Mi querida primita fanatica de tantos libros de fantasía me la pase leyendo y leyendo muchos para hacer un escrito para ti ps ya salio siiiiiiiiiiii ojala, te guste Dioses del hielo En el norte de las tierras cubiertas la nieve mas haya de la tierra de los osos polares reinan y valiente el hombre cultiva la tierra, sus escudos de armas y se ven colgar en sus paredes recordando los tiempos en los que se alzaron en batallas por la libertad de sus amos los señores del hielo. Allí marcamos nuestras huellas los tres forasteros llamados a nosotros mismos Remolinos del bosque guardianes ahora del sinsajo azul, objeto pequeño a la vista pero grande en poder, que en manos equivocadas podría hacer perecer al mundo y por eso razón lo traemos aquí. Aisu, la princesa duende, traviesa y siempre inquieta, brincoteaba en la nieve sin prestar atención en lo que ocurría, Valdam el semielfo mirando al mar frío y profundo que se extendía a nuestro lado cantaba al firmamento una oda a Odim señor de Valhalla rogando guardar todos los clanes en los horizontes hasta nuestro regreso. Yo Paktid un simple muchacho en otros tiempos con muy poca o demasiada suerte para terminar envuelto en esta aventura, señalada la lejana costa que marcaba nuestro destino final, entusiasmados por haber logrado nuestra tarea, nos dispusimos a correr hacia aquel lugar. Marchando bajo el cielo gris aquellos oscuros hombres señores de la tormenta se interpusieron en nuestro paso con tal rapidez que apenas nos percatamos de su presencia nos tenían rodeados. — Pueden morir, pero yo soy fuerte, adiós a mis hermanos debemos luchar —pronunció pedantemente el semielfo lanzándose a la batalla con aquella su espada de hoja plateada, mientras en su rostro surgía una extraña sonrisa. Aisu se estremeció por segundos, pero reacciono con la misma ávida rapidez, tomando de su pequeño bolso esparció por los vientos unos raros polvos plateados que convirtiéndose en una densa nube arremetieron contra algunos cuantos. En cambio yo inexperto pero atrevido provocaba que unos a otros de golpearan mientras que por accidente lograba atinar a un guerrero desafortunado. A pesar de nuestra feroz batalla el numero de enemigos no se reducía y en cambio nuestras fuerzas ya lo habían hecho. —Valkyrias cuidar de las almas y dejen que nuestros ideales vivan para siempre—dijo Valdam y con esto hasta yo pude entender que estaba próximo nuestro final. Esperando nuestro final, aquellos mundos distantes invocaron para nosotros su último milagro, tal vez como un favor de Gaia la tierra harta ya de tanta tempestad y guerra. Surgieron figuras fantasmales fabricadas del hielo que fuertes vendavales desvanecieron a nuestros rivales mientras que apenas posando nuestros pies en el suelo corríamos hacia la libertad.
