One-shot de Inuyasha - Vacio

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Saya Kuran, 8 Abril 2012.

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    Saya Kuran

    Saya Kuran Iniciado

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    Vacio
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Tragedia
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    1
     
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    VACÍO

    No podía entenderlo. No, más bien no quería comprender la razón de por qué ahora se encontraba ahí. Arrodillada y llorando, gritando. Sabía que de saber el motivo, su frágil alma no resistiría más, y perdería el corazón, convirtiéndose en una sacerdotisa oscura.

    Un alma que perdió su corazón.

    No tener corazón significaba no tener sentimientos. No tener emociones. No amar. No odiar. No llorar. No nada. Una existencia vacía, cuyo único consuelo radicaba en pensar que en algún momento fue un humano y sintió la emoción de vivir y la desesperanza de la muerte, o viceversa. Todo depende del punto de vista de cada persona.

    Kagome comprende muchas cosas, pero lo que su mente no puede procesar es que él se haya convertido en uno de ellos. Su cuerpo tiembla al recordar la imagen de su amado perdiendo el control y convirtiéndose en youkai. Sabe que no importa cuántos años pasen, nunca conseguirá olvidar el escalofrió que recorrió su espalda al escuchar el grito de demonio que profirió InuYasha cuando su otro yo logro conseguir el control de su cuerpo. Y tampoco olvidara como los ojos cálidos del chico se transformaban en unos enfurecidos, fríos, sin otra emoción que no fuera la satisfacción de matar a su enemigo.

    "InuYasha", pensó Kagome, sintió que su estomago se comprimía. Tapo con su boca con la mano izquierda y puso la derecha sobre su estomago, en un vano intento de no vomitar. Sintió nauseas.

    "InuYasha", su mente traicionaba su deseo de no rememorar lo que paso después de eso, pero no pudo dejar de pensar en la destrucción que había causado Inu… no, ese no era InuYasha. Esa cosa no era el chico rudo, idiota y amable que conoció. Solo era algo que había tomado el cuerpo del hanyou para causar dolor a los que más amaba.

    "tengo que encontrar a InuYasha", musitó Kagome con la mirada perdida, mirando hacia el frente. Observo los cuerpos que se encontraban dispersos en lo que antes era su aldea.

    El cuerpo sin vida de Kaede Obaa-chan, ella había sacrificado su vida para salvarla… otra vez. Los cientos de cadáveres de los aldeanos, que habían acudido a ayudar. Los refuerzos no hicieron ninguna diferencia contra el demoledor poder del demonio.

    Kagome se levanto y sintió como sus piernas no sostenían su peso. Temblaba. No podía dejar de hacerlo. Camino con paso lento y trastabillando. Conforme se movía, miraba a su alrededor. Y su corazón se encogía al reconocer algunos de los tantos muertos…

    Todos los aldeanos estaban muertos. Cada uno murió tratando de proteger a su familia. Ni siquiera Miroku pudo hacer algo contra InuYasha. A pesar de ser un monje muy poderoso, fue derrotado por el poder del demonio. La Higurashi se mordió el labio inferior con rabia; no pudo hacer nada para salvar a su amigo. Solo pudo ver como Miroku atacaba a InuYasha tratando de ganar algo de tiempo para que los demás pudieran escapar.

    No duro ni cinco minutos.

    Kagome vio como su amigo quedo reducido a un pedazo de carne, que no se podría llamar humano.

    "lo siento", musitó la miko, sin detenerse. Sabía que si se detenía, ya no querría caminar más.

    Siguió su camino. Paso por donde estaba el rio, donde Koga había desafiado al hanyou. La mirada del youkai era una desbordante de emoción por el reto que se presentaba ante él, la excitación de una verdadera pelea hicieron que el youkai luchara con toda su aura elevada. Y entonces sucedió algo increíble. Fue en esa batalla cuando Kagome lo vio llorar por primera y última vez. Koga ataco a InuYasha seguro de su victoria, pero el demonio fue más rápido, más poderoso y con un movimiento de su espada hirió de gravedad al ookami amante de las peleas y el poder del ataque fue tal que la onda expansiva del Kaze no kizu arraso con todo lo que se encontraba a espaldas de Koga.

    Una escena con tanto miedo, tanta violencia… tanta belleza.

    Koga no se dio cuenta de Inuyasha estaba ya detrás de él, y con un corte en la garganta, el semidemonio acabo con la vida del que fuera líder del clan de los lobos.

    Kagome vio con pesar, los cuerpos de Toutousai, Myoga jiji y el pequeño Shippo. Los tres murieron intentando de detener en vano a Inuyasha. La cara asustada de Sango cuando fue cortada en dos.

    "¿Dónde estás InuYasha?", musita Kagome mirando a su alrededor. Un panorama desolador se presentaba ante ella. La Higurashi nunca creyó que algún día vería algo igual. Todo estaba cubierto de sangre y personas muertas. Sangre de un olor asqueroso y repugnante, llenaba sus pulmones a cada respiro de ella. Kagome sintió de nuevo nauseas. Jamás había pensado que la sangre oliera tan mal ni tampoco que fuera de un color tan rojo. No, solo una vez vio sangre de la misma tonalidad que esta.

    "todo es mi culpa", piensa con remordimiento. Quisiera volver al pasado para resolver tantas cosas de las que huyo por tener miedo…

    Kagome levanto la mirada y miro apesadumbrada como el precio por sus pecados lo estaban pagando las personas que más quería.

    Entonces el dueño de sus últimos pensamientos apareció frente a ella.

    "InuYasha", dijo al demonio. El chico ni siquiera respondió. Kagome vio entonces la verdadera forma del miedo y la desesperación. Una forma humana, disfrazada de una apariencia de cuento de terror y unos ojos rojos llenos de vacío y dolor. El odio puro de ese ser se palpaba en el aire, como si el sentimiento fuera algo físico y golpeara tu cuerpo. Dolía.

    "te he estado buscando", farfulló Kagome, como si hablara normalmente con el que antes era su compañero. Kagome sonrió amargamente al oír el tono de su voz. ¡Ja!, se sentía tan patética, y no pudo evitar reírse de sí misma, por no saber manejar la situación.

    "Mierda… te busco en todas partes y ahora que te encuentro no se qué decirte", dice sonriendo. Luego agrega, bufando. "hasta parece que me estoy declarando. ¿No lo crees así, InuYasha?".

    El hanyou guarda silencio. De pronto, el monstruo frente ella elevo su monstruosa aura y lanzo un grito escalofriante. Kagome se arrodillo por la increíble cantidad de poder demoniaco. Respiro agitadamente, tomo su arco y preparó una flecha. Haciendo uso de todas sus energías, Kagome disparó.

    Ya nadie está aquí. Estoy sola.

    "jamás creí que un día así llegara." dijo Kagome preparando otra saeta, "Pero en este mundo no existen los imposibles".

    ¿Estoy sola?

    La flecha purificadora zumbó cruzando el espacio entre ella y el demonio, causando una explosión.

    ¿Estoy sola?

    "lo siento, InuYasha." dice Kagome. La explosión causada por el impacto de tan poderoso ataque, hace que la chica retroceda varios metros atrás por la onda expansiva. Kagome hizo uso de sus fuerzas para no retroceder mas, quería ver si su ataque había surtido efecto.

    No funciono.

    Obviamente.

    Entonces la miko sintió como sus fuerzas se iban, al sentir el poder de InuYasha creciendo monstruosamente. El hanyou lanzo un grito que detuvo a Kagome, la pelinegra perdió el control de sus sentidos y el miedo la paralizo. Vio como su amigo llego justo delante de ella, sudó frio ante el contacto de la Tessaiga contra se cuello y abrió los ojos ante el inminente abismo de la muerte.

    ¿Estoy sola?

    "voy a morir".

    ¿Estoy sola?

    "¡voy a morir!".

    ¿Estoy sola?

    "sálvenme".

    "¡apártate, humana!", gritó Sesshomaru, la pelinegra no reacciono ante la voz del youkai. Entonces el inu daiyoukai empujo a Kagome a un lado, y exclamó. "Souryūha".

    La energía impacto de lleno al hanyou, quien cayó un par de metros a lo lejos. Kagome abrió los ojos sorprendida ante la figura que se encontraba ahora frente a ella. Se quedo boquiabierta ante la presencia de Sesshomaru. El inu la miro detenidamente, se acerco hacia ella y puso una mano en su cabeza.

    "Apártate, Miko.", dijo Sesshomaru examinando a la pelinegra que aun se encontraba en shock. El youkai la empujó. "vete de aquí ", el hanyou empezaba a removerse, "… se acabó el tiempo".

    Sin decir más, Sesshomaru la tomo de la mano y le tironeo para ponerse de pie. Kagome trastabillo un poco y el inu poso una mano en la cintura de la chica, dándole soporte.

    "Sé que soportaste ese poder demoniaco inmenso por mucho tiempo," dijo Sesshomaru al oído de la joven, erizándole la piel, "pero debes de reponerte a eso rápido. Tenemos que correr ahora mismo".

    "L-la-aldea ", tartamudeó Kagome mirando a Sesshomaru.

    "no", negó el youkai. Aun tomándola de la mano, empezó a correr hacia la dirección contraria.

    "¿Qué planeas hacer Sesshomaru?", preguntó la pelinegra algo apenada por el desinteresado contacto del inu.

    "destruiremos TODA la zona", pronunció el demonio.

    "¿eh?", fue lo único que pudo pronunciar la sacerdotisa. Sesshomaru aumento la velocidad de sus pasos, arrastrando con él a Kagome.
    .
    La miko sintió como su corazón era estrujado por una mano invisible. Sintió unas repentinas ganas de decirle a Sesshomaru que dejara de bromear y que le dijera la verdad; sus manos comenzaron a temblar y su cabeza amenazaba con explotar debido a tanta presión. El youkai sintió el miedo naciente de la chica y sin voltear a verle dijo con voz profunda.

    "es mejor destruir todo, a que 'él' lo destruya todo", con un último esfuerzo, Sesshomaru y Kagome habían alcanzado llegar a su objetivo. La chica miro el pozo como si este fuera un arma de destrucción masiva que hubiese estado guardada por mucho tiempo.

    Una explosión en la lejanía y un pilar de luz que iba de la tierra al cielo, fueron las evidencias de que InuYasha se estaba acercando. Kagome observo de nuevo con terror todo ese increíble y espeluznante poder demoniaco. Sesshomaru se dirigió inmediatamente al pozo y se detuvo justo a su lado.

    "el plan es este, miko. ", pronunció Sesshomaru sacando de sus pensamientos a la joven proveniente del futuro, "cuando Inuyasha se acerque lo suficiente voy a lanzarte por el pozo y tu pondrás un sello, volverás a tu época y yo me encargare de él".

    Kagome no dijo nada, cerró los ojos con pesar y giro el cuerpo hacia el infierno que estaba frente a ella. El mismo infierno que una vez fue su hogar.

    "Así que esta es la despedida, ¿verdad?", pronunció echando un último vistazo de su hogar, el inu la miro detenidamente. En todos esos años que llevaba de conocerla jamás había estado tan cerca de ella como ahora. Se arrepintió mentalmente por eso. Hubiera sido genial conocer más a aquella chica.

    "debes de irte ya, miko", dijo el demonio. Kagome asintió y cuando giro para dirigirse hacia el pozo, Inuyasha apareció detrás de ella.

    "¡Cuidado!", gritó Sesshomaru desenfundando a su espada lo más rápido que pudo.

    Kagome miro de soslayo hacia atrás y vio los ojos de la muerte, de nuevo. Y de nuevo pensó que esos ojos eran los más hermosos que jamás haya visto. El demonio de Inuyasha levanto a Tessaiga dispuesto a acabar con la vida de la mujer.

    "eres un idiota, Inuyasha".

    El hanyou paró en seco al oír el eco de esas palabras en su mente.

    "si te atreves a seguirme… ¡nunca te lo perdonare!".

    Inuyasha agarro su cabeza con sus manos. Peleando internamente por el control de su cuerpo. El demonio lo maldecía tratando de poner resistencia al alma del hanyou.

    "ella… Kagome cambio mi mundo. Por eso, estoy en deuda con ella".

    Sesshomaru se puso en medio de su medio hermano y la miko, sosteniendo frente de si a Tokijin. InuYasha seguía en su pelea interna; el cuerpo del inu era disputado por dos almas. La voz del semidemonio cambiaba cuando era el mismo y cuando era el youkai.

    "mi nombre no es Kikyo. Mi nombre es Ka-go-me".

    "Kagome…", pronunció entrecortadamente Inuyasha cayendo de rodillas y respirando cansadamente.

    "InuYasha", Kagome trato de acercarse a él, Sesshomaru no se lo permitió. La Higurashi miro al daiyoukai con suplica y dijo, "ya es InuYasha otra vez".

    "te creo", Sesshomaru se relajo un poco, pero aun mantenía a su espada desenfundada.

    La pelinegra se acerco lentamente al hanyou, se arrodillo a su lado y extendió su mano para tocarlo. InuYasha tomo su mano y miro a la joven, sonrió.

    "no quise hacer esto", dijo el mestizo.

    "lo sé, InuYasha", fue la respuesta de la morena.

    "él volverá", InuYasha se alejo de la sacerdotisa y se puso de pie, "es mejor que se vayan ahora mismo. Solo podre contenerlo por poco tiempo".

    "¿Qué crees que estás diciendo, idiota?", gritó la mujer confundida. El Hanyou la ignoro, "no te hagas el valiente, InuYasha. No pienses que te quedaras aquí y harás la buena obra del día. Vendrás con nos-…".

    El chico besó a Kagome.

    Un beso fugaz.

    "si yo voy con ustedes, él los matara.", sonrió amargamente, "además, no necesitas que yo esté a tu lado", InuYasha miro a su medio hermano mayor y dio un último abrazo a Kagome, "adiós, Kag"

    La Higurashi iba a protestar pero el muchacho golpeo su nuca, dejándola inconsciente. Cayó rendida en los brazos de InuYasha. El hanyou la abrazo con fuerza, como si no quisiera dejarla ir.

    "la cuidare por ti", interrumpió el daiyoukai, mirando con decisión a los ojos de su hermano, en su primera clara muestra de hermandad hacia el hanyou "te lo prometo"

    "lo sé", InuYasha cargo a la miko y se la entrego a Sesshomaru. Paso sus dedos por su mejilla. La mujer que le demostró lo que era vivir también se convirtió en la persona a la que tenía que dejar ir. "lo retendré por cinco minutos, a lo máximo. Tienes que salir de aquí y detonar la bomba en ese tiempo, Sesshomaru".

    "si.", respondió el inu, lanzándose por el pozo que dividía el mundo antiguo del mundo actual.

    InuYasha seguía peleando con su demonio interno, haciendo uso de todo su poder para contenerlo. El dolor que sentía el hanyou era profundo, como si algo lo desgarrara por dentro. El grito de furia de su youkai interno retumbaba en su cerebro, pero InuYasha no permitió que este saliera.

    "O eres muy necio, o eres muy imbécil para creer que voy a dejar que salgas de nuevo.", dijo mentalmente InuYasha a su demonio. El monstruo dentro de sí gruño, e Inuyasha puso sentir como su reflejo le miraba con odio, "no te ofendas, a mí tampoco me gusta la idea de morir contigo".

    Inuyasha rio por lo bajo.

    "pero todo estará bien. Después de todo, me llevare a todos conmigo.", apuntó con la Tessaiga directo a su corazón, echó una mirada rápida a su alrededor y resoplo con desdén, "aunque tardaran mucho".

    Y en un solo movimiento, InuYasha no Taisho dejo de existir.

    ¿Estoy sola?

    Kagome despertaba, abriendo los ojos poco a poco y cerrándolas ante la luz que entraba por sus pupilas. Sintió su cuerpo inmóvil, mas sin embargo ella se movía. Kagome supo inmediatamente que alguien la estaba cargando. La calidez que desprendía el cuerpo de su cargador relajo a la Higurashi, y el suave confort que ofrecían esos brazos alrededor de su cuerpo la tranquilizaron.

    "¿Quién es?", musitó la miko, escuchando la agitada respiración de aquel hombre. "¿InuYasha?".

    Sin respuesta.

    La pelinegra abrió un poco sus ojos, y lo que diviso no fue el rostro idiota y amable de InuYasha, sino el estoico y maduro de Sesshomaru. A la miko se le encogió el corazón, ¿Cómo pudo creer que fuera InuYasha, cuando el chico se quedo en la época antigua para morir? Se sentía fatal, recordó la forma en la que el hanyou la había dejado inconsciente.

    Solo por protegerla.

    Kagome se sintió miserable, no pudo evitar que unas cuantas lágrimas amenazaron con salir de sus orbes oscuros. Su portador escucho su sollozo y la apretó más a su cuerpo, dándole calor.

    "el me pidió que te cuidara," soltó de pronto Sesshomaru, apretando el ritmo de su paso, "Kagome… no importa lo que escuches en este momento, solo piensa… piensa que yo estaré aquí".

    Rukia solo pudo escuchar como Sesshomaru lanzo un Souryūha antes de desaparecer entre destellos azules, viajando en el tiempo.
    XoX

    Vacio. Sí, esa era la palabra que podría definir el estado en el que se encontraba su corazón… vacio.

    Igual que un demonio.

    Kagome estaba vacía por dentro. Sus lágrimas salían sin cesar de sus ojos y resbalaban por sus mejillas hasta caer en el sucio suelo.

    Y estaba lloviendo.

    Sesshomaru estaba parado detrás de ella, mirando hacia arriba. El también se sentía vacio. No quedaba ya nada. Todo se había ido. Su hermano, Rin, su vida. Todo.

    Ya nada le quedaba.

    ¿Estoy sola?

    "ven conmigo, Kagome.", pronunció Sesshomaru acercándose a la miko. La morena no respondió de inmediato. Trato inútilmente de responder la petición del daiyoukai, pero su boca solo pudo emitir palabras entrecortadas que no tenían ningún significado. Sesshomaru la miro con ojos suaves. Él no deseo que pasara algo como esto. Sesshomaru jamás quiso que su mundo terminara destruido por uno de sus más fuertes aliados. Sesshomaru nunca deseo ver a Kagome tirada en el suelo y completamente destrozada. Pero por algo suceden las cosas, ¿o no?

    Una vida a la que ya no se podía regresar. Un nuevo comienzo. Y todo debe de comenzar.

    El inu estiro su mano hacia la sacerdotisa, invitándola a seguirlo. A comenzar junto a él una nueva vida.

    "iré contigo, a donde sea, Sesshomaru.", dijo la mujer tomando la mano, sin dudar y sonriendo un poco.

    "no podemos volver al pasado", espetó Sesshomaru saltando y llevándose a Kagome consigo, "pero definitivamente, podemos crear un mejor futuro".

    "lo sé", finalizo Kagome siguiendo al demonio y mirando el largo camino que se presentaba ante ella.

    Sería difícil. Ambos lo sabían. No tenían a nadie que les apoyara, más que entre ellos mismos.

    ¿Estoy sola?

    Ya no mas, Kagome.

    Y la lluvia cesó.
     
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