Atrapada

Atrapada
Yuuki no tiene claro del todo, sus sentimientos hacia él: Zero, ya que desde pequeña ha estado enamorada de Kaname. ¿Qué decisión a de tomar? esa es la cuestión que enfrenta su corazón…

Cuando llega el momento de despedirse de Zero, Yuuki se da cuenta que una parte de su corazón le pertenece a Zero, con un sentir de sentimientos encontrados se acerca tomando su cara entre sus manos depositando sus labios sobre los labios de el con ternura y pasión, para dejarlo y no volver nunca mas a su lado.

Ha pasado un año ya desde entonces ese día, Kaname va al encuentro de su amada Yuuki la mira perplejo y disfruta de su belleza pero sabe que en el fondo ella se mantiene distante aun sin quererlo, Kaname firme por fin ce acerca a Yuuki para hablarle con sinceridad y asumiendo la responsabilidad que eso con lleva -Se que su corazón esta dividido entre el y yo…- esto sin duda altera el mundo de Yuuki…
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-Han pasado al menos una década desde que nos alejamos, nuestros rumbos siguen caminos diferentes, hoy en particular no puedo dejar de pensar en ti en Zero, es como si me llamase a ir a tu encuentro, aunque dudo mucho que pueda encontrarte hoy- caminaba por las calles hablando para mi misma, distraída admirando la belleza del lugar

-¡Zero!- no era posible, lo había visto entre la multitud un momento y después lo había perdido corrí, sin mucho pensar hasta donde lo había visto, gire buscando algún indicio de que el estuviera allí -¡Zero! ¡Zero!- después de ver a mi alrededor empecé a calmarme si había estado allí, ya se había ido, o seguramente era una ilusión que me jugaba el corazón como otras veces me había sucedido en el ultimo mes.

Camine hasta casa y mire a Kaname nostálgico, me acerque abrazarlo y darle un beso en la frente –ya estoy en casa-

-Él esta aquí, puedo sentirlo- me dijo inexpresivamente

-¿De que hablas?- no puede evitar verlo con preocupación, ¿seria que mi paranoia lo había afectado?, ¿se había dado cuenta de que lo extrañaba?

-De nada Yuuki, solo pensaba en voz alta, voy a salir por unos días ¿te molestaría quedarte sola?-

-¿No veo por que? ¿O prefieres que te acompañe?-

-Me gustaría que me acompañes pero creo que seria mejor que te quedes en casa tengo asuntos que atender- se levanto de su sillón y camino hacia la salida, así que me retire a mi cuarto a dormir un rato

Al día siguiente caminaba por las calles, las mismas donde me pareció verlo, clave la mirada en ese lugar como esperando encontrarlo

-¡Yuuki!-

Gire a mis espaldas y con asombro lo vi a él, no había cambiado nada, el corazón me dio un vuelco y solo supe dejar escapar en un jadeo su nombre -¡ZERO!- y corrí abrazarlo, estaba contenta de volverlo a ver, de sentir su aliento sobre mi cuerpo, sus manos estrechándome con ternura, y sus brazos que me brindaban un calor único, pero no me duro el gusto por que de inmediato me separo de él, y se dio la media vuelta

-Perdóname, no debo acercarme a ti, ¡no ahora!- y se fue corriendo lejos de mí, me angustio verlo así, no me había fijado pero el estaba sufriendo, necesitaba sangre con urgencia, corrí tras su silueta con riesgo de perderlo de vista cuando se metió a un callejón, estaba sofocado necesitaba sangre y me dolía verlo así

-¡Necesitas sangre ahora mismo!-

-¡Vete!- no me quiso ni mirar
-¡Toma la mía!- el me miro con horror no quería volver hacerlo como en un tiempo pasado lo hizo y esquivo mi mirada, ya no aguante siempre haciéndose el duro lo encare lo mire a los ojos y sin decir mas lo abrace y le di paso a mi cuello…, solo lo pensó unos minutos cuando sentí sus colmillos entrando en mi piel, perforando mis músculos, abriéndose paso entre los nervios y los vasos sanguíneos para obtener el valioso líquido, el lixís de nuestra existencia, y sentir como sus labios envolvían mi piel, evitando que escurriera la sangre, que sin duda hubiera deslizado por mi pecho lentamente rodeando mis senos y posiblemente caer en mi vientre, me abrazo mas fuerte, entre sus brazos la calidez que el desprendía me quemaba, lo necesitaba, me había negado a mí misma, pero era un hecho que me hacia falta, sus dedos recorrían sin pudor alguno mi ser…

Pude sentir que sus lagrimas caían en mi blusa, y me apretó con fuerza -¡lo siento en verdad!- no comprendía por que lo decía, pero a la distancia vi a Kaname observarnos y supe en ese momento que yo estaba definitivamente perdida y atrapada entre ambos vampiros, mis mismos que me habían robado el corazón.