One-shot de Naruto - Yo solo lo quiero castigar.

Autor: Temarii Juuzou.
Personajes: Shikadai Nara, Boruto Uzumaki.
Actividad: Este cuerpo no es mío.

Contenido oculto: Advertencia

Un poco de Ooc, ya que no manejo muy bien a los personajes. El nombre es super random, porque no se me ocurrió otra cosa. Una parte mía en verdad desea pasar este One-shote a un Long-fic, pero me lo debo pensar bien.

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Yo solo lo quiero castigar.

Que no se confundan las cosas, en verdad me agrada Boruto, pero eso no significa que esté de acuerdo con cada cosa que propone; es despistado, inmaduro y no piensa en las consecuencias… bien, en general, no piensa y punto. Es leal, no lo niego, incluso existen personas que harían de todo por tenerlo como amigo, pero me faltarían los dedos de la mano para poder contar en todos los problemas en los que nos hemos metido por su culpa. Lo peor de todo, es que parece no tener el debido aprendizaje de sus errores, por lo que los comete una y otra vez; en su lugar, no solo mi padre me hubiera reprendido, mi madre, sobre todo, me habría matado.

—Creo que solo estamos algo celosos —me dijo un día Inojin.

— ¿De su idiotez? —el rubio soltó una suave risa y negó con la cabeza.

—De que puede hacer lo que quiera porque su madre le respalda todo —ambos soltamos un suspiro.

Inojin tenía toda la boca llena de razón; Ino, su madre, no solo lo habría encerrado indefinidamente en su casa, también lo obligaría a hacerse responsable de sus actos. Qué envidia, eso sería muy leve a lo que mi madre me haría si fuera capaz de hacer tantas tonterías como las que Boruto suele hacer a diario.

—Si la vida me concediera un deseo, sería darle una lección —le dije a mi amigo, este me miró con duda y algo de temor — ¡No! No esa clase de lección… de castigarlo. Creo que Hinata-san¹ es demasiado blanda con él… cada vez que pone su vida en riesgo, su madre lo trata como si fuera a romperse —hago una mueca, sentir celos por Boruto era la cosa más extraña del mundo —a mí, mi propia madre me pondría de nuevo la vida en riesgo para que no me queden ganas de hacerlo nunca más.

Ambos soltamos una leve risa y volvimos la vista hacia la aldea. La noche estaba llegando, llenando de su oscuridad todo a nuestro alrededor. Es estúpido ahora que lo razono, pero en ese momento lo que más deseaba en el mundo era castigar a Boruto y no me había dado cuenta de lo infantil que estaba siendo, hasta que esa noche me fui a dormir.

…

Normalmente el sol no pega en mi cara en las mañanas, detesto la sensación que me da al momento de despertar, por lo que la cama de mi habitación esta lo más alejada de la ventana y las cortinas siempre cerradas, por ello fue extraño sentir los rayos pegando directo en mis ojos ¿Me habré quedado dormido en el sofá de nuevo? Recuerdo bien que mamá había dicho que ya no era un bebé y que si volvía a dormirme en un lugar que no fuera mi habitación, ahí me quedaría hasta despertarme. Apuesto a que si Boruto se quedará dormido en el sofá, su madre lo cargaría hasta su cama y lo arroparía.

Basta con esa actitud infantil, me dije y abrí los ojos. Entonces mi corazón comenzó a palpitar rápido, porque estaba en un lugar extraño, que jamás en mi vida había visto. No era la casa de Inojin, de eso estaba seguro, tampoco era la de ChoCho… entonces ¿Dónde estaba? Tampoco parecía ser un secuestro, el lugar estaba demasiado iluminado y bonito para eso. Me gire, la otra parte de la cama estaba vacía, pero destendida; mi cara palideció, la sentí fría al igual que el sudor que comenzó a caer, lo peor pasó por mi mente: había pasado la noche con alguien, mamá me mataría al enterarse porque, joder, tan solo tengo 12 años. Con los ojos cristalinos y la respiración agitada me senté en la cama y lleve mis manos a mi pecho para intentar calmarme y el corazón se me detuvo. Pechos, tenía pechos. Y unos enormes.

— ¡Ahh! —extrañamente, mi voz seguía siendo la misma.

— ¿Mamá? —un Boruto en pijama entró corriendo a la habitación, su mirada era de pura preocupación, no parecía sorprenderse de que yo estuviese ahí… entonces todo seguramente era una estúpida broma de él.

—No soy tu mamá, imbécil —le dije al momento en que le lanzaba una almohada con todas mis fuerzas a la cara.

La almohada dio de lleno en el rostro del rubio y termino cayendo al suelo, sin sonido alguno, dejando la habitación completamente en silencio. Boruto me miró, yo le sostenía la mirada. Su rostro pasó de confusión a ese brillo extraño que le da cuando algo le parece fascinante, me dieron escalofríos.

— ¿Shikadai? —una risa burlona se asomó en su rostro y solo me hizo enojar más.

—Cállate idiota —me levante de la cama y camine hasta él para tomarlo por los hombros y zarandearlo un poco, entonces me di cuenta de la diferencia de altura, que era más de la normal.

— ¡Yo también quiero hacer eso! —dijo entre risas tontas, lo que solo me hacía enojar más —. Creo que lo justo sería ser tu mamá… ¿Qué clase de disfraz es este? Se ve tan real, incluso de cerca —un dedo presiono mi mejilla, solté a Boruto y lo empuje lejos de mí.

—No es ningún disfraz —me aleje y lo mire con duda — ¿A qué te refieres con ser mi mamá? —dije buscando algún espejo con la mirada.

Boruto me miro, era obvio que ninguno entendía nada y mutuamente solo nos confundíamos aún más. Sacó su celular y lo coloco en la cámara, me lo paso y lo tire al suelo del puro susto una vez que vi mi rostro en la pantalla. No me habían salido pechos ni me había convertido en una versión femenina mía: Era la mamá de Boruto.

—Tarado, mi celular —dijo agachándose para tomarlo.

—Joder… —me senté en la cama y lleve mis manos hasta mi cabeza, se sento a mi lado sin dejar de verme ceñudo —Si yo… soy tu mamá… ¿Eso significa…?

Ambos nos miramos con los ojos abiertos y nos levantamos de golpe para salir de la casa directo a la mía.

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¹ No tengo la menor idea de como se refieran a Hinata los amigos de Boruto.