Yu-Gi-Oh! Vencer [drabble]

Punto de vista de Pegasus, temporada uno.

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Vencer
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Yugi Moto, que interesante es ese chico tan pequeño que lucha sólo por su abuelito, que pelea sin querer hacerlo simplemente por su persona más amada. Me tiene intrigado, me tiene maravillado, pero sobretodo, me tiene cautivado. Cautivado es una palabra muy grande, la verdad lo digo retóricamente, pues lo que realmente me tiene cautivado es su Rompecabezas del Milenio. Esa maravillosa pieza que me ayudara a cumplir mi anhelado sueño y tráeme de vuelta a mi amada Cecilia. Cuanto tiempo he esperado para este momento y gracias a un inocente juego de cartas la espera estará a punto de culminar.

Me pregunto cómo serían las cosas cuando mi amada regrese, me pregunto si ella me seguirá amando tanto como yo la amo a ella. Estoy a un paso de tenerla de vuelta, a un paso de disfrutar de su cálida presencia y su fabulosa personalidad. Estoy tan cerca como el pequeño Yugi lo está de perder esa inocencia que lleva consigo. Cuando vea que el mundo es cruel y que al destino no le importa que tan puro o bueno seas de corazón, aun así te arrebatara lo que más quieres. Cuando ese niño que cree en el poder de la amistad y tiene esperanza en las cartas se enfrente a mí, vera que no importa cuán grande sea el honor o la fe que tengas siempre el más fuerte, el más tramposo y el más ruin de los hombres ganara.

Así que prepárate, Yugi-boy, prepara tus cartas, pon tu monstro más fuerte. Porque aunque sea boca arriba o boca abajo, en ataque o en defensa, yo ganare. Aunque invoques el poder de tus bellos sentimientos y tu ingenua fe, yo te destruiré con el poder que porto gracias a mi Ojo Milenario. Porque no somos tan diferentes después de todo, porque ambos luchamos por el mismo propósito; salvar a quien amamos. Sólo que lamento decirte, mi querido Yugi, que yo venceré esta batalla, porque por nada soy el creador de este sádico juego de confusión, de estas cartas hipnotizaste para el duelo de monstruos.

Cecilia, espérame un poco más, sólo aguarda mi llegada. Te salvaré y estaremos juntos toda la eternidad y nadie, ni la muerte ni la vida, jamás nos separara. Solo aguanta este duelo y estaremos juntos, felices y plenos toda la vida, eternamente. Solo espérame, amor mío, que la victoria ya está en mis manos.