Wolverine

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Fénix Kazeblade, 21 Enero 2013.

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    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

    Cáncer
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    Escritor
    Título:
    Wolverine
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1097
    Traigo para ustedes un One-shot un poquitin mas subido de tono que lo que normalmente escribo, si no conocen al personaje por que " su único amor solo es el anime y manga y aparte es celoso" pues igual inténtelo nada pierden. Que pasen un día excelente.​
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    La noche inquieta parecía querer irse y volver, me encontraba envuelto en un frio helado que sin embargo no sabía si venía del entorno o mi espíritu desatado. Me desplazaba sin rumbo, intentando huir tortuoso, inmerso en un temor indescriptible sin saber a qué le temía o por qué razón lo hacía y tal vez sin querer entenderlo por lo oscuro que fuera. Mis pies descalzos tropezaban con piedras mientras se deslizaban a gran velocidad provocando algunos moretones que se surgían y se desvanecían en segundos al igual de rasguños ocasionados por las espinas ocultas entre los arbustos y el follaje encajadas en mi cuerpo en un instante y expulsadas al otro, todo esto pasaba desapercibido para mí, pues dentro existía un dolor más grande.

    Me detuve frente a un lago, al cruzar cerca de él la luz de sus aguas llamó mi atención. Bajo los destellos de las estrellas me observé preguntándome si ese hombre dibujado en sus fauces sería yo. Disparados como un proyectil en mi cabeza fueron detonadas memorias como sombras violentas con las figuras rasgadas al descender hacia un abismo a toda velocidad, recuerdos inmersos en mi memoria antes de lo que era ahora. Mi cuerpo tambaleaba exaltado ante la adrenalina segregada en cada batalla acechando en el campo de algunas guerras donde yo era un inmortal, acechando al enemigo, portando desde arcabuces de pólvora hasta las primeras M-16 de los inicios de la segunda guerra mundial, observándome como un depredador tras su presa, pues parecían temer más a mi propia presencia que cualquier armamento que portará. El olor a muerte en el viento, aquel ruido húmedo del tejido siendo desgarrado, el crujir de un hueso siendo fragmentado, gritos ahogados, alaridos, sonidos de cañones, misiles, granadas de mano detonando y desmembrando, mis venas ardiendo, mis ojos hostiles se inyectados de sangre, cuestionándome si esto era yo, si solo una especie de asesino. La terrible reminiscencia de un cuchillo militar perforando mi abdomen en una de tantas batallas libradas fue el causante; las sentí recorriendo mi muñeca, desplazando por poco mi escafoides, piramidal y semilunar para abrirse paso a través de mis nudillos desgarrando mi piel por primera vez, emergieron mis garras de metal, de un metal desconocido, indestructible y ahora yo lo era igual, se escuchó un ruido metálico al chocar estas, seguido por un estridente rugido invocado desde mi interior que rompió con la quietud de la noche.
    Descontrolado y poseído por una especie de rabia y caos caí de bruces y termine rasgándome a mí mismo con las cuchillas que de mi surgían, me levante aterrado, tenso y mi mano derecha topó con un árbol de a pesar de su anchor cedió ante las cuchillas como si solo se tratará de una hoja de papel, se desplomó aquel coloso del bosque y su el eco que produjo espanto a varias aves, comencé a correr de nuevo pues cada aleteo cada, vara de árbol trozada era un ruido que me torturaba, todo era mi enemigo, por eso arañaba el viento, cada canto o silbido del viento sentía que me atacaba y en vano yo lo arañaba buscando defenderme.
    Por minutos o tal vez horas estuve así, temiendo ahora hasta de mi propia sombra, hasta emergí andando hasta un claro, el tope de un enorme montículo que antecedía a un oscuro abismo pero era iluminada por suave luz lunar y fue esta misma la que de alguna manera me tranquilizo y permanecí observándola como hechizado por ella.
    Flash back:
    Entre las sabanas de nuestra cama, en el interior de nuestra habitación, podía sentir tu calor, tu inofensiva respiración y cada tenue latir de tu corazón, tu cuerpo desnudo fundido al mío, inertes siendo yo tuyo y tú de mí sin que nada más importase. Entre pequeñas caricias que hacían tus dedos recorriendo mi espalda mi entras mis manos envolvían tu cintura, tu aliento en mi pecho, tu dulce esencia ciñendo con delicadeza toda la habitación. Busqué tus labios en las sombras temblando inquieto pues entre mis sueños algo había ocurrido, sabías cuando esto ocurría y con ternura susurraste algo al oído que todo cambio.
    — Todo irá bien, te amo.
    Era increíble con estas palabras sanaban todo y al instante en mí. Dibuje una leve sonrisa en mi rostro, mientras tus labios fueron al encuentro de los míos y de pronto en mi interior todo fue quietud y paz. Al poseerte entre mis brazos cada dolor, cada temor, cada terrible memoria se veía desvanecida y al menos por segundos éramos solo los dos.
    —Te amo también— contesté, deseando que fuese así por siempre.
    Permanecimos por segundos sin decir una palabra, comenzaba dormirme de nuevo cuando escuché de nuevo tu voz.
    — ¿Sabes?...— preguntó a modo de susurró— por estos lugares se cuenta una leyenda— su tilde de voz se hizo más suave pero más agudo y su brazo derecho se posó en mi pecho— la luna tuvo un amante, con quien compartía hermosas noches. Triksta, su padre, estuvo celoso y quiso la Luna para él solo. Entonces pensó una estratagema: le pidió a su yerno que bajara a buscarle unas flores a la luna, y éste, para complacer a su amada lo hizo encantado— dio un leve suspiro— pero estando en la tierra se dio cuenta que los espíritus que abandonaban el cielo no podían volver. El pobre amante de la luna cayó por inocente, y desde entonces no hace más que aullar su impotencia, cada vez que la observa en todo su esplendor. Este espíritu, amante de la luna, se llama…
    Fin del Flash back.
    Permanecí distante, abstraído por aquel bello resplandor, sintiendo un fuerte vacío en mi interior, poco recordaba y demasiado había tenido que perder. Engullendo mi amnesia inducida gradualmente devoraba cada batalla librada, cada aliado obtenido…cada dulce caricia, cada beso tan apacible y la vez tan pasional y cada único “te amo”, cada nombre, incluso el mío, pues todo se había desvanecido, todo excepto ese nombre que retumbaba con tu voz en mi cabeza, aferrando mis últimos sueños, dándome esperanza y la vez una condenación de ser aquel exiliado que ansía alcanzar la luna alguna vez perdida, de transformarme en… Wolverine.
     
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