Microrrelato Día de trabajo

Día de trabajo.

Estaba obscuro.
Hacia mucho frío y algo de humedad. El techo goteaba, el aire huele agrio. Las esposas de mis manos duelen, no tanto como las de mis pies.
– ¿Por qué tiene que ajustármelas tanto?
Observe la pequeña habitación, esta muy maltratada, las rejas están oxidadas, el frío entra por las ventanas rotas y hay charcos en el suelo, gracias alas goteras.
El llanto de otros niños no me deja dormir; claro si pudiera, no logro dormir desde que me encerraron aquí.
– ¡Hey niña! ¡Despierta! – Grita el hombre que acababa de entrar en la habitación – Te toca… y mas vale que me consigas dinero. ¿Oíste?
Me habla mientras me lanza aquel “uniforme” y se acerca para quitarme las esposas.
–Um. ¿Sabes? Eres muy linda para ser tan pequeña- dice cuando me las quita. –Podría llevarte conmigo, lastima que no puedo gracias al jefe- finaliza mientras se levanta y me lleva fuera de la habitación.
Me reuní junto con los demás niños en una sala grande. Hay muchas chicas, de todas las edades, algo maltratadas y con ropa extraña. Una niña de pelo corto se me acerca a escondidas:
–Lucia hola –me saluda poniéndose a mi lado – ¿Como estas? – me sonríe.
Emili es la única amiga que tengo, claro que yo soy nueva, y no he estado tanto tiempo como ella.
Un hombre grande junto con otro chico mas joven nos señala.
–Las quiero a ellas –dice el más joven.
–muy bien son 500. – responde mi “jefe”
– ¿Por las dos? Más vale que valga la pena. – dice el otro hombre mientras le paga.
–No te arrepentirás ja– finaliza alavés que cuenta el dinero.
Él chico mas joven me lleva, junto a Emili, a un auto color negro. Desde la ventana puedo ver como suben a las camionetas a otros niños, puedo ver como las chicas lloran y los niños piden en sollozos a sus madres.
En fin, supongo que hoy será, otro día de trabajo.