World War Z Gimnasio

Gimnasio
"¡Muevan el paso, estudiantes, ya están llegando los primeros! Aquí vale la pena esconderse, es un lugar grande y espacioso, aprovechen los depósitos"

Lista de Roleros:
@Bruno EVF
@Amane
@Nekita
@rapuma
@Lemon Shoots
@Liza White
@Noir

@Kuai Liang me informa que se retira de la partida.
@Tarsis se une a la partida​

 

Anna White

Después de un par de empujones por los alterados estudiantes y un recorrido algo bastante incómodo, habíamos llegado al gimnasio.

Dejé a Asada y a la otra chica en un área un poco despejada de la gente y me alejé con la mayor tranquilidad que me brindaba mi cuerpo, no estaba asustada o alterada del todo, de hecho me sentía bastante segura de la situación, el único sentimiento que podría llamar "normal a la situación" era ese pequeño sentido de protección que estaba comenzando a sentir un poco más fuerte hacia una de las chicas, no faltaba decir quien -aunque también sentia que faltaba alguien, pero preferí no prestar atención en eso-.

Llegué al almacén y de inmediato guardé un bate de béisbol de metal en mi mochila y volví rápidamente hacia ellas, ambas parecían algo asustadas aunque lo consideraba normal.. quizás realmente debería preocuparme del hecho de que no tenía alguna sentimiento parecido.

—La noticia ya te pareció bastante real... ¿verdad, Asada? — dije con tranquilidad, recordando el momento donde había mencionado algo parecido a esa noticia — Y tú — me giré hacia su acompañante —, ¿ya estas mejor o la situación esta empeorando ese pequeño ataque de antes?

Contenido oculto

@Rojo FireRed @Liza White

 

Joseph Frost

Abrió de un golpe la puerta del gimnasio e ingresó. Apretaba tan fuerte su bate de béisbol que apenas lo sintió cuando sus dedos le comenzaban a doler; lentamente sus manos comenzaron a apretarlo con más suavidad. Estaba agitado, su corazón latía con tanta fuerza que sentía como se le iba del pecho. Su tez bronceada ahora era pálida por lo que había visto en las afueras del colegio. Apenas podía modular, pero lo intentó, ya que no quería parecer un cobarde. —Todos... —tragó saliva. —Están desquiciados... ¿o qué...? —sencillamente no encontraba otra palabra para lo que había sido testigo antes de ingresar al gimnasio. Recordaba el rostro de su entrenador siendo devorado por su catcher y su mejor amigo. Él pensó que estaban peleando pero cuando se acercó la realidad le abofeteó la cara con toda su fuerza; apenas recordaba como había llegado hasta el gimnasio, sus piernas le temblaban y decidió sentarse, observando a las tres chicas.

 

Sakuya

Un jadeo fuerte emanaba de su boca, la impresión y el esfuerzo físico la habían dejado en blanco, para ser alta, era sorprendentemente ligera, pero aún así, no gustaba de esfuerzos físicos repentinos

—Me siento mejor... Pero... Pero... —había visto algo cuanto menos, traumático—

Era uno de los reporteros golpeando la cerca metálica del patio exterior, que la separaba de las canchas, era pálido, y babeaba como si estuviera enfermo de rabia, y le pegaba a la cerca con una violencia tremenda, su ropa estaba manchada completamente de sangre, y gruñía tal cual como un animal

—... Bien, esto tiene que ver con lo del laboratorio, pero... ¿Que demonios estaban haciendo exactamente? Algo me da mala espina —se estiró de hombros, calma, recuperando su temple y su típica manera de ser despreocupada y falta de emoción—

 

Anna White

Solo la acompañante de Asada había respondido y que dijera que ya estaba mejor me reconfortaba un poco pero antes de que pudiera agregar algo, la puerta del gimnasio se cerró rápidamente y con esta, un chico que aparentaba ser un jugador de beisbol que estaba completamente pálido, ya se notaba que él era el chico que había salido de la escuela después del primer anuncio. Bueno, tan siquiera estaba vivo y aquí en el gimnasio.

"Todos...Están desquiciados... ¿o qué...?"

—Eso parece ser...— murmuré mirando hacia una de las ventanas del gimnasio, notando a uno de los reporteros golpeando una cerca de la escuela totalmente pálido, babeando y con su ropa llena de sangre, hice una pequeña mueca de desagrado y esta vez con algo de miedo. Esto realmente no estaba bien, ¿realmente estaba pasando esto o sería alguno de mis terroríficos sueños?

Sacudí levemente mi cabeza y me acerqué al chico que recién había entrado y ahora se encontraba sentado, descansando probablemente de su carrera hacia aquí y con cierta seriedad moví su barbilla de lado a lado para ver si tenía alguna clase de rasguño por esa zona y luego lo miré de arriba a abajo tratando de encontrar alguna herida.

— Esas cosas que estan anunciando aquí no te tocaron, ¿verdad? No sabemos que cosas podrían tener...

 

Law Allerbon

En cuanto llego al lugar indicado a tropezones se alejo de la entrada para recuperar aliento.

Aquel presentimiento de que algo andaba mal se habia hecho demasiado grande. Recargado en una de las paredes solo observaba como los estudiantes entraban completamente alterados al contrario de él que, aunque algo confundido, aun tenia esa expresion serena de siempre.

A lo lejos pudo ver a unos cuantos de sus compañeros hablando precipitadamente entre si, claramente, aterrados. Trago saliva y se enderezo, encaminandose a ellos intento evadir a los alumnos agitados, procurando no golpear a alguno.

—¿Alguno de ustedes sabe realmente lo que sucede?— dijo apenas llegando—Cuando venia observe como un estudiante atacaba sin compasion a otro, hasta parecia ser que lo devoraba— cruzado de brazos se recargo en el poste de las gradas.

Observo por el rabillo del ojo a Frost y a la chica de la bufanda, al parecer, inspeccionandolo. ¿Qué acaso aquel se habia ido a fin de cuentas? Solo esperaba que sea lo que sea le estuviese pasando a los de alla afuera no se regresara junto a él.

 

Knox.


La gente literalmente había enloquecido, tuvo que hacerse a un lado para no verse arrastrado por la marea de estudiantes. En una situación como ésta, no se podía permitir estar débil o dejarse atropellar por cualquiera. Trazó en su mente la ruta más rápida y menos concurrida para llegar al gimnasio en el menor tiempo posible y sin riesgo de toparse con el "intruso". Eso de comportamiento agresivo y muertos en una misma oración no sonaba nada bien para ellos. Se deslizó con agilidad tras las puertas del gimnasio, bordeando a la gente que forcejeaba por entrar. Que no cunda el pánico... Sus orbes azules buscaron caras conocidas, lso localizó rápidamente gracias a la bufanda de la chica.

—¿Están todos bien? ¿Alguien logró ver al intruso? —cuestionó, mientras sus ojos los inspeccionaban y sus pulmones dejaban salir el aire con alivio—. ¿Dónde está el bebedor?

La pregunta quedó al aire sabiendo que se refería a Ignatious, no lo siguió entre la avalancha de gente, pero tampoco lo veía con el grupo.

 

Sinon Asada

El gimnasio se había vuelto un completo caos. Los estudiantes, presos del pánico, se aferraban a sus instintos de supervivencia más primarios sin importar el hecho de que varias personas podrían salir heridas. Todos, o la gran mayoría, se empujaban para poder entrar a la zona donde se guardaba el material deportivo, y así poder defenderse de alguna forma contra la amenaza que se cernía sobre ellos.

Personas que son atacadas por otras de forma salvaje y que despiertan convertidas en uno de ellos, con el único propósito de dañar a cualquier ser viviente... Casi se sentía como un personaje más en una películas de terror.

"La noticia ya te pareció bastante real... ¿verdad, Asada?"

—Sinon —corrigió a la joven casi al instante de acabar sus palabras, impasible. Ignoró por completo el resto del comentario, observándola de reojo antes de dar media vuelta—. Asada es mi apellido. No me llames así.

Y se alejó de aquel tumulto, hastiada. Le agobiaba estar rodeada entre tanta gente, pero quisiera o no, no le quedaba más remedio que soportarlo. Al menos, por ahora. Cuando quiso encaminarse hacia el almacén para obtener otro de aquellos bates de béisbol, o cualquier cosa que le ayudase a defenderse, notó que una de las varas de metal que hacían las veces de patas del caballito del gimnasio estaba medio doblada. Una idea acudió entonces a su cabeza.

Mientras la chica rubia se dedicaba a hablar con los otros, Sinon se acercó por detrás, colocando las manos en sus hombros en un movimiento desprevenido.

—No te muevas —pidió, ignorando la conversación que la chica podía estar llevando, y sacó de su mochila el bate de metal que había pillado. Ya no quedaban más de ellos, por lo que tendría que tomarlo prestado le molestase o no.

Con un par de golpes secos, desprendió la vara de metal de la figura limpiamente y sin hacerle sufrir daños colaterales. Tomó entre sus manos aquella arma, más ligera y liviana que un bate, pero lo suficientemente fuerte como para atinar buenos golpes, y regresó una vez más con aquel pequeño grupo que se había formado, depositando entre las manos de la rubia de vuelta el bate.

No necesitaba nada más que eso para poder sobrevivir.

—Los muertos están cobrando vida. Llámenles así, o zombies si lo desean, pero el peligro sigue siendo el mismo —comentó, apoyada en la pared mientras se dirigía al grupo de estudiantes. Apuntó hacia la ventana, señalando las figuras que se vislumbraba desde allí—. Aún no han pasado la valla del colegio. Deberíamos reforzar la seguridad del recinto.

 

Sakuya

Los muertos cobraban vida, ¿Eh?

Interesante, pero grotesco a su vez, ahora la prioridad era defenderse para no ser uno de ellos, así que básicamente entró en lo que se podía decir que era modo de combate, simplemente dejaba de lado sus pensamientos y se apoderaba de ella el instinto visceral de sobrevivencia, era matar, o morir, no, algo peor, convertirse en un ser sin consciencia que sólo busca carne para alimentarse.

En silencio total, se dirigió al almacén del gimnasio a la búsqueda de un arma apropiada, donde avistó un cuchillo.

—... Perfecto...

Se acercó sin mediar más palabra, y lo tomó, no pudo intuir que demonios hacía un cuchillo en un gimnasio, pero bueno, era su arma preferida.

Salió del almacén, con el cuchillo en su mano derecha, jugaba un poco con el mismo, al parecer era un cuchillo de combate o una bayoneta moderna, pero a fin de cuentas, la naturalidad con la que manejaba el cuchillo era sencillamente, escalofriante, veíamos a una Izayoi que había perdido el miedo a los no-muertos y a embarrarse de sangre, y si en dado caso se convertía en uno de ellos, daría pelea.

 

Knox.


—Si los cuentos son verdad, no podemos dejarnos tocar —suspiró, recogiendo unas cadenas entre las cosas desperdigadas del gimnasio. Quiso reír, hacer un chiste, pero sinceramente toda esa mierda simplemente apestaba. Las palabras de chico resonaban aún en su mente: zombie. O sea, que mierda de día, quizás simplemente era una pesadilla de la cuál se despertaría y se reiría de lo absurdo de la misma. Pero mientras, su prioridad debería ser sobrevivir y ayudar a sobrevivir a todos los que pueda alrededor de él. La prioridad debería ser mayoría. Aquella situación le estaba poniendo los vellos de la nuca de punta, viendo como los supuestos zombies iban cayendo en manada sobre cualquier persona desprevenida que intentaba huir. Repasó el lugar con los ojos, ¿no sería lo mejor entrar en un almacén y cerrarlo desde adentro?—. ¿No sería mejor encerrarnos en un almacén? Estaremos fuera de su alcance.

 

Anna White

Si el chico de antes me había dado una respuesta, yo no lo había notado siquiera. Me había concentrado en el pequeño susto que había hecho "Sinon" al tomarme repentinamente de mis hombros para sacar el bate de mi mochila para comenzar a golpear uno de los útiles del gimnasio y sacar de este una vara de metal bastante segura, tal vez a ella si le iban las armas un poco ligeras.

Después volvió al pequeño grupo y dejó el bate en mis manos, suspiré y regresé el bate a mi mochila, estaba en un lugar donde si era necesario lo podría sacar rápidamente y además, así no tenía la necesidad de tener mis manos ocupadas.

—De nada por el bate. — dije una vez que terminó su explicación acerca del peligro de los zombies y que teníamos que mejorar la seguridad del gimnasio, para eso podríamos colocar la mayoría de cosas de apoyo en las puertas, porque realmente dudaba que fuéramos capaces de mover las gradas hacia las puertas.

"¿No sería mejor encerrarnos en un almacén? Estaremos fuera de su alcance."

Me giré hacia el chico que había hablado, eso podría funcionar bastante bien pero...por desgracia sería un gran problema mover a toda esa gente que estaba muriendo de terror en el gimnasio hacia allá, era probable que consideraran el gimnasio el lugar mas seguro de todos y para que mentir... yo ni siquiera sabía si había un almacen dentro de la escuela, a menos que se refiriera al almacen de este gimnasio donde guardaban todas las cosas deportivas.

 

Joseph Frost

Sintió el tacto de la chica lejano, muy distante de él y de toda esa realidad. El estado de shock en el que había entrado luego de vislumbrar con sus ojos como su entrenador era devorado por dos compañeros de su equipo aún le afectaba. Eso era algo que solo se veía en las películas. No estaba seguro si le había respondido, ya que apenas podía modular sin que las sílabas se le resbalaran al pronunciarlas. Dejó que Anna lo inspeccionara mientras le decía algo de las mordeduras o heridas, no estaba seguro. Su mente volaba muy alto, pensando en muchas otras cosas. A pesar de su físico trabajado, aún era un adolescente.

Entonces, de un momento a otro, se levantó de un salto, sosteniendo su bate con fuerza. Escondió las penosas lágrimas que habían amenazado con brotar, y movió la cabeza hacia todos lados; veía tantos rostros pero ninguna cara conocida; tantas voces pero como ecos lejanos, un montón de caras y ninguna mirada conocida. Estaba asustado, y eso podía ser peligroso. Porque Joseph era enorme, apodado Toro por sus compañeros de béisbol. Y siendo tan grande, con su enorme bate de béisbol y en el estado en el que se encontraba, fácilmente podía llevar al arrastre al resto. —Mi mamá... —musitó con la voz quebrada; debía de ir a buscarla, a rescatarla. Lo era todo para él. Corrió hacia una de las puertas, era hora de salir de allí y correr a toda velocidad, como cuando lograba hacer un home-round. Correr sin detenerse hasta llegar a su vecindario y verificar si su familia estaba bien.

Contenido oculto

@Rojo FireRed @Liza White la verdad no sé si puedo salir o no :P por eso los etiqueto a ustedes si me dan un escenario aparte o me dicen que hacer xD Joseph quiere ir con su familia T-T

 

Knox.


—Lo único que realmente me pone nervioso es... Bueno, tú con ese machete guindando al mejor estilo de resident evil —bromeó hacia la chica de cabello corto castaño, mordiéndose el labio inferior. Realmente estaba en una fase decisiva, ¿qué demonios iba a hacer en todo este apocalipsis? ¿Enfrentarse a esas cosas? ¿Luchar? ¿Dejarse morir? Iugh, la última idea le desagradaba enormemente. No quería ser la cena de un bicho de laboratorio—. Hey, no es que sea un genio... pero hay que hacer un plan chicos, si queremos sobrevivir.

Los miró a todos con seriedad, cada uno empuñando sus armas improvisadas. ¿Siquiera realmente sabían usarlas? Había usado cadenas para arrastrar autos, subir motores, ¿para ahorcar a alguien o detenerlo? Nunca. Estaban expuestos a aquel circo de supervivencia.

 

Law Allerbon

No habia pronunciado palabra alguna en lo que aquellos chicos hablaban, solamente miraba, inquieto, al gentio que se habia formado en el centro del gimnasio. Todos, sin saber que hacer. El simple hecho de que todoa esperaban una respuesta de alguien mas le irritaba.

Enfoco su vista en aquel grupo en cuanto escucho una palabra que le hizo activar su modo de alerta: zombies.

Aquellas criaturas palidas y grotescas que tanto habia leido mas de una vez en libros desde pequeño al parecer eran los causantes de tanto desconcierto. No se lo terminaba de creer, pero al recordar a aquel alumno a las afuera de direccion termino por aprobarlo.

Los demas comenzaron a buscar armas para defenderse, entre bates de beisbol y varas dr metal Law no tenia ni la mas minima idea de que elejir para tratar de ayudar en aquella defensa, no solamente para él, si tenia algo en claro era que no dejaria a nadie por su cuenta.

—Diablos...— golpeo su frente con desespero quejandose en voz baja. La unica "arma" con la que contaba mas adecuada habia ido a terminar a algun lado del instituto o del vertedero. Rogaba la primera.

"Hey, no es que sea un genio... pero hay que hacer un plan chicos, si queremos sobrevivir"

—En primer lugar, no hay que estar cerca de tanta multitud. Si a uno lo pillan infectaria a todos— suspiro, tomando la palabra con voz adusta— Tengan experiencia o no con su "armamento" dudo que puedan contra mas de medio instituto. Y a como van las cosas, es probable que pase.

>>Quiero creer que saben defenderse, ¿verdad?— hablo esta vez con un tono algo mas preocupado.

Contenido oculto

No se si es realmente obligatorio tener el arma a la de YA Dah, claro que si Lemon pero no quiero hacer lo mismo que la pequeña Rena de Amane, no se si me explico pero pues...

 

Evento especial del Gimnasio:
Zona de Búsqueda de recolección de Insumos.

A partir del siguiente post, todos los jugadores tirarán dados de cinco caras por tres turnos consecutivos para encontrar objetos útiles para sobrevivir, procuren no hacerse daño~

1.- Nada
2.- Botella de Agua
3.- Vendas
4.- Curitas
5.- Nada
​

 

Anna White

El chico que había examinado previamente había salido del pequeño trance en el que estaba y había dicho algo bastante preocupante, algo que lo haría salir de aquí y pondría en peligro a todos los presentes y a él mismo, pero antes de que pudiera decirle algo ya había corrido al gimnasio y muy a mi pesar, me obligué a correr tras él y dejarme caer frente a la puerta para evitar que saliera, aunque admitamoslo, si él quería podía quitarme de allí de un simple movimiento.

—Sonará mal pero... en este momento debemos pensar que los que estamos aquí somos los que estamos completamente "bien" — me expliqué algo seria sin perder de vista su mirada —. No podemos arriesgarnos a que salgas y algo catastrófico pase — suspiré y llevé una de mis manos a mi frente para masajearla un poco después de que había abandonado la puerta [principalmente para evitar el riesgo de que él perdiera el control y decidiera moverme a la fuerza de la puerta], era algo estresante estar actuando de esta forma pero.. parecía ser la única interesada en evitar que todo se colapsara.

"Hey, no es que sea un genio... pero hay que hacer un plan chicos, si queremos sobrevivir."

—El primer paso sería que cada quien tuviera alguna clase de suministros o algo así — dije en dirección hacia el chico que había hablado, después sin prestarle atención a alguna otra persona comencé a buscar algunos suministros para mi.

 

Contenido oculto

Ando con fiebre y tal, así que por favor disculpen las incongruencias que pueda tener esta cosa xD

Ruby

Todo había ocurrido muy deprisa. Tan solo un par de segundos de paz, de calma... El murmullo de la estática a través de los altavoces... y de pronto se había desatado el caos. La titánica rutina que Ruby consideraba un lastre se había hecho trizas para siempre.

"Bzzzzzzzz... ¡Alerta del Consejo Estudiantil, no abandonen por nada de este mundo las instalaciones escolares!"

Ella quería algo diferente, pero se dio cuenta de que ese "algo" era demasiado ahora. La confusión general, los gritos y los murmullos asustados de los alumnos sembraban su corazón de inquietud. ¿Qué estaba pasando? El grito de la presidenta le había puesto los vellos de punta. Ese grito agónico, roto... Viniendo de una persona tan fría, diligente y serena como la presidenta del consejo...

"Zzzzzzzz... ¡Los periodistas fueron atacados de manera salvaje y brutal por ese tipo, se presume que están muertos casi todos, pues tenemos a un sobreviviente con nosotros!"

¿Muertos...?

Algo no estaba bien. Algo estaba peor que nunca.

Ruby corría por los pasillos abarrotados de alumnos tras el grotesco comunicado del Consejo de estudiantes. Se había separado de su grupo en mitad del caos generalizado.

"Zzzzzzzz... ¡Si ven individuos con comportamiento altamente violento, así como agresividad a otros sin razón aparente huyan al gimnasio o tomen lo que tengan a mano y defiéndanse, pero no abandonen las instalaciones!"

—¡N-no entiendo que está pasando, no fue esto lo que deseé!— decía, sin detener los pasos. Su voz sonaba jadeante y apresurada.

Su pie tropezó y su cuerpo se precipitó hacia delante, chocando con las espalda de otros alumnos que corrían aterrados en la misma dirección. Se quejó, pensando en lo irónico de la situación. Así había empezado su mañana. La marea de gente resultaba claustrofóbica, apenas sí había espacio para moverse con libertad. El resto de cuerpos en movimiento te oprimían y asfixiaban, desesperados por hallar una salida. Era increíble la facilidad con la que cundía el pánico, teniendo en cuenta la calma que había imperado en las horas precedentes.

¿Qué iba a pasar ahora? ¿Qué era todo eso? Se sentía tan... Irreal.

—¡Ahu~, lo siento!— decía Ruby cada tanto, tratando de hallar un hueco en aquella muralla humana— ¡Por favor, déjenme pasar! ¡Tengo que llegar al gimnasio!

Alcanzar el gimnasio fue toda una odisea. Entre empujones, golpes y caídas. Pero una vez allí, aprovechando mejor el espacio, la multitud de alumnos y profesores se dispersó. Era un recinto extenso, cubierto y aparentemente seguro. Aún si la tensión se mantuvo y los murmullos continuaron, fue un verdadero alivio recuperar el espacio vital de nuevo y respirar sin sentirse presionada.

Que horrible... ¿qué había sido todo esto? ¿Qué estaba pasando? De verdad que toda esa gente estaba... ¿muerta?

—Esto es una pesadilla, ¿no?

Ruby echó un vistazo a la multitud congregada, tal vez tratando de hallar a alguien con la mirada. Sus ojos celestes escudriñaron el gimnasio con atención milimétrica. Se había separado de su grupo y ahora no podía encontrar a nadie.

¿Y sus amigas? ¿Dónde estarían los compañeros de su clase? ¿Sus profesores? ¿Estarían todos a salvo?

Se mordió ligeramente el labio inferior. ¡Ahora empezaba a desear recuperar esa rutina titánica que siempre había odiado!

¿Por qué no había tenido en cuenta lo que podría acarrear un deseo tan egoísta? Siempre había deseado un cambio en su vida, por pequeño que ests fuese. Siempre había querido algo diferente. Pero, ¿cambiar la rutina?¿Acaso todo eso era culpa suya?

Se escudó contra la pared, arrastrando la espalda por esta hasta acabar en el suelo. Recogió las piernas y apoyó sus brazos sobre estas. No iba a llorar—¡Ruby no era de esa clase de personas que lloraban, porque todo estaba bien! ¡Todo estaría bien!—, pero ese nudo en su garganta había empezado a asfixiarla.

 

Knox.


—En primer lugar, no hay que estar cerca de tanta multitud. Si a uno lo pillan infectaria a todos— suspiro, tomando la palabra con voz adusta— Tengan experiencia o no con su "armamento" dudo que puedan contra mas de medio instituto. Y a como van las cosas, es probable que pase.

>>Quiero creer que saben defenderse, ¿verdad?— hablo esta vez con un tono algo mas preocupado.

—El primer paso sería que cada quien tuviera alguna clase de suministros o algo así — dije en dirección hacia el chico que había hablado, después sin prestarle atención a alguna otra persona comencé a buscar algunos suministros para mi.



Asintió de acuerdo con ambos, orden de prioridades. Mantenerse a salvo, buscar suministro. De nada le serviría una botella de agua cuando esté rugiendo por comer viseras. Se sintió enfermo de sólo pensarlo, haciendo que su pálida piel se esclareciera aún más. Respiró profundo, buscando controlarse y calmar sus nervios. Entrar en pánico no ayudaría a nadie.

—Vamos a ver que encontramos, agua sería nuestra prioridad —dijo hacia los demás, notando como ya el chico se había retirado en su propia búsqueda—. No os dejéis morder.

Realmente esa era su principal preocupación, de nada serviría tener un machete si no le puedes cortar la cabeza a tu mejor amigo cuando venga a devorarte. Se deslizó con agilidad, bordeando las paredes mientras sus orbes azules registraban el lugar en busca de algo útil, con ambas manos aferradas a la cadena, ¿realmente qué podría hacer con ella?