Microrrelato Besos Que Matan.

Para la actividad: Besos a mil por hora.​

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Besos que matan.​

Miraba con ansias aquella ventana, tan vacía, tan solitaria. Esperaba la hora de su partida, la hora en la que todo acabaría. Se levantó de su asiento, tan cómodo, tan frío.
Se miró frente al espejo del tocador de damas; traía su vestido favorito: rojo, elegante y largo. Y a este le hacía conjunto los lindos tacones negros.

Él ya se había tardado demasiado, sabía que estaba con ella; con aquella mujer que lo alejaba cada vez más.
Salió de nuevo al salón; la función estaba por comenzar y él aun no llegaba.
Se sentó de nuevo y después de un rato lo vio aparecer por la puerta. Iba elegante y tan hermoso.

Se sentó junto a ella y le sonrío con hipocresía, ella devolvió el gesto con una sonrisa sádica.
Se acerco lentamente a él, paciente y decidida lo beso. ¿Qué sintió? Pasión, alegría, miles de sentimientos recorrían su cuerpo de manera veloz y frenética. Era su tipo de nicotina perfecta; la sensación de calidez y dolor; la nostalgia y la melancolía mezcladas en un beso largo y duradero. Sentía nervios y ansiedad, su paciencia se agotaba con cada segundo, con cada movimiento perfecto de ambos labios, era un vaivén de dulzura y pasión que lentamente se fue apagando.

Sus corazones agitados fueron disminuyendo sus latidos, lenta y silenciosamente fueron abandonando este mundo, gracias al veneno discreto que se aplico en los labios, aquel rojo carmesí los hizo morir en un momento mágico.