Yo quisiera.

Yo quisiera.

Siempre siendo algo que el corazón no soportará, una llaga clavada en el fondo de un alma solitaria, un solo pensamiento y en el está tu nombre.

—Ashley —un suspiro de mis labios brotó ¿Y cómo fue posible que quedara solo como un amigo más?

—¿Sí?, ¿qué pasa Sebastián? —tu voz me saca de mis pensamientos y yo sonrojado veo a otro lado.

Soy tú mejor amigo​

tu pañuelo de lágrimas,​

de amores perdidos.​

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—Yo debería de preguntar eso ¿Por qué tú llanto? ¿Es por él verdad? —mis ojos buscan la conexión con los tuyos pero sólo los ocultas detrás de tus manos, y un fuerte dolor en mi pecho surge al ver que por tus mejillas ruedan unas lágrimas—. Ashley…

—Por favor no preguntes, él tenía los motivos para… —tu voz se quiebra y tú te alojas en mis brazos, yo con ternura te tomo y guardo silencio sé muy bien que no es el momento indicado para que te diga lo que siento.

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—¡Sólo no dejes que cometa el mismo error! —no dejo de ver tus bellos ojos llenos de las más amargas lágrimas, si sólo supieras que por ti yo muero, que mi en alma desea una sola palabra tuya un “Te amo”

—Yo siempre he estado contigo, aunque no te hayas dado cuenta, mi pequeña Ash.

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Me pides mil consejos para protegerte​

de tu próximo encuentro,​

sabes que te cuido.​

Después de horas de platicar, de tratar de hacerte pensar otra cosa, sólo puedo lograr una pequeña sonrisa al contarte como pierdo la cabeza con mi hermana menor Alessandra que siempre tiene hambre y como debo de portarme como el hermano mayor.

—Sebastián, siempre haces que yo cambie de humor, gracias por estar a mi lado cuando más lo necesito, no sólo eres mi mejor amigo, también eres algo más.

Esas palabrasde “También eres más” eso me da una gran ilusión de un futuro entre nosotros dos.

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Al día siguiente voy a tu casa y toco la puerta sin parar, pero algo me dice que a ti te pasó algo, nadie abre y la desesperación entra en mi mente,observo a todos lados, pero no veo ni una ventana abierta, nada con lo que yo pudiera entrar a buscarte. Desesperado busco algo que me sirva para entrar a tu casa, pero sólo veo a ese chico caminar por la calle con una gran sonrisa, ese patán que el día anterior te había roto el corazón y en sus manos traía lo que parecía ser una llave, ¿será acaso que esa es la llave de tu casa? Pero es más mi coraje que voy en contra él, de un fuerte golpe lo tiro al piso y no paro de golpearle la cara. El sólo ver a ese patán que hizo que las cosas pasaran de esta manera.

—¿Esta llave es de la casa de Ashley? ¡Contesta —puedo observar como me ve con coraje y no contesta nada, le arrebato la llave de las manos y me dirijo a la puerta de tu casa, esa desesperación hace que mis manos se pongan torpes y sólo escucho a lo lejos:

—Ella fue mía y de nadie más —con odio lo vi alejarse,ganas no me faltaron de ir tras él, pero la llave abre la puerta y busco en todos lados esa bella sonrisa, ese cabello color castaño con los más lindos risos, esos ojos color cafés con esa pequeña luz en su interior, pero no veo nada,ni una sonrisa,ni un riso.¿Dónde estás Ashley?

Me dirijo a tu habitación esperando que tu estés ahí, y para mi fortuna te encuentras dormida. Quedo asombrado con solo ver un frascoroto y varías pastillas en el piso. Me acerco a ti y te veo dormir. No puede ser. Busco una señal de pulso en ti y una sonrisa se posa en mis labios al ver que tu pulso es normal. Con cautela te veo y una tranquilidad se apodera de mí ser al ver que sólo tomaste pastillas para dormir.


—Ashley… —mi mano se posa en tu mejilla te veo tan tranquila y me acerco para darte un beso, pero no puedo, no puedo besarte como siempre he querido, solamente me dirijo a tu frente y deposito un sincero sentimiento.

—Yo quisiera ser…. Tú llanto, tu vida… —abres esos bellos ojos y yo me sorprendo, en tu rostro se posa una sonrisa.

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