dejaré fácil. El título no es por puro capricho, la idea es ensamblar todos los escritos en un solo y realizar una historia con numerosos autores en tiempo real, un colectivo gigante.

    ¿Cómo?

    Para hacer el asunto más entretenido y no sencillo para el primero que vaya a participar, yo dejaré el primer escrito, considerado también como “primer capítulo” o “prólogo”. Luego de ello dejaré una palabra que no tenga nada que ver con lo que escribí, el primer participante usará ésa palabra y armará a base de esta (o ya sea mencionándola), su capítulo. Sin perder la idea de lo que antes se escribió; luego esta persona dejará también una palabra que nada tenga que ver. Y así sucesivamente hasta llegar a 30 capítulos en total (dejando aparte el que he dejado).

    Se aconseja que:

    Mantengan la coherencia entre escrito y escrito, no es que se inventen varios personajes de la nada, sino que mantengan los mismos que vayan creando, y así mismo con las situaciones que se susciten.

    Son escritos cortos por lo que deben de estar conscientes de lo que vayan a escribir en ellos.

    No llenen fichas ni digan que se “inscriben”, la única inscripción que cuenta es cuando ya dejan su escrito en spoiler y la palabra, de allí es que la otra persona puede partir.

    No se sorprendan si alguien se les adelanta al publicar, es normal que pase, por ello aprovechen a ésa inspiración momentánea, es la que más les va a ayudar.

    Pueden participar hasta dos veces, no de forma consecutiva claro está, se debe espera un mínimo de 4 participantes luego de lo que dejaron para hacerlo de nuevo. Por lo que, apuren ésas manitas los que aún no dejen nada, que se les puede acabar la oportunidad.

    Aspectos a tener en cuenta:

    Coherencia: es lo básico para poder tener una historia entre tantas personas.

    Originalidad: la necesaria para darle un giro a la historia, para mantenerla y buscarle solución.

    Trama: ése detalle que deben de mantener durante el relato, las situaciones entre los personajes, a ellos mismos.

    Aclaro que la historia irá desde cero, desde los personajes hasta la trama en sí. No habrá sinopsis que seguir, sólo leer lo que ya llevan y seguir con lo mismo. Para que no estén tan perdidos, sólo dejaré el primer capítulo, o prólogo, como lo decidan ver, este no definirá la historia. Ustedes lo harán.

    De forma general: mantener la cantidad de palabras (si es posible dejar la misma entre paréntesis). No yuri/yaoi/lemon. Aten sus lenguas de troll. Evitemos el spam, duda a mi perfil, gracias.

    La actividad dura dos meses, o hasta que se lleguen a los treinta capítulos.

    Nota: Este es el tag del spoiler, sólo quiten los asteriscos: [spoiler*][*/spoiler]


    Sin nada más que decirles:¡unan ideas, y creen el primer colectivo gigante de FFL!
    Verán que le van a coger gusto a este tipo de fic’s
     
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    Kai

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    Prólogo

    Los hombres de traje negro los esperaban en la puerta de la limosina. Altos, mirando a la nada pero a la vez todo. Suspiraron, no podían seguir así, no lo soportarían. La chica de vestido violeta sonrió falsamente en cuanto le abrieron la puerta, se acomodó allí y le dio paso a su hermano, el cual volteó los ojos con fastidio. La botella de vino estaba enfriándose en la cubeta de hielo, la cesta de regalos estaba al lado de su hermana, mientras ella buscaba un cigarrillo en su cartera.

    ―Te pedí que dejaras de fumar ―recordó él al tratar de quitarle el cigarro.

    ―Y tú dijiste que dejarías la bebida. ―Encendió el objeto lleno de nicotina cuando él se replegó en su asiento, con una mueca.

    Le llamaron por el intercomunicador, y al ver que la chica no se acercaba al aparato él atendió.

    ―¿Sí? ―dijo al saber que era su chófer quien hablaba.

    ―¿Al mismo sitio de los sábados, jóvenes? ―indagó el hombre.

    ―Así es Frank ―aseguró el chico de negros ojos.

    Volvió a sentarse y agarró con decisión la botella de vino, acercó su mano al botón que bajaba el vidrio pero no pudo hacerlo. Soltó el aire que había retenido y buscó una copa y le sacó el corcho. Dejaría la bebida otro día, decidió.

    ―Nunca rechazas ir allá los sábanos Marty. ―La ceniza del cigarro cayó lentamente al suelo.

    ―Tu tampoco Claire ―sonrió al decirlo, bebió del dulce néctar, y así mismo observó cuando su hermana abría sus marrones ojos, curvando sus labios en una leve sonrisa.

    ―Cierto ―aseguró ella.

    Los sábados eran, sin lugar a dudas, cuando de verdad podían ser ellos. Brindaron cuando la elegante limusina emprendió la marcha.

    ******
    Allí tienen su prólogo. Espero puedan manejarlo ; )
    N° de palabras: 286
    Primera Palabra: Elefante
     
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    Lotoamarillo

    Lotoamarillo Iniciado

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    Tras una hora aproximadamente, Claire sonrió mientras divisaba en el horizonte una carpa de grandes proporciones.

    —¿Cómo hemos cogido la rutina de venir a este lugar? —se preguntaba mientras apagaba su décimo cigarro de la noche.

    —Porque Nueces te gustó desde la primera vez que le viste —respondió Marty un tanto ebrio por el alcohol.

    —Eso es normal, sabes que de pequeña siempre me han gustado los elefantes —comentó contenta Claire—. ¿No te acuerdas?

    Claire sentía una fuerte atracción hacia dichos animales desde la tierna edad de cuatro años. Los dibujaba en todas partes, hablaba todo el rato de ellos y en repetidas ocasiones le pidió a su padre adoptivo que comprara uno para criarlo en su extenso jardín.

    Al detenerse la limusina, Claire salió a toda velocidad y se adentró en el interior de la carpa.

    —¡Hola Nueces! —exclamó mientras se acercaba al animal y le acariciaba suavemente la trompa—. ¿Has extrañado mi ausencia?

    —Dudo que un elefante necesite que alguien tan obsesiva como tú le visite semanalmente. —Marty siempre que veía la forma de hablar de su hermana con el elefante se sorprendía con la alegría que desbordaba—. Este circo necesita una reforma urgente por lo que parece.


    Nº de palabras: 203
    Segunda palabra: Barco
     
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    Lexa

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    — ¿Tu crees? — preguntó Claire, mientras acariciaba la larga trompa del animal.

    — Obviamente — respondió irónicamente el hermano.

    Unos tres años llevaba el circo en la gran cuidad, pero lastimosamente el cambio que urgentemente necesitaba, no llegaba.

    — Podemos hablar con los dueños y así ofrecerles ideas, ¿qué dices? — le preguntó Claire a su hermano.

    — Podemos hacerlo, pero el problema es que ellos no tienen dinero suficiente para una reforma— aclaró Marty, apagando las esperanza de su hermana.

    — Podemos hablar con papá— sugirió ella.

    — Eso es perder el tiempo, sabes muy bien que él nunca nos daría dinero para invertir en este circo.

    — Tienes razón— dijo la menor desilusionada — Papá odia este circo y lo peor es que aún no logro entender el ¿por qué? — comentó Claire mientras clavaba sus ojos con una chispa de tristeza en Nueces.

    Los hermanos pensaban en una posible solución para así ayudar a tan preciado circo para ellos, pasaron unos minutos hasta que una gran idea, para la hermana, cruzo por su cabeza.

    — ¡Tengo una idea! — exclamó Claire contenta — Podemos vender tu barco— le dijo al hermano con cierta esperanza en sus palabras.

    Ante esas palabras una mueca de disgusto se reflejo en el rostro del mayor.

    — ¿Estás loca? Eso nunca, es mi barco— le habló con un tono posesivo.

    — Oh vamos Marty, no seas egoísta, hace años que no le das utilización, solo ocupa un espacio más en el muelle— le dijo la hermana convencida de sus palabras, mientras le daba de comer a Nueces.

    — ¡No! Es mi barco, me lo regalo mi tío Erick cuando cumplí los dieciocho, no lo pienso poner a la venta— habló Marty molesto ante la idea, para el, tan absurda de su hermana.

    — La gente pagaría buen dinero por el, no seas egoísta y piénsalo, a ti también te encanta este circo— le habló ella, tratando de convencerlo.

    — No me interesa — el mayor habló molesto, dándose vuelta, dejando a su hermana sola con el elefante.

    Claire rodo sus ojos, y soltó un bufido de molestia ante las palabras de su hermano mayor, Marty cuando se lo proponía podía llegar a ser muy egoísta y posesivo.


    Nº de palabras: 355
    Tercera palabra: Espejo.
     
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    Kei

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    Bueno, sigues siendo muy egoísta con lo que ocurre en tu entorno Claire habló mientras terminaba de acariciar al mamífero y soltaba un suspiro.

    Tú no eres precisamente una Santa. -dijo el hermano con indiferencia y bebía un poco del liquido alcohólico que tenía en su copa. Miró de reojo a su hermana y esta se encontraba viéndose en el espejo, mientras acomodaba su rubio cabello.

    Narcisista, egoísta, coda, parlanchina, molesta... El hermano comenzó a enumerar unas de las tantas "cualidades" que había conocido de su hermana. Me pregunto cuándo Frederick se cansará de ti.

    La joven lo miró con detenimiento unos segundos y después siguió visualizándose en el espejo.

    Soy para él un ángel, Marty. Asi que cierra la boca.

    Ambos se miraron con los ojos entrecerrados hasta que uno de ellos soltó una carcajada. El sonido de la puerta siendo tocada era para indicar su señal.

    Empezaron a desvestirse y se pusieron su nuevo vestuario. Colocaron antifaces en sus ojos y salieron a dar un excelente espectáculo.
    Sí, se encontraban en el lugar que en el que podían ser ellos mismos.

    Juntar dinero para que el circo siguiera existiendo no era nada fácil. Si no contaban con la aprobación de su padre para poder mantenerlo, lo harían ellos mismos con el sudor de su frente.

    Fuera de estas carpas eran los hermanos más caprichosos del mundo. Dentro de ellas, eran tan solo "Rash".


    Palabras: 236
    Cuarta palabra: Telescopio.
     
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    solefab

    solefab Iniciado

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    La función había terminado. Los dos jóvenes estaban empapados de sudor de tanto esfuerzo, pero en sus rostros tenían una sonrisa de par en par, satisfechos con lo que habían hecho.

    —Dejamos eufóricos al público― dice Maty sonriendo mientras se cambia rápidamente sus ropas.
    —¡Vaya! se nota que el alcohol no es lo único que te hace sonreír. Contesta su hermana entre risas.
    —Déja tus burlas para otro día y apúrate, debemos volver antes de que alguien nos reconozca.

    La mirada de Claire cambió por completo. Toda la alegría que había acumulado en el espectáculo se iba a esfumar nuevamente. Se despidieron de su amigo nueces y luego los hermanos se vistieron rápidamente y subieron a la limosina que los estaba esperando.

    —No debemos dejar que nadie sepa lo que hacemos aquí― dice Marty mientras agarra nuevamente su copa y la llena de alcohol.
    —Lo se, lo sé. Toda la escuela se burlaría de nosotros, pasaríamos de ser populares a ser el hazmerreir de todo el mundo.

    Las lágrimas que brotan del rostro de Claire conmueven a Marty quien hace un intento de consolarla apoyando sus manos en su hombro pero se arrepiente.
    —Tranquila―dice mientras mira a un lado para que ella no note su preocupación—esta noche hay muchas estrellas en el cielo, podrás usar el nuevo telescopio que te regalaron y olvidar el tema por lo menos por hoy

    Palabras 261
    Quinta palabra: Trofeo
     
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    Delirium

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    Aries
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    Regresaron con sigilo a la limusina y comenzaron el retorno. Frank, como siempre, se mantuvo en silencio todo el trayecto, sin embargo los dos hermanos lo acompañaron por ésta vez, cada uno distraído en sus propios pensamientos.
    Claire miraba con fijeza el líquido violeta que apenas se balanceaba de la pequeña mesita frente a ellos, esperando que en cualquier momento el delicado cristal rodara hasta sus pies, pero seguía -pese a que los caminos de tierra zarandeaban el auto constantemente- permaneciendo allí, esperando los cálidos labios de Nico -el verdadero nombre de Marty, hasta que su padrastro decidiera que debía borrar hasta el más mínimo lazo que los uniera a su progenitor. Por un momento se dejó llevar por el recuerdo de cuando, a la orilla de la desesperación, fue tan atrayente como una copa rebosante de vino para su hermano, y se acercó con la misma lentitud con la que prueba un licor ajeno a sus conocimientos, bebiéndola con sutileza hasta el fondo. Cerró los ojos cuando sintió, desde un mordaz rincón de su memoria, el ligero toque de aquellos dedos tan finos. Los abrió justo antes de que la evocación se deslizara debajo de su ombligo. Se contuvo de gritar tan alto como pudiera, como deseara, porque compartiera la sangre con la única persona que sería capaz de ver la masa palpitante, negra y sanguinolenta, que habitaba su pecho y, aún así, seguir amándola, tanto o quizá más de lo que ella lo amaba a él. Pero eran hermanos, hermanos...​
    El paisaje fuera del vehículo resultaba odiosamente repetitivo para Nico, y preferiría no prestarle atención jamás, para evitar la añoranza que reptaba desde su interior, pero esta vez, se sentía atrapado y casi ahogándose, por lo que decidió deslizar su intranquilidad por las rendijas de la ventanilla. Algo raro le sucedía, a él, al aire, al corto espacio que lo separaba de su hermana. Quizá verla tan concentrada en su bebida, ignorando incluso los cigarrillos blancos de marca que ella tanto adoraba, lo dejó desconcertado, y fue lo que le recordó la profunda herida que guardaba dentro de sí por saberse tan despreciable. Aquel día, cuando Valentín, su padrastro, utilizó a Liz como su trofeo en la fiesta de gala para hombres excesivamente viles, y la usó una y otra vez frente a ávidos espectadores incapaces de esconder su honda perturbación, no pudo controlarse y la abrazó durante horas, hasta que repentinamente, se fijó de las pequeñas gotas brillantes pegadas a sus pestañas, iluminando los iris grises dentro de aquel rostro tan perfectamente cincelado, encima de aquellos labios de terciopelo. Y fue cuando se dio cuenta que la necesidad de estar cerca de ella sería eterna e insaciable, porque para él, Liz, más que su hermana, era su compañera.​
    El hecho de que el circo fuera la única cosa por la que sacrificaran un poco de ellos mismos no era únicamente por Nueces, sino porque era el único recuerdo que les quedaba de su verdadero padre, aparte de los nombres que debían esconder de la sociedad y todo aquel que se acercara aunque sea un poco a los límites de su privacidad. Para Nico, Liz lo era todo, y para Liz, también Nico.​
    A lo lejos, se veía ya la silueta del negro castillo en el que vivían apresados.

    Palabras: 536
    Sexta palabra: Daga
     
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    denniz

    denniz Iniciado

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    Séptima palabra: Desierto
    —De vuelta a la prisión de nuestros sentimientos— musitó la chica
    —Saldremos el próximo sábado— le recordó él
    —Eso es dentro de una semana— chilló Liz tristemente
    —Pero será pronto— dijo Nico —Es mejor que estar encerrados—
    Liz guardó silencio y bajó la mirada a sus manos, y de ahí a sus pies, entonces al suelo.
    —¡No!— El alarido de Liz fue tal que Nico la miró enseguida y después siguió su mirada —¡No!— En el suelo estaba aquella daga que habían usado tiempo atrás, más una nota.
    —Creí que la habíamos enterrado— susurró Nico
    —Toma la nota— pidió Liz, sin poder hacerlo ella.
    —Bien, bien, clámate— pidió Nico recogiendo la nota:

    No comiences lo que no puedes terminar.
    Una guerra que esta poco a la par.
    Si no me encuentran, os voy a matar.
    Y si lo hacen… nos podemos enfrentar.
    Tienen treinta días para encontrar el cuerpo de… hum… ya saben quién… o con esta daga os voy a eliminar.
     
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    Reding Wings

    Reding Wings Play, read, write and have fun.

    Tauro
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    Liz se asustó mucho, no podía creer lo que acababa de escuchar ¿Quién sabía su secreto…? Ella estaba segura de que ninguno de los dos se lo había contado a nadie, no tenía sentido.

    Tendremos que ir a buscarlo… – Decía Nico en tono casi lúgubre interrumpiendo los pensamientos atropellados de la muchacha.

    ¡No!, por fin podíamos tener una vida en paz, ¡Por fin podíamos…! – No pudo terminar su frase porque estalló en lágrimas cayendo al suelo.

    ¡¿Y tú crees que no lo sé?! ¡Pero escúchame, no tenemos otra opción! Si lo que dice esta carta es verdad, si es que llega a ser verdad, toda nuestra vida se desmoronará por completo, al menos así tenemos una pequeña posibilidad de seguir con esta vida pacífica. En el instante en que Nico terminó de decir aquello, Liz se secó las lágrimas, se acomodó el cabello, y se levantó del piso, en ese momento, su mente se aclaró.

    Tienes razón, tendremos que ir a buscar el cuerpo.

    Pero… – Nico dudaba – ¿Dónde lo habrán metido esos criminales del desierto a los que le pagamos para que lo escondieran?

    No lo sé, ya todo esto es demasiado confuso, pero sólo hay una cosa que podemos hacer por el momento: ¡Tendremos que ir a buscarlos! – Dijo Liz dando por terminada la conversación.

    Tres días después ya estaban listos: tenían suficiente comida y bebida como para alimentar a un ejército, ya le habían dicho una muy buena excusa a su padrastro para que les preste algo de dinero, tenían a su fiel mayordomo, y se habían despedido de sus seres queridos como si nunca los fuesen a volver a ver; éstos no entendieron este comportamiento, pero no reclamaron nada.

    ¡Por fin preparamos todo! – Exclamó Liz, de la manera que tanto le gustaba a Nico: como tratando de calmar las cosas, muy a su manera.
    Palabras: 305​
    Octava palabra: Caballero​
     
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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Para kagome: Delirium hablo de que ellos se encontraban con su padrastro por lo que supongo que no conviven con su "padre" (tomando en cuenta que fue el padrastro quien les cambio el nombre es él quien los tiene bajo su cuidado)

    Palabras: 423

    —No entiendo para que desperdiciamos el tiempo en ir a despedirnos del elefante. Tenemos otras prioridades— se quejaba Nico de mala gana caminando detrás de su hermana Liz, la cual corría emocionada al establo donde se encontraba Nueces.

    —Solo quiero asegurarme de que estará bien durante nuestra ausencia— le contesto Liz mientras se disponía a alimentarle.

    —Haz lo que quieras, pero no te tardes mucho. Aprovechare para avisarle al jefe del viaje— le aviso saliendo del pequeño establo sin esperar respuesta de su hermana, cuando se juntaba con Nueces ella solo tenía ojos para él. Al no encontrarlo en su oficina, que era una de las tantas casas móviles que había en la parte trasera del circo se adentro a éste suponiendo que se encontraría entrenando o asegurándose que las instalaciones se encontraran bien.

    Sin embargo, al entrar se entretuvo con otra cosa, la música suave rezumbaba por la estancia y en el centro, las telas azules estaba tensas soportando el peso de Scarlet, la hija del jefe y uno de los tantos motivos por el cual quería salvar este lugar, haciéndolo incluso considerar la sugerencia de su hermana de vender su barco. La morena enrollo la tela en su cintura para hacer uno de esos movimientos especiales en su dance aérea que tanto fascinaba a la gente, se dejo caer dando vueltas y terminando boca abajo sujeta de la tela únicamente de su pantorrilla derecha. Nico siempre juraba que se soltaría en esos momentos, el corazón se le detenía por segundos pero de alguna forma ella siempre lograba sostenerse.

    Reacciono, tenía que encontrar al jefe así que continuo el paso cuando escucho el ruido de la tela desgarrándose seguido del grito de Scarlet. De inmediato corrió hacia ella llegando a tiempo para sostenerla, tomo su cabeza, la escondió en su pecho y giro para que no la golpearan los barrotes de metal que se habían salido debido al desequilibrio repentino. La música siguió sonando, el metal chocando rezumbo y se quedaron inmóviles durante un tiempo.

    —¿Estás bien?— le preguntó Nico tratando de mantenerse inexpresivo.

    —S-Si, gracias Marty, me has salvado— le dijo la chica. La ayudo a levantarse y la acompaño a su camerino. De regreso, una piedra lo golpea en la frente con fuerzo conmocionándolo por un momento, observa a su alrededor y no ve a nadie, luego se fija en la piedra y ve que hay un papel pegado en ella.

    “Muy bien, estás hecho todo un caballero. Veremos de qué tanto te servirá en el futuro. Los estamos vigilando”.


    Novena palabra: Veneno​
     
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  11.  
    Kai

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    Como mi inter anda gay, paso por el tema a recordar este punto:
    Claro que, si pasa más tiempo, me veré obligada a que participen hasta que se acabe el cupo de capítulos, hay que terminar, doy más tiempo, lo que sea :C
     
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  12.  
    Firwe

    Firwe Entusiasta

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    Nº de Palabras: 293.
    Décima Palabra: Bosque.

    —Primero y ante todo, necesito saber de dónde salió la piedra. —Reclamaba Liz, a Scarlet. Las dos se encontraban en el camerino de ésta última, acompañados por el jefe del circo, y un Nico que, recostado sobre una cama, se apretaba la cabeza con una bolsa de hielo, muy dolorido.

    —No lo sé, no lo vi. —Respondió la chica, nerviosa, sentada al lado del joven muchacho, aún algo aturdida por su caída anterior.
    —¿Qué significa la nota? —Irrumpió el hombre con su firme voz.
    Liz se mantuvo en silencio por unos segundos, no era muy buena inventando excusas. Si bien tenía una vaga idea de quién era esa persona que “los vigilaba”, no podía decir nada relacionado a ello. Poco antes que su actitud se tornara sospechoso, Nico habló, salvándola.
    —¿Qué decía la nota exactamente? —
    Se la leyeron en voz alta.
    —Debe ser… —Comenzó él. —Uno de los chicos que tiene problemas conmigo. Son los hijos de unos amigos de mi padrastro; son mala gente. —
    —¿Y por qué tienes problemas con ellos? ¿Cómo saben que estabas en este lugar, si se supone es un secreto? —Cuestionaba el jefe, preocupado por la seguridad de su circo.
    —¡No lo sé, es solo una suposición! —Exclamó con furia, cerrando los ojos. —Un día los golpee mucho, trataron de matar un perro envenenándolo con esas cosas que se usan para matar cucarachas. —
    Liz se calmó al oír tales palabras. Por un lado estaba feliz de haber podido escapar de los cuestionamientos del hombre, pero por otro, enojada por esa capacidad de su hermano que ella tanto odiaba, ese don natural para mentir y engañar.

    Pasados algunos minutos y cuando Nico se sintió mejor, los hermanos decidieron que ya era momento de partir.
     
  13.  
    Fushimi Natsu

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    ―Lo mejor será darse prisa ―comentó Nico una vez salieron del circo, emprendiendo la marcha hacia el auto que los esperaba con el fiel Frank―. Ya van dos notas y nosotros ni idea de dónde buscar.
    Liz lo siguió en silencio, rememorando las palabras escritas en el último trozo de papel. Los estamos vigilando. Instintivamente su mirada se dirige hacia el lugar que dejaban a sus espaldas, ese que, aunque sólo fuera por una vez a la semana, era como un verdadero hogar para ellos y tan sólo pensar en el tiempo en que se ausentarían…
    Sus pensamientos se vieron interrumpidos bruscamente cuando su hermano la incitó apremiante a subir al coche. Se lo veía tenso pero ella no dijo nada al respecto. ¿Para qué? Comprendía a la perfección el motivo de su nerviosismo y sin perder más tiempo, entraron en la limusina la cual no tardó en arrancar en medio de la noche.
    Nico tomó una copa y ya estaba a punto de servirse de su tan preciado vino cuando Liz le llamó la atención con sus palabras.
    ―¿Cómo dices? ―le inquirió el muchacho, un tanto escéptico por la propuesta de su hermana―. ¿Estás segura?
    Ella suspiró mientras sus delgados y finos dedos tamborileaban sobre sus piernas, exasperada con la situación.
    ―¿Y por qué no? ―repuso ella a su vez, frunciendo ligeramente el ceño―. No perdemos nada en realidad.
    ―No estoy muy seguro. Esos tipos del desierto saben cómo cumplir un trato pero no son de fiar cuando uno se mete en su territorio. Ya has oído los rumores…
    ―¡Y por eso mismo! ―exclamó la joven para, acto seguido, tomar el intercomunicador y con una sonrisa, informarle a su chofer sobre su nuevo destino―. Frank, cambio de planes.
    Nico suspiró mientras oía cómo Liz le daba las indicaciones necesarias al conductor. Sopesó por unos momentos su idea, llegando a la conclusión que la muchacha quizás tuviera razón, pero de ahí a internarse en el bosque que lindaba el cementerio de la ciudad en mitad de la noche… Un mal presentimiento sentía sobre todo esto.

    N° de palabras: 345
    Undécima palabra: patrulla.
     
  14.  
    Delirium

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    Al llegar al cementerio, dieron un brusco giro y se internaron en un estrecho camino de tierra por el bosque; el auto parecía vibrar junto a ellos, ocultando el creciente nerviosismo que los embargaba al estar tan cerca de averiguar ciertas cosas... o que les desgarraran las entrañas.
    Nico no podía despegar la mirada de los árboles, y la voz de su padre resonaba en alguna parte de sus recuerdos "¿Me escuchas? Jamás, jamás entres ahí", como si intentara abrirse paso a través de aquella maleza y arrastrarlo hacia casa. Pero ya no había casa a la que regresar, y el único hogar que conocía estaba a su lado. Deslizó con suavidad sus dedos por el terciopelo y abrazó la helada mano de Liz con la suya. Liz se acercó a su pecho y se recostó en él. Aún sin verla, entendía perfectamente que estaba sofocando su temor para mantenerse firme, pero seguramente también escuchaba los reproches de una voz muerta. Pero estaba bien. La última vez que pasó algo parecido tuvo un ataque de histeria y lloró toda la noche, firmemente enlazada a cada centímetro de su cuerpo. Mientras más se acercaban a una patrulla aparentemente vacía al final de la senda, el trémulo cuerpo de Liz comenzó a convulsionarse. Nico la rodeó con sus brazos y comenzó a susurrar las primeras estrofas de una canción infantil que su padre les cantaba cuando ellos le preguntaban por mamá; conforme se aproximaban, el tenue sonido se convirtió en una clara, pero delicada entonación. Justo ahí, donde el olor de la muerte invadía sus sentidos, Nico cantó.

    Liz suspiró aliviada. Ya no se sentía intranquila, sino melancólica y, extrañamente feliz. Era la primera vez que él lo hacía, después de demasiados años de doloroso silencio. Si iban a morir no estaba tan mal, de todas formas estaban perdidos si no conseguían que los del desierto los ayudaran, y si lo hacían, seguramente tendrían un precio muy alto, que dudaba pudiera pagarse con el repugnante dinero de su padrastro.

    Frank se detuvo un instante para hablar con un hombre escondido entre las sombras de la patrulla y siguieron avanzando hasta una pequeña cueva, en la que seguramente tendrían que ir a pie.

    Justo antes de salir del auto, atrapó el rostro de Nico con su palma y lo atrajo hacia el suyo si era el fin, pues iba a ser uno como ella quería—, y lo besó hasta casi arrancarle los labios. Al separarse repentinamente, le sonrió a la mueca de decepción de su hermano; a estas alturas, le importaba un comino que tuviera su misma sangre.

    Salieron a la oscuridad, justo para ver como la limusina desaparecía en los arbustos, ocultándose de indiscretos. Adoptaron su usual comportamiento presuntuoso, sabiéndose observados, y se adentraron en la incertidumbre de aquellas paredes. Antes de darse cuenta, un golpe certero los sumió en la inconsciencia. Al despertar, se encontraron con los mismos ojos verdes que vieron a lado de su padre cuando les advirtió que no volvieran allí.

    Liz no pudo contener un sollozo de añoranza justo antes de que la volvieran a adormecer.


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  15.  
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    En DOS días más acaba la actividad por norma, no daré más chance. Quizás haga algo distinto luego. Ya estoy viendo cómo realizar premios, pero ya todos tienen su parte por participación, la historia tomó un rumbo interesante, pero no puedo hacer mucho más para presionar, lo que sí. Varias ideas son aprovechables desde acá :3
    Gracias de ante mano.
     
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