Explícito Yang y Yin, Yin en el Yang; Yang con un poco de Yin [Natsu|Mao]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Kaisa Morinachi, 15 Enero 2021.

  1.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

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    Escritora
    Título:
    Yang y Yin, Yin en el Yang; Yang con un poco de Yin [Natsu|Mao]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1066
    Insane Dicho y hecho uwu Ni siquiera se sí tendrían la misma edad, pero sí supongo que Mao mínimo va en 1° de preparatoria y Natsu es menor de edad, así que cero problemo (?)
    Amelie , por sí le interesa leer el delirio este.

    Yang y Yin,
    Yin en el Yang;
    Yang con un poco de Yin

    Era una tómbola, furia desatada, impotencia inaudita, gritos insonoros, lágrimas gritonas; corría, pateaba, manoteaba, como un animal furioso, porque eso era en el fondo, no importaba cuanto intentara ocultarlo: Un animal jodido, que piensa más de lo que aparenta, que saca garras y dientes cuando le apetece, que te trata como un dios o te suplica compasión como a una diosa.

    Pero al final era un simple animal salvaje, como un zorro,
    aunque aprendió tanto sobre humanos, que simplemente los otros
    solo veían un despiadado Kitsune más.
    Bueno, no todos, pues entre tanta diferencia y confrontamientos, siempre había un tipo de persona para ti con la que te podías entender sin palabra alguna; algo así eran Natsu Gotho y Kobayashi Masuyo.

    El tipo la siguió con calma, no corrió tras ella; simplemente la vio escapar como un jodido akuma negro, escapando de los humanos despiadados, y entonces el cerebro analítico y frío como la nieve de la más alta cumbre empezó a hacer su labor. Ambivalente, recorrió cada rincón donde ya predecía que podía estar la chiquilla, lo había echo solo unas tres o cinco veces, solo eso le bastó para poder entender sus acciones; predecir sus movimientos, filtrarse en su cerebro, que su corazón latieran sincronizados. Empatía, el tenía demasiada empatía y era consciente de que Masuyo también, la única diferencia es que la niña también poseía la simpatía; le agradaba a mucha gente, tanto como exasperaba al resto que no entraba en la lista.

    Era algo así como una kamikaze, mientras él simplemente un bunker de guerra. Decididos, fuertes y fieles hasta el final. Sep, juntos daban hasta miedo, y se veían algo espeluznantes sí conocías las dos facetas opuestas de ambos, pero bueno: que casi podían llamarse hermanos y nadie alrededor lo pondría en tela de juicio.

    Se acercó por el costado derecho de la caseta, esa donde estaban los camarines y de más implementos para las clases de natación; había escuchado a Masuyo desde lejos a esas alturas, gritaba como condenada, tanta ira y rabia no debía ser normal. Lo sintió, esa opresión en el pecho, la garganta cortándole la respiración al adelantar el paso, tenso: Estaba nervioso, porque sabía qué tipo de bestia era Masuyo, una vez lo sabías era imposible no paralizarse al menos un poco, aunque estuviéramos hablando de Natsu Gotho.

    Así funcionaban: ella era capaz de sonreír altanera cuando por dentro rugía y lloraba, él era capaz de mostrarse el ser más apático, mientras que por dentro la rabia y cinismo no hacían más que incrementarse.

    Una Kamikaze,
    un bunker.​
    Guerra.​
    Desgracia.​
    Muerte.​
    Destrucción.​
    Sadismo.​
    Imperialismo.​
    Omnipotencia.​
    Envidia.​
    Orgullo.​
    Deseo.​
    Muerte...​

    Y muchas, muchas cosas más; a pesar de la "tranquilidad" del día a día rutinario en Japón,
    Natsu y Masuyo sentían y luchaban contra eso cada segundo de su vida.

    ¿Sería por la sangre que llevaban a cuesta desde hace siglos, sin siquiera darse cuenta?

    El Samurai más leal, el Ronin más despiadado.

    Gotho, Kobayashi.​

    Masuyo, Natsu.​

    —¿Qué estupideces haces, Baka-yashi? —soltó solemne; alto, erguido, firme, fuerte; frialdad absoluta. Ella lo miró por el rabillo del ojo; pequeña, encorvada, frágil, débil; la rabia parecía infierno en sus ojos.


    ¿Cómo diablos fueron a toparse ellos dos, entre todos los estudiantes posibles.
    Los mirabas desde lejos y, sí no fuera por el sexo y la diferencia de estatura,

    podían ser los mismos o hasta reducirlos a simples hermanos.

    No eran iguales, eran similares; una mezcla peligrosa, un solo paso en falso y toda la academia se iría al carajo, así como una bomba nuclear.


    Pero eso no ocurriría, porque dos carnívoros de la misma especie; pocas veces se matan hasta reducirse a nada.

    Lobo
    Loba
    León
    Leona
    Perro
    Perra
    Gato
    Gata
    Mantis...

    Eso eran, ¿no?
    Mantis religiosas.

    Natsu se acercó con estoicismo, con una sonrisa cínica que podía perfectamente rozar lo psicópata; se acercó con calma, como quien sabe que todo esta controlado, que nada se saldrá de sus dominios.

    Masuyo dejó de ser el revoltijo de rabias y nervios, el cachorro herido, el conejo asustado.

    Y lo sintieron en el aire; el gruñir del lobo solitario, el sisear de la víbora venenosa.

    Sin ninguna palabra y con movimientos fríamente calculados,
    Natsu Gotho se acercó a Masuyo Kobayashi.​


    Empezaría la guerra por quién era mejor:

    El tanke de guerra, que soporta bombas nucleares;
    O la mujer kamikaze, que hasta se lanza con las bombas sí es necesario.

    Todo para lograr sus objetivos.
    Porque pueden caer mil y una veces,

    pero jamás de los jamases perder.

    Jamás de los jamases no van anhelar lo que les pertenece:

    La cima de la montaña más alta.
    El helado más gélido.
    El sol más abrazador.
    El último puesto de la más alta cadena alimenticia,
    el primero también.


    Los extremos, deseaban abarcarlo todo, de un extremo a otro.
    Porque eran unos jodidos extremistas de sangre fría, mente caliente

    y corazones poderosos.

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    Última edición: 15 Enero 2021
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