Vino Blanco (Nami)

Tema en 'One Piece' iniciado por Nami Roronoa, 7 Octubre 2012.

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    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Escritora
    Título:
    Vino Blanco (Nami)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    766
    Título: Vino Blanco
    Fandom: One Piece
    Personajes: Nami
    Palabras: 626
    Rating: T
    Summary: Ella no tenía intención de pagar por esa copa de vino blanco. Una mujer como ella nunca pagaba.
    Advertencias: Situaciones adultas, pero nada explícito. Situado antes del comienzo de la serie.



    Tal vez tenía sólo diecisiete años, pero en esa taberna no parecía importar. A pesar de su corta edad, el hombre detrás de la barra no tenía ningún problema en servirle alcohol, ni tampoco tenían problema los hombres del bar en clavarle la mirada sin ningún tipo de disimulo, admirando todos sus atributos.

    Tampoco era para menos, considerando su vestimenta. Ella no tenía problema con su cuerpo, y por lo tanto no lo había limitado; lo exhibía con un escotado vestido rojo, que combinado con su hermoso cabello naranja, sus ojos claros y su amplio busto, hacía babear a todos los presentes. Los cuchicheos a sus espaldas eran incesantes y evidentes, pero ella los ignoraba mientras fijaba su atención en su copa de vino blanco.

    Ella no tenía intención de pagar por esa copa de vino blanco. Ni por la siguiente. Una mujer como ella nunca pagaba; pagar significaba arrojar dinero, y ese era un lujo que ella jamás se permitiría. El dinero era preciado, necesario, y aunque había comenzado como una necesidad, había desarrollado cierto cariño por el. Tal vez su increíble avaricia era un pecado, pero hace años que había pecado, y sería inútil, sin mencionar estúpido, arrepentirse ahora. Ya era muy tarde.

    Un hombre fue lo suficientemente valiente como para sentarse junto a ella y ordenarle otra copa de vino blanco, que esta vez él pagaría. Sonriendo, ella agradeció su caballerosidad, aunque falsa, pues ella sabía que todo lo que él quería era llevársela a la cama, no era ninguna tonta. Pero estaba bien, después de todo él pagaba.

    Pasaron un tiempo en el bar, sólo ellos dos. Le contó que era un hombre importante en la isla, hijo del alcalde, con muchas riquezas. Todo lo que dijo después dejó de tener importancia. Un par de tragos más y los dos habían dejado el lugar. Él se tambaleaba un poco, al parecer no tenía gran resistencia al alcohol. Ella simuló su ebriedad, pero por dentro sabía que podía aguantar más, su resistencia era inigualable y la había ayudado en varias ocasiones.

    La noche se volvió más corta de lo esperado. Su casa era como imaginó, grande y lujosa. Vivía solo en una mansión con vista al mar. Un lugar soñado, ideal para un soltero. No tuvo mucho tiempo de mirar alrededor, porque cuando entró él ya se había tirado sobre ella. Aceptó que él besara su cuello y comenzara todo, simulando su sumisión. Esa noche, ella sería una mujer hermosa y callada, que aceptaba todo lo que él decía. Esa noche, el hombre que le había pagado sus tragos de vino blanco sería su dueño.

    A la mañana siguiente, el hombre no tuvo el despertar ideal que había imaginado en su mente. Le sorprendió un poco descubrir que todos los cajones de su armario estaban abiertos, pero no recordaba mucho de anoche para ser honestos.

    Soportando una terrible resaca, se levantó de la cama, tomó su bata, y abandonó su habitación. Lo que descubrió le hizo abrir los ojos grandes como platos, horrorizado ante lo que le mostraban.

    Todo estaba desordenado. Todos los cajones abiertos, todas las puertas abiertas, todo revisado, todo analizado. El culpable ni siquiera se había molestado en disimular el robo, de hecho, parecía que quería ser atrapado. O más bien, quería verlo enfurecer, enloquecer ante su impotencia. Corrió a su escritorio, pero como había predicho la caja fuerte estaba abierta de par en par, vacía, y su escritorio también había sido asaltado. Su propiedad había sido violada, sus posesiones más valiosas robadas, y todo aquello de valor que poseía ahora se encontraba en una pequeña embarcación con destino a la próxima isla, donde el próximo hombre estúpido y rico le invitaría una copa de vino blanco.

    Maldita gata ladrona.
     
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  2.  
    Yumilight-Chan

    Yumilight-Chan Entusiasta

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    Escritora
    Jajaja... Como es de esperarse de Nami y también que me gustara leerlo, como siempre no noté ningún error ortográfico y leí de corrido sin detenerme jaja... Estuvo bueno :D

    Bye Nami-chwan!! :p
     
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