Vampiro Preludio

Tema en 'Partidas Inacabadas' iniciado por Ayeah, 8 Febrero 2022.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Septiembre 2013
    Mensajes:
    2,193
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Marcel Ribas

    Iba averiguarlo. Llegaría a la razón de tan misteriosa invitación y el porque yo debía ir....aunque luego hubiese deseado no haber insistido.

    Al acercarme a la puerta derecha un destello de luz artificial cegó a todos los presentes para sumergirnos en la oscuridad, genial...¿Que más podría pasar? Y si de por sí mencionar en voz alta que nada podía empeorar significaba tentar al destino a llevarnos al infierno, el solo pensarlo desencadenó un repentino y horripilante caos, precedido por una extraña melodía. De la alegría todo paso a terror puro, gritos desgarradores inundaron el lugar casi estallando mis tímpanos.

    —¿Que m-mierdas pasa aquí?

    Sangre. Cuerpos siendo arrastrados como presas de leones marcaron el paisaje, estaba congelado...no podía siquiera tomar el móvil y pedir ayuda o algo...todo era una trampa, ese maldito sobre no podía significar más que infortunio....era algún tipo de mafia, debía serlo, pero todo aquello tenía un tinte misterioso y diabólico ¿Un culto satánico? ¿Nos llevaron a una trampa para sacrificarnos?

    No podía mover ni un músculo, el terror reptaba por mi columna y amenazaba con un ataque de pánico...pero no deseaba moverme. No iba a morir en medio de una multitud en una huida despavorida...pero ¿Que ocurrirá si no avanzo.


    Muy tarde...

    Alguien tomó mi mano con un firme agarre y el tipo parecía salir de un congelador. Portaba un sombrero y su cabello le hacía dar aires a un integrante de una banda de Rock. Intenté apartarme y exigir respuestas pero su agarre lo impidió.

    Fui llevado hasta una habitación sencilla en decoración.

    —De acuerdo amigo, gracias por eso pero...—mostre el sobre mientras el tipo cerró la puerta ahuyentando todo el ruido y desesperación reinantes— de verdad necesito saber a qué viene todo esta treta y ahora la locura de allá abajo ¡Habla!

    Pero mis exigencias cesaron al ver de frente al sujeto extraño, el... sonreía, pero aquella sonrisa parecía muy alejada de lo normal, era inhumano...casi como una bestia por muy surreal que parezca¿Eso eran colmillos? Estaba metido en un lío, ahora solo me quedaba afrontar aquello esperando lo peor para mi vida...hay que ver vaya destino vine a escoger, debí quedarme en Inglaterra.
     
    Última edición: 25 Febrero 2022
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Sad Sad x 1
  2.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora


    Ejem... Más de 1700 palabras para responderle a Crow?

    Yes, y fue un placer enorme, así que espero que al menos Ayeah lo disfruté, tehee~
    Gianna Fiore

    Pronto me vi separada del "Señor Vampiro" y, siendo sincera, no tener de qué agarrarme me aterró, aparte de que fue una separación brusca. Alguien lo jalo en la oscuridad y se alejó.

    —¡Espera! —exclamé con algo de fuerza extendiendo mi mano, pero no siendo capaz de avanzar más que un mísero paso. Los vi perderse y entre pestañeos para acostumbrarme a la oscuridad, con el temor ahora volviendo a vibrar en mi corazón, la verdad es que sentía lastima.

    Se había llevado mi celular, no tenía forma de devolverlo, en cualquier caso. Me quedé estática unos segundos escuchando todo el caos tras mi espalda, prendada al bosque incluso aún más sombrío que el propio cielo oscuro.

    Manos a la altura de mi estómago, mis dedos se aferraban con firmeza al mango duro de la navaja. Apretaba los dientes y ni siquiera era consciente de sí respiraba o no... seguro que no lo estaba haciendo, quedándome congelada solo para evitar temblar.

    ¿Ahora qué? ¿Morir?...

    No quería... por primera vez podía sentir reales ganas de quebrarme en llanto...
    porque no quería morir...
    no así
    Tenía que vivir...
    Por Manon...

    Porque mis padres no podían peligrar...


    No tenían el derecho...

    de perder dos...

    De perdernos.

    Inhale con fuerza, se escuchó el aire corriendo por mis fosas nasales, me llené los pulmones como nunca e incluso uno que otro hueso me trono al enderezar con rectitud mi espalda, como nunca antes.

    Miré determinada la oscuridad del bosque... y di media vuelta, con las manos y los pasos más relajados, pero mi agarre seguía firme en la navaja que apuntaba al frente: A la casa y a la gente que trataba de huir despavorida hacia cualquier lado.

    Sentí las hojas crujir bajo mis zapatos, lustrosos cuanto menos, y mis pasos sigilosos y precavidos me hacían retroceder con lentitud. Porque toda la gente peligrosa venía de esa casa, ¿no? Y salía de la propia. No imaginaba que algo aún más peligroso pudiera ocultarse en el bosque, no podía imaginarlo, y aunque las probabilidades no fueran absurdas mi cerebro ya no sabía qué teorizar ni debería para recopilar más información, solo actuaba para sobrevivir con lo que ya sabía, conocía y sentía.

    Presenciaba antes y más que cualquier otra cosa, mis ojos nervioso se encontraban atentos a cualquier movimiento que aún pudiera distinguir, mi cuerpo mantenía el equilibrio junto a la tranquilidad de la mejor forma que pudiera permitirme, mis oídos...

    Mis oídos nunca lo escucharon llegar.
    —¡Ah...! —solté un grito casi ahogado por completo en la sorpresa. No sentí peligro, porque de haber sido una real amenaza hubiera evitado agarrarme por la muñeca o se hubiera esforzado en noquearme, asfixiarme y sobre todo taparme la boca para no gritar por rescate. De cualquier forma, mis cejas se fruncieron con lastima y mi mano libre se mantuvo extendida a brazo completo en dirección a la navaja—. ¡No!

    Fue corto, pero talvez sería una de las pocas veces en que me parecía preocupar genuinamente por algo... con alguna clase de sentimiento profundo. Ni pude distignuirla con claridad, pero el contorno de los árboles y el paisaje tras ellos, aún en absoluta oscuridad, quedó grabado en mi retina, gracias a que mis ojos ya se habían acostumbrado un buen poco.

    Y corrí, me deje guiar y, por algún motivo, pude distinguir a Crow en todo el altercado.

    ¿A dónde íbamos? ¿Por qué?
    ¿Estaríamos seguros a donde fuera que llegáramos?​
    no se bien por qué, pero...
    Pero Crow no me aterraba...
    Puede que desde un inicio no hiciera y pareciera ser que nunca fue su intención hacerlo.

    Y lo mire, miré a Crow, luego rote mi mirar entre el frente y el suelo, para no chocar mientras corríamos a quién sabe dónde. No quería entorpecerle, no sabía cuál lugar nos dirigíamos, pero me guiaba y no sería yo quien le pondría trabas en eso. Era una responsabilidad menos para mí, en cualquier caso... y él... parecía ser responsable, de alguna manera, aún siendo un distraído, tímido y nervioso chico.

    Porque era tranquilo, cortes y también preocupado.

    Me agite, claro, con la corrida y el miedo, pero luego no demoré en centrarme nada más que en eso: En mantener mis piernas firmes y rápidas, mi respiración corta, pero eficaz, logrando a pesar de todo seguir el ritmo sin mayor dificultad. No fue fácil, cabe aclarar.

    Para nada fácil, a comparación de que en un abrir y cerrar de ojos termine en la cima de un árbol, solté un gritillo de paso, casi queriéndome hacer bolita y sin tener tiempo para pensar en vergüenzas, Crow me acercó a él con la fuerza algo aterradora de su brazo y yo hice lo propio aferrándome con la mayor fuerza que tuvieran mis dedos a esa prenda suelta y relajada que llevaba. De paso y oculté mi rostro en su pecho, vamos, que no me corté ni un poco y de caderas para arriba me volví una real lapa.

    Para no molestarle, de paso, que seguro de hacer la reacción contraria y tratar de separarme de él en una de esas y nos íbamos ambos de banda al mismísimo suelo... Y aunque ahora, arriba de una gruesa rama, me sintiera por primera vez acrofobica... pues, bueno, no sería difícil acostumbrarme a algo que ya ocurrió anteriormente por viajar en avión.

    Aquí no nos encontrarán— Soltó y ni fue tan necesario ver su dedo apuntando de reojo a un hombre sospecho cargando un cuerpo. Con mayor razón prefería estar arriba, como los gatos y las lechuzas, que abajo con las ratas y quién sabe que otras pobre alimañas. Todas muertas...

    —Je —solté, pero en realidad era el aire saliendo con irregularidad mientras una sonrisa leve y torcida se formaba en mi rostro, aprovechando de paso apartarme el flequillo del rostro y mantener mis vista despejada gracias a la presión de la palma de mi mano sobre mi cabeza.

    Eran los ojos de una chica desconcertada. Se podría decir... que al borde de la locura.

    Pero tampoco podemos salir —murmuró

    Y entonces me voltee a verlo, con el ceño fruncido severo y con una sonrisa descarada en la cara. Le hablé como acostumbraba: Firme, pero esta vez agresiva también, algo más rápido y, claro, con un volumen susurrante aún cuando era transparente mi desagrado y desconcierto.

    —¿Entonces qué diablos quieres que hagamos...?

    Y de inmediato me arrepentí de tratarle así, porque... porque no lo sentía correcto. Comportarme de esa manera con alguien como él me había demostrado ser...

    Pero la expresión de desconcierto en mis ojos, de preocupación extrema en mis cejas y mis labios entre abiertos con levedad... no nacían de eso.

    Nacían de que el jodido loco me acorraló contra el árbol.

    Y claro que me iba a poner a la defensiva,​
    cualquier chica con tres dedos de frente lo haría...
    ¿Pero que frente iba a tener? Sí con lo desorientada que estaba y con lo macabro de la situación incluso y debía agradecer de aún seguir con una cabeza sobre los hombros.
    Nunca fui cinéfila, incluso los documentales me aburrían e en algunos casos hasta me hacían dormir...

    No sabía... no... entendía muchas veces cómo funcionaban a nivel emocional los seres humanos, porque jamás me interesó conectar con las personas....

    Y ahora este loco...

    —¡Ihg! —chillé como una de esas ratas del cementerio, aunque, claro, como máximo yo era un lindo y privilegiado ratón de laboratorio al que aún no habían llevado al extremo de la tortura y la muerte. Mis manos con dedos agarrotados se posaron sobre sus hombros, mantuve con firmeza mis brazos extendidos gracias a la mayor de mis fuerzas que pudiera permitirme. Había incluso desviado la mirada, aterrada, para que mentir...

    Pero ni siquiera tiritaba, es más, la rabia se encendió dentro de mi y fue como prender una ampolleta. Se iluminó la habitación, la sala de interrogación.

    Ahora éramos solo tú y yo,
    precioso.
    Y yo no iba a rendirme.
    Lo encare con rapidez e incluso antes de eso mis manos se aferraron con una fuerza bastante considerable al cuello de su camiseta, vamos, a los trece pelee contra un mismísimo perro sin siquiera tener una jodida navaja, ¿Me haría temblar como un retoño recién nacido un tipejo cualquiera que, aparte, no parecía matar ni una mosca? Claro que no.

    Era claro quién tomaría las riendas acá.
    Nadie, más que mis padres, tenían el derecho de controlarme

    Manon, mientras tanto, era la única criatura sobre está tierra que protegería, cuidaría y le mostraría con mis más grandes esfuerzos algún intento de compasión, mejor decirle misericordia, para expresarme mejor.

    El resto podía irse a la mierda,
    y joderse en el infierno.

    No hagas ninguna puta mierda de la que luego puedas arrepentirte, Crow —hablé bajo, susurrante, acercando mi rostro al suyo, pero manteniendo la distancia mínima suficiente para que mi rostro ladeado no fuera una invitación a nada más que el dialogo. Eso sí, cabrones mis brazos que en automático se jalaron hacia atrás, aferrada como estaba a la camiseta del tipo este y, claro, de no oponer fuerza yo era ahora quien lo atraía hacía mí.

    Mis ojos se entornaron, mi mirada estaba sobre la suya sin una pizca de miedo, vergüenza y ni siquiera rabia. Esa se sintió en las recientes palabras, pero lo siguiente lo dije de manera fría.

    Muy,
    muy
    fría.
    Las dagas en realidad las traía dentro.
    Que gracia.
    —No te tengo miedo, Crow, ni a ti ni a ningún otro idiota —suspiré suave y gélida, quitándome así la tención del momento.

    Siempre lo supe...
    al final del día...
    Yo era el real monstruo.

    Desde los trece lo confirmé, incluso antes lo presentí...

    El real peligro que era...
    Aunque, claro...
    No dejaba de ser tan solo una jovencita de diecisiete años... despavorida y delicada...

    ≥>Jejejeje —reí entre nasal y de estómago, entrecortado y claro.

    Fue sobrio, tranquilo y no duró demasiado. ¿Qué ocurría ahora... enfant corbeau?
     
    Última edición: 25 Febrero 2022
    • Adorable Adorable x 2
    • Impaktado Impaktado x 2
    • Espeluznante Espeluznante x 1
  3.  
    Hitomi-chan

    Hitomi-chan Líder de Zona Artística Game Master

    Géminis
    Miembro desde:
    1 Enero 2010
    Mensajes:
    3,503
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Ragnar Bjelke

    "— Por aquí, ¡vamos!— Una voz se dirige a tí y te toma de la mano, guiándote lejos de un camarero cercano. ¿Cómo es posible que no hubieras notado su presencia?"

    Se suponía que me había quedado por si podía ayuda a alguien y ahora era yo el que era arrastrado como si fuera una pequeña niña. Ese hombre que ahora me llevaba con él no podía ser humano, cargarme con una sola mano y encima subir a ese árbol no podía ser real.

    —Por los dioses...—Aunque tratara de zafarme de ese hombre, mis intentos parecían inútiles, y luego de ver como el hombre que se suponía estaba vigilando aquel lugar solo arrastraba como si nada a una mujer, solo pude permanecer en silencio mirando aquella escena para luego ver de nuevo a ese hombre que me hablaba.

    Lo primero que llamó mi atención de él fueron esas garras que tenia por manos, haciéndome recordar todas esas historias que mi abuela me contaba cuando era niño, no solo crecí escuchando los relatos de las fieras batallas de mis ancestros y los dioses, sino también de esos seres oscuros y sobrenaturales que habitaban en este mundo, y que al parecer esa noche me había topado con uno de ellos.

    —¿Eres Crow?— Por la poca luz apenas podía distinguir su rostro y esos colmillos que parecían brillar más de la cuenta con la luz de la luna. —Se que me veo delicioso, y tal vez lo sea.... Pero no me muestres tus colmillos de esa forma— Era el mismo tipo con el que el oso tuerto me había enviado y con el cual no quise acercarme antes por estar con otras personas, lo había visto apenas pero no olvidaba un rostro que había visto recién.
    La último que dije fue una forma para no tensarme yo mismo, pero en el fondo sentía que ese tipo en verdad planeaba comerme, y no de una forma placentera como me hubiera gustado.

    Mire de reojo hacia abajo y note como seria una fuerte caída si me lazaba, pelear con él tal vez seria peor que la caída, por como me llevo hasta ese árbol era claro su fuerza no era broma. Tenia miedo, nunca me había enfrentado a un ser como él, pero al mismo tiempo no quería morir de esa forma.

    —Se que no eres humano...— Al menos eso era seguro —...Si tu plan es comerme, al menos dale a tu presa la oportunidad de defenderse— Por las historias de mi abuela, los encuentros con seres como ese no salían nunca bien, pero al menos quería dar mi última pelea antes de ir a beber cerveza junto a Odin.

    Le sonreí al sujeto mientras lo miraba, la muerte no es algo a lo que le tuviera miedo, ni a lo que escapara, solo quería morir dignamente y no cediendo tan fácil a un ser más fuerte que yo. Además la adrenalina de mi cuerpo producto del miedo y la situación me hacían sentirme jodidamente bien, que hasta olvide por un segundo como a pocos metros había un masacre.
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  4.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    15,861
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Caro Ainsworth

    Sabía perfectamente que mis palabras no tendrían el efecto completo que me gustaría, que era imposible no notar la tensión que se había formado en la biblioteca antes incluso de que ella llegará, ¿pero qué más podía hacer? Mi intención era hacer un poco de conversación y sacarnos a las dos de ahí antes de que el hombre pudiese hacernos algo, al fin y al cabo, estábamos a solo un par de metros de un pasillo vigilado por dos guardaespaldas.

    Mi plan no salió exactamente cómo esperaba, pero al menos podía decir que habíamos conseguido librarnos de aquel loco, ¿no? Y no solía ser una persona que buscase el lado positivo de las cosas, pero, en aquella situación concreta, pensaba aferrarme a aquella pequeña victoria como nunca.

    Porque después tuvimos un pequeño segundo de calma antes de que se desatase la tormenta, y nosotros estábamos en el ojo del huracán.

    Todo se convirtió en oscuridad a nuestro alrededor, un silencio pesado nos asfixió como si fuese un augurio de lo que nos esperaba, y después el caos. El piano que había empezado a sonar quedó enterrado bajos los gritos de horror del resto de participantes de la fiesta y, como si hubiésemos tenido la misma idea, di un par de pasos en busca de la cercanía de la chica rubia, notando que ella hacía lo mismo por el sonido de sus propios movimientos.

    Mis ojos empezaron a acostumbrarse a la oscuridad del lugar, pero lo cierto es que ni siquiera esperé a que ese fuese el caso para dirigirme hacia el exterior de la sala. ¿Cuál era el plan exactamente? No tenía idea, solo sabía que tenía que salir de ahí, fuese como fuese. Quizás nadie fuese a echarme de menos ahí fuera, pero había sobrevivido durante toda mi vida a pesar de ello y no pensaba dejar que aquella fuese mi última noche.

    En el pasillo tuve la terrible suerte de encontrar un hombre que quiso ayudarme y, teniendo en cuenta que no tenía mejores opciones, decidí seguirle. Así fue, por lo menos, hasta que lo escuché caer como un peso muerto a mi espalda y, al girar, di de lleno con uno de los hombres que trabajaban ahí. Se hizo con el señor inconsciente y luego conmigo, poco importó la resistencia que estuviese intentando poner para evitarlo. Era menuda, no tenía fuerza y estaba asustada, así que era una batalla perdida desde el primer segundo.

    Cuando por fin toqué nuevamente el suelo, pestañeé un par de veces hasta distinguir el rostro de la mujer que había dado la orden de soltarme. Era una mujer hermosa, de una belleza que te hace pararte para apreciarla incluso cuando estás a punto de morir, y en un flash recordé que la había visto hablando con un par de jóvenes cuando entré a la casa para dirigirme a la biblioteca. Cuando salí del embrujo momentáneo, escuché las voces a mi lado incriminando a la mujer, y reconocí en un instante la de la chica que había estado conmigo apenas unos minutos atrás.

    Era una tontería, pero me alivió enormemente saber que estaba viva.

    Al menos por el momento, claro.
    Volví a centrar mi atención en la mujer, descubriendo su nombre de boca de uno de los chicos que nos acompañaba, y decidí fijar la vista en ella para ignorar en la medida de lo posible los gritos y la sangre que embotaban mis sentidos. Mis neuronas se pusieron a trabajar como nunca, incapaces de descansar en su intento por saber qué estaba sucediendo incluso en una situación tan anómala como aquella, y volví a pestañear con rapidez al creer entender, al menos, algunas cosas.

    —Tú eres la ladrona... —murmuré, más para mí que otra cosa, y solo alcé un poco la voz para pronunciar lo siguiente—: ¿Qué queréis de nosotros?

    Disappointed porque Blee me cayó y no pudimos rolearlas, excited porque seguro ahora son besties y comparten clan (?)
     
    Última edición: 25 Febrero 2022
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Adorable Adorable x 1
  5.  
    Ayeah

    Ayeah Shinobi

    Acuario
    Miembro desde:
    24 Febrero 2016
    Mensajes:
    430
    Pluma de
    Escritora
    upload_2022-2-26_0-48-19.png

    upload_2022-2-26_1-50-4.png
    La mujer descruza sus piernas lentamente, llevándose un dedo a la barbilla para recoger la gota de sangre e introducirla en su boca, pensativa.
    Finalmente, se levanta y avanza con pasos seguros y firmes sobre sus finos tacones de aguja, que hacen que se alce hasta casi alcanzar los dos metros.
    Examina los rostros de los recién llegados, uno a uno, y asiente para sí.

    Reclutamos.— Responde con suave acento eslavo, dirigiéndose al cuarteto de jóvenes.

    Acto seguido te toma por el cabello y de un firme tirón expone tu garganta. Aspira el aroma con su nariz recta y el aliento que escapa de sus labios entreabiertos acaricia tu piel helándola a su paso.

    Sus ojos se posan sobre los otros tres integrantes del grupo mientras hunde sus colmillos tu yugular, sin perder detalle de sus reacciones.

    Como si los examinara.

    Pero poco importa ya, sientes que la vida se te escapa y lo último que vas a ver son las horrorizadas caras de Preston, Altan y Caro, que pronto compartirán tu destino.

    Bebe de tu garganta durante varios segundos que parecen una eternidad, la sangre resbala como una sábana por tu cuerpo, que sientes embotado caliente y húmedo.
    Sólo su agarre te sostiene y, cuando cesa, caes como un saco de patatas a sus pies y todo se vuelve negro.
    Tras sajar la garganta de Blecke, Anka avanza hacia ti y su mirada te deja clavado al suelo. Aunque tampoco es que pudieras huir de todos modos.
    Juguetea con sus gélidos dedos sobre tu cuello antes de sacudir la cabeza y deslizarlos lentamente por la chaqueta de tu traje hasta tener tu mano entre las suyas.
    Imita tu anterior gesto de saludo, besando con suavidad el dorso de tu mano y sonríe.

    Pero no es una sonrisa amable.

    Sus dientes desgarran la piel de tu muñeca con asombrosa facilidad y un dolor agudo te invade cuando la sangre comienza a brotar cálida y pegajosa.

    Anka bebe con avidez durante un tiempo, drenando tanto tu energía como tu sangre en ese beso mortal que te sumerge en una vorágine de dolor, agotamiento y, finalmente, oscuridad.
    Cuando Preston cae, uno de los sirvientes se acerca y lo coloca cuidadosamente junto al cadáver de Bleke.
    Los ojos aguamarina de la vampiresa se clavan en los tuyos y sabes que lo inevitable está por venir.
    Ella alza tu barbilla con su dedo índice y te examina de cerca, parece satisfecha con lo que encuentra porque lentamente comienza a deshacerse de tu traje.
    Sería una pena arruinarlo.— Murmura. Ahora que está saciada parece menos salvaje pero, a la vez, más calculadora e intimidante.
    Sus colmillos se hunden a la altura de la subclavia, entre tú hombro y tu cuello y pronto la sangre comienza a manar de forma intermitente, al compás de los latidos de un corazón cada vez más lento... Hasta que se detiene.
    Finalmente, la mujer se acerca a ti bañada en la sangre de los otros tres jóvenes. No parece importarle tanto haber arruinado su propio vestido cómo las ropas de Altan.
    Ya has visto tu futuro, sabes que ésta vez no será diferente al resto pero ella se detiene y acaricia suavemente tu mejilla y sonríe con suficiencia.
    Yo sólo he robado vidas, querida.— Responde y, tras atravesar tu carótida, sientes cómo se lleva la tuya para su colección.

    Gigi Blanche Domenica Juniper Amane
     
    Última edición: 25 Febrero 2022
    • Zukulemtho Zukulemtho x 4
    • Impaktado Impaktado x 1
  6.  
    Ayeah

    Ayeah Shinobi

    Acuario
    Miembro desde:
    24 Febrero 2016
    Mensajes:
    430
    Pluma de
    Escritora
    upload_2022-2-26_1-54-42.png
    upload_2022-2-26_1-54-27.png
    El hombre te mira confuso, frunciendo ligeramente el ceño durante unos segundos y, finalmente, sacude la cabeza.
    Tranquilo.— Responde.— Te daré unos de verdad.
    Acto seguido se abalanza ágilmente sobre ti y clava sus dientes en tu yugular. Sientes la sangre brotar mientras él te inmoviliza con su peso contra la gruesa rama.
    Esos dientes falsos estan afilados de verdad... Tanto que sientes cómo succiona lo que te queda de vida a través de los agujeros formados por ellos.
    Impactado por tu actitud el hombre se retira unos centímetros para observar tus expresión con una ceja enarcada y, finalmente, deja escapar un largo suspiro.
    Pues deberías temerme.— Responde, con un gruñido bajo y gutural.— Y a ellos aún más.
    Señala hacia abajo con la cabeza y te dedica una mirada triste y torturada. Parece debatirse internamente pero, tras unos larguísimos segundos, uno de sus brazos se extiende de golpe y te aferra del cuello con una fuerza sobrecogedora.
    Lo lamento.— Repite.— Pero es la única opción.
    Dicho esto, hunde los colmillos en tu cuello con la fiereza propia de un animal salvaje, ahogando un gemido borboteante mientras bebe de tu sangre hasta que la fría oscuridad se apodera de ti.
    Crow medita tus palabras con seriedad antes de asentir lentamente.
    Está bien.— Responde, con un encogimiento de hombros.— Supongo que es lo justo.
    Te dedica una sonrisa cansada y abre los brazos de par en par exponiendo su cuerpo pero no se molesta ni siquiera en esquivar los golpes, no le hacen nada... Y parece tan decepcionado como tú, aunque resignado cuando toma uno de tus brazos y se lo lleva a los labios para atravesar tu muñeca con esos afilados dientes... Tu último combate estaba perdido antes siquiera de comenzar.

    Slam Mori Hitomi-chan
     
    Última edición: 26 Febrero 2022
    • Reflexivo Reflexivo x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Espeluznante Espeluznante x 1
  7.  
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    7,831
    Pluma de
    Escritora
    Enya Beckett
    [Piscina]

    Escuchó la voz de la joven amable de hace unos momentos, iba a contestar y su voz se vio opacada por la voz susurrante. En obscuridad total no podía buscar a Gianna, sólo podía esperar que la voz la guiara a la salida; no debía entrar en pánico, pero debía avisar que estaba con bien; pero ella no dijo nada, simplemente siguió la voz de manera automática, cómo si no tuviera un control de su cuerpo ni voz. Y lo que podía observar le provocó miedo. ¿Qué era todo aquello?

    Más personas se unían hasta regresar a la piscina, dónde atentamente miró las siluetas de todos menos la de ella.

    La pregunta que había hecho a Isha parecía responderse sola —Siempre supiste mi nombre...— mencionó preocupada. Pensó en gritar, alertar a Gianna; pero pensó que no podía arrastrar a alguien más a sus problemas, esperaba que estuvieran seguros fuera de la mansión; mientras que ella observaba el agua.
     
    • Ganador Ganador x 2
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Adorable Adorable x 1
  8.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
    Miembro desde:
    15 Abril 2019
    Mensajes:
    4,092
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Marilyn Lazfage

    En determinado momento, no hubo respuesta por parte del oso cuando una gran explosión aconteció... Parecía que algún imbécil de turno había reventado un cohete en el suelo o algo porque el destello fue bastante impactante, gemi, inclusive me quejé por el breve flash y cuando todo se calmó y mi vista poco a poco se habituó a la oscuridad... Era... Todo negro.

    Chasquee la lengua confundida, volteando alrededor.
    —Eh... ¿Señor extraño?—. Pregunté visiblemente confundida más que asustada por ver qué no habían luces y escuché murmuros por lo bajo... Eran voces confundidas. Di unos pasos por lo que los tacones rezonaron cuando un azote al unísono se escuchó... Luego una tétrica melodía de piano así como el azote lo identificaba de las charolas que llevaban los meseros.

    Gemi reflexiva, hasta que en ese momento llevé mi mano izquierda a la muñeca derecha para quitar el seguro y sacar de ello el filo para atacar al infeliz que fuese sobre mí.

    En ese momento un grito se suscitó y no evité dar un respingo del susto cuando más y más caos se desató.

    Mierda...

    Fue lo que murmuré cuando empecé a escuchar pasos por todos lados y no quedó más que correr. Claro, el pequeño pero grandioso detalle era que llevaba unos putos tacones y correr no era el mejor de las ideas.
    Levanté la manga dónde llevaba el filo y encendí una discreta linterna, pequeña pero eficiente para al menos improvisar y solo necesitaba de jalar un pequeño interruptor para iluminar lo que tuviese, apunté primero a la salida, nadie parecía venir por ahora, luego a dónde estaba ese hombre con el sentido del humor bizarro pero tampoco parecía haber nadie.

    Insulté por lo bajo la situación y busqué rápidamente una puerta, al hallarla la abrí y acabé en otra habitación el cual ya algunas personas estaban corriendo, cuando alguien me tomó de forma brusca y era alguien confundido y desesperado pero que también parecía el cerdo que le gustaba aprovecharse e intentar, yo que sé, dañar a ajenos por aprovecharse de la confusión. Pero dos podían jugar al mismo juego, al percibir que era un hombre le di una buena patada en la entrepierna y arrodillado, de un certero tajo le corté la garganta por lo que eso me salpicó de sangre mientras el hombre caía agonico y muerto haciendo su charco de sangre...
    —Maldita sea... ¡¿Dónde está la puta salida?!—. Rugi entre tensa, incluso con miedo pero también con rabia. Acababa de matar a un imbécil a sangre fría y tampoco era nada nuevo si se me era provocada de esta manera, la situación ameritaba escapar cuánto antes.

    En determinado punto creí guiarme, cuando alguien más me agarró, pero este era más firme y sincero, las palabras de la persona me hablaron claro, diciendo que lo siguiera y sin mediar palabra me arrastró ahí donde fuera, me sorprendió porque ni supe de dónde diablos salió, pero no importaba, porque me jalaba y esquivaba a la multitud con maestría llevándome a otros lados de la gran casa y me era complicado por los tacones pero de milagro no me caía y entorpecia el escape.

    En determinado punto, justo al salir, una mujer morena y de porte imponente habló de la misma manera... Y al menos por mi parte, como si hubiese acabado de ser hipnotizada, me ví forzada a seguir sus pasos, lo noté, no pude controlar mis acciones y solo caminé con ella. Enfrente mío una anciana había estado allí, así como otras personas y más y más se unían, caminando y guiando nuestros pasos de alguna manera de entre tanto caos.

    En determinado momento, fuimos guiados a la piscina, la que había visto cuando llegué, y pude percatarme cómo las sombras nos rodeaban y parecía ser una especie de barrera el cual nos separaban del caos y de esta... Improvisada reunión.

    Me quedé extrañada mientras veía a los presentes y mi atención se centró en la anciana, mencionando algo que captó mi interés de inmediato y no hizo más que mostrara sorpresa...

    En ese momento, al ver las sombras, aquellas tan familiares me hizo recordar lo que había experimentado cuando se me dió la invitación.
    Observé el agua, y cómo el mismo reflejaba todo menos... A la mujer...

    No podía creer ni entender lo que sucedía, y alcé la mirada hacía la mujer, sorprendida.
    —Estas sombras... El ambiente... Tú... Tú fuiste quien nos dió el sobre con una corona en ella... ¿No es así?—. Interrogué incluso con actitud temeraria pese que el comentario de la anciana ya señalaba lo evidente.
    >>¿Cómo supiste mi nombre? ¿Qué sabes de mi?—. Finalicé entre tensa y molesta, ya la cosa se había ido al carajo... Terminar de hundirlo dudaba que en realidad fuese algo... ¿Malo? Era absurdo.
     
    Última edición: 25 Febrero 2022
    • Fangirl Fangirl x 3
  9.  
    Hitomi-chan

    Hitomi-chan Líder de Zona Artística Game Master

    Géminis
    Miembro desde:
    1 Enero 2010
    Mensajes:
    3,503
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Ragnar

    Por un momento pase del miedo al coraje, ese tipo parecía estar burlándose de mí al demostrarme que mis golpes no le hacían nada para luego solo clavarme sus dientes como si nada.

    —Sabes, me gustaría estuvieras succionado otra clase de fluidos en mí — sonreí al mismo tiempo que sentia como mi cabeza comenzaba a dar vueltas —¿Siempre eres así de aburrido?— Tal vez no tenía su fuerza, pero no dejaría me venciera tan fácil, o al menos no dejaría de intentarlo.

    El tipo estaba tan concentrado en mi muñeca, que fue fácil simplemente hacer mi cuerpo hacia atrás para caer de ese árbol, esa era mi única salida posible y la forma de no dejársela sencilla a ese tipo.

    —No debí venir a este lugar— al sentir como mi piel y carne se desgarraban al momento que los colmillos de ese tipo se desprendían de mi muñeca, pude verlo de nuevo unos segundos a los ojos —Maldito bastardo, ni siquiera tienes estilo para comer — Solo esperaba sentir el golpe de mi cuerpo al caer al suelo para terminar con todo, las imágenes de mi familia era lo ultimo que deseaba ver o recordar, lo único que lamentaría en esta vida era no conocer a mi nuevo sobrino, por todo lo demás solo esperaba mis padres y hermanos tuvieran una buena vida sin extrañarme de más.
     
    • Ganador Ganador x 2
    • Sad Sad x 2
  10.  
    Ayeah

    Ayeah Shinobi

    Acuario
    Miembro desde:
    24 Febrero 2016
    Mensajes:
    430
    Pluma de
    Escritora
    upload_2022-2-26_11-2-16.png
    [GANGREL]
    Hitomi-chan
    Crow observa tu cuerpo caer con una mueca de sorpresa, ves su mirada de frustración desde la rama cuando suelta un gruñido bajo y gutural antes de esfumarse por completo.

    Pero el impacto que esperabas nunca llega.

    En su lugar un cuerpo duro y frío ha amortiguado la caída.
    Mierda. No quiero un vástago deforme.— Maldice entre dientes el que es a la vez tu asesino y tu salvador.

    Ésta vez no te da oportunidad de reacción. Sus afiladas garras se ciernen con fuerza sobre tu cabello cuando se pone en pie, levantándote consigo. Se yergue en toda su envergadura, sólo ligeramente por debajo de la tuya, y hunde sus dientes en tu garganta.

    Finalmente, todo se vuelve negro.
     
    Última edición: 26 Febrero 2022
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Zukulemtho Zukulemtho x 2
    • Impaktado Impaktado x 2
  11.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Gianna Fiore

    La risa me había aflojado un poco las manos, pero el desconcierto que me generó esa mirada, esa mierda de mirada: Triste, adolorida... Apreté los dientes con rabia, bufé suave por la nariz y enterré mis ojos sobre los suyos con las mismas fuerzas que mis "delicadas" manos me permitían. Y no sería atemorizante que una niñata, cuando eras hombre y tenías fuerza, te agarrara la camisa como cualquier trapo sucio... Pero tampoco se debía tomar para broma, porque de haber tenido un hamster entre esas mismas manos... seguro sus ojos explotaban de su cabeza por tener mis manos quebrandóle el cuello.

    Y yo sería la presa de la situación, pero Crow no me trasmitía ninguna vibra de cazador. Era tan contradictorio... no podía asegurar, contradecir y mucho menos concluir cualquier cosa, pero al menos podía comprender todo lo que me trasmitía ese condenado flacucho.

    Estúpido crío, ¿cuántos años tendría en verdad? Lo único que me frenaba de reaccionar con palabras y hacer otra cosa es que por fin se mostró algo agresivo, sacó voz gutural y de una vez por todas demostró tener hombría más allá de la altura en ese cuerpo más escuálido que la media... y aún así tenía fuerzas... ¿Cómo tenías fuerza, de dónde sacaba las energía?

    Sobre natural.
    Miré de reojo a lo que me señaló y mis neuronas lograron hacer rápido la sinapsis... Lo miré con los ojos aún más entrecerrados, los labios en una mueca sutil y reflexiva, mis cejas tenían la frunción normal de quién se traía algo entre oreja y oreja: Pensé con claridad, pero no exclamé nada, hablando incluso solo por la mirada.

    Mi mirada verde grisácea, que debía solo verse oscura en esta situación...

    ¿Qué mierda quieres, Crow?
    Porque confiaré en ti...

    Solo porque todo lo que haces pide a gritos dejarte.... ser...
    El condenado ni tiempo me dio para concluir o siquiera responderle, el muy jodido me apresó el cuello y yo, siendo la bruta que era y la fiera que cargaba dentro, me aferré a esa misma muñeca y brazo con la que él quiso inmovilizarme. No te daría mi cuerpo tan fácil...

    Cobarde... cof —hablé gutural, lo que mi garganta obstruida me permitiera. Le mira con la rabia en cada expresión de mi rostro y me encargue de trasmitirle mi desagrado a través de las uñas que enterraba en su piel, carente de alguna misericordia más allá de, aún con todo, evitar faltarle el respeto.

    Eras una idiota, Gianna, ¿por que eras así? ¿Por qué?

    "Lo lamento" Decía, eso sí que logró sacarme un quejido profundo, entre gruñido e incluso ronroneo, mi cara era de duro y puro rechazo, pero me encontraba carente de rabia, desagrado o incluso terror. Ni siquiera había un rastro de tristeza...

    Yo sería la presa y él un depredador, pero seguiría siendo yo la dueña y él un simple cachorrito. Porque si fuera un niño... podría sacarles lo ojos, quebrarle las costilla, atormentarlo y despedazarlo... Sonreí macabra y ladina ante esa imagen mental, por un momento efímero sin huir nunca de su rostro, pero claro, fue efímero porque no demoré en sentir un dolor punzante en todo mi cuello.

    Un dolor que me agarroto las manos y sin cuestionarme nada en respuesta le rasgue la muñeca con todas y cada una de mis uñas, encargándome de dejar mi rodilla y pierna con firmeza entre nosotros, preparándome para golpear cualquier genital o estómago que fuera necesario.

    Claro que me quejé también, pero con el dolor desgarrador y todo opté por gruñir amplio y profundo, pero grave y por ende más... inadvertido.

    El resto era peor, ¿cierto? Entonces qué no interrumpieran cuál fuera la tontería que estuviéramos haciendo. Había gemido y todo, el cabrón.

    Maldito... Cabrón...— solté dura y entre cortado por la maldita presión en mi garganta— Cof... uff... ¡Uhmpf!— Le miré con rabia y vibre con coraje.

    Llevé mi izquierda a la camisa de su cuello con firmeza y le agarré la prenda con fuerza, pero peor fue el agarre de mi derecha que viajó a la coronilla de su cabeza: Me hice con todo el pelo que pude y, aferrada como la garrapata a la costrosa piel de su víctima, empuñé mi mano y con más firmeza que fuerza le jale el pelo hacia atrás, a ver si así aflojaba los jodidos dientes y dejaba de ser un...

    Un chupa vidas, como si te fuera a dejar cenar tranquilo, maldito depravado. Alcé la rodilla entonces, de paso, para intentar atinarle un golpe ya sea a su pecho, estómago e incluso terminé por acomodarle una gran y, seguro, dolorosa pisada en la entrepierna. No demoré mucho en alejar el pie de esa zona, en cualquier caso, porque era consciente de los brutos y cabrones que podían ser los hombres.

    Me había encontrado variedad de rostros desagradables en el pueblo, al fin y al cabo.

    Un loco por los insectos, otro que maltrataba a su perro y el que nadie sabía si observaba a los pequeños de la escuela por mera nostalgia, cariño o algo mucho peor.


    Las mujeres, claro, podían ser igual de escoria... pero funcionaban distinto y Crow parecía ser un hombre, ahora, con todas las de la ley.

    Tras esa panda de manotazos e intentos de infringirle algún daño, hablé con clara frustración, frialdad e ira, para intentar hacerle recapacitar, hablando de colmos.

    Aunque poco me importaba lo que terminará pensado o cuánto le pusiera el asunto a él, me importaba que le quedará claro que yo ahí no era más que se un simple trapo desangrándome, no quería transmitir ni significar nada más que eso: Una, próxima, muerta...

    Una piedra, el garrote, la muñeca de porcelana, pero poseída y mis propias dagas. Que solo cargaba una, pero había roto y desarmado varias.

    >>
    Deja de pedir perdón a cada rato, sobre todo si vas a hacer tus estupideces de todas maneras— ¿Lo estaba regañando? Increíble, y pensar que en realidad solo quería tomarme las molestias de corregir a Manon, pero aquí me veían: Impartiendo cátedra con mi más reciente agresor—. Aaaahg, —solté con frustración con uno que otro quejido de puro y duro dolor, masculle de paso— ¡Tch! —solté sonoro con la lengua...

    ¿Ahora qué? Mi cuerpo había perdió fuerzas y sentía como me desangraba, con la humedad y tal... el olor era horrible. No creo que este tipejo fuera un caníbal, ¿cierto? Osea, de que le ponían cosas raras, lo hacía, pero los caníbales actuaban de manera distinta, más metódica y organizada... él era incluso super...

    ¿Salvaje?
    Bueh, qué más daba.
    Debía entregarle mi epitafio y al menos, con mis últimas palabras, algo con lo que pudiera explicarles a mis padres mi inevitable muerte, si es que me moría, porque con todo y tenerle ahí succionando mi cuello... pues nada, que el cabrón seguía sin convencerme con que era peligroso y yo qué sé que otras mierdas.

    >>Dile a mis padres... aaahg, mejor no les digas nada, ¿sabes?— Y con fuerzas débiles intenté otra vez agarrarle el cabello, pero las fuerzas menguaban y fue más una caricia que otra cosa, el fallo reflejó con claridad en mi cara el desagrado que me generó, gracias a una mueca trasparente. Casi muerta, busqué su mirada y procedí a observarlo con extrañeza, agotamiento y...

    Y con cara de: Por favor, acaba pronto, que me quiero bajar de este tren llamado "Vine a una fiesta por estúpida y ahora soy una de los chorrocientos casos de asesinatos sin resolver" ¡Ah, y con el detalle de que habían cosas sobrenaturales de por medio! Diría que es el colmo de colmos, pero seguro que el propio Crow habría presenciado y sentido en carne propia cosas aún peores.

    Es que, era sincera: Esto era... muy mediocre.

    Le miré con rabia, la vista se me parcheaba en negro y la cabeza me daba vueltas, estaba que me caía de la rama por mera pérdida de equilibrio, pero aún con todo eso use mis últimas fuerzas para darle un firme y duro golpe... con mi índice izquierdo, sobre su pecho, mientras que con la diestra me afirmaba de lo que fuera para no desequilibrarme y morir por caída pronunciada.

    Mantuve por un rato mi labio superior levantado tal burro enfadado junto a mi mirada sin ir alguna, más bien en extremo seria y fría, lo dicho: Sin miedo, tratándome aún en mis últimas como el irrelevante, como si tuviera yo un poder en realidad.

    >>Solo asegúrate de entregarles mi cuerpo lo más entero posible...

    Y por primera vez, puede ser que incluso en todos mis años de vida, sentí reales ganas de llorar. De quebrarme ahí mismo, pero bueno, solo dejé caer mi cabeza sobre su hombro y le murmuré con esa voz débil y rota, pero no llorosa.
    >>Sería doloroso para ellos... no tener a quién enterrar... ni llorarles.

    Porque si moría yo...
    Manon se vería obligada a sobrevivir...​
    y todos saldríamos perdiendo.
    En la oscuridad, sin que él pudiera ver mi rostro por estar cabizbaja, me permití una última leve sonrisa...

    Todo estaba perdido...

    pero solo si Crow me dejan morir.

    Vamos, Cuervito.

    ¿Me explicarás, por fin, para que me invitaste está mascarada?
    Pobre de mi madre, parece que a su primogénita no le irá bien con los romances. Mi padre a estas alturas ya tuvo que haber quedado calvo de todos los cabellos que lo llevó sacarse el desespero.
     
    Última edición: 26 Febrero 2022
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  12.  
    rapuma

    rapuma Maestre

    Géminis
    Miembro desde:
    17 Marzo 2014
    Mensajes:
    3,878
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    André François

    ¿Más gritos de terror? ¿Pero qué clase de fiesta swinger es esta? No se parece en ninguna a las que he vivido... y encima mis zapatos se detienen sobre un charco de sangre que casi me hace resbalar. Esto ya roza lo grotesco. ¿Tienen sexo con la regla? Menudos psicópatas. Me hubiera gustado al menos prepararme un poco, no estoy depilado...

    Eh, mierdecilla. Suéltame ya mismo.

    Le digo con voz ronca al sujeto que me aprieta el antebrazo y me hace ver las estrellas del dolor. Me arrastra como si no pesara más que un niño de tres años. Intento abrirle los dedos pero parecen tenazas congeladas apretándome la carne del brazo. Me sorprende esa fuerza excesiva. Yo me considero a mí mismo un toro pero este sujeto me sobrepasa, aunque no entiendo como. Tiene todas las pintas de ser vegetariano y que le interesan los horóscopos.

    Me lleva a una habitación y al soltarme me sobo el brazo. Lo veo mirarme con una lascivia animal y decido ponerme firme.

    —Colega, respeto tus gustos. Oye, que si yo fuera tío también buscaría darme a mí, pero este no es tu tren, bro. Hazme el favor de buscarme una tía buena y vete de una vez. Y tráeme otro Jhonny con dos hielos.

    Me acomodo la chaqueta y noto que el sujeto sigue ahí, mirándome con una sonrisa afilada.

    —¿Estás sordo o te refresco los oídos?
     
    Última edición: 26 Febrero 2022
    • Borrashooo Borrashooo x 3
    • Gracioso Gracioso x 2
  13.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,986
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Bleke Middel

    Una a una, más personas fueron llegando. Me tomó un segundo vistazo reconocer a Preston del tiempo que había pasado en Nueva York negociando con su familia, topármelo precisamente allí fue casi surrealista y me arrojó una angustia enorme directo al pecho. Me obligó a reconectar conmigo misma, con mi pasado, me forzó a recordar que existía, que había construido una vida cimiento a cimiento. Que había perdido a mamá y nunca le había dicho la verdad a mi hermano.

    Dios, nunca se la había dicho.

    Luego de Preston, aparecieron el sujeto de la máscara de cuervo y la chica de la biblioteca. Se podría decir que me alivió verla en una pieza, pero la situación no tenía pinta de mejorar y ¿qué nos diferenciaba de la sangre esparcida por doquier? Sólo el tiempo.

    Tenía miedo, para qué negarlo. Era la primera vez en mi vida que sentía un miedo tan crudo y visceral, capaz de quemarme los pulmones y estrujarme las entrañas. Era un miedo que genuinamente dolía. Anka se movió, entonces, se puso en pie e imaginé que así debía sentirse una pobre gacela cuando el león apenas volteaba a verlo. Con cada paso de Anka el corazón me golpeó el pecho más y más fuerte, y en el instante que posó su mirada en mí lo escuché en mi mente, lo sentí en cada fibra del cuerpo.

    Que iba a morir.

    Pegué la espalda a la pared, aterrorizada, y siquiera fui capaz de formular una palabra coherente. Solté un gemido que se mezcló en mi respiración desenfrenada y cerré los ojos con fuerza al sentir el tirón en el cabello. No entendía nada, no sabía nada, pero la palabra seguía rebotando en mi cerebro y sólo... sólo pude quedarme quieta. Como una pequeña liebre cegada.

    La pared bajo mis dedos estaba suave.

    Escoció.

    Abrí los ojos de golpe, el dolor punzante se propagó por todo mi cuerpo y volví a gemir, a sollozar. Intenté zafarme, me agité bajo su cuerpo con todas mis fuerzas pero fue inútil. Estaba... bebiendo mi sangre. Esa persona realmente estaba bebiendo mi sangre. ¿Tenía algún sentido?

    ¿Qué lo había tenido nunca?

    El tiempo está fuera de quicio.

    Si acaso llegué a deslizar la mirada hacia un costado, para topar con las otras tres personas junto a mí. No pasaron muchos minutos hasta que la fuerza empezó a abandonarme, me cosquilleó en el cuerpo y lo entumeció poco a poco. Parchones negros mancharon el escenario, los rostros de los demás, la sangre en el suelo y el techo de aquella habitación. Fue desesperante, fue caótico y en un último instante de juicio, o de locura quizá, tan sólo una idea me rayó el cerebro. Lo hizo con la intensidad suficiente para silenciar el mundo a mi alrededor, para borronear el concepto de muerte y permitirme relajar el cuerpo.

    Ah, sí.

    Mis uñas abandonaron la piel de Anka.

    Finalmente...

    Esbocé una débil sonrisa.

    La maldición se rompió.
    Y todo se volvió negro.
     
    • Sad Sad x 3
    • Fangirl Fangirl x 1
  14.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,026
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Altan Sonnen

    Esperar una respuesta de una mujer como Anka era una estupidez, pero el miedo no se caracterizaba por ser demasiado racional y eso lo tenía claro cualquier imbécil. Estas hijas de puta estaban hechas para dar un paso aplastar un radio de varios metros solo con eso, las conocía, ellas me conocían a mí y sabía que tenía que subestimarlas en lo más mínimo.

    Nos examinó luego de levantarse, como quien está en una subasta de ganado y entre el miedo que tenía atorado en la garganta comenzó a acumularse la ira, era del mismo tono de rojo oscuro que la sangre que se colaba por la hendija de la puerta, igual de espesa también. Bañó el mundo en segundos, el río de sangre que conocía bien regresó con fuerzas renovadas y tuve que poner todas las neuronas en funcionamiento para no írmele encima de verdad.

    ¿Reclutados para qué?

    La respuesta estaba allí, ni el agua era así de clara, pasaba que no era racional en lo más mínimo y no podía procesarla, no quería. Si alguien iba a aceptar tan pancho que este montón de salidos consumían sangre humana como quien se toma una café no iba a ser yo. Estaba deseando írmele encima a esta puta loca de mierda así alcanzara casi los dos metros, cruzarle la cara de una hostia y decirle que se dejara de mierdas. Era el miedo, era la ira, eran un montón de emociones con las que no quería lidiar, junto a la certeza casi inamovible de la muerte.

    Huida o lucha.

    Empezó con la rubia, la que parecía bañada en lejía y no se conformó con eso, porque buscó nuestras reacciones mientras se montaba el numerito. No importó cuánto se resistió la muñeca de hielo, tan estoica que había parecido mientras hablaba con el tipo frente a la pintura en el salón, todo quedó reducido a nada en instantes y cayó como un saco a los pies de Anka. La historia se repitió con el otro idiota, no tardó en caer y alguien lo arrastró junto al cuerpo inerte de la rubia.

    El cuerpo no me respondía, estaba estaqueado al suelo así el filtro rojo cubriese el mundo y siguiera sintiendo la ira recorrerme cada centímetro del cuerpo, revuelta con el terror más crudo que hubiese sentido nunca. Encontró mis ojos, no sé con qué fuerza de voluntad le sostuve la mirada y fruncí el ceño que dio gusto cuando alzó mi barbilla.

    Ah, vaya, ¿ahora que te saciaste pareces un poco más enfocada en otras cosas?

    Jodida perra.

    El cambio de actitud que tuvo me sirvió de espejo de alguna manera, conocía la personalidad de esta gente porque no era diferente a ellos si ignorábamos este espectáculo y me dio por pensar que por eso estábamos allí, que estos otros tres imbéciles estaban igual de meados por elefantes que yo por ese único motivo. ¿Éramos todos una pandilla de estirados a los que no nos interesaba nada más que el poder? ¿Ascender? ¿La pura y llana dominación?

    No supe si la misma adrenalina que la respuesta de lucha estaba lanzando me adormeció lo suficiente los sentidos para prácticamente ignorar el escozor, el dolor que sabía debía haberme provocado la mordida de esta salida de mierda. Le había dado justo a la arteria y lo único de lo que fui jodidamente consciente fue del frío que me baño el cuerpo, el océano me tragó, la marea me arrastró hasta el fondo congelado y la visión se me llenó de parchones oscuros. Volví a pensar en mis padres, en mis abuelos, las pocas amistades que había hecho y los vi en medio de la oscuridad. No a ellos.

    A los hilos que movían el mundo.

    Corrían a una velocidad capaz de abrir la carne y alcanzar el hueso.

    Anka era el vórtice de la red.

    Toda la tensión que me había bañado el cuerpo desapareció, no me quedaba oxígeno suficiente en el cerebro para mucho más, pero la cabeza se me salió de control. Fue errático, fue oscuro y lo que sea que me recibió en la negregura palpitaba al ritmo de un corazón que claramente no era el mío, que ya estaba rindiéndose. El nombre seguía rayándome la mente por un motivo que no comprendía.

    Anka.

    Anna.

    Profetisa.

    No me dejaba en paz, no dejaba de repicar como el sonido de una campana y con el último atisbo de conciencia, la última seda de araña que vi pasar frente a mis ojos antes de rendirme a las sombras de las que había nacido, algo me murmuró en un lenguaje incomprensible, sonó familiar, parecido al italiano de mi madre pero no pude darle forma. Fue el susurro del crepitar del fuego, de una fogata en la noche o del incendio arrasando con un bosque entero, no lo supe con seguridad, pero fue casi un arrullo.

    No me quedó más que entregarme a él.


    c me fue la olla? sí
     
    • Sad Sad x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  15.  
    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

    Aries
    Miembro desde:
    3 Abril 2020
    Mensajes:
    1,965
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Asia Liebert
    Los últimos rayos de la tarde eran mi señal de salir de mi departamento, un buen paseo vespertino era lo que siempre me acababa de despejar de una jornada de estudios a pesar de que teóricamente vine a aquí de vacaciones. Mi anhelo es ser fiscal y eso implicaba sacrificio pues las leyes significaban memorización y sacrificio debido a la cantidad existente y su más que evidente complejidad salvo por estos ratitos en las tardes, los cuales significaban para mí desconexión, no pensar en otra cosa que no fueran simplemente el destino a los cuales mis piernas quisieran llevarme nunca pensando en un rumbo o un destino fijo lo cual significaba ocasionalmente algo muy bueno o destinos desagradables, como fue este caso al tener ante mí la iglesia de Saint Catherine.

    Suspiré al ver la edificación ante mí pensando en por qué había acabado en ese lugar pues nunca fui religiosa y la última vez que pisé una iglesia fue acompañando a mi abuela a misa, lo cual hice durante años solo para quedarme dormida cuando el cura iniciaba el sermón y despertarme cuando todos empezaban a levantarse pues al final todo lo que salía de su boca no dejaban de ser mentiras y/o historias completamente inverosímiles, simplemente preguntándome ¿Que es lo que realmente tienen en la cabeza la gente que considera que todo tiene que ver con un ser divino que se dedica a jugar con nosotros como simple piezas de ajedrez y a quien además debemos rendirle pleitesía y obediencia cuán corderitos? Yo no era así, no quería vivir creyendo en algo así y tener que comportarme bajo unas reglas de comportamiento por miedo de descender a un infierno, lo siento, yo era de las que vivía mi vida a mi manera y a quien no le guste que simplemente no me mire a la cara. Aún así, decidí entrar a pesar de que no me gustara para nada lo que ahí dentro se contaba, si que me gustaba las estructuras y la decoración siendo que además, al cruzar la puerta noté un agradable calor y un aroma a incienso que evocaba una paz contrastada por la oscuridad que caracterizaba a este tipo de edificaciones.

    Me dirigí a uno de los barreños de "agüa bendita" y me santifiqué como gesto de educación para empezar a pasear por entre los bancos solo pudiendo escuchar el eco de mi caminar al encontrarme la iglesia completamente vacía salvo por las dos personas rezagadas que con lentitud finalizaban sus oraciones en lo que la luz que provenía del exterior atravesando los rosetones se atenuaban a cada segundo y un escalofrío empezó a recorrerme la espalda como si alguien me observara desde un indeterminado lugar, girando súbitamente viendo como cada santo tuviera la mirada clavada en mi persona generando una sensación desagradable en el ambiente y en mi ser.

    De la nada las velas se apagaron súbitamente y la calidez previa se fue difuminando dejando la iglesia con un frío que provocaba la salida del vaho de la boca cada vez que respiraba, respiración que se fue tornando cada vez más agitada y entrecortada producto del creciente miedo que sentía, ¿Habría sido por ser una Atea en suelo supuestamente santo? Imposible, no era la primera vez que posaba mis pies en una iglesia, Asia, relájate, se racional, podría haber sido que las velas provocaran el calor, al apagarse, el frío de la calle pudo facilmente enfriar la iglesia y las miradas y muecas pudieron ser fácilmente producto de la incidencia lumínica sumado a la sugestión, sé racional Asia, eres experta en no dejarte llevar por algo tan absurdo como unas emociones infundadas. Me concentré, cerrando los ojos para centrarme simplemente en mi respiración, forzándome a relajarla y volver a hacerla lenta y profunda, procediendo a nuevamente abrir los ojos y, tras unos segundos que tardaron en acostumbrarse a la oscuridad, en el altar... había una sombra, pero ¡Era imposible! No había nada que pudiera proyectarla ni luces que pudieran reflejarla y eso ya si que no podía tener una explicación lógica. Parpadeé y la misma ya se había ido y unas ganas enormes de irme de allí crecieron en mi ser pero, tenía que averiguar que narices había pasado ahí.

    Armada de valor, empecé a dirigir mis pasos hacia el altar donde había estado la figura segundos antes solo para encotrarme lo que parecía un sobre con una corona plasmada en el mismo, con mi nombre ¿Pero qué? De nuevo miré desde el palco del cura al resto de la iglesia pero se hallaba vacía, la constante sensación de sentirme observada no se desvanecía solo pudiendo echarme a correr en dirección a la salida.

    Una vez en mi casa opté por examinar el contenido del sobre, el cual parecía una invitación a una fiesta en una mansión, de acuerdo, tenía que ir aunque no me hiciera la más mínima gracia verme en esa situación, todo lo contrario, no soy de fiarme de cartas extrañas provenientes de no sé dónde más si que debo saber como tiene mis datos cuando en este lugar no conozco un alma ni le di mi nombre a nadie más que al que me dio las llaves.

    El dia a la hora en cuestión me hallaba a las puertas de la mansión donde comprobé como otras personas también habían sido invitadas a ese mismo lugar, gente que no conocía de nada, así que meramente decidí entrar en silencio mezclando entre la multitud. Una vez dentro el ambiente festivo resultaba evidente, más siempre tenía la constante sensación de que algo iba mal, por lo que, aleatoriamente, acabé en la piscina, donde decidí quedarme sentada un rato, pensando en el por qué de tanto misterio y el por que simplemente había sido invitada a una fiesta por gente a la que no conozco....
     
    Última edición: 26 Febrero 2022
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 2
  16.  
    Ayeah

    Ayeah Shinobi

    Acuario
    Miembro desde:
    24 Febrero 2016
    Mensajes:
    430
    Pluma de
    Escritora
    upload_2022-2-27_16-2-14.png
    upload_2022-2-27_16-3-55.png
    Isha sonríe de forma enigmática y las sombras se vuelven más densas a su alrededor.
    Se muchas cosas.— Responde, volviéndose hacia Enya y Marilyn.— Y sí, fui yo.
    No trata de ocultarlo de hecho, con un movimiento de su mano las sombras se arremolinan en torno a ella, proporcionándole un aspecto etéreo y sobrenatural.

    Isha se acerca deslizándose sobre el suelo, sus pies invisibles entre las sombras que ascienden por el bajo de su vestido.
    Acaricia tu cabello casi con ternura manteniendo el contacto visual, lo que te deja clavada al suelo sin posibilidad de moverte aunque quisieras. Sus dedos dejan escapar el mechón que habían aprisionado y se deslizan por tu mejilla hasta detenerse en tu cuello.
    Ésto va a dolerte un poco.— Susurra, y su aliento es frío como el hielo. Hielo que se clava en tu cuello con una punzada de dolor y se propaga por todo tu cuerpo cuando la vida comienza a abandonarlo. Las sombras te envuelven en su abrazo mortal hasta que tu visión se nubla por completo.
    Presencias cómo las sombras envuelven a las dos mujeres ocultándolas de tu campo visual, y escuchas el golpe sordo y pesado de algo al caer contra el suelo.
    De esas mismas sombras emerge la figura curvilínea de Isha, cuyos labios brillan en un húmedo color carmesí que no tenían antes... Ella nota tu mirada y pasa la lengua por ellos para eliminar hasta el último rastro de rojo antes de invadir tu espacio vital.
    Te sonríe y, cuando miras sus ojos, sientes que tu cuerpo ya no te pertenece.
    Pronto obtendrás tus respuestas.— Susurra en tu oído, y su gélido aliento huele a óxido y a sal: a sangre.
    Tu mente alerta en un cuerpo dormido siente cómo los colmillos de Isha se hunden en tu carne pero no puedes hacer nada por evitarlo. Ni siquiera gritar.
    Las fuerzas te abandonan y la oscuridad se apodera de ti.
    La mujer de piel oscura vuelve sus hipnóticos ojos negros y profundos como la noche hacia ti.
    Ven.— Ordena. Y antes de que puedas reaccionar tu cuerpo avanza por sí mismo hasta donde se encuentra ella. Con horror observas los dos cadáveres que reposan a sus pies, ambos con la garganta ensangrentada, y comprendes tu destino antes incluso de que los dientes de la mujer perforen tu carne.
    Lentamente la sangre fluye y, con ella, espiras tu último aliento. Todo se vuelve negro.
     
    Última edición: 27 Febrero 2022
    • Ganador Ganador x 3
    • Fangirl Fangirl x 3
  17.  
    Red

    Red Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Abril 2005
    Mensajes:
    87
    Pluma de
    Escritor
    Rafael Castro

    Tras unas cuantas risas, y sin que me diese tiempo a darme cuenta de nada, un tipo extraño me llevó a rastras a una habitación. Apenas estábamos en el interior cuando me soltó rápidamente y cerró las puertas tras de sí. Era una habitación tan lujosa como el resto de la casa, pero lo único en lo que me fijaba era en el tipo extraño del sombrero de copa. Los gritos no me importaron antes y tampoco ahora, sabía que había dicho algo pero tampoco pude escucharle claramente. Solo tenía una idea en mente.

    —Déjame que adivine, ¿Seth?—terminé preguntando en alto.

    Una particular sonrisa dejó entrever unos todavía más particulares colmillos. Eran intimidantes, pero también extrañamente atrayentes. El silencio, de un par de segundos, bastó como respuesta. Yo, simplemente, me senté en el suelo, frente a la cama, con los brazos apoyados en las rodillas.

    —Y bien, ¿por qué estoy aquí?—pregunto, notando al instante que aun me tiemblan las manos, pero aun así no siento miedo.

    Sonrío, y dirijo mi mirada al tío de la copa.
     
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Ganador Ganador x 1
  18.  
    Ayeah

    Ayeah Shinobi

    Acuario
    Miembro desde:
    24 Febrero 2016
    Mensajes:
    430
    Pluma de
    Escritora
    upload_2022-2-27_20-16-18.png
    upload_2022-2-27_20-41-5.png
    El tipo del sombrero sacude la cabeza suavemente hacia los lados sin dejar de sonreir.
    Todo a su debido tiempo, animalillo.— Responde, acortando la distancia entre ambos con una velocidad pasmosa hasta acorralar tu cuerpo contra la pared contraria.
    Sus brazos a ambos lados de tu cabeza creando una pequeña jaula a tu alrededor.

    Sus ojos semiocultos por la sombra proyectada por el ala del sombrero tienen un brillo codicioso.
    Sí, Marcel, creo que servirás.— Susurra, hundiendo sus dientes en tu cuello con tal brutalidad que pierdes el conocimiento de forma instantánea.
    Mierda. — Maldice el sujeto mientras tu mundo se torna negro.— Espero no haberlo roto.
    El extraño individuo parece divertido con tu perorata, incluso una carcajada escapa de sus labios cuando comienzas a darle órdenes y, sin perder la sonrisa burlona, acorta la distancia que os separa tomándote con fuerza por la barbilla.
    Tienes razón.— Murmura, lamiendo tu cuello con lascivia mientras la otra mano descansa sobre tu hombro, clavándote al suelo e impidiendo que te muevas por pura fuerza bruta. — Eres exactamente mi tipo, André.
    Aspira tu aroma de forma sonora y sus pupilas se dilatan.
    Y hueles de maravilla.— Su risa, burlona y gutural resuena contra tu piel cuando, muy lentamente, sus dientes se hunden en tu clavícula y, como un tiburón, cuando prueba la sangre su abrazo se vuelve más fuerte. Tanto que a los pocos segundos la asfixia hace que el mundo se torne negro.
    — En carne y hueso.— Responde, quitándose momentaneamente el sombrero para dedicarte una teatral reverencia.— Premio para el caballero.

    Camina hasta sentarse a tu lado, tan cerca que vuestros hombros se rozan, y se encoge de hombros.
    — Supongo que me ha nacido el instinto paternal.
    Sin más miramientos, se abalanza sobre ti tirándote contra el suelo y hunde sus dientes en tu yugular. El golpe ha sido brusco, repentino y tu cabeza golpea el suelo con fuerza al caer haciendo que la vista se te nuble y te envuelva la oscuridad mientras Seth trata de beber hasta la última gota de tu sangre.

    Kuno Vizard rapuma Red
     
    Última edición: 27 Febrero 2022
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Zukulemtho Zukulemtho x 1
    • Espeluznante Espeluznante x 1
  19.  
    rapuma

    rapuma Maestre

    Géminis
    Miembro desde:
    17 Marzo 2014
    Mensajes:
    3,878
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    —Que cojones está pasando.

    Mientras pienso en esto el sujeto se lanza contra mí a gran velocidad. Me giro pero apenas tengo tiempo de distinguirlo, parece una especie de... ¿Vampiro? ¿Me estoy volviendo loco o qué pasa? Esa cosa se mueve rápida como un rayo, antes de que pueda reaccionar salta con sus zarpas en alto y me muerde el pescuezo. La resaca se ha cortado de golpe. Eso es bueno. Pero ya no siento todo el aire puro que acababa de inhalar.

    Mientras pienso en qué cojones era ese bicho, mis ojos se cierran. Calculo que aún quedan unos segundos para que mi cabeza impacte contra el suelo, aunque antes de que eso pase ya estaré muerto. La policía va a flipar cuando vengan a buscarme.
     
    Última edición: 27 Febrero 2022
    • De acuerdo De acuerdo x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  20.  
    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

    Aries
    Miembro desde:
    3 Abril 2020
    Mensajes:
    1,965
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Asia Liebert

    Ignoro cuanto tiempo estuve parada en la piscina con otras dos personas reflexionando en lo que fuera que estaba pasando, la fiesta parecía tenerlos a todos embobados y parecía que nadie quería darse cuenta de la anormalidad del lugar en todos los aspectos, tsk... o lo peor, que no les importe, en cuyo caso estaba rodeado de idiotas incapaces de no prestarle atención a la anormalidad de la situación o que ni siquiera trataran de investigar que ocurría.

    El ambiente a mi alrededor sin emabrgo empezó a tornarse extraño, de nuevo los mismos escalofríos que noté en la iglesia vinieron a mí en lo que sombras iban apareciendo rodeándo a una mujer a la que no había visto antes, de piel oscura cuya turbia sonrisa sumado al aspecto etéreo y sobrenatural hacía que todas las alarmas se activaran en mi cabeza, no solo por lo extraño del asunto sino también porque las sombras me resultaban extremadamente familiares solo para identificar rápidamente que eran las mismas que llegué a ver en la iglesia y el aspecto espectral incluso rozando lo deforme me hacía también recordar a las muecas grotescas de aquellos santos.

    Me levanté con rapidez sin dejar de mirar a la chica retrocediendo unos pasos en lo que esa cosa con forma de mujer hablaba con otras dos chicas y finalmente dirigió la mriada hacia la primera de las mujeres, acercándose lentamente hacia ella solo para no poder ver nada a continuación de lo que pasaba , luego atacó a una segunda, me moría de ganas de salir de allí pero... mi cuerpo no respondía, solo pudiendo notar como esa cosa clavó sus ojos en mí, fijos, rojos notando como mi cabeza parecía simplemente perder todo atisbo de conciencia, solo pudiendo empezar a caminar con lentitud hacia esa cosa, intenté resistirme más fue inútil, ese ser sabía lo que se hacía o no, pero...agh, al pasar al lado de ambos cadáveres me tuve que volver a concentrar para no expulsar mi contenido gástrico ¡¿PERO QUE CLASE DE VACACIONES DE MIERDA SON ESTAS?! Sus gargantas estaban ensangrentadas y de las mismas un charco de sangre se estaba formando en el suelo, sus rostros, pálidos refkejaban una expresión de puro terror, sus ojos permanecian abiertos y desorbitados, i-iba a morir.

    Un sudor frío me recorría todo el cuerpo a medida que los metros que me quedaban para llegar a mi acíago destino iban acortándose un poco más cada vez, n-no quería morir ¡NO ASÍ! ¿Es que era mucho pedir que simplemente me dejaran tranquila? ¡No quise venir! ¡¡NO QUISE VENIR!! p-por favor jesucristo, ayúdame AYÚDAMEEEEEEEEEEEEEEEEEEE.

    Pero no vino nadie... solo noté dos pinchazos en mi cuello, acompañados por un dolor agudo y muy fuerte pero fue volviéndose mas liviano poco a poco, en lo que mi cuerpo parecía enfriarse y debilitarse, no podía ver nada por las sombras que ahora me rodeaban, solo...quería...dormir, así fue que fui cerrando los ojos, el dolor al fin iba desvaneciéndose con lentitud y mis brazos iban perdiendo fuerza, cada vez más y más fuerza, solo dejándolos caer así como mis piernas iban dejando de sostenerme, menudas vacaciones, las primeras en solitario....y con....este.........fi....nal.

    Solo mis oídos seguían manteniendose funcionales solo escuchando el sonido de mi cuerpo cayendo al suelo, no había dolor....no había....nada
     
    Última edición: 27 Febrero 2022
    • Fangirl Fangirl x 3
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso