One-shot Ya no era su madre [BTOOOM!]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Gigi Blanche, 8 Mayo 2019.

  1.  
    Gigi Blanche

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    Escritora
    Título:
    Ya no era su madre [BTOOOM!]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    816
    —Es muy tarde para que salgas, Morgan. Mañana tenemos el almuerzo de la empresa.

    —¿Y por qué debería ir? Jamás lo hice.

    —Karen insistió en que fuéramos los cuatro, que será buena idea.

    Morgan bufó, soltándose del agarre de su madre y desviando la mirada. Comenzaba a exasperarla.

    —¿Y desde cuándo le haces caso tú a Karen?

    Las palabras habían salido filosas y ácidas, lo sabía. Lo sabía y no le interesaba contenerlo. Su madre frunció el ceño y soltó un suspiro.

    —Sé que hemos tenido problemas con tu tía en el pasado —respondió, cautelosa—, pero eso justamente…

    —¿Qué? —la interrumpió Morgan con brusquedad, clavando su mirada en ella—. ¿Qué excusa reutilizarás? ¿”Es cosa del pasado”?

    —Mira, Morgan, tú no…

    —Esto es una mierda.

    Era su carta de despedida. Había rodado los ojos y bufado con fuerza, emprendiendo su camino hacia el pasillo. Su madre fue detrás de ella y volvió a agarrar su muñeca, obligándola a girarse. Morgan la miró con tanto odio en sus ojos que la mujer selló sus labios y agachó la cabeza. La joven la vio hacer y comprimió los puños con violencia.

    Le daba asco. Tan sumisa y temerosa, como una pequeña ave enjaulada.

    —Suéltame —demandó, en un tono bajo y peligroso.

    Uno, dos, tres segundos.

    —Te dije que me sueltes.

    Cuatro, cinco, seis.

    —¿Eres sorda o algo? —bramó, sacudiendo el brazo sin ninguna delicadeza. Su madre se sobresaltó un poco ante el movimiento y alzó la vista. Morgan no soportó encontrarse con sus ojos de cachorro asustado—. Tan sólo mírate. ¿Piensas que puedes darme órdenes así?

    Sentía una llamarada caliente y agresiva ascendiendo por su pecho. No podía, no quería controlarla. Necesitaba escupirla o se quemaría.

    —¿Por qué?

    Morgan abrió los ojos, no se lo creía. ¿Por qué le preguntaba? ¿Eso era en serio?

    —¿Y tú por qué piensas? —espetó, avanzando hacia ella. Su madre retrocedió en respuesta; se había hecho tan pequeña que Morgan la superaba en altura por algunos centímetros—. ¿En serio me dirás que no tienes la más remota idea? ¿Vas a insistir con esa mierda de hacerte la víctima?

    La mujer encontró resolución en algún punto de su voluntad y alzó la mirada junto con su voz.

    —¡Ya detente, Morgan! Si tu padre…

    —¿Papá qué? —gritó, estampando su mano sobre la mesa cercana—. ¡Papá no está aquí! ¡Hace semanas no está aquí! ¿Y sabes? Me alegra. ¡No te das idea cómo me alegra!

    —Morgan, basta.

    Allí estaba la llamarada, ardiendo a través de su pecho y su garganta.

    —No los soporto bajo un mismo techo, ¡no los soporto! ¿Sabes? Tengo una idea. ¿Por qué no me haces el favor y te vas tú también? ¡Seríamos todos tan felices! ¿O no, mamá? ¿No te gustaría dejar de lidiar conmigo? ¿No sería hermoso?

    —¡Deja de decir estupideces! Despertarás a tu hermana.

    —¡Ustedes la despiertan todas las putas noches!

    Silencio. Morgan sentía las uñas en sus palmas y una furia inexplicable mellando su eterna compostura. Era tan frustrante, tan irritante. Su madre fue la primera en hablar, forzándose a calmarse.

    —Escucha, no llegaremos a nada de esta forma. Sube a tu cuarto y duerme, te enfriará la cabeza. Mañana podremos hablar sobre esto con tu padre.

    —Ah, ¿mañana? —replicó Morgan, sonriendo ligeramente divertida—. ¿No volvía hoy?

    —Llamó y dijo que su vuelo se retrasó.

    La chica se cubrió la boca con una mano, riendo bajo. Su madre frunció el ceño.

    —¿Se puede saber qué es tan gracioso ahora? —espetó, molesta.

    Morgan se relamió los labios y observó a la mujer de soslayo.

    —Se retrasó el vuelo, dices. ¿En serio te crees esas mierdas?

    —Niña, más te vale que cuides tu lengua antes de…

    —¿Antes de qué? Si lleva follándosela tres meses.

    El aire se cortó como una navaja. El impacto había sido tan fuerte que giró el rostro de Morgan de un sacudón. Aún sentía el escozor de su mano en la mejilla. Ya no llevó sus dedos a la zona herida, como tantas veces había hecho. Conocía demasiado bien la sensación.

    Sus ojos se desviaron hacia su madre, quien la observaba rota y confundida. Arrepentida. Morgan por fin fue capaz de relajar sus puños y se irguió frente a ella, estirando un poco el cuello en varias direcciones. Esbozó una ligera sonrisa y se retiró en silencio.

    Su madre no la detuvo. Escuchó el sonido de la puerta de entrada, abriéndose y cerrándose, y no la detuvo.

    Morgan sintió el frío nocturno bañando su rostro y aspiró hondo, llenándose los pulmones de su aire favorito. Conque así era, finalmente lo entendía. Ya no era su madre. ¿Desde cuándo? No lo sabía. Pero podía lastimarla, escupirle su fuego interno y que ella le escupiera el suyo en respuesta.

    Ya no era su madre. Era sólo una mujer.


    Jejo, no se dan una idea lo que disfruté escribir esto JAJAJA me siento tan malvada xd
     
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