Contigo otra vez.

Contigo Otra vez​

1._ Reencontrarme con tu mirada

Era una mañana calida, los rayos del sol entraban débilmente a la habitación del chico, el seguía dormido, como era de costumbre. El ambiente estaba perfecto para seguir durmiendo en su cómoda cama.
Pasaron las horas y el chico aun se encontraba dormido profundamente, de no ser por su apreciado gato, que ya hacia despierto desde hace mucho rato, el gatito comenzó a maullar con firmeza y consistencia, caminaba por encima del abdomen el chico y se estiraba con toda la comunidad del mundo mientras clavaba sus inocentes uñas en al panza del chico, el cual se despertó de golpe del dolor que le había ocasionado la “caricia” del gato

Al ver el reloj se dio cuenta que ya era demasiado tarde para alarmarse e irse corriendo al instituto, solo maldijo por lo bajo y se sorprendió al notar que su prima Nanako o su propia madre no lo fueran a despertar con un balde de agua o le colocaran una bocina al lado de el.

Se levanto rápidamente de la cama y bajo a la cocina aun en pijamas, le alarmara que algo hubiera sucedido o que su desnaturalizado padre le este haciendo otras de sus pequeñas bromas, ya con la anterior de tratar de quemar la casa con el adentro era demasiado.

Reviso toda la casa, y no había ningún rastro de su familia allí, también reviso para ver sino había ningún tipo de bomba cerca o había tratado de inundar la casa, al llegar a la cocina se dio cuenta que habían dejado una nota en el refrigerador

“Querido Ryoma, tu padre y yo fuimos a buscar a la nieta de tu entrenadora, que hoy regresa de México, tu prima Nanako fue a comprar comida para la cena, le dije a uno de tus amigos que te acompañe en la casa mientras estas solo, pronto estaremos en casa

Con amor tu madre Rinko E.”​

Bien ahora estaba solo y con hambre, tampoco sabría quien seria el “amigo” que iría a su casa

Al fin despiertas!, casi moría esperando a que despertaras! – esa voz era irreconocible

Momo-sempai! – volteo a verlo y vio que traía una bolsa que seguramente llevaba comida

Anda a espabilarte para que comas bien – dijo el ojivioleta en un suspiro

Ryoma le hizo caso y se dirigió al baño para lucir bien levantado, al bajar ya con ropa mas apropiada para la hora comenzaron a comer. o mejor dicho, a atragantarse la comida que había llevado Momoshiro

¿No es increíble? – pregunto el sempai con un pan metido en la boca, Ryoma no comprendía lo que había dicho

¿Qué cosa? – preguntaba cerrando los ojos

El que Sakuno vuelva, ya lleva 5 años desde que se fue de Japón a de haber cambiado mucho – al decir esto se formó un silencio por parte de Ryoma

Hacía mucho que no la vaía, en realidad, ya ni la recordaba, al pensar en su nombre nada mas recordaba sus trenzas muy largas, su torpeza en el tennis y todas las veces que estaba con esa amiga suya maniática que lo perseguía por todos lados, no recordaba mucho, lo cual le produjo una pregunta

Momo-sempai ¿Por qué Ryuzaki se fue de Japón en aquel tiempo? – le pregunto el ambarino ingenuamente

Momo a esta pregunta se sorprendió, no podía creer que lo había olvidado

¿ya lo olvidaste Ryoma?, ella se fue porque le habían propuesto entrenar tennis en Colombia, ella misma te lo dijo mientras lloraba, todos lo recordamos –

El chico de destellos verdosos trataba de recordar, hasta que al fin diviso en su mente la chica de cara de ángel con lagrimas en los ojos, antes de subirse a aquel auto que la llevaría al aeropuerto ya ella se había despedido de todos, solo faltaba el, ahora que recordaba ella se veía realmente hermosa cuando lo miró a los ojos, lo que mas le había sorprendido y no solo a el, sino a todos, fue el acto de abrazarlo por unos segundos y luego salir corriendo al auto.


Oh…cierto – dijo el chico en tono pensativo aun así le desinteresaba mucho el asunto

Por otro lado, ella ya estaba despierta, el avión no le era muy cómodo, además por el humor que tenía en esos momentos seguramente para ella nada era bueno

¿Para que la tenían que transferir de nuevo? Estaba muy feliz en México, en realidad, cada vez que estaba acogiéndose al lugar donde la transferían, le venían con la noticia que ahora iría a practicar en otro instituto, en otro país.

Primero comenzó en Colombia, aprender el español no fue algo fácil, pero para aprender nuevos idiomas ella estaba hecha para hacerlo, le fascinaba aprender y al cabo de un año ya hablaba perfectamente el español, su acento la hacía única por lo cual la conocían como “La Extranjera”. Pronto le dijeron que tenía que trasladarse a Venezuela, donde también paso un año compartiendo y encariñándose con los de ahí.

Al entrar en R. Dominicana cumplió sus 15 años, ella al no saber absolutamente nada de la idea de “los 15 son importantes para las chicas”, fueron sus amigas quienes le prepararon una celebración sorpresa. A los 6 meses la enviaron a Argentina y 7 meses mas a Puerto rico al cabo de 8 meses se fue a México donde se quedo un año mas.

Debía admitirlo los latinos eran encantadores desde su punto de vista, eran revoltosos, picantes, llenos de mucho sabor, había asistido a muchas fiesta y cada una era diferente, eso era prueba suficiente para ella de que quería quedarse en Latinoamérica, pero no…tuvieron que llamarla para decirle que había pasado su prueba final y que ya era una experta en el tennis, así que la devolvieron a Japón, no es que no estaba feliz de volver a ver a sus amigos, pero era muy fuerte despegarse de los otros…sobre todo cuando en México encontró a esa persona

Respecto al tennis, había evolucionado muy bien, ya era mas hábil, rápida, calculadora, en cada uno de los países que fue le apodaban diferentemente, pero su favorito fue el que le dieron en Argentina “La Diosa del Tennis”.

Ella había cambiado y lo sabía, poco a poco fue madurando, ya no era tímida, solo en situaciones que la tomaban desprevenida la ponían nerviosa, pero aun así seguía sosteniendo su esencia dulce que cautivaba a los chicos, solo que ahora era un poco mas atrevida y con carácter esta vez.

El estar recordando tanto hizo que varias lagrimas se asomaran por sus ojos y cayeran por su rostro, eso la hizo reaccionar, ya estaba en Japón, estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando el avión aterrizó y todos las personas ya estaban bajando, ella se apresuro en bajar y recoger sus cosas.

Al salir del aeropuerto se encontró con su abuela a la cual desde que la vió salir de aquella puerta la vió llorando, se abrazaron con fuerza y a la pelirroja también se le escaparon algunas lágrimas, estaba equivocada, al fin y al cabo si extrañaba su tierra y aquella sensación que se siente cuando uno llega a su hogar

Te extrañe tanto mi pequeña Sakuno – dijo nostálgica la vieja Sumire

Yo también abue – dijo Sakuno limpiándose las lagrimas, Sumire la miró extrañada, ella no entendía porque hasta que se dio cuenta que había hablado en español – Gomen!

Sakuno volvió a repetir lo que dijo en su idioma natal, realmente se había pasado de torpe, al voltear se dio cuenta que los Echizen estaban mirando la escena conmovidos, ella se sorprendió y los fue a saludar

Ellos se montaron en el auto de Nanjiro, donde ella había partido antes de seigaku para tomar el avión de Japón a Miami y de Miami a Colombia, pero…ahora que lo pensaba bien…y recordaba las cosas con claridad, a la dirección donde se dirigían no era a la residencia de las Riuzaki, sino a la residencia de los Echizen y pensando en Echizen….¡RYOMA!

¡Por Dios!, se había olvidado por completo del chico que la hacía soñar estupideces cuando era niña, que la mataba cada vez que le decía hola o que simplemente le dedicaba una mirada, ¿cómo estaría ahora?¿la recordaría? Ahora que lo pensaba…

¡Dios! ¡yo antes de irme de aquí lo abracé! – pensaba la chica mientras su cara tornaba un color rojo, Sumire que estaba cerca de ella se dio cuenta de esto

Ya comenzaremos de nuevo con la rutina- pensó la abuela de Sakuno suspirando

Sakuno se sorprendió de si misma…¿había cambiado tanto que al llegar ya ni recordaba al primer chico que le entrego su corazón y amor incondicional?, era verdad a los dos primeros años todas las noches lloraba por el chico, pero poco a poco fue olvidándolo, ya en los últimos años de su viaje se había olvidado por completo de la existencia de Ryoma Echizen en este planeta.

Claro…después de que sucedió en México…el terrible error que ella cometió en ese lapso de tiempo…para ella en ese momento no había nadie mas en el mundo…solo esa persona…solo el.

Otra vez por estar sumida en sus recuerdos, perdió la noción del tiempo y se dio cuenta que su abuela la estaba llamando para que entrasen en la casa de los Echizen.

Ella se bajo del carro y alcanzó a su abuela cuando abrían la puerta fue que se dio cuenta de la situación

¡Veré a Ryoma! – pensó en voz alta la chica, cuando todos voltearon sonriendo, ella se dio cuenta de su torpe error y se tapo la cara ahora ya mas roja que un tomate

Poco a poco se fue abriendo la puerta y entraron a la sala, donde estaba casi todo Japón metido allí adentro y gritaron: ¡Sorpresa!

Todos estaban allí felices, abrazándola, estrujándola, casi la asfixiaban, ella por su parte estaba mas feliz que nunca ver a sus amigos de nuevo le levanto el animo, todos estaban allí, desde toda Seigaku hasta la Fudomine, agregando otros institutos también. Por supuesto, la primera en saludarla fue su amiga del alma Tomoka, con quien si había seguido el contacto, mediante msn, Facebook o Twitter, al fin y al cabo era su mejor amiga.

Los demás pronto la saludaron, Horio que seguía insistiendo sobre sus 2 años de experiencia en el tennis, Eiji-sempai y Momo-sempai que la cargaban y abrazaban cada ves que la veían, Kaido con su “shhh”, apenas le decía hola, Inui le llevo su nuevo jugo llamado “ensueño” de regalo, Kawamura casi la mata al abrazarla y sosteniendo su raqueta amarilla dejandola sorda cada vez que le gritaba: Burning! Yeah baby Welcome!!, Fuji-sempai la abrazo de manera, dedicándole una de sus miradas que volvían locas a las chicas y el capitán Tezuka que le brindo unas palmaditas en la espalda

Bienvenida Sakuno – le dedico una sonrisa y la fiesta prosiguió, pasaron las horas ya eran las 10 de la noche y la fiesta seguía, para ella la fiesta ya le era un poco aburrida, pues a las que había asistido estos últimos años, era con música a todo volumen y a pesar que aquí bailaban, en las otras las pasaba mejor.

Subió las escaleras a despejar un poco su mente, al ya estar en medio de un pasillo, se dio cuenta de la burrada que estaba haciendo…otra vez había actuado sin pensarlo, estaba en una casa ajena, donde no conocía las direcciones y con su torpeza tenía miedo hasta de perderse.

Se dio media vuelta y comenzó a caminar por donde vino, después se detuvo analizando bien la situación, todos estaban abajo, así que arriba no había nadie, se volvió a voltear y se arriesgo, al fin y al cabo solo quería despegar la mente.

Ahora que lo pienso, ¿Dónde estará Ryoma-kun? – susurró mientras se recostaba de la pared

Lo que ella no sabía es que eso no era una pared sino una puerta que estaban apunto de abrirla desde el otro lado y precisamente no era la puerta de una habitación…

Ella sintió como la pared se hundía y se volteó, acto que ella deseó jamás haberlo hecho, al voltearse se tropezó con alguien y los dos cayendo al suelo del baño, ella encima de el

Ryoma-kun – susurró ella encontrándose con un Echizen recién bañado y debajo de ella, se perdió en sus ojos hipnotizantes, como lo había hecho años atrás y su corazón comenzó al latir rápidamente al igual que el de el.

----
N/A: Hola, Soy nueva en esto. Acepto toda critica. Saludos ^^

 

Etto...gracias!!:) me emociona saber q les parece interesante =), ya estoy haciendo el 2do capitulo para publicarlo prontoo :D
Ilkane: Esas cosas siempre les pasa a Sakuno, pero su torpeza es una gran desventajas en muchas situaciones
Eri:Ella "cambia", pero con el es diferente, solo con el *-*
Bueno a decir verdad quien no seria diferente con Ryoma??
Buenoo me despiidoo pronto publicare el segundo capitulo
Sayonaraa =)

 

E' aqui el segundo capitulo =), creo que tarde mucho...pero bueh aqui esta :)
Cap 2. Una noche contigo

Se habían quedado un rato mirándose a los ojos, las luces del baño estaban apagadas al igual que las del pasillo, por lo tanto todo estaba oscuro, dejando que Sakuno se maravillara por aquel brillo que tenían los ojos de Ryoma y que el quedara embobado perdiéndose en los ojos tono rubí de la chica

Ella estaba tumbada en el cuerpo de el, completamente pegada y no se separaba, ocasionando que su gran parte de su cuerpo se mojara al estar encima del recién bañado ambarino, lo sentía tan cerca, su mirada tan hipnotizante la estaba matando, por nada del mundo se quería apartar de el, lo que le sorprendía es que aun no sentía como la sangre le subiera a sus mejillas

Ryuzaki – la llamó de nuevo a la realidad – ¿podrías….quitarte?

Allí volvió a retomar el hilo, su frialdad, orgullo, arrogancia e “inocencia” no había cambiado, ella se levanto rápidamente y se inclino en forma de disculpa

Perdóname, no debí recostarme de la puerta – dijo ella mirándolo a los ojos y volviendo a salir del baño

Camino rápidamente lo mas lejos que pudo del lugar, ya era demasiada vergüenza con caerse encima de el y para empeorarlo todo no quiso levantarse de ahí, seguramente lo estaba incomodando estando encima de el.

Suspiró, por fin había encontrado un balcón con vista al patio, vio hacia arriba, las estrellas estaban mas resplandecientes que nunca y había una brisa fría y refrescante que movía su cabello de un lado a otro

Ella se vio de nuevo sus trenzas, jamás se las quitaba, solo en aquellas ocasiones en que sus amigas le insistían tanto que se las quitase que al soltarse el cabello, todo chico que pasaba a su lado la alardeaban, ahora que lo recordaba siempre le daba risa los comentarios de los chicos de allá, cada uno tenía diferentes maneras de expresarse, uno era dulce, el otro rústico, uno muy elegante y el otro súper ordinario

Aunque entre todas esas personas que la aclamaban, solo recordaba el comentario de el…

“Te ves mas coqueta de lo normal cuando llevas tu greñero suelto”- le había dicho mientras le sonreía de una manera encantadora

Greñero – reía ella mientras se desataba las dos colas y dejaba que el viento jugara con su cabello

Debo volver abajo – pensó alarmada al darse cuenta que pronto preguntarían por ella

Caminó por varios pasillos, pero no encontraba las escaleras para bajar, solo tenía que localizar el baño y pronto vería las escaleras, pero jamás logró encontrar el baño

Perderse…¿esto podría estar peor? Podría nada mas entrar en una habitación y decir que estaba cansada del viaje, y eso hizo, entro en una habitación, estaba un poco desarreglada, pero nada grave. Siguió inspeccionando la habitación y pronto dio con una silueta que se encontraba viéndola ingenuamente, de nuevo era el, que estaba apunto de acostarse

Ella cerro la puerta automáticamente y se tapo la cara, su reencuentro con el príncipe no había sido muy bueno después de todo, de pronto siente como la puerta se abre y deja ver al hermoso chico que la había hechizado desde hace algún tiempo

Sigues siendo igual de torpe – dijo con arrogancia mientras cerraba los ojos

¿Torpe? – pensó, desde hace tiempo no había oído que la llamarán así, quizás el estar con el volvía a ser la Sakuno de antes, mas aun así con todo este tiempo sin escuchar que la llamaran así la incomodo

Y tu sigues siendo el mismo arrogante de siempre – lo reto con la mirada, el se sorprendió, la veía tan segura y esta mirada la encontraba tan…malvada, podría decir que también sexy

¿Qué sucede? – le preguntó el al verla preocupada

Etto….bueno…yo…me perdí – dijo mientras desviaba la mirada, el echizen solo emitió un hmp y volvió a la cama, ella se sorprendió - ¿no me piensas ayudar a buscar el camino?

No creo que quieras – dijo el mientras sostenía a su gato – además ya la fiesta acabo todos están durmiendo, mi madre me dijo que tu dormirías aquí – dicho esto la chica se sonrojo fuertemente – abajo está tu colchón

Osea que vas a dejar que una chica duerma prácticamente en el piso – dijo rápidamente a Sakuno

¿Te quieres acostar conmigo? – preguntó el ambarino subiendo una ceja

Esa invitación le causo gracia, el haberse juntado con los latinos, la habían vuelto un poco pervertida, no pudo evitar soltar una carcajada en frente del ambarino, el cuál la miraba totalmente confundido

Ella se calmo y cerró los ojos para sentarse en la cama del ambarino

Un buen caballero dejaría que una dama durmiera cómodamente – dijo con un tono arrogante mientras comenzaba a acomodar su colchón

El suspiró pesadamente y la sujeto de la cintura, ocasionando que la castaña se sonrojara completamente, el la coloco en su cama y comenzó a tender unas sabanas en aquel colchón, buscó una almohada en su closet y se acostó

En cambio ella estaba aturdida…mas que eso apenada, anonadada, en shock.¿Acaso Ryoma, el chico frío, arrogante, orgulloso y desinteresado…ahora estaba siendo amable con ella?, acaso…solo acaso ¿se preocupaba por ella? O ¿le preocupaba lo que ella pensara de el?

Una voz la saco de sus pensamientos

¿Te vas a dormir o te quedarás mirándome toda la noche? – preguntó el ambarino con mueca de desagrado

Ya lo tenía claro, ¿Cómo se podría interesar en ella?, si desde que llego lo andaba molestando e incomodando, tan solo es por obligación el dejarla dormir allí. Se dio la vuelta y se acostó molesta, el no había cambiado en nada…

Y…al día siguiente

Una chica de cabello tan rojo y brillante como el rubí, estaba rendida en una cómoda y acolchada cama, en cambio un ambarino yacía despierto sentado en la esquina de esa cama, mirando con molestia a la chica

Eran las 4 de la madrugada y el no podía conciliar el sueño por ese maldito colchón, ella era quien debería estar durmiendo allí y el en su cómoda cama, se dispuso observarla, era mejor que el estuviera trasnochando a que ella estuviera haciendo eso en su lugar, debería estar cansada y por lo que veía estresada.

Además la veía tan frágil y débil, si por alguna razón ella no pudiera dormir bien, el no se lo perdonaría, no sabía el motivo por el cual se preocupaba por ella, solo quería que descansara y ya.

Seguía observándola, todo estaba en silencio y oscuro, una sola ventana que daba vista al patio estaba abierta, dejando entrar un viento frío y liviano y que una luz plateada se tomara la libertad de entrar en su cuarto iluminando débilmente una parte de la cama.

Poco a poco se acercaba a ella quedando al lado, contemplando toda su belleza, su cabello esparcido por toda la almohada, jamás la había visto con su cabello suelto, y a pesar que siempre la molestaba con eso, debía admitir que le gustaba; acarició su mejilla, tan suave y blanca, sencillamente esa chica era hermosa

Llego un momento en que esa sensación pacífica lo dominó y sin darse cuenta dejo caer su cuerpo en su cama quedando frente a ella para quedarse profundamente dormido.

A la mañana siguiente, todo parecía estar bien una chica de ojos rojos abría con pereza los ojos, mas al notar la presencia que tenía delante de ella casi pegaba un grito, no podía creer lo que tenía delante de sus ojos ¿Ryoma se durmió con ella?, ella no recordaba nada, sabía muy bien que el estaba dormido en el colchón, o quizás el si quería dormir con ella.

Pero eso sería imposible, ella no se podría dar falsas ilusiones…a lo mejor el era sonámbulo, claro!, seguramente estaba dormido y se pasó para su cama estando inconsciente de que ella estaba allí!. Ahora había otro problema, su rostro con el del ambarino estaban muy pegados, ella por supuesto estaba tan roja que ya el color de su cara se asimilaba con el de su cabello, tenía que alejarse poco a poco de el, para no despertarlo y no ocasionarle otra sorpresa mas, pero al tratar de retroceder sintió como algo peludo se revolcaba en su espalda. De nuevo, tuvo que morderse la lengua para no gritar, solo debía quedarse tranquila por un momento para poder calmarse.

Pero su tiempo fue poco ya que sintió como algo húmedo tocaba su espalda, eso era todo, gritó asustada, se volteó para ver a un gato himalayo maullándole y mirándola inocentemente

Era un simple gato – pensó avergonzada, después sintió como la jalaban de la camisa, al voltear se dio cuenta que Ryoma estaba apunto de caerse al suelo lo agarro por los brazos y lo jaló, mas fue inútil, los dos cayeron al suelo, por suerte el colchón estaba abajo para amortiguar el golpe

Esta vez, Ryoma quedo arriba de Sakuno, el por su parte estaba aturdido, primero escucha como una loca grita y después se cae con ella, el pronto alzo la cabeza y vio a la chica con mueca de dolor y los ojos aguados, se retiró de ella

¿Qué te pasa? – le preguntó confundido, ella se logró sentar con esfuerzo y comenzó a sujetar su pierna la cual estaba completamente doblada y roja, el se alarmó y la ayudo a reponerse, la miró preocupado pero ella solo cerraba los puños y miraba su pierna - ¿Estás bien?

Ella solo negó con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, el la ayudo a pararse y la cargó hasta sacarla de la habitación

Al bajar todos ya estaban desayunando pero al ver a la pareja todos pusieron caras pícaras, las cuales cambiaron rápidamente a preocupación, la primera en hablar fue Sumire

¿Qué le pasó a Sakuno? – preguntó preocupada

La pierna…la tiene… - Ryoma habló con inseguridad, en realidad tampoco sabía que tenía la chica

Se dislocó – susurró Sakuno con dificultes, mas eso fue suficiente para que Ryoma fuera corriendo al auto seguido de los demás

Nanjiro se sentó en el asiento del conductor y Sumire de copiloto, Sakuno y Ryoma iban en los asientos traseros con Tezuka

Al Hospital – gritó Sakuno - ¡Rápido!

El lapso de tiempo entre la residencia de los Echizen y el hospital fue intenso, las quejas de Sakuno no cesaban, la chica temblaba y sudaba, estaba caliente y sus mejillas estaban rojas

Al llegar al hospital la llevaron a la sala de emergencia, en poco tiempo llegaron los integrantes del Seigaku y Tomoka preocupados por la chica de trenzas, esperaron un par de horas y pronto salio un doctor de la sala.

Doctor como está Sakuno-chan? – preguntó la de coletas preocupada

Esta bien, justo en este momento esta descansando, la fractura no fue muy grave sin embargo se quedara esta noche en el hospital para verificar que este en perfectas condiciones – hablo muy serio el hombre de traje blanco

Podemos entrar a verla a verla? – preguntó el castaño de ojos azules

No Fuji – contestó seria la anciana Ryuzaki – es mejor que descanse y que no se llene de presión

Eiji suspiró triste
Yo quería ver a Saku-chan – dijo el pelirrojo haciendo un puchero

Mañana la ves – entro el ambarino ahora con ropa casual y aseado

¡Echizen por fin vuelves! – exclamó el chico de ojos chocolateados y cabello del mismo color

La chica pasará la noche en el hospital – habló Nanjiro por primera vez en aquel lugar – pero ella no se quedará sola

Todos voltearon a ver a Nanjiro el cual tenía una sonrisa pícara

Ryoma debería quedarse con ella – dicho esto el ambarino volteó a ver a su progenitor que tenia una sonrisa de oreja a oreja

Claro – se escuchó a Sumire murmurando muy pensativa

Al fin y al cabo es su culpa que ella este aquí – dijo Fuji apuntando con su dedo pulgar a Ryoma

No fue mi culpa ella..- Ryoma trataba de defenderse pero lo interrumpieron

Shhh…Ryoma acepta que fue por tu culpa y se un caballero – dijo arrogante la mamushi con los ojos cerrados

Todos estamos de acuerdo Ochibi! – se le lanzó encima el Neko de ojos azules – Quédate con Saku!

El pelirrojo comenzó a sacudir a Ryoma, mientras este se mareaba y ya comenzaba a ver estrellitas

Ya paren – la voz de Oishi se escucho en el pasillo, tratando de calmar a un “juguetón” Kikumaru

Los demás comenzaron a hablar, haciendo de un pasillo pacifico a uno ruidoso, todo se escuchaba como un mercado de comida o un salón de clases de 3er grado

¡Silencio! - La voz de Tezuka resonó en los pasillos captando la atención de todos, tantos los conocidos como los otros del piso de ese hospital – ¡Echizen te quedarás esta noche con Sakuno es tu responsabilidad y te lo ordeno y los demás nos iremos!!

Todos callaron ante la voz de su capitán y miraron a dirección del ascensor donde ya Nanjiro y Sumire hablaban cómodamente sobre algún tema que ha ninguno de los otros les interesaba. Pronto siguieron la dirección, uno tristes, otros molestos, otros solo miraban al piso y uno solo enfurruñado y haciendo pucheros

Ryoma los veía a todos alejarse, volteó a la puerta de la habitación donde se encontraba el motivo de su estrés y presión, de nuevo debía cuidar de ella; la noche pasada acepto ya que las condiciones le indicaban que el era el único de cama y cuarto grande para que una persona mas se pudiera hospedar ahí. Pero, ahora no encontraba el porque de las cosas, el no tenía nada que ver con su accidente, ella gritó y se cayó junto a el, ella misma fue la que se lo buscó

Pero ahora ya no podía hacer nada, solo obedecer a todas las personas por su propio bien, y a lo mejor el de ella. Se encamino con pasos pesados hacia la puerta, como si algo impidiera que el cruzara la puerta para aquella habitación, se detuvo pasos antes de abrir la manija y la abrió lentamente

Aquí voy – dijo el Ambarino con mirada desafiadora y al mismo tiempo cansada…

 

Gracias por la observacion Saya Kimoo =), estaba volviendo a leer el fic y me di cuenta de cunta razón tenpias U_U, la próxima vez lo tendré en cuenta =). pronto segire el fic gracias por todo :):)
PD: Saya Kimoo.....me encanta tu firma *-*

 

Graciass por Todo!!!! =D
Zhiinygami: No te considero como una bruja xD, mas bien gracias por las criticas,comence el Fic para mejorar como escritora y ya tu me estas ayudando =)
Vitshi: Q bueno q te encanto, pronto pondre la continuación ;)
Ilkane: Pareciera q a Sakuno tuviera muy mala suerte, tuvo q pasarle eso U_U pero lo bueno es q Ryoma estará junto a ella
Pronto pondre el próximo capitulo y de de nuevo...¡Arigatou!

 

Cinderella *-*
Bien...lo del guión largo ya lo arregle. Ya traje la continuación conmigo (obvio no?), hice todo lo posible por corregir los errores que he estado cometiendo hasta ahora, espero que les guste...y pues...lean =)

Cap. 3 Sakuno en el hospital

El Chico entró energético a la habitación casi tumbando la puerta.

— ¡Sakuno! – grito entusiasta y sonriendo

La nombrada estaba sentada en la cama apoyando su codo de su rodilla y su mentón de la mano, él se lanzó al lado de ella tocando la pierna de la chica que ahora estaba enyesada.

— Que ridícula, solo estas cosas te pasan a ti – dijo el ambarino con los ojos cerrados - ¿se puede saber por qué te caíste?

— Me sorprendí mucho por lo que me había encontrado en la cama esta mañana – susurró Sakuno con voz seductora acercándose a Ryoma.

— ¿Te refieres a mi? – preguntó el de cabello verdoso con exageración sobreactuada.

— No!! – gritó

— Hmp, pero igual te pusiste feliz al verme – comentó el ambarino con algo de egocentrismo y acercando mas su rostro al de ella, quedando a casi centímetros de juntarse.

— A decir verdad, tienes mucha razón – susurró Sakuno delante de los labios del chico.

Echizen se sonrojó al sentir el dulce aliento de la de cabellos de fuego, vio sus labios, ni muy carnosos ni muy finos, parecía que lo invitaran a probarlos, solo por una vez, eso no le haría daño a nadie, solo tenía que inclinarse y sentiría esos labios…

La curiosidad lo dominaba, quería saber si eran suaves o dulces, quizás agrios. No resistió mas, se acercó y rozó tímidamente los labios de la fémina, aunque fue una torpe e inexperta caricia fue suficiente para comprobar que los dos chicos tenían el pulso mas acelerado que el traqueteo del tren.

Ryoma la sujeto por la cintura y ella se aferro a su cuello, los dos querían estar mas cerca, poco a poco el beso se iba profundizando, pasando de ser de besos cortos y pausados a un beso largo e intenso…

— Kuso!!! – Ryoma golpeó su cabeza tratando de sacarse esos pensamientos “extraños” de su mente ¿Por qué de repente se había puesto a pensar esas cosas sobre el y Ryuzaki? Sacudió la cabeza varias veces para quitarse la imagen de ella de su mente, ahora tenía cosas mas importantes que hacer…cuidarla…no estar fantaseando cosas estúpidas…con ella…Rayos! desde que había llegado esa chica algo extraño pasaba dentro de el.

— ¿Qué demonios me pasa? – se preguntó el mismo con voz baja, de nuevo se golpeó en la cabeza y volvió a concentrarse en lo que estaba…abrir la puerta.

Suspiró por millonésima vez y abrió la puerta para dejar ver una habitación amplia, no tenía mucho era como cualquier habitación normal del hospital, solo que esta tenía algo que aquellas no, se acercó mas a la cama dejando ver a “eso” que estaba cambiando su mundo tan repentinamente.

Se acercó más a paso callado y allí la vio, respirando lentamente con el seño fruncido haciendo entender que sentía dolor, temblaba a causa del frío que hacía mientras soñaba profundamente. Bajó la mirada hasta las piernas, una sobresalía en la sabana y levantó la sabana con cuidado para dejar ver una pierna izquierda enyesada.

¿Cómo pudo ocurrir eso está mañana? ¿Así de rápido? ¿Cómo algo tan simple pudo ocasionar un daño tan severo? Lo que aun se preguntaba y aun no tenía respuestas era ¿Cómo fue que sucedió?, él intentaba recordar pero por lo mas que intentaba solo le llegaba a la mente la cara de la chica con mueca de dolor y ojos llorosos ¿Será que ella se le había abalanzado encima? o ¿Karupin los empujo?, pero ninguna de esas ideas eran válidas, primero un gato tan débil como Karupin no tenía súper fuerza como para empujarlos y segundo Sakuno no era una maniática acosadora que se le lanzaría encima.

No tenía ni idea de que paso, lo único que podía hacer en estos momentos era esperar a que ella despertara para preguntarle como pasó, solo algo tenía seguro…no era su culpa.

Buscó con la mirada una silla y la colocó al lado de la cama de Sakuno, se sentó en ella y se recostó en la cama, justó al lado del pecho de la chica. Ahora tenía que descansar un poco el también, debido a todo lo que pasó ayer, él aun no había dormido bien y despertarse de esa manera tampoco le fue muy satisfactorio, sabiendo que su acompañante en estos momentos estaría muy cansada seguro se despertaría en horas así que sin mas preámbulos, el chico recostó su cabeza de sus brazos y logró su objetivo de conseguir dormirse profundamente.

— Ryoma – kun – Escuchó una voz melódica y sintió una mano cálida en su cabeza, él se levantó y su mirada se encontró con unos orbes carmesíes que lo miraban con ternura y dulzura – viniste a cuidarme

—Si – respondió el chico automáticamente embobado para luego sacudir su cabeza atónito por las palabras que había pronunciado – me obligaron

— Lo siento – susurro la chica triste – fue mi culpa – exclamó escondiendo su cara entre sus manos para luego ponerse una en su pecho – es que sentí tanta emoción al verte, que no pude ocultar mis sentimientos y a causa de ello me abalancé contra ti

— Entonces yo tenía razón – murmuró Ryoma incrédulo como un niño pequeño

— Si, y ahora quiero terminar lo que iba a empezar esta mañana – dijo Sakuno desesperadamente y beso al ambarino, este se callo de la silla de golpe y se paró nuevamente

— ¿Qué demon…? – Trató de decir algo pero la de trenzas se le había guindado en el cuello, asfixiándolo – de….ja…me…

— No Ryoma acepta mi amor, ¡acepta mi amor! – le gritaba mientras lo seguía ahorcando, el chico se puso de todos los colores – ¡Ryoma-kun! ¡Ryoma-kun!

— ¡Ryoma-kun! – el levantó la cabeza mirando a la chica que estaba con la respiración entre cortada – ¿estás bien?

De nuevo se maldijo, había sido un sueño y de lo mas loco, él observó la cara preocupada de Sakuno, al verse el mismo comprendió la preocupación de esta, estaba sudando, con la respiración agitada, le dolía la cabeza y su cara delataba una mueca de cansancio extremo.

— Si – ahora respiraba lentamente mientras colocaba su mano en su pecho – solo tuve…una pesadilla.

Ella lo vio curiosa, como pidiéndole que le contara el sueño, Ryoma por su lado solo se dedicó a ver la pierna de la chica y olvidar el asunto, al bajar la mirada observó como el sol le pegaba al final de la cama, miró hacia la ventana, el cielo estaba anaranjado con unos toques color carmesí y rosa, eso indicaba que ya era tarde, volteó a su muñeca y vio el reloj.

— 05 y 45… - pronunció débilmente…se acostó al medio día y lo despertaron a esta hora, si que había dormido, ya no podía quejarse sobre su escasez del descanso.

Volvió a mirar la pierna de su compañera, ahora si podrían hablar sobre lo que pasó, era la hora de que ella le explicara sobre como sucedió todo eso. La miró a la cara, la cual reflejaba tristeza, dolor y cansancio, no la culpaba, estando en esa situación y justo el segundo día de su llegada a Japón...Comenzaba a creer que el peligro iba detrás de Sakuno.

— ¿Qué fue lo que sucedió? – la observó serio, esto la incomodó, sus orbes ámbares eran una gran distracción para ella y ocasionaban cierto nudo en la garganta que le impedía hablar. Él al notar que ella no le respondía colocó su mirada a la pierna de ella y le volvió a preguntar - ¿Qué fue lo que sucedió?

Ahora estaba confundida ¿Acaso no lo recordaba?, o ¿es que quería que ella le explicase por qué gritó?

—...Etto… - miró a varios lados tratando de buscar las palabras correctas para expresarse – al levantarme esta mañana… - dudo de nuevo, ¿tendría qué contarle que se tensó al darse cuenta que el durmió con ella?...no mejor no…- Sentí como algo mojado pasaba por mi espalda, cuando me di cuenta fue tu gato que me había lamido, pero ya era muy tarde ya que grité y eso pareció asustarte, ya que al voltearme a verte tu te agarraste de mi camisa y nos caímos los dos juntos – se sorprendió de si misma, no había titubeado con el y lo había mirado con una mirada fría y llena de odio…Ahora lo podía pensar claramente…el tuvo la culpa de todo eso – Tu me jalaste… - dijo casi inconscientemente.

Por otra parte, Ryoma seguía analizando las palabras de la chica y poco a poco fue recordando, las imágenes le fueron apareciendo borrosamente en su mente, recordó que cuando escuchó el grito el se levanto rápidamente, pero al estar acostado a la orilla de la cama su cuerpo fue abajo y se agarro de la camisa de ella, ocasionando que se cayeran…

Fue su culpa, si él no se hubiera sujetado de ella, nada de esto hubiera pasado ni ella estuviera sufriendo las consecuencias, si el no se hubiera agarrado, solo habría caído el y nada mas se hubiese golpeado el, hubiese querido que el mismo se hubiera lastimado, hubiese querido cualquier cosa contal de que ella no saliera lastimada. Pero, tuvo que pasar eso…aunque él no lo hubiese querido, igual pasó, lo hizo inconscientemente y ya no podía hacer nada, solo cuidarla.

Se paró de la silla y salió de la habitación ignorando las constantes llamadas que le hacía Sakuno, vio a lo lejos una maquina de bebidas fue a ella y compró dos pontas, una de uva y la otra de cereza.

Lo había decidido, si él fue el culpable de todo ese accidente entonces se haría responsable, cuidaría de la chica hasta que ella misma se cansara de el, se volvió a acercar a la habitación…

— Lo prometo Ryuzaki, te protegeré a cualquier costa – dijo antes de entrar de nuevo a la habitación, al entrar la vio sentada en la cama mirando al cielo, al sentirlo entrar se volteó a verlo – ten – le ofreció la ponta, la cual ella la recibió con una sonrisa.

— Después de que me sacaste de auto…¿Qué sucedió? – preguntó ella con dificultad mientras trataba de abrir la ponta.

— Te desmayaste y te enviaron a la sala de emergencias, dicen que no fue nada grave y que ya estabas bien, pero te quedarás aquí hasta mañana – dijo mirando como ella aun trataba de abrir la ponta, el la agarró y la abrió fácilmente – estás débil.

Ella frunció el ceño y miró de nuevo hacia la ventana.

— Después de esa caída, la presión y la anestesia…cualquiera estaría débil – murmuró entre dientes – y ¿yo me quedaré sola aquí? O ¿mi abuela vendrá pronto?

— No…yo cuidaré de ti – dijo mirándola intensamente, dicho esto la chica se volteó y la miró a los ojos, ocasionando que se sonrojara fuertemente – al final…yo soy el responsable de todo.

— Oye… no es tu c… - comenzó a hablar pero un sonido los confundió, el estomago de ella había gruñido con fuerza, al escuchar eso Ryoma sonrió y el color de Sakuno se tornó a un carmesí intenso, Ryoma se paró a abrir la puerta pero ya la puerta de la habitación se había abierto y una enfermera entro con una bandeja que obviamente traía comida.

— ¿Como se encuentra? – le preguntó amablemente la enfermera

— B-bien – respondió Sakuno nerviosa

— ¿No siente ningún malestar? –

— N-no, todo esta muy b-bien –

— Bueno entonces debe estar hambrienta – dijo la enfermera mientras dejaba dos bandejas de comida en la mesita de noche, después se dispuso a retirarse – que tierno en usted – dijo mirando a Ryoma – tener que cuidar de su novia toda la noche, la debe amar mucho.

Dicho eso la enfermera se fue dejando a dos chicos totalmente anonadados y sonrojados, Ryoma tosió varias veces y se volteó a buscar la comida para que Sakuno no viera como su cara se sonrojaba, en cambio ella estaba en shock, sujetaba con fuerzas la sabana para no gritar y su cara no podía estar mas roja.

Él abrió la bandeja y vio un plato de sushi, al abrir la otra también tenía el mismo plato, sujeto un plato y lo llevo a la cama donde ella lo recibió, el se sentó en la pequeña silla y se dispusieron a comer.

Sakuno al ver como el ambarino se incomodaba al comer en la pequeña silla, le hizo una propuesta…

— Si quieres puedes sentarte al lado de mi – dijo tratando de moverse a un lado, tomó su pierna y también la movió, el por su parte solo la miró sin decir nada ¿Debía aceptar o no? – por favor…me siento mal cuando una persona está incomoda por mí.

La chica lo miró a los ojos y le sonrió tiernamente, el suspiró, se sentó al lado de ella y así los dos comieron felizmente.

La tarde pasó muy rápido, la enfermera volvió para recoger la comida y ya se habían hecho las 7 de la noche, ellos estaban viendo televisión, en realidad, pasaban los canales no había nada que les interesara a ninguno de los dos, hasta que Sakuno vio un canal que a ella le fascinaba cuando estaba de viaje, MTV a lo mejor a Echizen no le gustaría pero ella era la que estaba herida y la habitación era de ella…literalmente; así que podía hacer lo que quería.

Siguieron en tal canal, las cosas estaban en inglés y tanto Ryoma como Sakuno entendían perfectamente cada palabra; poco a poco las horas iban pasando y las risas se escuchaban en la habitación por el programa que estaban viendo, ya a las 11pm el sueño los estaba venciendo a los dos, lo que no se habían dado cuenta aun es que Ryoma aun seguía en la cama con Sakuno y con cuestión del tiempo y por culpa del entretenimiento, Ryoma buscó una manera de sentirse mas cómodo acostándose en la cama ya para cerca de media noche, el ambarino estaba rendido en la cama mientras la cabellos rubí lo miraba con dulzura.

— Puede que no todo habría salido mal esta mañana – pensó Sakuno mientras se acostaba junto al ambarino – por lo menos estoy contigo Ryoma-kun

Apago el televisor y se concentró en dormir, pero el Echizen se había agarrado casi toda la cama para él, si no fuera porque la cama estaba pegada de la pared, de nuevo se hubiese caído, intentó voltearse para quedar despaldas de él pero su pierna no la dejaba, con un rápido movimiento y con ayuda de sus manos, logró voltearse mirando a la pared.

Pasaron los minutos y ella solo pensaba en el poseedor de los ojos miel, tratando de despejar su mente, se centró en la pared, su color era de un verde pálido y casi carecía de color, la tocó, estaba completamente fría, se pegó mas a la pared hasta pegar su frente de esta, el frío la calmaba…poco a poco fue conciliando el sueño…hasta que sintió como un brazo rodeaba su cintura y se pegaba a ella.

Se quedó en shock, como tantas veces había quedado por el, no esperó mucho hasta sentir como respiraba encima de su cabeza y sentía como se apretaba mas a ella…ahora si no podría dormir, pero se equivocó, el olor del ambarino la calmaba, era dulce, suave y se impregnaba en casi toda la cama, tal olor le causo sueño, cualquiera podría decir que para ella el perfume de Ryoma era una anestesia, pero para ella su olor significaba todo, sencillamente describía la forma en que ella lo miraba a él; parpadeó un par de veces y pronto sintió los párpados pesados…a los minutos se había quedado dormida.
_________________________________________________________________________________________________
Creo que estuvo corto....=/, bueno lo de siempre acepto de todo, porfa avisenme si tengo algún error, caiganme encima, arrojenme de todo pero no me golpeeen TT_TT, pronto subiré el siguiente cap. =)

 

Gracias Gracias =).
Ilkane--> *-* fue tierna? que bueno, con tu apoyo me haces feliz, pronto vendrá la conticación =)
Erii =)--> Ya me habían dicho ese error, y sinceramente me confundo con lo del pronombre "él" y gracias por decirme lo de word, si no es por ti no me entero, en el siguiente capítulo pondré las acentuaciones para por lo menos acercarlo a la perfección =), Lo de Ryoma... sii, sus sueños...que loco no? y lo del OoC, hay veces que se me pasa y trataré de mantenerlotan auténtico como es =), yo tampoco querría a Ryoma tan empalagoso =/!

 

Bien!! llegué y traigo conmigo la contii =D,
Aplique todas las técnicas para corregir mi escrito y mi ortografía (es enserio las apliqué), espero esta vez no tener tantos errores...si los tengó seguiré aprendiendo...pues bien..aquí va...
_________________________________________________________________________________________________

Cap. 4 Problemas

Esa mañana fue mas normal de lo que se podía esperar desde que llegó a Japón, abrió los ojos y se asustó al no ver a nadie, pero se tranquilizó al ver a cierto ambarino salir de una puerta que se suponía que era el baño, le sonrió tímidamente en muestra de saludo, él solo cerró los ojos y asintió con lentitud.

Eso la confundió ¿Había hecho algo mal? ¿Lo molestó?....¿¡Qué le podría molestar?!, su mirada intensa se posó en él, mirándolo de arriba abajo mientras él se asomaba a la ventana a respirar aire fresco, ella abrió la boca para decir algo pero…

—Veamos…¿Cómo está la chica? – entró un doctor sonriente mientras tomaba asiento en la cama para revisar a Sakuno.

El doctor la comenzó a revisar mientras ella solo miraba a Ryoma, por su parte, éste nada mas veía por la ventana con la cabeza hacia abajo, a los pocos minutos el doctor culminó su trabajo y se dirigió al ambarino.

—Ella está bien – dijo colocándose al lado de Ryoma – sin embargo, debe llevar el yeso por un mes y necesita reposo de tres meses.

Le susurró algo en el oído que ella ni por más esfuerzo que hiciera jamás lo logró escuchar, lo que si pudo comprender fue que era algo preocupante, la cara de Ryoma se tornó de desinteresada a melancólica, sus ojos se posaron en el doctor, afirmó serio y luego se posaron en la de cabellos carmesí algo tristes.

Después de irse el doctor, ella miró fijamente al Echizén pero éste hacía todo lo posible para no encontrarse con su mirada.

—¿Qué sucedió? – Preguntó ella molesta, detestaba cuando no le prestaban atención, pero de nuevo el no abrió la boca – Ryoma-kun…¿qué sucedió?

Él por su lado aún seguía triste por la noticia, desde que se levantó había tenido un mal presentimiento…esa mañana todo iba bien, de nuevo había amanecido amarrado a la cintura de la chica y de nuevo había soñado cosas tontas ¿Qué le pasaba?, al levantarse abrieron la puerta de la habitación dejando ver el mismo doctor que se encargaba de revisar a Sakuno, el doctor se colocó al frente de él.

—Tú eres su novio ¿no? – A estas palabras, el ambarino solo lo miró atónito – el tobillo de la niña está grave – el ceño de Ryoma se frunció – pensamos que estaría bien en unas semanas, pero la torcedura volteó casi el tobillo completo y…

—¡Ryoma-kun! – La voz melódica de la chica lo trajo de sus recuerdos y observó la faceta triste de Ryuzaki, sus ojos aguados y las mejillas estaban con un color rosa muy leve - ¿Qué ha sucedido?

¿Qué debía hacer? ¿Debía darle la noticia él mismo? O ¿Debería esperar a que alguien de más confianza se lo dijera? Como su abuela por ejemplo. Optó por la segunda opción y su mirada volvió al rostro de la chica.

—Todo está bien - murmuró más para el mismo que para ella.

—No soy tonta – dijo la de ojos rubí mirando hacia abajo - ¿por qué no me quieres decir lo que te dijo el doctor?

¡Demonios!, si seguía insistiéndole seguramente se lo diría y no quería verla lastimada…no ahora, se sentó en la silla, debía idear alguna excusa ahora mismo.

—Ryom..- ella volvió a pronunciar su nombre pero él la interrumpió.

—Es que el doctor me reclamó porque las camas son para una persona, no para dos – dijo con los ojos cerrados el ambarino, sintiendo menos angustia y de pronto escuchó risas.

—Era eso – se volteó a verla, se reía abiertamente y el color de sus mejillas se había tornado rojo. Sonrió para sus adentros y entonces entraron los familiares de los dos chicos.

—Hola mi pequeña – dijo Sumire abrazando a su nieta.

—¡Hijo mío! ¿Cómo estás? Espero que no le hayas hecho nada malo a la joven Ryuzaki – dijo el mayor de los Echizén con cara pícara.

No quisiera seguir tus pasos viejo desnaturalizado – dijo el ambarino sin mostrar ninguna emoción frente a su padre.

Las conversaciones continuaron, y los mayores en la habitación se fueron enterando de cada incidente que pasó aquel día, los incidentes que les convenían a los jóvenes que supieran.
A las 4 de la tarde le darían de alta a Sakuno, así que tuvieron que almorzar en la habitación, pero con lo que no contaron fue que ya cierto grupo de muchachos iba con un buen plato de sushi para el hospital.

Sakuno estaba sentada en la cama y los otros tres yacían en una silla sentados, estaban esperando de la comida mientras tanto investigaban como fue la vida de Sakuno en su largo viaje.

Cada uno hacía una pregunta, exceptuando a Ryoma que solo escuchaba fastidiado la “entrevista”, hasta que cierta pregunta le llamó la atención.

—Y dime Sakuno, con alguien tan hermosa como tú…seguramente tuviste pretendientes – tenía que ser su padre…siempre preguntando de más, solo se limitó a mirarlo, la mencionada se puso nerviosa y vaciló un poco antes de responder.

—S-si, muchos me regalaban cosas y me invitaban a salir…-

—¿Pero tuviste novio? – ante esta pregunta la de cabellos rojos se tensó y su mirada se tornó fría y un tanto agresiva.

—Solo uno- masculló entre dientes mirando a la puerta.

—¿Ah si? – Esta vez fue Sumire la que le preguntó - ¿y como era?

La situación no estaba del todo bien para ella, le dolía hablar de él y con las preguntas que les hacían lo empeoraban todo, a vista de que aun la miraban con curiosidad tuvo que responder.

—Era….b-bueno…alto, fuerte, d-de cabello m-marrón y s-sus ojos negros –

—Pero yo digo que como era contigo – específico la Ryuzaki mayor.

Para los ojos de Ryoma todo estaba muy claro, habían dos viejos que acosaban a la chica con preguntas que obviamente a ella le incomodaban, aun así y aunque le costara admitir, también quería saber como era el extraño enamorado de la chica.

Sakuno se vio salvada al ver la puerta abrirse y dejar pasar a un enorme grupo de personas, Eiji y Momoshiro llegaban felices con una bandeja grande de comida, Tomoka llegó para sentarse al lado de su amiga la cual suspiró largamente, Kawamura ya estaba sirviendo los platos, Tezuka estaba hablando con Inui, Kaidoh ya había se había sentado en una silla y Oshi estaba parado junto a Fuji en frente de la ventana, Horio, Kachiro y Kazuo también estaban allí sentados en la cama junto a Sakuno y Tomoka.

El tiempo corrió y la comida se acabó en un santiamén, varios doctores y enfermeras que pasaban por la habitación se sorprendía por la cantidad de personas que había en aquel lugar, se escuchaban risas y algunas veces gritos.

Adentro, los temas de conversaciones variaron mucho, empezando por las aventuras de Eiji a todos los jugos asquerosos que había inventado Inui, cada uno narró una experiencia que había vivido. A Fuji lo confundieron con un cantante famoso, a Kaoru estuvo apunto de morderlo una serpiente, Eiji se cayó del tejado de la casa de Momo, éste último creó una nueva técnica del tennis, Inui logró crear un jugo que a todo el mundo le gustara pero a la final les causó una indigestión, Tezuka ya se había graduado y estaba en la universidad junto a Oishi, por último Horio había aumentado su numero de años de experiencia en el tennis, en cambio, Kachiro y Katsuo estaban evolucionando cada vez mas en su tennis y Tomoka ahora era la líder de las fans de todo el club de tennis de Seigaku, hasta le regalaron un salón entero para las fieles fans del equipo del club de tennis.

A todas estás historias Sakuno siempre se reía, ahora era el turno de Ryoma que simplemente no quería abrir la boca para nada.

—¡Vamos Echizén! Cuéntanos algo – insistía el pelinegro de orbes violeta.

—Ochibi…-murmuró con la cabeza gacha el Neko, para después lanzarse al ambarino y sacudirlo por los hombros – ¡Anda! Solo una historia, ¿qué te cuesta?, ¡anda!, ¡anda!

—Eji-sempai…me es..tas…ahorcan…do – decía con dificultad el ambarino – es…ta…bien…yo…yo contaré…un… - a eso la puerta de la habitación se abrió dejando ver una cabellera castaña clara y luego una cara con orbes tan azules como el mar.

—¡Ann! – exclamó el nombre de la recién llegada Sakuno muy entusiasta, la nombrada se acercó a la enyesada y la abrazó con fuerza.

—Espero no haber interrumpido nada – dijo picándole el ojo a Sumire y luego saludar con una sonrisa agradable a todos los presentes.

Ryoma ante la llegada de la chica, suspiró aliviado, se había salvado de una o eso creía.

Íbamos a escuchar una historia de… - comenzó Sakuno pero la misma Ann interrumpió.

¿Historias? – Preguntó Ann emocionada - ¿Podría contar una?

Mientras sea real y te haya pasado a ti, todo irá bien – le dijo Tomoka sonriéndole, aunque se le notaba la tristeza al no poder escuchar a su Ryoma-sama.

Ann contó sobre como una vez se había quedado encerrada en un ascensor junto a Kamio, frente a la pronunciación de ese nombre, Momoshiro observó a la de orbes azules con recelo, Fuji abrió sus hermosos ojos y Ryoma la miró aunque con mirada inexpresiva. La chica narró que ese día habían peleado y justo en la noche Kamio había ido a visitar a su hermano mayor, al irse de la casa Ann lo acompañó hasta la planta pero la luz se fue y llegó en la mañana del otro día, fue una noche llena de miedos pero se divirtieron mucho, al notar como todos la miraban pícaramente se sonrojó.

—¡No sucedió nada entre nosotros dos! – dijo sintiendo sus mejillas arder.

—Bien – dijo Sakuno posando su mirada en el ambarino el cual al sentir su mirada volteó a verla – falta una última historia.

—Debería contarla Ryuzaki– dijo el ambarino ignorando las últimas palabras de la chica para de nuevo zafarse de la atención de todos.

—Verdad Sakuno, justo antes de que ellos entraran, tu nos ibas a contar como era tu novio – dijo pícaro el progenitor de Ryoma.

De nuevo surgió la tensión en la habitación, Ryoma solo quería zafarse de su atención pero no quería que ella pasara un mal rato, iba a hablar pero la mayor de las Ryuzaki lo calló.

—Dijiste que tu novio era de cabello castaño y ojos negros ¿Cómo era
contigo? – preguntó la anciana

—Bueno… - sujetó la sabana que la arropaba metiéndola en sus puños y apretándola, le era difícil hablar de él, pero nada mas diría lo esencial, así no sentiría tanto como una aguja punzaba a su corazón por todas partes cada vez que hablara de aquel chico – era dulce, divertido, me aconsejaba y me ayudaba en los peores tiempos

—Que hermoso el amor adolescente – dijo dramáticamente el Echizén Samurai.

El tiempo pasó sin ellos darse cuenta y se dieron las 5 de la tarde, de pronto entró la enfermera que se encargaba de cuidar a Sakuno.

—La chica ya puede irse – dijo desesperadamente con una sonrisa.

Todos se alegraron, Sakuno suspiró con pesadez, estaba cansada de tantas preguntas y tanta habladuría, si ellos no hubieran llegado y ella hubiese estado sola con Ryoma, todo hubiese sido diferente.

Sumire Ryuzaki fue a la administración para pagar la hospitalidad de su nieta, mientras tanto los demás acomodaban la habitación que estaba hecha un desastre, al terminar poco a poco fueron saliendo uno por uno hasta dejar al ambarino con la de trenzas solos.

De nuevo el silencio volvió a reinar la habitación, la chica se acostó de nuevo en la cama dándose cuenta que el perfume de el Echizén estaba impregnado en ella, sujeto la almohada y la atrajo a ella abrazándola con ternura, suplicando en voz callada que jamás la alejaran de aquel lugar.

En cambio, el de cabellos verdosos solo se limitaba a observar cada acción que hacía su acompañante, su cabello estaba sujetado con sus peculiares trenzas, la delgada sabana ayudaba a darle mejor vista e ilusión al cuerpo de la chica, aunque cuando bajaba la mirada y veía la pierna enyesada se entristecía, todo era su culpa, quizás había arruinado su vida, era el colmo, ella apenas había llegado y él derrumbó todo lo que ella había construido. Cuando ella se enterara de las consecuencias de aquella mañana seguramente…

—Ryo…¿Ryoma-kun?…- se dio un golpe mental y se confundió con la escena que estaba ante sus ojos, él estaba sentado en la cama al lado de ella, muy cerca acariciándole la mejilla, sus ojos se abrieron como platos y se paró de allí de golpe.

—No fue mi intención – dijo en voz seca, cerrando los ojos y metiéndose la mano en los bolsillos, en ese momento entran los familiares de los chicos.

—Bueno Sakuno, andando – dijo la vieja mientras cargaba a Sakuno con dificultad – mañana en la mañana te compraré…las..muletas…por ahora tendremos que…cargarte

—Abuela ya no estás en las condiciones para cargarme – dijo la chica ruborizada y haciendo forcejeo para bajarse de los brazos de la anciana, cuando logró bajarse, con tan solo poner el pie saludable en el suelo perdió el equilibrio y un castaño de lentes la cargó – gra-gracias…

El capitán del seigaku le sonrió de lado y siguió hasta el ascensor donde ya habían bajado los primeros cinco, unos tres bajaron por las escaleras, quedaban Fuji, Sumire, Nanjiro, Tezuka, Sakuno, Ryoma y Ann, todos se metieron en el ascensor mas este emitió un sonido indicando que se sobrepasaban del peso limitado, al hacer ruido el ascensor, Sakuno se revolcó en los brazos de Tezuka , haciendo que ella misma cayera pero en los brazos de Ryoma, la chica se sonrojo y él la miró sorprendido, ahora se miraban a los ojos sin importarles quienes seguían allí o si el ascensor podía caer abajo, la voz de una enfermera furiosa los sacó de sus pensamientos.

—¡Ustedes dos! - gritó una enfermera enfurecida apuntando a los dos menores - ¡Salgan y se van en el otro ascensor!

Ryoma obedeció y salió, caminó a su izquierda y justamente estaba llegando el ascensor completamente solo, se montó y el ascensor pronto se cerró; el ambarino hacia esfuerzos para conseguir que Sakuno no se le cayera mientras ésta solo miraba hacia abajo con la cara ruborizada, entonces se acordó de lo que había contado Ann sobre el ascensor y Kamio, se ruborizó mas de lo que estaba y levanto la mirada para ver a Ryoma.

Ryo..- ya era muy tarde todo estaba oscuro y no se podía ver absolutamente nada, escuchó maldiciones por todas partes y exclamaciones de lástima, ella se dispuso a intentar aferrarse mas al ambarino, el cual por tanto meneo que hacía la chica cayó con ella, pero en una fracción de segundo, con un movimiento rápido la colocó delante de él, ocasionando que con su propio cuerpo amortiguara la caída de ella.

Sakuno cerró los ojos al sentir que el príncipe del tennis había perdido el equilibrio, al escuchar como un cuerpo caía en el piso, se volteó con dificultad y con sus manos comenzó a buscar a Ryoma.

— ¿Ryoma-kun? ¿Ryoma-kun? – Pronunciaba una y otra vez mientras se arrastraba por el pequeño piso del ascensor y luego sintió como se resbalaba y caía encima de algo suave – Ry-Ryo…¿Ryoma-kun?

Alzó la cabeza y sintió una sensación extraña, algo le decía que debía apartarse de allí pero sintió como unos brazos rodeaban su cintura, ella colocó sus manos en algo que esperaba que fueran los hombros y entonces allí lo notó; debajo de su nariz sentía un aire caliente y no era su respiración sino la de él, cerró los ojos avergonzada y trató de zafarse de los brazos de Ryoma, mas cuando ella trató de levantarse, volvió a resbalarse y casi por unos milímetros algo no roza la boca de ella. Ahora no podía moverse, si sus cálculos iban bien, seguramente ella estaba encima de él, completamente tumbada, sus manos estaban en el suelo frío y su cara estaría a solo unos cuando milímetros cerca de la de él.

------------------------------------------------------------------------------------------------------
Espero que les haya gustado =)

 

Nee, nee!
Aquí está la contii =D, Vitshi gracias por tu comentario y espero que te guste la contii *-*
Espero que les guste y pues....lean
____________________________________________________________________________________________________
Cap. 5 Sabiendo la verdad

No podía creerlo, simplemente no se lo permitía ¿Cómo demonios había pasado todo eso? Solo por una caída…¿Lo habría perdido todo? ¿Todo ese tiempo que se esforzó…para nada? Se tumbó en su cama con los ojos cerrados, sus lágrimas corrían por sus mejillas, con tan solo recordarlo sentía como todo su mundo se le caía encima…

Flash back

Al caerse en ese ascensor y sin luz con el ambarino, no le fue muy beneficioso y mucho menos en la posición que habían quedado, simplemente la suerte iba en contra de ella, pero de pronto algo debajo de ella, a su costado se iluminó algo, que supuso que era el celular de Ryoma, a pesar de ser poca iluminación fue suficiente como para efectuar sus cálculos, y así era, ella estaba encima de él; trató de levantarse, pero la fuerza que empleaba no era suficiente…

Entonces observó la cara del príncipe, mantenía los ojos cerrados, su cara reflejaba cansancio y no hacía ningún esfuerzo para moverse

— ¿Ryoma-kun? – lo llamó tímidamente - ¿Ryoma-kun? – repitió con inseguridad

El chico no respondía, ni tampoco se movía…sería que...con la caída el se golpeó y..

— ¡Dios Mio! , le he roto el cráneo a Ryoma-kun! – se gritó internamente para después maldecirse para sus adentros…no, eso no podía ser, estaba paranoica.

Sus manos se movieron por el piso hasta llegar debajo de la cabeza de Ryoma, no había nada...exacto, ya había verificado que estaba loca y ahora alucinaba con un desangramiento…

Con esfuerzo se volteó cayendo boca arriba al lado de Ryoma, se sentó y se arrimo hacia atrás hasta recostarse de las paredes del ascensor, con ayuda de la poca iluminación del teléfono del Echizén, consiguió recostar la cabeza de este en una de sus piernas; había llegado a una mejor conclusión, él se golpeó la cabeza y quedó inconsciente, seguro en un rato despertará.

Espero unos cuantos minutos, escuchaba murmullos por todo el hospital, algunos pasos y la caída de las gotas, entonces estaba lloviendo…

— Kyaa!!! Mi cabello! – esa voz…sencillamente era de Tomoka

— Típico – susurró por lo majo con una sonrisa en los labios

— ¡Nya! me enfermaré!!! – otro grito…era Eiji

— Después de unos minutos lo único que escuchaba eran los gritos de Tomoka y otros de Horio…sencillamente aun no entendía porque no los echaban del hospital.

Escuchó un gemido, Echizén se removió en sus piernas y pronto se sentó al frente de ella

— ¿Qué sucedió? – preguntó mirando a todas partes

— Te desmayaste… -

Él se volteó colocándose al lado de ella, posó su mirada en el yeso y ésta se volvió a tornar triste, justo como estaba hace horas

— Ryo…-

— ¿Cómo esta?- preguntó mirando hacia abajo

— ¿Qué cosa?

— La pierna…- murmuró por lo bajo

— Emmm…bien –

— ¿No te duele… ni nada? – preguntó preocupado…espera…¿preocupado?

— No… - dijo en un suspiro y sintió como un color carmesí comenzaba a cubrir sus mejillas, agarró una bocanada de aire – Ryoma-kun…¿Por qué estás así? ¿Qué sucede? Desde que me levante no me h-has mirado…-

— ¿Por qué tendría que hacerlo? – preguntó casi automáticamente, eso la desconcertó

— Eh? –

— ¿Por qué tendría que mirarte? – preguntó de nuevo, frío y seco, totalmente indiferente

Eso la molestó…mas que todo la hirió, mas no se daría por vencido… descubriría lo que estaba pasando y ahora mismo, fijó su mirada en los ojos de Ryoma y tragó varias veces para que las palabras salieran de su garganta.

— Ryoma-kun….n-no….no me refería a eso – él volteó a verla – se que ocultas algo, cada vez que me ves tu mirada se torna triste… ¿crees que no me he dado cuenta?

— Quizás estés confundida y te lo tomaste así…pero yo no se nada- vió como él cerraba los ojos, más seguiría insistiendo

— Ryoma-kun… que suce… -

Algo la interrumpió, una voz al lado habló

— Sumire-Sama dime que fue lo que le sucedió a Sakuno, que te dijo el doctor – esa voz…era Tezuka

La de cabellos carmesí se paralizó por un momento, pegó su oreja de la pared del ascensor buscando escuchar mas fuerte y claro las palabras que se pronunciaban al lado, se había olvidado por completo que el otro ascensor también se había detenido, si Ryoma no le decía lo que pasaba, igual se enteraría de alguna u otra manera.

— No se como decirles…ni siquiera se como le diré a ella.. – escuchó al otro lado una voz triste y sombría ¿tan grave era la situación?

— ¿Pero que sucede? ¿No va poder volver a caminar sin las muletas? – preguntó Fuji, al escuchar esto su preocupación aumento y el miedo ligado con el pánico recorrieron todo su interior.

— No…ni Dios lo quiera – Escuchó al padre de Ryoma con un tono preocupado, se alivió por unos segundos y su concentración volvió a aquel lugar donde estaba su abuela.

— Lo que sucede es que, según los estudios del doctor y un profesional del tennis, la lesión que tiene Sakuno – Comentó su abuela, pero entonces su acompañante comenzó a toser y a aclararse la garganta, se veía desesperado, todo lo contrario a como estaba hace unos segundos, mas eso no captó por mucho tiempo su atención.

— Ryuzaki yo… - escuchó en un murmullo, eso la sorprendió y volteó a verlo mas sus oídos seguían atentos a las palabras de su abuela

— La lesión que tiene mi nieta no le permitirá jugar tennis, quizás por unos 5 años o tal vez por el resto de su vida – escuchó esas palabras, se pronunciaron rápidamente como si no quisieran haber salido de la boca de la abuela.

¿Qué?... – murmuró anonada - ¿Qué?

Fin flash back

El siguiente acto que hizo fue quedarse petrificada por uno hora mientras sentía como las lágrimas corrían por sus mejillas, después de eso, no fue conciente de más nada.

Cuando volvió a abrir los ojos estaba en el sofá de su casa, su casa de infancia, todos los recuerdos que había vivido allí, revivieron en unos segundos, su abuela ya estaba durmiendo en su cuarto y subió de una manera muy extraña por las escaleras hasta llegar a su habitación.

Estaba tal cual como la había dejado aquel día, su escritorio ordenado con algunos cuadernos y lápices encima, algunos peluches arriba de su cama, afiches de algunos artistas famosos pegados en su closet y el color rosa pálido aun estaba presente en su habitación….simplemente…era hermosa.

Sonrió melancólicamente y se tumbó en su cama

— 5 años...- murmuró tratando de procesar la noticia.

Las palabras de su abuela aun estaban en su cabeza y resonaban en su interior “no podrá jugar más tennis”…“quizás tampoco por el resto de su vida”. ¿Todo lo había perdido?, ese largo viaje que se la pasó por el exterior, todo el sacrificio que hizo, tantas veces que se levanto sola en una casa con la esperanza de que algún día podría ser tan profesional como los de la Seigaku, y ahora ni siquiera había pasado una semana en Japón…y ya no podía jugar mas tennis…

Trataba de recordar como había pasado todo eso…si ella jamás hubiese subido al segundo piso de la casa de los Echizén, si jamás se hubiera encontrado en el cuarto de Ryoma, si tan solo hubiese dormido en el colchón en el cual le tocaba dormir…todo podría ser diferente.

Pero las cosas pasan por algo, y nadie tuvo la culpa de aquel accidente, ella siempre creía en el destino y si la suerte le había hecho una mala jugada, entonces era por algo, quizás la lesión la podría ayudar en algo, tenía que encontrar la parte positiva de todo el asunto.

Pero por mas que se insistía, en el interior la desesperación y el pánico se estaban adueñando de ella, sentía un gran dolor y una profunda decepción por el como pasan las cosas. Solo quería dormirse y soñar que esto jamás había sucedido.

Sujeto su almohada y la abrazó con fuerza, lloró como jamás se lo podría haber imaginado, ahogando todas sus penas y su dolor en aquella almohada. A unas cuantas horas se había quedado dormida.

A la mañana siguiente

Esa mañana todo fue difícil para él, todo le había salido mal, no quería levantarse ni mucho menos volver a ver la mirada destrozada de Ryuzaki.

La noche anterior lo había intentado todo, todo para que ella no escuchara las palabras de su abuela, todo para que ella no se enterara de la boca de él ni de nadie.

Cuando ella lo presionó con diversas preguntas de que era lo que sucedía con ella, hizo un esfuerzo sobrehumano para no caer en el nerviosismo, ni mucho menos en la presión en la que lo había envuelto su compañera, ese no era el momento, el no era la persona indicada para decírselo y tampoco quería ver su rostro cuando se enterara de la noticia.

Cuando los dos escucharon la conversación del ascensor de al lado, sencillamente la situación lo había atrapado y lo había puesto entre la espada y la pared, simplemente no sabía que hacer.

Flash Back

Lo que sucede es que, según los estudios del doctor y un profesional del tennis, la lesión que tiene Sakuno – Comentó la anciana, en ese momento se alarmó y se asustó, no quería verla…tenía que distraerla de cualquier manera…pero ¿cómo?, empezó a toser fuertemente pero eso no captaba su atención.

En un momento desesperado, tuvo una idea improvisada…si eso era lo que la podría distraer entonces lo haría…le pediría que saliera con él, o alguna de esas bobadas que seguramente a cualquier chica volvería loca.

— Ryuzaki yo… - comenzó en un murmullo y por fin logró que lo miraba, pero no era suficiente.

— La lesión que tiene mi nieta no le permitirá jugar tennis – escuchó del otro lado

— Ryuzaki, yo quiero que tu – susurró mas ella solo pegaba la oreja de la pared

— Quizás por unos 5 años o tal vez por el resto de su vida – escuchó esas palabras, y entonces había sabido que ya era demasiado tarde

Fin Flash Back

Sus ojos…fue lo primero que vio, perdieron luz y sus ojos se tornaron rojos y se llenaron de lágrimas, ella no se movía, estaba en un estado de shock, eso lo asustó mas de lo que pensaba

— Ryuzaki… - la llamó mas ella no decía nada, no movía ni un pelo

Se acercó a ella ¿qué debía hacer?, no quería verla así, destruida y con la mirada perdida. Hizo lo primero que cruzo por su cabeza…golpeó su dedo contra la frente de la chica, mas ésta no hacía nada…se impaciento, la tomó entre sus brazos y la estrechó contra su pecho.

Pronto sintió que ella se movía en sus brazos y lo abrazaba con fuerza, siguió llorando hasta que se quedó dormida. Era lo mejor que podía hacer en esos momentos; minutos después la luz volvió y todos se fueron a sus respectivas casas, sin antes que Ryoma le dijera la gran noticia a los demás.

Todos al saber que Sakuno sabía de su condición al tennis, se entristecieron y se fueron a sus hogares con su ánimo por el piso. El al volver a su casa, no hacía nada mas que pensar en ella…entonces se le ocurrió una gran idea.

Habló con su padre sobre la condición de Ryuzaki, éste creo un tratamiento y formó un entrenamiento para la chica, era lo menos que podía hacer por ella…de todas formas…él era el culpable.

La acompañaría semanalmente al medico y la ayudaría a entrenar, todo para no volver a ver esos ojos entristecidos de la chica y volver a contemplar su sonrisa. La apoyaría cada vez que ella lo necesitara.

Ya lo había decidido, le pediría disculpas hoy y la acompañaría al medico. Se dirigió al baño rápidamente, había pasado la mayor parte del tiempo en la cama pensando como actuaría con ella el día de hoy, se baño y se aseó; bajó hasta la cocina a desayunar, su padre le dio la hoja donde estaba el tratamiento de la chica y milagrosamente no dijo ninguna de sus tonterías aquella mañana, el sujetó la hoja con seguridad y después de comer se dirigió a un lugar que jamás habría pensado entrar.

Llegó al frente de tal lugar, algo inseguro y desconfiado, vivió a ver alrededor del lugar, leyó por quinta vez el nombre del lugar y se lo repitió por cuarta vez en su mente “Florería”, observó de nuevo aquel lugar y entró rápidamente.

Salió de aquel lugar en 20 minutos con un enorme ramo de rosas rojas y con una pequeña tarjeta que decía lo siento, era perfecto para él, justamente era lo que necesitaba.

Ahora caminaba rápidamente hacia su instituto, en el transcurso hacia éste, no pudo evitar sentirse incomodo y la espina dorsal ocasionaba que se estremeciera, a causa de las miradas que se posaban en él; y ¿cómo no?, todas las chicas clavaban sus miradas en el ambarino, hasta los mayores se distraían al verlo con ese ramo.

Al llegar al instituto, no pudo evitar bufar ni farfullar por lo bajo, todas las chicas gritaban emocionadas al ver al rey del hielo con tales rosas en sus manos, ya se estaba molestando y su paciencia acabo al escuchar los gritos de su compañera de clases mientras le saltaba encima.

— ¡Ryoma-Sama! – le gritó mientras se guindaba a su cuello ocasionando que las rosas se movieran, alarmado se quedó quieto para mantenerlas en su perfecto estado - ¿y esas flores?

— Echizén ¿estás enfermo? – le preguntaba Horio colocando una de sus manos en la frente del nombrado

— ¡Déjalo!; es el amor de hoy en día, por fin Ochibi va a expresarnos el amor que le tiene a… - Comenzó Eiji, mas después miró incredulo al ambarino - …¿quién es ella?

Echizén por su parte mascullaba por lo bajo, ninguno lo escuchaba y seguían acosándolo sin parar, mas él solo quería hallar a Ryuzaki y darle las flores.¿Cómo podrían pensar que él se le iba a declarar a alguien?. Con el tiempo de vio atrapado en un círculo de todos sus amigos acosándolos con preguntas que él solo respondía con miradas incrédulas.

Por otra parte, esa mañana se levantó Ryuzaki Sakuno muy temprano, mas triste de lo normal, mas aun así los ánimos que le daba su abuela la ayudaban a seguir hacia delante. Por su puesto, esa mañana su abuela la había ayudado a asearse y a los minutos llegaron las muletas, ella practico por unas horas y después desayunó.

La abuela la llevaría al instituto aquellas semanas, casi por todo un mes, para que ella se acostumbra a caminar con las muletas. Después de desayunar, se subieron al auto y fueron rumbo al instituto. Al llegar se dieron cuenta de que no todo estaba tranquilo ese día, había mucha gente en a entrada del Seigaku y toda estaba en un circulo tapando al gran centro de atención.

Las Ryuzaki escuchaban como muchas chicas exclaman y se hacían peguntas las unas a las otras: ¿Será para mi?, ¿Quién podría ser la afortunada? Otras solo saltaban del entusiasmo, en un solo grito Sumire tranquilizó a la población y todos voltearon a ver a la anciana.

Los siguientes minutos fueron algo difíciles para ella, primero vio como todos sus amigos sonreían al verla de nuevo, algunos ya lloraban y otros volvían a saltar de la emoción, todos iban a brincarle encima hasta que vieron su pierna, su cara se tornó de alegría a incredulidad.

En ese momento de nuevo sintió que el mundo se le venía encima y solo estaba ella para sujetarlo, de nuevo las palabras de su abuela volvieron a resonar en su interior, recalcando las palabras “5 años” y “quizás nunca”, sintió como su animo baja en caía libre, era como una cachetada para su corazón.

El dolor la invadió y sus ojos se llenaron de lágrimas, hasta que de pronto observó como un ambarino salía de la multitud con un ramo de rosas, grande, muy grande…se confundió, el dolor por un momento se había ido. EL acto siguiente que observó fue como el de cabellos verdosos le entregaba aquel ramo de rosas que ella acepto aun confundida, totalmente petrificada, al sentir una tarjeta en su mano, leyó lo que decía en ésta.

— Lo siento – susurró por lo bajo y miró al Echizén que ahora miraba hacia otro lado y mantenía las manos en sus bolsillos

Se quedó en shock ¿realmente estaba pasando esto? ¿Ryoma le estaba regalando a ella? ¿Rosas? seguramente estaba soñando, además…¿por qué se disculpaba? Siguió en shock por unos minutos más y los gritos de las demás personas del instituto la alejaron de sus pensamientos, las chicas le dedicaban miradas de odio y los muchachos se veían decepcionados. Mas ella no le importó eso, volvió a concentrarse en buscar el porque de las disculpas de su príncipe, pero no daba con la respuestas.

— ¿Por qué? – preguntó resignada y algo preocupada

— ¿Por qué, qué? – preguntó él ya mas cerca de ella para poder escuchar su voz entre todo el estruendo que había en el instituto.

— ¿Por qué pides disculpas? – volvió a preguntar ahora mas interesada en la situación

— Porque….fue mi culpa y esto era lo menos que podía hacer – murmuró desinteresado y con los ojos cerrados.

— ¿Tú…tú culpa? - ¿qué era su culpa?

El miró hacia su pierna y ella lo comprendió, le regaló una sonrisa dulce, realmente era un gran gesto por parte de él.

— Y esta tarde, iremos al hospital – dijo el mientras volteaba a ver a los demás, los cuales estaban con una mirada pícara - ¿qué?...

— ¡Que envidia Sakuno-chan! – gritó Tomoka guindándose de su amiga, la cual hacia un gran esfuerzo para mantenerse de pie

— Echizén lo tenías bien escondido – dijo sonriente Kawamura mientras le palmeaba por el hombro – elegiste muy bien el día.

¿El Día?...¿A qué se refería?

La de hebras carmesíes miró confundida a su amiga la cual le susurró algo en el oído

— ¿Recuerdas que día es hoy? – susurró por lo bajo con una sonrisa de oreja a oreja

Por su parte, Ryoma estaba siendo acosado con felicitaciones de todos sus compañeras, hasta algunos chicos que ni siquiera sabía de su existencia, de pronto, observó como la cara de Ryuzaki se tornó completamente roja, lo suficiente para cautivar la atención de todos los presentes, él se confundió y la observó incrédulo.

— Ryo-ryo...ryo… - le dedicó una mirada anonadada, su tartamudeo deleitaba su nerviosismo – Ryoma-kun…¿estás rosas son para mi….no?

A esa pregunta solo suspiró y le asintió ¿qué acaso no era obvio?

— Entonces…¿éste también es mi regalo de….de San Valentín? – Preguntó sonrojándose aun mas de lo que ya estaba, esas palabras lo confundieron – hoy es San Valentin…

— ¿San Valentín? – susurró para si mismo y luego caer en la gravedad del asunto – San Valentín…