7 Piedras Preciosas /NxT-GxM-SxT-SxS-NxH-KxS-IxK/

Aqui Les Precento Mi 2 Fic, Espero Sea De Su Agrado y Siento Si Quedo Muy Corto Intentare Hacer La Continuacion Mas Larga, Por Ahora No Dejare preguntas, Pero En El Proximo Capitulo Prometo Mejorarlo Al Igual Agradesco Sus Criticas Comentarios Y Concejos, Son De Mucha Ayuda.....


Que Lo Disfrute...


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7 Piedras Preciosas
Capítulo 1 // ¡Protegiéndolas!//


La luna iluminada tan fuerte la habitación de una pequeña de tan Solo 5 Meses de nacida, la oscuridad penetraba en cada rincón de aquel cuarto, el rostro de una extraña mujer que la acompañaba no se hacía visible, mientras con preocupación y tristeza Derramaba insignificantes lágrimas.


—M-Mi P-Pequeña— Pronunciaba con debilidad aquella mujer mientras se hacía aún más fuerte un nudo en su garganta.— P-Perdona-me—Se derramaban cada vez más fuertes sus lágrimas, mientras la pequeña solo dormía plácidamente en su cuna.


De repente se escucharon pasos a toda velocidad acercándose aún más fuerte hacia ellas, después de unos segundos se abrió bruscamente la puerta de aquella habitación dejando ver aun un hombre aparentemente de unos 33 años, algo preocupado y alterado de correr por cada rincón de aquella mansión.


—Mi Señora… ¡ya están aquí! — menciono el hombre preocupado para luego esperar la respuesta de aquella hermosa mujer.


—Tienes lo que te pedí— menciono esta sin ninguna expresión en su rostro y aun mirando a su pequeña hija.


—Así Es— Respondió su más respetado súbdito para luego entregarle un misterioso y pequeño objeto a la mujer — Mi señor…las está esperando aun— menciono este muy cerca de ella.


—Llévate a las demás chicas de aquí y has lo que te ordene mi esposo— dijo esta ya alegándose de la cuna de la pequeña niña, para luego asomarse con gran sorpresa por la ventana— ya están aquí — pensó esta mientras veía pasar sigilosamente a distintas sombras por la ventana…— Retírate…yo me encargare de mi hija…nos encontraremos allá— dijo está mirando penetrante y fijamente a su más fiel súbdito. Este solo asistió y se retiró rápidamente.


—Mi pequeña…Sakura— menciono la mujer de extraño cabello rosa y ojos negros mirando tiernamente a su pequeña hija. —Cuida bien de esta piedra— susurro poniéndosela cuidadosamente en su cuello y para luego dirigirse a darle un beso en la frente a aquella bebe de lindo y lacio cabello rosado. — algún día lo entenderás…ahora…vámonos — menciono ya más seriamente para luego acoger en sus brazos a la pequeña y salir de la habitación.


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En la aldea del sonido, en el latico de una de las más grandes mansiones de aquel extraño y desolado lugar se encontraba Kenta Haruno, un hombre de cabello negro y ojos jade, su semblante era serio y tenía su mirada fija a un grupo de ambus de aquella aldea.


—Tienen que llevar a cada una de las princesa a distintas aldeas…allí cuidaran de ellas hasta su mayoría de edad— susurro el hombre de cabellera negra— Ella…Se aran su propio destino.


—Sora…tu llevaras a la pequeña Tenten al país de la hierba— susurro lo más bajo posible el hombre de hermosos ojos jade mirando a uno de los ambus que lo acompañaba — a ella le pertenece la piedra color café — menciono aun en voz baja entregándole aquella piedra


—Naito…tu llevaras a Ino a la aldea de la…nube—menciono Kenta — A Ella le pertenece la piedra…amarilla.


—Daiki…tu llevaras a…Hinata…a la aldea de la nieve, le pertenece la piedra blanca.


—Tu! Aoi…Llevaras a Karin a la aldea de la cascada, le pertenece la piedra roja.


—Kazuki…Llevaras a la pequeña Matsuri a la aldea de la roca, le pertenece la piedra negra


—Y tu Yuuto…llevaras a Temari a la aldea de la arena…le pertenece la piedra verde— Susurro por último el hombre de ojos jade — recuerden, nadie puede saber que ella poseen aquel cristal…o sus vidas estarán en peligro. — Menciono aún más serio asustando un poco a sus acompañantes — solo lo pueden saber la persona a cargo de cada una…no hay tiempo pueden retirarse — dijo este para luego señalarles la salida, los demás solo asistieron y salieron con cada una de las niñas acogidas en sus brazos.


Detrás de una de las puertas, se encontraba Misaki una linda mujer de unos 29 años de rara cabellera rosa y acogía a una pequeña en sus brazos.


— Y… ¿Que pasara con Sakura? — pregunto seriamente Misaki


— Ella se quedara Aquí— menciono el hombre de ojos jade acercándose a la mujer


—Pero…sabes que es peligroso— respondió la mujer de cabello rosa mirando preocupada a su esposo quien ya estaba en frente de ella.


— Lo se…no te preocupes…la dejaremos a cargo de Tsunade, con ella no correrá peligro, cuando tenga mayor edad volveremos a buscarla…—Susurro este ya acariciando el cabello rosa de la pequeña Sakura, mientras Misaki solo lo mirada con cara de desconcertada, para luego el hombre plantar un delicado y tierno beso en los labios de la peli rosa mayor.


—llevémosla…No hay tiempo— menciono el hombre luego de separarse por falta de oxígeno, y así salir los tres por la parte de atrás de aquella mansión.


Luego de unos minutos… la sombra de un hombre atravesó bruscamente la habitación de una hermosa y pequeña niña de cabello rosa.


— Maldición…— grito este hombre golpeando una de las mesas de aquel lugar— Se escaparon…— susurro aun molesto el mismo Hombre mientras dirigía la mirada a su compañero quien se encontraba a su lado.


—Hpm…Tsk…no te preocupes…las encontraremos — respondió el otro mientras salía de la habitación seriamente pero aun algo cabreado.


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17 Años y 5 Meses Después…


Una joven de apenas 17 años de edad lindos ojos chocolate y hermosa cabellera castaña sujetada en 2 chonchitos los cuales se hacía únicamente el peleas y entrenamientos, se encontraba entrenado fuertemente en uno de los lugares mas solitario y cálidos de la aldea de la hierba, aldea donde comúnmente se manifestaba una excitante tranquilidad y serenidad.


Aquella chica se encontraba totalmente degastada, desde muy pequeña entrenaba fuertemente, y aun lo Hacía. En uno de aquellos arboles frondoso y altos, donde cada hoja caída delicadamente al suelo yacía una de sus armas, la cual manejaba a la perfección, pero aún no lo tenía tan claro como para creerse mejor que cualquiera en su aldea, aquella chica desde muy pequeña, había sido única y exclusivamente entrenada por una de las mejores sensei especializadas en armas de toda la aldea oculta de la hierba, aunque para la aldea esa no fuese su mayor técnica para los recursos económicos.


—Vamos Tenten, no te rendirás tan fácilmente o ¿Si? — menciono una Mujer de cabellera negra e Impactantes ojos rojos quien mirada a su alumna cruzada de brazos.


—Eso jamás Kurena Sensei— Menciono la chica con algunos rasgos de cansancio para luego levantarse con dificultada y continuar en su entrenamiento.


—Esta chica jamás se rinde…— pensó la mujer mirando cada movimiento que daba aquella chica de 2 conchitos que sujetaba su hermosa cabellera castaña — que buen trabajo e echo— susurro para sí misma sarcásticamente, para luego sonreír de medio lado y dirigiese a hacia su alumna.


— ¿Sucede algo?…Kurenai Sensei—Pregunto La chica, luego de dar por terminar su último movimiento de puntería el cual dio perfectamente en su objetivo, el tronco del uno de los árboles de aquel lugar, no era más de esperar de Amma Tenten, quien se convirtió a muy temprana edad en una de las mejore ninjas de la hierba gracias a el entrenamiento de su Sensei


—Nada…No te preocupes— Menciono su sensei regalándole una sincera sonrisa, ya que solo lo hacía cuando estaba junto a su alumna favorita. — ¿Tienes hambre?— le pregunto la mirada interrogante.


— No!...Sensei, prefiero quedarme a entrenar un ra…— dijo, para luego ser interrumpida por agudos sonidos que daban su estómago. Mientras que a kurenai le salía una venita en su sien — bueno…quizás un poco…— volvió a decir ya rendida. Cabizbaja Y con la mano en su es estómago.

—Vamos yo invito...quiero hablar con tigo......—

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Bueno pues aquí la continuación de mi historia, espero sea de su agrado, y pues no es gran capitulo, pero prometo que se pondrá mejor, siento mucho si tarde, pero mis estudios, toman mucho de mi tiempo…
Gracias por seguir mi historia, especialmente a Himeko Hyuga, quien todo el tiempo esta pendiente de cuando subo o no la continuación…Perdóname por tardar tanto.

Gracias y que lo disfruten

7 Piedras Preciosas​

Capítulo 2 //Conociendo a las demás chicas//​

— vamos…yo invito, Tengo que hablar con tigo— Mención su Sensei para luego abrazar a la Amma y caminar hacia un lugar más poblado de la aldea.

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Por otro lado una hermosa rubia de ojos azules tomaba el sol, en el balcón de su habitación, la cual se encontraba en la hermosa mansión del Raikage de la aldea oculta de la nube.

Aquellos sueltos, brillantes y largos cabellos, se movían al son del viento, mientras la hermosa rubia disfrutaba tranquilamente de su bebida, la rubia estaba a punto de terminar su bebida cuando fue interrumpida por su nana; la cual la cuida desde muy pequeña.

—Señorita Ino… ¡la buscan! — menciono la anciana de cabello corto y hermosos ojos marrones.

— ¡Okaa-san!... ¿quién me busca? — pregunto insegura la rubia mientras miraba interrogante mente a quien es como su madre.

—Mi pequeña…es Sai— Respondió esta mientras acariciaba el cabello largo y sedoso de la oji azul.

—Hazlo pasar…por favor— Dijo mientras se le hacían estrellitas en los ojitos y ponía sus manos cruzadas; en señal de piedad.

—Claro mi niña— menciono su madre mientras salía del balcón no sin antes darle un beso en la frente, segundos después ya el novio de la rubia estaba en la entrada del balcón.

— ¡Sai! — exclamo la rubia mientras corría felizmente a abrazar a aquel chico, para luego darle un tierno beso en los labios, luego de unos cuantos segundo, y de haberse separado por falta de oxígeno.

— ¿cómo lograste entrar? — le pregunto ya con sus manos cubriendo el cuello del chico.

—Preciosa…supe que tu padre tenía una reunión de negocios con el Hokage de Konoha, así que aproveche en venir. — respondió este con una mano en la cintura de la rubia, y la otra acariciaba el brillante mechón rubio que estaba sobre su cara.

—Sai…no cambias…— dijo mientras sacaba una risita burlona, y volvía a plantar un beso en los labios del azabache, ya un poco más apasionado el cual es correspondió. Luego del ser interrumpido de nuevo por culpa de la falta de oxígeno, la rubia se apartó suavemente.

—Ven, quiero mostrarte algo— le susurro está en el oído para luego jalarlo de la mano y salir rápidamente de ese lugar, este solo se dejaba guiar algo sorprendido.

Ya cuando los chicos estaban dentro de la mansión del Raikage de la nube, la rubia aún seguía caminando rápidamente por los pasillos de la mansión junto a su novio, pero cuando iba a bajar las enormes escaleras, una masculina voz hizo que se sorprenderá y asustara un poco.
—Ino Yamanaka…casualmente, a ti te buscaba…—menciono el hombre unos escalos más arriba de la rubia
—Azuma Sensei…— respondió está algo entrecortado mirando fijamente a un hombre, la cual estaba recostado cómodamente en el borde de las escaleras, mientras prendía su tabaco. — ¿Sucede algo? — pregunto mientras subía y se acercaba un poco más a su sensei.


—Pues veras…tengo algo que hablarte— contesto el hombre mientras tocaba tiernamente el hombro de la rubia.

— ¿qué es Sensei? — interrogo la chica, dudosa mientras se iba alegando del lugar junto a su Sensei

—Y yo ¿qué?... ¿estoy pintado en el óleo? o ¿Qué? — susurro para sí mismo el novio de la rubia, con una gotita de agua resbalando por su sien, mientras veía como se alegaba su “princesa” con el aburrido de su Sensei. — Yo me largo— pensó decidido y salió rápidamente de la mansión.


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En una de las aldeas donde la mayoría del tiempo cada casa, despacho o mansión son cubiertos fuertemente por tormentas de nieve, se encontraba una linda peli azul de hermosos ojos plateados, la cual estaba haciendo bolitas de nieve sentada en una de las bancas cerca a la entrada principal de la aldea.

—S-siempre…es lo m-mismo… ¡Que aburrido! — susurro tímidamente para sí misma, mientras daba un suspiro y botaba lo más lejos que podía aquella insignificante bola de nieve.

—Vamos, Prin-ce-sita…sube ese ánimo— menciono un chico de hermoso cabello rojo como el fuego, mientras le tiraba una bola de nieve a la chica, la cual saco a la chica, en ese mismo instante de sus pensamientos.

—S-Sasori-Kun…n-no Hagas e-so— grito la chica, ya que el peli rojo se encontraba un poco alejado.

—lo siento princesa…solo quiero verte feliz y lo sabes…— susurro ya mucho más cerca de la oji planta.

—G-Gracias…S-Sasori-kun— dijo esta tímidamente, con rubor en sus mejillas

—Pero…Dime, ¿porque tan triste? Hinata-chan— pregunto este mientras se acomodaba en la banca donde hace unos minutos estaba la peli azul. — te conozco muy bien, así que no me mientas. — menciono casi como un regaño

—L-lo mismo d-de s-siempre…— respondió de nuevo tímidamente; normal de ella, mientras se sentaba al lado del pelirrojo cabizbaja.

— ¡tu padre!... — adivino el pelirrojo en un casi susurro, mientras asimilaba la situación.

— ¡Vamos, Sasor¡¡…s-sabes q-que no es mi p-padre— contradijo está mirando fijamente a su amigo. — s-siempre me evade…c-cuando quiero p-preguntarle s-sobre mi p-pasado…— siguió hablando esta vez con un hilo de vos y cabizbaja.

—Hina-Chan…Todo estará bien…no te preocupes—dijo el chico para luego abrazar protectoramente a la ojiperla.

—E-eso espero…—fue lo único que respondió la tímida chica, para luego corresponder el abrazo.

—Siento a ver tardado… ¿interrumpo algo? — pregunto con mirada picara un hombre de cabello plata al darse cuenta de la escena que tenía frente a sus ojos.

—C-claro que n-no K-Kakashi S-Sensei…— menciono la ojiperla totalmente colorada y separándose del pelirrojo cuidadosamente y avergonzada.

—Lo siento, Sasori…pero tengo que hablar con la señorita Hinata… ¿Si me permites?—pregunto mientras le daba la mano a la oji plata, para ayudarla a levantar, el pelirrojo solo asistió y los vio alegarse del lugar.


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—Temari…Descansa un poco por favor—Imploro; casi rogo un castaño, mientras veía como una rubia hermosa, con cara de cansancio se arrodillaba en la fría tierra mientras se sostenía de un enorme abanico, pues quien no estaría así pues llevaba día y noche entrenando, y por lo visto era bastante duro, ya que tenia varios rasguillos y cortadas por su cara y algunas extremidades de sus brazos y piernas.

—Un rato mas Kankuro…aun no lo logro—Susurro.

Kankuro su hermano mayor, o bueno así se lo hicieron creer desde su infancia, él es un chico bastante mujeriego y extrovertido, pero era un buen hermano y amigo, aquel chico castaño de lindos ojos de dicho color, era de gran ayuda puesto que entrenaba con la hija del kasekage Sabaku no Temari su hermana, y a juntos los entrenaba uno de los mejores Senseis de Sunna.

Luego de unos minutos o quizás horas, la chica, la cual recogía con cuatro coletas su hermoso cabello rubio y era poseedora de brillantes y orgullosos ojos esmeralda; decidió terminar por ese día el entrenamiento, puesto que su hermano Kankuro se veía bastante agotado, y así no lo reconociera ella también estaba muy rendida.

—Bien, lo mejor es dejar hasta aquí, volvamos…—ordeno orgullosa, haciendo como si aun le quedaran energías para seguir, pero gusto en el instante en que el castaño le respondería, su cansancio le gano a su orgullo y termino cayendo fuertemente a la fría y desierta arena.

— ¡Temari!... —Grito exaltado y corrió a su ayuda, abrazándola y tomando su frágil cuerpo con sus brazos. —Hay Temari…—Suspiro, caminando delicadamente hacia su hogar, aun con ella en sus brazos. —Cuando será el día en que dejes tu orgullo…y tomes la vida más a calma. —Susurro mientras entraba con ella a la mansión del Kasekage. Alli los esperaba una de las ancianas que ayudaba en las labores de su casa.


—Señor Kankuro, Señorita Tema…—No pudo terminar, ya que se sorprendió y se preocupo bastante por la chica que aun estaba desmayada en los brazos de el castaño. —Su padre los busca…y ¿Qué paso con la señorita Temari? —Pregunto preocupada mientras esperaba respuesta del chico.

—Solo necesita descanso, No te preocupes —Respondió y luego se dirigió al cuarto de la rubia; para que descansara.


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Los hermosos y frondosos arboles, se movían de un lado a otro mientras que una bella jovencita se refrescaba dentro de una enorme cascada, luego de nadar de un lado a otro decidió salir del agua, dejando ver un vestido de baño de dos piezas de color azul, resaltando su hermosa figura femenina se dirigió hacia una esquina de la cascada Para luego sentarse y secar su largo cabello rojizo con una pequeña toalla, luego de terminar tal acción, quiso empezar a vestirse con su ropa cotidiana pero un leve ruido detrás de los verdes matorrales la hiso detenerse en seco.

—Quien quiera que seas…sal de un vez!... — Exclamó con voz malvada la pelirroja mientras se acomodaba sus gafas. Al no escuchar respuesta alguna prosiguió con lo que hacia mucho antes; vestirse, pero a unos pocos minutos de quitase su sostén, volvió a escuchar aquel ruido así que ya fastidiada de que no le respondieran puso su blusa encima de su sostén mojado, se levanto y se acercó hacia aquel matorral.

— ¡Sal de hay!... —Grito histérica, mientras se acercaba cada vez mas hacia al matorral. Luego al intentar mandar un puño a quien sabe quien se encontrara alli escucho una voz bastante conocida para ella, la cual la cabreo aun más.

—No me mates... Por favor Karin…—Suplicaba un chico de cabello naranja, mientras grandes cascadas de lagrimas salían por sus rojizos ojos, y cruzaba sus manos arrodillado en señal de suplica.

— ¿Que crees que hacías espiándome?, Maldito Pervertido... —Pregunto la agresiva chica mientras sujetaba al peli naranja de su camiseta.

—No era mi intensión Karin…solo pasaba por aquí!... —respondió suplicando aun con sus ojos con enormes cascadas de lagrimas.

—Vete al diablo, Maldito pervertido…—Grito ya demasiado cabreada, para luego golpearle y mandarlo sarcásticamente hasta la luna.

Respira profundo, luego de cerrar sus ojos y meditar por cinco segundos para calmarse y no ir a matarlo, camina de nuevo hacia la esquina de la cascada y recoge sus cosas, al intento de irse de una vez de ese lugar una vos gruesa y masculina la detiene.

—Crees que tu compañero ¿este bien?... —Pregunto serio, un hombre con dos extraños rasguños en su cara, mientras se cruzaba de brazos y se recostaba en el tallo de un árbol.

—Ibiki-Sensei…—Susurro sorprendida mientras volteaba a verle. —Lo siento Sensei pero por mi que se pudra…es un pervertido! — Respondió mientras le salía una venita en su sien y hacia puño con una de sus manos.

—Como sea…Vámonos, Necesito hablar con tigo. — aviso dando media vuelta y se encaminaba hacia el centro de la aldea, siendo seguido por su alumna.


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El sol brillaba fuertemente en los rostros de dos castañas, que se encontraban acostadas en una enorme piedra; con sus miradas hacia el azul cielo, y con una bella sonrisa en sus rostros.

—Mausuri-chan…— llamo una castaña de lindos ojos marrones, mientras cambiaba su bella sonrisa por una de desagrado…— Me aburre estar todo el día en esta tonta aldea…—Comento aun mirando hacia el cielo al tiempo que veía como dos aves volaban juntas y libres, mientras se perdían en el horizonte mucho mas allá de las enormes piedras de aquella aldea.

—No es tan malo Sari-chan…nuestra aldea tienes sus cosas buenas…—Contradijo al llamado una hermosa castaña de grandes perlas negras como ojos, mientras se sentaba en su mismo puesto y miraba como su amiga la seguía, quedando frente a frente.

—Si, claro…tú lo dices porque eres la hija de Tsuchikage, y tienes más privilegios que yo…—dijo burlonamente, mientras veía como su amiga, hacia cara de berrinche.

—Pero te recuerdo que tu eres la mejor amiga de la hija del Tsuchikage…— Cometo haciendo un puchero.

—Como quisiera vivir una gran aventura, fuera de nuestra estúpida rutina…—Susurro Sari luego de dar un largo suspiró y volverse a recostar en la fría roca.

—Eso mismo me encantaría a mi…— aviso para luego sacar un aun mas enorme suspiro y tomar la misma posición de su amiga.

— ¡Matsuri!... ¡Sari!... —se escucho un gran grito, cada vez mas acercándose a ellas haciendo que ambas chicas salieran de sus pensamientos.

—vez…ya nos encontró— susurro sin animo la castaña de ojos negro, mientras se paraba con dificultad de el suelo.

—Por lo menos descansamos de su gritería…—Dijo burlonamente su amiga mientras tomaba exactamente la misma posición de su amiga y se levantaba.

— ¡Que has dicho Señorita!... —Se escucho un gran grito detrás de ella haciendo que a ambas chicas les saliera un aura negativa por todo su cuerpo. — Nos vamos ahora…y están castigada me han entendido…—Siguió regañando una enojaba mujer detrás de ella, con las dos manos en la cintura.

—Pero…Anko Sensei…—Se quejo con cara de berrinche la chica de lindos ojos marrones, ya mirando a sus Sensei.

—Nada de peros Señorita…se supone que tenían que estar entrenando…ahora nos vamos que tengo algo muy importante que decirles. —Aviso, y luego de dar media vuelta en su sitio se encamino a su nuevo destino.

—Te dije que era mala idea escaparnos…—Susurro la poseedora de las dos bellas perlas negras como ojos; a su amiga.

—Y de nuevo a nuestra rutina…—menciono la chica de los ojos marrones sin ponerle cuidado a su amiga, mientras le salía una gotita de agua por su sien y veía como su Sensei caminaba con tranquilidad delante de ellas.



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Detrás de unos enormes matorrales, se encontraba una linda jovencita cuyo cabello era de un color semejante al chicle, y sus ojos eran como dos hermosas piedras esmeraldas, estaba acomodada en el verde césped y recostada sobre el tallo de un frondoso árbol mientras sostenía en sus manos una flauta color lila.

—De nuevo falle…—Susurro cabizbaja la rosadita mientras, miraba aquel instrumento que tenia en sus manos.


—No te preocupes Sakura…si te lo propones lo lograras. — le animo una pelirroja mientras salía, de la parte de atrás de el ya mencionado árbol.


— ¡Tayuyá! — Exclamó sorprendida la chica. — ¿Qué haces aquí?... — pregunto asimilando la situación mientras veía como su amiga se sentaba a su lado.


—Tsuande te ha mandado a llamar…—contesto, con un tono algo frio pero bastante confiable, según Sakura


—Muchas gracias por avisarme…—Agradeció para luego levantarse de su sitio no sin antes regalarle una sonrisa a su amiga, la cual correspondió con otra un poco mas fría; al parecer las dos chicas se llevaban bastante bien. — ¡Tayuyá!... —Llamo antes de irse, captando la atención de la susodicha; está solo la miro esperando que tomara la palabra. — ¿Podrías enseñarme luego a tocar Flauta?…es que quiero ser una excelente Kunoichi del Sonido como tu— Pregunto con estrellitas en sus ojos, mientras esperaba la respuesta de su amiga, la cual era un poco mas mayor que ella, por esa razón era como su ejemplo a seguir.


—Claro que si Sakura, ahora ve y preséntate donde tu Sensei o no solo te Matara a ti si no a mi También…—Menciono burlonamente mientras acariciaba su rosado cabello, para luego verla partir por el mismo camino por el que ella había llegado ase unos momentos y dejando que una malvada sonrisa de medio lado apareciera en su rostro.


…To ve continúe…


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Pues hasta aquí el 2 capitulo, como dije antes la verdad no es la gran cosa, pero igual espero que les haya gustado y espero sus criticas y opiniones…


¿Te Gusto?
¿Qué crees que será lo que los Senseis quieran decirles a sus Alumnas?
¿Cuál historia de las Kunoichis les gusto más? Y ¿Por qué?
¿Por qué creen que sea la sonrisa malvada de Tayuyá?

Espero te haya gustado, espero tu comentario…
Arigato