Suave y cálida como un beso diurno Acaricio con cautela mis labios Preparando un beso amargo Anhelando un amor dulce Castaña pero emblanquecida Cuerpo lácteo, belleza surreal Tantos sabores, tantos pormenores Admiro el cacao de tu sonrisa. A vapor, relucen los ojos tuyos Zafiros, pero fogosos como el rubí Intensos, pero sinceros como un niño Imperfecta, claro, pero hermosa sólo como tú Sólo como tú Pues entres tantos comos Entre tantos peros Entre cavilaciones y desacatos La última de mis palabras La última que dibujará mi funesta amargura La última que explayará el alma encadenada De un triste labrador sin ánimos y en decadencia constante Reclamará la belleza perpetua de tu océano Aquel mar profundo en el que me inundo Olvido plegarias anonadado con premura Fallece ahí, ante la nada Fallece ahí, desconsolada La última de mis palabras Un suspiro errático que se esfuma con la brisa Solo endulzado por el cacao de tu sonrisa.