Yu-Gi-Oh! YGO//Especial de Navidad//¿Que pasaría si apareciera una chica opuesta al faraón? [oneshot]

YGO//Especial de Navidad//¿Que pasaría si apareciera una chica opuesta al faraón?

YGO/ ¿Que pasaría si desde un principio apareciera una chica opuesta al faraón?/Especial de Navidad/

¡Hola a todas/os!​

Debo aclarar que este es solo un especial de navidad de fics: ¿Qué pasaría si desde un principio apareciera una chica opuesta al faraón?, y es fuera de la trama del mismo.

De repente y creo que será así. No entenderán algunas partes del especial pero tranquilos a medida que vayan leyendo el fics, verán que algunas cosas del especial saldrán en el fics.

Como autora. Vamos a ver si me acostumbro a decir que los personajes que están dentro del anime/manga de Yu-Gi-oh, no me pertenecen. Si fueran de mi autoría creo que serian, mmm...bailarines, stripper *o*, cantantes, de todo, menos duelistas XD.

Demás personajes como: Florencia, Anelys, Ricardo, Francheska, Ingrid, Ángel, Mía Marina, Goku. Son totalmente míos y míos *o*. Si se me paso otro personaje, disculpen, soy olvidadiza.
Los personajes: Amirem, Angiiru (Angiil), Nabi, Esmeralda y Ita, no me pertenecen, T.T si fueran míos no saldrían, entonces, es broma. Si se me paso otro personaje que no sea de mi autoría, otra disculpa.

Dedicado oficialmente a mis hermanitas de cz (Amirem, ItaXD, Esmeralda)

A mi mami de cz (Addaya).

Amigos de cz (patri, kagura, Yuni-chan, maju, mikky, dark-isis, catsunamon, Andreea, Angela01, si se me paso uno, sorry). Así y a sus novios/os las que tengan XD.

Amigas/os del fotolog onigi (muy bueno, por cierto).

A los usuarios de cz (admistradores, líderes, demás usuarios).

A amigos del msn XD

A mi familia, por supuesto, esos no faltan (hasta el perro de mi casa se lo pienso dedicar y a los vecinos 0.0)

A Mai la super, una hermanita de cz porque me pidió que trajera este especial *o*

Pero muy especialmente a dos personas que andan de viaje. Ellas son: Angiil y Atemsakuraya (son mujeres, XD que le hacemos), las cuales les deseo un feliz año nuevo.

Y también me lo dedico a mí, que fue la que lo escribió XD.

Se que me tarde, aunque como dicen: mejor tarde pero seguro. Hay dios lo puse al revés 0.0, es así, tarde pero seguro.

Sin más que hablar, decir o sugerir el hermoso especial. Que espero entiendan la escritura o.o, ya les diré porque...sin mas preámbulos el súper, increíble especial de navidad...

Especial de Navidad de:​

¿Que pasaría si desde un principio apareciera una chica opuesta al faraón?​

Muchas veces, no somos capaces de ver mas allá, no creemos en lo que no vemos. Siempre cegamos nuestro corazón y nuestra mente a las cosas que no podemos ver.
-Si no puedo verlo, no lo creo.
Esa es casi siempre nuestra respuesta. Si tan solo creyéramos más y dejáramos nuestros prejuicios, habría más creyentes, eso es seguro.
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El amor nace de diferentes formas y se manifiesta de muchas maneras. Es tan bonito cuando esa persona corresponde a lo que uno siente porque es ahí cuando ese amor se disfruta al máximo. Es lamentable cuando la persona que amamos no sienta lo mismo o este enamorada de otra persona.

A veces andamos tan pendientes en nuestras cosas o pendientes en lo que hacen nuestros prójimos, que el estar tan ocupados no nos deja ver cosas que no son necesarias de decir porque son tan visibles.

Por eso es cierto el dicho que dice: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, porque cuando dejamos a una persona la cual ha sido maravillosa con nosotros, por una maravilla de momento nos arrepentimos tanto que queremos recuperar a aquella persona que dejamos y se nos hace demasiado tarde.
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El hada de la estrella​

Santa Claus​

Creer o no creer.​

No puedo dejar de mirarlo, a pesar de que su amor no me pertenece, a pesar de que todo termino entre nosotros, a pesar de eso, yo lo amo. EL amor que siento por el es tan grande, que sabiendo que su corazón es de otra; no dejo de pensarlo.
Siempre anda rondando mí mente, como un ladrón, como un espía...
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No la puedo dejar de verla, ya se bien que no somos nada, todo gracias a mi, aún así siempre esta presente en todo lo que hago. Pensé que todo lo que sentía por ella se había desvanecido y creí amar a otra ¡Que tonto fui! Hoy día me doy cuenta que la amo mas que nunca.
Que esta en mi mente, en mis pensamientos como una ladrona, como una espía...
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Esos dos pensadores, esos dos jóvenes; dueños de esas sinceras palabras. Se encontraban sobre unas escaleras, acomodando las bambalinas en el árbol de navidad el cual se encontraba detrás de la fuente del “PARQUE FLORES AMARILLAS” (nombre que le había dado Flor al parque sin nombre)

Esos jóvenes estaban más pendiente de mirarse, que de colocar las bambalinas en su lugar haciendo que estas cayeran en el agua.

-¡Hay dios! -decía asustada la joven de cabellos rubios y ojos violáceos. Al darse cuenta que las bambalinas estaban sobre el agua-


-¡Es tu culpa! –grito histérica, al joven que tenía al lado.

-¡Oye!, no es mi culpa que se hallan caído las bambalinas al agua. -contesto con amargura el muchacho- Deberías tomarte las cosas con calma Mai –soltó una risita burlona el rubio-

La rubia solo se limito a lanzarle una de sus miradas mas asesinas y bajarse de las escaleras donde había estado durante todo este tiempo...

-Yo se que todavía se muere por mi –pensó Joey para si, mientras una sonrisa ganadora se dibuja en sus labios.

-Sabes que lo que estas pensando es mentira Joey –decía la joven enfurecida marchándose.

-¿Acaso leyó mi pensamiento? –se preguntaba el muchacho sorprendido.

El joven se bajo de las escaleras y recogió las bambalinas que habían caído sobre el agua de la fuente. Por su mente pasaba solo una persona “Mai” y el no saber como recuperar su amor, no saber como terminar con Nabi. Pero hoy era el día, era navidad y los milagros existían, creía el que podía terminar con Nabi y a su vez recuperar el amor de Mai, sin dañar a nadie.
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CASA HOGAR “LOS NIÑOS VALEN ORO”

En un bonito y bien decorado orfanato, de acuerdo a la época. En la sala de este, se hallaban sentados sobre el suelo los niños ansiosos esperando su turno para hablar con aquel hombre vestido de rojo, gordo, barbudo pero lleno de amor y compresión con ellos.

Una niña de unos ocho años, cabellos rosas recogido por dos moños y ojos rojizos, tocaba con curiosidad la barba de aquel hombre hasta jalársela...en vez de pedirle regalos a “santa Claus” como se hacia llamar el hombre, solo lo interrogaba, al punto de que el comenzara a ponerse nervioso y a sudar debido al calor sofocante que provocaba aquella ropa.

-¡Santa, santa!, ¿Tu tienes novia? –preguntaba la pequeña niña con curiosidad.

-No, pero dime mi vida ¿Qué quieres como regalo de navidad?, te daré lo que quieras –dijo con un quejo de fastidio, tratando de controlar las ganas que tenia de matar a la pequeña.

-Pues yo...en realidad...santa lo que yo quiero es una mama y un papa –soltó con una voz llena de tristeza la niña- ¿Tu me los puedes regalar? –pregunto ella. Dirigiendo su mirada hacia los ojos de santa.

-Ita... –tartamudeo el hombre de barba larga.

-¿Cómo sabes mi nombre? –pregunto la niña con sorpresa.

-Porque soy santa, se como se portan los niños, se todo sobre ellos -dijo riendo- .Veras que ese regalo se te cumplirá, solo debes confiar que será así, pedirle al hada de la estrella del árbol de navidad y portarte muy bien –afirmo con alegría mientras tomaba con su mano la barbilla de la infante para levantarle la mirada y ella viera una de sus mejores sonrisas en su rostro. Ella rio confiando en su palabra.

-¡Gracias Santa! –agradeció la chiquilla, dándole un cálido abrazo a santa y marchándose para que otro niño pudiera hablar con el hombre.

El hombre vestido de rojo froto su mano sobre su frente, de verdad se sentía cansado. Había estado durante un buen tiempo sentado sobre esa silla que al ser tan cómoda, comenzaba a fastidiarle pues el deseaba caminar y quitarse todo ese estrés que cargaba. Miraba detrás de si, un pequeño árbol de navidad

-Espero que esto termine pronto –pensaba el hombre. Recibiendo a otro niño el cual se sentó sobre sus piernas sin siquiera saludarle.

-Así tenía que decirte algo, mmm ¿Qué era? –se preguntaba el niño, con una sonrisa maliciosa.

-¡Hola!, eso tenias que decir antes de sentarte en mis piernas, tenias que saludar y presentarte -le explicaba al niño de mala manera- .Bien, ¿Cómo te llamas? –termino por preguntarle santa.

-Tu deberías saberlo “gordito” -sentencio- ¿Oh no lo sabes “gordito”? –interrogaba el chiquillo.

-Veo que te has portado muy mal...así Ángel, ese es tu nombre ¿O estoy equivocado con las dos cosas? –le pregunto santo con un tono burlesco.

-Si, me llamo Ángel –le confirmo- y no me he portado mal, tu sabes que lo de “gordito” es por cariño santa –le aseguro a San Nicolás, sonriéndole.

Ángel, era un niño de unos once años, era obeso y eso no le impedía ser tan fuerte y veloz como los demás niños. Era buen niño, normalmente era muy educado y tal vez un poco bromista, su comportamiento con santa; era muy extraño. Sus ojos eran grandes y marrones como la tierra, su cabello era liso y negro como la noche, su piel morena como el café con leche. Debajo de sus ojos se podían notar algunas ojeras.

-Si, bla, bla, bla –respondió con sarcasmo santa- .Bien, ¿Qué quieres que te regale?

-Bueno –susurro- lo que yo quiero es:... –el niño acerco sus labios al oído de santa mientras le contaba lo que quería como regalo de navidad. Santa lo escuchaba atentamente.

Al finalizar el infante de decirle a santa lo que quería como obsequio, el señor de rojo no reaccionaba, solo se quedo inmóvil. Segundos más tarde...

-¡Que! –grito furioso, tras segundos de reaccionar- .Eso nunca se va a dar, ni lo pienses –sentencio, con una voz fría. Los ojos de Ángel se llenaron de lágrimas.

-¡Santa!, ¡Tu deberías al menos no decirme las cosas así! –exclamo sollozando el pequeño- .Eres muy cruel santa –dijo con tristeza durante el momento que se retiraba de las piernas de santa- , no me dio gusto verte –le dijo molesto a santa, aun sollozando y se fue corriendo perdiéndose entre los niños.

-Me deje llevar por los celos y la rabia que siento al saber que lo que hago aquí es mentira. ¡Lo siento!, créeme que lo siento Ángel, ¡Que idiota soy! –pensó el hombre de vestido rojo mientras seguía atendiendo a los demás niños.

Así continuo toda la mañana atendiendo a los niños, cuando ya termino todo en la tarde. Lo primero que hizo fue levantarse de esa silla tan cómoda pero fastidiosa para el. Se quito el gorrito de navidad, la peluca, la barba y la mascara postiza, dejando ver el rostro joven de un muchacho de unos diecisiete o dieciocho años, con unos ojos violáceos cielo mostrando una mirada intensa, un cabello bastante rebelde pues era puntiagudo y tricolor (colores: amarillo, morado y negro). El muchacho lanzo todas esas cosas que se había quitado de la cara en el piso con molestia.

Comenzó a caminar de un lado a otro con verdadero fastidio. Pareciera que estuviera esperando a alguien pues se hallaba realmente desesperado. Luego de un rato soltó algunas palabras.

-¿Por qué tardas tanto?, por eso debí irme. Sabiendo con lo que se tarda, no se ni porque la estoy esperando -paso sus dos manos sobre su cara. Miraba hacia los lados con la esperanza de ver a la persona que esperaba, pero solo se encontraba con una sala vacía sin vida- .La navidad...niños perdónenme por hacerme pasar por un ser inexistente –pidió el joven. Enfocando su mirada hacia la puerta.

La puerta fue abierta...dejando ver desde el umbral la figura de una joven de cabellos castaños rojizos y lleno de bucles, unos ojos mieles que mostraban una mirada tierna con cierta picardía. Tenia toda la cara sucia parecía que había estado limpiando. Usaba ropa sencilla, una camisa de tirantes blanca, una falda hasta la rodilla azul y unos botines azules, sobre toda la ropa lleva puesto un delantal azul. La ropa estaba sucia.

El joven vestido de santa comenzó a dar unos cuantos pasos, sin embargo se detuvo. Frunció la frente y cejas, para luego decirle a la joven:

-Te tardaste bastante -serio- ¿Dónde estabas? –interrogo sin mostrar debilidad.

-Bueno...-con sus dos manos juntas moviéndolas como señal de que estaba nerviosa- don creidito, usted sabe que la bruja anda peor que nunca y tengo que limpiar el orfanato incluyendo sus alrededores. Yo quiero que mis chicos tengan una bonita navidad –contesto ella sonriendo. Cosa que no logro romper la seriedad que tenia el joven y menos la mirada fría, que tenia sus ojos ahora.

-Se te hace muy gracioso todo ¿Verdad?, de seguro hiciste algo estúpido Florencia y por eso Mía Marina te hace todo esto, como castigo –concluyo el con la misma seriedad.

-¿De cuando acá, defendiendo a la bruja? -interrogo ella molesta- .Porque antes no pensaba así, solo pensaba en la felicidad de los chicos –afirmo.

-Antes de darme cuenta que la felicidad de los chicos no es andar diciéndoles que existe santa o... –se volteo y miro hacia donde estaba el árbol de navidad. Camino hacia el árbol y tomo con brusquedad del mismo la estrella que se encontraba en la punta.

-¿Qué piensa hacer con eso? –pregunto confundida.

El joven se dio la vuelta para ver a la chica y con una voz fría, le dijo:

-Que no pienso hacer con esto -respondió, moviendo la estrella como si fuera un juguete sin importancia- .Florencia me sentí muy mal hoy, me siento como un mentiroso al decirles a los niños que existen un santa que les trae regalos y...que si piden un deseo con el corazón al “hada de la estrella del árbol de navidad”, se les cumplirá -con un tono burlesco-.Por favor Florencia, ni santa claus ni esa hada existen y yo no pienso seguir haciendo algo en lo que sencillamente no creo y se que es mentira –aseguro con seriedad.

-Tal vez usted no cree en eso, pero yo si...si creo que existe ese santa a los que los niños le hacen una cartita diciéndole lo que quieren y le dejan galletitas con leche para agradecerle –decía mientras lagrimas comenzaban a recorrer sus mejillas, aun así mantenía esa mirada tierna y una sonrisa cálida- .Creo en esa hada, creo que si pido los deseos con el corazón y son buenos, se me cumplirán. Creo en la magia, creo en que lo que prodigo, creo en lo que no veo y si usted no puede creer. Entonces no haga nada algo en lo que no cree pero es lamentable que usted, usted creedor de la magia, no pueda ver mas allá –paso su mano derecha sobre sus mejillas secando sus lagrimas.

Al decir eso, se fue corriendo hecha un mar de lagrimas pues era difícil creer que justamente el. La persona que ella quería, no pudiera ver más allá de sus narices, no pudiera creer en esos dos personajes mágicos, que le brindaban felicidad a los niños. El, que creía en la magia e incluso creyó siempre en lo que no podía ver, ahora no quería creer, no podía creer.

El joven solo se enfureció más, estuvo a punto de tirar la estrella de la rabia que cargaba pero se detuvo. Colocando la estrella en el lugar donde la encontró. Se llevo su mano derecha hacia su abdomen.

-¡Que gordo estoy! -exclamo sonriendo- .Quizás debo decir, ¡Que gordo es este santa! Porque para eso yo hago ejercicio para mantenerme en forma -afirmo- ¿Qué me esta pasando?
-suspiro- , solo se que no puedo creer en algo que es falso, algo que es solo para entusiasmar a los niños –dijo con seguridad.

Se quedo así con esa determinación, mirando el pequeño árbol navideño. No podía creer en esos dos seres, no podía creer en algo que para el era mentira...

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En una casa pequeña y humilde, cuya era muy bonita y sencilla. Lloraba un pequeño niño en su cuarto, sus ojos marrones estaban cansados y rojos de llorar. Se movía para todos los lados que le permitía su cama y ocultaba su rostro en las sabanas blancas que tenia estampado de carritos.

La puerta fue abierta por un intruso el cual entro sigilosamente a la habitación, sin hacer el menor ruido; no deseaba ser descubierto. Camino hacia la cama con la mayor calma posible. Cuando llego, se sentó en la cama y situó su mano sobre el cabello del niño.

El pequeño estaba de medio lado, con su mirada sobre la pared lisa y azul pues no deseaba que esa persona que lo toco con su delicada mano lo viera llorar.

-¿Qué te pasa hermanito lindo? –preguntaba con una dulce voz el intruso.

-Nada –respondió con tristeza-

-Sabes que se cuando mientes -le aseguro- Porque no le dices a tu hermana lo que te pasa –acerco sus labios a la mejilla de su hermanito y le dio un beso suave.

El niño se dio la vuelta para ver a su hermana y se sentó sobre la cama pues le iba a contar a su hermana lo que le pasaba. No podía mentirle a ella, era la única persona que tenia y a la única que podía engañar.

-Veras...es que yo estoy enamorado –dijo con la mirada baja pues no quería ver los ojos vivos y sinceros de su hermana.

-Eso es muy lindo -sonrió. Ella emocionada- .No veo la razón por la que estés triste.

-Estoy enamorado de Florencia, la chica que siempre anda limpiando el orfanato “Los niños valen oro” –confeso el niño.

-¡Ángel! –pronuncio con sorpresa el nombre de su hermano por su confesión.

-Santa me dijo que eso nunca podía ser y tal vez es verdad -admitió-pero...Angiiru yo la amo y para mi no hay una persona mas perfecta que ella, yo la amo -movía su cabeza hacia abajo y hacia arriba mientras lagrimas salían de sus ojos- .Creo que no puedes entenderme –dijo con resignación.

-Claro que te entiendo. Quien no se enamora de una persona mayor y mas cuando esa persona es tan bella, buena y pura como Florencia -le da un beso suave en la frente para luego frotar su mano sobre la misma, limpiando el brillo labial que dejaban sus labios- .Hermanito no te de pena, esos son tus sentimientos y yo te los acepto porque yo también pase por eso –sonrió para su hermano.

-¡Gracias hermana! –agradeció el pequeño mientras se lanzaba a los brazos de su hermana.

Angiiru, una buena hermana pues eso era lo que siempre decía su hermano Ángel. Cuando el se sentía triste, ella siempre tenia una de las mejores sonrisas y unos brazos que siempre iban abrazar con amor a su hermano. Debía tener como unos diecisiete o dieciocho, sus ojos eran vino tinto que mostraba la mirada más honesta, su cabello era escalonado de color castaño claro, su piel morena clara. Realmente no solo era buena si no era una mujer hermosa. Era normalmente confundida con Angiil pues eran muy parecidas.

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RESTAURANTE - COME SABROSO

Un gran restaurante para todo tipo de cliente. Poseía hermosos y amplios salones para aquellos que eran de la alta sociedad, tenía una pequeña cafetería cómoda para comer meriendas acompañada de un pequeño bar.

Sentados en una de las tantas mesas se encontraban tres jóvenes, dos chicos y una chica que los acompañaba. Los tres hablaban tranquilamente, tomando o comiendo cada cosa que habían pedido, era un ambiente bastante relajante.

-En verdad, no puedo creer que estemos los tres aquí sentados –decía la joven de cabellos rosa con reflejos rojos la cual lo llevaba recogido por un coleta. Llevándose a su boca una porción del helado de fresa que comía.

-Se siente raro pero me gusta Anelys, ser amigos es bueno –comento uno de los jóvenes, el cual tenía un cabello muy peculiar y unos hermosos ojos violáceos.

-Todo es gracias a Angiil después de todo, ella hizo posible eso –sonrió el otro joven. El más alto de los tres, de cabellos castaños claros y ojos azules como el mar.

-Seto, es increíble como en verdad quieres a mi prima, estoy admirada por todo ese amor –dijo sonriente Anelys.

-Pues es el mismo amor que tu sientes por Yugi aquí presente, el que Yami siente por Flor, solo que lo mostramos de manera distinta –explico Seto. Anelys y Yugi se les noto un leve sonrojo.

-En eso si tienes razón Seto -intervino Yugi- .Creo que cada uno de nosotros muestra a su manera como quiere a la mujer de sus sueños, a su amiga –concluyo Yugi. Quien enfoco su mirada en los ojos de Anelys. Ella se sonrojo levemente.

-Es bonita la navidad y lo mejor esta noche nieva –dijo Anelys cambiando de tema.
-Si, eso será genial –respondieron Seto y Yugi al mismo tiempo.

-Yugi están lindo, no puedo evitar amarlo como lo amo –pensó con una sonrisa tierna en sus labios.

-Se que te vas a decir por mi, ya veras como tu y yo Anelys seremos felices y cada triste momento que hemos pasado lo olvidaras con cada beso que te daré –pensó Yugi, mientras bebía su manteada.

-¿Cómo que estoy sombrando? ¡Me siento como una lamparita!-se decía así mismo, pensandoel millonario- .Bueno solo me queda usar mi cerebro para algo productivo, para el mejor y mas delicioso de mis trabajos...Angiiru, ella será mi novia como que me llamo Seto Kaiba y porque estamos en navidad, mmm tengo un idea...–pensaba Seto, mientras una sonrisita llena de picardía se dibuja en sus rostro.

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En el orfanato “Los niños valen oro”. La joven de cabellos castaños rojizos limpiaba con un evidente agotamiento la cocina, realmente se hallaba cansada; había limpiado desde temprano todos los lugares del mismo, solo le faltaba la cocina para concluir.

Pero eso no era lo que la tenia tan triste y hecha lagrimas. Era el solo hecho de que Yami no quería creer en Santa Claus y el hada de la estrella, ella sabia bien que no podía obligarlo a creer, eso le tenía que nacer del corazón a el. Se dijo así misma:

-Hay Flor, sos tan tonta pero tan tonta –se decía tristemente. Limpiando con un pañuelo el piso de la cocina.

-En eso tienes razón Flor, Florcita, Florencia –dijo con tono burlesco. Una mujer rubia que desde el umbral de la puerta de la cocina comenzó a encaminarse para entrar en ella.

Florencia se giro para ver a la persona que le había hablado. Esa mujer solo rio con malicia al ver a Flor en el suelo.

-Me encanta como se ve el sucio con el sucio -admitió ella- , me alegraste el día Florencia.

-¿Qué Queres bruja?, no se porque no te quedaste en tu cueva –insulto Flor con total tranquila a la rubia.

-Jaja, debo admitir que eres muy directa Florencia –dijo ella con un tono de voz tranquilo.

-No soy directa, solo digo lo que veo –confeso ella.

-Divertida como siempre. ¡Oye Flor!, debes tener calor ¿Verdad? –pregunto ella con un tono de voz infantil.
-Bueno bruja, ahora que lo decis la verdad si. Me estoy sofocando de calor -confeso de nuevo Flor- , pero no me puedo mover porque vos me dijiste que no lo hicieras, ¿Por qué lo preguntas? –interrogo Flor a la rubia.

-Por nada, simple curiosidad –sonrió con picardía.

Flor continuo con lo su yo, es decir, limpiando el piso de la cocina ya no le faltaba mucho; se veía que pronto terminaría. El descuido de Flor lo aprovecho aquella mujer rubia para tomar con sus manos el bote de agua que ella tenia para limpiar la cocina. Esta lo levanto con cuidado y toda el agua que aquel recipiente contenía se la vacio a Flor.

-¿Pero, a vos que te pasa? –preguntaba Flor molesta mientras se levanta del suelo.

-¡Ups!, lo siento Flor. Pensé que te hacia falta un bañito –dijo con sarcasmo la joven.

-Vos queres jugar con fuego, ¡Perfecto!, te vas a quemar –el pañuelo que tenía entre sus manos se lo metió en la boca a la rubia- .Así dejas de echar tanto veneno que tenes. ¡Ups! Yo también lo siento pensé que necesitaba callarla señorita Mía Marina –imitando la voz de Mía Marina, en forma de burla hacia ella.

La rubia hablaba pero debido a que tenia aquel pañuelo dentro de su boca, no podía ser entendida por Flor, quien reía felizmente. Mía Marina al verse de esa forma se fue corriendo dejando de nuevo sola a Flor en la cocina.

-¡Váyase a su cueva de bruja, eche su veneno allá! -le grito con fuerza Flor, quien no dejaba de reírse- Como me gusta esta navidad –finalizo Flor, incorporándose a lo que estaba haciendo hace momentos atrás de ser interrumpida por Mía Marina.

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Ya había caído la noche. Todo se veía espectacular en el “Parque Flores Amarillas”, los arboles eran adornados por luces de colores, la fuente tenia también esas luces y aquel gran árbol navideño de casi dos metros se veía hermoso con las luces, bambalinas, entre las cosas que tenia pero solo faltaba que aquella estrella se encendiera y iluminara todo el lugar con su luz.

Los niños se encontraban sentados en el césped mirando la fuente que tenían enfrente, mientras otros jugaban. Unos como Ita y Goku planeaban la broma perfecta para Mía Marina y por supuesto Tea. El césped estaba cubierto de pétalos rojos.

En ese lugar se hallaban Nabi y Joey. Los dos estaban abrazados pero el rubio veía mas adelante con sus ojos cafés claros a Mai quien bailaba con Tristan (había música para que las personas se relajaran, bailaran, entre otras cosas). Eso lo hacia estar realmente celoso.

-¿Qué hace, mi bella Mai con Tristan?, hay Tristan, compadre te matare. En esta navidad abra un muerto y no seré yo –pensó rabioso Joey. Abrazando con fuerza a Nabi, al punto de asfixiarla.

-Jo-ey me as-fi-xi-as –lograba decir Nabi, apenas al fuerte abrazo de Joey.

-¡Lo siento! –exclamo el joven, soltando a Nabi sin prestarle mucho atención.

-¡Bruto! –grito ella molesto mientras tocia.

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Bailaba a gusto Mai con Tristan, sin apartar su vista de donde estaban Joey y Nabi pues no quería dejar de observarlos pero lo hacia con la mayor discreción posible para que el moreno no se diera cuenta de nada.

-¿Cómo te la estas pasado Mai? –preguntaba el moreno mientras pegaba su cuerpo mas al de Mai.

-Bien querido –le respondía la rubia sin prestarle atención.

-¿En que estará pensando Mai?, me pregunto: ¿Estaré traicionando a Joey?, claro que no. El se buscó lo que le paso, por dejarla sola –pensó seguro de si el moreno.

-¡Estúpido Joey!, le daré celos con Tristan para que aprenda la lección. Yo se que en el fondo se esta muriendo por mi -pensaba con una sonrisa picara la joven mientras bailaba con su acompañante.

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Mientras Flor, ya no tenia mas nada que hacer en el orfanato. Todo estaba impecable, el lugar relucía de lo limpio y de lo bien decorado que estaba. Solo hacia falta que la cenicienta se fuera a tomar un baño y se vistiera para transformarse en una princesa hermosa. Pella ella, se quedaba en la sala, un rato pues prefería jugar un poco a imitar a Mía Marina ya que eso le divertía y se desahogaba de todo lo que hacia la “bruja”.

-¡Soy la señorita Mía Marina!, la bruja que atormenta a la estúpida de Florencia y sus chicos. ¡Bakura, Ingrid, Tráiganme un poco de vino, tengo sed! -ordenaba Flor como si fuera Mía Mariana- .Esa bruja come moco, bruja salida de los mas feos lugares con su aprendiz mosca verde de Tea –inventando insultos hacia Tea y Mía Marina.

Saliendo de la entrada de la cocina, llegan dos elegantes y bien vestidas señoritas hacia la sala. Se acercan a Flor y se quedan escuchando todos esos insultos que ella inventaba hacia las dos brujas.

-“Como la odio” –pensaron al unisonó las dos señoritas.
Flor sintió las dos presencias que tenia detrás de ella, así que se giro y se encontró con las personas que por desgracia insultaba.

-¡Hola chicas! –sonrió con cierto nerviosismo.

-Florencia, quería yo, en particular decirte algo importante –dijo una de las señoritas, que tenia unos hermosos ojos azules como el mar y un corto cabello castaño claro. Flor se intereso por saber, que decidió preguntar:

-¿Qué es eso tan importante, que debes decirme? –manteniendo su mirada fija en la de ojiazul.

-Pues...no seria capaz de decírtelo, que se encargue Mía Marina de ese privilegio –puntualizo la joven cabello castaño.

-“Gracias Tea” -replico con sarcasmo la rubia- .Lo que quiso decir Tea, es que no puedes permanecer un segundo en este orfanato y debes mantenerte alejada de los chicos, no los veras mas nunca –le explico ella a la cenicienta de hermosos bucles.

-¿¡No es cierto!? -renegaba ella moviendo su cabeza hacia los lados- .Bruja deja de decir tonterías por una vez en tu vida y deja de amargarme la existencia, por lo menos hoy que es navidad.

-Es verdad Flor, lo que dice Mía Marina -aseguro la otra joven- .Y lo mejor de todo es que no veras mas a Yami, el por fin será mío –se sintió feliz por eso la ojiazul.

-Si es por el, yo soy capaz de renunciar a su amor, a todo pero no se me separen de mis chicos -suplicaba una Flor realmente triste- ¡Se los ruego!

-Jajajaja, así te quería ver pero lo que pasa es que si no te vas ahora florcita -fingiendo una cara triste- , todos esos niños que tu amas y están en tu odioso parque flores amarillas, ¡BAM! Morirán haciendo una bonita explosión en el cielo y sabes que soy capaz de hacer eso -declaro la rubia. Flor sabia que era mejor no retarla pues ella era capaz de eso y mas, pues no le importaba la vida de nadie.

-Debes creer cada cosa Flor porque es verdad –agrego Tea, burlándose de Flor.

-Esta bien, me voy -con resignación y toda la impotencia que sentía Flor, era lo mejor que podía hacer-, me voy para que puedan cumplir sus ideales. ¡Y ojala! algún día su corazón deje de estar tan marchitado y puedan ser felices sin hacer tantas trampas sucias. Iré a buscar mi ropa –término por decir la triste florcita.

-Aquí la única que esta sucia eres tú –dijo Tea mientras apuntaba con su dedo índice a Flor, la cual se hallaba realmente llena de sucio.

-Y la ropa, tu solo tienes esa Flor y te sienta bien el sucio. Además toda tu ropa se rompió misteriosamente –finalizo con una gran carcajada llena de maldad la cual también acompaño su amiga Tea. Ambas decidieron irse y dejar sola a la anterior feliz Florencia.

-Chicos, perdónenme pero los tengo que dejar -con un tono de voz afligido. De sus ojos salieron lágrimas saladas, mojando todas sus mejillas- .Me duele tanto renunciar a ustedes y... a Yami porque la verdad yo lo amo, aun así no me puedo arriesgar –concluyo para luego marcharse por la puerta de salida del orfanato.

La joven de ojos mieles en verdad se hallaba triste pues no era fácil para ella alejarse de sus chicos, que era lo mas importante en su vida, por ellos vivía, moría y revivía.

Pero lo que ella no sabia, era que alguien había estado escuchando todo lo que dijo y sin querer le rompió el corazón a esa persona. Cuando salió del pequeño árbol de navidad en donde había estado escondido. Se dejo ver un niño de estatura baja, con grandes ojos negros los cuales estaban llenos de incontenibles lágrimas.

-Se va, no podre decirle lo que siento, nunca lo va a saber. No escuchara mi canción y aunque supiera todo lo que siento por ella, esta enamorada de Yami -dijo con melancolía el pequeño niño- .Se va mi niña amada –fue lo único que pudo decir, ante el eminente dolor que sentía.

El niño estaba muy triste pues el amaba a Flor, era su primer amor y para el, esa extraordinaria joven lo era todo. Pero al saber que ella se iba y no volvería mas, lo hacia sentirse arrepentido de no poderle a ver dicho cuanto la amaba. Y lo entristecía el que ella no se hubiera pedido despedir de el, dejándolo ahí con todo ese amor.

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En el “Parque Flores Amarillas”, Joey se encontraba celoso. Al ver a Mai con su mejor amigo, así que decide bailar con Nabí con la intensión de darle celos a Mai; cosa que lograba. Ambos enamorados los cuales estaban con las parejas equivocadas se miraban con odio. Mientras Tristan y Nabi se observaban bastante embobados, el uno con el otro.

-¡Estúpido Joey!, dándome celos con Nabi. A mi me da igual lo que haga con ella –pensaba Mai con una cara roja.

-No me había dado cuenta de lo lindo que es Tristan –pensó la joven acompañante de Joey, con una mirada embobada.

-Mai cree que me da celos con Tristan, ¡Por favor!, me da igual lo que haga –pensaba el rubio mientras bailaba con Nabi y miraba con celos la parejita (Mai y Tristan).

-Nabi, Nabi, Nabi, Nabi, Nabi –pensaba el moreno el nombre de la acompañante de Joey.

-No sabes lo mucho que te amo Tristan –le decía Mai al moreno mientras lo besaba con pasión.

-Así, pues yo amo mucho a Nabi -gritaba Joey para que fuera escuchado por Mai- tanto que...

El rubio hace lo mismo que hizo Mai hace un momento, besa a Nabi. Los dos solo querían darse celos, cosa que lograban cada vez más. Mientras Nabi y Tristan estaban sorprendidos por la reacción de ambos.

-¡Te amo Nabi! Porque tu si eres fiel, no como otras –decía Joey gritando con la intención de que Mai escuchara.

-Pues si. Tristan ¡Te amo!, me he dado cuenta de eso. Porque tu si eres un hombre y sobretodo fiel, no como otros –grito con molestia Mai.

El joven de ojos cafés claros, aparto de su lado con delicadeza a Nabi. Dio unos cuantos pasos hacia donde estaban Mai y Tristan bailando, con molestia dijo:

-¿Qué es lo que te pasa conmigo Mai^? –pregunto molesto el rubio.
La rubia hizo lo mismo que su amado tormento, aparto de su lado con cuidado a Tristan. Dio unos cuantos pasos y se coloca enfrente de Joey. Con tranquilidad respondió:

-Nada, yo estoy bien. ¡Eres tu el que anda fastidiando! –contesto ella con descaro.

-No te ando molestando, eres tu la que anda con “mi compadre”. Cuando en realidad me amas a mi catira –declaro Joey con una sonrisa picara.

-Primero: nadie te dio permiso para que andarás diciéndome catira y segundo: no me muero por ti, no te amo –mintió ella.
Aprovechando que los dos tortolitos andaban peleando, Tristan se acerco a Nabi con una bonita rosa roja entre sus manos y le susurro al oído:

-No me había dado cuenta lo bonita que eres.

-Y yo no me había dado cuenta de lo guapo que eres –contesto con picardía, recibiendo la rosa que le entregaba el moreno.

-Entonces vayamos a descubrir la nieve, a santa y lo bien que puedes llegar a besar tu, preciosa –finalizo Tristan, con una voz llena de sensualidad mientras tomaba la mano de la chica.

-Acepto -agrego ella- .Siempre y cuando me hagas descubrir todo eso y más –acepto ella la invitación que le hacia el joven.

Ambos se fueron tomados de las manos, dejando los tortolos enamorados que siguieran con su discusión. Pues a ellos no le interesaba como iba a terminar la misma.

-¿Dónde están Tristan y Nabi? –pregunto Joey, finalizando con la discusión que tenia con la rubia.

-De seguro se fueron por tu culpa –sentencio ella con amargura.

-No. No. No. No fue mi culpa -aseguro el, moviendo los brazos- .Fue tu culpa –le dijo, sonriendo retadoramente.

-Mi culpa, Joey ¡Eres un idiota! –grito molesta Mai. Había estallado, tenia toda la cara roja como un tomate.

-Soy un idiota que te ama –agrego el. Acercándose más a Mai.

-Y yo soy mas idiota porque también te amo –concluyo ella.

-Yo seré mas idiota porque me arriesgare a besarte –termino el, dándole un beso lleno de pasión en los labios a la joven.
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En las calles solas y frías de cuidad Domino caminaba Flor, hace minutos atrás estaba feliz porque era navidad y se supone que es para divertirse. Ahora pensaba que por haberse ido sin decir nada, arruinaría la navidad de los más pequeños; pero si iba al parque podría arriesgar la vida de sus chicos y no quería que les pasara nada malo.

-Mis chicos me van a odiar cada día de sus vidas. Si tan solo supieran las razones que me obligaron a marcharme -se decía así misma con tristeza- ¡Arruine la navidad de todos ellos! –exclamo ella con tristeza.

-Si piensas de esa forma y te vas entonces si arruinaras la navidad de esas personas que te quieren, pero si te quedas nada de eso ocurrirá –dijo la voz dulce de una joven que se encontraba detrás de la muchacha triste.

La joven de bucles castaños rojizos decidió darse la vuelta para ver a la joven que le había hablado con esa dulce voz. Se quedo sorprendida de ver la, le dijo con sorpresa:

-¿Tu? –dijo observando con sus ojos mieles llenos de sorpresa a la joven.

-¿A quien mas esperabas? –le dijo la joven con sarcasmo.

-Bueno, en realidad esperaba a cualquier persona menos a ti. Angiiru –respondió ella con la misma sorpresa.

-Vine porque hay una persona que se moriría si te vas –dijo ella con una voz triste.

-¿A quien te refieres? –pregunto Flor con curiosidad.

-Mi hermano. Te pido que vayas al parque ¡Por favor! –suplico la morena a Flor.

-Yo...no puedo –dijo Flor bajando la mirada.

-Si puedes, no debes tener miedo. Nada malo pasara –aseguro la chica, con una gran sonrisa en sus labios.

-No voy arriesgar la vida de Ángel ni la de mis chicos. Tu no sabes como es ``la bruja y su amiguita´´–replico ella con ironía.

-Pero tienes que ir... –insistió la morena clara.

-¿Por qué me pides que vaya? –pregunto confundida una Flor.

-Porque...
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En el “Parque Flores Amarillas”, todos se divertían a su modo. Pero dos niños pensaban en una perfecta broma que no podía fallar, sin embargo, ellos no estaban solos. Se hallaban acompañados de dos hermosas señoritas las cuales escuchaban atentas lo que los chicos le pedían que hiciera mientras que el otro niño que también los acompañaba solo escuchaba con tristeza lo que decían sus amigos.

-¿Entendieron el plan? –pregunto la niña de cabellos rosas.

-Si, pero nos tenemos que darnos prisa...yo tengo hambre –susurro el niño de cabellos negros puntiagudos.
-Siempre es lo mismo contigo –agrego con ironía la pequeña.

-Su plan es perfecto niños -intervino una joven pelirroja- ¡Ahora si les daremos una lección! –exclamo con malicia.

-Ya era hora de hacerlas pagar –dijo con enfado. Una joven de cabellos rubios y ojos esmeralda.

-¿Y tu?, ¿Ángel, no nos vas ayudar con la broma? –le pregunto la niña. Girando su mirada hacia donde estaba un pequeño sentado en el suelo.

-No, prefiero quedarme –respondió con tristeza el infante.

-De acuerdo, como gustes –dijeron todos ellos mientras se marchaban.
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Entraban en ese mismo parque dos malvadas pero bellas mujeres. Una de ellas dirigía una mirada fría y llena de odio hacia todos los pequeños que esperaban ansiosos para ver a Flor y a santa, mientras que la otra solo trataba de imitar lo que hacia su amiga.

-Lo haces muy bien Tea, muy bien –decía con satisfacción la joven de mirada fría y odio.

-Si, he aprendido mucho de ti Mía Marina –admitía, con una sonrisa fingida la joven de ojos azules.

-Solo falta por hoy, arruinar la navidad de estos enanos. Pobrecitos, cuando se den cuenta que su querida Florencia no vendrá –con una voz llena de satisfacción.

-Se pondrán muy tristes y ahora Yami se fijara más en mí. Ya que la odiosa de Florencia no estará –dijo con una voz y mirada llena de odio.

A pocos centímetros de ellas, se presento una pequeña niña de cabellos rosa, ojos rojizos. Levantando su mano en forma de saludo y les gritos:

-¡Hola brujas! –saludo con entusiasmo.

-Esa enana, moco... –dijo con enojo y sin terminar su frase la rubia

-¿Qué quieres? –le pregunto con molestia la joven de cabellos castaños.

-Ustedes saben lo que quiero brujas –le dijo sacándole la lengua a las dos en forma de burla.

-Ahora veras –dijeron las dos jóvenes al unisonó.

Se echaron a correr detrás de la pequeña. Solo que se detuvieron al tropezar con una rama de un árbol que estaba en el suelo. La niña aprovecho para detenerse y reírse de las dos afectadas.

-Ustedes pensaban que eran más hábiles que yo –decía la pequeña con un tono burlesco.

La rubia y la joven de cabellos castaños se levantaron del suelo. Se miraron pues querían saber que estaban bien pero al mirarse la una a la otra, se dijeron:

-Esta sucia señorita –decía una sorprendida Tea.

-No -decía una incrédula Mía Marina- .La sucia eres tú, tienes la cara llena alguna porquería –aseguraba la rubia con una cara llena de asco, al ver a su amiga.

-Claro que no –afirmaba Tea.

-Claro que si –decía con toda seguridad Mía Marina.

-Jajaja -reía la pelirosada- .Les diré algo, ambas están sucias -intervenía la niña risueña en la discusión de Mía Marina y Tea- , ambas huelen mal y porque razón, porque tienen estiércol en la cara –termino de decir la niña risueña mientras se marchaba del lugar.

-La matare –dijeron enojadas las jóvenes. Echándose a correr detrás de la niña.
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Dos jóvenes conversaban a gusto observando la hermosa fuente que estaba adornada con las luces y se preguntaba ¿Por qué la estrella navideña del árbol no estaba encendida?, hablaban sobre las personas mas importantes para ellos.

-¿Ya te olvidaste de Angiil, Kaiba? –preguntaba con curiosidad el joven de cabello tricolor al ojiazul.

-Claro que no. El amor que siento por Angiil es eterno y ella se quedara aquí... –afirmo el, llevándose su mano derecha a su pecho.

-¿Entonces, que significa Angiiru en tu vida? –volvió a interrogar el joven de cabello tricolor al millonario.
-La mujer que ahora debo amar, porque el destino lo escribió así Yami –aclaro el ojiazul.

-Pero... ¿Kaiba, que le pedirías tu de deseo al hada de la estrella de navidad? –pregunto Yami. Mirando con curiosidad la estrella de navidad que estaba apagada.

-El hada de la estrella que dice Flor, que si le pides un deseo con el corazón ella te lo cumple. Mmm...Pues yo le pediría que Angiil volviera a mi lado –dijo con tristeza Seto.

-Sabes que eso no puede ser, por eso Angiiru entro a tu vida; ¿Oye, me pregunto porque la estrella esta apagada? –se preguntaba Yami sin apartar su vista de la estrella.

-No lo se, de seguro es que no la han querido prender aun hasta que sea veinticinco de diciembre. Pero ahora yo te pregunto a ti ¿Por qué no estas vestido de santa?, sabes que decepcionaras a muchos niños –declaro Seto.

-No voy a engañar a esos niños con ese Santa Claus que no existe –aseguro un Yami, un poco molesto.

-En eso si tienes razón, de que ese viejo gordo no existe -acepto el joven de cabellos castaños- .Aun así, los niños creen en el y son pequeños debes hacerles creer en esa fantasía –agrego.

-No Kaiba, no voy hacer yo el culpable del dolor de esos niños cuando sean grandes y descubran que han vivido creyendo una mentira –manifestó un Yami seguro de si mismo.

-Bien, esta bien cambiando de tema, ¿Cuántos besos le diste a mi angelita de los infiernos? –pregunto un molesto Kaiba pues Angiil había sido novia de Yami por mas tiempo que de el.

-Pues yo que me voy acordar -contesto con un tono burlesco Yami-.Aunque debo decirte que Angiil besaba muy, pero muy bien –termino de decir con una sonrisa picara el joven de ojos violáceos.

-Así que besaba bien, muy rico ¿Verdad? –decía con una sonrisa fingida Kaiba mientras sacaba con su mano agua de la fuente.
-Muy bien, muy rico –respondía Yami con aquella misma sonrisa.

-Pues -lanzándole el agua que había sacado de la fuente en la cara a Yami- ¡Despierta de tu fantasía! –grito molesto el millonario.

-¿¡Pero...que te pasa!? –grito un Yami molesto mientras se limpiaba con sus manos su cara.

-Es que quería quitarte la cara de imbécil que tenias, pero la verdad, siempre la vas a tener. ¿Sabes?, ahora hablando de quien besa mejor debo decirte que Florencia ¡Besa exquisito! –exclamo victorioso Seto.

-Así que te gusta como besa mi florcita –dijo con molestia el joven de cabello tricolor mientras sacaba con su mano agua de la fuente.

-Si, no te voy a negar que me gustaba como besa –decía Kaiba, con una sonrisa victoriosa.

-A mi lo que más me gusta de los besos de mi florcita...es que todos los da y mes los da pensando en mí –concluyo, arrojándole el agua que tenía en su mano a Kaiba en el rostro.

-¿Oye, que te pasa? –pregunto sorprendido Kaiba porque Yami hizo exactamente lo mismo que el le hizo hace un momento.

-Es solo que me quería reír un rato y lo logre –contesto con un tono divertido Yami.

-Ahora veras –declaro un furioso Kaiba comenzándole a arrojar el agua de la fuente a Yami, quien también respondió con lo mismo.

Ambos iniciaron una guerra de agua. Los dos eran como el agua y el aceite, como perros y gatos, no duraban ni un segundo tranquilos pues siempre se querían andar matando. Se tiraban agua como si fueran enemigos mortales.

La batalla hubiera durado mas si no es porque una joven de cabellos rosas con reflejos rojos no los hubiera detenido en ese instante con ayuda de su acompañante y dos amigos mas que venían con ellos ¡Alabado sea el señor y esos cuatros!, porque si no hubieran aparecido entonces esos dos estarían todos mojados y refriados.

-¿Me pueden decir ¡Que diablos hacen peleándose, par de idiotas!?

–preguntaba furiosa una joven de cabellos castaños la cual jalaba con fuerza los oídos de los dos contrincantes.

-Es que el empezó... –respondieron al unisonó los dos jóvenes con lagrimas en los ojos pues la muchacha los jalaba con fuerza sus oídos.

-Jajajaja –se reía de los muchachos. La joven de cabellos rosas con reflejos rojos

-¿De que te ríes? –preguntaron los dos afectados al mismo tiempo.

-Se ríe de ustedes ¡Idiotas! –le respondió un joven de cabellos negros puntiagudos, quien tenia sus manos rodeando el abdomen de Yami para detenerlo y que golpeara a Seto.

-¡No soy un idiota! -exclamaron los dos al unisonó- , el es el idiota –se dijeron los dos apuntándose con el dedo índice.

-No repitas lo mismo que yo –le exigió el joven de cabellos castaños al de ojos violáceos.

-Fuiste tu el que repitió lo mismo que yo –replicó el joven de cabello tricolor.

-Claro que no.

-Oh, claro que si.

-Que no.

-Que si.

-¡Basta! -exclamo molesta la muchacha que tenia jalándoles las oídos a los jóvenes- ¡Compórtense como dos personas adultas y maduras! –termino diciéndoles jalándole con mas fuerza los oídos a los jóvenes haciendo que ellos gritaron con intensidad.

-Ustedes son las personas mas inmaduras que he conocido, nadie los supera –decía risueña la pelirosada con reflejos rojos.

Pasaba por un lado de ellos, una bonita pareja bastante extraña. Los dos tenían unos animales muy curiosos. El joven de cabello plateado tenia como mascota un perro blanco de juguete al cual le llamaba “Saltin” y la joven que lo acompañaba, era de cabello negro lacio con ojos azules y tenia como mascota a un loro.

-Saltin, eres hermoso hijito –decía con admiración el joven de cabellos blancos acariciando la cabeza de su perro, dando saltitos.

-Yo te quiero a ti Bakura –decía embobada la joven ojiazul.

-Y yo tengo hambre –intervino molesto el animal verde.

-Corrijo lo que dije, ellos son las personas más inmaduras y extrañas que he visto en mi vida –dijo sorprendida la joven peli-rosada con reflejos rojos.

-¿Qué hacen aquí Bakura, Ingrid y sus....animales? –pregunto confundido un joven mas bajo que Yami, de cabello tricolor igual que este que tenia sus manos rodeando el abdomen del mismo para que no peleara con Seto.

-Vine a pasar un momento con mi hijo –respondió un Bakura que solo acariciaba la cabecita de su cachorro.

-Vinimos a pasarla todos juntos –agrego una Ingrid molesta.

-El no te quiere, el no te quiere –intervino el loro nuevamente.

-Te podrías callar –dijo ella amenazante.

-Te podrías callar –repitió el loro.

-Deja de repetir lo que digo –ordeno la ojiazul.

-Deja de repetir lo que digo –repitió el loro nuevamente lo que dijo ella.

-¡Soy un caso perdido!, –exclamo ella.

-¡Tú eres un caso perdido! –dijo sonriente el loro

-Ahora cambias las cosas porque no te conviene decirte así –dijo ella molesta.

-Pues claro –acepto el animal hablador.

-Te vez muy bien Anelys –le dijo Bakura tomando las manos de la joven peli-rosada con reflejos

-Gracias –agradeció ella apenada por el alago.

-¡Oye! -exclamo un Yugi celoso mientras dejaba de rodear con sus manos el abdomen de Yami, suelta las manos de mi novia –le exigió Yugi a Bakura mientras apartaba sus manos de las de Anelys.

-¿Tu novia, desde cuando? –pregunto una confundida Anelys.

-Yo...no dije...yo quise amiga -titubeaba nervioso Yugi-...yo dije amiga –termino de decir con una respiración agitada.

-Les están montando los cuernos en su cara –dijo con burla el pequeño loro.

-¡Cállate! –exigieron al unisonó Yugi y Ingrid al hablador animal.

-Claro que no, Anelys es parte del pasado. Ahora solo tengo ojos para mi saltin...y Ingrid -aseguraba Bakura- ¿Quieres salir conmigo Anelys, sabes que te amo? –le preguntaba a Anelys, susurrándole al oído.

-Emm...no Bakura, no tengo crema que sirva para tu cabello –respondió ella nerviosa a la pregunta de Bakura

-¿¡Bakura usa cremas!? –preguntaron y gritaron en coro todos sorprendidos.

-¿Yo uso cremas? –se preguntaba confundido Bakura.

-Si, acuérdate que eres un hombre que te gusta mantener tu cabello sedoso –contesto ella con una sonrisa ocultando lo nerviosa que estaba.

-¿Enserio? –le preguntaba Bakura a la joven peli-rosada con reflejos rojos.

-Si claro –respondía ella.

-Anelys tiene una blusa muy fea –le dijo el loro con burla a la muchacha. Ella se sorprendió ante tal comentario.

-¡Ahora veras loro! –exclamo furiosa Anelys.

-Cálmate Anelys, estamos en navidad –le pidió el moreno que tenia rodeando con sus mano el abdomen a Seto.

-Al diablo con que sea navidad, hoy comeremos lorito –replico ella molesta.

-¡No me mates!–pidió el pequeño lorito llorando tomando un color pálido.

-Bueno si hay guerra entonces que se maten estos dos –dijo el joven moreno soltando a Seto.

-Ya era hora -dijo con molestia el millonario- .Tenemos una platica pendiente –le dijo a Yami enfocando su mirada llena de odio en los ojos violáceos del muchacho.

-Tienes razón, ahora veras Setito -dijo Yami mientras lanzaba su mirada mas asesina- .Pensándolo mejor, mejor no –finalizo Yami retirándose del lugar.

-¿Qué le pasa a este tipo? –se preguntaba Seto en su mente.

Mientras Seto pensaba eso, nuestros demás amigos comenzaron a lanzarse agua de la pobre fuente como si tuviera culpa del comentario que había dicho el pequeño animalito. El cual solo decía:

-Ingrid susurro eso, yo solo soy un loro repito lo que oigo –afirmaba el lorito mientras era estrangulando por Anelys.

-No te creo pequeño insectito, ya no te sientes tan poderoso –le decía Anelys con una rostro lleno de malicia.

-Nunca me meteré con Anelys, ella se parece a mi hermana de mala –aseguraba Bakura aterrorizado por la escena que veía.

-Yo nunca la traicionare –prometía Yugi.

-¡Me encanta!, al fin este loro sirve para algo y gracias a el Anelys lo mata a el y no a mi –pensaba Ingrid con una sonrisa nerviosa.
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Mientras tanto la niña peli-rosada había logrado llevar a Mía Marina y Tea hacia uno de los sitios lleno de césped del parque el cual se hallaba desolado, ni una solo alma andaba por ahí. Solo ellas nada más. Misteriosamente la pequeña niña desapareció del lugar dejando solas a las dos jóvenes. La joven ojiazul l dice a la rubia:

-Estoy asustada, ¡Tengo miedo! –confesaba escondiéndose detrás de Mía Marina.

-Yo estoy sorprendida, al ver tal idiotez de tu parte –decía ella molesta.

De repente del cielo azul oscuro cayó un líquido verde sobre las dos jóvenes las cuales estaban más que indignadas por todo lo que les había ocurrido desde que entraron al parque.

Arriba en el cielo se podían ver dos hermosas hadas una de rubia con ojos verdes esmeraldas y otra, pero pelirroja con ojos azules-violetas. Ambas se reían de las desgracias de las dos jóvenes que estaban debajo de ellas.

-¡Que tontas son!, son unas excelentes payasas Ami –le decía la rubia con todo burlesco a su amiga.

-Las mejores que allá visto, debo confesar Esmeralda, ¡Que ofrecieron una gran show! –admitió con una sonrisa burlona la pelirroja.
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-¿¡Que ice yo para merecer tanto castigo de Dios!? –se pregunta Tea mientras elevaba sus manos al cielo.

-¡Estúpida, no es dios, es esa mocosa infernal! –exclamaba furiosa la rubia ante la broma de la pequeña.

-¡Exacto! –decía una vocecita burlona mientras aplaudía.

-Esa voz...

La rubia y la ojiazul se giraron en dirección donde provenía la voz y se encontraron con la pequeña de hace un momento pero acompañada de un niño de cabellos negros puntiagudos quien tenia sobre su hombro una araña.

-Esa araña....-dijo con resentimiento la ojiazul pues recordaba esa araña perfectamente.
-Esos enanos de... –decía indignada y con voz fría la rubia. Al ver a los pequeños.

-Ya se que somos muy famosos pero tampoco es para tanto –con un tono burlesco.

-Pues somos famosos Ita y eso me gusta. Pinky es feliz... [1...] –decía sonriente el niño de cabellos negros puntiagudos.

-Hay enanos, como voy a disfrutar arruinarles la felicidad que tienen ahora con la noticia que les tengo –anunciaba con deleite la rubia.

-¿De que hablas? –preguntaron confundidos los pequeños.

-Ella habla de que Flor se fue y ni siquiera de despidió de ustedes

-intervino Tea- .Y lo mejor, al fin Yami y yo seremos felices –agrego una Tea llena de felicidad.

-¡No les creemos brujas! -exclamaron enojados y a su vez melancólicos los niños- Flor no seria capaz de dejarnos –pensaba los infantes creyendo en Flor.

-Niños -los llamo la pelirroja- .Ellas tienen razón Florencia se ha marchado –confirmaba la muchacha.

-¿Pero...porque? –preguntaba una confundida Ita.

-Es lo que no sabemos, pero Flor nos dijo que ya no volvería más y que se iba para siempre. Nos pidió no decir nada pero... ellas dicen la verdad –admitía con resignación la rubia.

-Lero, lero. Los dejo Florencia y se fue –decía con verdadero deleite la rubia, le encantaba ver sufrir a los pequeños.

-¿Oigan, pero ustedes con quien están hablando? –preguntaba confundida Tea.

-Con nadie que te importe –respondió de mala manera Ita con lágrimas en sus ojos rojizos.

-Son haditas o guardianas...como sea. Que ustedes no pueden ver porque tienen el corazón podrido de odio –confeso el niño de cabellos negros puntiagudos tratando de no dejar escapar lágrimas de sus ojos negros.

-Ahora hay haditas aquí -decía con tono burlesco la rubia-¡Que idiotas son!, se les pego lo Florencia.

Los dos niños no pudieron soportar más. Era demasiado para ellos, no era fácil recibir una noticia de esa magnitud, eran niños y era lógico que les doliera. Además, ellos adoraban a Flor y por su inocente cabecita solo pasaba “Porque te fuiste Flor”; era cruel el destino con los pequeños e incluso con la misma Flor.
Pero no había la menor duda que todo era culpa de: <<Mía Marina>>. Ella como siempre detrás de todo lo malo y todo aquello que la hacia ser feliz. Las dos hadas desde el cielo, molestas por la risita burlona de Mía Marina y la risita “imitando a Mía Marina” de Tea provoco que ellas le lanzaron pétalos de rosas rojos que le producían alergia y erupciones las jóvenes.
-¿Por qué nos castigas Dios? –se preguntaban las muchachas rascándose el cuerpo.
-¡Que tontas!, pero algo si debo decir las dos están castigan porque se han portado mal en esta navidad, ¿Acaso no ven los colores?, verde y rojo, los colores de la navidad ¡ES NAVIDAD CHICAS!-explico la risueña pelirroja.
-Y sin mencionar, que la sustancia verde tenía pulgas –le susurraba la rubia a la pelirroja.
Las dos hadas se quedaron riéndose con gozo de las dos jovencitas que salieron corriendo a toda prisa del lugar.
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[Melodía de fondo: Niña amada (Balada)]
[Artista: Salserin]
[Voz: Cisco (Ángel)]
[Voz: Fabio Di Tomasso (Yami como santa)]
En la fuente. Delante de todos los niños estaba Ángel con un micrófono entre sus manos, una suave melodía sonaba en todo el lugar, relajando a todos los presentes. El pequeño a cantar su tan anhelada canción, su voz era suave.
[2...]

(Estrofa)


Tu te vas sin decir nada,
tu me alejas, me abandonas
yo te iba a confesarlo
iba a hacerte sincero
y ya no puedo hacerlo.

Tu no sabes que te pienso
y yo se solo lo que siento
y ahora me arrepiento no
haber dicho te quiero
decirlo a grito entero...

(Coro)


Y el corazón, se me destroza de nada
por la razón de que te vas niña amada
lastima que no te quedaras, para decirte cuanto te amaba...

Entre los niños salió santa, es decir, Yami quien traía un micrófono de manos libres para que se le facilitara el cantar y el tener sus manos desocupadas. Camino hacia donde estaba Ángel colocándose aun lado de el. Comenzó a cantar la siguiente parte de la canción:

(Estrofa II)


Tu no sabes que te pienso
y yo se solo lo que siento
y ahora me arrepiento no
haber dicho te quiero
decirlo a grito entero....


Ambos cantaron juntos el hermoso coro de la canción, mientras los niños aplaudieron un poco melancólicos.

(Coro)


Y el corazón, se me destroza de nada
por la razón de que te vas niña amada
lastima que no te quedaras, para decirte cuanto te amaba...

Y el corazón, se me destroza de nada
por la razón de que te vas niña amada
lastima que no te quedaras, para decirte que eres tu mi niña amada...
mi niña amada...... mi niña amada...

[Fin de la melodía de fondo]

-¿Santa?, ¿Qué haces aquí? –pregunto con curiosidad el niño.
-Cantar contigo es mi forma de pedirte mis más sinceras disculpas. Jojojo –contesto con alegría santa mientras cargaba el niño.

Entre los arbustos salió aplaudiendo con mucha alegría. Una joven de cabellos castaños rojizos llenos de hermosos bucles, sus ojos mieles reflejaban como siempre ternura. A pesar de hallarse llena de sucio, con hojas verdes en su cabello, cuerpo, no le importaba presentarse de esa manera en el lugar.

Ella se acerco hacia donde estaba el pequeño niño y Yami. Los dos estaban abrazados hasta que Yami decidió dejar de cargar al infante, se alejo lentamente de el y de la hermosa joven.

-Farolito usted... –pensaba la joven con tristeza.

-¿Flor, me escuchaste cantar? –preguntaba sorprendido el niño. Observando con sus ojos negros a la joven.

-Te escuche claro y fuerte, debo decir que salí perdiendo por estar en el lugar donde estaba –contesto ella risueña mientras se quitaba las hojas verdes.

Todos los niños se hallaban felices pues antes estaban tristes porque Ita y Goku les habían comentado que Flor se había marchado para siempre y que no volvería más. Al saber que todo era mentira o por lo menos eso creían se sentían felices y apunto de matar a los dos pequeños habladores rodeándolos en círculo.

-Es que ha nosotros nos dijeron eso, se los juramos –aseguro asustado Goku.

-Es verdad, ha nosotros nos han engañado –dijo Ita temiendo por su vida.

-Si claro –dijeron los niños con un notable sarcasmo.

-¡Chicos, chicos, calmados! -les gritaba Flor a los niños para que se relajaran. Todos ellos se giraron para mirar a la muchacha llena de sucio- .Debo decir que no regresaría para acá pero entendí que huir de los problemas no es solucionar nada, que huir por temor a arriesgarlos a ustedes no es la solución. Que no deseo arruinar su navidad. Y lo que puedo decirles es que los amo y son todo para mí –declaro ella con una sonrisa tierna.

Aparecieron detrás de los niños, las jovencitas llenas de aquella sustancia verde, esos pétalos rojos sobre la sustancia pegajosa. A pesar de que su rostro no se podía ver debido todo lo que tenían en la cara, la risa malévola de la rubia se hizo sentir interrumpiendo la felicidad de los niños, Flor y Ángel. Mientras que la risa tímida de Tea no opacaba la otra risa.

-¡Florencia! -grito con todas sus fuerzas la rubia. El grito hizo eco en el lugar asustando a los pequeños- , ahora si me las vas apagar de una buena vez por todas. Tea jala la palanca.

-No será la rama –corrijo la muchacha.

-¡Lo que sea, jálala! –ordeno ella exasperada.

-¡No jales, por favor!, No. No. No. No –suplicaba una Flor.

-¡Jálala Tea! –ordeno la rubia.

-De acuerdo señorita –obedeció la ojiazul mientras jalaba la palanca. Un grito desesperado salió de la boca de Flor acompañado de una frase:

-¡NO!

Solo que lo que tenía que pasar nunca sucedió. El plan de Mía Marina no resulto pues el tiempo se detuvo. Un polvo mágico cayó alrededor del parque con ello también la nieve. Todos ellos estaban paralizados menos Flor quien miraba confundida el lugar, no entendía lo que estaba sucediendo.

-¿Qué pasa acá? -preguntaba llena de confusión mientras las lagrimas dejaban de salir de sus mejillas- ¡Por favor, que alguien responda! -suplicaba ella sin embargo nadie respondía- me quede sola por arruinar la navidad de todos.

-Eso no es así –dijo una voz fuerte mientras aparecía la figura de un hombre vestido de rojo delante de ella.

-¿Farolito, como hizo eso? –pregunto intrigada Flor.

-No importa como lo ice lo que importa aquí es que eres una persona de gran corazón Flor –le contesto el con una sonrisa dulce en su rostro.

-Gracias -agradeció ella con un tono triste- .Pero yo arruine la navidad de todos, yo no quería que el odio que me tiene la bruja transcendiera para que tocara a mis chicos ni a nadie –aseguro ella con melancolía mientras lagrimas se posaban nuevamente de sus mejillas

-No. No. No. No. No, nada de eso pequeña -afirmo el mientras posaba un beso suave en su frente- .Eres muy grande y aquí en la tierra, traes la felicidad para todos por esa razón hare que todos olviden lo ocurrido.

-¿Qué extraño, usted nunca es tan cariñoso? -se preguntaba confundida ella. Cuando por fin había entendido- .Usted no es el farolito –manifestó sorprendida. El solo le sonreía.

-Jojojo, así es pequeña Florencia no soy el –confirmo el.

-Sos santa, si existes -dijo ella emocionada mientras lo abrazaba- .Entonces si vos sos santa ¿Donde esta don creidito? –pregunto confundida ella.

-Si volteas podrás encontrarte con la persona que amas –le propuso santa. Ella le hizo caso encontrándose con Yami sin la barba y el cabello falso de santa. El la saludo amistosamente:

-¡Hola florcita!

-Farolito ve que existe santa –le dijo ella sonriente.

-Si existe santa, tenias razón y la nieve esta cayendo al fin –acepto Yami mientras se quitaba el gorro de santa y lo tenia entre sus manos.

-¡Por supuesto están linda la nieve y es tan bonito que usted lo vea! –exclamo ella feliz.

-Y no solo es el -dijo una voz animada en el agua- .También existo yo –declaro mientras del agua de la fuente salía la figura de una hermosa hada con dos alas verdes. Tenía el cabello negro recogido en moño, ojos azules como el agua de esa fuente, tez blanca como la nieve. Llevaba un vestido rojo hasta las rodillas descotado. La estrella del árbol se encendió iluminando con su luz amarilla a los presentes.

El joven de cabellos tricolor ahora si se encontraba sorprendido y confundido, en todo lo que no creía estaba pasando, sus ojos veían a esa hada de la que no existía ninguna historia porque al menos de santa había historias y era creíble pero esa hada, el hada de la estrella. El nunca había creído especialmente en eso; pensaba que era un invento sacado de la cabeza loca de Flor la cual era un tanto imaginativa, pero era real esa hada estaba enfrente de el, no era una alucinación.

-No...puede...ser...sobre que el gordito existiera...tal vez...pero ella –titubeaba el muchacho lleno de sorpresa y sin creer que el hada estaba ahí.

-Sobre lo de “gordito”. Oí algo que dijiste que: ¡Que gordo estoy! .Quizás debo decir, ¡Que gordo es este santa! Porque para eso yo hago ejercicio para mantenerme en forma -imitando a Yami- .No te daré regalos por hablar mal de mi persona –le anuncio santa mientras le lanzaba su mirada asesina.

-¡Que pena, yo que había pedido cartas de duelos, ahora no las tendré! –dijo melancólico Yami.

-Eso le pasa don creidito por portarse mal –intervino Flor.

-Eran las cartas mas nuevas –dijo lamentándose por lo que había dicho.

-¡Hey! Soy yo el hada de la estrella, ya se que no soy tan famosa como santa pero préstenme atención –interrumpió el hada molesta.

-Es el hada... –finalizo Yami quien termino desmayado casi cayo al suelo pero Flor lo sostuvo del brazo.

-¡Don creidito! -pronuncio su apodo sorprendida- .Pero que le pasa porque se desmaya cuando ve las cosas que existen ¡Despiértese por favor! –le reclamo ella molesta al joven que aun seguía desmayado.

-Jajaja –se reían santa y el hada al ver a Yami desmayado.

-¿De que se rien? –preguntaba Flor.

-De nada –dijeron ellos al unisonó.

-¿Qué deseo me quieres pedir Flor? –pregunto el hada con una voz llena de enigma.

-Mi deseo es simplemente que todos seamos felices, quiero que las brujas dejen de tener el corazón tan lleno de odio –pidió ella.

-Tranquila de eso me encargue desde que llegue –afirmo ella sonriente.

-¿Cómo? –pregunto confundida ella.

-Ya lo veras. Cada persona que allá tenido un deseo puro de corazón se le cumplirá si cree fuertemente en mi magia y tu Flor tienes el corazón mas puro, me hace sentir muy feliz –dijo con entusiasmo mientras desapareció.

-Hadita no te vayas –suplico ella mientras veía que el polvo que dejaba el hada desaparecía.

-No te preocupes Flor, nosotros siempre estaremos contigo y con los pequeños, con todo aquel que crea en nuestra magia. Los regalos están listos para ser abiertos –dijo santa mientras desaparecía.

-¡Gracias! –finalizo sonriente Flor.

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En uno de los tantos arboles del parque estaba sentada sobre una de las ramas Anelys con su guitarra entre sus manos pues se hallaba tocando y cantando una dulce tonada que hacia eco en el inmenso boscaje.
[Artista: Chiquititas 2006] – [Canción: Por una sola vez]
Quiero decir mamá
Quiero sentir que está
Que no me la inventé.

Quiero saber como es
Tal cual yo la soñé
Y preguntar porqué: No se dejó querer

Mamá, no dejes de soñarme
Mamá, no intentes olvidarme
Mamá, yo soy tu milagrito
Yo sé que volverás
Mamá, te necesito

-Papa, mama, abuela... –susurro ella.

Ante ella apareció una luz cegadora provocando que ella se llevara sus manos hacia su cara. Cuando la luz desapareció pudo visualizar las figuras de tres personas conocidas las cuales eran iluminadas por una luz blanca.

-¡Feliz navidad hija! –exclamaron las tres personas.

-Feliz navidad mama, papa, abuela... –dijo con tristeza la joven mientras que ellos desaparecían.

-Cantas muy bien –afirmo una voz entre las ramas del árbol.

-Esa voz...-susurro Anelys mientras dirigía su mirada hacia arriba de las ramas encontrándose con la sonrisa y la mirada dulce de un joven de cabello tricolor- Yugi –pronuncio el nombre del joven con una sonrisa dulce.
-Anelys –pronuncio el muchacho el nombre de la joven mientras bajaba de las ramas para llegar hasta ella.

-¿Desde cuando estas ahí? –pregunto confundida ella.

-Eso no importa -suspiro- .Quería verte y decirte lo feliz que estoy de estar contigo, eres el mejor regalo que allá podido tener en esta navidad –revelo el muchacho.

-Yugi –pronuncio levemente el nombre del chico mientras gira su cabeza para no mirar a Yugi.

Cuando la muchacha vuelve a girar su rostro para ver a Yugi recibí un beso sorpresivo de él. Se deja llevar por el beso mientras apretaba con un poco de fuerza usando su mano izquierda la camisa del joven.
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Mientras en uno de los sitios lleno de césped se hallaba un joven ojiazul platicando a gusto con una joven de ojos vino tinto. En ese lugar del parque solo estaban ellos pues la mayoría de las personas se encontraban paralizadas en la fuente.

-¿Aun no puedes olvidar a Angiil?, ¿Verdad Seto? –pregunto con seriedad la joven.

-Nunca la voy a poder olvidar siempre formara parte de mi vida –aseguro el.

-Sabes para mi es mas triste que la persona que quieres este enferma porque todos los días sufres por ella en cambio cuando ya no esta es un dolor que pronto termina –manifestó ella.

-Estas equivocada porque al menos sabes que esa persona esta viva en cambio cuando esta muerta ya no la puedes ver mas y queda como un recuerdo que nunca podrás olvidar, un recuerdo que duele –afirmo el.

-Tal vez sea verdad Seto. Sabes que a la persona que más amo y quiero en esta vida es a mi hermano, ¿Tú tienes un hermano pequeño, verdad? –pregunto ella.

-Si Angiiru. Tengo un pequeño hermano menor, es muy buen hermano, lo quiero mucho –afirmo Seto.

-¡Que lindo! –exclamo ella con una sonrisa dulce.

-Pero mas linda eres tú Angiiru –declaro el mientras posaba un beso suave sobre su mejilla.

-¡Gracias! –agradeció ella mientras abrazaba al muchacho sonriente.
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Minutos después Yami logro despertar de su desmayo. Se levanto un poco mareado y sin creer lo que sus ojos habían visto. Ninguno de los dos (Yami y Flor) decían nada hasta que Flor rompe el silencio

-A pesar de ver todo esto no me cree ¿Verdad? –pregunto Flor mientras lagrimas saladas mojaban sus mejillas.

-Tú sabes que es difícil creer en algo que no vez o que no allá nada para hacerlo creíble pero ahora que la vi lo creo. Que existe el hada y santa también –confeso un poco mareado Yami.

-Porque la vio es por eso que creyó porque si no la hubiera visto no creería... –afirmo ella.

-Tal vez tengas razón pero lo que importa ahora es lo que sentimos los dos –interrumpió el cambiando de tema.

-Los que sentimos...usted siempre se va y me deja, sabe no siga porque duele –manifestó ella.

-Duele es no estar a tu lado -agrego el- .Sabes Flor, mi felicidad eres tu cuando tu eres feliz yo lo soy porque me contagias con esa alegría que tienes -revelo el. Flor se quedo sorprendida sin decir palabra alguna, tanto así que las lágrimas dejaron de mojar sus mejillas- Te quedaste muda. Cada lagrima que te ice derramar te la pienso borrar con cada beso que te de.

El joven de cabello tricolor beso con suavidad las mejillas, los ojos, la nariz, la frente de la joven mostrándole con cada beso, con cada caricia lo mucho que la quería.

-Farolito... –susurro ella.

-No digas nada –le pidió el colocando su dedo sobre sus labios para luego quitarlo.

El muchacho acerco sus labios a los de la joven. Ella movía su cabeza con lentitud hacia los lados pero eso no evito que el uniera sus labios con los de ella para darse el mas suave y dulce beso.

Un beso que no duro mucho así pues luego paso a ser un beso apasionado. Un beso que mostraba lo mucho que se necesitaban los dos enamorados.

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[Melodía de fondo: Más allá]
[Artista: Gloria Estefan]

Todos (menos dos personas) estaban reunidos en la fuente haciendo un círculo alrededor de la fuente, tomados de las manos. Aquellas dos personas terminaban de aclarar algo.

-Que bueno que tomes las cosas bien Ángel. Sos un buen niño –dijo la joven mientras posaba en un beso suave sobre la frente del niño.

-Claro, así soy yo Flor –afirmo el niño con picardía mientras le da un beso corto en la boca a la joven y se iba corriendo para unirse con los demás. Ella solo sonrió y también salió corriendo donde estaban los demás uniéndose en el circulo.

-¡Nieve y navidad, uhh! -gritaron llenos de felicidad.
​

[3...]

Cuando das sin esperar
cuando quieres de verdad
cuando brindas perdón
en lugar de rencor
hay paz en tu corazón.

Cundo sientes compasión
del amigo y su dolor
cuando miras la estrella
que oculta la niebla
hay paz en tu corazón.

Más allá del rencor
de las lágrimas y el dolor
brilla la luz del amor
dentro de cada corazón.
Ilusión, Navidad
pon tus sueños a volar
siembra paz
brinda amor
que el mundo entero pide más.

Cuando brota una oración
cuando aceptas el error
cuando encuentras lugar
para la libertad
hay una sonrisa más.

Cuando llega la razón
y se va la incomprensión
cuando quieres luchar
por un ideal
hay una sonrisa más.

Hay un rayo de sol
a través del cristal,
hay un mundo mejor
cuando aprendes a amar.

Más allá del rencor
de las lágrimas y el dolor
brilla la luz del amor
dentro de cada corazón.

Cuando alejas el temor
y prodigas tu amistad
cuando a un mismo cantar
has unido tu voz
hay paz en tu corazón.

Cuando buscas con ardor
y descubres tu verdad
cuando quieres forjar
un mañana mejor
hay paz en tu corazón.

Más allá del rencor
de las lágrimas y el dolor
brilla la luz del amor
dentro de cada corazón.
Ilusión, Navidad
pon tus sueños a volar
siembra paz
brinda amor
que el mundo entero pide más.

-¡FELIZ NAVIDAD! –exclamaron todos felices después de cantar mientras elevaban las manos al cielo lleno de fuegos artificiales.


-Feliz navidad. Queremos a Florencia, queremos a todos -dijeron sonrientes Tea y Mía Marina con ojitos brillosos.

Si creemos todo se puede hacer realidad. Hay que ver mas allá, mas allá de lo que no vemos.

Aclaraciones:​

[1...] – Pinky es el nombre de la araña de Goku.

[2...] – La canción se llama: niña amada en versión balada y es cantada solo por el integrante de salserin (Cisco); no es cantada por el actor Juan Gil Navarro solo lo coloque para que fuera la voz de Yami.

[3...] La canción fue cantada por todos los personajes, originalmente es cantada solamente por la cantante Gloria Estefan.

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Espero hallan logrado entender la escritura, es decir, el formato de los libros pues es la primera vez que lo uso y hay personas que lo confunden.

Disculpen si el especial es muy largo, sorry por eso. Tuve pequeños problemas con el Word al escribir el especial y no me dio tiempo de corregir disculpen eso también. A lo mejor se me paso la ortografía y algunas palabritas.

Les deseo una retardada feliz Navidad y un feliz año nuevo un poquito tarde.

Nos vemos
Se cuidan.

Su amiga, hermana, socia, etc.

Anelys ;).