¿Y si fuera un gato?

Tema en 'Prince of Tennis' iniciado por Cerezo, 6 Septiembre 2011.

  1.  
    Cerezo

    Cerezo Entusiasta

    Cáncer
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    26 Abril 2010
    Mensajes:
    53
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    ¿Y si fuera un gato?
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3658
    Hola hola!
    Saludos desde el mundo de los sueños!!! jajaja ayer estaba escribiendo parte de la proxima conti de mi long fic xd! y bueno, mi escritorio esta junto a la ventana que da a la casa de mis vecinos y en ese mueble tengo instalado mi computador :) desde mi puesto mire de repente hacia afuera y vi en un cable de luz parado a una pareja de pajaritos, los vi un rato y parecia como si estuviesen conversando de lo mejor y entonces...BOOM! una bomba!!! uno de ellos tuvo que eliminar desechos metabolitos y todo eso :$ y pense " que suerte tienen los pajaritos, ellos no siguen la reglas y pueden ir al baño en cualquier momento y lugar" y fue cuando la inspiracion divina me llego e ilumino mi mente, tuve que dejar de escribir mi conti y comenzar este one-shot! jajaja no pude resistirme! espero que lo disfruten!!! :3
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    ¿Y si fuera un gato?

    - Ya me voy a dormir – dijo sonriente Sakuno – adiós Mama.
    - Adiós hija que duermas bien – se acerco y la beso en la frente.
    - Oye… ¿Y mi papa donde esta? ¿No ha llegado?
    - ¡Jajajaja! – sonó estruendosa aquella risa de mujer – ¿Es que vives en la luna? – Sakuno no lograba comprender porque decía eso – Tu papa llego hace dos horas, incluso te saludo, cuando lavabas el plato de tu cena… ¿No te acuerdas?
    - ¿En serio? – hablo sorprendida – ¡Yo…no lo recuerdo! – dijo alegre para salir en seguida en busca del primer hombre al que amo.
    Lo encontró en el garaje limpiando su auto, se acerco corriendo, pero pese a lo rápido que llego para abrazarlo, él le dijo que era una mejor idea dejarlo para el día siguiente, pues ahora estaba muy sucio. Por eso solo la beso en la mejilla.
    La niña de trenzas cepillo sus dientes con cuidado y se lanzo sobre su cómoda y blanda cama, la que poseía su suave olor a frutas.
    Apago la lámpara de noche y se acomodo. Sus ojos pronto se cerraron por el peso de los polvos de Morfeo. “Como me gustaría soñar…con…Ryoma-sama” fue lo ultimo que pensó antes de entrar en la inconciencia nocturna.

    La luz de la mañana se adentro por entre las delgadas y suaves cortinas, la luz dio cerca del rostro de la muchacha, sintió la claridad, pero no abrió los ojos. Como no era día de escuela, no coloco el despertador, así que no tenia idea de la hora. Se sintieron los delicados pasos de pies descalzos que Ariasu Ryusaki, la madre de Sakuno, poseía. La joven mujer toco con suavidad, la niña le respondió, por esto la mujer abrió lentamente la puerta. Sakuno no se destapo, le gustaba que su madre lo hiciera con una gran sonrisa. La lentitud al andar divirtió un poco a la niña, su madre a veces se tomaba los juegos un poco en serio. Se acomodo con la cara mirando al techo.
    Las frazadas se levantaron y dejaron que ambas caras se vieran, la de Sakuno alegre y sonriente, la de su madre…horrorizada.
    El gran grito que salio de la garganta espanto tanto a Sakuno como a su padre, quien en una micra de segundo entraba al cuarto. Todos los movimientos agitados de sus progenitores la atemorizaban, no sabia que ocurría. De pronto su padre se le acerco y la tomo con cuidado de la base del cuello, como agarrándola del pellejo que le sobraba, no le dolió, lo que la extraño, al igual que ver que su papa la tomaba sin elevar demasiado el brazo, pero que ella igual estaba a una gran distancia del suelo.

    - Ahora vete y no te vuelvas a meter amiguito, a mi mujer no le agradan mucho las mascotas – le dijo con un tono tranquilo mientras acariciaba suavemente detrás de la oreja derecha de su hija que estaba fascinada con la caricia.
    El hombre se levanto y entro al instante en la casa donde se escuchaban unas voces. Sakuno quedo esperando un poco consternada por lo ocurrido, sus padres nunca habían actuado así con ella. Se acerco a la puerta, era gigante, mas grande de lo recordado y comenzó a arañar y golpear con la mano – “Miau” – se escucho cuando trato de llamar a su madre, miro a sus alrededores, pero no vio a ningún gato – “Miauuuu” – se volvió a escuchar cuando llamo a su papa. Se oyeron sonidos sordos desde el interior y salio apesadumbrado su papa con un buzo azul – “Vamos” – le dijo a su hija y la tomo en brazos. Caminaron un rato así hasta el puente de conexión sobre un río cercano. El hombre jugo un rato con el animalito y luego saco de un bolsillo una lata de jurel, la que abrió hábilmente y que dejo frente a su hija que comenzó a comer animadamente. En ese momento se fue corriendo.
    Sakuno comía feliz aquel sabroso jurel, ensimismada no supo cuando su papa la dejo sola ni se dio cuenta de la forma en la que comía; estaba agachada con la cabeza hundida en ese pescado, pero los modales no importaban, ya se lo habia terminado.
    Se quedo quieta unos momentos, pensando, meditando en las extrañas actitudes paternas. De pronto movió su brazo para quitarse un mechón de la cara, usualmente estos eran sujetados por hebillas, mas con la rápida salida, no pudo colocarse ninguna. Se despejo el rostro y al regresar a su posición inicial, boto al agua la lata vacía, la sorpresa la hizo inclinarse para contemplar la caída del metal. Vio un segundo la lata flotando y luego tuvo conciencia de su reflejo. Se miro extrañada, busco desesperadamente de un lado a otro, pero no, no habia ningún gato cerca, era ella la del reflejo.
    De pelaje color crema y una mancha circular café en el rostro no logro identificarse en seguida, pero al ver los gatunos ojos color zafiro que tenia, supo que era Karupin, el gato, el amado gato de Ryoma. Sin salir de su encanto al pensar en Ryoma, no se percato de la presencia de cierto muchacho que la observaba mientras trotaba.
    El joven al ver a aquel gato cortó una “cola de zorro” y se apuro para alcanzar al animal y así no tener el miedo de que en cualquier momento cayera al agua.
    “¿Pero como haré para regresar a mi cuerpo?” lo que menos preocupaba a Sakuno era el peligro de caer al agua, lo que mas quería en ese momento era poder regresar a su forma habitual y así poder lavar sus dientes, si bien el pescado le habia gustado, habia dejado un sabor raro en la boca de la niña.
    Un movimiento ondulado a su izquierda desvió su aguda mirada felina, era una pajita color beige que la hipnotizaba, estaba preparándose con cuidado y astucia para, en un solo movimiento, atrapar aquel “juguete”. Salto hacia aquella pajita que de pronto se desapareció, extrañada por eso Sakuno se volteo en el aire mientras caía descuidadamente viendo entonces el rostro asustado de Kaidoh.
    - ¡No! – grito el muchacho lanzándose al agua detrás de Sakuno, sin pensarlo dos veces.

    Al agua, ambos cayeron al agua. Antes de caer, cuando Kaoru se lanzo detrás del gato para velar por la seguridad del animal, se abrazo a el para no perderlo de vista.
    Nado con el felino entre los brazos hasta la superficie en busca de aire, oxigeno que llenara los pulmones de los dos.
    Con un poco de esfuerzo y cansancio, añadido ya por culpa de su circuito de trote, llego a la orilla, donde se extendió bajo el sol y la mirada astuta de uno de sus compañeros.
    Sakuno sentada junto al salvador, se sacudió el agua que le molestaba en el abundante pelaje “Ahora comprendo porque prefieren lamerse a bañarse, sin dudas yo haría lo mismo…” se decía cuando sintió que la calida mano de Kaidoh le pasaba por el lomo “Ya…” le dijo “tranquilo, ya ves, no deje que te ocurriera nada malo” hablaba con un tono tan tranquilizador que comenzó a afectar al mojado animal. Sakuno sintió los parpados pesados y contra toda su voluntad y razocinio, se fue a acurrucar en el regazo de Kaidoh. Lo ultimo que escucho antes de volver a ser presa del sueño, fue la voz de otro muchacho diferente a Kaidoh, que lo invitaba a su casa para secarse.

    Olor a limpio.
    Una superficie blanda.
    Suave música de fondo. Un piano.
    El pequeño gato estaba hecho bolita sobre un puff, una bolita cafecita y esponjosa. De pronto esa pelotita comenzó a moverse y a escuchar voces.

    - /No creo que se enferme Kaidoh, despreocúpate/
    - /Pero también se mojo…/
    - /Los gatos poseen mejores barreras defensivas que los humanos, la probabilidad de que tú pesques un resfriado es del 78,96%.../

    Sakuno abrió un solo ojo para reconocer el lugar; una habitación de color rojo, era amplia, mas no demasiado, una cama, un ropero, la puerta, un escritorio y una computadora encendida, en frente suyo estaban dos chicos, Kaidoh y Sadaharu, el segundo se levanto en busca de algo a la cocina. Sakuno se estiro y sintió las caricias que Kaoru le hacia con una sonrisa placentera “¡Oh! Kaidoh-san, no sabes como te lo agradezco” le decía con el pensamiento tratando de que el otro entendiera. Por la puerta, unos minutos después, ingreso Sada-san con un plato color verde que dejo en el suelo, Sakuno lo observo con curiosidad y con cuidado se acerco viendo feliz que era comida de gatos, se abalanzo sobre el plato mientras los dos jóvenes hablaban. “¿Qué importa los modales?” se decía contenta de no seguir convenciones sociales.
    - Si, el lunes comenzaremos un nuevo plan de acondicionamiento – decía el chico data.
    - ¿A si? ¿Y como será? – preguntaba Kaidoh más entretenido por el animalito que por tema de conversación, a Sadaharu no le importaba estaba concentrado en lo que anotaba en la computadora.
    - Bueno, eso te lo diré el lunes, junto al resto del equipo.
    - Bueno, oye ¿Qué hora es?
    - Las seis y treinta de la tarde ¿Por qué?
    - Solo quería saber, tengo que estar en mi casa a las ocho.

    “Seis y treinta…” Sakuno miro el reloj bajo la alegre mirada de Kaidoh – “Así que te gusta mirar el reloj…” – le dijo el muchacho animado cuando el gato le devolvía la mirada – “Miau” – se escucho y de la nada Sakuno salio corriendo. Kaidoh atónito por la reacción del animal, lo observo saltar sobre los libros bajo la ventana que hacían como una suerte de escaleras y entonces el gato volteo la cabeza – “Miau” – y salto fuera de la habitación.

    Sakuno estaba caminado con lentitud en una dirección indefinida, pensando. “Seguro si voy donde mi abuela tampoco me entenderá… ¿Y si tomo un lápiz para escribir?” se detuvo y miro una de sus patas, la analizo y suspiro, no seria posible escribir, no con esos dedos engarrados. Siguió su andar. Miraba todo, el mundo entero era algo nuevo y diferente para ella, los olores, esos olores que usualmente no presentía ahora lograba sentirlos a varios metros de distancia, flores, pescados, comidas, desodorantes en aerosol, fragancia suaves y delicadas, y así un infinidad de cosas, incluso llego a sentir ese levísimo olor que posee el agua, el agua pura, que los humanos no podemos percibir.
    Su marcha descuidada la llevo al parque central de la ciudad. Le gustaba mucho ese lugar, así que apuro el paso de su caminata “Si he de dormir en la calle, que sea en un lugar de mi agrado…” se hablo alegre mientras avanzaba. Llego junto a unos arbustos muy robustos y de un verde brillante. Como eran cerca de las siete de la tarde, el sol comenzó a descender para decir adiós a todos. Tonos naranja teñían las hojas de los árboles y los rostros, algunos más alegres que otros, de las personas que pasaban delante del gatito. Se sentó en el pasto bajo un árbol, adopto una posición similar a la de las esfinges y allí observo como el sol se marchaba, como la luz dejaba las calles de la ciudad y como las luces artificiales inundaban el mundo y ocultaban el cielo nocturno. De la nada su atención fue atraída como por acción de un imán, miro intensamente y con mucho cuidado el movimiento de un pequeño y verde saltamontes que estaba jugando cerca de Sakuno – “Los instintos de gato me ganan” – y se abalanzo encima del insecto que salio volando por el susto que se dio y cuando pensó que ya estaba a salvo, erró y tuvo que volver a escapar de las cruentas garras de felino que Sakuno tenia ahora. Así lo siguió dos veces saltando como boba cuando se cruzo en el camino de dos muchachos.
    - ¡Mira! ¡Mira! ¡Es un gatito! – gritaba alegre y dando saltos de victoria.
    - Si, pero ya cálmate que lo espantaras.
    - ¡Bueno! – y se tapo la boca con ambas manos para evitar decir alguna otra cosa.

    Sakuno los quedo mirando, los reconoció al instante y se les acerco feliz de encontrar a alguien familiar. Eiji se sentó en cuclillas para acariciar en pelaje de Sakuno, el muchacho hizo una mueca de asco, pues el pelo de animal aun estaba un poco húmedo, en tanto Sakuno disfrutaba del cariño que le entregaba uno de los titulares, el otro, Fuji, la miraba de una manera inquieta con una mano en su mentón.
    - Sabes Syusuke… – la chillona voz del otro saco al prodigio de sus cavilaciones.
    - ¿Si? – dijo en tono juguetón.
    - Tengo la sensación de haber visto a este pequeño amiguito antes…– hablo con melodiosidad.
    - Yo también… – dijo con seriedad, lo que extraño a su compañero, haciendo que este se girara – si, me recuerda…me recuerda…
    - ¿A quien? ¿A quien te recuerda? – pregunto con emoción el muchacho.
    - Bueno…pues a ti – dijo con alegría y entusiasmo.
    - ¡Nya! ¡Syusuke! Eres malo – dijo con pena
    - Ya, ya te digo, este amiguito… – se acerca y toma en brazos a Sakuno – este amiguito es Karupin, el gato de Ryoma.
    - ¡Oh! Ahora que lo dices… ¡Si! ¡Tienes toda la razón! Es Karupin-chan
    - Si – dijo el genio mientras miraba al gato como tratando de decirle algo – será mejor buscar a Ryoma, debe estar preocupado, por que su gato esta por ahí a estas horas y todo húmedo.
    - ¡Oh! Si, dime amiguito ¿Cómo te mojaste?
    - ¡Jajajaja! Kikumaru, tu no hablas gatones…espera, tu eres un gato ¿Si hablas gatones entonces…? – dijo con gracia esperando la reacción explosiva del otro, la que no se hizo esperar, de hecho Eiji hizo tanto alboroto que cierto niño de ojos dorados que estaba cerca, se les aproximo, a mucho pesar suyo, claro.
    - Hola sempais – dijo con su típico tono de voz.
    - ¡O’chibi! – se acerco al menor para estrangularlo en un abrazo.
    - Hola Ryoma – le hablo con serenidad el tensai – mira la bolita de pelos que nos encontramos…

    Y le entrego al gato en los brazos con mucho cuidado.
    El rostro de Ryoma se lleno de una alegría nunca antes vista por ninguno de los presentes, la sonrisa que tenia llenaba su cara de un extremo al otro y sus ojos le entregaban a Sakuno una sensación de confort, alegría y paz, nunca antes sentida. La muchacha por otro lado, estaba aluciando con la cercanía de su príncipe, siempre quiso tenerlo así de cerca y ahora que era como siempre quiso, estaba embriagada por ese sutil olor a perfume que emanaba de la piel de su compañero “Que importa si no vuelvo a mi cuerpo…con estar siempre cerca de Ryoma-sama me conformo” se repetía ebria por la fragancia. De lo ruborizada que estaba, un color carmesí cubrió las mejillas gatunas de Sakuno en brazos de Ryoma.
    - Vaya… – se escucho al tensai – Karupin esta húmedo, se mojo, no sabemos con que, pero creo que seria una buena idea que te lo llevaras para bañarlo y secarlo como corresponde, sino puede que se enferme, eso es raro pero no imposible.

    El menor de los titulares escucho atento e hizo caso en seguida a lo escuchado, su gato era muy importante y lo quería mucho. Se despidió rápido y de su forma habitual mientras tomaba a Karupin como si fuese un bebe, dejando su cabeza sobre el hombro y que así este pudiese mirar hacia atrás. Sakuno miro al tensai y a Eiji con su aguda visión felina y logro descubrir que Syusuke Fuji si se dio cuenta de su identidad. “Gracias Fuji-kun” le dijo, no sabía por que ni sabía para que, si el otro no lograría escucharla.
    El tensai y Eiji quedaron de pie esperando hasta ya no ver a Echizen.

    “No deberías lanzarte al agua” le hablaba Ryoma a su gato mientras encendía el secador de pelo. Ya había bañado al pequeño felino y ahora, después de haber frotado con cuidado una toalla seca en el pelaje de Sakuno, se disponía a quitar la humedad de entre los cabellos color crema. Sakuno no sabía como debía actuar, no conocía mucho al pequeño Karupin además de eso, estaba muy cohibida por la cercanía de Ryoma.
    “Ya Karupin, deberías dejar de moverte, si sigues así no podré secarte” le decía al gato como si pudiese entenderle, y claro en esta ocasión era así, pues Sakuno era la que escuchaba “¡Ay! Ryoma-sama no, no soy Karupin… ¡No me levantes la cola!” Gritaba por dentro una avergonzada Sakuno que se escurrió de entre las manos del príncipe del tenis.
    - ¿Pero que? – decía algo conmovido, pensó que su gato no quería hacerlo trabajar demasiado – Ya Karupin, ven conmigo, falta poco, mientras antes termine de secarte antes podremos descansar – le dijo al animal sentándose en el suelo frío del baño.
    Una especie de fuerza hizo que Sakuno se aproximara a su amado “Mírame Ryoma-sama, soy Sakuno, no tu gato” le decía con tono desesperado, pero cuando lo hacia solo salían maullidos. Las manos de Ryoma se enredaron entre los cabellos del pelaje y tomaron a Sakuno. Una sensación calida y abrigadora inundo a la niña abrazada por Ryoma “Ya termine” le dijo despacio al pequeño animal mientras apagaba el secador y se levantaba del suelo “Ahora que estas seco Karupin podré dormir tranquilo” le dijo con una sonrisa jovial en los labios “Vamos” invito a Sakuno para que lo siguiera.

    - ¡Me voy a dormir! – grito desde el segundo piso.
    - ¡Que sueñes con mujeres hermosas! – le respondió su libidinoso padre.
    - ¡Nanjiroh! ¿Pero que clase de padre le dice eso a su hijo de doce? – se escucho a Rinko reprender mucho a el Samurai Echizen.
    “Ya ves, al anciano siempre lo regañan” le decía contento al gato que estaba sentado en la cama “Miau” fue la respuesta “Si, tu siempre dices eso” le contesto alegre al sentarse junto a el y acariciarlo detrás de la oreja “¿Por qué me gustara tanto eso?” se cuestiono la niña “Bien, a dormir” le dijo al levantarse. Sakuno observo detenidamente cada movimiento del muchacho, de un extremo al otro de la habitación, de repente Ryoma se detuvo enfrente de la cama y dejo caer ropa, un pijama con rayas verticales, Sakuno miro la tenida “Que bonito es ese verde” se dijo alegre y cuando volvió su mirada hacia el muchacho no supo que hacer. Ryoma se estaba quitando la camisa que llevaba puesta, se ruborizo y desvío su mirada a un lado, pero la tentación fue mayor y volvió a mirar al príncipe del tenis, ahora se iban los pantalones…
    - ¡Ah! ¿Que…paso?
    Dijo un poco adormilada aun Sakuno, abrió los ojos y no logro ver mucho, solo distinguir los objetos recortados por la escasa claridad que ingresaba gracias a un poste de tendido eléctrico que estaba fuera de la habitación, se estiro un poco y se sentó con las cobijas sujetadas, miro a su alrededor y pese a no ver mucho se dio cuenta de que esa no era realmente su pieza, que no se asemejaba a los recuerdos que tenia de su cuarto. Movió involuntariamente su pierna derecha y dio contra algo que no era demasiado duro. De pronto un cuerpo junto a ella se sentó en la cama también. Ella lo miro con intensidad tratando de descifrar quien era. Un bostezo y el movimiento rápido de un brazo frente a su rostro, se escucho que mascullaba algo. La luz era poca, pero cuando abrió los ojos aquel muchacho se pudo ver un destello dorado conocido.

    - ¿Ryoma…Ryoma-sama? – se escucho la voz de Sakuno
    - ¿Mmm? – fue toda la respuesta y…
    - ¡Ah! – desgarrado fue el grito que se escucho.

    Se despertó agitado. Se acomodo rápidamente, sentándose con las cobijas sujetadas, no veía mucho, solo la figura de los muebles recortados por la luz que entraba gracias a un poste fuera de la habitación. Miro a su lado con desesperada mesura y no encontró a nadie, sintió que algo rozaba su brazo, se giro al instante y vio que era la cola de su amado Karupin. Un suspiro y un recuerdo algo extraño, tomo al felino con ambas manos y lo coloco delante de su rostro, la luz era poca, pero el destello de los ojos zafiro del gato se podía ver.

    - ¿Eres tu Karupin? – se sintió estúpido preguntando.
    - Miauuuu – le dijo el otro alegre.
    - Uff…si eres tu… – y dejo al animal en su lugar – que sueño mas raro fue el que tuve…con Ryusaki – se estremeció al pronunciar el nombre y volvió a mirar a su lado, no estaba esa niña de trenzas eternas – En mi sueño tu eras ella, pero seguías siendo un gato…
    Le comenzó a relatar, entre bostezos y caricias tras la oreja, el sueño del que recién había despertado. “Un sueño extraño…pero, pero me…” y se durmió antes de terminar.
     
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  2.  
    Valithoo

    Valithoo Iniciado

    Sagitario
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    aww me mate de la risa en algunas partes y fue muy tierno... me gusto saber como te inspiraste e_e eso me mato
     
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  3.  
    Naru-Chan

    Naru-Chan Usuario popular

    Aries
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    Hola amiga n.n ya estoy por acá reportandome n.n
    Bueno en verdad me gusto mucho, quien pudiera tener la suerte de Saku-chan para estar en los brazos de Ryomita o Eiji-kun jeje
    Oh y Fuji si se dio cuenta d quien era ella n.n y logro que se fuera lomas rápido posible con su príncipe >.<
    Vale y yo también me reí bastante cuando Fuji molestaba al lindo neko de Eiji, o cuando retaron al ancianito jaja
    Encima no dejaste que Ryoma terminara la frase, a mi me hubiese gustado que dijera "pero, pero me encanto" jeje si eso hubiera estado bueno >.<
    Bueno amiga me despido, avísame cuando subas otro n.n un beso!
     
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  4.  
    xinthiia

    xinthiia Entusiasta

    Acuario
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    aunque he tardado un poco ya estoy comentando por aca.
    wau me gusto bastante, nunca me imagine que Sakuno, fuera Kerupin, que suerte tine de estar en lo barzos de Ryoma.
    y gracias por avusarme :)
     
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  5.  
    Cerezo

    Cerezo Entusiasta

    Cáncer
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    Wow! Sabia que te gustaria Kagome-chan!!!! :3 Salen dos grandes amores :D Ryomita Y Eijito :D!!! y si no deje que Ryoma terminara con la frase fue para que todas le coloquen el final que quieran :D te diste cuenta!!! era Ryoma el que tuvo el sueño xd! jojojoj :D
    Xinthiia amiga mil gracias por leer :) jojoj no te esperabas ese magico cambio de cuerpo eaeaea! si, ella tiene una suerte :) me encantaria ser ella :D!!! y poder sentir el olorcito que me imagino tiene Ryoma :D el debe oler bien, no me lo imagino apestando a sudor jajaja no Ryoma no xd!
    Bueno amigas gracias por leer :D me alegro de que les gustara xd!
     

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