Aceptemos el pasado

Etto bueno aquí esta la primer historia que he escrito en mi vida. Es un long-fic y no se cuantos capítulos tendrá. La protagonista de la historia es un personaje inventado por mi, pero también me enfocare en otros personajes del anime.
Por favor déjenme sugerencias o consejos (sean tan duros como quieran ) para mejorar ya que es mi primera historia. Bueno aquí les dejo el prólogo (que es muy corto) y tratare de dejarles el primer capítulo pronto. Ahh y aclaro que una parte la narra la protagonista. Y bueno los dejo leer.
PRÓLOGO:
La habitación estaba a oscuras, sólo había una pequeña cama con una mesita a su lado, en la mesa había un plato de comida intacto, unos cuantos libros y un par de juguetes, todos ellos parecían ser nuevos. En una pared había una gran ventana, pero en lugar de dar a un jardín solo se veía un pasillo. En la cama había una niña, de unos 5 años. Era muy pálida y tenía un cabello bastante curioso, negro con las puntas verdes, sus ojos eran verdes también pero en ese momento estaban rojos e hinchados de tanto llorar.
Si alguien se acercara un poco a ella, podría escucharla repetir la palabra "cobarde" una y otra ves, como un mantra o una plegaria. Eso al menos era un avance ya que un par de horas antes parecía estar muerta, solamente veía la pared con expresión vacía.
- ¿Aún no se levanta?- pregunto un chico moreno, de cabello blanco que estaba observando a la chica desde la ventana.
- No, ni siguiera ha comido.- respondió una mujer con un cabello rojo en donde ya podían verse algunas canas- Pobre niña, lo que sucedió fue horrible...
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¿Por qué? ¿Por qué tuvo que pasarle eso a el? ¿Por qué no a mi?
El no lo merecía, siempre fue bueno con los demás. Si tan sólo... Si tan sólo no hubiera sido tan inútil, ¡sí no me hubiera quedado paralizada!
Hermano... ¡No debiste salvarme! Tu vida valía más que la mía. Hubiese preferido morir antes de quedarme aquí, sola, de nuevo.
Tu solías decir que nuestra madre podía alegrar a cualquiera con solo sonreír, y también que era la persona más buena del mundo. Entonces creo que tu te pareces a ella. Yo, en cambio, soy como nuestro padre, una cobarde. El nos fallo a ambos y yo te falle a ti.
¿Qué debería hacer ahora? Podría huir como lo hizo papá, después de todo nadie notaria mi ausencia. No, no puedo hacer algo así, te enfadarías conmigo. Pero, tengo tanto miedo...
En este lugar solo hay desconocidos, estoy harta de que entren personas con sonrisas falsas a decirme que todo saldrá bien, que no estoy sola, que tuve suerte. No quiero desconocidos que traigan juguetes o mentiras ensayadas, quiero que venga mi hermano, que me saque de aquí mientras se burla de mi por haberme creído una de sus bromas, que me lleve al claro donde entrenamos y me enseñe los jutsus que aprendió hoy en la academia y luego nos sentemos bajo un árbol a comer dulces. Quiero escucharlo reír, que me llame enana de nuevo, que me abrase y me lea uno de sus adorados libros.
¿Estoy pidiendo demasiado? Sólo quiero a mi hermano, sólo quiero que todo sea como ayer.
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Finalmente la niña se quedo dormida, si te acercas lo suficiente podrás ver que sonríe en sueños. Probablemente Misaki sueña con su vida como era antes, y como no volvería a ser jamás.

 

Hola! Aquí esta el primer capítulo. Lamento que me quedara tan corto pero no he tenido mucho tiempo para escribir. Amm espero que les gusté.

El claro era muy pequeño, ese tipo de sitio que nadie tomaría en cuenta. Podía escucharse el canto de los pájaros y el recorrido del agua de un pequeño río a lo lejos.

- ¡Misaki! ¿Dónde te metiste ahora enana?- gritaba un chico tratando de sonar enfadado, aunque sólo con mirar su rostro se podía notar que estaba aguantando la risa.

Como respuesta a la pregunta del chico pudo escucharse una risita infantil a lo lejos, probablemente oculta entre los árboles. El chico sonrió con suficiencia y fue hacia allí. Cuando volvió llevaba a una niñita a cuestas, mientras ella pataleaba y se quejaba.

- ¡No es justo! ¿Cómo me encontraste esta ves Hikaru?- preguntaba la pequeña mientras se sentaba en una roca bastante grande.

-Jajaja Misaki cuando te escondes se supone que debes hacer silencio, no reírte como tonta. - le dijo sonriéndole a su hermanita, mientras se sentaba a su lado.

Ambos eran muy parecidos, compartían el cabello negro pero las puntas de la niña eran verdes mientras que las del chico eran amarillas al igual que sus ojos. Sus rostros también eran muy parecidos, con la diferencia de que el chico tenía una cicatriz que iba del inicio de su mejilla izquierda a su barbilla.

- Oye no deberías ser tan malo... ¡Además yo aún soy una niña! En cambio tu eres mayor... Así qué yo soy mejor que tu.- le dijo la niña sacándole la lengua.

- Ja sigue soñando enana.- respondió el chico- Ademas hay una razón por la que yo debo ser mejor que tu! Y es...

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-¡¡MISAKI!!- "ahh era un sueño... Espera ¿qué hace Mei aquí?"

- Mei, ¿qué quieres? Se supone que es mi día libre... ¿Que hora es?- la chica ojos verdes estaba algo malhumorada, y la verdad nadie podía culparla, todos sabían lo mucho que odiaba que la despierten. La única persona que no tenía problema en fastidiarla (a decir verdad le encantaba hacerle la vida imposible) era Mei Ryuga, su mejor amiga y compañera de equipo.

- Si, si, no empieces a hacer un berrinche ¿quieres? No es cosa mía despertarte, el Raikage tiene una misión para nosotros. ¡Así qué apúrate y levántate! - Ella siempre tan amable... Realmente ninguna de las dos entendía como podían ser amigas, ya que ambas estaban acostumbradas a dar órdenes y tenían muy mal carácter, pero habían aprendido a soportarse.

- De acuerdo, dame un segundo y estaré allí, tu avísale al idiota.

- Esta bien, pero apresurate. Ya sabes como es A, además creo que es una misión importante.- comento la chica mientras iba a la puerta.

- Bien, te veo luego...- susurro Misaki mientras la Mei salía.

-.-.-.-.-.-.

Un rato después ambas chicas estaban en la oficina del Raikage, junto con un chico rubio y de piel oscura.

- ¿Para qué nos llamaba Raikage-sama?- pregunto titubeante el joven.

- Verán, quiero que vayan a Konoha como representantes de Kumo.- el Raikage no estaba muy seguro de enviarlos a ellos tres, pero eran uno de los equipos más fuerte que tenia así que era mejor que nada.

- ¿Representantes? ¿Y por que?- pregunto Misaki algo decepcionada, ella esperaba algo un poco más emocionante.

- Desde que término la guerra, los demás kages y yo, consideramos que sería importante mantener la comunicación entre aldeas. Así qué Konoha enviara un equipo aquí y nosotros uno allí.

-¿Pero por que tenemos que ir nosotros? Es demasiado aburrido- Mei

- ¡Irán porque lo digo yo! ¡Ahora dejen de hacer tantas preguntas y váyanse! ¡Estarán allí hasta que les envíe nuevas órdenes!- "ya sabía yo que la paciencia no le duraría" pensaba Misaki al ver la reacción del Raikage.

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- Algo me dice que esto será aburrido- comentaba Misaki.

Los tres chicos estaban caminando hacia Konoha. Habían partido hace varios días, y luego de un viaje en barco y varios días caminando estaban sólo a unas dos horas de la aldea.

- Llevas todo el camino diciendo lo mismo Misaki. Al menos podrías ser un poco positiva- comento el único chico.

- Takashi tienes razón, ¡nada es más aburrido que tu!- prácticamente le grito Mei- Mm oye Misaki, ¿te pasa algo? Llevas todo el viaje bastante distraída.

"Ademas hay una razón por la que yo debo ser mejor que tu! Y es..."

-¡Misaki! ¿Estas escuchándome?- aunque trataba de disimularlo Mei parecía estar preocupada, después de todo no era habitual que su amiga estuviera tan distraída.

- ¡Ah! Si lo lamento, estaba pensando en un sueño que tuve... ¿Qué decías?

- Mmm nada importante... Oye y que...

- ¿Mei podrías venir a ver esto?- le interrumpió Takashi.

- ¿Qué sucede?- dijo Mei cuando estaba a su lado, mientras miraba a Misaki caminar delante de ellos.

- Déjala en paz... No me interrumpas- le pidió al ver que la chica iba a hablar- Tu la conoces mejor que yo, pero yo soy mejor observando. Ella se pone así cada cierto tiempo y siempre viene y se va de la nada, creo que lo mejor sería dejarla tranquila.

- Si pero... ¡Misaki!- grito al ver a su amiga caer desmayada de la nada. Ambos corrieron a ver que le sucedía.

- Tiene mucha fiebre, tenemos que llegar a Konoha cuanto antes.- ordeno la chica.