Despicable Me Vamos a sonreír con Margo

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Ruki V, 23 Julio 2013.

  1.  
    Ruki V

    Ruki V Usuario popular

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Agosto 2012
    Mensajes:
    548
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Vamos a sonreír con Margo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1672
    Gru y Lucy habían salido de luna de miel, dejando a Agnes, Edith y Margo al cuidado del Dr. Nefario y de los minino. Su viaje no duró mas que una semana, pues Gru sentía un enorme pendiente con las niñas. Lucy también; no le gustaba ver a Gru preocupado, además les había tomado ya bastante cariño a quienes serían sus nuevas hijas.

    Cuando llegaron a casa, fueron recibidos con muchos besos y abrazos por parte de Agnes, Edith y los minion. Después llegó a saludarles el Dr. Nefario. Gru notó algo inusual.

    —¿Todo está tal y como lo dejé antes de irme, Dr. Nefario?
    —Por supuesto Gru. Tu casa está limpia y no hubo explosiones en el laboratorio en tu ausencia.
    —¿Y las niñas? ¿No tuvo problemas con ellas?— Mientras Gru hablaba, Lucy volteaba por todos lados.
    —¿Dónde está Margo?— preguntó Lucy.


    Agnes y Edith cruzaron miradas momentáneamente. Agnes comenzó a tararear jugando con su unicornio mientras Edith silbaba simulando afilar su espalda. Como Gru sospechaba, algo andaba mal.

    —Agnes, Edith… ¿dónde y qué está haciendo su hermana?
    —Este… seguro no es nada de lo que piensas con tu cabeza calva— dijo Edith.
    —Si ha sido un muchacho…— Gru sacó amenazante su rayo congelador apuntando al techo con una expresión seria.
    —Este… Gru— dijo Lucy tocando su brazo —dijimos que armas en casa no.

    Gru miró a Lucy con un pequeño desdén y entre gruñidos guardó su láser. Lucy se agachó hasta quedar a la altura de las niñas: ellas le dijeron al oído lo que sucedía con Margo.

    —Margo se siente mal. Sólo necesita que la animemos.— dijo Lucy
    —¿Se siente mal de que?— dijo Gru
    —Del estómago— contestó ágilmente Edith.
    —¿Nos dejas encargarnos, Gru?— pidió Lucy muy sonriente.

    Iba a decir que no, que él quería ver a Margo, pero el Dr. Nefario le recordó que necesitaban su presencia en el laboratorio. Sin opción y notando el entusiasmo de tres de sus chicas favoritas, aceptó.

    No fue evidente que Lucy y Edith le mintieron a Gru. Agnes y Edith llevaron a Lucy al cuarto de las tres niñas, en donde Margo estaba acostada en su cama, oyendo música, mirando al techo.

    —Hola Margo— dijo Lucy. Margo volteó y sonrió ligeramente, apagando la grabadora, sentándose.
    —¡Oh, Lucy! Con que ya llegaron de la luna de miel. ¿Qué tal les fue?
    —Tal vez pueda platicarte después.— dijo Lucy arrastrando una silla junto a su cama —Dime Margo, ¿crees que vale la pena entristecerse así y preocupar a quienes te quieren… por un chico que a ti apenas te voltea a ver?

    Las palabras de Lucy eran razonables, como provenientes de una auténtica y preocupada madre. Pero ante ello, Margo reaccionó volviéndose a acostar y encendiendo la grabadora otra vez. Lucy no conocía perfectamente a las niñas; le entristecía no poder ayudar a Margo. Entonces Agnes y Edith tuvieron ideas. Charlaban en el pasillo, con los minion.

    —¡Escuchen mininos!— sentenció Edith como militar.
    —¿Po ka?— se escuchó murmurar a algunos minion que se acercaban.

    —Tenemos un par de misiones para ustedes.— dijo Agnes.

    Los minion se dividieron en dos grupos: uno dirigido por Agnes y otro por Edith. El grupo de Agnes iba a encargarse de tratar de animar a Margo por “métodos comunes”. Mientras tanto, el grupo de Edith, irían a hacerles y a videograbar una broma pesada a Antonio y su acompañante.

    Agnes y Edith de pronto recibieron una llamada telefónica para asistir a sus clases de ballet y tuvieron que irse, dejándoles unas cuantas instrucciones a los minion. Margo se negó a ir a la clase, diciendo que estaba enferma.

    Entonces, los minion se nombraron como el grupo A (de Agnes) y el grupo E (de Edith). El grupo E comenzó su trabajo. Cinco mininos elaboraron una obra de teatro titulada “Mi banana”.

    En el primer acto de la obra está el papá con la esposa y el hijo. Luego el papá dice que se va a trabajar, peor en realidad se va ¡con su otra esposa y su otro hijo! En el segundo acto las familias se encuentran: las esposas regañan al papá, los hijos pelean entre ellos. En el tercer acto, las esposas y los hijos se hacen amigos y el papá queda solo.


    Fue una obra cómica, muy cómica: al puro estilo minion. El segundo acto incluyó la “pelea” de los hijos, que sólo chocaban las manos de arriba abajo volteando la cara enojada; mientras las esposas le pegaban al papá con un sartén y una escoba. En el tercer acto, la soledad y tristeza le traen también mala suerte al papá; se resbala con una cáscara de banana, trae una nube gris lloviendo sobre él, pierde su trabajo, cae en el lodo y le quitan su casa. Fue un poco realista, pero muy cómica. Aún así, el grupo A fracasó en su misión.

    Mientras tanto, el grupo E tenía en la mira a Antonio y a su cita actual. Estaban sentados en una mesa del restaurante mexicano perteneciente a su padre (El Macho) compartiendo una malteada.

    Los minion comenzaron a planear. En su idioma, por supuesto.

    —¿Bido? ¡¿Bido?!— alegremente, Carl proponía prenderles fuego. Kevin lo golpeó.
    —Soquete— le dijo Kevin.
    —Hmm... ¿banana?— dijo Dave sacando una banana; la peló y se la comió, dejando solo la cáscara. —Banana…— dijo luego muy contento.
    —Po ka… soquete Dave…— se quejó Kevin.

    —¡Oh! ¡Banana!

    Tim se pudo a gritar “banana” mientras Kevin lo miraba enojado. Entonces Tim tomó la cáscara de banana que dejó Dave y la puso disimuladamente al lado del asiento de Antonio. Jorge encendió la cámara y apuntó hacia Antonio. Al levantarse, piso la cáscara… pero no se resbaló. La cáscara estaba al revés, entonces se quedó pegada a su pie. A Carl y a Dave si les dio risa, pero Kevin y Jorge negaron con la cabeza. Tim seguía pensando.

    A Carl se le ocurrió llamar a Bah; el único minion púrpura sobreviviente. Cuando llamó a Bah, le ordenó que fuese a arruinarles el día a Antonio y a su chica, que ahora no dejaba de mirar la cáscara en el zapato del chico, sin embargo no decía nada. Entonces Bah fue y les quitó unos tacos que estaban comiendo… pero tenían mucha salsa picante. Se puso rojo y comenzó a correr y gritar por todos lados; comiendo postes de luz, sillas, mesas, cosas que le quitaran el ardor de la boca, hasta que se comió entera la fuente de agua. Antonio y la chica miraban asombrados. Aún empeñado en que su misión no fuese un fracaso total, Bah ubicó la cáscara de plátano en el pie del chico; se la comió, al igual que su zapato, y parte de su pantalón. La chica se rió un poco, peor no dijo nada. Antonio, indignado la dejó “esperando”, yendo a casa por un pantalón y zapatos nuevos.


    Jorge seguía grabando, hasta el punto en que Antonio entró a la casa. Los demás minion se desesperaban, en especial Kevin. Jorge sugirió seguir a Antonio. Kevin asintió: no tenían una buena idea, pero seguro algo se les ocurriría teniendo a Antonio sin salida en su propia casa. Ya ahí, mientras Antonio se vestía, Dave curioseaba en su baño: tenía muchos productos para el cabello. Geles, cremas, sprays, diferentes tipos de cepillos. Dave tuvo una excelente idea.

    Posicionaron a Jorge en la bañera: grababa camuflado con un químico que lo hizo invisible. Antonio entró al baño y sacó un spray fijador y una crema que le dejaba el cabello sedoso… o eso creía él. Se roció el spray entero con los ojos cerrados y al abrirlos y verse en el espejo… ¡su cabello era rosa como algodón de azúcar! Entró en pánico y gritó como niña. Creyó que la pintura, que decía ser temporal, se resbalaría junto con la crema; pero Dave la cambió por una crema que aseguraba dejar un tinte permanente. Vio que la crema no servía e intentó lavárselo con todo lo que se encontró en su gaveta. Jorge grababa, riendo un poco, mordiendo sus labios para no ser escuchado. Cómo no reír si Antonio lloraba frente al espejo por su cambio de look indeseado. Salió corriendo del baño pidiendo ayuda al peluquero chino del centro comercial. Jorge, después de tropezar con la cortina de la regadera, lo siguió: grabando cómo todos se burlaban de él; hasta su ex-cita.

    Dave, Tim y Carl reían a carcajadas viendo en una laptop, desde la vieja pastelería de Gru y Lucy, lo que Jorge grababa. Kevin llamó a Edith y le contó de la misión cumplida.


    Una media hora después, los minion volvieron a casa, al tiempo que Agnes y Edith volvían del ballet. El grupo A seguía intentando hacer reír a Margo; estaban vestidos de payasos haciendo cada truco mal (no a propósito). Entonces Kevin puso el video en el televisor; los minion de ambos grupos, Agnes, Edith y Margo se pusieron a verlo. Al inicio los minion comenzaron a reír: de rato Agnes los siguió y a la mitad Edith reía a carcajadas. Al final… ¡sorpresa! Margo no podía dejar de reír con los lloriqueos de Antonio por su cabello y las burlas que le hacían. De rato se asomaron Gru y Lucy a ver por qué tanto alboroto: Gru alcanzó a ver el final del video y terminó riendo a carcajadas también. Una vez margo contenta de nuevo, la familia se sentó a cenar, aún con una enorme sonrisa en sus rostros.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  2.  
    Keilani

    Keilani Usuario popular Comentarista empedernido

    Libra
    Miembro desde:
    7 Marzo 2013
    Mensajes:
    589
    Pluma de
    Escritora
    Mis más sinceras disculpas por tardar tanto en pasar a comentar, tengo algunas actividades pendientes y no estaba segura si comentar en cada fan fic o si hacerlo en la discusión general, pero al final creo que será mejor hacerlo de esta manera.

    En cuanto al tipo de misión que elegiste para los minion, hubiese preferido que te hubieras decantado por la de la venganza contra Antonio, porque la otra misión fue una breve inclusión de comedia que poco aporto a la trama.

    El desarrollo de la historia fue un tanto lenta, eso entorpecio algunos momentos que pudieron resultar cómicos como ese donde Gru guardo su arma a petición de Lucy:
    Los puntos suspensivos alentaron lo que debió ocurrir velozmente y quizás el tartamudeo habría resultado un mejor elemento que las pausas dramáticas.

    Lo mismo ocurre con la narración, cuando esta va como una serie de eventos consecutivos y explicaciones que no dan entrada a otros recursos de la comedia y pasan a volver el texto un tanto más formal y menos cómico.

    En la ortografía, debo decir que el error más grande de todos, fue leer en más de una ocasión la palabra "mininos" en vez de "minions"
    Creatividad en la asignación y desarrollo de las misiones.

    Los diálogos entre los minions fueron tu fuerte, pero no ha sido suficiente para compensar el resto de los detalles.

    Mi calificación final es 6.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso