Voces de infierno.

Tema en 'Relatos' iniciado por sessxrin, 18 Julio 2010.

  1.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
    Miembro desde:
    17 Enero 2009
    Mensajes:
    1,048
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Voces de infierno.
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1293
    Voces de infierno.

    Titulo: Voces de infierno.
    Letras: No sé, one-shot creo.
    Advertencias: Errores ortográficos: sin Word y sin Betas. Redundancia, mal planteamiento de la idea y étcétc.
    Notas: Mi hermana mayor hace tiempo me dijo que escribiera sobre este tema. Mi madre me ayudó, si no me hubiera dicho algunas cosas, no hubiera escrito esto.


    Voces de infierno.



    Observas la comida e intentas consumirla, pero el estómago se te cerró, no quieres nada. Te da repulsión, la comida parece un plato de vomito, ¡no tienes hambre! no lo quieres mirar más.​

    —Mami, come —te dice aquella niña con voz dulce. No la miras, no quieres escuchar nada, ¡es que no entienden que te da asco la comida! ¡no quieres nada!

    Te paras y no dices nada. Eres una zombi. No quieres nada, no sientes nada; un muerto en vida. Miras a tu alrededor y sientes como el infierno aparece, lo sabes ¿verdad? Lo sientes, aquel averno comienza a pintarse a tu alrededor, avisándote con sonrisa perversa, con cruel sadismo.

    Te abrazas y comienzas a gemir de miedo. Quieres huir, no quieres sufrir. Tiemblas violentamente, le temes a las tinieblas.

    —Tómeselo Carmen, le hará bien —ordena aquel hombre al frente tuyo. Dudas, pero estiras la mano.

    ¡¿Qué crées que haces?! ¡Es el demonio! ¡Lucifer! ¡Escapa de él, ódialo, temele!

    Haces caso, buena niña.
    Lo miras con repulsión y botas la silla en la que estabas sentada, escapando, siendo inteligente. Lloras y gimes, quieres huir.
    Crées observar una luz, una salvación. Es un ángel que te llama, que te acompaña. Te abraza y te consuela, protegiéndote.

    ¿Un ángel? no seas ridícula, ella también viene con Luzbel, te quiere destruir.

    No haces caso, sigues abrazándola. Eres un estúpida, parece que te gusta sufrir.

    ¡Huye, el infierno viene tras de ti! Te van a atrapar y te encerrarán en el fondo del abismo, síendo torturada por siempre, por aquel Rey de las tinieblas, aquel a quién tanto temes.

    Estás hecha un manojo. Olvidaste quién eres, y todo sobre ti. No sabes nada, sólo que tienes que huir, que la oscuridad está al asecho, esperando cualquier oportunidad para atraparte y comerte.

    —Vamos, siéntese Carmen
    —¡Enciérranla! ¡Qué nunca más vuelva a salir, llevénsela!

    ¿Lo ves? Ella es otra que te quíere lejos, ella te quíere ver muerta, sufriendo.

    La rabia te inunda y la sangre te hierve, ahogándote en un mar caliente de odio y enojo, puro veneno que te quema la lengua.

    Alzas la silla y te dispones a partírsela por la espalda, pero él te la quita; Lucifer está siempre detrás tuyo.
    Le ruges y después huyes. No puedes con él, da mucho miedo.


    ¡Eres un idiota! ¡estúpida! Te atraparon y te enterrarán en un hueco profundo, te quemaran viva, te arrancarán la piel a mordiscos y no te matarán ¡no señor! te torturarán por el resto de la eternidad, hasta que sólo seas polvo miserable.

    Te retuerces en la camilla e intentas con todas tus fuerzas liberarte. Qué te dije, ella no era un ángel, sólo era parte del coro de Lucifer. Niegas, crées que es sólo culpa de él.

    Tonta niña, todos te lo decimos ¿Es que eres sorda? No escuchas las voces que te advierten a cada momento. Gimes como una niña perdida.


    Está detrás de ti, pasando sus huesudos y largos dedos sobre ti, palpitando su víctima.


    Volteas y lo ves; aquella criatura con ojos negros huecos, con sonrisa escalofriante, calándote los huesos. Lo acompaña aquella pequeña luz, aquel "ángel". Eres estúpida, sigues creyendo que ella es algo celestial.​

    Temes por aquella niña y quieres ir tras ella, protegerla de Luzbel, más no puedes, aquellos demonios te tienen atrapada, metiéndote en aquel purgatorio infernal.​

    Es un hospital para locos. Creen que estás loquita.​

    ¡Jajaja!

    Los días pasan y como siempre, no sientes nada.
    Estás perdida, no eres conciente de tu alrededor. No sabes que eres, ni recuerdas nada, sólo sientes el averno encima tuyo, acompañándote fielmente cada segundo; segundos que parecen milenios en tu cuerpo, azotándote.​

    Eres una zombi sufrida, una nada, algo vacío y tortuoso.​

    Mirá allí, a la esquina. Veélo, es el infierno crudo y sin censura, te está esperando y él también.

    Gritas y lloras, quíeres escapar.​

    — ¿Qué pasa Carmen? ¿Qué tienes? —te pregunta una compañera del Hospital, del loquero dónde te metieron.
    —Allí está, el demonio, me quieren —respondes gimiendo, señalando la esquina, pero no lo miras, temes demasiado.​

    Ella se acerca y te pasa la mano por el brazo, consolándote.
    —No hay nada Carmen. Tranquilizate, no tengas miedo —te dice con dulzura y te aferras a ella.​

    No estás loca, no, sabes que es real.​

    ¡Oh pobre niña! Te van a arrancar los dientes, te darán de comer cucarachas y gritarás a todo pulmón, suplicando ayuda... algo que nunca sucederá.

    —Carmen —te da la enfermera tres pastas y un vaso de agua. Las miras y tragas hondo. No estás loca, no no no—. Vamos Carmen —te anima y te mete las pastas en la boca. Tu te quitas su mano y con el agua, bajas hondo.​

    Sientes algo caliente y húmedo en tus piernas, no miras, pero sabes que no es nada bueno.​

    ¡Ja! ¡Por estúpida Lucifer te vomitó!

    Gimes y comienzas a llorar incontrolablemente, miéntras sientes como aquel líquido se esparce por tus piernas. No lo miras, tienes miedo de saber lo horrible que es.
    Apretas fuertemente tus labios y sangras, te arrancas el cabello y quíeres morirte en ese preciso momento.​

    Oh, te llegó la hora. Mira, te quemarán el cerebro con fuego puro.

    Protestas e intentas liberarte, pero ellos son más. Te amarran a la camilla y observas con miedo cómo las pareden comienzan a caer sobre ti, aplastándote, tragándote.​

    Y después, nada.​

    :><:​

    La ve correr hacía a ella con desesperación y alegría, la alza y la apreta fuertemente contra su cuerpo. La necesitaba, a su niña, su pequeña hija. Acaricia su cabello marrón y besa su cabeza, mientras divisa a ese hombre.​

    Ya sabe que no es el demonio encarnado, pero aún así le teme. No sabe porqué, pero aquel hombre con el que vive no le da mucha confianza, siempre le había tenido distancia.​

    Suspira y observa el lugar por ultima vez.
    No quiere volver a pasar por lo mismo nunca más, fue lo más horripilante que tuvo en su vida.​

    Coge a su hija de la mano y se van de aquel hospital, dejando a aquellos demonios tras la rejas, aquella voces traicioneras, aquel infierno desolador y cruel.​

    Nunca nos iremos querida, somos parte de ti. Volveremos algún día, listos para acompañarte cuando todos te abandonen, preparándote aquel camino carmesí hacía el averno.


    :::::
    O.O Gracias a mi mami por ayudarme :)
    Reviews?​
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso