Gosick V de Victorique [One Shot]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Fénix Kazeblade, 6 Agosto 2015.

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    Fénix Kazeblade

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    Escritor
    Título:
    V de Victorique [One Shot]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    920
    Este escrito participa en la actividad Días de Abcedario.


    Hace años había dejado atrás aquel jardín encima de la biblioteca, no sabía siquiera si existía. Pero los fragmentos del caos se presentaban en su mente mostrando indicios de los sucesos de lo que habían sido y lo que era, tal vez algo de lo que sería.

    Observó a Kujo acercarse a su habitación, ella extendió su mano tímidamente y este la guio por los bellos jardines que se extendían por su casa justo en el momento en el que estaban en flor, a ella le fascinaba el hermoso paisaje que surgía ante sus ojos, le hacía recordar el momento hace años que había podido llegar a él, que se habían reencontrado.

    El muchacho parecía nervioso, observaba constantemente el cielo y luego hacia los dados como si algo esperara que ocurriera en ese instante algo topó en los pies de la chica, había una pequeña caja hecha de madera con un clavel en la tapa desformado y cuando ella la tomó cuidadosamente en sus manos él sonrió.

    — Alguien la perdió Kujo—intuyó la chica mientras lo miraba los ojos.

    — Ya lo creo— contestó— debes saber que ese tipo de cajas son muy importantes aquí, es una caja rompecabezas, guardan allí los más preciados secretos, los recuerdos más simbólicos o un mensaje para alguien más, si logras hacer la combinación correcta seguramente se abrirá.

    — Creo que puedo lograrlo— dijo con determinación y comenzó a mover las piezas mientras caminaban.

    A Victorique no le dejaba de parecer extraño que Kujo estuviera tan cayado ese día, pero no lo mencionó.

    — ¿Quieres tomar un té? — preguntó el muchacho esbozando una sonrisa.

    A ella secretamente le encantaba. Su rostro se iluminó por un momento y afirmó con la cabeza.

    —Si, me gustaría— respondió, luego de esto sus mejillas se inflaron mientras caminaba con más fuerza—tal vez podrías también ser un poco más considerado y comprarme alguna de esas golosinas de nuevo.

    Kujo rio tranquilamente por primera vez en la tarde y la abrazó un poco, a lo que ella se respondió con un sonrojo.

    Luego de unos minutos la chica observaba su taza intentando adivinar el sabor de lo que bebía, pues le parecía un tanto familiar, pero a la vez recordaba no haberlo probado en muchas ocasiones en todo el tiempo que había estado allí.

    Por unos segundos se dedicaron a mirarse, en algún momento, él le acerco la taza con la que bebía y ella a pesar de su nerviosismo pudo corresponder con un mismo gesto. En aquel momento esa sensación en su estómago había crecido como si parte de ella supiera que algo ocurría.

    Movió la última pieza de la caja rompecabezas y con un clic la pequeña tapa se abrió. Victorique observó extrañaba lo que a simple vista parecía una pequeña caja de “tesoros” de un niño, donde había guardado curiosidades que le gustaban. Pues contenía:

    -Conchas de Abulón

    - Unos cuantos yenes.

    -Un sobre de atún

    -Sepia seca

    -Un frasquito con algas marina

    -Un mechón de cáñamo blanco

    -Un abanico.

    Él la observó pues bajó la mirada, mientras se dibujaba una leve sonrisa en su rostro.

    — Usando la fuente de la sabiduría—dijo ella a modo de susurro mientras su voz se quebraba— he…he reunido los fragmentos del caos, para revelar…la verdad…

    Una tras otra comenzaron a descender lágrimas de sus ojos mientras su sonrisa se volvía más plena y radiante, una calidez única, que jamás esperó sentir en toda su vida la invadía al entender la verdad detrás de todo lo que había ocurrido ese día, comprendiendo que todas estas pequeñas acciones hechas al azar, eran parte de algo maravillosamente único y grandioso.

    — Representan buenos deseos— levantó las conchas y le dio una a él—suerte…—le otorgó la misma cantidad de yens con sus manos temblorosas—estos representa que sea duradero…—señaló el atún y la sepia— esto…es que la descendencia sea sana y saludable— este que los lazos sean duraderos— repartió el cañamo— el abanico es felicidad…—el sonrió cuando sus miradas se cruzaron un momento y metió la mano en su bolsillo.

    Ella obervó las cosas por unos segundos como hipnotizada.

    —Son regalos tradicionales ¿no es así?, el clavel...el té…lo que hiciste hace un momento con las tazas, tu forma de actuar…Kujo…¿ es tuya no es así?, la dejaste allí para mi….significan matri…

    —Un último misterio, Victorique…

    Él permanecía frente a ella observándola a los ojos, una de sus rodillas descanzaba en el piso mientras en su mano derecho se alzaba una caja color rojo con un anillo.

    Por un segundo recordó aquel tiempo en el calabozo, su vida solitaria en la torre, su creencia de que siempre sería así, ella a punto de caer al barranco mientras temía por su vida, aparecieron solo para quedar atrás por siempre. Al instante se superponía a estos, la primera ocasión que se puso frente a ella para para protegerla en el barco, las inumerables veces que fue a su rescate, que la encontró, las veces que estuvo con ella aunque realmente no se encontrara allí, su promesa de no separarse, que había cumplía por completo.

    —¿Te casarías conmigo? —preguntó el muchacho clavando sus ojos en ella, la única que desde el primer momento perforó su alma si abrió paso hacia su corazón.

    No tuvo siquiera que pensarlo antes de que dijera una palabra más se había lanzado hacia él encontrando sus labios por primera vez, estrechando su mano con la suya.
     
    Última edición: 17 Enero 2016
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