Crepúsculo Belleza Letal (One-shot)

Hola, aquí vengo de nuevo con una de mis creaciones nuevas, espero que sea de su agrado, a pesar de que esta sea sobre una pareja no tan común y tal vez una de las menos queridas. Esta es mi sorpresa, espero sea de su total agrado :)
Ahora sin mas les dejo la historia.

BELLEZA LETAL

El manto acuoso de la lluvia lo cubría todo mientras yo caminaba furiosa por la calle, recordando lo ocurrido hace unos minutos, no podía creer lo estúpido que era Jack al tratar de venderme por unos cuantos dólares, como si yo fuera un mueble o un animal. Incluso los animales tenían un mejor trato que al que yo fui sometida por el ser que me quería adquirir.

–¡Victoria! –escuche detrás de mí la voz de un joven la cual reconocí inmediatamente como la de Jack.

–Imbécil –murmure caminando más rápido, sabía muy bien que hablar con el no me traería nada bueno.

–¡Espera! –grito corriendo hacia mí.

–¡Vete al diablo! –le espete molesta, corriendo lo más rápido que mis piernas me permitían.

Intentaba huir de lo que seguramente sería mi perdición, ese remedo de hombre no dudaría en venderme al mejor postor y yo no estaba dispuesta a ser de nadie, yo no era una mercancía ni un objeto que se pudiera comprar. Tanta era mi necesidad de escapar que no vi una piedra que se atravesó en mi camino y caí fuerte y estrepitosamente sobre el duro suelo.

Levante un poco la vista y me di cuenta que me encontraba a los pies de un hombre. Avergonzada baje de nueva cuenta la mirada, tratando de ocultar el furioso rubor que se había apoderado de mis mejillas a causa de la indignación que esta escena me provocaba. Respire profundamente antes de ver frente a mí una mano extremadamente pálida que me era ofrecida para ayudarme a ponerme en pie.

–¿Señorita se encuentra usted bien? –inquirió amablemente mientras esperaba pacientemente a que tomara su mano.

Eso hice y note al instante lo fría que se encontraba, algo anormal y extraño. Pero eso paso al segundo plano al levantar la vista y observar al hombre que se hallaba frente a mí, su belleza era sobrehumana con esa palidez y esos rasgos, que aunque comunes, tenían una simetría perfecta que lo hacía atractivo a la vista.

Asentí a la pregunta realizada sintiéndome repentinamente abrumada por lo que ese bello extraño me provoco al escuchar su voz. Esta era melodiosa, cargada de un tono amable que me hacía sentir cómoda pero al mismo tiempo inquieta. Algo en mi interior me gritaba que saliera corriendo pero mis músculos no eran capaces de moverse, suspire y un escalofrió me recorrió recordándome lo empapada que me encontraba y la terrible apariencia que en estos momentos debía tener.

Una triste sonrisa surco mis labios al pensar que este se había convertido en uno de los peores días de mi vida y que seguramente su existía un Dios o alguna deidad halla en lo alto del cielo, seguramente debía odiarme para hacer mi vida tan miserable.

–Mi nombre es James, ¿Cuál es el tuyo?

Estaba a punto de contestar cuando Jack hizo acto de presencia, me tomo del brazo y bruscamente me giro a encararlo. En sus ojos marrones se podía apreciar el furor y en su rostro la indignación, ahora que lo observaba con detenimiento no podía entender que fue lo que vi en él para renunciar a la vida que tenia, solo para convertirme en su esclava, en una más de las idiotas que para el trabajaba.

–Estúpida, ¿qué crees que haces? –inquirió con su voz ronca a causa del enfado que inútilmente trataba de contener.

–Lo que me viene en gana –le respondí con rencor sacudiendo mi brazo de su agarre –Ahora lárgate, ya no trabajo para ti.

–Perra insolente –ladro mientras sus ojos ardían en las llamas del odio.

Sabía que me golpearía pero ni así me retractaría, jamás permitiría que nadie me considerase como un objeto desechable que fácilmente se podía recoger y luego volvía a recoger y luego a tirar. Si alguien tenía la dicha de tener mi cuerpo seria porque yo lo desease no porque se me fuera impuesto y me nos por ser vendida. En mi naturaleza no estaba ser sumisa y no comenzaría a serlo ahora por lo que con la frente en alto le sostuve la mirada y espere, con cierta arrogancia e indiferencia, a que el realizara su primer movimiento.

–No se atreva a tocarla –dijo el hombre que anteriormente me ayudo en un tono cargado de una amenaza tan letal que incluso provoco que un terrible escalofrió me recorriera.

–¿O si no que? –lo cuestiono Jack demostrando así la gran estupidez de la cual era portador, claro estaba que James no bromeaba y que si él intentaba algo lo mataría en ese mismo instante. Solo basto una mirada del castaño para que Jack retrocediera lo cual me arranco una sonrisa.

–Señorita…

–Victoria –musité de inmediato al ver que se dirigía a mí.

–Victoria, ¿te gustaría venir conmigo? –su propuesta me sorprendió de tal manera que no pude evitar abrir los ojos de par en par.

Salir de este maldito lugar, librarme de Jack para siempre eran ideas muy tentadoras, tanto que nunca llegue a soñar con ellas pues eran ilusiones prohibidas para mí pero James, aquel extraño que me hacia esta propuesta inspiraba tantas cosas en mí que me abruman. Miedo y fascinación, confianza y suspicacia…

Al verlo frente a mí, todos mis instintos me gritaban que huyera, que junto a ese bello desconocido corría peligro pero al mismo tiempo mi parte racional decía que era lo mejor, él no haría lo mismo que Jack y de esa manera obtendría lo que con más vehemente deseo anhelaba, mi libertad. Además me era imposible volver al lado del hombre que había hecho desdichada por micho tiempo mi vida pues de hacerlo seguramente moriría.

–No te atrevas –me amenazo Jack pero esta vez sus palabras ya no tenían ningún efecto en mí.

Ya no le temía porque ahora contaba con James, que sin conocerme me tendió la mano, me ofreció su ayuda sin pedirme nada a cambio y me defendió, cosa que nadie, hasta la fecha, había hecho por mí, en pocos minutos el se convirtió en mi salvador.

–Te ofrezco una nueva vida –susurró ofreciéndome su mano.

Se quitó las gafas y me ofreció una mirada haciendo que mi corazón, por un par de segundos, dejara de latir. Sorprendida mire sus ojos carmesí siendo recorrida por una serie de escalofríos al ser consciente de que James era letalmente hermoso, era mi ángel del apocalipsis.

–Victoria… –murmuró apenas audiblemente Jack mientras me tomaba del brazo.

–No te atrevas a tocarla –lo amenazó dando un paso hacia él lo que provocó que el cobarde de Jack corriera como la rata de alcantarilla que es.

Observe nuevamente a James, indecisa y asustada, el no era normal, tal vez ni humano, de eso estaba perfectamente consciente pero también él había sido el único que hasta el momento fue amable conmigo.

¿Qué hacer?, ¿Ir con un total desconocido o regresar a la pesadilla en la que vivía?, suspire, no podía volver, eso lo sabía de ante mano, así que tome la única opción con la que en estos momentos contaba. Tome la manos de James y él me dedicó una encantadora sonrisa. Caminamos en silencio, mientras aun nuestras manos estaban entrelazadas…

Lo mire y decidí no pensar en el futuro; no sabía lo que este me deparaba pero solo de algo estaba completamente segura, James nunca dejaría de ser mi salvador y jamás, pasase lo que pasase dejaría de ser mi hermoso y letal ángel del apocalipsis.