Verano (D. Gray-man)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Vientchat, 9 Diciembre 2012.

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    Vientchat

    Vientchat Entusiasta

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    125
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    Escritor
    Título:
    Verano (D. Gray-man)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    990
    Komui los había llamado para mandarlos a una misión realmente importante. Kanda, como siempre, trató de negarse a ir con Lavi y Allen, pero el director del cuartel se puso serio y le prohibió hacer su voluntad. El sitio al que se dirigieron estaba a muchos kilómetros del cuartel, de hecho tenía un nombre que nunca habían escuchado; esperaban que un buscador los guiara o los esperara cerca de ahí, pero ninguno estaba disponible, así que partieron solos y sin un poco de idea de a qué tipo de lugar llegarían.

    El viaje resultó ser tan difícil como el nombre del destino. Primero tomaron un tren, aun cuando les dijeron que sólo los dejaría en una estación medianamente cercana al próximo pueblo donde pudieran encontrar un transporte que podría llevarlos directo al mencionado lugar. Con los primeros metros recorridos por el tren, Kanda se durmió y Lavi comenzó a meterle ideas a Allen para molestar al del pelo largo, sin embargo el exorcista parásito sabía bien que no era una buena idea tratar algo de las ideas del pelirrojo. Trató de disuadirlo más de la mitad del viaje hasta que se distrajo por unos momentos con unos hombres que jugaban cartas, fue a ver como el grupo juagaba para tratar de aprender nuevas trampas, pero regresó decepcionado por el novato juego presenciado. Al llegar a su asiento, vio que Lavi se había atrevido a pintar extraños dibujos y palabras sobre el rostro del durmiente espadachín, la expresión del albino fue de completo terror, y este aumentó cuando Kanda abrió lentamente los ojos. El pelirrojo contuvo la risa en el momento en que le puso enfrente un espejo, lo adormilado se le pasó con súbita rapidez y al primero que vio fue a Allen quien alzó las manos en un intento por demostrar su inocencia pero había una cosa que no debería estar donde estaba: un plumón en su bolsillo. Sin dudarlo, el espadachín sacó a Mugen y trató de rebanar al que creía culpable.

    Cortó varias partes del vagón en el que estaban, la poca gente que compartía el espacio había huido al próximo sin preocuparse por que estuviera en movimiento el tren. Kanda estaba imparable y no escuchaba, como siempre, las palabras de Allen. Corrían por todo el vagón, incluido Lavi al que también quería rebanar, cuando uno de los vigilantes del tren llegó con ellos; estaba tranquilo e incluso bostezo antes de entrar. Al poner un pie dentro, el filo de la katana del exorcista pasó muy cerca de su nariz, provocando que su cara perdiera todo el color y se detuviera en seco completamente asustado.

    —Se… se… aproxima su… bajada… —sin esperar alguna respuesta, el vigilante huyó del vagón. L furia del espadachín se calmó ligeramente y mientras todos guardaban sus cosas y se preparaban para bajar, una tregua se pactó silenciosamente.

    La estación en la que el tren se detuvo era miserable, constaba de una pequeña plataforma y un muy pequeño edificio que servía de taquilla, aun cuando estaba vacía en ese momento. Se quedaron los tres ahí parados, una suave brisa movió sus cabellos después de que el tren desapareciera en el horizonte.

    En su camino hacia el pueblo del que les habían hablado, no hubo más ruido que el de sus zapatos.Kanda seguía furioso, Lavi trató de hacer una conversación con Allen, pero él estaba enojado con el pelirrojo por la traición y se negó a hablarle. Tardaron una hora en llegar al pueblo, sintieron que el calor había aumentado casi con cada metro caminado y su suerte no mejoró, ya que les dijeron que todos los transportes que se dirigían a su destino estaban saturados.

    Completamente desanimados y desesperados, los tres exorcistas tuvieron que caminar, les aseguraron que no estaba realmente el lugar que buscaban. Ya eran las cinco de la tarde, llevaban sus sacos de exorcista en los brazos y el primero botón de las camisas abierto por culpa del calor que no hacía nada más que aumentar.

    —¿Por qué no te quitas la bufanda y la banda? —preguntó el albino en un intento por no volverse loco por tanto calor.
    —Porque nunca me la quito y no lo haré ahora —le respondió cortante el bookman, era obvio que el calor le exigía deshacerse de esas prendas pero su orgullo lo impedía. Allen volteó a ver a su segundo compañero, pero una mirada asesina de su parte le hizo comprender que cualquier intento de conversación era inútil.

    Siguieron su camino debajo del molesto y poderoso sol, hasta que el olor del ambiente cambió totalmente. El sitio al que llegaron era una playa. El lugar completo estaba bastante ocupado por los turistas, encontrar a la persona que habían ido a buscar sería definitivamente difícil. Caminaron por las abarrotadas calles, deseaban poder encontrar un sitio donde quedarse a descansar y refrescarse, lo que les impedía hacerlo era ese extraño sentimiento que los embargó al llegar.
    La pista que su misión contenía era una dirección en ese lugar playero, por eso se apresuraron a ir.

    Sin embargo, al llegar, su alma se cayó al suelo, siendo revivida en segundos por la ira. Toda la sección de investigación, algunos exorcistas y buscadores, estaban en una casa de playa, disfrutando el tiempo bajo el sol, en el mar, en hamacas atadas a las palmeras y, sobre todo, disfrutando de un buen descanso.

    —Por fin llegan —saludó Lena Lee luciendo un lindo traje de baño de dos piezas que hizo que los tres perdieran un poco del mal humor.— Le dije a mi hermano que esperáramos por ustedes, pero insistió en que pronto nos alcanzarían… —no siguieron escuchando a la chica, corrieron con sus inocencias activadas hacia el director que los había mandado a una misión inexistente, y ahora comprendían que la razón había sido: alejarlos de su querida pequeña hermana que se vería tan linda en su traje de baño , tratando de broncear su tersa piel.
     
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