Cenizas y la Tierra Perdida

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Estrella Solitaria, 11 Enero 2012.

?

¿En qué debería mejorar?

  1. Narración

    80.0%
  2. Ortografía

    20.0%
  3. Trama

    0 voto(s)
    0.0%
Se permite votar por más de una opción.
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Estrella Solitaria

    Estrella Solitaria Lady star

    Acuario
    Miembro desde:
    31 Enero 2011
    Mensajes:
    450
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Cenizas y la Tierra Perdida
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1845
    Hola, esta historia tratara de dos amigas que acuden a la escuela, hasta que extraños sucesos comienzan a ocurrir, lo que les llevará a descubrir un pasado que puede salvar su futuro, espero les guste.

    1° capitulo: Regaños

    Las cenizas lo cubrían todo a su alrededor, cayendo de un cielo que comenzaba en las copas de los árboles, aquellas cubrían todo como la nieve sólo que envuelta en un tono grisáceo lleno de dolor, como se comentaba de un pueblo a otro y entre esas cenizas algo o alguien se ocultaba…

    —Eso es lo que pude encontrar Katia —dejando el libro a un lado mientras yo trataba de bajar de la escalera de la biblioteca.
    —Eso me entrega una nueva pista, me intriga pero no es suficiente —concentrándome tanto que sin darme cuenta mi pie resbalo perdiendo el equilibrio, cayendo entre muchos libros.

    —¡Katia!, ¿estás bien? —acudió en mi ayuda Casandra sacando los libros que me sepultaban.

    Ella es mi amiga desde primaria, siempre hemos sido muy unidas, ella es buena escuchando mis tonterías y me aconseja cuando lo necesito. Su cabello es negro y corto, sus ojos son azules y su piel blanca.

    —Sí, esa caída me dolió —quejándome de mi dolor —pero no te preocupes —sonreí para calmarla.

    —Katia ¿por qué quisiste saltarte las clases para venir aquí?, no sabía que te gustara la lectura —tornando su voz a un tono de burla —sabes que si nos atrapan aquí…—interrumpiéndose sollozando por el regaño que nos llevaríamos. Ambas sabíamos que nuestra directora no tendría piedad.

    —Tal vez así pueda comprender…es que he estado un poco rara —confusa le expresé a mi amiga, sin embargo cuando intenté ponerme de pie mi tobillo estaba resentido.
    —Mira el desastre que quedo amiga —mirándome, percatándose de mi dolor —quédate ahí, no te preocupes recogeré todos los libros y te llevare a la enfermería —.

    Así fue, luego de ordenar un poco nos marchamos a la enfermería, creo que me he vuelto un desastre, cada día me gano más regaños.

    Allí espere sentada a la enfermera, mientras el viento entraba por la ventana moviendo mis cabellos rojizos, al llegar ella con su toque tan suave examinó mi tobillo moviéndolo de un lado a otro creo que hasta corrigió mi torcedura. Vendó mi pie para dirigirnos a la rectoría a hablar con el terror de nuestras vidas y un médico que no había visto antes me recomendó tener más cuidado con mis actos.

    Luego de la mundial reprimenda la directora nos mandó ayudar en la gran biblioteca durante un mes después de clases, eso me molestaba no obstante poco me importaba lo que más quería era volver a casa en donde mi abuela me espera.

    —¡Ya volví! —grité tirando mi mochila al suelo al llegar a casa como siempre. Para mi sorpresa miraba las montañas en donde más allá en el mar se esconde el sol. Estaba tan pensativa como nuca la había visto.

    —Abuela ¿qué sucede? —intenté desviar su vista hacia mí.
    —Mí niña quiero que siempre sonrías —cálidamente me dijo apretando mis mejillas, pero no comprendí sus palabras, por lo que me dormí inquieta.

    A la mañana siguiente las clases estuvieron aburridas como siempre, me entretuve más mirando por la ventana y soñando despierta, pensando en las palabras de mi abuela.

    Luego me reuní con Casandra en la biblioteca, sin embargo debido a su retraso aproveché de inspeccionar los libros, quiero saber por qué mi abuela mira siempre a esas montañas, ¿qué habrá allí?

    —Desde que llegué estas muy silenciosa, ¿ocurre algo Katia? —interrumpiendo mis pensamientos Casandra, moviendo con su mano mi cabello, notando mi preocupación.

    —Ayúdame a buscar de nuevo lo que está más allá de las montañas —pedí con curiosidad.
    —Sabes que esa es tierra prohibida, no se puede preguntar así como así —reclamaba Casandra.

    —Siento algo raro dentro de mi —recalqué sin comprender tampoco, y aunque en un principio de negó, terminé convenciéndola, pero la suerte no estuvo de nuestro lado, por más que buscamos en dos estantes de libros muy altos no encontramos pista alguna y con aire derrotista me marché a casa.


    Cuando llegué a casa mi abuela miraba de nuevo hacia las montañas, en donde no se permitía ir, creo que hace unos años unos incidentes ocurrieron por lo que en nuestra ciudad se lleva un control estricto de eso.

    —Abuela, ¡¿qué pasó aquí?! —Me sorprendí porque nuestro patio estaba destruido, soltando la mochila de mi mano, boquiabierta mientras mi abuela se mecía en su silla.
    —Unos hombres quisieron entrar pero no pudieron con una simple anciana —sonriéndome despreocupada, no obstante no podía creerle.

    —¿Quién eres tú y que hiciste con mi abuela? —incrédula y sobresaltada le preguntaba, sin embargo ella no me dijo nada más, pero mis sentidos me alertaban que aún quedaba alguien en casa.
    Era una extraña sensación la que sentía dentro de mí, no era miedo, más diría que una fuerte adrenalina invadía mi ser, sólo un susurro escuché por lo que me dirigí a cada una de las habitaciones de la casa, pero no encontré a ningún intruso, lo que me alivio de momento pero no dejaba de inquietarme.


    —Aún tengo como defenderme, mi niña. Aunque no lo creas en mi juventud fui perteneciente a una guardia…—comenzaba con sus delirios. Sólo me alegra que ella este bien.


    Con todo esto no estaba tranquila y vigilando la casa no pude dormir en toda la noche, por lo que cuando fui a la escuela por la mañana no aguanté más y me dormí apoyando la cabeza entre mis brazos sobre la mesa mientras la profesora impartía la clase.

    …Alguien me sujetaba de la mano con fuerza, la nieve caía sobre nosotros veía su sombra solamente. Mi ropa estaba húmeda y no sé hacia donde me llevaba, mi cabello extrañamente estaba corto y aquel no me miraba, caminando entre hojas muertas, niebla y tormento…

    —¡Despierte señorita! —escuché el resonar de mi mesa a un lado de mi oído, era la profesora que me regañaba, me había dormido en medio de su clase.

    —Sólo era un sueño —sobresaltada me obligué a razonar, sin embargo antes de reaccionar bien del todo ya estaba en la rectoría nuevamente, delante del escritorio de la directora.

    —¡Señorita, esto es el colmo!, ¡ya he recibido muchas quejas sobre usted! Creo que sus padres tomaron una mala decisión al dejarla amparada en esta institución —recordándome el motivo por el que tenía que soportar sus palabras.

    << Mis padres desaparecieron hace unos años y me dejaron aquí con mi abuela, no sé del todo que fue lo que sucedió, si estuvieran vivos ya hubieran vuelto por mí, así que no me cuesta imaginar porque no están conmigo, además cuando le pregunto a mi abuela por ellos evade la pregunta y se sumerge en sus divagaciones>>.

    El nuevo castigo desde ahora es ayudar en la enfermería algunos días, en donde conocí al nuevo médico que había contratado la escuela, ya que también en el edificio oeste están los dormitorios, que son usados por alumnos acogidos, como es mi caso, sólo que aún tengo a mi abuela y prefiero vivir con ella.

    —Así que tu eres Katia, debes tener más cuidado muchachita—saludaba el médico sonriendo y recordando mi caía.
    —Sí, yo estaré ayudándole algunos días —correspondí su gesto aunque algo me inquieta sobre esta persona, aunque a simple vista parece normal: bata blanca, lentes y un carácter afable.

    Él me encomendó ir a recibir algunas medicinas, esperé al camión repartidor y las lleve con cuidado a la enfermería, en donde ya atendían a un paciente. Coloqué las medicinas en una mesa y procedí a entregarle las vendas que el doctor puso en la pierna del paciente.

    Más tarde Casandra me contó sobre la clase de historia, en donde se habló de la tierra perdida: Se contaba que aquella fue oculta para preservar el bien tanto de nuestro mundo como de otros que desconozco.
    Se cuenta también que un hombre muy poderoso intentó controlar un gran poder el cual sostenía la vitalidad y equilibrio, extendiendo la muerte de muchos inocentes hace algunos años, sin embargo una mujer logró sellar su malvado espíritu y ahora errante va de un lugar a otro.

    —Muchas gracias por contarme esto amiga —tiernamente expresé, estas eran pistas que importaban —aunque tengo mala suerte, porque cuando yo asisto a clases nada interesante sucede —hacía mis berrinches delante de ella, logrando sus risas al ver mi escena.


    Al sonar el timbre acomodé mi mochila y comencé mi camino de vuelta a casa con rostro sonriente sin embargo me sentía incomoda, sentía como si una presencia extraña me siguiera por lo que apresuré el paso. Miraba hacia atrás constantemente, no había nadie a mi espalda, no obstante ese sentimiento me obligó a correr hasta llegar a casa, cerrar y bloquear la puerta, sólo así pude estar más tranquila.

    Mientras que en el viento ese susurro se escuchaba: confirmado, es ella.


    ¿Qué les ha parecido?
     
    • Me gusta Me gusta x 10
  2.  
    ToObi

    ToObi Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    10 Noviembre 2011
    Mensajes:
    87
    Pluma de
    Escritor
    Debo ser honesto no me gustó mucho =S los personajes carecen de personalidad, describes aveces muy rápido y otras muy lenta

    Lo que sí me gustó fue la historia y eso de q era un sueño (aún que me perdí por q la niña estava en la nieve? )

    bueno esop, espero q mejores en los puntos q te dije en q estabas mal =S
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Lincoqueo

    Lincoqueo

    Piscis
    Miembro desde:
    20 Noviembre 2011
    Mensajes:
    264
    Pluma de
    Escritor
    Buenas, tía n-n

    Bueno, sabrás que yo siemrpe comenzo por lo técnico así que comencemos, sinceramente es muy poco que hay que corregir.

    Tu ortografía es muy limpia, casi excelente, pero lamentablemente noté un dedazo: resbaló. Lo que está con rojo es el error, tenía que ir con tilde ya que es un verbo en pasado. No te preocupes, ya que a todos nos puede pasar. n.n Incómoda. Son tildes, pero es algo que se les va a la mayoría.

    Sentí que faltaba un poquito de descripción, ya que como te dijo ToObi hubo veces que describiste muy rápido.
    Anyway~ Me gustó tu narración.

    Me gustó este capítulo, querida. n-n

    ¡Saludos!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Alexa Hime

    Alexa Hime Usuario popular

    Escorpión
    Miembro desde:
    20 Marzo 2011
    Mensajes:
    685
    Pluma de
    Escritora
    Me gusto mucho estrellita-san es una buena idea y deja mucho misterio, si sentí que algunas cosas
    fueron muy rapidas por ejemplo el disturbio que hubo en la casa de Katia ahí se pudo haber descrito mas
    o tal vez al principio explicar porque ella estaba inquieta e investigaba.
    Pero ya que hablamos sobre la "musa" esa que tanto se escapa *prepara jaula* comprendo, sólo te aconsejo que tranquilamente esperes a ordenar tus ideas y ya veras que todo saldra bien.
    Tecnicamente no opinó nada bueno, lo de la abuela me dejo con cara de wtf 0.o jajaja espero ver que es ese misterio y que ondas con las montañas xDDD

    Cuidate estrellita-san y perdona que no comente ayer mi quedarse dormida jajaja bye-bye n.n
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  5.  
    Sakuno kun

    Sakuno kun Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Abril 2011
    Mensajes:
    314
    Pluma de
    Escritor
    Hola. La historia me gustó. Es interesante y tiene el factor suspenso que es tan necesario. Como han dicho te faltó un poco de descripción y noté que usaste muchas comas, lo que hizo la narración un poco rápida. En ortografía si no tengo nada que decir pues la considero muy buena.

    Espero que tu musa aparezca pronto y continúes la historia.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    Estrella Solitaria

    Estrella Solitaria Lady star

    Acuario
    Miembro desde:
    31 Enero 2011
    Mensajes:
    450
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Cenizas y la Tierra Perdida
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2301
    Hola, les agradezco a todos por el tiempo que dispusieron para leer, también por sus correcciones :3 y apreciaciones.

    2° Capitulo: Copos de nieve.

    Hoy es un día de invierno, las calles están cubiertas de nieve y las chicas y chicos acuden con abrigos a la escuela, aunque a la mayoría le agrada a mi no me gusta el clima tan frío, pero en la calle la gente sonríe al pasar, un gesto de saludo y allí me veo corriendo hacía la escuela, mi capucha se ha bajado de mi cabeza por la velocidad y el viento al correr, entre los copos de nieve que caen sobre mi cabello y mi abrigo azul porque casi es hora, el timbre esta por sonar.

    —Sino me hubiera quedado tan tarde dormida… ¡sino me apresuro llegaré tarde! —hablándome a mí misma, aumentando la velocidad.

    Ya veía la escuela, me quedaban pocas calles para llegar sin embargo por mirarla mi pie tropezó en una grita que sobresalía, cayendo al suelo blanco, literalmente comiendo nieve. Sí lo sé, soy despistada.

    —Disculpa, ¿estás bien? —preguntó una voz desconocida, pero apacible. Al levantar mi cara vi su sonrisa, era un chico de piel blanca, cabello azul oscuro y ojos negros.

    <<No puede ser, un chico vio mi torpe caída, trágame tierra >> pensé no obstante él tomó mi mano y me levantó ante mi rostro enrojecido, olvidándome por un instante de la prisa que tenía, hasta que salí de su encantamiento.

    —¡Muchas gracias, disculpa pero tengo mucha prisa! —apresurada reacomodando la mochila en mi espalda continúe hacia la escuela imaginándome la cara que pondría la directora sino me veía en clases.
    Por suerte después de subir las largas escaleras logré entrar al salón antes que el profesor, justo a tiempo para quitarme el abrigo y sentarme en mí puesto que está al lado de una ventana.

    —¿Por qué llegas tan tarde Katia? —preguntó en voz baja Casandra que se sienta delante de mí.

    —¡Silencio, la clase va a comenzar! —Nos acallaba el profesor de historia —hoy tenemos a un compañero nuevo, espero que todos le traten bien y lo incorporen. Preséntate a la clase —pidió al chico, mientras yo sólo le escuchaba porque me entretenía mirando por la ventana la nieve que caía afuera.

    —Mi nombre es Riaru Natzel. —Se presentaba y aunque no me importaba algo llamó mi atención… esa voz es...
    —Puedes tomar asiento al lado de Katia —dirigió el profesor, aproximándose a mí.
    —Así que eres Katia. Ten esto, lo olvidaste cuando te caíste —extendió su mano la que tenía un pequeño adorno que traía mi mochila.

    << Lo que me sorprendió, era ese chico, que vergüenza, debe pensar que soy muy torpe y además infantil por ponerle adornos a mi mochila >>.

    Luego la clase consistió en planear un viaje a unas antiguas ruinas que existían al este de nuestro país las que al término de la semana visitaríamos, lo que por cierto tenía muy emocionada a Casandra.

    Al sonar el timbre salimos y Riaru se acercó a mí lo que no dejaba de recordarme aquella torpeza.

    —¿Podrías guiarme por la escuela? —pidió a lo que acepté, después de todo le debía la cortesía que antes había tenido comenzando así nuestro recorrido aprovechando que la nieve ya no caía.
    —¿De dónde vienes Riaru? —pregunté directamente, ya que no era mi estilo quedarme con dudas.

    —De una ciudad del sur en donde no existe la nieve. Tuve que venir aquí por asuntos del trabajo de mi padre. No pensé que conocería a una chica tan linda —examinándome mientras me relataba esto, lo que en parte me incomodaba.

    —Gracias por el cumplido y por devolverme el adorno —agradecí mientras le llevaba al jardín donde una fuente se alza

    —Nuestra escuela consta de tres edificios, nuestro salón esta en el edificio del centro en el tercer piso, en el que esta además el salón de computadores, la sala de arte y la de música. En el edificio de la izquierda está la biblioteca, el salón de ciencia, la sala de maestros y la oficina de la directora En el edificio de la derecha son preferentemente salones de clases, además de la sala de proyecciones —instruía, sin embargo mientras yo miraba estos edificios indicándole la sección de la que hablaba, él no respondía nada.

    —Gracias por la orientación y por la mirada de tus bellos ojos verdes. —Logrando mi sonrojo, sin embargo Casandra apareció librándome de tener que contestarle, ya que le pedí que lo entretuviera.

    <<Aún tengo que investigar sobre esas montañas y la leyenda que le rodea además de esa extraña sensación que tengo>>. Por lo que me marché un rato a los archivos de la biblioteca, claro sin que nadie me viera, encontrando un artículo de hace seis años que comentaba como una nieve tan obscura caía luego de que el cielo se tornara de color grisáceo junto al estruendo de unos rayos, hecho que me llamaba la atención, escribí aquello en un papel, guardé todo y me fui.

    Así continuaron las clases en el ambiente frío y nublado de este día, tuvimos clase de arte en dónde traté de relajarme aunque sin éxito, luego clase de idiomas, en donde casi nunca apruebo, sin embargo al contario de mí a Riaru se le daba bien, ya que contestó en el idioma pedido sin complicación.

    —¡Al fin ya es hora de ir a casa! —expresé estirándome alegre y lista para irme, con mi abrigo puesto y la mochila en mi espalda.

    —¿Puedo acompañarte a tu casa? —apareciendo de la nada Riaru, sin que pudiera negarme, así nos marchamos conversando y viendo los árboles y casas que nos rodeaban, no obstante en el camino a casa presentí nuevamente una presencia extraña y mientras pensaba en esto mi acompañante comenzó a actuar extraño, se abalanzó sobre mí poniéndome contra una pared con mucha fuerza, tanta que mis pies estaban separados del suelo.

    —¡¿Qué te sucede?!, ¡suéltame Riaru! —forcejeando con él. Sus ojos no brillaban y su expresión cambiaba provocando mi temor.
    —¡No te soltaré hasta que me entregues el emblema, sólo cuando lo consiga podré terminar con esto! —acercando su mano a mi cuello. Su fuerza era increíble.

    —¡No sé de qué me hablas!, ¡déjame! —tratando de librarme de él. En su rostro se marcaban más y más sus venas.

    —¡No mientas más!, eso no te servirá conmigo!, ¡si no me lo entregas te mataran! —aseveraba muy seguro.

    —¡No comprendo!, ¡estas equivocado yo no tengo ningún emblema! —grité en mi defensa, sin embargo él no me creía por lo que revisó los bolsillos de mi abrigo y sin encontrar nada me tiró al suelo golpeando mi cabeza en el cemento, escuchando sólo el eco de sus palabras… levolus, levolus, captin levis perdiendo así el conocimiento.

    Despertando después en mi habitación recostada en mi cama, sintiendo que algo me había pasado, claro mi cabeza me dolía percatándome que tenía un parche en esa zona, sin embargo sólo recuerdo que vine a casa.
    —¡Sobrina qué bueno que ya despiertas! —Se abalanzaba mi tía sobre mí besando mis mejillas con mucha emoción.
    —Pero, ¿cuándo llegaste tía? —alejándola de mí. <<Ella es Carmen hermana de mi madre, a veces viene de visita aunque hace más de un año que no la veía, tiene veintiocho años, el cabello negro y ojos café >>.

    —Llegué por la mañana Katia, tu abuela no se sentía muy bien, ya sabes que esta es una fecha complicada para ella. Por cierto que chico más guapo y gentil el que te trajo a casa querida —explicaba ella, sin que le comprendiera del todo.

    —No me acuerdo de nada, ¿qué me pasó? —pregunté sin orientación aún.

    —Un muchacho de cabello azul y de ojos negros te cargó hasta aquí, dijo que te desmayaste mientras te acompañaba a casa y que te golpeaste la cabeza querida. ¿En serio no lo recuerdas?, porque cómo alguien puede olvidar a un chico así…—No paraba de hablar como es su costumbre habitual.
    —Gracias tía con eso es suficiente, no hables más que me duele la cabeza —pedí tapándome la cara con una manta.

    *Mientras que en un lugar un tanto apartado, húmedo y sombrío un hombre golpeaba a un chico por no cumplir con su deber, reclamándole que no servía para nada, y que como hijo del próximo gran gobernante tenía que probar sus habilidades como futuro príncipe.

    —Sino obedeces mis mandatos serás rechazado por todo el clan Malvery, no podrás volver nunca, aunque seas hijo del futuro gran gobernante debes contribuir. Sabes que ese emblema es nuestro principal objetivo en este país y que te mandé precisamente para no despertar sospechas —Le recordaba un hombre misterioso vestido de negro, lentes y pantalones grises, de expresiones frías, codiciosas y voz fuerte.

    —¡Le juró señor que no volveré a fallar y descuide ella no recordara nada! —prometía sabiendo el castigo del que se había salvado por ahora, aquel que estaba siendo utilizado por la codicia y siendo en parte obligado a cumplir con los sueños de una organización que con el poder que buscaban podrían dominar dos de los cuatro países cercanos más poderosos*.


    Mientras afuera la nieve a comenzado a caer de nuevo aquí estoy con un gran dolor de cabeza en mi casa, sin embargo me levanté a ver a mi abuela, esta fecha es muy significativa porque fue cuando desaparecieron mis padres lo que sucedió cuando yo tenía diez años, no puedo creer que ya han pasado seis años desde que eso ocurrió.

    —Nevaba como hoy ese día mi niña —abrazándome se acercó mi abuela mirando ambas los copos de nieve y los árboles níveos, con un tono melancólico y dulce a la vez —tú tenías fiebre ese día por lo que te quedaste en casa mientras yo te cuidaba y velaba tus sueños, no obstante tus padres se vieron envueltos en los incidentes de ese día, por extraño que parezca ellos desaparecieron —recordaba y me relataba con su voz cándida.

    —¿Es por eso que siempre miras las montañas abuela? —pregunté con curiosidad.
    —En parte mi niña, aunque hay una gran culpa que se encuentra haya donde se esconde el sol, si fuera más joven podría remediarla —poniéndose de pie sin que comprendiera, con expresión triste en su rostro y cuando me apresuraba a alcanzarle mi tía me detuvo.

    A la hora de la cena nos sentamos mi tía, mi abuela y yo ya con la mesa adornada y listas para comer en donde me animé a preguntarle sobre los hombres que habían entrado en la casa, ella me contó que eran dos hombres de vestiduras negras y extraña mirada, los que revisaron las habitaciones mientras ella volvía de hacer las compras, pero que en un simple combate los había burlado esquivando sus ataques y usando la fuerza de ellos en su contra por eso el patio había quedado destrozado.

    —¡Abuela, sabes que eso es imposible!, seguramente fueron dos ladrones —impresionándome de su relato tan fantasioso, tomando una taza de té mientras ella continuaba.

    —Aunque no me creas antes de que tú nacieras yo era una guardia imperial de un reino —mirándome fijamente, sin dudar no obstante eso no era para nada creíble. Sujetando una taza de té también.

    —La abuela guarda más secretos de los que aparenta, ¿cierto madre? —suspicazmente dijo mi tía mirándola fijamente.

    —Como todas las personas sólo que si les contara no me creerían, ya llegara su momento, no desesperen —finalmente expresó dejándonos con la duda a mi tía y a mí levantándose de la mesa y llevando la loza sucia al lavadero de la cocina, seguida de mi tía que también le ayudaba.

    Por mí parte fui a mi habitación, durmiéndome profundamente en mi cama.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  7.  
    Sakuno kun

    Sakuno kun Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Abril 2011
    Mensajes:
    314
    Pluma de
    Escritor
    Hola. Este capítulo me gustó mucho pues pusiste en práctica los consejos que te dimos. Vi algunos errores de dedo como:
    Esta palabra funciona como verbo y al no acentuarla parece un demostrativo. Lo correcto sería: está.
    También noté algunos errores en cuanto a la separación de los diálogos. Unos están muy pegados y otros bien separados, por eso te sugiero que elijas bien el modo en que los vas a tener para no causar incomprensión.

    Espero que lo sigas.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  8.  
    Alexa Hime

    Alexa Hime Usuario popular

    Escorpión
    Miembro desde:
    20 Marzo 2011
    Mensajes:
    685
    Pluma de
    Escritora
    Hola Extrellita-chan sabes me ha gustado mucho el cap. la aparición de ese chico tan guapo
    jajaja es buenisima, no me imagine que fuese malo(?) fue un buen giro, con respecto a la descripción
    fue mucho mejor y se comprendió muy bien.
    No soy tan buena en cuanto ortografía pero no hubo errores tan evidente sólo uno que otro punto que falto.

    Me gustó que ya la historia va dando un buen rumbo y forma, espero leer y más y saber ¿que pasa con Katia?
    ¿emblema? ¿la abuela una guardia?

    Me encanta, en fin me avisas al proximo y perdona por comentar hasta hoy n.n nos vemos bye-bye
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  9.  
    Estrella Solitaria

    Estrella Solitaria Lady star

    Acuario
    Miembro desde:
    31 Enero 2011
    Mensajes:
    450
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Cenizas y la Tierra Perdida
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    3001
    Hola, muchas gracias nuevamente, espero que el siguiente continuación sea de su agrado.


    3° capitulo: Recuerdos.

    ¿Otra vez en la nieve?… ¿en dónde estoy?... esta muy obscuro aquí y ¿qué es eso que cae?

    Desperté sobresaltada, últimamente tengo sueños muy extraños y más este último en el que me sentía aterrada, sola tragada por la sombría oscuridad, pero qué bueno que desperté… Espera ¡qué hora es! tomé mi despertador preguntándome si había fallado, la hora me culpaba eran las once de la mañana y cuando ya comenzaba a desesperarme apareció mi tía abriendo mi puerta con el desayuno en una bandeja.

    —No te preocupes llamé a la escuela diciendo que no ibas a asistir, es mejor cuidar ese golpe que tienes —serenando mi ser en un momento, recibiendo un vaso de jugo y unas tostadas de mantequilla en mis manos, las que comí rápidamente, agradeciéndole su gesto.

    —Estaba ordenando un armario y me topé con algunas fotografías, libros y notas viejas en cajas. Ven a ver —entusiasmada me proponía, por lo que me levanté en pijama.

    Me apresuré hasta llegar a su lado, en medio del pasillo de la casa, ella estaba en el suelo de madera sentada, revolviendo los recuerdos contenidos en esas cajas, mientras una gran cantidad de polvo que salía de ellos se impregnaba en el aire y en el cuerpo de mi tía.

    —Mira Katia una foto de cuando tenías tres añitos. —La extendió hacia mí quitándole el polvo, la que recibí viéndome a mi misma pequeña, contenta vistiendo un vestido rosa y unos moños.

    —Sí, cuando tenía a mis padres —murmuré recordando la tristeza de ese vacío.

    —Mira, en esta están tu mamá y la abuela. —Sin escuchar mis palabras y revolviendo más cosas, emocionada recordaba extrayendo una foto en la que mamá aparecía abrazando a la abuela, ambas sonreían muy lindo, lo que me hizo recordar sus caricias antes de dormir cuando era pequeña.

    —Ella tenía el mismo color de ojos que los míos y la abuela se veía tan feliz. —Melancólica le devolví la foto.

    —Cuando mi hermana tenía tu edad se parecía mucho a ti aunque su cabello era café y no rojizo Katia —comentaba sacando las fotografías y las cajas de la oscuridad para ver mejor su contenido.

    —Que esto quede entre tú y yo porque si la abuela se entera nos castigara de por vida. —Aunque claramente era yo la que se llevaría la peor parte.

    Tomé una caja que tenía mucho polvo, me senté en el suelo y comencé a revisar unos libros, ya que esta era una buena oportunidad, porque mi abuela nunca me permite abrir este armario.
    Uno de esos libros tenía una portada de color rojo oscuro, y en ella tenía dibujado un escudo familiar, es un diseño muy bonito pero no tiene título lo que me pareció extraño por eso lo guardé para verlo en mi habitación sin que mi tía se diera cuenta.

    —Katia estas muy callada te apenan mucho estos recuerdos supongo… a pesar de eso quiero que sepas que aunque ellos no estén, todavía me tienes a mí y a la abuela —abrazándome como hace años no lo hacía.

    —No te preocupes tía ya soy grande. Mejor guardemos todo esto antes que nos descubra la abuela —dije soltándome de sus brazos y tomando la caja, acomodándola en ese armario y lo mismo hizo mi tía.

    —Iré a dormir un rato, comienza a dolerme la cabeza. —Me excusé para irme a lo que ella no se negó marchándose a ver televisión.

    <<Ahora podré ver ese libro extraño aunque no sé si debería >>.
    Cerré la puerta, me recosté en la cama preparada para viajar en sus páginas me quede admirándolo un rato cuando escuché que alguien tocaba la puerta lo que me sobresaltó.

    —¿Mi niña te sientes mal? —Era mi abuela que ya estaba de regreso, por lo que fingí estar dormida cubriéndome con el cobertor de mi cama hasta que se marchó para dejarme descansar.

    A penas cerró la puerta me descubrí, saqué el libro que había escondido debajo de la almohada, apoyando mi espalda y acomodándome y ya lista abrí la tapa del libro en la primera página comenzando a leer sintiendo la leve sensación que este libro no era normal.

    1° página: En el reino de Ameril me encuentro, han pasado días y esto se torna cada vez más tormentoso. Aquel maldito está controlando la energía de vida tanto de plantas, animales y últimamente de la gente, el pánico es dueño y señor en las calles y en las casas por lo que la mayoría de los habitantes se han marchado, mientras el Rey por su parte ha mandado a todas sus fuerzas militares sin resultados favorables, nada es efectivo contra él quien dice que derrocará al rey y a todo noble que se interponga en su camino, tomará el trono por sus fuerzas e impondrá un caos como nunca antes ha existido, sólo con eso estará conforme, dijo que quería eso a cambio de devolvernos nuestra energía de vida sin embargo nadie cree en su palabra, estamos en medio de la destrucción además ni siquiera nuestros países vecinos quieren ayudarnos, son cuatro poderosas naciones y aún así nada han podido hacer, sólo nos niegan con un campo de energía puesto a nuestro alrededor para que no podamos escapar a sus tierras y la destrucción sólo explote afectándonos a nosotros… Este es nuestro fin.


    << Es un sentimiento muy angustiante, no parece un cuento de simple fantasía, ¿por qué la abuela tiene algo como esto? >> Preguntas cómo esas asomaron en mi pensamiento hasta que la noche vino durmiéndome en la compañía de esas dudas.


    Por la mañana guardé ese libro en mi mochila, me vestí con mi uniforme, cepillé mi cabello y desayuné muy rápido despidiéndome de mi abuela y mi tía, saliendo tarde para variar, corriendo y corriendo con una tostada en la mano la que comía mientras corría, hasta llegar a la reja de la escuela en donde saludé al portero y subí esos tres pisos de escalera evadiendo a varios estudiantes hasta que entré al salón, saludé a Casandra y me senté en mi puesto.

    —Si no dejas de llegar tarde la directora se dará cuenta Katia —murmuraba mi amiga hacia mí.
    —¡Ni siquiera estas preocupada por mí! —dije alzando un poco la voz.

    —Riaru me contó lo que te pasó por lo que ayer pasé a tu casa, pero estabas dormida —aclaraba ella en su defensa.

    —¿Y Riaru dónde está? Él no suele llegar tarde —pregunté discretamente.

    —Tenía que entregar unos papeles, está en la rectoría —murmuró mi amiga más bajo aún ya que el profesor nos miraba, callándonos en seguida.

    En esta clase nos instruyeron sobre la importancia de nuestra nación en la jerarquía de los cuatro países, recordándome en parte lo que había leído anoche “cuatro naciones”. También el profesor nos relataba sobre los recursos que cada uno tenía los que exportaban a bajos impuestos y siempre en caso de una crisis hacían valer los tratados de común acuerdo, los que estipulaban una alianza y si un enemigo de alguna de estas tierras declaraba un ataque sería enemigo de las cuatro naciones las cuales pondrían a disposición tanto su ejército como sus provisiones siendo una defensa impenetrable. Desde aquellos acuerdos tanto de paz como se protección es que se llaman los cuatro países de la alianza, los que se llaman: Celeyer del norte, Doredium del este, Barien del oeste en donde vivo yo y Káreplu del sur.


    Eso respondía a mi pregunta, ahora sabía porque estos tiempos eran tan pacíficos y aburridos.

    Saliendo de esta clase sujeté del brazo a Casandra llevándome mi mochila con nosotras hacia el jardín de la escuela, una área verde apacible, quería mostrarle aquel libro tan extraño que había encontrado, claro siendo un secreto.

    —¿Por qué tanta prisa Katia? —reclamaba mi amiga sin entenderme.

    —Disculpa, es que quería mostrarte algo que encontré. —Con brillos en los ojos y emocionada saqué el libro para que lo viera.

    —Que linda es la portada, pero no tiene título —extrañándose al igual que yo —pero no tiene nada escrito en él Katia —dijo ojeándolo ante mi sorpresa.

    —¡Que dices si tiene una historia y todo! —Sin creerle tomé el libro de sus manos y lo acerqué a mis ojos, confirmando que si tenía letras en el.

    —Debes decir que tiene una historia porque estas pensando aprovechar su bella portada y escribir en sus páginas —sonrió ante mi extrañeza la que no mencioné.

    —Claro Casandra, creo que tanto tiempo en la biblioteca me ha inspirado —mentí para evitar sus preguntas.

    —Cuando este lista me la muestras sí Katia, ahora debo irme a mi clase de piano que está a punto de comenzar —despidiéndose sonriente.

    <<¿Por qué ella no pudo leer lo que dice en estas páginas? Bueno aún queda tiempo para mi clase de arte y el día está muy lindo para continuar leyendo y cuando vuelva a casa mi abuela va a tener que responder mis preguntas >>.

    2°página: En otra región, de este país es en donde el dolor estuvo vigente por mucho tiempo, somos una tierra excluida, olvidada que se ha desarrollado sobreponiéndose a todos sus problemas, sin embargo nuevamente se sonríe en los pueblos porque después de muchos años al fin ese malvado espíritu ha sido sellado por una mujer muy valiente, pero a pesar de eso aún queda aquella ceniza que era el recuerdo de esos interminables años de crueldad la que caía acompañando la soledad de un ser que tenía prohibida toda muestra de felicidad, aquel no podía visitar ni tener contacto con las personas de los pueblos, porque él era el culpable y debía llevar aquella culpa sobre él mientras durara la voz, la que lo maldijo hace un tiempo para preservar la tranquilidad de toda una nación desesperada.


    3°página: Dicen que sus ojos se tornan rojos en medio de la nieve de ceniza que llueve sobre él, yo quiero conocerlo pero mi madre no me deja ir, dice que es alguien muy peligroso y que me prohibía buscarle, ¿por qué habrá hecho todo esto?...

    Interrumpí mi lectura al escuchar el timbre, me levanté, sacudí mi falda para luego dirigirme a la clase de arte en la que también estaba Riaru quien me saludó con una sonrisa, procediendo a ubicarnos frente a nuestro bastidor y con pincel y la paleta en mano comenzamos, mientras no podía dejar de pensar en lo que había leído, eso podría haber pasado sin embargo aún tengo muchas dudas. Sin darme cuenta que cuando terminé mi pintura había dibujado justamente un fondo de colores negro y gris envuelto en un tono rojo cayendo la ceniza sobre los árboles y casas, siendo dueño del primer plano un extraño envuelto en vestiduras negras y mirada triste.

    —Te ha quedado muy bien Katia —acercándose Riaru a ver la pintura con rostro sorprendido, sacándome de ese trance, percatándome que casi todos los del salón la veían y comentaban.

    —No para nada, es sólo algo que… —disculpándome sin comprender cómo había pintado esto.

    Luego de todo aquello Riaru me alabó por la pintura cosa que me sonrojó bastante pero cuando me preguntó que significaba la pintura no pude responderle. Luego mencionó que el otro día cuando me desmayé él se había preocupado mucho, por lo que le agradecí el que me llevara a casa, sin embargo esta vez me tuve que negar a su petición de acompañarme, tenía mucho en que pensar, así que de camino a casa me fui rápidamente antes de sentir sensaciones extrañas de nuevo.

    —¡Abuela ya he llegado! —grité apareciendo ella desde su dormitorio a la sala, cerré la puerta, la abracé, notando mi distancia ella me preguntó el motivo, por lo que saqué el libro de mi mochila mostrándoselo.

    —¡¿De dónde sacaste eso Katia?! —impresionándose intentando tomarlo de mis manos.

    —¿Por qué puedo leerlo y otra persona no?, ¿qué es este libro? —interrogándola ante su mudes, al mismo tiempo cuando entró mi tía de hacer las compras, quien no preguntó nada ya que ella también tenía curiosidad quedándose escuchando.

    —Es mejor que nadie lo vea, no debí guardarlo debí quemarlo cuando pude pero debido a tu imprudencia tendré que contarte —dijo sentándose en el sillón, mi tía en una silla y yo a su lado.

    —Esto fue hace algunos años, para empezar este libro fue escrito por mi hermana mayor quien hace tiempo murió, es un recuerdo de ella pero que contiene muchos secretos que no deben conocerse y en malas manos sería peligroso. La historia que aparece allí es verdadera y esa tierra también existe sólo que ahora es llamada la tierra perdida —relataba seriamente.

    —Entonces, ¿aquel de quien se habla existe? —sorprendida pregunté asintiendo mi abuela en afirmación.
    —Es más fui yo quien lo selló hace ya varios años, sin embargo el tiempo en él no transcurre… Daría mi vida por liberarle —impresionándome de nuevo con su relato.

    —Pero hiciste lo que debías, leí páginas del libro y eso fue lo que trajo la paz nuevamente abuela —.

    —Lo que sucede es que él era solamente un subordinado en el que se selló el poder destructor, el verdadero huyó débil sin energía y aún no se sabe su paradero, por lo que aquel es inocente.— No podía comprender esta nueva revelación.

    —Y del emblema madre, ¿no nos contaras? —preguntó mi tía intrigada.
    —Ese es un objeto muy importante que sólo se lo daré a la persona indicada, espero que la muerte no me alcance primero —.

    —Volviendo a lo del libro ¿por qué otra persona común no puede leerlo? —deseando aclarar esa duda.

    —Nuestra familia no proviene de este país, sino de aquella tierra, sólo llegamos aquí porque tu padre influenció al pertenecer él a esta tierra reclamándonos como su familia haciendo pasar a tu tía como hija de tu madre y a mí como una ciega desvalida y con el campo de energía se activó también que todo libro que saliese no podría ser leído considerándose un escrito prohibido —apareciendo lágrimas humedeciendo sus ojos.

    Todo aquello era una gran sorpresa para mí y al igual que yo mi tía estaba sorprendida porque no recordaba mucho de ese episodio.


    *Mientras en la lejanía, de vuelta en el lugar apartado y sombrío ese hombre que en la oscuridad se esconde pide informes al muchacho que es su aprendiz, quien menciona la pintura que ha hecho una compañera de su clase sobre aquel maldecido, lo que no puede ser revelado a cualquiera, por eso llamó la atención de su maestro.

    —Todos sabemos que aquel del conjuro sólo tiene una oportunidad para salir, si dejamos que otro le liberé en vez de nosotros será un enemigo imparable, ¡comprendes la magnitud de tu misión!, ¡debes encontrar el emblema cuanto antes! —exigía con codicia.

    —No quiero hacerle daño, sólo es una chica —restándole importancia lo que irritó mucho al otro hombre.

    —¡Qué diría tu padre si te oye hablar así, sabes lo importante que es ese poder para él! Tu misión es encontrar el emblema para despertar al misterioso —recordándole estrictamente su deber, sin quedarle más opción que volver a acatar sus reglas*.



    ¿Qué les ha parecido?
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  10.  
    Gekikara

    Gekikara Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    4 Febrero 2012
    Mensajes:
    13
    Pluma de
    Escritora
    Hola n.n gracias por invitarme a leerlo :D Me gusto mucho este cáp. Me gusta como narras y veo que has avanzado desde el primer capitulo. En cuanto a la historia: En la parte que Katia le pregunta a su abuela sobre el libro… me parece que su abuela ni se resistió en contarle. Porque supuestamente lo tenia guardado y todo. Mm otra cosa creo que no. Respecto a la ortografía me parece que no tuviste muchos errores (al menos no se notaron).
    Bueno espero el próximo Cáp!! :D
    Avísame cuando lo subas: D
    beso n.n
    Pd: ¡Reclamo un RiaruxKatia??!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  11.  
    Alirs

    Alirs Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    8 Febrero 2012
    Mensajes:
    25
    Pluma de
    Escritora
    Cada vez creo que voy entendiendo más, pero aún así Riaru lo debo contar como malo, bueno ó perdido?
    Espero el siguiente capítulo. Gracias.
     
  12.  
    Ruriel

    Ruriel Usuario común

    Libra
    Miembro desde:
    16 Mayo 2011
    Mensajes:
    346
    Pluma de
    Escritor
    Estrellita - chan, perdona que me tarde tanto en pasarme por tu escrito, ahora llendo directamente a tu historia. La verdad esta muy buena, tiene una trama bastante atrapante y misteriosa, creo que ese chico Riaru esta siendo forzado a seguir ordenes de otro, pero en el fondo me parece que él quiere ayudar a Katia. En cuanto a ella, me parece que hay muchas cosas que aún no ha descubierto, su abuela todavía no le ha contado todo lo q sabe. Seguramente mientras se desarrolle la historia se vaya sabiendo más secretos alrededor de su vida. Sigue como hasta ahora amiga, lo estas haciendo muy bien, tan pronto como actualices espero que me avises, nos estamos leyendo compañerita.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  13.  
    Estrella Solitaria

    Estrella Solitaria Lady star

    Acuario
    Miembro desde:
    31 Enero 2011
    Mensajes:
    450
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Cenizas y la Tierra Perdida
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    3856
    Gracias por sus comentarios n.n y disculpen la demora

    4°capitulo: ¿Perdida?

    Al fin hoy es el día en que nos iremos de excursión a las ruinas del este junto a mi grupo y al profesor de historia, Casandra me llamó al menos unas quince veces a mi teléfono recordándome este día.

    —¿Crees que estará lista?, ¿estás segura? —preguntaba mi tía sentada en la mesa junto a mi abuela cuando me acerqué ya lista para desayunar.

    —¿Quién y para qué? —dije sin comprenderles pero no me contestaron restándole importancia, y aunque eso me molestó proseguí a tomar mi té y unas tostadas aprovechando el tiempo que tenía, sin embargo la hora avanzó tan rápido que sin saber ya iba retrasada.

    Le pedí a mi abuela que firmara la autorización requisito importante para poder ir y sujetando mi mochila que contenía muchas provisiones, una cámara fotográfica, linterna, lápices y un cuaderno la subí a mi espalda. Abotoné mi abrigo acomodando mi cabello para luego despedirme de ambas.

    —¡Cuídate mi niña!, ¡dejé un regalo para ti en tu mochila! —gritó mi abuela mientras me alejaba corriendo.
    —¡Sino me apresuro esta vez si me dejaran abajo! —Corría más y más rápido hasta llegar a la entrada en donde estaba listo el autobús que nos llevaría y para mi sorpresa ya estaban todos en sus asientos.

    Me subí justo a tiempo, dejé la autorización en manos del profesor sentándome al lado de Casandra quien había apartado un lugar para mí.

    —¡Pensé que no vendrías! —sollozaba abrazándome mi amiga.
    —Descuida sólo me retrasé un poco… ya estoy aquí —soltándome un poco le sonreí comenzando así nuestro viaje.

    Los gritos de mis compañeros se hacían escuchar a pesar del rugido del motor del autobús, estaban muy inquietos al parecer y a algunos aún no los convencía del todo esta visita, pero algo me incomodaba además de los gritos sentía algo extraño por lo que me giré mi mirada por sobre mi hombro hacía la otra fila de asientos topándome con la mirada de Riaru quien al verme desvió su vista rápidamente.

    —A él le encantó tu pintura, la que expusieron en la exhibición del otro día, ha estado muy pendiente de ti, creo que le gustas —insinuaba Casandra entre risitas provocando mi sonrojo y nerviosismo además de mi completa negación.

    —¡No creo que eso sea posible! —alcé la voz que si no fuera por el ruido del motor todos me hubieran escuchado. <<Eso no puede ser posible, aunque eso no quita lo guapo que es >>.

    Ya en la entrada de aquellas ruinas bajamos y nos reunimos escuchando la explicación del profesor informándonos un poco más de la historia de este lugar el que se ha investigado mucho no obstante sólo se ha sabido que data de hace mil años al parecer era una construcción que establecía la paz entre las civilizaciones y hace unos años había funcionado como fuente de informaciones en donde la mayoría de los archivos se guardaban, pero primero un incendio y luego un terremoto terminó por arruinar el lugar, sin embargo los principales vestigios de la construcción ancestral estaban completos.

    —¡Me encanta el tono que adopta el profesor cuando relata! —admirada Casandra comenzaba a rodearse de corazones y su cara se tornaba roja deliraba mientras los demás ya comenzaban a explorar y se habían marchado y por supuesto yo no me quedaría atrás ya que teníamos dos horas para recorrer todo el recinto y reunirnos para comer algo juntos.

    Mirándome Riaru atentamente lo que me hizo sonrojar y más cuando se acercó a mí mirándome fijamente.
    —Te ves muy linda hoy —murmuró cerca de mi oído —te veo adentro —señalando las ruinas, desviando mi mirada para que no notara lo sonrojada que estaba por sus palabras y más cuando luego agregó un invitación a comer juntos cuando ya fuera hora de reunirse, estaba en las nubes, aunque tenía que controlarme, pero sus ojos y su voz era algo que no podía olvidar.

    A jalones me lleve a Casandra viendo en primer lugar madera quemada al igual que varios papeles que ya no se podían leer, sin embargo esto comenzaba a llamar mi atención debajo de esas paredes escarbé topándome con una pared de piedra esculpida llena de símbolos y dibujos lo que me confundió en cierta parte porque si habían sido parte de una civilización y en ella se habían realizado excavaciones e investigaciones por qué luego sobre ella crearon un sitio de información.

    —¡Katia vamos, tenemos que explorar! —animándome con mucha energía por lo que le sonreí y corriendo nos adentramos hasta donde se veían sólo los vestigios de la antigua construcción.

    Abrí mi mochila para sacar la cámara cuando vi un objeto pequeño envuelto en una tela y una nota en el, por lo que sin que Casandra lo notara guardé eso en mi bolsillo mostrándole sólo la cámara.

    —Ya la encontré, colócate para la foto —señalando que mirara la cámara resultando en una linda imagen, luego se la pasé y me fotografió junto a las ruinas así continuamos caminando mientras pensaba en Riaru al cual traté de buscar adentro sin lograrlo, dejando mi mochila a un lado para admirar los dibujos de las paredes alejándome un poco y al volver a buscarla encontré al chico en el cual pensaba registrando mi mochila.

    —Disculpa Katia quería saber si tenias pilas de sobra, grité tu nombre pero no respondiste, lo siento —dulcemente expresó sin que me importara el motivo, él estaba cerca de mí.

    —No te preocupes y sí tengo dos —dije revisando los bolsillos de mi mochila y entregándoselas en sus manos un poco nerviosa.
    —Muchas gracias, me iré con mi grupo, luego nos vemos —guiñándome un ojo se marchó dejándome en las nubes nuevamente.

    Pero Casandra se adelantaba tanto que corrí para no perderle de vista y sin fijarme corrí por un suelo inestable el cual cedió haciéndome caer por un profundo socavón escuchándose mis gritos a los que acudieron compañeros llamando al resto y buscando al profesor.

    El golpe fue duro, me dolían las piernas pero gracias a la mochila amortigüé un poco el golpe de todas formas. Miré hacia arriba, varias caras divisaba entre ellas la de Casandra afligida y culpándose.

    —¡Estás bien!, ¡te duele algo! —preguntaban preocupados.

    —¡Estoy bien!, ¡no se preocupen no me pasó nada!, ¡trataré de buscar una salida! —gritaba hacia mis compañeros disponiéndome a sacar la linterna que había traído cuando el rostro del profesor se asomó, él quería sacarme con una cuerda pero no funcionó debido a que la tierra no resistía y se removía de las orillas, era peligroso hasta acercarse al borde.

    —¡No se preocupe, encontraré otra salida! —dije viendo como la expresión del profesor se tornaba en preocupación y pena. También lo dije calmarme porque a pesar de eso si estaba asustada.

    Alumbré a mi alrededor dándome cuenta que estaba en un pasillo, las paredes tenían símbolos y dibujos como las otras que había visto. Aproveché esta soledad para sacar aquello de mi bolsillo desenvolviéndolo mientras alumbraba con la linterna cuando mis ojos lo vieron: era algo desconocido. Caía en la palma de mi mano, ovalado, tono rojizo con diminutas letras en él y un símbolo grande en su superficie recordando la nota que venía con el “regalo” la saqué y la leí: Este emblema es muy valioso cuídale mucho, con él trae la paz.

    Reconocí la letra al momento la que pertenecía a mi abuela y sin comprender guardé la nota y la tela quedándome observando ese objeto de detalles y bordes dorados no obstante debía continuar por lo que retomé mi caminata ayudada de mi linterna también tomé fotos aunque no se viera tan bien, pensando en que por culpa de esta caída mi almuerzo con Riaru había fallado.

    Giré a la izquierda y caminé en el cual había mucho polvo que me ahogaba a veces, pero continué hacia la derecha explorando topándome con una especie de palanca cubierta de telarañas sin embargo a pesar de eso la tomé y jalé con mis manos hacia arriba abriéndose parte de la pared y brillando el objeto desconocido que portaba me obligaba a entrar expandiéndose un brillo sobre mí y letras a mi alrededor en forma espiral y luego rodeándome con el símbolo infinito. Mis ropas y cabellos parecían agitados por un vendaval lo que me sorprendió, pero lo que continuó era aún más impresionante porque las letras de las paredes brillaban y un espacio extraño se abrió ante mí absorbiéndome con el emblema en mano.

    Cayendo del otro lado de esa especie de cambio espacio–tiempo caí sobre dos personas que tenían máscaras en sus caras y raros trajes sin duda era una celebración que no comprendía. La noche se expandía dando realce a los brillos de la iluminación por lo que estaba atónita y preguntándome ¿qué hacía en este extraño lugar?, quería regresar pero lo que estaba tras de mí era una solida pared.

    Esas dos personas me levantaron del suelo y colocaron un antifaz en mi cara ante mi forcejeo e incomprensión.

    —Aquí odian a los extranjeros, no te quites la máscara —pidió una voz de tono masculino explicándome, a lo que le obedecí.
    —Cúbrete con esto, no hables y síguenos. —Cubriéndome con una capa muy asustada les seguí atravesando la multitud que se hallaba celebrando en medio del pueblo.

    <<¿Por qué estaré aquí y quienes son estas personas? >>.

    Me guiaron a una casa, abrieron la puerta adentrándome cerrando la puerta, la habitación era modesta, mesa de madera sencilla acompañada de unas sillas, paredes de color amarillo opaco, acogedor. Ellos prosiguieron a sacarse las mascaras adornadas de plumas de colores pudiendo contemplar sus rostros siendo quien estaba a mi derecha una mujer joven pero mayor que yo, de bello semblante mientras que el de la izquierda era un hombre de toscas facciones pero de buen corazón según mi instinto.

    —¿Qué hago aquí? —pregunté asombrada, aún no comprendo esta situación.
    —Hace tiempo alguien dejo un papel en nuestra puerta diciendo que una persona vendría en nuestra ayuda para esta fiesta, así pasaron los años en los cuales esperamos en cada fiesta encontrar a la persona y se dio a casualidad de verte hoy —dulcemente mencionaba la chica sonriendo.

    —Si no has venido por propia voluntad debes tener algo especial y para tu información te encuentras en la tierra de Ameril —dándose a entender aquel hombre.

    —¡Qué… Ameril! —alcé la voz sorprendida —¡la tierra que estuvo destruida, en donde habitó un poder maligno! —continué en un tono rápido sin respirar.

    —Sí, en donde antes moraba un mago negro que deseo apoderarse de nuestras vidas, él sacrificó a mucha gente por lo que hoy se celebra la libertad del pueblo y el regreso de nuestra energía de vida. —Sacándome de dudas las voz del hombre.

    —Ustedes supongo tendrán nombres ¿cierto? —pregunté un tanto incómoda.
    —Claro, mi nombre es Renata y él es mi novio Lyon. —Entre risitas me señalaba la joven.

    —¡El emblema del príncipe! —asombrado dijo Lyon alejándose un poco de mí, sin que les comprendiera.

    —Seguramente eso te trajo. Según se contaba con este objeto se puede traer la paz, pero no comprendo por qué te trajo aquí —acercándose lentamente Renata hacia a mí.

    —Creo que tiene que ver con aquel hombre a quien culparon siendo inocente —deducía no del todo segura.
    —¿De qué hablas?, ¡aquel si es culpable! —aseveraba Lyon alzando la voz de repente.

    —No comprendo —dije al percatarme de esto mirándole a los ojos.

    —Lee esto y entenderás —extendió un papel a mis manos en el que decía que confiara más en sus hechos que en sus palabras.

    —Te llevaremos a donde él puede estar, no te olvides de llevar tu antifaz. —En un tono confortable expresaba en voz baja Renata cuando se escuchó el golpeteo de la puerta.

    —¡Escóndete! —Rápidamente se me ordenó, así que sin otra opción me fui a otra habitación —sal por la puerta de atrás —susurró Lyon antes de acudir a la puerta.

    —¡Deben acudir de inmediato a la fiesta, no se permite revelarse a esta orden! —Ordenaba un hombre de voz firme perteneciente a alguna milicia porque portaba uniforme de color azul, quien les jaló y golpeó un poco tanto a Renata como a Lyon.

    —Sólo hemos venido a comer algo —replicaba Lyon pero fue jalado más fuerte fuera de la casa. Aprovechando esto salí por la puerta trasera con el antifaz en mi cara y me adelanté a buscar a esos dos, no
    siendo vista ni llamando la atención.

    << Entonces este objeto que llaman emblema es el culpable de que este aquí, yo sólo quiero volver pronto y ver las caras de mis amigos de nuevo, un paso en falso y no podré volver nunca más >>.
    Los músicos entonaban notas que de instrumentos desconocidos para mí excepto por unos violines y guitarras que distinguí, mientras la noche cada vez avanzaba más lo que me preocupaba, ¿cómo estarán en mi mundo? Desde que me fui debo disponer de una hora, si no vuelvo antes seguramente me dejaran en las ruinas.

    —Vete al bosque, nosotros esperaremos cerca. —Un susurro fue lo que escuché, era la voz de Renata por lo que obedecí sus palabras, desvaneciéndome entre la multitud hacia el lado norte de ese pueblo.
    Al adentrarme al bosque aún no comprendía muchas cosas y cuando me preguntaba qué debería hacer mi brazo derecho se levantó de mi cuerpo en línea recta hacia delante sin que fuera mi voluntad siendo en mi mano donde llevaba el emblema que brillaba y me controlaba en cierto modo.

    —¡Oye, espera! —gritaba al emblema sorprendida sin que este me obedeciera. Se apresuraban mis pasos al sentir como mi brazo era jalado con mucha fuerza, cayendo mi mochila al suelo con todo su peso y sin que pudiera volver a recogerla mientras que mis pasos eran ligeros. Viendo en la entrada verduras podridas lo que me llamó la atención pero no me pude detenerme a investigar.

    El bosque era obscuro, silencioso excepto por el sonido de las hojas de los árboles al ser agitadas por el viento lo que me hizo mirar en varias direcciones mientras el miedo se apoderaba de mí hasta que inesperadamente mi brazo giró hacia la izquierda moviendo todo mi cuerpo para no caer y ser arrastrada. Corría cada vez más rápido porque la fuerza que me sujetaba aumentaba su velocidad, luego giró a la derecha.

    —¡Detente por favor!, ¡ya no resisto más! —Cada vez más fatigada suplicaba al emblema, pero sin escucharme volvió a girar a la izquierda, ya comenzaba a marearme y a cansarme, mi respiración se entrecortaba.

    —¡Hey tú!, cuando soltaras mi brazo y me dejaras en paz! —reclamé una vez más mirando el objeto en mi mano adentrándome en un espacio aún más silencioso escuchándose sólo el eco de mis pasos y del cual la nívea niebla se enseñoreaba deseando detenerme, tornándose esto cada vez más extraño.

    <<Seguramente mis compañeros ya me abandonaron en las ruinas >> Comenzaba a lamentarme sin ni siquiera saber el motivo de estar aquí.

    —¡¿Qué es esto?! —alcé la voz, nuevamente era un espacio-tiempo diferente.

    << Así nunca volveré >>Sollozaba al suponer mi destino hasta que bajé mi mirada viendo el suelo que pisaba, la textura es diferente, un color grisáceo y blanco observaron mis ojos, soltándose al fin mi brazo ya cansado cayendo mi cuerpo en aquella superficie cayendo el emblema de mi mano.

    —¿Quién osa profanar el territorio de mi desgracia? —estridentemente resonó una voz en este espacio estremeciéndome de miedo cuando vi una figura acercándose, por lo que sorprendida retrocedí para alejarlo.
    A pesar de que se acercaba lentamente no podía huir estaba paralizada, por eso miré hacia arriba rogando al cielo, pero en cambio de eso vi nieve o algo parecido caer, por eso preferí levantarme y afrontar esto luego de unos momentos de silencio.

    —¿Quién eres tú? —pregunté con dificultad.

    —¡Eso no te incumbe!, ¡qué haces aquí y qué es lo que quieres! —exclamó estremeciendo mis nervios, pero estaba atónita mirándole. Su rostro era blanco, sus ojos rojizos y sus cabellos era negros con mechones blancos, además que sus vestiduras eran extrañas y de un color opaco.

    —¡No sé que estoy haciendo aquí!...¡Tú… tú eres inocente, no tienes por qué estar en esta soledad asfixiante! —grité mirando directamente a sus ojos recordando lo que mi abuela había dicho, dejándole ver el emblema.

    —¿Cómo es que este objeto llegó a tus manos? —sorprendido me respondió, mientras notaba como mis hombros y vestiduras se cubrían de aquella nieve.

    —Eso es algo que desconozco, yo soy extranjera y este objeto me atrajo a ti. —Comenzaba a perder mis fuerzas sin saber el motivo, llegando a mis manos lo que caía del cielo, ¿nieve o... ceniza?

    —Debes irte, estas cenizas absorberán tu energía debilitándote, podrías morir —dijo mientras mis fuerzas se desvanecían.

    —No puedo irme, mi abuela dijo que daría la vida por liberarte, debo sacarte de aquí… tú no eres… culpable—cayendo por completo en el suelo frío.

    — Ella es muy extraña, pero ha tenido el valor de arriesgar su vida por la mía…—mencionó aquel de triste y melancólico semblante cubriéndome con su capa para que esos copos de nieve y ceniza no afectaran mi vida cargándome en sus brazos atravesando esos espacios, sin embargo por alguna razón escuché sus palabras y noté un cálido gesto de su parte dejándome en el suelo.

    Todo esto es tan extraño, mi propio ser no responde a mis órdenes, sumiéndome en un sueño en el cual repuse mis fuerzas.

    —¿Dónde estoy? —despertando como si nada hubiera pasado luego de unos minutos, pero lo recordé al ver mis ropas aún con rastros de nieve. Busqué mi mochila que estaba tirada, guardé el emblema y me marché con un poco de dificultad yendo hacia el lugar del que había provenido.

    —¡Por favor no te vayas! —gritó alguien a mis espaldas mientras avanzaba por el pueblo, era la voz de Renata.
    —No te marches, tráenos paz, estamos desesperados aunque no lo comprendas—. Era la voz de Lyon que suplicaba explicándome también que estaban bajo el yugo de un rey absoluto.

    —Lo siento, aquel no quiso escucharme, nada más tengo que hacer aquí. ¡Estoy harta de este lugar! —Fríamente les dije extendiendo el emblema hacia aquella pared por la que había cruzado. —Latrop aterba —dije sin saber que significaban esas palabras abriéndose aquel espacio hacia las ruinas cerrándose detrás de mí.

    << Estaba muy confundida, ese hombre, su mirada era tan triste pero por alguna extraña razón él no deseaba huir >> Pensaba mientras estaba encogida en el suelo abrazando mi mochila, pero luego reaccioné levantándome.

    Giré la palanca que había también por dentro abriéndose nuevamente la pared, tomé mi linterna y salí corriendo con más energías encontrando más al norte una fisura por la que se proyectaba luz del exterior por lo que saqué rocas y tierra escarbando haciendo un agujero y cediendo la tierra pude salir aunque con un poco de dificultad, toda cubierta de tierra y polvo, sin embargo al verme mis compañeros me sujetaron, al parecer no estuve tanto tiempo como yo creía para ellos habían transcurrido dos horas solamente.

    El profesor me abrazó sollozando habían dado aviso de esto para que los rescatistas me buscaran, pero una emergencia más grave había acontecido por lo que no habían venido.

    —¡Katia pensaba que no volverías!, ¡discúlpame, es mi culpa todo lo que te pasó! —abrazándome con mucha fuerza y llorando mi amiga Casandra mientras el resto sacudía mi ropa y por su parte Riaru me dedicaba una sonrisa.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  14.  
    Alirs

    Alirs Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    8 Febrero 2012
    Mensajes:
    25
    Pluma de
    Escritora
    (8) I´m lost in the winter sleep (8) me gustó mucho el capítulo pero quedé más perdida... xD
    Gracias por actualizar y espero que en el próximo mi comprensión capte más :D
    See u ^^
     
  15.  
    Estrella Solitaria

    Estrella Solitaria Lady star

    Acuario
    Miembro desde:
    31 Enero 2011
    Mensajes:
    450
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Cenizas y la Tierra Perdida
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    3604
    Hola, gracias a los que se toman el tiempo de leer y disculpen la tardanza nuevamente n.n


    Capitulo 4 segunda parte: Mi enemigo.

    Después de mi extraña aventura volví a casa enojada acompañada por Riaru con quien no he pasado tanto tiempo como yo hubiese querido, en tan poco tiempo ya le considero mi amigo y creo que comienza a gustarme, pero hoy luego de todo lo que había pasado estaba extraño.

    —¿Qué te inquieta? —pregunté sin rodeos pero él no respondió, estaba más callado que de costumbre hasta que llegamos a la reja de mi casa, entonces murmuró algo pero no le escuché. —¿Estas enojado por no poder almorzar conmigo? —.

    —Claro que no Katia, sólo que hoy debo irme temprano a casa —comentó —¡chao, cuídate! —pronunció despidiéndose.

    Entre a casa queriendo preguntar muchas cosas, sin embargo no sabía por dónde comenzar, sentadas en el sillón de la sala estaban mis dos parientas, quienes se sorprendieron al ver lo sucia y maltratada que estaba mi ropa.

    —¿Mi niña te ha ocurrido algo? —dulcemente preguntó mi abuela lo que me irritó.
    —¡Seguramente tú tuviste mucha relación con esto! —dejando mi mochila en el suelo y alzando la voz, refiriéndome claramente al “regalo”.

    —No sabíamos si estabas preparada —tranquilamente expresó mi tía.

    —No sé a qué te refieres… ¡sólo entendería si eso corresponde a caerse por un socavón en las ruinas, ahogarse con polvo, perderse y entrar en un espacio-tiempo diferente, conocer gente rara y luego ser arrastrada por este objeto contra mi voluntad! —Enojada les gritaba contra las consideradas culpables por toda esta experiencia.

    —Es la última oportunidad… Según se dice, de esas antiguas ruinas emanaba el poder que todos buscaban pero algo sucedió y se condensó en este emblema —argumentó mi abuela serenándome un poco.

    —Pero… ¿por qué yo? —Curiosa pregunté con expresión de no querer afrentar esta responsabilidad, sentándome en una silla.

    —El emblema me fue dado por sellar al malvado poder del mago negro, lo que significa que su poder no puede ser utilizado por él…—relataba mi abuela.

    —Pero lo que al final se hizo fue traspasar el poder de ese mago a otra persona y sellarlo en él, debido a que a pesar de todo ese hombre pudo escapar —interrumpió el relato mi tía resumiendo en pocas palabras.

    —Es un poco confuso ¿no creen? aún no comprendo mi relación con todo esto —confundida.

    —Es por mi hermana, el emblema la reconocía a ella, pero murió por lo que se me traspasó a mí para guardar su protección sin embargo mis energías ya no son las mismas, se necesita un nuevo guardián —explicaba mi abuela seriamente.

    —Ni tu madre ni yo, ni tampoco nuestros primos fueron aceptados por este emblema Katia —confesaba mi tía con un tono de frustración.
    —No tenemos más opción que esperar a que te acepte a ti —tristemente mencionaba la abuela tomando mis manos y mirándome seriamente.

    Cuando ya caía la noche se apagaron las luces de la casa de un momento a otro, alertándonos por lo que instintivamente quise sacar la linterna de mi mochila, pero la abuela detuvo mi actuar.

    —Iré a ver la caja de electricidad, tal vez algo no funciona —dijo tía Carmen pero no tenía sentido.
    —No vayas, ellos ya están aquí, prepárense —asustándonos nos pusimos cerca de ella, sin embargo no sabía qué hacer.

    Sujeté el emblema que saqué de mi mochila sin saber la razón, hasta que aparecieron de las sombras cuando la luz lunar nos hacia menos obscura la noche.

    —Hola, tanto tiempo, ya eres toda una anciana —bruscamente pronunció desde las sombras una voz masculina adulta y desconocida para mí.

    —No hagas movimiento alguno, he traído a mis mejores hombres —amenazante advirtió otro de voz malvada.

    —¿Qué quieren? —preguntó mi tía audazmente. Mi voz estaba paralizada al igual que mi cuerpo.
    —Ustedes saben por lo hemos venido, has sido astuta anciana, pero eso ahora de nada te servirá —dijo otro de esos hombres.

    —Ni el campo de energía que has puesto a tu casa servirá, ¡entréganos el emblema! —alzaba la voz bruscamente el otro hombre, mientras sentía algo extraño en mi mano.

    —¿Qué pretendes?... oh ya veo, lo que quieren es liberar el poder destructor para dárselo a ese mago —sagazmente mencionó mi abuela recibiendo una bofetada por el sonido que escuché.

    —¡Lo que hagamos con el emblema no es asunto tuyo! —gritó el primer hombre que había hablado.

    <<¿Qué haré?, estoy atrás de mi abuela, pero no he hablado, ¿sabrán que estoy aquí?, podría escabullirme después de todo tampoco pueden verme>>.

    Por lo que despacio me moví hasta atrás del sillón tratando que mis pasos no se escucharan, no obstante cuando volvieron a encender las luces fue cuando las cosas cambiaron.

    —¡Si no me lo entregas mataré a esta niña! —amenazó contra mí sujetándome y alzándome de la ropa.
    Aquellos hombres vestían de negro, sólo se veían sus ojos y portaban armas, pero no fanfarroneaban, tenían muchos hombres en la casa dispuestos a ejecutar cualquier orden que se les fuese dada.

    —Te está utilizando igual que aquella vez —regresando su ataque mi abuela.
    —¡Suelten a la niña! ¡El emblema ya tiene a su guardián, nosotras no lo tenemos! —gritó mi tía para que me soltaran, pero él no tenía ansias de retirarse.

    —¡Suéltame! —pedía con mis débiles fuerzas sin que respondiera a mis súplicas.


    Desviando mi mirada vi a un chico, claro lo que sólo vi fueron sus ojos pero con eso bastó, sus ojos eran de un azul oscuro frío y mirándole comencé a sentir algo raro dentro de mí, algo comenzaba a crecer de la nada hasta que recordé todo lo que sucedió aquella vez de vuelta a casa, Riaru buscaba el emblema, brotando lágrimas de mis ojos y de aquel que me sostenía escuchaba su voz tan cerca la cual era igual a aquel médico de la enfermería de mi escuela, no podía creerlo, ¿todos ellos están involucrados?
    Algo quería emerger cuando aquel mandó amarrar a mi tía y a mi abuela al árbol del jardín lanzándome a mí contra las sillas y muebles de la sala. Mientras se escuchaba como las golpeaban, no podía soportarlo.

    Todos ellos salieron de casa hacia el jardín olvidándose de mí, no obstante cuando me levanté en mi muñeca tenía el emblema como sujeto por algo invisible transformándose o más bien liberando el arma que realmente es. Extendí mi brazo hacia adelante y sin saber cómo tenía un arma la cual rodeaba mi antebrazo, era una especie de cañón circular de color rojizo y borde dorado, ni idea de cómo utilizarlo, pero la rabia al ver a mis seres queridos lastimados me dio una fuerza descomunal. Yo tenía algunas heridas pero no me importaban, por lo que apuntando el cañón hacia el grupo enemigo fije mi mirada.


    —¡Pirostechne! —grité expulsando del cañón un disparo de fuego explosivo soltando brillos quemantes que hirió a los que atacaban a mi familia los cuales cayeron inconscientes y algunos muertos a pesar que otros escaparon, entre ellos aquel chico.

    Mis fuerzas estaban desvaneciéndose de mí, sentía un gran agotamiento, solté las amarras que sujetaban a mi tía y a mi abuela y no pude más.

    —¿Qué sucedió Carmen? —Con un poco de dificultad me expresaba, recostada en un sillón tratando de moverme, pero sin lograrlo unos momentos después cuando logré despertar.

    —¡Quédate quieta Katia! —ordenaba ella curando mis heridas mientras le reclamaba el ardor que sentía.
    —La abuela ¿cómo está? —Preocupada e inquieta.

    —Ella tiene más fuerzas de las que crees. —Ayudando a sentarme —más nos preocupas tú. —Acariciando mi cabeza mientras esbozaba una sonrisa.

    << Claro, si recuerdo, estoy segura que ese chico era Riaru, por qué ha querido hacerme tanto daño, pensé que me quería, no comprendo esto >>.

    Mi ropa estaba muy sucia, este uniforme estaba arruinado, ¿qué sería de mi vida ahora? cuestionándome cuando apareció mi abuela.

    —Debes irte y hacerte fuerte para salvar a estos países de la destrucción. —Seriamente pronunció. —El emblema ya te reconoció ahora eres tú su guarda —continuo diciendo mi abuela sin perder su rigidez.

    << Mi proseguir ya estaba decidido, sin embargo cómo podría yo salvar a tanta gente, es una gran responsabilidad >>. Me torturaban mis pensamientos al contemplar el emblema y lo peor es que tengo que dejar a mi familia atrás.

    —No te cuestiones Katia siempre tendrás nuestro apoyo y ánimo. No sólo en esa tierra te necesitan sino que las cuatro naciones dependen de ti —aclarando y reafirmando mi gran responsabilidad.

    —Pero no sé qué es lo que debo hacer. —En desesperación confesaba.

    —Debes proteger ese emblema y encontrar a la persona debajo de esas cenizas, protegerle también y evitar que se adueñen de ese poder obscuro y maldito. —Alistando mi mochila con provisiones y mostrándome la ropa que usaba mi madre cuando vivían en Ameril la que ahora me sería bastante útil, vistiéndome rápidamente.

    —Recuerda Katia que tus padres pueden estar allí —expresó mi tía motivándome aún más.

    << Ahora ya no tenía nada que dudar, ¡nadie se interpondrá en mi camino! pero me inquieta que mi enemigo sea Riaru, por eso me duele el corazón >>.

    *Mientras en el lugar oscuro y sombrío se escuchaban los gritos de derrota y la furia de ser vencidos por una chiquilla.

    —¡Era tu misión tomar el emblema antes que esto pasara! ¡No eres digno de ser el próximo príncipe de las naciones! —Abofeteando al muchacho quien acumulaba cada vez más odio en su interior.

    —¡Ya es hora que utilices aquel objeto y traigas el poder de tu padre a sus manos! —gritándole fuertemente empuñando su mano lleno de ira.

    —¡Lo juró! —dijo el joven de vestiduras negras y mirada azul oscura, iniciando su aventura marchándose velozmente.
    —¡Esta derrota me la pagaras Katia! —declaró en son de guerra dirigiéndose a las ruinas.*

    Hoy no he podido descansar para nada, me siento tan cansada pero mi familia y mucha gente cuenta conmigo, pero ¿qué pasará con la escuela?, nunca me ha gustado ir sin embargo sé que es una parte importante de mi vida, extrañaré tanto a Casandra y a mi grupo. Todo por ese hombre entre las cenizas si no estuviera en ese estado yo no estaría en esto ahora, pero ya es tiempo de partir.

    —No te sorprendas si encuentras más espacios diferentes, además las cuatro naciones están conectadas entre ellas y también con Ameril, pero desde esos acontecimientos fue declarada zona de peligro y aislada —añadía la abuela a la información que ya tenía.

    —Vamos sobrina te llevaré en mi auto, esos hombres pueden volver en cualquier momento —apresuraba mi reacción —y no te preocupes por la escuela ya inventaremos alguna excusa —guiñándome un ojo subió a su auto al puesto del conductor tranquilizándome en cierto modo.

    Encendió el motor del auto poniendo rumbo a las ruinas marchándonos aunque aún no podía estar tranquila siento tanto peligro a mi alrededor y mis nervios crecen y la angustia también. Ya en unos pocos minutos estábamos lejos de la casa, mi mente estaba pensativa y mirando por la ventana preguntándome una vez más si había sido Riaru aquel muchacho, no puedo creer que estuvieran vigilándome.

    Despertándome de mi trance un gran estruendo que impactó el auto, dando vueltas mientras mi tía trataba de controlar el auto girando velozmente el volante hasta detener el auto.

    —¿Estás bien Katia? —preocupada y con algunos rasguños preguntaba mi tía.
    —Sí, estoy bien, pero ¿qué fue eso? —Atónita me apresuraba a mirar por la ventana sorprendiéndome aún más de lo que veía.

    Era ese chico el cual poseía un cañón circular en el brazo al igual que el mío, pero de color negro y bordes plateados, no podría ni hablar pero debía enfrentarme a él aunque creyera que era Riaru.
    Salí del auto con el emblema transformado en cañón, mi agresor miraba atento mis movimientos interponiéndose en mi camino, su rostro era frío y determinado, podría decir que me odiaba. El viento mecía nuestros cabellos hasta que después de un silencio recobré el valor.

    —¿Quién eres? —grité lo más fuerte que pude, sin obtener respuesta más que el observar cómo se preparaba de nuevo para atacar obligándome a reaccionar preparándome también, comenzando nuestra batalla, aunque aún no supiera cómo manejar bien este emblema.

    —¡Te derrotaré!, ¡estas años luz de poder vencerme sin siquiera utilizar bien ese cañón! —vociferó en tono de guerra corriendo a gran velocidad hacia mí convirtiéndose su cañón en una espada muy filosa de empuñadura oscura y que despedía un gran poder, ¿puede cambiar de arma?, este es mi fin.

    —¡Pirotechne! —disparé, sin embargo él era tan veloz que esquivó mis ataques sin dificultad, estaba paralizada sin reaccionar mirando la velocidad con la cual se acercaba peligrosamente.
    Ya estaba en frente de mí en un segundo, su espada me destrozaría cambiando mi cañón a un gran escudo en el último momento, evitando mi muerte.

    —Eso estuvo cerca —dije impresionada y feliz, pero él peleaba brutalmente sin darme espacio a pensar sólo a contener sus ataques.

    Hasta que activó de nuevo su cañón, disparándome a corta distancia, esta vez sí sería mi fin, pero al sentirme tan amenazada también se activó el cañón disparándole directamente anulando su ataque, aumentando nuestra distancia dándome tiempo para escapar por las calles de la ciudad, cambiando mi arma a una espada de un color rojo resplandeciente, la cual era liviana y fácil de llevar.

    —¡Debo llegar a las ruinas antes que él! —motivaba mis pasos aunque me dolía el corazón, pero aquel no se quedaba atrás, su velocidad era impresionante.

    —¡Dame el emblema! —gritaba apuntando con su cañón pero para hacer eso él debía detenerse aprovechando esto aumenté la velocidad escapando por mi vida.

    <<Si se lo doy todo acabara. Todos confían en mí, no puedo defraudarlos ahora, debo protegerles por lo que entregar el emblema no es una opción >> Pensaba casi alcanzándome uno de sus disparos explosivos, no obstante ahora no podía caer, aunque ya el cansancio se apoderaba de mí, deteniéndome y escondiéndome detrás de un arbusto con la espada preparada en mí mano escuchando los latidos de mi corazón, respirando profundamente para recuperarme.

    Él me buscaba era muy cauteloso a pesar de ser un chico de mi edad, y sus ojos me decían que ya le conocía, aun así observe encontrando el momento justo para atacar, él se detuvo siendo este su punto débil, sujeté mi espada blandiéndola hacia él, un golpe certero sin embargo mi plan tenía una gran falencia, él era mucho más hábil.

    —Con un ataque tan simple como este no podrás derrotarme. —Fue detenida mi estrategia en un segundo por su espada. Él me había descubierto jalándome fuertemente fuera de los arbustos sintiendo como el miedo se apoderaba de mí estando tan cerca de mi agresor de vestimentas negras.

    —Riaru ¿eres tú? —sorprendida miraba sus ojos mientras con fuerza sujetaba mi brazo.

    —Necesito el poder del emblema —decía determinado pero con fuerza disminuida y desviando su vista de la mía.
    —Si es para aquel mago, no te lo daré es muy peligroso —valiente me mostraba mientras su cercanía me sonrojaba.

    —Ese poder le pertenece a mi padre, no quiero hacerte daño —abrazándome me besó tiernamente, pero no podía comprenderlo cuando sentí su mano deslizarse a por el emblema.

    —No puedo, el poder de este emblema es para liberar a quien está en cenizas, ¡por culpa de ustedes su vida es una miseria!, ¡no se los perdonaré Riaru! —liberándolo de mis manos, él esta fingiendo debo huir de él aumentando la distancia y empuñando mi espada.

    —¡No tienes ninguna oportunidad contra mí! —blandió su espada atacando con fuerza —¡es mejor que te rindas y me lo entregues! —ferozmente golpeó nuevamente mi espada la que sujetaba casi sin fuerza, alejándola de mis manos infundiéndome un gran temor y repitiéndome que con mis capacidades físicas no podría derrotarlo, apresurándome a tomar mi espada.

    —¡Nev a sim soman! —dije acercándose la espada al cuello de mi agresor sin que la sujetara, deteniendo su agresión teniendo más tiempo para salir de su alcance, pero él no era tonto, cuando yo me alejé él estaba preparado con su cañón, volviendo mi espada a mis manos en forma de emblema.

    Cada minuto era más tenso y cada vez estaba más cerca de las ruinas, pero también a cada momento era más difícil poder avanzar, era Riaru a quien no quería hacerle daño no obstante muchas vidas están en riesgo. Él me dispararía y todo terminaría no obstante cuando su disparo explosivo de color plateado me iba a alcanzar por la espalda una voz me envolvió en un brillo alejándome del peligro trasportándome, ¿qué ha sido esto? es una voz extraña.



    ¿Qué les ha parecido? y ¿qué piensan de la actitud de Riaru?....
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  16.  
    Alirs

    Alirs Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    8 Febrero 2012
    Mensajes:
    25
    Pluma de
    Escritora
    Riaru es un raro!
    No lo entiendo ni un poquito, aunque lo considero un traidor ¬¬
    Me alegra poder comprener más la trama y conocer más detalles de la misma.
    Saludos y besos!!! :)
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso