33 cosas random (profundas e innecesarias) sobre mí

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Decidí tomar la idea de Kashey y destripar mi alma como nunca antes. Una Jennifer al desnudo. So... this is me. Enjoy

1. Siento que la gente nunca fue plenamente capaz de confiar en mí y no logro entender la razón detrás de este comportamiento. Nunca he sido persona se airear secretos y sin embargo mis amigos siempre me guardaron cosas por razones que desconozco.
2. Cuando estaba en primero de la ESO uno de mis amigos dijo que "Yo parecía la lesbiana que hay en cada grupo". Se equivocó un poquito... dado que actualmente me identifico como bisexual. Aún no logro comprender por qué dijo eso. ¿Quizás por mi cabello castaño largo y mis sudaderas negras? wut chico.
3. Tuve mi primera pareja a los once años. Era un chico al que le gustaba también una amiga mía. Este chico quería besarme a todas horas—y no besos precisamente de los que se dan los niños—, me agobiaba mucho... y nunca se lo dije. También estaba convencido de que los niños de once años estaban capacitados para tener sexo. Le dije que no y dejó de presionarme.
4. Siendo sincera nunca he sentido que encaje en ningún sitio. FFL logró darme ese sentimiento de "pertenecer a algo" que busqué toda mi adolescencia. Gracias, de verdad <3
5. Nunca he tomado alcohol, ni fumado, ni tomado drogas de ninguna índole... salvo pastillas para la depresión y la ansiedad.
6. Una vez una de mis amigas me dijo que "Saliera con Elías, el chico que me enviaba dibujos y cartas porque no podía aspirar a más". Recuerdo contestarle "Gracias. Amiga Esther" con el tono más irónico del mundo.
7. Si me paro a pensarlo creo que me he sentido atraída por chicas toda mi vida. Estaba super colada por una amiga mía en el colegio. ¿Queréis saber como se llamaba? Emilia. Y tenía el cabello negro, pero corto y rizado. Qué cosas ¿eh?
8. Una vez estábamos jugando yo y una amiga a Verdad o Reto en mi cuarto. La cosa se nos fue un poco de las manos... si hubiéramos estado solas en casa no sé como hubiera acabado. (En realidad sí lo sé)
9. Soy completa y absolutamente atea desde hace años. Aunque es cierto que de pequeña fui muy devota. No devota de ir a la iglesia pero sí de creer en dios e ir a catequesis y demás cosas que ahora considero absurdas. De hecho hice la comunión con diez años.
10. Solo considero que me haya enamorado una sola vez en mi vida. No acabó bien, pero fue el sentimiento más hermoso del mundo y una de las mejores épocas que pasé.
11. Tengo una condición genética y congénita que me hace ser propensa a sufrir dolores de cabeza y mareos. Se denomina Síndrome de Chiari y me lo descubrieron a los once años de forma completamente accidental. La mía es la tipo I, la menos grave y con menos repercusiones y síntomas.
12. Descubrí mi sexualidad por primera vez sobre los doce o trece, un día en el que había faltado a clase por estar enferma y estaba aburrida en la cama. En aquel momento debo admitir que me sorprendió mucho lo que llegué a sentir... porque no había sentido nada igual nunca. Me pasé el resto del día tratando de descubrir que había sido eso. (spoiler: un orgasmo)
13. He pensado en autolesionarme. Especialmente en mis periodos más bajos, pero nunca he llegado a hacerlo. Pero en estados de ansiedad extrema he llegado a arañar mis brazos con mis propias uñas.
14. El acoso escolar me dejó secuelas muy graves. No solo pasé una época de mi vida sin poder confíar en nadie si no que sufrí de fobia social y no salía de casa ni para hacer la compra.
15. Actualmente no tengo personas cercanas—de mi entorno— que pueda considerar amigas. Solo tengo a mi tía y mi padre. Eso hace que me sienta excluida del resto de personas de mi edad.
16. Considero el sexo heterosexual demasiado mecánico y aburrido. Y aunque puedo pecar de hipócrita porque mis fics muestran lo contrario, ni de coña creo que las chicas lleguen al orgasmo solo con la penetración. El porno tiene un enfoque demasiado masculino... y me ha terminado contagiando su burdo falocentrismo.
17. Mi personalidad ha cambiado tantísimo con los años que he pasado de pedirme juguetes para niños por Navidades a comprarme yo misma juguetes para adultos.
18. Considero que puedo ser brutalmente honesta detrás de una pantalla. Pero no se repetiría la misma historia en persona.
19. Nunca me gustaron los chicos malos.
20. Soy incapaz de sentirme atraída por una persona solo por su físico. En un sentido sexual ni romántico. Eso me hizo sentirme completamente distinta a mis amigas que siempre hablaban de lo atractivas que eran determinadas celebridades. Con el tiempo comprendí que eso se denomina demisexualidad.
21. También soy un poco sapiosexual. Me encanta la gente que es inteligente y que lo demuestra.
22. Soy algo conspiranoica... y la posibilidad de que alguna de esas conspiraciones sea cierta me aterra.
23. Tras haber visto a tres familiares cercanos fallecer de cáncer—entre ellas mi madre—, considero que la quimioterapia es un veneno más que una cura. Sus rangos de éxito son ínfimos y aumenta la agresividad de la recidiva en tumores poco agresivos. Preferiría morir antes de someterme a ella.
24. Me pone muy nerviosa que me besen el cuello.
25. Siento que me he vuelto más insensible y menos empática después de la muerte de mi madre.
26. FFL es mi único escape de una realidad que me abruma.
27. Mi madre sufrió de una leve depresión post-parto tras tenerme. Imaginaba que duendes verdes aparecían y me secuestraban de la cuna.
28. Tras el fallecimiento de mi tío estuve a punto de acabar en un psiquiátrico. Mi hipocondria alcanzó niveles críticos. Perdí el norte.
29. Me encanta Beret y todas sus canciones porque me siento identificada con ellas.
30. Mi padre consume cocaína los fines de semana. Pensaba poder ocultármelo, hasta que sufrió un amago de infarto y se lo contó al médico delante de mí en junio de este año.
31. Le diagnosticaron EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y probablemente termine sus días con una bombona de oxígeno.
32. Nunca me he sentido cómoda conmigo misma y por lo general tengo una autoestima bastante baja. Eso me genera ansiedad y la ansiedad por tener ansiedad me genera aún más ansiedad. Lo que se vuelve un círculo vicioso.
33. El ronroneo y maullido de los gatos tiene un efecto terapeútico en mí. Los ladridos de los perros en cambio me enervan. Por eso—entre otras cosas— prefiero los gatos a los perros.