One-shot "Ya estoy aquí" [Pokémon Rol Championship]

Tras meses sin desempolvar mi pluma decidí darme el tiempo para pensar en el futuro de Mr. Té con helado tras mi abandono del rol. ¿Y qué creen? Se me ocurrió este relato entre que me puse a jugar.

Disfrútenlo... Y no me quemen si es malo (?)

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Vaya... ¿Quién lo diría? El entrenador de la fuerza bruta ya se había rendido en su camino por la gran región de Galeia y en este momento se mantenía en los aires, a kilómetros de altura, donde respirar se volvía más difícil, montado sobre la cabeza de su gran pokémon dragón: Rayquaza.

¿Y que a dónde se dirigía? Él no lo sabía muy exactamente, pues su habilidad para leer mapas era incluso más torpe que las ideas que tenía cuando se le hablaba en términos más complejos. Él simplemente era bastante lento para sus cosas.

—Hm... —Analizó por unos segundos mirando el papel que mantenía en sus manos, estirado y con sus ojos totalmente fijos en el.—. ¿Puedes descender un poco?—Con su característica tranquilidad hizo la solicitud al titán, quien con total obediencia hizo caso, iniciando el descenso hacia las desconocidas tierras de Kalos.

Ahí, bajo las nubes, la primera vista acerca de la región se comenzaban a dar: Una gran torre metálica e iluminada, que se encontraba en medio de una enorme ciudad. Los ojos casi ambarinos de Alpha se abrieron como platos en el momento de visualizar aquel lugar: ¡De seguro ahí debía estar el objetivo de su viaje!

Pero habría un problema... El mal hábito que Alpha tenía: Aterrizar en plena avenida como si fuese un pequeño Natu el que le llevase; creó conmoción de inmediato al bajar como si nada del enorme Pokémon volador.

—¿Qué pasa? —Preguntó un poco confuso por la actitud de la gente. —¿Pasó algo malo? —Su mano lentamente entró y salió de su bolsillo, retirando de ahí una pequeña esfera roja y blanca; la colocó en la cabeza del enorme dragón y éste se introdujo en esta como si nada.

La multitud, que hace poco se había encontrado en temor, ahora mostraba una gran cantidad de asombro al ver como el joven domaba a la bestia en una simple esfera.

—Ehm... —Una sonrisa nerviosa apareció en el rostro de Alpha cuando vio todas las miradas que estaba acaparando. —. Hola.—Levantó la mano, la agitó a la gente y salió rápido de la escena en una acelerada caminata por la avenida invierno.

Tras su escape su visión se llenó por una calle donde a los costados muchos edificios juntos, destacando un negro con tres estrellas doradas que, en sus afueras e interiores, acaparaba una gran cantidad de gente. Además de eso un edificio rojo de la cercanía se manifestaba con unos clientes dentro y en las terrazas. En la calle en sí pocos peatones se concentraban, destacando solo los que llevaban equipaje en forma de mochila.

Tranquilamente el castaño se acercó hacia uno de los seres que portaban equipaje consigo.

—Hey—Llamó su atención con mucha tranquilidad. —. ¿Puedo preguntarte algo?

—¿Yo? —Cuestionó el hombre, volteándose a visualizar al entrenador. —Adelante, pregunta lo que gustes.

—Pues verás... No sé si le conozcas, pero estoy buscando a Destiny Inashu—Rápidamente aclaró sus intenciones, provocando que su oyente se lanzase a interrumpirle sus palabras.

—¿La hija del ex campeón de tres ligas seguidas?

—Uhm... Sí—Asintió sin inmutarse mucho. —. Ella es mi novia y me gustaría saber dónde queda su casa... ¿Podrías ayudarme?

El hombre parpadeó un par de veces y miró de arriba abajo al niño con quien estaba hablando. Entonces rió.

—¿¡Tú!? —Exclamó entre carajadas—¡Pero si tienes pinta de vagabundo! —Lo cual era cierto; las ropas azules que llevaba se habían manchado con un poco de comida en el viaje hacia Kalos. —¡Encima no tienes idea de dónde vive! —Su risa aumentó aún más tras sus declaraciones, con las cuales se comenzó a retirar del lugar sin dejar de reír. —¡Y yo soy el campeón de Kalos! —Se alcanzó a escuchar entre sus risas lejanas.

—No entiendo...—Ladeó su cabeza con confusión; era como aquella vez que conoció a Steve donde sus palabras no eran las mejores y él ni se daba cuenta de ello—. Supongo que buscaré a otra persona.

Tras aquella situación el castaño continuó en su búsqueda, preguntando a casi diez personas, terminando con resultados muy parecidos al anterior: Risas, burlas y sin una respuesta para él.

Claro, él no se lograba enterar de por qué la gente se reía de sus palabras. Y bueno, no se rendiría tan fácil en encontrar a su rubia.

—Ehm... Hola—Saludó con un poco de nervios a una pareja de adultos mayores que se encontraban en las terrazas del Café. —¿Puedo preguntarles algo?

Cuando la voz del joven penetró lo en los oídos de la pareja ambos voltearon a verle con una expresión serena.

—Cuéntame. —Alzó la voz de primera mano el hombre, totalmente serio tras dejar su café en la mesa

—¿Qué necesitas, joven? —Habló la señora.

Los dos contestaron en pocos segundos y casi al mismo tiempo, mirando fijamente a Alpha y en espera de la incógnita.

—Busco a mi novia...—Inspiró un poco de aire antes de comenzar a platicar sobre aquella. —. Ella es Destiny Inashu. Sí, la chica que es hija del ex campeón de Kalos—Empezando a temer que se rieran continuó rápido. —. Es mi primera vez aquí y quería saber dónde vive.

Y cuando terminó de hablar el hombre colocó su mano en su mentón, mirándole fijamente.

—Qué raro, pensaba que la señorita Inashu no tenía tiempo para novios—Analizó el hombre sin perder la seriedad con la que estaba. —. Si mal no estoy tienen una de sus mansiones en las cercanías de Pueblo Boceto.

—¿¡Y cómo llego a ese lugar!? —Con mucha alegría habló rápido, poniendo sus manos sobre la mesa.

—Cálmate.—Exclamó el hombre, dándole un sorbo al líquido que había en su taza.

—Si vas por la avenida primavera podrás llegar a una caseta que te dirigirá a la ruta 4, si la sigues llegarás hasta la Ciudad Novarte—Fue la primera explicación de la mujer. —. Al sur del centro Pokémon sigue la ruta 3 y estarás en poco tiempo en el Pueblo Boceto.

—¡Muchísimas gracias! —Energéticamente agradeció, quitando las manos de la mesa y volteándose, preparado para correr en dirección al lugar. —. Pero... Estamos en otoño... la avenida primavera debe estar cerrada.

Al escuchar las palabras del chico una risa grave se escuchó, le siguió el ruido de la taza contra el plato.

—Ve por ahí, chico—Apuntó hacia la plaza central donde la enorme torre se encontraba. —. Al otro lado de la torre está la calle que debes tomar—Terminó de explicar. —. Suerte.

Sin escuchar más Alpha abrió la carrera en la dirección sugerida, pasando rápidamente de la avenida invierno a la enorme circunferencia que rodeaba la gran torre metálica. Rodeó rápido la torre, evitando a muchas personas en el camino, hasta llegar a la llamada "avenida primavera", donde se introdujo sin pensarlo.

La calle se encontraba con poca menos cantidad de personas que en la pasada, pero en cuanto a edificios se encontraba en condiciones parecidas: un café, una tienda donde gente salía y entraba con constancia y edificios extras sin nada especial a simple vista.

Nuestro protagonista claramente ignoró todas y cada una de estas cosas, pasando directamente hasta la otra mitad de la ciudad, donde se detuvo a descansar y recuperar el aliento.

—¿Dónde estará la caseta...?—Miró hacia los lados, logrando ver un Centro Pokémon, donde un poco más a lo lejos la garita se encontraba. De inmediato se dirigió ahí en caminata lenta.

Las horas pasaron rápido desde que su camino partió en Luminalia, pasando por la ruta 4, Ciudad Novarte, la ruta 3, el bosque Novarte, la ruta 2, el Pueblo Acuarela, la diminuta ruta 1 y finalmente llegar hasta el pequeño Pueblo de Boceto.


Al pasar las grandes puertas que separaban la ruta y la pequeña zona urbana la mirada de Alpha se quedó fija en el lugar, mirando hacia todas las casas con tranquilidad. Ninguna de aquellas se parecía a las descripciones que la rubia le otorgaba de su hogar... Menos aún a la que conoció en Galeia.

Se adentró en el lugar y apenas vio a una persona local se le acercó a preguntarle por la casa Inashu, a lo cual se le respondió que se encontraba un poco pasada hacia el sur del pueblo. El extranjero simplemente le agradeció, liberó a su Skarmory, le montó y tras que éste batiese sus alas se comenzó a dirigir hacia el supuesto lugar donde la casa se encontraba.

Error: Él siempre estuvo muy equivocado en lo que buscaba.

Ante sus ojos se manifestó una mansión aún más grande que la vista en la región donde se conocieron. De primera mano estaba un gran portón blanco con una "I" dorada en el medio, preparada para que no cualquiera entrase al lugar. Tras eso un gran jardín se encontraba en el lugar, dejando un camino que llevaba hasta la entrada de la mansión

Bajaron al suelo tras haber pasado la muralla de hierro. Seguido de eso el Pokémon volador desapareció hasta su pokéball, mientras el entrenador comenzaba a adentrarse hacia la entrada de la casa, fijándose detalladamente en las plantas y los árboles que se encontraban en el lugar; todo eso era genial para él.

—Supongo que debo tocar.

De inmediato empuñó la mano y se acercó a la puerta, golpeó una, dos y tres veces la puerta del lugar. Colocó sus manos tras su nuca y se quedó esperando a que abriesen.

Pasaron minutos y entonces se abrió, dejando ver a un hombre grande, musculoso, bien vestido y con cara de pocos amigos.

—Diga—Habló viendo hacia abajo, poniendo una cara de confusión al tener en su rango de visión a un joven cualquiera en el lugar. —. ¿Quién eres y cómo entraste aquí, niño?

—Por el cielo —Dijo tranquilamente, apuntando hacia arriba. —. ¿Está Des en casa?

—¿Tú sabes los problemas que puedes tener por invadir propiedad privada? —Le dijo de manera cortante. —Largo de aquí. —Terminó tras cerrar la puerta.

Xenodis por un momento tuvo la idea de tirar la puerta con alguno de sus Pokémon, pero tras recordar el Centro Pokémon en Témpera reconsideró las consecuencias.

—¡Oye! —Exclamó que le cerrasen en la cara. —¡Abre! —Volvió a golpear la puerta un par de veces, siendo recibido por el mismo hombre.

—¿¡No te lo advertí ya, niño!? —Respondió agresivamente.

—Solo quiero ver a mi novia, ¿sí? —Le habló un poco tranquilo, mirándolo hacia arriba. —¿Puedes pedirle a Destiny que salga?

Al escuchar al chico el hombre cerró la puerta, desapareciendo en ella tras el sonido el golpe.

—¿Estás ahí? —Preguntó él, con la voz alzada. —. Supongo que no está aquí.

Volteó el cuerpo y con lentitud comenzó a alejarse de la puerta lentamente hasta que escuchó el crujido de la madera separándose de la estructura de la mansión.

—¿¡Quién es el idiota que se metió aquí diciendo ser mi novio!?

Una voz aguda se hizo presente en el momento que el crujido desapareció; Al fin la larga búsqueda había finalizado; Aquella voz era melodía para sus oídos.

—¡Destiny! —Exclamó alegremente el joven mientras se comenzaba a dar vuelta, acercándose a la creadora de los quejidos, tomándola rápidamente entre sus brazos a forma de abrazo.

Ella no pudo reaccionar de ninguna forma, ni si quiera al ver el rostro del chico, mucho menos al sentir como le abrazaban.

—¿A-A-A-Alpha...?—Preguntó atónita ante la repentina aparición del nativo de Johto. —¿T-T-Tú qué haces aquí? ¿D-Desde cuándo estás-

—Ya estoy aquí...—Susurró él. —. Lo prometí, ¿recuerdas? Cuando acabase en Galeia vendría contigo a Kalos.

Esas palabras lograron tocar a la rubia, haciendo que aquellos orbes ambarinos comenzaran a humedecerse rápidamente, terminando con lágrimas que caían por las ojeras de sus forzadas noches de trabajo sin permitirse descanso alguno.

—Disculpa la demora.