"Zombis"

Tema en 'Relatos' iniciado por Marina, 1 Agosto 2015.

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    Marina

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    Título:
    "Zombis"
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    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    761
    "Zombis"

    —Vas a tener cuidado, ¿verdad?

    Emma suspiró mirando a su madre casi con censura, pero trató de poner un tono de paciencia a su voz cuando respondió:

    —Sí, mamá, voy a tener cuidado, no te preocupes tanto.

    Aída observó a su hija con preocupación mientras la joven terminaba de aplicar el ligero maquillaje que le daba un mejor aspecto. Emma ya era bonita —ojos medianos de color marrón, nariz recta, boca pequeña de labios delgados, cabello oscuro, delgada y estatura media—, así que realmente no necesitaba ponerse esos polvos, pero respetaba sus gustos, además solamente los usaba cuando asistía a reuniones importantes, como la de ese día.

    Por fin la joven había sido llamada para una entrevista de trabajo, así que debía verse muy bien y eso lo comprendía Aída, sin embargo, siempre la asustaba cuando Emma salía a carretera, de ahí las recomendaciones, porque los “zombis” andaban por todos lados.

    —Pon más de la acostumbrada atención, Emma. No olvides que esos zombis sí que pueden hacerte daño, ya sea que te lo hagan a ti o tú a ellos.

    —¡Ay, mamá! —exclamó Emma colgándose el bolso en el hombro—. No seas tan exagerada. No son zombis.

    Salió de la habitación con Aída detrás de ella, quien le replicó convencida:

    —Pues claro que lo son. Cuando los veas, míralos bien. Caminan sin rumbo, errantes, sin poner atención a nada más que la cosa que más les gusta.

    Emma sonrió moviendo la cabeza de un lado para otro. Su madre sí que solía exagerar todo.

    —No te burles de mí, Emma —le pidió su progenitora mirando su sonrisa—. Solo espero que nunca te contagies.

    —Mamá —se detuvo en el umbral de la puerta principal para despedirse de Aída—, hablas como si fuera un virus, pero como te lo parece, déjame recordarte que tengo muy buenas defensas y no caeré víctima de él. Deja ya de angustiarte que volveré con bien.

    Le dio un beso en la mejilla y salió de la casa para ir al auto que estaba estacionado enfrente de la puerta que accedía al jardín y ya en él, encendió el motor, se volvió a despedir de su madre con la mano, pues Aída no había entrado y después puso la marcha, alejándose de la vieja casa que habitaba desde niña.

    Vivía en un barrio muy tranquilo, así que disfrutó de manejar, pero antes de salir de su territorio, su corazón palpitó con fuerza al meter el freno tan repentinamente que si no hubiese llevado el cinturón de seguridad puesto, se hubiera golpeado fuerte contra el volante.

    Sobresaltada, miró a la mujer que se le había atravesado, la que continuó sin mirar para ningún lado, caminado casi a la deriva. Ella de antemano la había visto en la banqueta, inmóvil, puesta su mirada en aquello que apartaba su mente de lo que la rodeaba, así que no esperó que cruzara la calle, pero lo hizo, tan de repente y sin fijarse que por poco la atropella.

    Son unos zombis”, así les decía su madre. Los zombis de la vida real. Observó atenta como la mujer —sin siquiera haberse dado cuenta que por poco muere—, continuaba su camino, su vista sin levantarse de la pantallita del celular, errante su andar mientras sus dedos estaban ocupados con el aparato de su devoción.

    Entonces, por la banqueta de su lado, la misma que había dejado la mujer, vio venir a un hombre e igual que la dama, estaba sumido en el mundo que le brindaba su celular, cautivado de la pequeña pantalla, sus pasos llevándolo por inercia.

    El virus”, el que devoraba la atención de las personas.

    Volvió a ponerse en marcha pensando que su madre podía parecer exagerada, pero tenía razón. Con esas personas había que extremar las precauciones.

    No obstante, por muchas precauciones que ella tomó mientras manejaba por la autopista, una “zombi” que iba texteando invadió su carril golpeando su auto por el lado derecho, lo que la hizo perder el control por la velocidad que llevaba, así que Emma fue a estrellarse contra otro auto que iba en el carril izquierdo, recibiendo también un espantoso impacto del vehículo que iba detrás del auto que ella golpeó.

    Se produjo una terrible carambola que costó la vida de varias personas. De todas las edades murieron ahí ese día.

    Todos víctimas de una “zombi” que no pudo o quiso adquirir defensas contra el “virus” devora atención.

    Equilibrio y responsabilidad son las defensas. Están al alcance de todo el mundo y son gratis.

    Descanse en paz Emma.
     

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