One-shot de Inuyasha - Dulce Tentación

Nota de la Autora: Hola a todos!!! Este es mi primer fanfic de Ranma, llevaba tiempo que no veía o leía Ranma, así que hoy me puse a ver un episodio para inspirarme "Una Navidad sin Ranma" deberían verlo, realmente es bueno -^^- ahora bien... en este fanfic la historia es en base al final del manga (no me gusta no basarme en las historias) así que si no lo han leído, habrá cosas que no entenderán del todo -^^- no es difícil, léanlo un poco, con que lean el último episodio, le entenderán a mi fanfic, también me gustaría decir que en el fanfic, hay una frase donde Akane dice "Tengo un Ranma" por si no lo sabían Ranma significa "Caballo Salvaje" lo entenderán mejor cuando lean el fanfic... por ahora me gustaría que leyeran este fanfic y me den su opinión, este fanfic no da más ^^ pero si ustedes me lo piden puedo hacer la versión de Akane y publicarla aquí mismo. Por ahora les dejo y les digo ¡VIVA EL ANIME! ¡VIVA RANMA!
Atte.
YokoHigurashi

Dulce Tentación​

Aún la recuerdo vestida de novia, ojala fuera más fácil expresar lo que siento por ella, ¿Por qué era un tonto? ¿Por qué era tan difícil?… Akane.
—Ranma… Ranma—esa era la voz de Kasumi llamándome desde la entrada de la casa, yo me encontraba en el techo del templo, viendo las nubes, para mí, tal vez, era la mejor forma de relajarme en ese momento, porque muchas cosas habían sucedido al final.
— ¿Qué pasa Kasumi?—dije bajando para apoyarme a su lado.
— ¿Sabes que mañana es el cumpleaños de Akane?—dijo ante mi sorpresa, yo lo había prácticamente olvidado por completo—necesito algunas cosas para mañana, me gustaría las pudieras conseguir para preparar lo necesario—dijo mientras me daba una lista en la mano.
— ¿Y qué pasa con los demás?— pregunté algo enojado, ¿Por qué de entre todas las personas tenía que ser yo? Aún así, tampoco era capaz de negarle algo a Kasumi.
—Papá y el tío Genma han salido de viaje después de los incidentes de la boda, parece que les será muy difícil llegar mañana— decía Kasumi con una cara preocupada— Nabiki dijo que iría a hacer unos negocios y ella no regresará hasta dentro de una semana— decía mientras yo empezaba a sorprenderme, casi podía imaginar a Nabiki haciendo sus trampas con tal de ganar dinero— y el maestro Happosai, pues no hemos sabido nada de él, desde hace un tiempo— dijo Kasumi con una sonrisa, como si agradeciera que él no se encontrara en el cumpleaños de Akane, aunque siendo sincero ¿Quién no estaría feliz de su ausencia?
—Entonces…— dije algo dudoso, mientras guardaba aquella lista en mi bolsillo— ¿Solo tu yo festejaremos el cumpleaños de Akane?
—Lo siento Ranma—dijo mientras dulcemente se tocaba el rostro— eso tampoco me será posible, prometí a ayudarle al doctor Tofu con algunas cosas, tratare de llegar lo más pronto posible a casa, pero dudo llegar temprano, por eso quiero preparar todo lo necesario desde hoy— decía despreocupada, era como si nuevamente lo hubieran planeado— así que por favor Ranma, encárgate de Akane en nuestra ausencia.

Akane… mañana iba a ser tu cumpleaños ¿Qué debería regalarte? No sabía ni porque me preocupaba eso, aunque lo negara, la persona que más quería era a Akane, ahora vagaba entre las calles en camino a la tienda para comprar aquellas cosas para Kasumi.

Si lo pensaba detenidamente mientras avanzaba, Akane ahora debería ser mi esposa, pero el día de nuestra boda aún vagaba por mi mente, aquella imagen de todos contra todos, realmente que había sido un desastre.

También muchas cosas habían cambiado, en realidad solo quedaba Kuno quien seguía detrás de Akane, porque Ryoga se había rendido y había decidido estar con Akari, desde que anunciamos nuestra boda, nunca más lo volvimos a ver, aunque Akane a veces extraña a P-chan, pero creo que las cosas son mejor así.
— ¿Qué era lo que necesitaba?—dije llegando a la tienda, mientras sacaba de mi bolsillo aquella lista que me había otorgado Kasumi—mmm… a ver necesito— poco a poco iba tomando las cosas necesarias, que me había pedido Kasumi, para luego ir a pagarlas.
— Miren— es era la voz de Akane, que apenas la escuche, solo pude ocultarme ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles?
— ¿Qué pasa Akane? — decía una de sus amigas, mientras Akane se quedaba embobada viendo algo a través de una ventana de mostrador.
— ¿No se ve delicioso? — decía Akane realmente emocionada
— ¿Ese pastel? — decía una de las amigas de Akane— no tiene nada del otro mundo.
— Tal vez no, pero tengo tanta tentación de comer uno— decía con aquella dulce expresión en su rostro, como de una pequeña niña.
— ¡CUIDADO! — oí una voz desde arriba, y apenas alcance a voltear, vi como una abuela tiraba una cubeta de agua desde un 4º piso.
— ¡Aggg! ¿¡Qué no saben que pueden mojar a alguien!?- dije ahora convertido en una mujer, como odiaba tanto esa forma.
— ¿Ranma? — ¡Rayos había sido descubierto!
— Hola Akane— dije mientras trataba de disimular.
— ¿Qué haces aquí? — dijo tranquilamente.
— Kasumi me pidió que le comprara algunas cosas, pero parece que ahora están empapadas— y era cierto, por culpa de la gente que no puede tener cuidado al tirar agua.
— Pero parece todo está en empaque de plástico, así que todo estará bien— con una pequeña sonrisa en su cara decía eso, tratando de animarme.
— Bueno Akane— decía una de sus amigas— nosotras te dejamos con Ranma— y velozmente se fueron.
— Vamos— dije tratando de sonar lo más frio posible mientras caminaba sin atender del todo a Akane.
— Parece que mañana será un día pesado Ranma— en un intento desesperado de hacer conversación, eso era lo que me decía Akane.
— ¿En serio? — aún tratando de ser frío con ella, trataba de seguir su conversación.
— Mañana es mi cumpleaños Ranma— poniéndose velozmente enfrente de mí con una gran sonrisa en la cara y sus manos atrás.
— ¿En serio?… creo lo había olvidado— dije con un tono algo grosero, mientras Akane cambiaba su expresión de alegría por una de disgusto, ¿Por qué tenía que ser así?
— De todos modos no importa si no te acuerdas— decía tratando de fingir el hecho de que la había hecho enojar.
— ¿Y qué estabas haciendo? — dije tratando de cambiar de tema.
— Fui al cine con mis amigas, a ver una película nueva que acababa de salir
— ¿Cómo se llamaba? — era curiosos ver a Akane tan feliz al recordar algo.
— No creo que te importe Ranma, era una de esas típicas películas de amor— con una expresión algo molesta decía eso— en las que la chica está en peligro y el chico siempre va a rescatarla, y al final le dice que la ama, mientras terminan en un beso apasionado, esas películas que no te interesan.
— Si tienes razón, no me interesa— a veces los tramas de esas películas eran muy sencillas ¿Por qué las chicas gustaban de películas tan distintas que las de los chicos? — ¿Qué chico en la vida real haría eso?
— No lo sé— y con una expresión algo burlona Akane avanzaba— tal vez el chico que grito “¡Akane, no me dejes! ¡No de este modo!” — apenas dije eso me sonroje y me alegre un poco de ser mujer— o tal vez el que dijo “Lo siento mucho, Akane. Soy un torpe con las palabras…”— apenas empezó a decir eso, quería morirme.
— Espera… Akane… ¿Qué vas a…?
— “Hay tantas cosas que siempre he querido decirte…”—mientras caminaba más rápido y con un rostro más burlón, empezó a seguir completando lo que aquel día había dicho— “Pero nunca lo he conseguido, porque no he sido capaz de pronunciar esas palabras”
— ¡Oh no! ¡Cállate Akane! No digas más— empecé a perseguirla por la calle, mientras ella corrí velozmente.
­— “Una y otra vez… seguí tratando de decirte lo que sentía”
— Akane… te lo advierto, ¡Ya para!
— “Pero las palabras nunca fueron correctas, y de este modo solo conseguí molestarte y hacerte enfadar” — no entendía porque hacía eso, o porque yo a pesar de ser más rápido que ella, no era capaz de atraparla, era como si una parte de mi no quisiera hacerlo.
— Akane… ¡Rayos! Vamos… ¡Para!
— “Pero nunca te dije lo que realmente pretendía contarte” — decía mientras empezaba a reducir su velocidad— “¡Quería decirte que Te Quiero! ¡AKANEEE! — y en ese momento fue cuando paramos enfrente de la casa, yo estaba lleno del sudor, más por lo que había hecho Akane que por haber corrido todas esas cuadras— ese tipo de chico es el que dice esas cosas y no es parte de una película— decía con una sonrisa en su cara.
— Akane…— aún no podía entender ese sentimiento, el éxtasis de estar juntos, el estar enfadados por nada, sus sonrisa a veces molesta pero siempre agradable, era extraño sentirlo, aún no lo entendía del todo.
— Ranma… ¿Tú me quieres? — ¿A qué venía eso? ¿Qué debería responder? Tal vez esta vez, aunque solo por esta vez, debería intentar ser sincero.
— ¡RANMA! — pero algo siempre tiene que interrumpirme, mientras siento una bicicleta sobre mi cabeza— Nihao, Shampoo ha venido a pasar tiempo contigo mi lindo Ranma— y sentí como agua hirviendo recorría mi cuerpo, volviéndome a dar mi cuerpo de hombre.
— Shampoo… hola— decía nerviosamente, en realidad no quería estar con Shampoo en ese momento, yo quería… yo quería…
— Ranma— decía Akane furiosa— veo que estas muy ocupado, yo mejor me voy.
— ¿Qué? Akane… no— pero Shampoo me sujetaba ¿Qué debía hacer?

Fue difícil librarme de Shampoo, después de eso solo me senté nuevamente sobre el techo del templo, mañana sería el cumpleaños de Akane, ¿Cuántas cosas habíamos vivido ya? Era extraño ver hacía atrás y ver como el tiempo pasaba tan rápido, aún no sabía que regalarle, pero recordar su dulce rostro al ver aquel pastel me daba una idea, Kasumi haría un pastel de seguro, pero… ¿Cuál sería el pastel que quería Akane?

Entonces, a pesar de que era de noche, salí a vagar por ahí… quería ver que podía conseguir, o tal vez, solo quería distraer mi mente, vi cada parte de cada puesto y ahí estaba, aquella pastelería exhibiendo ese enorme pastel, era un pastel de napolitano por lo que pude ver, su primera capa era una hermosa capa de chocolate, intacta, su relleno consistía en fresa con vainilla con un pan de tres leches, era realmente un pastel delicioso.

Siendo hipnotizado por aquel sentimiento de querer ver la cara alegre de Akane, solo entre a aquella pastelería que estaba a punto de cerrar, era tan fuerte aquella dulce tentación de que Akane fuera realmente feliz el día de su cumpleaños, que sin darme cuenta había comprado un pequeño pastel de ese sabor.
— Desea ponerle algún adorno a este pastel— decía tranquilamente la señorita que me estaba atendiendo.
— ¿Cómo? — estaba confundido, era la primera vez que oía que en una pastelería ofrecían eso.
— No se extrañe señor— decía la señorita con una gran sonrisa en su rostro— lo que pasa es que pasa es que este pastel tiene una promoción especial, en la que el cliente puede escoger una de las siguiente figurillas sobre el pastel— decía mientras sacaba una caja llena de pequeña figuritas.
— Vaya… sí que son muchas— decía algo distraído, viendo cada figura que estaba en la caja.

Aquella delicada caja estaba ya un poco vacía, había un lindo corazón blanco, pero no podía escoger ese, ¿Qué pensaría Akane? También estaba una pequeña niña enojada, era demasiado graciosa, siendo sincero, le tenía cierta maña a escoger esa figura, pero estaba seguro que haría enojar a Akane de escogerla, así que seguía viendo, como quedaba un pequeño ángel blanco, pero era obvio que no era adecuado para la ocasión, en realidad, ninguna figura me convencía mucho.
— ¿Esto es todo lo que tienen? — decía tratando de ver si quedaba algo más.
— Lo siento señor, como este pastel está en promoción, muchos ya lo han comprado y se han llevado las mejores figurillas— fui ahí cuando me percate que en el piso, había algo pequeño de color negro.
— Disculpe… ¿Qué es eso que está tirado ahí? — dije mientras señalaba aquel pequeña cosas negra.
— O vaya… no puedo creer que no la haya visto— dijo la señorita mientras la levantaba— está es parte de kit de figurillas para el pastel— logre ver que se trataba de un caballo negro, un caballo que estaba de pie, de una manera salvaje e indomable.
— Quiero ese— dije casi inmediatamente.
— Esta bien señor— dijo la señorita mientras arreglaba el pastel— ¿Alguna dedicación?
— Si…— dije mientras pensaba que era lo adecuado, cualquier cosa podría ser mal parecida, pero era Akane— me gustaría que solo dijera feliz cumpleaños— y vi de una manera muy hábil como aquella señorita arreglaba aquel pastel.

Al momento que empaquetaron el pastel, era una caja color blanca, con un moño rojo, me preguntaba si a Akane le gustaría, solo podía vagar por ahí, hacía algo de frío, pero se sentía tan bien esa brisa, como rozaba mis mejillas, ya era de noche, podía ver claramente aquel cuarto menguante de la Luna, como si inclinaba un poco mi cabeza parecía una sonrisa.

¿Qué estaba haciendo tan noche? No lo sabía, solo sé que entre a la casa y guarde aquel pastel en el refrigerador, dejando una nota para Kasumi que decía “Por favor Kasumi, esconde esto de Akane, volveré para mañana antes de las cuatro” tenía que pensar muchas cosas, sabía que si estaba cerca de Akane posiblemente podría arruinar ese día, así que decidí faltar ese día a la escuela.

Pasé todo el día cerca del estanque viendo el cielo, había tantas cosas de las cuales aún sentía miedo, aún estaba decepcionado, yo ya nunca podría volver a ser normal ¿Podría estar ha lado de Akane en esas condiciones? A pesar de que ella dijera que no le importaba, ¿No llegaría a afectarnos? Si llegaríamos a tener hijos ¿Qué serían de ellos? Ni si quiera sabía porque me preguntaba todo eso, era tonto, parecía un chico estúpido de esas telenovelas que pasan en la televisión, no sabía que pasaba conmigo.

Era una amarga tentación querer estar con Akane, una que poco a poco se volvía cada vez más dulce, aquella dulce tentación, de ver a Akane sonreír de que todos pudiéramos festejar juntos, aquellos miedos e inseguridades que con el paso del tiempo se hacían más grandes, como quisiera a veces que esta maldición desapareciera para poder ser más sinceros con aquellos sentimientos en mi corazón.

Cuándo me di cuenta, me había quedado dormido, eso no era bueno, me había quedado dormido él día de cumpleaños de Akane, nuevamente era de noche, no sabía qué hacer, corrí a toda velocidad, tratando de llegar lo más pronto posible a casa, ¿Cómo estaría Akane? ¿Estaría bien? ¿Por qué tenía que ser tan estúpido?

Cuando llegue, todo estaba apagado, ella estaba sentada enfrente de la mesa, podía oír claramente como lloraba, realmente me sentía estúpido, ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía decirle?
— Esto… Akane…— dije tratando de ver si podía lograr algo.
— ¿Ranma? — dijo con un tono algo dulce— ¿¡Qué haces aquí!? ¡LARGATE!
— Pero…
— ¡LARGATE!
— Yo…
— ¡VETE! — decía con su voz cada vez más quebrada— No entiendes que… no quiero verte— en ese momento ya no pude soportarlo, y en un impulso solo la agarre del brazo y uní sus labios a los míos.
— Ya no quería que lloraras— decía mientras me sonrojaba— creo ya lo habías oído antes, pero… ya no puedo conmigo mismo Akane, yo te… yo te… ¡QUIERO AKANE!
— Ranma…— ella nuevamente volvió a soltar en llanto— pensé que no te importaba mi cumpleaños— en ese momento recordando lo que había hecho la noche anterior, y esperando que Kasumi hubiera guardado.

Ahí estaba, intacto, aquel pastel que ayer había sacado aquella inocente sonrisa, quería ver si una vez más podía ver esa hermosa sonrisa, aquella sonrisa que provocaba en mi aquella extraña sensación, aquel pastel quería ver que podía provocar.
— Este es tu regalo de cumpleaños de mi parte Akane— dije mientras lo ponía en la mesa— aún no comemos, pero… me gustaría que lo vieras, será nuestro pequeño secreto y para mañana fingiremos que nada de esto ha pasado.
— Ranma… yo— decía mientras desenvolvía aquel pastel- ¿Cómo supiste?
— Ayer vi como admirabas este pastel y pensé que te agradaría comerlo— y viendo aquel caballo Akane me miro fijamente a los ojos con una sonrisa casi llorosa en la cara.
— Gracias, ahora tengo un “Ranma” — decía mientras sujetaba aquel caballo en su mano izquierda y con la otra sujetaba la mía, y yo inevitablemente me sonrojaba.

Esa fue una noche encantadora, tal vez las cosas del futuro no serían del todo buenas, tal vez nuestro compromiso al inicio era un desastre y una mala sensación, pero ver a Akane comer aquel pastel con esa sonrisa en su cara, estar cerca de ella en este momento, en ere día, era algo que no podría cambiar nunca, porque a pesar de todo, a pesar de cada mal momento, de los sentimientos de cada persona, y de aquellos que se oponían a lo nuestro, como aquellos que lo apoyaban, no importaban, porque lo cierto era que yo la quería, la quería conmigo, quería ser normal, pero más que aquella normalidad, quería ser capaz de disfrutar aquella dulce… Dulce Tentación de verla sin poder ser sincero totalmente con ella.

Akane… Te quiero.