Chris: Fragmentos de una joven vida.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Nahi Shite, 22 Junio 2011.

  1.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
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    Título:
    Chris: Fragmentos de una joven vida.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1226
    TITULO: Cris: fragmentos de una joven vida.

    Resumen: Narra la historia de Christina Hernandez, una joven chica atrapada en el mundo con su horrendo tío. Siempre tratando de escapar de su vida, se encuentra con varias aventuras y situaciones , a veces no muy agradables, pero siempre en compañia de su ami-enemigo Cristobal Férnandez.

    CHRIS: FRAGMENTOS DE UNA JOVEN VIDA.

    Capítulo I.

    Cristina se encontró a solo pasos de la puerta. Suspiró. Su mayor pesadilla se encontraba a escasos metros: La escuela.

    No es que fuese mala alumna, algo incomprendida sí, pero no mala; Su promedio no era ni impresionante, ni deplorable, al igual que su popularidad.

    Otro suspiro. Aún así la escuela era un karma para ella; Ancianos con el titulo de profesores, que te regañan pensando que tienen la razón en cada cosa, chicas engreídas maquilladas hasta lo blanco del ojo que te miran como si tuvieses sarna, junto a otro montón de chicos guapos que jamás en la vida te voltearían a ver. No era que le agradara mucho la idea de pasar cada mañana rodeada de esta clase de gente.

    Rodeó a un grupo de chicos que aspiraban las primeras bocanadas de humo del día, y entró a su salón.

    “Tampoco puedo quejarme tanto”. Pensó dejándose caer pesadamente sobre el escritorio. “Al menos es mejor que estar en casa”.

    Y tenía razón.

    Desde que sus padres habían sido asesinados, su vida cambió radical y dramáticamente; Un tío del que ni siquiera tenía conocimiento que existiese, la adoptó. ¡Maldito día aquel!... Si en verdad compartía lazos sanguíneos con aquel cerdo, mejor le hubiera sido morir antes de ver la luz del sol.

    “Atención: los padres de familia y alumnos se pueden dirigir a la sala de conferencias. Allí se llevará a cabo la reunión”— Reconoció esa voz como la de la subdirectora.

    Mierda; Había olvidado por completo la reunión. ¿Acaso todo le tenía que recordar el hecho de ser una pobre huérfana de catorce años? Caminó, guiada por la multitud, hacía la dichosa sala de conferencias; De nuevo sería la pobre y solitaria niña sin un adulto a su lado.

    Se le había olvidado informar a Henri acerca de la reunión, pero igual nada sería diferente si se lo hubiese dicho.

    La coordinadora Martínez, quien era una mujer trigueña y de envidiables proporciones, tomó el micrófono para empezar. Todos a su alrededor se callaron al instante, las mujeres porque les interesaba verdaderamente las cosas que decía acerca de sus hijos, y los hombre centraban su atención en ella por otras razones. Christina, por su parte, estaba presente tan solo en cuerpo,Su mente se hallaba perdida en algún lugar del espacio en el que todo era como se deseaba. Una pequeña replica de ella a los siete años se presentó, corriendo y jugando entre los matorrales de una pequeña granja lechera, mientras una joven y hermosa mujer le reprochaba con voz dura y a la vez suave, el no querer dejar de jugar para tomar su baño.

    Recordó a sus padres, y sintió ganas de llorar. “Los buenos recuerdos salvan la vida”, Había oído decir cierta vez, pero eso no era cierto. Los buenos recuerdos aumentaban su dolor mil veces más. Tal vez si hubiese sido huérfana desde un principio, si al nacer hubiese sido una desgraciada sin nada ni nadie por que vivir, entonces no hubiese sido tan cruel el abrumador dolor que significa perder el calor de los padres.

    Secó una fugaz lágrima que deslizaba su mejilla, evitando que alguien lo notara. Debía consolarse a sí misma con la idea de un mejor mañana. Recordó el día de ayer, cuando su verdugo la azotó duramente por la pérdida de unos papeles que ni sabía que existían. Lo había visto más alterado que nunca, y le mordía la curiosidad por saber qué habría en aquellos degenerados papeles como para preocuparlo tanto.

    —Al sonar la campana del medio día, nada volverá a ser igual…— Pensó — Nunca más volveré a ver el horrible rostro de Henri, nunca más sentiré sus crueles palabras ni sus duros golpes sobre mi ser… Esta tarde me largaré de una buena vez.

    Cristina estaba tan sumida en sus planes, que no notó que un par de ojos negros no se despegaron de ella en ningún momento de la reunión, ni de la mañana.

    De camino a casa estaba nerviosa, ansiosa y con la cabeza hecha un caos, tanto que ni siquiera notó el momento en que fue interceptada por un muchacho en una bicicleta.

    — ¡Oe, tú! — frenó en seco justo frente a ella, asustándola un poco.

    Era Cristóbal Fernández, un chico de ojos tan negros como su cabello, en contraste con su piel blanquecina y pálida. Lo conocía de hace mucho, y sabía perfectamente que el chico tenía la mejor fama de ladronzuelo que pudiese existir, era hábil en eso. Conocía bien a su vecinito.

    — ¿Qué quieres, pelmazo?

    —No es para que me trates así, Cris...— comentó sonriente.

    —Déjame en paz. No tengo genio. — Intentó rodearlo, pero el volvió a meterse en su camino.

    —Tengo que decirte algo importante — había cambiado su voz a un tono serio, que casi llego a preocuparla, y su fija mirada la abochorno un poco—.

    — ¿Qué es?

    —El fin de semana la casa del corroncho de tu tío fue mi elegida…— Contó, y era más que obvio para que fue elegida. Se mantuvo callada, esperando a que siguiera. — Maldita sea, no pensé que fueses tan llevados del patas, no encontré nada de valor. — Comentó en tono molesto.

    — ¿Para eso me paraste?

    —Déjame seguir, Ché…— Cristóbal suspiró un poco. ¿Por qué hacía esto por esa peladita? No lo sabía. — No encontré nada de valor, pero… estuve revisando en los cajones del viejo… y encontré esto. — Sacó una carpeta y se la dio bruscamente — Tal vez te interese. Hasta yo sé que significan esas hojas. — Culminó poniendo de nuevo su vehículo en marcha.

    Estupefacta, observó la carpeta en sus manos, ¿serían aquellos los papeles perdidos? Miró al ladronzuelo alejándose. —Maldito bastardo… — Le maldijo en un susurro — Por su culpa me he ganado una paliza ni la verraca.

    Continuará….

    Espero que les haya gustado, esta algo corto pero solo es el comienzo. Recuerden que es mi primera historia larga original.Además que me estoy saliendo de mi habitát natural : la comedia, y me estoy arriesgando de forma infinita al hacer esta realista historia.
    Se aceptan todo tipo de comentarios.
    Si hay alguna duda con respecto a un término del texto, no duden en preguntar.Les aclararé cualquier cosa, solo tomensen la molestia de comentar.
     
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  2.  
    Ladron de Musas

    Ladron de Musas Usuario común

    Cáncer
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    Antes que nada,tengo que decirte que me gusto este inicio,no soy muy fan de los dramas pero en si este tiene buena pinta,la narracion y la trama se oyen interesantes,pero (el jodido pero) me confundi en los guiones,por decir hay ciertas partes donde no se en que momento cambia de narrador al personaje,un metodo que yo uso y me recomendaron por cierto es usa guion largo para separar las acciones(narrador) de los personajes y guion pequeño para los dialogos(de los personajes) espero te sirva el tip y continues con la historia ya que empesaste con el pie derecho
     
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  3.  
    Argens Hatake

    Argens Hatake Usuario común

    Virgo
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    Hola gracias x invitarme no dudes en avisarme de la conti,
    Sabes ami me parece que te salio super el capitulo, ademas q este tipo de trama me fascina, me gusto mucho, aunque hay palabras que no entiendo, pero bueno para eso hay diccionario. Jaja :)

    &amm me ha gustado este cristobal tan cinico y fresco :D

    Bueno echale ganas espero
    Conti..........

    Sayo.
     
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  4.  
    Mrs Roronoa

    Mrs Roronoa Entusiasta

    Virgo
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    Oh! Gracias por invitarme Nahi-chan! :3
    ¿De verdad es tu primera historia así? ¡Porque te ha quedado MUY bien! :D Sobre todo me ha encantado el personaje de Cristóbal, me parece muy... kawaii! ^^
    Y me parece fatal lo del tío de Christina! >.< Asqueroso ¬¬
    Me dejaste con mucha intriga sobre de que hablan los papeles! Ö Quiero sabeeeeeer! xD
    Espero la conti! Un besito(L)
     
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  5.  
    Shikatnaruh

    Shikatnaruh Usuario común

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    Konichiwa!!!
    Me gusto mucho el capitulo...te quedo muy bien!
    Me he enamorado de Cristobal Fernandez, me hubiera gustado más descripción de el para motivar mi imaginacion...por ejemplo:
    ¿era alto o bajo?
    bueno sigo con el comentario:
    Ya me imagino al ogro gordinflon de Henri....pobre Cris.
    Algo interesante y muy importante que vi fue el interesante parecido en sus nombres Cristina y Cristobal.
    genial!
    me gusto mucho tu modo de escribir y hubo mucha narración.
    Que lindo acento Colombiano...
    Tuvo un gran toque de comedia en la reunión de padres, los papás solo se fijaban en "eso" que ya creo saber que es.
    Espero una buena continuación y que me des la respuesta a esta pregunta: ¿Por qué hacía esto por esa peladita?jejeje.
    huelo romance en esto....>.<
    sigue asi y cuidate
    sayonara :D
     
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  6.  
    cindyhyuuga

    cindyhyuuga Usuario común

    Escorpión
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    Demasiado interesante!
    Lo juro es un inicio que me dejo con la boca abierta!
    Me encanto tu manera de llevar la historia; me dio un poco de risa los nombres (porque riman$:) Christina Cristian Fernandez Hernandez xD jejeep soy loca por notar eso..
    Mendigo Henri -.- ¿Qué tendrán los documentos? me como las uñas por saberlo! aunque presiento que es... Continualo pronto! <3
    ¡Eres una genial escritora amigaa! :D
    Sayoo... :3
     
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  7.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

    Libra
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    Konbanwa~
    ¡Arriba Colombia! Y arriba mi abuelo del Norte de Santander que me deja saber que es "verraco" xP

    Pobrecilla, me imagino lo doloroso que debe ser.

    Brenda-san envidio tu valentia al hacer esto, mil y una veces he intentado comenzar una historia original pero no me gusta cuando comienza y lo
    mando para el carajo. En verdad desearia ser capaz de hacer esto.

    ¡Wow! Es una historia muy bien llevada y potente.

    Su pongo que los papeles que ahora tiene en su posesión son su custodia o una posible herencia ¿No es así? Espero con ancias saber lo que son.

    No tengo correcciones y espero una continuación pronto.
    Matta ne~
     
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  8.  
    MelodiaVal

    MelodiaVal Noctambula

    Tauro
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    La verdad que me gusto bastante ^^.

    Tienes algunos errores con los guiones (ej: cuando cierras un guion para agregar una acotación, la acotación va pegada al guion y en minuscula gracias a la falta de punto). Tu redacción es bonita, aunque te falta un poco mas de descripción de los lugares, aunque las situaciones las tienes bien manejadas. Me gustó de que va la historia, una trama muy linda, un tanto cliché, pero lo cliche es lindo <3

    Espero conti y aviso por perfil xD (vaga.com) saludos!!!
     
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  9.  
    Bloody Rabbit

    Bloody Rabbit Usuario común

    Sagitario
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    bueno hija, gracias por la invitacion paso a ver tu fic
    dejame decir que me encanto mucho el capi
    de verdad que me dejaste sorprendida, aunque el trama se ve muy interesante de todas maneras ya
    tengo la intriga de saber que pasara.
    lo que si no entiendo porque siempre que pones un guion dejas un espacio, de seguro debe ser un error de dedos
    lo demas esta perfecto, tienes una buena narracion que da mucho a esperar
    y no dudes que pasare a leerte porque me dejas sorprendida

    nos leemos luego n_n
    bye bye
     
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  10.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
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    Saludos, ortográtficamente tu escrito es bueno, pero veo fallos en algunos guiones y mayusculas tras guiones, también note algunos errores de dedo que pueden entorpecer la lectura.
    Voy a darle con la trama, una protagonista bastante interesante, 14 años es una corta edad para que tenga esos pensamientos en su cabeza, seguramente la razón de eso se mostrará más adelante, me intrigaste con el principio, ese ladrón le dio papeles importantes a nuestra protagonista, me pregunto ¿Qué será?

    Bien, lograste atraparme, espero continuación cuando puedas.
     
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  11.  
    Alyss Alice No Akuma

    Alyss Alice No Akuma Ritornata

    Escorpión
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    hola...
    uups, siento la tardanza ._.U
    bien... me encanta tu forma de pensar *-*...
    eem, solo checate bien la ortografia, los guiones...
    lo demas, la verdad, me encanto, enserio... wow, sin palabras, sigue asi, muchas gracias por la invitacion, sigue asi, mejora y mucha suerte...
     
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  12.  
    Jahir

    Jahir Entusiasta

    Leo
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    Nahi! disculpa que la lea tan tarde jeje pero es que no tenia tiempo, bueno créeme que si no fuera porque lo dijiste jamas hubiera imaginado que fuera tu primer escrito" no humorístico !, la descripción de los sentimientos me pareció genial, pero mi parte favorita fue como describiste a la protagonista en ese dramático y hostil ambiente.
     
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  13.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    Chris: Fragmentos de una joven vida.
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    Konbawa! He llegado con el segundo capítulo de “Cris: fragmentos de una joven vida” Gracias a todos ustedes por comentarme, me alegra que les haya gustado y solo tengo palabras de agradecimiento por sus consejos ^^
    Este escrito es una mezcla de drama, comedia, romance, acción, emoción, tragedia. Todo en uno. Más adelante, cuando la trama se desarrollé más a fondo, lo notarán ^^
    Sin más, los dejo con el capítulo II.
    Palabras:2189.

    Capítulo II.

    Se negaba a reconocerlo. Leía y re-leía, pero aun así no lograba entenderlo. ¿Sería posible que Cristóbal sí lo hubiese hecho, o tan sólo se lo dijo por mofarse? Suspiró y se tumbo pesadamente sobre su cama maltrecha, con la cabeza hecha un lío; Supuestamente esa tarde tenía que haberse marchado de ese horrible lugar, ese era el plan, pero por algún motivo sentía que no podía abandonar todo y huir… No todavía.

    Cristóbal había entendido lo que significada ese montón de papeles amarillentos y raros con olor a podredumbre. Él no le había mentido, lo sabía bien; Podía ser un ruin ladrón, tramposo, burlón, callejero, irresponsable… En fin, Cristóbal podía ser la peor escoria del universo pero no era un maldito mentiroso, al menos sentía que no lo era.

    De nuevo un hondo suspiro, dos, tres. Se revolcó en la cama. —Lo peor — murmuró con desgano hundiéndose en la desechable almohada —…Es que tendré que pedirle ayuda… —.

    De pronto sintió una intensa furia recorrer cada célula de su cuerpo. Si ese idiota no le hubiese revelado la existencia de esos absurdos documento, si no se los hubiese entregado y si no le hubiese dicho la estúpida frasecita: “Tal vez te interese. Hasta yo sé que significan esas hojas” Entonces ella probablemente no estaría matándose la cabeza en el lugar al que se había jurado no volver, estaría lejos de allí… Tal vez en Bucaramanga: la ciudad bonita, o en Cali: la sucursal del cielo; O tal vez hubiese sido capaz de burlar a los guardias venezolanos que custodiaban cerca del puente Simón Bolívar, punto de división entre Colombia y Venezuela- una mitad del puente pertenecía a Colombia y la otra a Venezuela-Hubiese sido capaz de cruzar por el rio a pie, ya que este no estaba muy profundo con esta sequía… o hubiese encontrado a unos contrabandistas que la pasaran por una baja suma, o se hubiese camuflado entre los arbustos en las laderas del río hasta que anocheciera, momento en el que la guardia venezolana se volvía un poco más sensible y en que la oscuridad le haría campo para escabullirse hasta el vecino país.

    Siempre se había preguntado por qué en la frontera no había ni un toche soldado Colombiano, toda la zona estaba infestada de venecos. En ocasiones veía u oía cómo éstos abusaban de las personas impidiéndoles el paso a menos que hicieran una contribución a la economía de sus bolsillos; Eran una mierda. Claro, no podía generalizar… en una ocasión había conocido a un joven guardia muy amable que la había ayudado a pasar con un mercado que le había encargado su tío, sin hacerle requisas intimidantes o abusadoras. Venecos, venecos… ¡Ni un puto guardia Colombiano a 1000 kilómetros a la redonda! Tsk… De nuevo se estaba dejando calentar por la mierda de gobierno. Se desviaba de su problema central, ¿en qué estaba?... Ah, sí: ¿Dónde estaría ahora si ese cabrón no le hubiese sembrado curiosidad?... Seguramente, después de cruzar la frontera de manera ilegal, habría llegado a San Cristóbal, había oído que “Camila” se presentaría allí pronto…

    Se rió de sí misma. —“Déjate de pendejadas, Cristina. Pareces una mocosa que sueña con ser estrella pop…” —.Pero bueno, ¿desde cuándo hacía daño soñar?

    ________________________::::::::::::::::::::::::________________________

    Echado a la orilla de las calles como un vagabundo, con su uniforme de educación física totalmente desarreglado, la franela sobre el hombro y actitud despreocupada. Así se encontraba Cristóbal Fernández, observando a los demás alumnos ingresar a la escuela del otro lado de la calle. Los mechones negros caían desordenadamente sobre su rostro y el sueño le nublaba la vista, eran las seis de la mañana y se había trasnochado. De no haber sido por su madre aún estaría plácidamente dormido en su cama.

    Ni siquiera entendía por qué lo habían despertado, no era como si fuese a entrar a ese lugar… Lo hacía muy de vez en cuando, y sólo cuando tenía algún interés en particular –un favor o una conquista- pero este no era el caso.

    Eso pensaba, pero su opinión cambió cuando distinguió a lo lejos una familiar figura: Cristina Hernández entraba a la escuela.

    “Pensé que no te volvería a ver, mocosita… ¿No tenías intención de irte aquel día?”

    Le sorprendió un poco el verla, pues el viernes pasado hubiese jurado que la niña se iría de casa, pero más se sorprendió aun cuando notó que se dirigía hacia él. De repente lo entendió todo: Cris necesitaba de su ayuda.

    Sonrió complacido esperando a que pasara prontamente la avenida.

    Apenas pudo detallar mejor su rostro, descubrió la mueca de fastidio que lo adornaba, y esto lo hizo sonreír más. Seguramente a ella le resultaba insoportable tener que pedirle ayuda a un “pelmazo” como él.

    —Hola queridita… —saludó sin cambiar su posición original en ningún momento — ¿qué puede hacer el rey por ti? —preguntó con sorna.

    Cris se acomodó a su lado, con la mirada fija en la entrada del establecimiento educativo, pero a la vez mirando a la nada. Corrigió las palabras de rechazo que se aglomeraban en su mente contra el muchacho, y actuó lo más pasible que pudo.

    —¿Por qué piensas que necesito algo justamente de ti? —murmuró.

    Él sonrió y con la típica tranquilidad que le caracterizaba, dirigió su mirada al frente imitando el gesto de la chica. —Porque de no ser así, jamás me hubieses buscado —respondió sin más.

    Ella suspiró.

    —Pues en eso tienes razón.

    —A ver, desembúchalo de una buena vez —.Se incorporó un poco para poder observarla de perfil —Qué quie…

    —¿Recuerdas la carpeta que me entregaste el viernes, Cristóbal? —preguntó sin más rodeos, uniendo sus miradas. Vaya, le había llamado por su nombre… Hasta sonaba lindo.

    —Obvio, lo recuerdo. —calló sin dejar de mirarla con el rostro inexpresivo, incitándola a continuar.

    Cristina miró fijamente esos ojos negros como el carbón y de repente sintió que la sangre de sus venas corría más rápido, algo abochornada bajó la mirada levemente evitando toparse de nuevo con esa mirada; pero él seguía con su rostro impasible… ahí, quieto, esperando tan sólo a que ella hablara.

    —No pude entender su significado…—confesó en voz baja, apenándose por reconocerlo ante él, y pudo ver cómo los labios del azabache se curvaban en una sonrisa. Seguramente le encantaba tenerla así… Aceptando sus deficiencias, aceptando que él era mucho mejor y pidiéndole ayuda. Pero no le importaba. Solamente quería que le explicara qué diablos eran esos infernales papeles y punto. Lo que Cristóbal pensase en ese momento de ella le tenía sin cuidado… después de todo no lo volvería a ver.

    Así que, con la voz más tierna y dulce que pudo –sin mencionar falsa- dijo: —Gran rey… ¿podrías explicármelo?—.

    Seguramente con eso lo atraparía.

    Cristóbal sonrió complacido y asintió. —Si me lo pides así… No puedo negarme —susurró rozándole la barbilla con su índice.

    Había logrado su cometido.

    ________________________::::::::::::::::::::::::________________________

    Lo que hacían unas palabras bonitas.

    Fernández había aceptado de muy buena manera en ayudarla; Habían llegado al pequeño parque de “Rambo” que quedaba a pocas cuadras de la escuela. Él montó su bicicleta, invitándola a subir también, pero nunca jamás en la vida se montaría en aquel pedazo de chatarra que prácticamente andaba en los rines…y mucho menos con un ladrón.

    —Bien — empezó él, sentándose en un banca y abriéndole espacio —.Empecemos de una vez, trajiste la carpeta ¿no?—.

    Asintió y se acomodó a su lado; Abrió la mochila gris y sacó la carpeta de cartón, entregándosela al muchacho.

    —Aquí está. —dijo sumisa.

    —“vaya, que mansita está” —pensó divertido observándola de reojo mientras ojeaba los papeles—“Hay que ver lo interesada que puede llegar a ser una mujer…”—.

    —¿Y bien? — preguntó la chica con impaciencia, al no recibir respuesta de su compañero.

    —A ver…—removió varias hojas—Empecemos con esto. —dijo sacando un papel común, que lo diferenciaba de los demás por una sola cosa: Las letras. En vez de con tinta, las palabras estaban formadas por recortes de revistas, desiguales y rústicamente acomodados.

    Chris lo miró interesada. No entendía lo que decía porque las letras se mezclaban unas con otras provocándole dolor de cabeza.

    —¿Qué es eso? —murmuró. Ambos jóvenes observaban en papel con suma celosía, como si fuese el más grande secreto del mundo.

    —¿Sabes por qué pegan recortes de letras en vez de escribir de manera normal? —indagó el azabache con suma seriedad. Ella negó. —Para evitar dejar pistas, Cris —susurró —¿quién descubriría al autor de esta nota? Ni el mismo diablo. —concluyó.

    Él tenía razón. Nunca nadie encontraría al autor, es más, pudieron haber sido autores… Pero ¿por qué tomarse la molestia de recortar cada letrica para formar palabras inteligibles? Era más que obvio que quien fuese el responsable de esto quería permanecer en el anonimato, pero, ¿Por qué?

    —¿Qué dice? No entiendo nada. —dijo ya frustrada por tantas incógnitas.

    Cristóbal sonrió y pasó su dedo en lentamente en forma de zigzag, posándose en cada letra.

    —G,U,E,R,R,I,L,L,E,R,O,S… —mencionaba cada carácter que rozaba— H,I,J,O,S,D,E,P,U,T,A. M,U,E,R,T,E,A,L,O,S,G,U,E,R,R,I,L,L,O,S.— terminó y la miró esperando su reacción.

    ¿Qué?...”Guerrilleros hijos de puta. Muerte a los guerrillos.” Eso era lo que decía: ¡guerrilleros hijos de puta. Muerte a los guerrillos! De pronto la respuesta vino a su mente, explotó como una bomba dentro de su cabeza. —Los para… —susurró.

    —¡Bingo! —.

    Los paramilitares, más conocido como “los para” o “los paracos”. Enemigos incansables de los guerrilleros. Ambos grupos estaban muy al margen de la ley, y causaban mucho daño al pueblo colombiano, pero los paracos sin duda eran mucho peores. Si se trataba de cruzarse con alguno de los dos en el camino, sin duda la opción más acertada sería escoger a los guerrillos.

    Los paracos eran mucho más crueles y sanguinarios. No secuestraban, ellos mataban…y no de una manera bonita: Descuartizaban. A veces, rebanaban a sus víctimas en pequeños trozos, haciéndolos indistinguibles. Otras veces literalmente los “pelaban”, despellejándolos. Y, cuando se mostraban más condescendientes, simplemente disparaban sus armas.

    Había tres cosas claras: La primera, los paracos y guerrilleros eran enemigos mortales. La segunda, los paramilitares no tenían un ideal, ellos simplemente obtenían lo que querían, sin importar a quien tenían que matar para conseguirlo, y en casi todos los casos sus víctimas eran pobres campesinos de las regiones rurales. En los mejores casos, los desalojaban de sus viviendas obligándolos a marcharse a las ciudades, donde su futuro no era muy prometedor. Y tercero, quien no estaba con ellos, estaba en su contra.

    —Pero… ¿por qué tendría esto Henri?... —preguntó, más para sí que para Cristóbal. Él simplemente se removió, incomodo, pero no respondió.

    —Ya te he ayudado bastante. —dijo simplemente.

    Ella lo miró contrariada. —Pero si sólo me has mostrado un papel. —replicó.

    —¿Y qué he ganado a cambio? —contraatacó. —Entenderás que tengo cosas que hacer, y no puedo quedarme con una quinceañera jugando a los detectives. —dijo sin mirarla a los ojos, con la vista en su cicla, tirada en el suelo —Yo de ti, mandaría esta carpeta a la mierda y olvidaría todo esto.

    Pero cómo podría olvidarlo. Simplemente no podía; Recordó los dolorosos moretones que aún adornaban parte de sus piernas, producto de los golpes recibidos por su tío, gracias a la perdida de esa carpetica, o sea… gracias a Cristóbal.

    Aún si quisiera olvidarlo, el dolor se lo recordaba una y otra vez.

    —No puedo… —susurró apretando los labios y cerrando los puños en su regazo. Era lo último que podía hacer.

    —¿ah? —exclamó él sin entender.

    —Dije que no puedo. —respondió con voz más firme, y levantó su mirada vidriosa, chocándose con la de él. Durante un segundo ambos permanecieron inmóviles y en silencio. Lentamente ella comenzó a subirse la falda…

    El azabache desvió la mirada, apenado.

    —¿Qué estás haciendo? — preguntó con un leve rubor cubriendo su rostro—No me refería a que tenías que pagarme de esta forma…— dijo sin atreverse a mirarle las piernas a la chica.

    —No seas tonto y mira. —le ordenó también un poco avergonzada por lo que él había pensado que hacía.

    Sin hacerse del rogar, Cristóbal bajo su mirada. La falda de la chica, ahora a la altura de mitad del muslo, dejaba al descubierto lo que segundos antes cubría: Marcas y moretones.

    Sorprendido, la miró a los ojos y volvió a sus piernas. Alargó su mano y presionó levemente con la yema de sus dedos.

    Ella gimió de dolor, y de inmediato las lágrimas acudieron a sus ojos, sin llegar a derramarse.

    —“Son recientes.” —pensó, y acto seguido froto suavemente su mano en la parte afectada en algo parecido a una caricia. Luego le acomodó la falda y la miró fijamente. —Te lo ha hecho tu tío. —confirmó, recibiendo un asentimiento de cabeza. —¿Por qué? —preguntó seriamente.

    Cristina no se atrevió a responder.

    ¡Demonios!, entonces había sido culpa suya. De seguro la había golpeado por creer que ella tomó la carpeta.

    “Él cuerpo de una mujer es como una obra de arte. Nunca se toca a una si no es para darle una caricia”.

    Entonces: ¿Cómo se atrevió ese viejo re-marica a dañarla? Sintió que la sangre le hervía.

    Definitivamente Henri Hernández pagaría con sangre…

    Continuará…

    Espero que les haya gustado tanto como a mí. Comenten ^^ Y no sean tacaños con un “me gusta” x3
     
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  14.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
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    Muy bien es hora de comentar.

    Lo de los recortes es cierto, es una buena manera de evitar ser detectado por un detective, no sabes la caligrafía y si utiliza guantes es realmente imposible encontrar al remitente, realmente me ha gustado la forma en que estás llevando la trama con esos chapters.

    La protagonista tiene iniciativa y eso es bueno para la trama, me gustó su hambre y ganas de buscar la verdad a como de lugar, Cristobal es misterioso, un badass en cubierto, veremos si ocurre una relación amorosa entre esos dos, o sólo se quedará en amistad y complicidad, le pegaron a la protagonista D:, le cargará el payaso a su tío T.T

    Hablando ortográficamente, realmente eres muy buena, sólo tuviste una tilde en pasado fuera de lugar, también mejoraste las descripciones a lugares, pero igual me gustaría que pusieras un poco más de sentimiento a la narración y que no fuese sólo "Una redacción", es sólo un pequeño consejo.

    De ahí estuviste perfecta, felicidades n-n
     
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  15.  
    Shikatnaruh

    Shikatnaruh Usuario común

    Géminis
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    Konichiwa!!
    Me gusto mucho este capitulo...te quedo muy bien:)
    Me encanto la parte cuando Cristobal se volteo y se avergonzo!
    Tan lindo xDD
    Tuvo que llamarle "Rey" jajaja lo que uno hace por conseguir las cosas xDD
    la ortografía estuvo muy buena, casi nada que corregir
    recomendaciones: mmm...Ninguna en especial, tu forma de narración y descripción es muy buena
    La historia lleva un curso muy bueno a mi parecer
    sigue asi
    cuidate
    Sayo!
     
  16.  
    Alyss Alice No Akuma

    Alyss Alice No Akuma Ritornata

    Escorpión
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    genial...
    wow sin palabras... me encanta como se desarrolla esta trama, uuy... que interesante *-*
    narraste muy bien, se entiende todo, y tambien esta bien tu ortografia ;) felicidades...

    xD tenia que llamarlo Rey si o si hahaha, me gusto eso xD
    pues, gracias por el recordatorio, vas bien, sigue asi, nos vemos en el proximo capitulo.
     
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  17.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

    Libra
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    Konbanwa~
    Kukukukuku~ basante polarizada tu visión del asunto creo yo... la verdad viviendo en Bogotá no conosco esa zozobra e inquietud que debe percibirse en regiones como las fronteras. Sin embargo debería corregirte en tal, una polarización tan fuerte no te hace bien... es decir ambos grupos se llevan de la mano y en realidad no se cual es más cruel... porque las matansas también las realizan los guerrilleros. Por otro lado los paramilitares no matan por que sí, de hecho suelen asesinar a violadores, ladrones, pederastas. Este es solo un punto que cabe rescatar.

    Ahora te estas metiendo en un tema fantastico, al que puedes explotar demasido no solo por estos grupos sino también por la situación de Cristina. Es interesante como poco a poco Cristóbal se esta viendo más y más involucrado en esta situación a la que veo bastante complicada.

    Narración y ortografía casi impecables y sobre todo bastante llevadera.

    Branda me encanta tu historia y espero que la continues pronto. :D
     
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  18.  
    Argens Hatake

    Argens Hatake Usuario común

    Virgo
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    bueno pues te dire muy completo tu capitulo ya que nos has revelado creo yo parte esencial de la trama y unas lineas que nos has dado mucha curiosidad.
    ese tío yo tmb lo haria pagar, jeje
    aww me gusto mucho lo que penso cristobal.

    y como dicen esperemos que se da entre estos dos <3 jejeje

    saludos espero conti :)
     
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  19.  
    Bonita Lokita

    Bonita Lokita Usuario común

    Acuario
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    Ola!!!!!!!!!!!!!!
    galanazo todo esto a estado maravilloso
    increible!!!!
    esta parte me hizo pensar mucho, es muy antivuada pero muy util en tu fic, es tan creativo, melancolico, problematico, muy bueno
    esta padre avisame de otro plisss
    ATTE: Madara sobre todos
     
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  20.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    Título:
    Chris: Fragmentos de una joven vida.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    3008
    Gracias por sus comentarios. Espero que este capítulo sea de su agrado, y me regalen nuevamente sus likes y post. Traté de tomar en cuenta sus recomendaciones sobre la narración, pero creo que no me fue muy bien… quizá simplemente es algo adherido, natural en mí y me costará algo de trabajo cambiarlo.
    Palabras: 2320.

    Capítulo III.

    La cabeza le daba vueltas y más vueltas, el mundo giraba con más rapidez a su alrededor o la rotación de la tierra había cesado; No lo percibía con claridad, no podía percibir nada. Sólo veía los labios de Cristóbal moverse sin parar y más y más hojas rasguñadas y viejas dando vueltas.

    Recordaba con claridad que sus padres eran campesinos, dueños de unas pequeñas parcelas de tierra, dedicadas en su mayoría para el ganado y un poco se utilizaba para el cultivo de algunos vegetales. Vivian tranquilos, y relativamente bien, es decir, nunca les faltaba comida en la mesa.

    Todo era perfecto, ideal, encantador. Sólo ella, mamá y papá.

    —Jonathan Steven Hernández Gómez. —escuchó la voz de Cristóbal, que parecía muy lejana, como si no le hablase a ella, como si no se encontrase sentado junto a ella en el mismo banco del parque por el que habían estado la ultima hora.

    ¿Jonathan? ¿Steven? ¿Hernández? ¿Gómez? ¿Quién diablos era ese? ¿y por qué tenía sus mismos apellidos? Cualquiera diría que era su…

    —23 de Septiembre de 1990. Tarjeta de identidad No. 90062314520.

    O sea, nacido el día 23 de Junio de 19990. A esta fecha debería ya contar con aproximadamente unos veintiún años. Siete años más que ella.

    —No recuerdo absolutamente nada de él —habló al fin, ante la mirada confundida de Cristóbal—no sé por qué tiene esos apellidos como si fuese mi hermano, verdaderamente no sé. Nunca había oído ese nombre en mi vida.

    Y sí lo hubiera hecho, jamás lo reconocería en público, pensó.

    Según lo que el azabache había averiguado con aquellos extraños documentos, sumados con sus experiencias callejeras y agregándole su agudo sentido de la realidad social –oculta- que se vivía en su ciudad, había llegado a una pequeña pero importante hipótesis, de la que estaba convencido en un 80 por ciento: Jonathan era hijo mayor de los Hernández, hermano de Cristina y… miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias De Colombia; en palabras más sencillas, el hermano de Cristina era un bastardo guerrillero.

    Pero en ningún lugar en la mente de la castaña, habitaba ni el más mínimo rastro de aquella persona.

    Cristóbal suspiró. Sabía que de nada valía discutir sobre los lazos sanguíneos que tenían Jonathan y Cristina, pues ésta sería una larga e inútil pelea.

    —Bien, no es tu hermano —aceptó insatisfecho—pero tiene algún tipo de relación con tu familia… o tuvo.

    —¿sospechas que está muerto? —y curiosamente, en la voz de la chica, Cristóbal puedo encontrar un extraño timbre de angustia o al menos de preocupación.

    —No creo nada —respondió con tranquilidad, con la vista fija en la copa de un árbol— No encuentro ningún acta de defunción que me demuestre algo, cualquier suposición sería inútil, niña.

    Ella frunció el ceño levemente, pues para nada le gustaba que el ladronzuelo la tratase como si él fuese mucho mayor, o mucho más maduro. Aceptaba que Cristóbal había demostrado bastante astuto, inteligente, audaz y hasta divertido, pero hasta ahí; Tampoco era para que se creyera la última Coca-Cola del desierto.

    Molesta y agotada mentalmente, suspiró y alzó la mirada; el cielo se veía claro y despejado, y aunque no parecía aún acercarse el medio día, ya se podía sentir el calor común de la ciudad, junto con su alta humedad. Nunca le había gustado el clima, pero no podía hacer mucho para cambiarlo, aunque… sí que podía evitarlo.

    —Vamos al Ventura…—propuso en un suave susurro, y sonrió aún sin retirar su mirada de las modestas nubes que se divisaban sobre las copas de los árboles. El muchacho la miró con extrañeza.

    —¿Y qué bicho te pico ahora? —.

    —Ninguno. Si no quieres no vayas —contestó enfadada—tampoco te voy a rogar pues —y se sintió repentinamente avergonzada; avergonzada por haber soltado tan a la ligera la invitación, avergonzada de la respuesta del chico, y avergonzada por ser tan incapaz de mantener la actitud fría y la distancia que se suponía debía mantener con Cristóbal.

    —No es para tanto, no te enojes…—el azabache sonrió levemente, mirándola con suavidad—sólo se me hace extraña tu invitación, pues sueles tratarme como a la peor escoria del universo, es todo…

    Ahora estaba sorprendida. Todo ese tiempo pensó que sus intentos por mantener su posición de “tú eres menos que yo, Cristóbal, pequeño ladronzuelo” habían sido vanos, y siempre creyó que el muchacho veía a través de su ser; jamás se hubiese imaginado que aquel ser sentado a su lado se creía todo aquel teatro, y más le sorprendió saber que su “frialdad” le afectaba, al menos un poco.

    Y después, hasta se sintió un poco mal; después de todo, él no merecía sus reproches, sus insultos, sus palabras despectivas o sus miradas altaneras, pues, aunque no lo reconociera en voz alta, Cristóbal le había ayudado de manera desinteresada, y mucho.

    —Perdón…—susurró arrepentida—.

    Él bufó. —Bah, tu actitud cambia para conmigo sólo cuando me necesitas… O sea ahora.

    —Te prometo que no, Cristóbal —dijo, tratando de hacer contacto con aquellos ojos oscuros como el carbón que huían de su mirar—sé que te he tratado mal a veces, y lo siento… pero admite que tú también has colaborado, ¿o es que no recuerdas la vez que me tiraste esa bolsa con abono y gusanos en la cabeza?

    —Eso fue hace siete años…—se defendió—y lo hice porque eras una envidiosa insoportable que no compartía aquella bolsa de galletas.
    Ella rió, divertida.

    —No puedo creer que aún te acuerdes de eso.

    —Claro que me acuerdo…hay cosas en la vida de un niño de siete años que nunca se olvidan —dijo soltando una leve risa—que te nieguen galletas es algo traumante, ¿Sabes?

    —Pues es más traumante que tener gusanos hasta en el jopo.

    Y ambos rieron de buena gana.

    —Ay ya, mejor vamos rápido. Tengo ganas de aire acondicionado —dijo la castaña, recibiendo un asentimiento por parte del chico. ¿Qué mejor lugar para pasar un día caluroso que el centro comercial ventura plaza? Ninguno.

    __________________________________________________________________

    Daba vueltas y más vueltas por la sala. Toda la casa estaba hecha una completa cochinera; muebles volteados, papeles en el suelo, cajones tirados… en fin, todo un completo desastre. Había desbaratado todo el lugar y ¡los malditos papeles no aparecían!

    Suspiró desesperado y se frotó el rostro con angustia.

    Henri Hernández movió su gruesa figura hasta la única silla en posición normal, e intentó calmarse y pensar con cabeza fría, como siempre lo hacía, claro.

    ¿Cómo pudieron haber desaparecido tan de repente? Se esfumaron en un simple “Puf”. Los había dejado bien guardados, de eso estaba seguro, pero de un segundo al otro ya no estaban. Era algo muy extraño, pues las únicas personas que tenían acceso a la humilde vivienda eran él y la mocosa, así que naturalmente ella había tenido que ver en eso; pero lo más extraño se trataba del hecho de que no soltó ni una sola palabra mientras la castigaba por la perdida. Le dio y le dio hasta que le dolieron las manos, pero ella siguió firme y con la mirada orgullosa. Igualita a la de su madre, pensó con fastidio. ¿Sería que en realidad Cristina no tenía nada que ver con eso?, pero entonces ¿quién? Era casi imposible que alguien hubiese entrado única y exclusivamente con el propósito de llevarse una vieja carpeta de la que, estaba seguro, no podía sacar ningún provecho…

    ¡Dios! ¡Es que todo lo llevaba a ella!, ¡maldita sea! ¿A quién más podría beneficiarle sino a ella?

    —Maldita mocosa…— masculló.

    Y entonces, recibió la llamada.

    __________________________________________________________________

    Todo había sucedido tan de repente que apenas había tenido tiempo de reaccionar, aunque no pudo hacer nada… se la llevaron.

    Estuvieron largo rato paseando, mirando vitrinas, subiendo y bajando las escaleras, y usando el ascensor mientras, por primera vez, ella estaba siendo amable con él. No sabía si lo hacía para que siguiera ayudándola, pero igual no le importaba. Se encontraban pegados a unas vitrinas de zapatos, cuando Cristóbal sintió que lo encañonaban por detrás, susurrándole al oído: —Tranquilo, chamo. No pasa nada, camine normalito hasta la salida.

    Inmediatamente buscó con la vista a Cristina, y encontró su rostro pálido del susto y sus ojos llorosos, ella tenía miedo y eso le perturbaba hasta el extremo; los extraños se ubicaron a los lados y fingieron tener una conversación amena con los muchachos, camuflando las armas entre sus ropas pero sin dejar de apuntarles un solo segundo, hasta salir del centro comercial.

    Sin mucho tacto, los subieron a una camioneta grisácea y, según sus conocimientos en autos, era una Jeep Grand Cherokee 2010, sin placas. Aparecieron un tercer y un cuarto hombre en la parte delantera, quienes arrancaron la maquina a gran velocidad, mientras sus compañeros les vendaban los ojos a Cristina y a él, y les ataban las muñecas.

    Anduvieron alrededor de unos quince minutos, cuando de un momento a otro y sin previo aviso, pararon, abrieron la puerta y lo sacaron del auto, tirándolo al suelo arenoso y caliente; Verdaderamente pensó que iban a matarlo. Ya se veía como en uno de los casos de la serie policiaca de Infiltrados, cuando al pobre muchacho le ponían al arma en la cabeza, estando con los ojos vendados y de rodillas en medio de un peladero, mientras el hombre malo con acento costeño dice: “lo siento, compadre, pero así son las cosas”, y se oye el balazo, seguido del desplome de un cuerpo.

    Pero para su sorpresa, no fueron así las cosas.

    Oyó el ruido del motor al encender y el rechinar de las llantas, también el humo en su cara y luego nada más. Para su buena suerte, la atadura de sus manos se habían aflojado, así que rápidamente pudo liberarse y quitarse la venda de los ojos para encontrarse con un viejo barrio de invasión ante su vista; sabía dónde estaba, muy cerca de San Martin, e irónicamente cerca de su casa, y de la de Cristina.

    —Cris, mira donde nos dejaron. —exclamó contento, pero al darse vuelta sintió un vacío increíble en su interior al notar la ausencia de la chica. Desesperado, corrió hacía la carretera, pero de nada servía: el auto se había ido y no había dejado rastro; además, no había nadie allí que pudiera ayudarlo.

    Se habían llevado a Cristina y no había hecho absolutamente nada para evitarlo.

    Suspiró, irritado, cansado, pero sobretodo, triste… demasiado triste. Se la llevaban justo en el momento en que más la empezaba a querer, y más importante aún, en el momento en que a ella parecía no molestarle estar cerca.

    ¿Ahora qué hago? Pensó, pasándose la mano por el cabello, dejando ver su desespero y frustración, ¡qué diablos podía hacer! Parecía completamente inútil cualquier cosa que intentase, no había mayor impotencia en el universo como la que estaba sintiendo en aquel instante y lo peor era que estaba completamente solo.

    Se sintió como nunca se había sentido, deseó ser mayor, más fuerte, más inteligente y más hábil para saber qué hacer, a donde ir, a quien acudir… para poder protegerla; Pero solamente era un muchacho de dieciséis años que cursaba once grado, con coeficiente intelectual, aberración a los video-juegos, historietas, el aire fresco, la tranquilidad y la vagancia.

    Entonces se le ocurrió. Sin importar lo problemático que fuera, tenía que hacerlo, tenía que contactarlo. Seguramente él era el único que sabía lo que estaba pasando, y por ende, el único que podía ayudarlo… Tenía que encontrarlo, costara lo que costara.

    —Jonathan…

    Lo bueno era que tenía una leve idea de donde podría encontrarlo…

    __________________________________________________________________

    Era una habitación pequeña, vieja y oscura, contaba sólo con una diminuta ventanilla que dejaba entrever un callejón que no contaba con ningún factor agradable; Grandes manchas de humedad demarcaban las grises paredes, y la puerta de metal oxidado, junto con la destartalada camilla (artefacto único del cuarto) completaban lo que para ella debería llevar el título de mazmorra.

    Hacía ya bastante rato que la habían dejado allí –una hora o quizá dos- y también hace rato que se le había pasado el susto; ahora lo único que tenía era un hambre inmisericorde y también un terrible cansancio, cosa común después de haber dado unas cien vueltas a su celda, gritar hasta desgarrarse la garganta y llorar con sentimiento durante horas.

    Al fin, cansada y derrotara, decidió recostarse en el colchón tullido y magullado que le había proporcionado, pues aquello no merecía llevar por nombre “cama”. Suspiró y cerró lentamente sus parpados hinchados, tratando de despejar su mente y relajarse, aunque fuera un poco.

    —Todo sería más llevadero si Cristóbal estuviese aquí…—instintivamente se ruborizó, y corrigió sus pensamientos— Todo sería mejor si él estuviera aquí y yo afuera.

    Ni siquiera sabía para qué la querían, ella no había hecho nada, y era más que claro que aquellos tipos no eran delincuentes comunes o simples secuestradores en busca de cualquier limosna, ellos querían algo… y parecía que ella tenía ese algo, fuera lo que fuese.

    Ahora se arrepentía de haber faltado a la escuela. De haber ido, ahora estaría durmiendo en clase de química de la manera más tranquila y apacible hasta que “el pastuso” le tirara el borrador a la cabeza, ganándose las risas de todo.

    Sonrió de manera inconsciente al recordar la razón de su ausencia clases. Lo había visto echado en la otra acera y sin darse cuenta ya se dirigía hacia él, segura de que tampoco entraría al plantel –pues no era que se encontrase muy a menudo allí dentro-, su pose despreocupada y perezosa, esa maravillosa y desordenada forma de portar el uniforme y aquellos azabaches cabellos rebeldes como él mismo, cubriendo sus fugaces y oscuros ojos; simplemente perfecto, había pensado aquella vez, o sea, en la mañana del presente día.

    —Maldito Cristóbal —susurró, al tiempo que una suave risa se desprendía de sus labios—por culpa suya y de su maldita actitud es que ando acá metida. Imbécil.

    Continuará…
    Espero que no los haya decepcionado, y quisiera que me hiciesen conocer sus peticiones o recomendaciones:* Los amo y no dejen de postear.
    Sayo.
     
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