Long-fic VIDA TRAS VIDA

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Raizza, 19 Enero 2014.

  1.  
    Raizza

    Raizza Iniciado

    Sagitario
    Miembro desde:
    19 Enero 2014
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    Escritora
    Título:
    VIDA TRAS VIDA
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1806
    Vida tras vida

    Capítulo 1

    La fría noche parecía no querer irse, él deseaba lo mismo, ansiaba tanto poder detener el tiempo… solo por tenerla un rato más. Sin embargo, no podía...aunque sellara puertas y ventanas ella se iría. Luego de tantos años de mantenerse firme en su promesa, la de siempre permanecer a su lado... pero la custodia muerte, solo por promesas, nunca fue compasiva ... y en cada latido la estaba arrancando de sus brazos, de su vida…dejándole al amargo silencio como único compañero de sus días.

    Se miraban de la manera en que se decían todo, sin mediar palabras, sabiendo que era un hasta pronto, nunca un adiós...

    Aun en su agonizante estado, con infinita dulzura, logró acariciar cada detalle de su rostro, el tiempo en él avanzó escrupuloso...ella, tal vez, por ser una miko no corrió con el mismo infortunio que las flores y su tez se mantuvo casi tan tersa cómo en las décadas que atrás quedaron...pero el ciclo de la vida de los humanos de igual manera en ella estaba finalizando. Los débiles pero entrañables y dulcificantes roces que acariciaban los rasgos de su amado hanyō, afirmaban que aquella promesa, hecha en su añorada adolescencia, jamás caducaría, ni siquiera a causa de su mortalidad...

    Hoy mas que nunca necesitaba de la grata tibieza de su cercanía, abrazarla, si era posible, hasta fundirse en ella, contemplar sin premura el eterno candor de los orbes castaños, hasta que el último y mortificante latido le impidiese reflejarse en ellos...

    delicadamente acarició sus álgidas mejillas, manteniendo la íntima cercanía entre sus rostros y en susurros entrecortados por las emociones y el impaciente llanto se despedía - fuiste la única… la única que pudo apaciguar mi alma y corazón...a tu lado me sentí tan fuerte….- no pudo contener las lágrimas y la estrechó fuertemente entre sus brazos, haciendo de sus lágrimas peregrinas en la fría piel de su amada -Descansa en paz amor mio...no me olvides, recuérdame…. recuérdanos… pronto… pronto volveremos a encontrarnos…

    Ella esbozó una dulce sonrisa, la última, sólo para él -Siempre- fue lo último que pudo pronunciar … y en el último suspiro sus labios se unieron, como tantas veces ya lo habían hecho… se fundían en su último beso... ese que nunca ansiaron darse…

    Tal vez en la desesperación de querer evitar lo inevitable la retuvo fuertemente entre sus brazos, como si de un bebé se tratara ... besó su frente, su cuerpo, ahora frío, seguía ahí, sin embargo su alma ya estaba lejos… y no pudo evitar llorar, llorar cada recuerdo, cada lágrima eran uno de ellos...el día que la conoció, sus aventuras, tontas discusiones, el momento en que la abrazó por primera vez, cuando el temor de perderla se apoderó de él... el día en que ella volvió, luego de esos eternos tres años separados... pensando que tal vez estaba destinado a vivir solo y morir solo….y ahora de vuelta se había marchado, haciendo parecer insuficiente una vida al lado de su compañera, su amiga, su amada, su todo… su Kagome, pero no se sintió vacío, no, de ningún modo podía sentirse así, porque ella hizo posible que él se sintiera pleno, con tan solo verla sonreír, ella le dio amor, un amor que le enseñó a confiar, a sonreír, un amor tan puro que era capaz de trascender en el tiempo…. y estaba seguro de que se volverían a ver, la muerte sólo era una fase, porque él nació para estar con ella y ella con él…siempre.

    -guárdame una nube, mi pequeña- le susurró al oído como si aún lo oyera, se levantó del futón con ella en brazos, para dirigirse a los pies de aquel árbol, ese en dónde su primer amor lo había sellado, ese en el que su verdadero amor lo había liberado. Con su velocidad no tardaron en llegar, y luego de dejar un último beso en su frente, la depositó a los pies de aquel que fue testigo de su gran amor y al hacerlo vio como el cuerpo inerte de su amada se desvanecía y de el nacían cientos de mariposas blancas…blancas como su nívea piel…. (las mariposas… tome la idea prestada del cadáver de la novia de Tim Burton, que me encantó)

    Se sintió como recién despierta, ligera, llena de paz, no sentía ya dolor, ni angustia...y aunque no supiera donde estaba, no sentía pánico, se sentía tan a gusto… como en su hogar. Ante el sentimiento tan familiar, se puso a examinar el sitio en el que se encontraba... y de hecho se veía como aquel lugar, ese en donde vio a Inuyasha por primera vez, hace noventa y cinco años atrás ..

    -Kagome- la llamó una voz serena y dulce, sacándola de su trance, rotó su cabeza, en todas las direcciones, buscando de dónde provenía la voz, sin ningún éxito.

    -Kagome, ya no busques, no me verás, no soy perceptible ante ningún alma- Alma, pensó ella y en ese momento lo recordó, ella ahora era solo eso, una esencia.

    -Pon mucha atención querida- ella asintió – por haber cumplido con tu misión, derrotar al mal, por tomarte la molestia de ayudar a quienes conocieras al paso… pero por sobre todo, por haber amado incondicionalmente y transformar a un ser atormentado con tu amor y lealtad, decidimos por unanimidad que serás el octavo arcángel de Dios , tendrás el mismo poder, derechos y obligaciones que los demás... - explicó serenamente esa voz sin rostro.

    Todo lo escuchó atentamente mientras iba analizando cada palabra - entonces... no volveré a reencarnar nunca?- preguntó ella denotando inquietud en sus palabras.

    - Eso querida Kagome, será imposible, con la jerarquía que tendrás deberás permanecer toda la eternidad aquí en el paraíso, no será necesario que vuelvas a la sufrida vida de los mortales... aquí te sentirás plena y feliz por siempre... – informó aquella voz.

    -No, yo... no quiero eso- decidida pero amable

    -pero por qué no? Cualquiera en tu lugar estaría feliz de tan solo escuchar esta propuesta

    - si aceptara la proposición que me ofreces…. Qué pasará con Inuyasha… una vez que el también muera, podrá estar a mi lado por toda la eternidad, podremos estar juntos, aquí?

    - Me temo que no hija, siendo un ser divino no podrás sentir esa clase de amor, podrás amarlo de mil maneras como ….

    Lo interrumpió. -Entonces… renuncio al cargo que me ofreces… en cambio tan sólo permítenos reencarnar siempre y siempre volver a amarnos, es todo lo que te pido…

    Solo, esa palabra resonaba constante en su cabeza, cada día, desde que ella dejó este mundo, hacía tres años ya…. Sabía que estaría triste cuando sus ojos ya no vieran su rostro, cuando sus manos necesiten el calor de la suyas, cuando a sus labios sus dulces besos faltasen, sabía que triste estaría pero nunca tanto así. Estaba completamente solo, sus amigos, su amor, todos ya se habían ido.…. Lo que antes era un mal sueño, ahora lo vivía… y no, no podía seguir así, la soledad le dolía en demasía. De un determinado salto descendió del antiguo árbol, para dirigirse junto a aquel que desdeñoso le había dicho, "ya sabes dónde estoy", sólo minutos después de ver como el cuerpo de su amada se desvanecía… el entendía perfectamente a que se refería y ya era tiempo de tomarle la palabra.

    Al llegar, lo vio parado al borde de un risco, observando muy concentrado en el lejano horizonte, Dios sabe qué cosa, pareciera que la soledad también le pesara. -tan pronto…. Pensé que serías más fuerte….- pronunció gélidamente, sin voltearse a verlo.

    -Sesshomaru… déjate de sermones, solo hazlo…. – demandó sin temor, dándole a entender que ya era tiempo de que cumpla su parte de aquella promesa.

    - al parecer estas impaciente por conocer el infierno…- expresó secamente, acercándose peligrosamente y de un certero golpe le atravesó el corazón, ese corazón que ya no soportaba la soledad...

    En algún momento de su vida, ya con Kagome como su compañera de vida, Inuyasha se dio cuenta de que el destino siempre era incierto y aunque no pudiera controlarlo sería cauto…. y en su plan solo una persona o mejor dicho demonio, podía ayudarlo….su hermano, acordaron en que él debía acabar con su vida y sufrimiento si Kagome llegara a morir primero, ya que como medio demonio sabía que su vida podía durar cientos de años más, por eso no esperaría, no soportaría, quizás hasta miles de años para que la muerte se apiadase de él…. en caso contrario, si por algún motivo él ya no estuviera, Sesshomaru debería velar por ella….

    El desgarrador dolor que sintió en el momento de ser calado, no era nada en comparación a una vida sin ella…sin su kagome, y cayendo al piso sonrió, como si la oscura muerte le llegara con serenidad…

    No entendía como fue a parar ahí, observó todo minuciosamente, definitivamente esto no era el infierno, pensó, tampoco deseaba estar ahí, pero siempre creyó que terminaría en ese lugar solo por ser un medio demonio, pero no, eso no pasó, estaba parado en medio del jardín más hermoso y exótico que jamás sus ojos hayan visto, sin embargo todo ese follaje le resultaba muy familiar... cuando por fin salió del asombro, percibió que era abrazado desde su espalda, gesto al que reaccionó acariciando las pequeñas manos blancas que lo rodeaban tan cálidamente y que habían logrado llenarlo de algo que tanto tiempo había añorado… paz…

    Ahora ya estaba con ella, con la única mujer por la que renunció a la vida...porque sin ella no quería vivirla...

    La eternidad se reduce a nada si estas con la persona que amas, y ellos se amaban con tanta intensidad, que hacían parecer fugaz a la eternidad...

    La orden ya fue dada y aunque ya sabían desde hace siglos atrás, que inevitablemente esto sucedería, no podían impedir la conmoción….estaban a pasos del portal que las almas que volverían a nacer ese día debían de atravesar. -Tranquilo… nos volveremos a ver, recuérdalo…sólo espérame y pórtate bien, si?….- dijo mirándolo dulcemente, acariciando su rostro para apaciguar el temor que aquejaba a su amado.

    Él debía ir primero, y a petición de ambos lo dejarían reencarnar como humano, pero con su misma apariencia, ojos ámbar, cabello plateado, y su mismo nombre…. porque así se conocieron y ella nunca pretendió cambiarlo, lo amó y lo amaba tal y como estaba... ella debía quedarse un poco más, debido a su labor como guía de las nuevas almas, sólo un año más tardaría.

    -Kagome….- fue lo último que dijo antes de besarla, como aquella vez en la tierra, otra vez se separarían… pero esta vez con la certeza de que se volverían a encontrar vida tras vida….
     

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