Cambio de destino

Capítulo 9 — PARTE 1​

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“Los regalos de la vida”​

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—Oye, Sakura, quisiera preguntarte algo… —dijo algo nervioso el azabache.
—Dime, ¿qué pasa? —ella le sonrió curiosa. Su voz la tomó por sorpresa.
—Bueno… Es que… —vaciló unos segundos para encontrar las correctas palabras, pero optó por hacer otra cosa— Ven —le dio su mano y ella la agarró para después irse lejos de aquella mesa; para ser exactos, a la zona Este verde del colegio. Cuando estaban frente a frente, éste prosiguió a hablar—. Me gustaría saber sí te gustaría salir conmigo… —había un leve tono rosado en sus mejillas, a lo que ella sonrió— Digo… Esta tarde…
—¡Claro que sí, Itachi! —agarró su rostro con las dos manos, haciendo cruzar las miradas— Pero ¿por qué tanta timidez?
—Eh… Realmente, ni siquiera y-yo sé porqué d-de repente me puse tan n-nervioso… —ella rió de lo tierno que él lucía.
—¡Eres tan tierno cuando estás así…! —la pelirrosa también estaba sonrojada, tal vez un poco más que él, pero volteó a ver hacia el suelo— Ojalá así fueras siempre y no el que te han etiquetado… —esto último se lo dijo para sí.
—¿Dijiste algo? —le alzó el rostro con delicadeza.
—No, no fue nada —sonrió falsamente.
—De acuerdo… Qué te parece si volvemos con…
—Pero —interrumpió la pregunta de él— ¿p-podría invitar a Hinata e Ino?
—De acuerdo… —antes de hablar, dio un largo, profundo y triste suspiro… ¿A quién no le molestaría tener personas innecesarias en una ocasión tan especial? Sobre todo, para este azabache…

Ella sólo agradeció y tomó su mano para entrar al edificio de aulas, pues ya había sonado la campana. Y de nuevo, se dirigieron a sus respectivas clases.

En la hora después del receso, en la clase 3-C, tocaba con la profesora Kurenai, quién daba Biología. Era tiempo de exposiciones… ¡Sí! ¡Esa escuela se la vive totalmente de exposiciones! Lo bueno era que son en equipos. Ciertos jóvenes que integraban uno de esos equipos, se encontraban charlando acerca de lo que había pasado en el receso.

—¿Te gusta Hinata? —Sasori fue directo con Deidara.
—No —sonrió triunfante de tan sólo recordar lo sucedido—. Sólo lo hice porque de verdad aprecio a mi ojitos —rió al decir el apodo muy bien asignado—, y además no se merece que le hagan eso… ¡Hmp!
—Creo que hiciste bien… Aunque te han etiquetado como el que está a los pies de Hinata —el pelirrojo le codeó guiñándole, volteó a ver a Itachi y se quedó con un gesto de intriga, pues se encontraba en otro lado que no era la plática—. ¿Y ahora? ¿Qué insecto de picó para que no digas ni una sola palabra?
—No es nada que te interese —se notaba en su voz cierto enojo pero sin alterarse. Le molesta que lo saquen de sus pensamientos, más cuando se trata de la chica que le encanta. Estaba planeando todo lo que pasaría en la cita de ese día.
—¿Enserio? —dijo con una mirada malvada y se volteó hacia el rubio— Deidara, ¿cuánto apuestas a que estaba pensando en esa Sakurita…?
—No apuesto nada porque sé que perdería… —rieron burlones los dos.
—¿Y? ¿Qué hay con eso? —poco a poco, su enojo aumentaba. Les dedicó una mirada asesina, como las de siempre.
—¡Es una cita! —dijo el rubio. Descifró, de alguna manera, su rostro y llegó a la respuesta correcta de su pregunta. Hizo que el azabache se quedara sin palabras, jamás imaginó que un idiota como él, podría hallar el porqué de su silencio. Tal vez si era muy evidente…
—Ya veo. Tu silencio lo dice todo —le dio unas palmaditas en su espalda con su perversa mirada—. Bueno, ¿a qué hora será la reunión? No quiero perderme de nada —volteó a ver a su cómplice rubio—, ¿vas a venir? —y el aludido asintió. El que tenía las venas llenas de furia estaba a punto de decirle cosas que lo pondrían en su lugar, pero la suerte no le acompañaba ese día, pues la profesora los interrumpió ya que se había percatado de que no hacían algo respecto a su exposición.


~


Ya en la última hora de clases, se escuchaba relajo proveniente de la clase 2-B, pues no había profesor a cargo de la clase. En uno de los pupitres, hablaba una rubia y una pelirrosa.

—¿Sabes? Me alegra que Hinata ya esté mucho mejor con Sasuke… —mencionó la rubia volteando a ver el fondo del aula, donde se encontraban los mencionados, en un pupitre, solos y con grandes sonrisas en sus rostros.
—Sí… No me gustó ver así a Hinata por varios días —igual que la rubia, la pelirrosa observaba a la pareja quiénes, sin necesidad de tener contacto, se notaban muy enamorados—. ¿Por qué habrá hecho eso el chico? —pensó.
—Bueno… —dejó de observarlos para dirigirse a Sakura con una tierna sonrisa— ¿Y tú? ¿Qué me cuentas de aquel hombre que te trae de cabeza? —rió para sí misma, causando sonrojo en la pelirrosa.
—P-pues… Hoy m-me invitó a salir… —ensañó son entusiasmo su hermosa sonrisa. Con tan sólo pensar en la tarde… ¡La ponía inquieta! Aunque, en el transcurso de las horas, se dio cuenta que fue una mala idea de invitar a Hinata e Ino… Suspiró y continuó hablando, desapareciendo ese entusiasmo— P-pero le dije que sí podía llevarte junto a Hinata…

La rubia se percató de que estaba molesta por su tono en la voz, y estaba triste por su gesto en el rostro. Hizo una reflexión rápida en dos segundos antes de contestar y decidió mentir un poco para que su entusiasmo no fuera en vano.

—Lo siento, no puedo… Sai también me invitó a salir esta tarde… De verdad lo siento —fingió tristeza, al parecer, fue creíble.
—¿Enserio? Qué mal… —suspiró y se puso de mejor humor— Ahora, sólo me queda preguntarle a Hinata…
—¿Qué me quieres preguntar, Sakura? —llegó la mencionada sorprendiendo a las dos sentadas. Detrás de ésta, venía el Uchiha menor; obviamente, agarrados de la mano y una gran sonrisa.
—Eh… Es que en la tarde saldré con Itachi… —se comenzó a sentir incómoda con la presencia del que es hermano del mencionado— Y le pregunté que si podían… —se vio interrumpida por la ojiperla.
—No puedo, Sakura… Verás… Sasuke me acaba de invitar a salir… Lo lamento —el mencionado la abrazó por detrás con mucho cariño.

Al igual que el Uchiha mayor, la pelirrosa estaba por decir algo pero la directora Tsunade llegó con tremendo grito a interrumpirla; no sólo a ella, sino a todos los estudiantes que se encontraban distribuidos en grupos por todo el salón.

—¡Jóvenes! —golpeó el escritorio principal con el borrador de madera; lo hizo con tal fuerza que hizo que los alumnos de enfrente quedaran lastimados del oído. Llevaba un rostro furioso y serio— Ya que esta es la última hora de clases y no tienen profesor, he decidido dejarlos ir a casa temprano. Así que guarden sus útiles y se pueden marchar a sus hogares.

Dicho esto, dejó el aula con los alumnos apurados guardando sus útiles, para, al fin, poderse largar de aquel “infierno”, como le suelen llamar al colegio. Después de un par de minutos, comenzaron a salir poco a poco los alumnos de aquella aula; entre ellos, Ino, Sakura, Hinata y Sasuke. Estos dos últimos se despidieron de las otras dos, Hinata de beso en la mejilla y, en cambio, él sólo meneando la mano. Minutos después, la rubia decidió esperar por su novio, ya que estaba en la clase 2-A, y la pelirrosa sólo le envió un mensaje a Itachi, se despidió y se fue.

Por su lado, Itachi sintió vibrar su móvil, haciéndole saber que había recibido mensaje, el de la pelirrosa. Sin que se diera cuenta la profesora, sacó su móvil y lo leyó. Decía así:

“Hola, Itachi. Nos han sacado del colegio, pues el profesor no vino. Me iré a casa. Te estaré esperando a partir de las 3:30. Te quiero mucho…”

Él, automáticamente, sonrió para sí al terminar de leer. Era más que obvio que ya la amaba… Al estar cerca de ella, sentía que podía hacer cualquier cosa “imposible”; incluso con tan sólo pensar en ella. Respondió el mensaje con breves palabras:

“De acuerdo, estoy ahí a las 4. También te quiero mucho.”

Cierto rubio que se encontraba a su lado se dio cuenta de lo que sucedía. Esperó a que guardara el móvil y sin que se diera cuenta, lo agarró. Leyó aquellos dos mensajes junto con unos más antiguos y volteó a ver cómplicemente a su compañero de atrás, Sasori. Éste entendió perfectamente lo que su mirada quería decir al enseñar el móvil ajeno. Segundos después, recibió una nota del rubio que había lanzado discretamente hacia su lugar diciendo la hora de la cita, y comenzó a hacer planes en su mente, obviamente, malvados.

Se preguntarán qué es lo que tiene Sasori en contra de Itachi, pues le tiene cierto rencor. La razón es que Itachi tiene más atención por las chicas que él. Ellos tres son de los más buscados en el colegio, entre otros, pero el que se posiciona en primer lugar es Itachi. Por esa razón, trata siempre de arruinarle sus planes o robarle a las chicas, esto último cuando se presenta, se da cuenta que Itachi ya tiene a otra. Eso le hace caer más en el rencor hacia él, aunque sabe fingir perfectamente el ser su “amigo”…

Al fin sonó la campana y salieron como balas los alumnos de las aulas. El azabache se despidió de sus “amigos” y se fue, igual que los otros estudiantes, rápidamente. Los otros dos jóvenes se acompañaron en su camino hacia el hogar. El pelirrojo venía pensativo y no decía palabra alguna; por tanto el rubio sentía que hablaba sólo y la curiosidad le invadió.

—¿Qué tanto traes en tu mente, Sasori? —pasó varias veces su mano enfrente de la mirada perdida del nombrado, llamando al fin su atención.
—Pienso en la cita de Itachi… ¿Vas a ir?
—De acuerdo, sólo para hacerle una broma más —rió inocentemente, provocando que s dibujara una siniestra sonrisa… ¡Qué títere ha encontrado de amigo!—. Dime, ¿qué se te ocurre para poner en marcha? —con un monosílabo, el pelirrojo comenzó a explicarle el plan que se le había ocurrido durante ese tiempo.


~


—¿Estás lista preciosa? —preguntó el azabache dando su mano a la hermosa pelirrosa que se encontraba enfrente de él. Ya era alrededor de las cuatro cuando el azabache llegó por la aludida. Ella se sonrojó.
—Sí… —cerró la puerta de su casa con llave, tomó su mano y comenzaron a dirigirse a uno de los tantos centros comerciales que había en la ciudad.
—¿Sabes? Deberías arreglar el jardín… Está seco y se ve mal… —dijo franco y directo. Tenía mucha razón, estaba totalmente descuidado, pero al parecer a ésta no le importó en lo mínimo su comentario.
—Yo estoy bien así. Sé que soy popular pero aun así no quiero ser el centro de atención —se escuchaba un poco molesta. No había necesidad de que le dijeran qué hacer, menos cuando no es una obligación—. Cambiemos de tema. ¿Acaso no recibiste mis mensajes o no me quisiste responder? —cambió repentinamente su estado a preocupada, no quiere pensar en lo peor que podría pasar: que comience a hartar.
—¿Mensajes? Yo no he… —fue interrumpido por él mismo, al pasar por su mente su último momento en que vio a su móvil— ¡Mi teléfono! ¡Gracias por recordarme, Sakura! —besó su mano tiernamente en forma de agradecimiento.
—Pero ¿qué dices? —preguntó confundida, luego alguien llamó la atención de los dos.
—¿Buscabas esto, Itachi? —habló el títere del pelirrojo. Tenía en sus manos el móvil del nombrado. Itachi se quedó estupefacto, ¿cómo es que lo tiene? ¿Para qué se lo quedó? ¿Cuándo lo agarró? ¿Qué hizo con él?, y lo más importante, ¿habrá visto los mensajes de Sakura?
—¡Dámelo! —pudo reaccionar y se lo arrancó de sus manos. Sakura estaba sorprendida, pero no tanto como el azabache— ¿Cómo rayos lo conseguiste?
—Se estaba cayendo de tu bolsillo, así que decidí tomarlo y se me olvidó entregártelo… —dijo mientras Itachi agarraba la mano de ella y la forzaba a caminar rápido. No quería que ellos intervinieran en su cita.
—Y… ¿Adónde se dirigen? —preguntó el pelirrojo cuando la pareja los dejaba atrás.
—Al centro comercial… —el azabache rodeó a Sakura con un brazo y volteó a ver a los entrometidos con ganas de quererlos asesinar— Ya lárguense…

Sakura se percató de que éste estaba hecho una furia, así que con preocupación, le tomó el rostro para que se lograra tranquilizar y la viera a los ojos teniendo éxito. Esas llamas de furia que se notaban en sus ojos se esfumaron al encontrarse con aquel brillo intenso de los de ella. ¿Quién no encontraría la paz en los ojos de la persona que se ama?

—¿Así? Pues en ese caso, les haremos compañía, ¿cierto, Deidara? —cuando menos vieron, ellos ya estaban a sus costados.
—¡Por supuesto! También nos dirigimos para allá.
—No se atrevan a ir junto… —comenzó a decir el azabache pero fue interrumpido por Sakura.
—Está bien, Itachi. Déjalos. Igual, nada más será en el camino —teniendo la atención de éste, ella le dedicó una tierna sonrisa, tratando de convencerlo.
—Pero… Es que… No sabes lo que traman… —poco a poco, con su mirada suplicante logró convencerlo— ¡De acuerdo! Sólo porque nadie le puede decir no a ese hermoso rostro— besó su nariz tiernamente e hizo que se sonrojara, como de costumbre. ¿Cómo era que se dejaba controlar por una mujer? ¿Qué tiene ella que tuvieron las anteriores? Esa era su duda, pero no la quería responder; quería seguir preguntándose lo mismo una y otra vez para sentir eso inexplicable que sentía cada segundo que estaba con ella…

​

CONTINUARÁ…​

​

​

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Oh, I just wanna take you anywhere that you like​

We could go out any day, any night​

Baby I'll take you there, take you there​

Baby I'll take you there, yeah​

​

Oh, tell me tell me tell me how to turn your love on​

You can get, get anything that you want​

Baby just shout it out, shout it out​

Baby just shout it out, yeah​

​

And if you,​

You want me too​

Let's make a move​

​

Yeah, so tell me girl if every time we​

​

To-o-uch​

You get this kind of ru-u-ush​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

If you don't wanna take it slow​

And you just wanna take me home​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

​

And let me kiss you​

​

Oh, baby, baby, don't you know you got what I need​

Looking so good from your head to your feet​

Come on come over here, over here​

Come on come over here, yeah​

​

Oh, I just wanna show you off to all of my friends​

Making them drool down their chinny-chin-chins​

Baby, be mine tonight, mine tonight​

Baby, be mine tonight, yeah​

​

And if you,​

You want me too​

Let's make a move​

​

Yeah, so tell me girl if every time we​

​

To-o-uch​

You get this kind of ru-u-ush​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

If you don't wanna take it slow (c'mon)​

And you just wanna take me home​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

​

And let me kiss you ​

Yeah, so tell me, girl, if every time we​

​

To-o-uch​

You get this kind of ru-u-ush​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

If you don't wanna take it slow​

And you just wanna take me home​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

​

Every time we to-o-uch​

You get this kind of ru-u-ush​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

If you don't wanna take it slow​

And you just wanna take me home​

Baby, say yeah, yeah, yeah, yeah, yeah​

​

And let me kiss you​

~ Kiss You – One Direction​

 

Aquí les traigo la conti! :33 Espero y les guste! Espero sus comentarios!! :33​

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Capítulo 9 ― PARTE 2​

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“Los regalos de la vida”​

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~NARRA SAKURA~
Después de que Itachi haya aceptado que los chicos nos acompañaran, nos dirigimos hacia el centro comercial. Veníamos con las manos entrelazadas… ¡Tan romántico que me hace suspirar! Pero lo malo fue tener a los chicos como si fueran nuestros guardaespaldas; a nuestros costados. ¡Creo que tenía razón Itachi al no permitir que vinieran con nosotros! Pero ya no hay nada que hacer al respecto.

Llegamos rápido al centro comercial. Al parecer también se dirigían a comer algo en algún restaurante, y para colmo, al mismo que nosotros.

—¡Maldición! —pensé— ¡Para la siguiente vez, no aceptes, Sakura! Haz lo que diga Itachi. Bueno, será sólo por esta vez, por algo son los amigos de Itachi, ¿no?

—Aprovechemos y pidamos una mesa para los cuatro —habló Sasori, viéndonos de una manera extraña… Un poco ¿malvado?

—¡Cada quien paga su propio plato, eso sí! —Deidara comentó con el dedo índice levantado y con una gran y escandalosa risa luego de esto.
Itachi me rodeó con un brazo y enterró su rostro en mi cabellera, me hizo reír de los nervios y de lo sonrojada que estaba. ¡Es un amor!

—Yo pagaré nuestra comida, cerecito —me susurró al oído, haciéndome sonrojar. Me hubiera gustado que ese momento fuera más largo, pero no, el gerente llegó para indicarnos nuestra mesa.

Ya en la mesa, ellos se sentaron enfrente de nosotros. Era espacioso aquel restaurante, se veían varias mesas en lo que restaba del espacio. Nos ubicaron al lado de un ventanal que daba vista al panorama de la planta baja del centro comercial.

Nos entregaron la carta y la revisamos. Tenía la típica comida de aquí, Japón, y la comida del extranjero. Esta vez decidí elegir el anmitsu, uno de mis platillos favoritos…

—Dime, ¿qué ha pasado con tus papás? —Itachi me sacó de mis pensamientos. A él, un día que me acompañó hasta mi hogar, le conté mi situación que tenía con mis padres… Así que ya conocía parte de mi pasado… Pues eso no era todo…— ¿Has hablado con ellos?


Volteé a ver a los dos chicos; Dei tenía un gesto inocente… El de siempre, y Sasori tenía un gesto de intriga mezclado con malicia… Por algo son sus amigos, así que no me incomodará en hablar sobre ese tema.

—Sí… Hace dos días me hablaron —reí al recordar aquella pequeña conversación que tuve con mamá. Al fin ya era seguro que vendrían dentro de dos semanas. Mi mamá me preguntó sobre su regalo y aún no llega…

—Eso me alegra, preciosa —me besó en la mejilla, la cual estaba ya roja, y con ese beso, roja era poco comparado con el color que adquirieron… ¡Creo que fue todo mi rostro!

Los dos sobrantes en esa mesa se sorprendieron por un segundo. Dei fue literalmente en un segundo, pues en ese instante iba llegando la camarera que una vez nos comenzó a atender con todos los platillos pedidos. Pero Sasori… Siguió sorprendido y… pensativo. Me acerqué un poco más a Itachi, y este no lo negó, como era de esperarse de él. Ya nuestros corazones comenzaban a corresponderse… Bueno, al menos el mío hacia el suyo ya era su esclavo.

Ese pelirrojo… Comenzaba a intimidarme con tan sólo su mirada. La tenía clavada en mí. Aunque nunca lo volteé a ver directamente a los ojos, no me sentí tranquila ni un solo momento… Su mirada era como clavos gruesos y largos se hundieran lentamente en mi piel.

Ví de reojo a Itachi, al parecer también se percató de los ojos de su amigo el pelirrojo.

—Vamos, Sakura. Enfrenta aquella mirada, tienes que mostrar que no eres débil… —me escuché dentro de mi cabeza… Y decidí hacer lo que me dijo. Debo demostrar que no soy débil.

Miré aquella intensa mirada con el ceño fruncido y, por suerte, se sorprendió y desvió su mirada a su comida, ya se encontraba jugando con los guisantes de su platillo. Mi mente tenía razón: ¿cómo iba a permitir que me incomodara una mirada cualquiera como la de él? ¿Qué se cree?

—¡Genial! —al igual que yo, posó Dei su mirada en aquel ventanal, e iba pasando una chica de cabellos color oro… Creo haber visto ese rostro en el colegio… Dei aclaró su garganta y sonrió pícaro— ¡Itachi! Dime, ¿recuerdas los que te dije el otro día? Lo acabo de ver… Vamos a verlo, ¿sí? Quizá esta vez si te agrade… —al igual que su sonrisa, su sonrisa y tono de voz eran pícaros… ¡¿Qué le pasa?! ¡Era muy evidente que quería ir detrás de esa chica y lo hizo a propósito, sabiendo que yo estaba ahí! Obviamente Itachi no aceptaría, ¿no?

—¡Buena idea, Deidara! ¡Vamos! —sonrió y se levantó, preparándose para ir. Destruyó mis buenas expectativas de él… ¡De verdad que a la próxima vez, no dejaré que vengan ese par de inmaduros niños! ¡Maldición!— ¡Oh! Espera… —estaba a punto de marcharse junto con el rubio, pero se volteó a verme. Al parecer el señor se acordó de que está en una cita…— Preciosa, ahorita regreso, es rápido lo que haré.

Y se fue junto a su, ahora, cómplice amigo. Y obviamente se iba a ser rápido lo que haría con esa… Con esa… ¡Arg! ¡No sé cómo nombrarla!

Estaba que echaba chispas que no me percaté que el pelirrojo seguía ahí. Estaba sorprendido, no hacía algún movimiento, justo como una estatua. Creo que me sentí tan apenada que agaché mi rostro. Era seguro que ya tenía un aura deprimente en mi alrededor… ¡Estúpidas emociones! Cómo podían cambiar tan rápido… ¡Estúpido amor! Y sobre todo… ¡Estúpido Itachi! ¿Cómo se atrevió a tratarme de esa forma? Estaba decidida por agarrar mi pequeño bolso y largarme de ahí… Sería lo mejor que pudiera hacer. Hasta que una voz intervino en mis planes.

—No te vayas… De verdad, no tardan… Hazme compañía, ¿sí? —me sorprendí ante su petición pero suspiré y asentí con tristeza.

—Pero ¿para qué quieres que te haga compañía? Si no has tocado tu comida… Desde hace rato te veo jugando con el mismo guisante…

—Lo sé… Pero no tengo hambre, realmente…

—¿Entonces, a qué viniste? —apoyé mi rostro en mi mano recargada en la mesa.

—A… —dudó y al ver esto, encorvé mi ceja. Me iba a mentir, ¿eh? Pero el suspiró— A pasar un rato con los chicos.

—Entiendo…

—Dime, ¿te pintas el cabello? —puso un gesto de intriga… ¡Como odio que me pregunten eso cuando soy natural!

—Obviamente —aclaré mi garganta—, no. Yo soy natural… ¡Hmp! —bufé enfadada.

—B-bueno —se dio cuenta de mi enfado, así que trató de arreglarlo…—, es que no es común ver a una exótica pelirrosa por las calles de Konoha… ¿Entiendes?

—Sí, sí… —suspiré— Todos dicen eso… —al parecer esto le llamó mucho la atención… Justo como en las caricaturas: se le encendió el foco.

—¿También Itachi te dijo eso? —rió para sí mismo.

—No… —sonreí— Él es el primero en que no me pregunta si es pintado mi cabello.

—¡Hmp!

—¿Por qué ese monosílabo? —confundida lo vi.

—N-no es por nada.

—¡Vamos! ¡Dime! ¡Soy de confianza, no miento!

—¡No! —rió irónicamente— Mucho menos a ti, que ya casi eres la novia de Itachi… —volvió a reír.

—¿A qué te refieres? —nació una nueva esperanza en mi corazón que iluminó todo mi ser… Otra vez…

—Pues parecen uña y mugre: siempre juntos están.

—Mmm… —pensé sobre lo que dijo, y tenía razón… Pero aún no había tanta confianza como el suponía— Es cierto… Pero no le cuento toda mi vida… Solamente sabe un poco sobre mí, como mi pasado… —suspiré triste.

—¿Tu pasado? ¿Tan malo es recordarlo? ¿O por qué te entristeciste?

—Pues… Sí es algo triste… Para que veas que yo sí confío en ti, te contaré un poco… —le guiñé en señal de que se sienta en confianza conmigo— Pues… Yo vivo sola…

—¿La misma situación que Itachi? —me interrumpió.

—Mmm… No precisamente eso —era cierto… Eran parecida nuestras historias pero la diferencia es que mis padres aún viven y los de él… No…—. Pero casi nunca los veo… Por cosa de sus trabajos, tienen que estar viajando a diario a diferentes lugares del mundo… —él me miró impresionado… No entiendo por qué.

Lo único que sabía sobre la historia de los padres de Itachi, era que sus padres habían muerto en un accidente y que sólo tenían una tía y un tío que vivían en Tokio… Pero, por lo que me contó una ocasión, vienen a verlo a él y a su hermano menor, una vez por semana… No sé nada más pues no le gusta sacar ese tema a una conversación.

—Vaya…

—¿Qué? —le cuestioné intrigada. De verdad era extraño ese pelirrojo.

—Es que me sorprende… Pensé que tenías una vida muy buena… Eres popular y tienes al chico más buscado de todo el colegio a tus pies… Que tenías todo lo que pedías… Pero me equivoqué… Eres un caso más como yo… —me quedé estupefacta al escuchar eso… ¿Él también no podía ver a sus padres a diario como la gente “normal”? ¿Es verdad todo lo que me dice?

—¿Cómo…? ¿Tú también no ves a tus padres con frecuencia?

—No es eso… Sino que por su trabajo también casi nunca los veo… Solamente en las noches… Pero llegan demasiado tarde… Y pues, la verdad, me siento… solo… —suspiró. Al parecer entró a un trance, después de unos segundos reaccionó— No sé por qué te estoy contando todo esto… Más a ti… Que ni te conozco y que casi eres la novia de aquel… —cerró su puño que tenía sobre la mesa con fuerza… Creo que no es muy buen amigo de Itachi… Qué extraño…

—Tranquilo, Sasori… —busqué palabras reconfortantes. Me levanté para sentarme a su lado— No estás solo —remarqué esta última palabra. Lo abracé y él no se negó a corresponder mi abrazo—, como tú dices estar. Tienes a muchas chicas detrás de ti… Tienes muchos amigos, ¿no? —me separé para mirarlo a los ojos— Eso de sentirse en medio de la soledad… —suspiré y desvié mi mirada— Déjamelo a mí, que yo muy pocas veces veo a la gente que de verdad me importa…

Tomó mi mentón con cuidado y me hizo voltearlo a ver a sus ojos color ceniza… Tenían un brillo diferente… Como si estuvieran… ¿llenos?

—Dime… ¿Por qué no te colocas a mi lado? Tú me puedes comprender… Nadie más lo hace… Eres la primer persona que conozco con ese carácter tan dulce… —comenzó a acariciar mi rostro con delicadeza… Yo no sabía cómo reaccionar; nunca había estado en una situación como esta— Tan tierno… Tan inocente… Justo como tú… —dejó de acariciarme el rostro para agarrar mis dos manos— Sé que es muy atrevido pero… ¿quisieras ser mi novia? —me sonrió con esperanza.

Su pregunta fue muy, como él mismo dijo, muy atrevida… Creo que no era el lugar ni el momento indicado… Y muy apresurado… Además, él ya sabía perfectamente lo que había entre Itachi y yo: una conexión amorosa. Me dolía lo que iba a hacer, pero era necesario…

—Lo siento, pero no —destruí esa ilusión de niño que tenía. Sus ojos perdieron ese brillo de hace unos instantes. Me liberé de su agarre—. Creo que ya debes de saber que a mí me gusta Itachi…

En ese justo momento, llegó Itachi y Dei. ¡Hasta que se dieron por aparecer ese par…!

—¡Hola chicos! —llegó el rubio sacándonos de aquella situación. Yo me levanté y me fui a sentar donde me encontraba al principio. Noté que el rostro de Itachi estaba intrigado y, a la vez, enojado; miraba a Sasori de una manera extraña…

—Hola… —dije indiferente, pero en el momento en que Itachi se sentó a mi lado, no pude evitar sonreír… ¡Arg! ¡Insisto, estúpidas emociones!

—Hola, bonita… —me besó en la mejilla. Me sonrojé, pero tenía mi ceño fruncido.

—¡Oye! —fue lo único que a mi boca se le ocurrió decir.

—¿Qué pasa?

—N-nada… —dije aún sonrojada y enojada…

Al fin Sasori tocó su comida. Aunque tenía el mismo rostro de siempre: serio… Pero sus ojos me decían que estaba triste… Era necesario no aceptar su petición. Sólo tengo mi corazón para el hombre que estaba a mi lado.

El resto del tiempo… Igual nos acompañaron los chicos… ¡Caray! ¿Nunca se cansan de estar tanto tiempo de estar juntos? Al parecer no…

Pagamos los platillos… Bueno, sin incluirme, pues Itachi pagó el mío. Luego de eso, nos dirigimos a una feria que se encontraba a tres cuadras del centro comercial… Era un ambiente mágico…
Primero entramos a la rueda de la fortuna… ¡Era gigantesca! Nos formamos en la fila… En ese momento se me ocurrió algo para dejar a los dos lejos de nosotros: fuimos los últimos en entrar en ese turno, ellos se quedaron a esperar el siguiente turno. ¡Genial! Ya arriba, comencé a sentir miedo… Era demasiado alto…

—¿Qué tienes? —me rodeó con un brazo y me miró tierno… Yo no pude contestarle…— ¿Miedo a las alturas? —yo asentí con sólo mi cabeza. Sentía que si hablaba, se me saldría el corazón por la boca— No temas —se acercó poco a poco a mi rostro—, estoy aquí… —me besó.

Ese beso… Actuó como veneno en mí y, a la vez, como mi medicina que necesitaba desde hace mucho. Yo no dudé en corresponder. El beso se alargó varios segundos, luego, con su lengua comenzó a jugar con la mía… Si besarlo fuera pecado, no tendría perdón del cielo… Por la falta de oxígeno tuvimos que separarnos. Nos mantuvimos varios segundos viéndonos a los ojos.

—B-bueno… C-creo que ya no siento tanto miedo —le sonreí. Por consecuencia de ese veneno, comenzaron a brotar mariposas en mi estómago y mi pulso se convirtió a mil por hora.

—De acuerdo… —me besó rápidamente pero tierno.

Luego de bajar, ya los chicos ya no estaban… Dentro de mí estaba que bailaba porque ya no estaban esos chicles, pero por fuera sólo… sonreía. Fuimos a varios juegos algo fuertes, que antes me daban pánico de tan sólo imaginarlos; pero con Itachi a mi lado… Todo ese miedo… Desaparecía en un segundo… Sentía la adrenalina correr por mis venas… Supongo también producto de ese veneno.

Dieron las 9:30 y decidimos ya volver a casa. En el camino sólo estuvimos hablando unos momentos…

—Dime… —lo interrumpí. Me estaba contando una aventura suya en Tokio— ¿Qué fuiste a hacer con Dei hoy en el restaurante? —había dejado ese tema en un rincón de mi miente pero volvió a parecer junto a la intriga por saber qué fue lo que hizo… Lo más seguro es que me diga una mentira…

—Fui a ver una tienda de deportes… Y además… Compré esto para ti —vi como sacaba una bolsa mediana de su bolsillo del pantalón… Era increíble que no se notara tan abultado su pantalón… Me entregó aquella bolsa—. Vamos, saca lo que hay adentro —me sonrió.

Hice lo que me pidió y era un tierno oso de peluche. Marrón y muy abrazable. Me enamoré de tan sólo verlo. Me sonrojé un poco.

—¡Oh, está tan tierno! —lo abracé al instante con muchas fuerzas. ¡Era demasiado tierno!

—¿Enserio? Me alegra que te guste… Ahora tú dime… ¿T-te gustaría a-andar conmigo? —volteé a verlo. Estaba sonrojado totalmente. Más tierno el momento no podía ser.

—¡Claro que sí! —lo abracé. Esperaba desde hace tiempo que me dijera eso. Agarró delicadamente mi rostro con sus dos manos y me besó… De nuevo ese veneno se introducía en mi organismo… Siento que será como una droga para mí.

—Te amo, cerecito —dijo apenas separando mis labios de los suyos. Me sonrojé más de lo que ya estaba.

—Yo a ti —sonreí entre los besos pequeños que nos dábamos. Pero me percaté de que estábamos ya enfrente de mi casa—. Bueno, gracias por el día. Nos vemos, Itachi —comencé a alejarme de él en dirección a la puerta de mi hogar.

—Nos vemos, novia mía —y se fue.

Suspiré feliz y saqué mis llaves, pero me di cuenta de que la casa estaba ya abierta… Alguien ha entrado… ¡Maldición! ¿Me habrán robado? Entré apresurada y prendí las luces con el interruptor que había en la entrada. Observé con cuidado todo lo que estaba a mi alrededor. No había nada extraño, mas empecé a escuchar a alguien que bajaba de las escaleras, me escondí y preparé mi puño… Tal vez no serviría de nada… Pero tenía que intentarlo…

—¿Sakura? ¿Por qué has llegado tan tarde? —se escuchaba enojada la voz. Pude identificarla al instante.

—¡¿Konan?! —estaba a punto de llorar, hace mucho que no veía a mi prima.

—Sí, soy yo, pero ¿no crees que es un poco tarde para llegar? Si esa es la hora en la que normalmente llegas a casa haces muy mal… —la abracé con ganas, pero ella seguía regañándome.

—Te extrañé tanto, Konan… —mis lágrimas no pudieron evitar caer por mis mejillas.

​

​

​

CONTINUARÁ…​

​

​

Cada vez que hablas ​

Siento mi respiración ​

Mas acelerada ​

Casi en automático ​

​

Fragilidad ​

Cuando te vas ​

Se funden los rayos del sol ​

Viento polar ​

Se me congela el corazón ​

​

Frío, frío, frío ​

Si no te tengo a mi lado ​

Hay un invierno en mi interior ​

Frío, frío, frío ​

Es tan crudo y despiadado ​

Es un glacial devastador ​

​

Ven a llenarme de tu amor ​

A derretir mi corazón ​

Todo se vuelve hielo ​

Si no tengo tu calor ​

​

Siento en tu mirada ​

Algo tan eléctrico ​

Es una descarga ​

Que me activa este motor ​

​

Fragilidad ​

Cuando te vas ​

Se funden los rayos del sol ​

Viento polar ​

Se me congela el corazón ​

​

Frío, frío, frío ​

Si no te tengo a mi lado ​

Hay un invierno en mi interior ​

Frío, frío, frío ​

Es tan crudo y despiadado ​

Es un glacial devastador ​

​

Ven a llenarme de tu amor ​

A derretir mi corazón ​

Todo se vuelve hielo ​

Si no tengo tu calor ​

​

El fuego de tu voz ​

Tu beso cálido ​

Me descongela el corazón ​

Derríteme en tu amor ​

​

Frío, frío, frío ​

Si no te tengo a mi lado ​

Hay un invierno en mi interior ​

Frío, frío, frío ​

Es tan crudo y despiadado ​

Es un glacial devastador ​

​

Ven a llenarme de tu amor ​

A derretir mi corazón ​

Todo se vuelve hielo ​

Si no tengo tu calor​

~ Frío - Fey​

 

Bueno, bueno. Ya les traje la conti... Este capítulo no me gustó por el vocabulario que usé... Pero creo que estuvo bien, ¡jaja! Bueno, espero y sea de su agrado y puedan comentar; no importa sí es para regañarme o algo por el estilo... Me harán sentir bien x3 ¡Gracias a todos por sus comentarios-ttebane! :p​

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Capítulo 10​

“¿Amor o admiración? Un problema más”​

​

—Te extrañé tanto, Konan… —ella correspondió de igual manera, aquel abrazo fuertemente.​

​

—Ya, Sakura… No es para que llores, menos ante mí —se separaron y la recién llegada le limpió las lágrimas con el delicado dorso de su mano.​

​

—¡Pero claro que sí es para llorar y festejar tu llegada! No sabes cuánto necesité de ti —la pelirrosa le sonrió, dejando de llorar.​

​

—De acuerdo, pero habrá mucho tiempo para “festejar” —hizo un gesto con las manos.​

​

—¿Enserio? ¿Por qué lo dices? ¿Cuánto te quedarás esta vez? —la pelirrosa se veía muy ilusionada por saber la respuesta de aquella pregunta.​

​

—Mejor, ya mañana hablamos —tomó su mano—, ¿sí? Ya es un poco tarde… Además estoy cansada del viaje… —suspiraron las dos del cansancio que traían sobre sus hombros.​

​

—Sí, te entiendo. También estoy cansada de caminar mucho… —la pelirrosa sonrió para sí misma al recordar todo lo que había pasado esa tarde; sin incluir lo sucedido con el pelirrojo. Konan se percató de aquella sonrisa verdadera y se alegró.​

​

—Bueno, ya mañana me cuentas el porqué de la felicidad en tu rostro —sonrió y subieron al primer piso, donde estaban las recámaras. Ahí fue donde Sakura entendió para que había una habitación morada.​

​

La rosada entró a su habitación más feliz que nada en el mundo. Se podría decir que feliz era poco comparado con lo que sentía en ese momento. Primero, el chico del cual se enamoró ya hace tiempo, le corresponde esos sentimientos y ya son novios. Y segundo, su prima, que mejor dicho, su casi hermana, se encontraba bajo el mismo techo. Como en los viejos tiempos.​

​

​

Cabello corto y lacio azul natural y ojos color ámbar, era lo que la caracterizaba más que cualquier parte de su cuerpo… Con lo que se identifica a un miembro más de la familia Haruno: color de cabello y de ojos exóticos. ¿Más descripción sobre su físico? Está bien. Sombras en sus ojos, que nunca faltan en ella, incluso desde que era una niña; y algo nuevo: un piercing bajo su labio inferior. Su animal favorito es el tigre blanco. Le encanta estar a la moda en forma original. Ella es alegre y brillante; es muy flexible con la gente y también, un poco liberal. Valiente y segura de sí misma. Ama el orden. A Sakura le encanta estar con ella porque, además de que es la más “cercana” que tiene, le ayuda a ser una buena persona, según ésta.​

​

~​

​

En la siguiente mañana, la pelirrosa se frotó los ojos suavemente. Lo primero que le pasó por su mente fue lo que sucedió la noche anterior. La llegada de su prima. Nunca se cansaría de repetirlo. Y apareció una sonrisa cálida y sincera; llena de originalidad.​

​

Se dirigió a la ducha, se vistió con el uniforme de la escuela y bajó hacia la cocina. Lo más probable es que ya Konan esté despierta haciendo algo.​

​

—¡Buenos días, Sakura! —saludó la peliazul. Lo sabía, la conoce muy bien. Ésta se encontraba cocinando algo en la estufa.​

​

—¡Buenos días, Konan! —saludó con entusiasmo la pelirrosa— ¿Harás de desayunar? ¿Qué será en esta mañana? —se asomó por la ventana que tenía la pequeña puerta que conducía al patio trasero, quiso verificar si de verdad era mañana.​

​

—Mmm… Sí, es huevo revuelto al estilo Konan… —rió y sirvió un poco de éste en un plato— Toma —lo dejó sobre la pequeña mesa que había en la cocina. La pelirrosa se sentó rápidamente y de tan sólo ver el plato, ya necesitaba una cubeta de la baba que le escurría. Comenzó a comer e hizo un gesto de gozo.​

​

—¡Esto —decía con la boca llena— está delicioso!​

​

—Gracias, me alegra que te haya gustado —sonrió sentándose enfrente de su prima la rosada.​

​

—Bueno, dime —después de un par de minutos, comenzó a hablar la pelirrosa—, ¿para qué has venido?​

​

—¿Qué? ¿Quieres que ya me vaya? Porque puedo hacerlo en este…​

​

—¡No, no, no! —la interrumpió— Sólo pregunto porque nunca habías hecho algo así…​

​

—Mmm… Pues quería saber cómo ibas con tu vida de “mujer independiente” —hizo un gesto con los dedos en estas últimas dos palabras y rió.​

​

—¿Enserio? —rió también.​

​

—¡Sí! Quiero ver cuánto has progresado desde que ya no estás en casa de mi mamá —sonrió.​

​

—Te aseguro que mucho —rió—. Y ¿por cuánto tiempo te quedarás para ver mi “progreso”?​

​

—Por varias semanas, eso sí te aseguro —rieron con gracia.​

​

—O sea… ¿Un mes? —preguntó pasando rápidamente a la preocupación.​

​

—No… —cuando contestó, la pelirrosa se fue directamente al pensamiento de que sería menos tiempo, y cayendo en la tristeza por completo— Mínimo, por dos meses —sonrió plácidamente. Aunque no sabía cómo reaccionaría al saber su respuesta.​

​

La pelirrosa al escuchar eso, al principio, no hubo alguna reacción de su parte, pero al examinar con sumo cuidado esas pocas palabras en su mente, reaccionó de una manera muy entusiasta.​

​

—¡¿Enserio?! ¡Tienes que estar bromeando! —se levantó y fue a abrazar con gran fuerza a su prima. Ésta se sintió asfixiada que tuvo que separarla a los pocos segundos de aquel abrazo.​

​

—¡O-oye! —dijo recuperando el aire perdido y entre tosidos— ¡Tranquila! ¡A la próxima que me vuelvas a abrazar de esa manera, me matarás!​

​

—¡Lo siento, lo siento! ¡No fue mi intensión dejarte sin aire! —se disculpó desesperadamente.​

​

—¡De acuerdo! ¡No es para exagerar! —rió ante la cómica escena que estaba frente a sus ojos: una Sakura disculpándose casi a lágrimas y de rodillas— Bueno, ya siéntate. Cuéntame, ¿tan tarde llegas cada día?​

​

—No… —se sonrojó al recordar la razón de su llegada tarde, según la mayor— ¡No, no! —reaccionó.​

​

—¡Te traes algo entre manos! ¡Cuenta, cuenta! —entusiasmada dijo la peliazul. Era la primer cosa que le ocultaba aquella pelirrosa, aunque era considerable, pues no había hablado con ella desde que se mudó a Konoha.​

​

—E-es que… Fui a una ci-cita… —estaba más roja que un jitomate.​

​

—¡¿Una cita?! —se quedó asombrada al cien por ciento. ¿Su prima… En una cita? ¡Vaya! ¡Mudarse sí que provoca muchos cambios! ¡De cuánto más era lo que no sabía de su prima?— ¡¿Cómo?! ¡¿Con quién?!​

​

—Con mi no… n-novio… —le costaba mucho trabajo creerse el hecho de que tenía novio; tanto a la una como a la otra.​

​

—¡Vaya, Sakura! —de verdad se sentía feliz por ella. Al fin ya había podido conseguir conexiones con la sociedad— ¡Me alegra que ya tengas novio! ¡Pero me sorprende mucho!​

​

—Sí… También a mí —rieron.​

​

—Bueno, cuéntame hasta el más mínimo detalle, ¿sí?​

​

—De acuerdo… Pero ya en la tarde… Ya me tengo que ir al colegio… —se apresuró en llegar a la puerta— ¡Nos vemos, Konan!​

​

—¡Adiós, rosada! —alcanzó a decir antes de que cerrara la puerta.​

​

~​

​

En una calle no muy cercana a la de la pelirrosa, se encontraba un pelirrojo pensativo. ¿De dónde salió esa personalidad que tuvo el día anterior? ¿Por qué con esa pelirrosa? ¿Qué era lo que sentía en ese momento? ¿Admiración, tristeza, ilusión? ¿Qué era…? ¿Por qué no podía sacar de su mente aquellos jades incrustados en ese rostro de porcelana? Tenía miles de preguntas distribuidas por toda su mente, mas un rubio lo jaló hacia la realidad.​

​

—¡Pelirrojo! —gritó a unos cuantos metros del aludido. Luego e unos segundos, ya estaba a su lado— ¿Qué fue lo que pasó mientras me llevé a Itachi? Estabas tan perdido que no me quisiste contestar cuando te pregunté en la feria.​

​

​

—¿Así? ¿Me preguntaste eso? No lo escuché… —su respuesta provocó que el rubio estampara su mano en su cara. ¡Qué fue lo que pudo haber pasado para dejarlo peor que él!​

​

—Eres un idiota. Pero ahora, ¿me vas a decir? Supongo que ya no estás tan perdido como ayer.​

​

—De acuerdo, pero no puedes decir nada al respecto. Mucho menos enfrente de Itachi, ¿de acuerdo? —le dijo mirándolo amenazadoramente haciendo que se le helara hasta el alma.​

​

—¡V-vale! —colocó sus manos como en su defensa— ¡Ya no me mires así y dime!​

​

—Pues… No estoy seguro totalmente pero… Creo que comienzo a sentir algo por esa pelirrosa… Y vuelvo a aclarar: no estoy seguro… —se le desvaneció la voz al decirlo. Lo bueno era que, a pesar de ser alguien que se puede manejar a su antojo, es un buen amigo. El rubio sólo se quedó atónito. ¿Cómo podía ser eso posible? Apenas un día que trata con ella y resulta que ya le gusta. De seguro ha de ser otro de sus planes con maña.​

​

—¡Estás de broma! —dijo apenas de salir de su asombro— Es parte de tu plan, ¿verdad? —lo miró pícaro, esperando que asintiera, pero no fue así; seguía serio… Y perdido.​

​

—No… No es parte del plan…​

​

—Si entonces es así… —colocó su mano en su mentón, en señal de que se encontraba pensativo—, si se llegara a enterar Itachi, lo más seguro es que te asesinaría, literalmente. Ya vez, esta vez, sí se nota que quiere algo serio con Sakura.​

​

—Lo sé… —suspiró y miró hacia al frente, dándose cuenta de que ya estaban frente a la escuela. Y lo primero que no quería ver, ahí estaba, mucho menos esa escena…​

​

~​

​

Había un pelinegro en la sala de su hogar. Preparaba lo último para ya marcharse al colegio. Cuando, de repente, un rayo del Sol atravesó la ventana en frente de él, haciendo que se deslumbrara. Tapó con su mano aquel rayo y observó por la ventana, encontrándose con una bella mujer caminando. Una muy bella mujer para este pelinegro. Más bello el día no podía empezar. Así que, se apresuró a meter algunos materiales en una pequeña mochila, para dirigirse a la puerta de aquella, su casa.​

​

—¡Sasuke! ¡Ya me voy, nos vemos en el colegio! —abrió la puerta apresurándose.​

​

—¡Espera! ¡Itachi…! —y el nombrado la cerró de un portazo; parecía que estaban a punto de romperse los cristales de ésta. El Uchiha menor suspiró y se dirigió, a su paso lento, a la puerta recién azotada.​

​

El azabache se apresuró a alcanzar a aquella bella mujer que le alegró la mañana. Cuando al fin la pudo divisar, pensó en la manera que la sorprendería.​

​

—¡Cerecito! —la abrazó por detrás. Y su plan de sorprenderla, funcionó a la perfección, pues la aludida se quedó asombrada, luego feliz y sonrojada, su siempre esperado sonrojo.​

​

—¡I-Itachi! ¡Me alegra verte! Pensé que te vería hasta el colegio —sonrió, cosa que el azabache se percató y le dio un beso en la mejilla. Luego se colocó a su lado.​

​

—¿Enserio? ¿Crees que te dejaría ir al colegio sola? ¿Sin mí, que soy tu novio? —hizo que se detuviera a mirarlo a los ojos. Le tomó suavemente su mentón y la besó tiernamente.​

​

—¡De acuerdo, novio mío! —rió haciendo que él se sintiera más feliz de lo que estaba— Vamos juntos al colegio, ¿te parece? —tomó su mano y empezaron a caminar.​

​

—Siempre, cerezo.​

​

Mientras, en el camino, Sakura le contaba sobre lo que pasó la noche anterior, después de que la fuera a dejar. Ella era feliz contando sobre la única persona que era capaz de entenderla. Y él, era feliz tan sólo escuchando su voz, así que se veían muy felices. Así estuvieron hasta llegar a las puertas principales del colegio. Itachi la besó tiernamente, pero largo y profundo fue aquel beso.​

​

—¡Oigan! —interrumpió un pelirrojo que se veía un poco molesto, causando su separación— ¡No deberían hacer eso! Menos aquí, en el colegio.​

​

—¿Y quién te crees? ¿La directora? —rió burlón el azabache. ¿Cómo diablos se atrevió a hacer eso? Aunque es considerable porque no sabe que ya son novios…​

​

—No, pero no deben de hacerlo, ¿cierto?​

​

—Ya lo sé, no eres mi mamá para poderme decir que hacer, ¿está claro? —se quedó viéndolo de una manera aterradora, luego se quedó pensando unos segundos y al fin habló— Además, ¿por qué te importa tanto que la bese? —estaba a punto de mencionar sobre que era su novia, pero decidió saber antes su respuesta.​

​

—Pues… —titubeó un poco pero supo manejarlo bien, o al menos eso pareció…— ¿A ti qué te interesa? —era una pregunta retórica.​

​

—Ella es mi novia —recalcó la última palabra. Estaba furioso y el pelirrojo se quedó boquiabierto. ¿Cómo pudo ser tan estúpido al pedirle eso a la chica? Si ya sabía perfectamente que ya pronto acabarían como eso—. Que te quede claro —se volteó hacia la que era centro de aquella discusión—. Sakura, vámonos de aquí, ¿sí? —no esperaba respuesta. Y aunque se negara, tomaría su mano y se iría junto con ella a un lugar apartado de aquel pelirrojo fastidioso, como lo hizo.​

​

—Sasori, te lo dije —dijo orgulloso y sonriente el rubio.​

​

—Por supuesto que ¡no me dijiste! —cambió su tono bruscamente. Era una cómica escena: un pelirrojo con los pelos de punta y un rubio asustadizo.​

​

—B-bueno… Pero te dije algo parecido… —temía ahora por su vida. El pelirrojo estuvo a punto de explotar pero se contuvo.​

​

—S-sí… Tienes razón… —ya se había tranquilizado. Suspiró profundamente, sacando un poco de su ira— Vamos a entrar, ¿quieres? —comenzó a caminar.​

​

—¡Qué humor! —susurró para sí mismo y comenzó a caminar, para luego colocarse a su lado.​

​

—¡¿Qué dijiste?! —Se desesperó. Su ojo comenzó a punzar. Más enojado no podía estar, pero ese rubio sí podía hacerlo enojar al doble.​

​

—¡N-nada! —colocó sus manos en frente de él como defensa— ¡Tranquilo, pelirrojo! ¡Si sigues así, ni tu perro te va a soportar…! —ya el pelirrojo decidió no decir nada, tragándose el enojo.​

​

CONTINUARÁ…​

​

You never go, you're always here
(Suffocating me)
Under my skin, I cannot run away
Fading slowly

I give it all to you, letting go of me
Reaching as I fall
I know it's already over now
Nothing left to lose, loving you again
I know it's already over, already over now

My best defense, running from you
I can't resist, take all you want from me
Breaking slowly

I give it all to you, letting go of me
Reaching as I fall
I know it's already over now​

​

Nothing left to lose, loving you again
I know it's already over, already over now

You're all I'm reaching for
It's already over
All I'm reaching for
It's already over now

I give it all to you
I offer up my soul
It's already over, already over now

Give it all to you, letting go of me
Reaching as I fall
I know it's already over now
Nothing left to lose, loving you again

I know it's already over now
It's already over now
I know it's already over, already over​

~ Already Over - Red​

 

¿Saben? Inaru Uchiha me hizo darme cuenta de que le estoy metiendo cosas que tal vez son rellenos. Jajaja lo he pensado y ya me meteré más en lo que en realidad debe de pasar para que comience el SasuSaku. Les daré una pequeña pista... ¿Recuerdan el sueño de Sasuke? ¿A esa silueta de un hombre con quien luchaba? Va a aparecer pronto en la historia... Y por Itachi... ¿Recuerdan que en un comentario les dije sobre Obito? Él hará que se compliquen un poquito las cosas para él. ¡Bueno, sin más qué decir, el capítulo!​

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Capítulo 11​

“Planes”​

​

En otro lado del colegio, se encontraba una pareja platicando muy cerca el uno del otro, pero fue interrumpida por el timbre de la campana, indicándoles que ya tenían que entrar a su respectiva clase.​

​

En la clase de Sakura, ésta y sus dos amigas se juntan para charlar antes de que entrara su profesor Kakashi, quien siempre se retarda.​

​

—No puede ser… —suspiró la pelinegra.​

​

—¿Qué pasa, Hinata? —preguntó la rubia, la pelirrosa esperaba que contestara.​

​

La pelinegra buscó con la mirada lo que le causaba dolor: su novio con un albino y una pelirroja, muy plácidamente charlando.​

​

—¿Por qué no te acercas? Eres su novia, ¿no? —le animó la pelirrosa.​

​

—No, está enojado y no quiere verme ni en pintura.​

​

—Y ahora ¿por qué? —dijo Ino y suspiraron las tres.​

​

—Ayer en nuestra cita, comenté algo que pasó entre mamá y yo, que había deseado que desapareciera y al parecer eso le enojó. Así que estoy sola, de nuevo… —se recostó en la mesa de su banca.​

​

—Qué suerte la tuya, Hinata; se contentan y se vuelven a pelear. ¡Increíble! —exclamó la pelirrosa.​

​

Las tres voltearon a ver al grupo del fondo. La Uzumaki al darse cuenta de sus miradas sobre ellos, abrazó al pelinegro con mucho afecto que se notaba a kilómetros, y éste sólo demostró indiferencia. La pelinegra se debatía entre sentirse aliviada, enojada o triste. Pero mejor optó por disimular y adoptó un humor mejor, y se puso a charlar con sus amigas. Varios minutos después, llegó el profesor.​

​

~​

​

Era el receso cuando una mesa fue invadida por Itachi, Sakura, Deidara, Sasori y Hinata, quienes comían tranquilamente la comida de la cafetería; ésta última sólo estaba ahí para no sentirse sola porque su novio la había “abandonado” de cierta forma.​

​

—¡Itachi! ¡Se acerca tu cumpleaños! ¿Qué piensas hacer para este año?​

​

—¡Je, je! —rió entusiasmado de recordar aquello que el rubio mencionó— Pues como este año cumplo ya mis dieciocho años, pensaba en hacer una fiesta. La más recordada de este año —se enorgulleció de tan sólo pensar en esa fiesta imaginaria.​

​

—¡Eso es genial! ¿Invitarás a todo el colegio? —lo miraba cómplicemente con una sonrisa pícara y el pelinegro le respondió de la misma manera. La pelirrosa se percató de lo que pasaba por sus mentes en ese momento, lo que la puso furiosa.​

​

—¡Oye, Dei! ¡Al menos no menciones eso enfrente de la novia de este mujeriego! —le dio un golpe fuerte al pelinegro que se encontraba al lado. Luego, hizo lo mismo a aquel rubio despistado; recibiendo queja de los dos.​

​

—¡De acuerdo, de acuerdo! —colocó sus manos enfrente de él como defensa— Loca… —murmuró.​

​

—¡Qué dijiste, Deidara! —se levantó de golpe furiosa con el puño arriba.​

​

—¡Ey! Tranquila, bonita —dijo el azabache haciéndole volver a sentarse—. No te alteres, ¿sí? —la miró y, de alguna forma, al parecer la hipnotizó.​

​

—Está bien… Sólo lo haré porque tú me lo pides.​

​

—Bueno, regresando a mí —dijo un poco arrogante el azabache—, la fiesta será el próximo sábado, de mañana al siguiente sábado.​

​

Todos aceptaron la invitación, aunque aquel rubio con mucho entusiasmo… Más que el que cumplía años.​

​

—¿Y las invitaciones? ¿O acaso piensas decirles personalmente a cada una de las personas que invitarás? —preguntó la pelirrosa curiosa.​

​

—No… Estoy pensando en decirle a mi tía, a ver si ella me las puede hacer —sonrió el pelinegro.​

​

—Mejor, dile a Hinata que las haga ella —comentó Sakura, llamando la atención de la mencionada—. ¡Ella sabe hacer diseños increíbles! ¿Cierto, Hinata?​

​

—Eh… Sí… Pero… —vacilaba.​

​

—Nada de peros, mejor dale ideas a Itachi, ¿sí? —suspiró la pelinegro y asintió.​

​

—Mmm… —se puso pensativa— Para ahorrarte todo el trabajo de entregarlas a cada persona del colegio, ¿por qué no simplemente hacemos unos carteles? Donde digan los detalles y eso.​

​

—Eso estaría perfecto —le dedicó un sonrisa a la pelinegra—. Tienes buenas ideas, Hinata. ¿Te parece sí esta tarde nos ponemos a buscar un diseño y todo lo demás? Porque a más tardar debemos pegarlos el lunes.​

​

—Si Sakura está bien con eso, de acuerdo.​

​

—No confío mucho en Itachi —dijo mirándolo con burla y éste tenía un gesto que decía “no me causa gracia”—, pero… yo confío plenamente en Hinata. Así que está de más decirlo.​

​

~​

​

A la hora de la salida, los mismos que charlaban en el receso se encontraban reunidos.​

​

—Hinata, ¿te parce si nos vemos a las seis en mi casa?​

​

—De acu… —se interrumpió a sí misma, lo pensó unos segundos y contestó— De preferencia, en mi casa, ¿sí?​

​

—Pero que no quieres ver a Sasu… —fue interrumpido.​

​

—¡Shh…! —con su mano, Sakura cubrió la boca de Itachi, no debía terminar la frase.​

​

—De acuerdo, en tu casa será. —concluyó con la conversación y todos se fueron por su lado.​

​

Hinata se fue sola y triste a casa. Las lágrimas no cesaban de sus ojos perla. Le dolía estar así con su novio. Es comprensible, ¿no? ¿A quién no le dolería estar en su situación? Por otro lado, Itachi y Sakura se fueron juntos, pero se desviaron debido a que Itachi invitó a Sakura a comer ramen a un restaurante llamado “Ichiraku Ramen”. Ya con los platos servidos, comenzaron a charlar.​

​

—Oye, Itachi… —éste volteó a verla indicando que tenía su atención— ¿Podría invitar a Konan a tu fiesta?​

​

—Claro, pero primero déjame conocerla, ¿no? —rió.​

​

—Ok, saliendo de aquí, vamos a mi casa y te la presento, ¿vale?​

​

—¡Sí! —después de un bocado de ramen volvió a hablar— Oye, dime porqué Hinata no quiere ver a mi hermanito. ¿Ella lo terminó? —la pelirrosa pensó que su pregunta fue un poco pesimista.​

​

—No… Es que, por lo que ella me contó, ella hizo un comentario acerca de que quería que su mamá desapareciera y que eso lo hizo enojar. Y ahora está en su actitud de niño orgulloso —pensó unos segundos—. Veo que es común entre los Uchiha… —rió un poco.​

​

—¡Hmp!​

​

Terminaron y se dirigieron a casa de la pelirrosa. Una peliazul ya la estaba esperando en la puerta. Se notaba un poco frustrada.​

​

—¡Sakura! —se acercó a la mencionada y la abrazó con cariño— ¡Hasta que por fin llegas!​

​

—Eh… Sí… Mira… Él es mi novio…​

​

—Uchiha Itachi, ¿y tú? —la interrumpió.​

​

—Haruno Konan, un placer —estrecharon sus manos. Él tomó la mano de ésta, soltando a la de la pelirrosa, quien se sorprendió.​

​

—Dime… ¿Tienes novio, hermosa? —le besa la mano seductoramente y la peliazul se sonrojó.​

​

—¡Oye! —le da un golpe fuerte al azabache enfadada. ¡Mujeriegos!​

​

—Yo sólo lo decía para presentarle a Sasori o a Dei… —dijo muy divertido, aunque no era así para la pelirrosa. La peliazul estaba sorprendida y se reía por lo bajo.​

​

—¡Hmp! ¿Ahora te crees chistoso? —seguía enfadada, ¡qué humor!​

​

—Eh… Lo mejor es que me vaya. ¡Nos vemos, Konan! —se acercó a la pelirrosa y tomó su mentón— No te enojes, cerecito —la besó dulcemente—. Nos vemos.​

​

Y así desapareció el azabache, dejando a las dos jóvenes. Éstas no perdieron más su tiempo y entraron a su hogar. Al cerrar la puerta principal, la peliazul no pudo aguantar más y comenzó a hablar.​

​

—¿Y a quiénes me quería presentar tu novio?​

​

—A sus mejores amigos: Deidara y Sasori… Están igual de locos que Itachi. Pronto los conocerás en la fiesta del próximo sábado.​

​

—¿Fiesta? ¿Cuál fiesta?​

​

—Es la fiesta de cumpleaños de Itachi y le mencioné de que venías de visita y que no te quería dejar sola, y aceptó para que pudieras ir.​

​

—Fantástico… Y… Volviendo con los chicos… ¿Están guapos? —se sonrojó un poco, causando sorpresa en la pelirrosa.​

​

—Eh… Pues… Debo aceptar que están un poco guapos… —también se sonrojó al aceptar esto. Rieron las dos por sus reacciones.​

​

—De acuerdo. Ahora, vamos a comer, ¿quieres? —comenzó a caminar hacia la cocina.​

​

—Lo siento… He pasado a un restaurante junto a Itachi y por eso llegué tarda… Je, je… —estaba apenada. A Konan le encantaba hacer comida para ellas dos— Pero si quieres, te acompaño mientras tú comes, ¿vale? —la peliazul suspiró.​

​

—Está bien, vamos —y se dirigieron a la cocina.​

​

La peliazul se sirvió de lo que ella misma había cocinado y se sentó frente a la pelirrosa.​

​

—Quiero aclararte que el cuarto morado, se hizo especialmente para mí. Ya tus papás lo habían pensado.​

​

—Oh, genial —sonrió y se puso pensativa—. Ahora que lo pienso… ¿Desde cuánto tiempo no nos vemos?​

​

—Mmm… La última vez que nos vimos fue cuando vivías en Estados Unidos… Cuando tenías de vecino a Menma… Tenías 12 años y yo 14. O sea que son 4 años sin vernos…​

​

—Cierto… —suspiró la rosada— ¿Cómo está mi tía?​

​

—Mmm… Supongo que bien… Ya hace tiempo que no la veo…​

​

—¿Incluso antes de venirte?​

​

—Sí —contestó indiferente—. Tuvimos una discusión y sí estuvo bastante fuerte. Desde entonces yo me fui de casa y dejé de verla. Luego, decidí visitarte un tiempo… Al menos hasta que encuentre trabajo en Tokio.​

​

—Entiendo… —sonrió.​

​

—Y cuéntame, ¿qué ha pasado contigo en estos cuatro años?​

​

—Nada realmente… Quizá lo único es que dejé de hacer amistades desde que conocí a Menma. Bueno… Hasta que me mudé…​

​

—Ya veo… Bueno, me voy a ver televisión —sin darse cuenta la pelirrosa, su prima ya había acabado su plato de comida.​

​

Media hora después, se encontraban las dos chicas viendo televisión. La pelirrosa se encontraba pintándose las uñas y la peliazul no sacaba su atención del televisor, pues estaban transmitiendo una de sus series favoritas.​

​

—¡Hasta que terminó tu serie! —exclamó la pelirrosa al ver los créditos en la televisión— ¿Me dejas ver ahora mi serie?​

​

—¡De acuerdo, señorita enojo! —la volteó a ver. Se percató de que estaba pintándose las uñas de un color muy parecido al de sus ojos— Déjame terminarte de pintar las uña, ¿sí? —hizo un gesto de súplica— Como en los viejos tiempos, ¿te acuerdas?​

​

—Ok, termina mis uñas —rió—. ¡Esos tiempos eran fantásticos!​

​

—Sí… Eran muy divertidos… —se detuvo a pensar un momento y pareció como si un foco encendiera sobre su cabeza. Sonrió de oreja a oreja— ¡Se me acaba de ocurrir algo, Sakurita!​

​

—Eh… —hizo un gesto de miedo por lo que fuera a decir su prima. Una locura era lo más seguro— ¿Qué?​

​

—¡Vamos a hacer una pijamada! ¡Justo como en los viejos tiempos! ¿Te gusta la idea? —la pelirrosa se sorprendió ante la idea. Pensó que sería una totalmente descabellada… Pero no fue así.​

​

—Buena idea, Konan… El problema es que tengo tarea… —hizo una mueca de fastidio.​

​

—No importa, son las seis. Queda tiempo. Además hoy es viernes, no importa si la empezamos a media noche —sonrió entusiasmada—. Termino de pintarte tus uñas y te vas a tu cuarto a terminar la tarea, ¿entendido?​

​

—Entiendo pero… La quiero hacer aquí en la sala, viendo la televisión… —Konan la miraba de una manera tan aterradora que hizo que Sakura se intimidara— ¡De acuerdo! Me quedo en mi cuarto…​

​

—¡Genial! Es que voy a organizar la casa para la pijamada —cerró el frasco de barniz—. Anda a tu cuarto, ahora —ordenó y la pelirrosa obedeció y subió para encerrarse en su cuarto.​

​

~​

​

En el cuarto de la pelirrosa, ésta se encontraba tratando de hacer unos problemas de matemáticas, recostada en la cama. Según ella, eran demasiado complicados que no les entendía. Pero también, aunque no lo aceptara, su problema era su celular, pues se encontraba mandando mensajes cada quince segundos, y para rematar, todos eran para su novio Itachi. ¡El amor era una gran distracción!​

​

Pero también la sacaba de su mundo los ruidos algo estruendosos, que provenían de la planta baja. Sonaban como explosiones pequeñas, algo que era arrastrado, cosas un poco aterradoras que preocupaban a la pelirrosa. En una de esas, escuchó a su prima gritar por dolor. Si la curiosidad estaba que la mataba, con ese grito, optó por ir a ver qué pasaba. Se levantó y se dirigió a la puerta. Cuando puso su mano en la perilla, escuchó a su prima de nuevo gritar pero diciendo: “¡Ni se te ocurra girar esa perilla, Sakura!”. ¿A quién no le daría miedo eso? Volvió rápidamente a su cama y continuó, aparentemente, haciendo los ejercicios.​

​

Al fin terminó de hacer los ejercicios… La verdad es que no supo ni qué escribió pero “terminó”. Luego, sin problemas se dedicó sólo a mandar mensajes. Él le decía sobre el diseño que Hinata y él habían decidido irse por. Luego de unas horas, ya eran las nueve de la noche. Como no había señal de su prima, se puso su pijama, y en eso, tocaron a su puerta.​

​

—Sakura… Ya puedes salir —se escuchó muy dulce su prima. La mencionada asintió y salió de su cuarto.​

​

—Creo que esto será largo… Pero sobre todo… ¡Divertido! —pensó y se mostró entusiasmada ante la pijamada que estaban a punto de tener.​

​

​

​

CONTINUARÁ…​

And when it rains,​

On this side of town it touches, everything.​

Just say it again and mean it.​

We don't miss a thing.​

You made yourself a bed​

At the bottom of the blackest hole (blackest hole)​

And convinced yourself that​

It's not the reason you don't see the sun anymore​

​

And no, oh, how could you do it?​

Oh I, I never saw it coming.​

No, oh, I need the ending.​

So why can't you stay​

Just long enough to explain?​

​

And when it rains,​

Will you always find an escape?​

Just running away,​

From all of the ones who love you,​

From everything.​

You made yourself a bed​

At the bottom of the blackest hole (blackest hole)​

And you'll sleep 'til May​

And you'll say that you don't want to see the sun anymore​

​

And no, oh, how could you do it?​

Oh I, I never saw it coming.​

And no, oh, I need the ending.​

So why can't you stay just long enough to explain?​

​

Take your time.​

Take my time.​

​

Take these chances to turn it around. (take your time)​

Take these chances, we'll make it somehow​

And take these chances to turn it around. (take my...)​

Just turn it around.​

​

No, how could you do it?​

Oh I, I never saw it coming.​

No, oh, how could you do it?​

Oh I, I never saw it coming.​

No, oh, how could you do it?​

Oh I, I never saw it coming.​

No, oh I need an ending.​

So why can't you stay​

Just long enough to explain?​

​

You can take your time, take my time.​

​

~ When It Rains - Paramore​

 

Ya regresé con el capítulo nuevo-ttebane :D ¡Espero que les guste! Tal vez en este capítulo se encuentren algunos errores pues este lo hice desde mi celular -.- y me corregía mucho... Pero basta de plática y más capítulo xD Y Yuriko, gracias por haberte tomado el tiempo de leerlo :3 Me hizo feliz, bueno, me hace feliz saber que hay gente que le agrada mi Fic, te digo que tendrás ItaSaku por un largo tiempo... Bueno, excepto ya en el final e_e
Les digo que este capítulo es más narración que plática. ¡Gomen! Pero es necesario. ¡Juro que ya a partir de aquí, comienza a tomar su rumbo para el problema principal-ttebane! Supongo que ya se pondrá interesante... :3 ¡¡Y PERDÓN POR LA TARDANZA, DE VERAS!!

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Capítulo 12​

“Otro pequeño cambio”​

~NARRA SAKURA~

Y ahí iba yo; la nueva yo. El experimento nuevo de mí misma. Una yo completamente diferente. Ya era lunes y caminaba de la manera más sensual que me había enseñado mi prima, por el pasillo de los casilleros del colegio. Había un chico que literalmente estaba babeando al contemplarme, estaba recargado en uno de los casilleros. Puse en práctica una de las muchas cosas que Konan me había aconsejado. Me le acerqué lentamente con la aparente intención de quererlo besar. Sonreí y él me regresó el gesto y se irguió y me puso un gesto muy “seductor” en su rostro. ¡Qué patético! Nuestros rostros estaban a centímetros…


—¿Qué? ¿Te gusto? ¿Quieres un beso mío, guapo? —le susurré. Él se sonrojó pero no cambió su postura.

—Estoy esperando por ese beso… —pasó su mano por mi cintura. Al parecer sí tenía ganas de mí pero no lo debía permitir.

Lo bofeteé y le di un rollidazo en sus partes bajas, haciendo que se retorciera del dolor en el suelo. Los chicos y chicas se burlaban del chico con grandes carcajadas. La culpa no la sentí ni en lo más mínimo. Eso es bueno…

Seguí mi curso por el pasillo hasta llegar al patio del ala derecha del colegio. ¿Mi objetivo? Itachi Uchiha. Me estaba muriendo por saber qué es lo que pensaría de esta nueva yo… Me sonrojé de sólo pensarlo pero… Agaché la mirada para que nadie notara a la Sakura de antes… No hice caso omiso de los murmullos y silbidos de las personas a mi alrededor.

Se preguntarán cómo es que llegué a convertirme así en tan sólo dos días. Tranquilos, se los explico. ¿Recuerdan la pijamada que tuve con Konan? Estuvo fantástica, de veras. Desde que salí de mi cuarto, comenzó todo. Bajé las escaleras y todo había cambiado… Mejor dicho, todo había desaparecido. Parecía un departamento recién comprado: sin muebles. ¿Dónde había puesto todo? No tengo ni la más remota idea. Sólo habían unos cuantos globos de colores pegaos en la pared. Bueno… En realidad sólo estaba el mueble de la televisión y la televisión. Y unos pufs, uno rosa y el otro morado… Era de esperarse.

Primero vimos una película de terror, la cual fue interrumpida a la mitad -que por cierto, casi me mata del susto...- por el hombre repartidor de pizzas. Luego, volvimos a ver una película de terror... Afortunadamente no fueron muy aterradoras para legar al punto de dejarme con el trauma. Después, ella comenzó a golpearme con su almohada, justo como en los viejos tiempos... Sólo que esta vez incluyó latas de espuma. Nos roceamos con estas 8 latas. Por último, como ya eran altas horas de la madrugada y estábamos algo cansadas, comenzamos a poner las bolsas de dormir sobre el suelo. Y a partir de ahí, solamente platicamos... No sé cómo fue que empezamos hablando sobre aquellas películas recién vistas, y terminamos hablando de Itachi...

~FLASHBACK~

–¿Enserio así tratas a tu noviecito...? Dices que se llama Itachi, ¿no? –cuestionó ella.

–Pues sí, ¿o cómo quieres que lo trate?

–Es que no me gusta la forma en que se comporta... Luego tú se lo permites... –iba a defenderme pero ella continuó– Una de dos: te buscas a alguien que sí te
meresca o te comportas de la misma forma para que aprenda a respetarte... Ojo por ojo, diente por diente...

–Hasta pareces la abuela Hana... –reí aunque fue pequeña y queda... Me hizo pensar en lo que dijo; era cierto...

Pasaron varios minutos donde me sumí en mis pensamientos y reflexiones sobre lo que me dijo... Hasta que ella volvió a hablar.

–¿Y bien? ¿Qué piensas acerca de lo que te he dicho? –meneó su mano enfrente de mis ojos sacándome de mis pensamientos. Hasta que mi cerebro pudo abrir comunicación con mi boca, hablé.

–C-creo que sí tienes razón... –suspiré– Pero... ¿Entonces cómo me debo de comportar? –se sorprendió. Al parecer esperaba otra respuesta. Continué– Porque la verdad no me gustaría perderlo...

–De acuerdo. Te ayudaré con este problema –sonrió y suspiró–. Primero...

~FIN DEL FLASHBACK~

Y al siguiente día todo había vuelto a su lugar. Mi prima es increíble... O quizá sólo fue el cansancio que tenía para no escuchar cuándo y cómo todo regresó a su lugar. Recuerdo que era medio día cuando desperté. Ella hablaba con un jardinero. Luego de eso me explicó que era para darme una buena imagen. El resto del día nos la pasamos en el centro comercial, adquiriendo ropa un poco provocativa... Y el domingo, me enseñó miles de fornas para comportarme.

Regresando a la realidad, aparecí en la salida hacia el ala derecha del colegio. Y ahí estaba mi objetivo.

~NARRA ITACHI~

Son sorprendentes los giros que da la vida. Yo sólo he tenido 2: la muerte de mis padres y el haberme enamorado perdidamente; de eso estaba consciente. Y acababa de ocurrir el tercero: Sakura ni era la misma de hace unos días.

Hoy que la vi en la mañana, no pensé que fuera ella; mas luego de analizarlo, ella era la única en el colegio con el cabello rosado. Era ella. Su falda de antes no estaba tan corta, y su blusa no tan abierta como la traía en ese momento. Al principio me espanté, pero la seguridad que irradiaba me provocó algo indescriptible. Sólo puedo decir que me hizo feliz. Ella se acercó de una forma tan provocativa que se hacía desear por mucho. Miré a todos los hombres que la contemplaban y se les notaba un brillo de deseo en sus ojos. ¡Cuanto quería irles a romper su cara, en toda la extensión de la palabra! ¡Esa chica era mía y sólo mía!


Fui decidido con ella, quitándome el suéter, para taparla aunque sea solamente sus blancas y hermosas piernas... Mas ella me lo impidió. Me tomó por sorpresa y me besó. Me quedé absorto ante su reacción... Nunca antes había hecho eso... Esa Sakura me comenzaba a gustar... Pero tampoco me agradaba la idea de dejarle controlar nuestro noviazgo...

Han pasado 7 horas desde que entramos al colrgio. Esta sería la ocatava y la última. No pude concentrarme totalmente debido a que no me sacaba de la cabeza esta Sakura. Una Sakura rebelde. Y además estaba un poco entusiasmado porque hoy el tío Obito llegaba de Tokio. Él era como mi segundo padre; me llevaba muy bien con él al igual que Sasuke. Además me dijo que tenía una sorpresa para mí. Y de mi tía, ni se diga; ella era la mamá que casi nunca tuve. Ella era fantástica y la adoro.

Al fin sonó la campana indicando el fin de clases. Tenía que llegar rápido a casa... Pero me preocupa Sakura... Sasuke se podría ir solo...

–Nos vamos, Itachi –me preguntó tiernamente pero en sus ojos había un brillo seductor... ¡Esto me estsbs volviendo loco!

–Cerecito... Esta vez no podré acompañarte en el csmino a casa... Tengo algo muy importante... –no debí decir eso.

–¿Así que hay cosas más importantes que yo? –me interrumpió. Se veía... Enfadada– De acuerdo. Vete; vete con eso que es más importante que yo, que soy tu novia... –me agradaba esa nueva Sakura... Pero no mucho...


–No, Cerecito. Perdóname, y obviamente tú eres lo más importante para mí –le di un pequeño beso. Gracias al cielo, pude notar que aún en sus ojos jade conservaba ese brillo tierno de la Sakura de antes. Me sentí aliviado–. Prometo reponer este tiempo sola con algo –sonreí.

–¡Hmp! De acuerdo.

–Vamos, Sakurita –besé su frente–. Sólo prométeme algo, ¿sí? Prométeme que te portarás bien en el camino a casa...

–No –me interrumpió–. Eso sí no puedo prometer –me guiñó. La iba a besar en los labios pero ella sólo me dejó besarle la mejilla. Maldición. Luego se deslizó y llegó con la peliazul del viernes... Ella provocó esta Sakura...

Yo me salí como bala en dirección a casa. Ellas tomaron otro rumbo.

Al fin llegué y sólo estaba el automóvil característico de mi tía: un convertible violeta. Ella adoraba el violeta...

–Entonces ya deben estar adentro... –pensé.

Me apresuré a entrar y efectivamente, mi tía estaba ahí pero no el tío Obito.

–Itachi, querido –saludó con un fuerte abrazo–; ¿cómo has estado? ¿Y Sasuke? ¿Han estado bien, cierto? –tanta obsesión por el violeta no podía existir en otras más que ella. Ahora se había hecho un tipo de maquillaje exótico en el rostro que incluía unos rectángulos... Violeta. Aunque se veía bien con su piel blana y cabello castaño.

–Sí –correspondí su abrazo y sonreí–, hemos estado bien. Y...

–Rin, dame tiempo para mostrarle la sorpresa al pequeño Itachi –que incómodo que aún me digan así... Esa era la voz del tío quw se acercó a nosotros. Llegaba de la calle. Me saludó con un apretón de manos, luego a la tía con un beso tierno en los labios... ¡Hmp!–. Ven vamos a garaje.

Asentí y así fue. Al llegar había una carcacha. Era raro ver una de esas cosas en nuestro barrio.

–¿Y esto? –pregunta incrédulo y con desprecio.

–Yo te enseñaré a manejar –parecía entusiasmado cuando palmeaba ansiosamente la carcacha–. Ya que estas a unos días de cumplir la mayoría de edad, como miembro de la familia Uchiha, deberías ya saber manejar.

–Vaya... –estaba sorprendido... Pero de una forma extraña...

CONTINUARÁ...​

Lately I been stuckimagining​

What I wonder doing what I really think, time to flow out​

Be a little inappropriatecause I knowthat everybody’s thinking it​

When the lights out​

​

Shame on me​

To need release​

Un-Uncontrollably​

I I I wanna go o o, all the way ay ay​

Taking out my freak tonight​

I I I wanna show ow ow​

All the day ay ay​

I am running through my mind​

​

Lately people got me all tied up​

There’s a countdown waiting for me to erupt​

Time to blow out​

I’ve been told who I should do it with​

You keepboth my hands above the bl-an-ket​

When the lights out​

​

Shame on me​

To need release​

Un-Uncontrollably​

​

I I I wanna go o o, all the way-ay-ay​

Taking out my freak tonight​

I I I wanna show ow ow​

All the day ay ay​

I am running through my mind​

​

Shame on me (Shame on me)​

To need release (to need release)​

Un-Uncontrollably (uncontrollably)​

​

I I I wanna go o o, all the way ay ay​

Taking out my freak tonight​

I I I wanna show ow ow​

All the day ay ay​

I am running through my mind​

​

~ I Wanna Go - Britney Spears​

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¡Para que no haya Spam, ¿les parece si hao preguntas?! :D La verdad no me gusta que haya u_u​

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~¿Qué opinas de esta Sakura?​

​

~¿Está bien la idea de Konan? ¿Por qué?​

​

~¿Crees que Itach es egoísta al pensar que es sólo de él?​

​

~¿Les gusta la idea de que los tíos de los Uchiha sea Obito y Rin?​

​

~¿Qué esperas en el próximo capítulo?​

​

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Próximo Capítulo: "La fiesta de Itachi - PARTE I"​