Contenido oculto Queríamos rolear con Insane a estos bobos, así que qué mejor que hacerlo con nuestros niños en eventos que pueden ser canon, pero no nos dio por rolear en su debido tiempo jsjsjs En fin, lo más probable es que esto termine siendo canon paraaaa... el sábado 2 de mayo in rol uwu<3 Así queeee, toda tuya, Insane uwu <3 El soundtrack del momento: Numéria Russo Tras esa gran salida, papá durmió casi todo el día siguiente. Bueno, entre dormir y escribir, pero a veces parecía similar, tan centrado en teclear que lo vivo parecía la computadora y no él en sí mismo. Por ende, no hubo mucho movimiento en casa. Yo ordené el poco el pequeño espacio, me relajé y me aburrí como nunca. Traté de contactar con un par de amigos, la mayoría estaba ocupados y aunque tocamos un par de temas interesantes, no fue una conversación demasiado larga. Tampoco es que me gustara chatear, prefería con diferencia conversar en persona y las llamadas de teléfono tampoco eran mis predilectas. Como fuera, ese viernes terminó y en el momento cúspide de morirme por el calor, tirada en la cama mirando el techo, decidí que al día siguiente saldría. Saldría y no me importaba el cansancio, revisaría todo Tokyo otra vez sí hacia falta, ¡algo de mi interés debe estar allá afuera! Con eso decidido, terminé en un seven eleven como primera parada. Era claro que de salir no iba a volver con las manos vacías, sí había algo que no soportaba era hacer cosas irrelevantes, hasta para salir debía tener un significado más allá del sencillo hecho de hacerlo, con solo comprar la cena o algo para la merienda, una baratija o aprender algo nuevo, era suficiente para satisfacer esa necesidad, que podría pecar de extraña. De tal forma agarré una bolsita plástica de las que ofrecían y me dirigí a observar sin prisas los pasillos. Miraría todo por encima primero antes de comprar algo, esa era la gracia, pero la sección de ramen instantáneo me dejó pegada tal abeja al polen. Tomé una y lo miré con la seriedad normal de mi cara, luego fruncí el ceño... ¿Por qué la necesidad de tanto Kanji? Olvídenlo, ya lo sabía y era algo hermoso que prevalecieran con el tiempo.
En lo que bajé las escaleras, dispuesto a ponerle el collar a los perros para sacarlos sentí la mirada de mi gemelo desde atrás, girando el rostro sobre el hombro para mostrarle los dientes en lo que éste me sonreía, mostrándome una bebida vacía. Esas de fresa que amaba Allen, las cuales el había encargado a Canadá y yo me había terminado tomando al no encontrar nada más en el refrigerador. —Lo sé, ahora salgo a buscar algo similar a eso. —Bien —concluyó dándose vuelta para perderse por la escaleras en su habitación. Acaricié a los caninos en lo que dejaba sus collares nuevamente sobre el sofá, sintiendo el suspiro de ambos como si se decepcionaran de que cancelara el paseo. —Ahora regreso, sino a Zeld se resentirá conmigo, y a ustedes no los dejan entrar a la tienda de biberes —murmuré suspirando en lo que bostezaba, guardando las llaves en el bolsillo y enterrando por ahí derecho la izquierda para abrir la puerta con la derecha. Hacía un sol del demonio... Me eché a caminar, deparando en la tienda de conveniencia en la que había comprado hace días un par de verduras. Ingresé recibiendo el saludo habitual del hombre de la caja, dirigiéndome al sector de lácteos.
Numéria Russo Al final terminé por agarrar uno de los fideos instantáneos, era consciente de lo malísimo que era comer ese tipo de cosas seguidas, pero también implicaban cierta facilidad y alivio para personas descentradas de las necesidades como mi padre o bien para mí, que no era mi fanatismo centrarme en prepararme comida y tal. Con suerte y me tomaba las molestias de tener el cuarto ordenado y apoyar un poco con el resto de la cada cuando papá ya parecía estar en el tercer planeta o viaje en el tiempo del día. No estaba segura qué tanto me parecía a él, pero tampoco podría asumir que era parecida a mi madre. A veces lo sentía, cuando me miraba él con cierta ternura que me hacía sentir incomoda, con una mirada llena de nostalgia que me hacía ponerme a la defensiva. Era muy transparente... en ese sentido tal vez sí me parecía más a mamá. Lo que era claro es que el cabello rojizo atardecer lo heredé de él, pero bueno. No era momentos para reflexionar al respecto. La caso era que me llevé uno de los fideos instantáneos más picantes, tuve compasión y no me llevé el peor. La sonrisa sutil y los ojos macabros reflejaban la intención de darle a probar eso a papá, ya sí no le gustaba me tocaría comérmelo a mí, con eso vería saldada mi deuda por la broma. Pero, vamos, sí de alguien saqué la capacidad de comer pasto por un simple jueguito de fiesta, eso era de papá. Que risa, en verdad, a veces éramos bastante idiotas. Y en lo que me dirigía a ver otro pasillo no me demoré en reconocer una silueta a lo lejos... Un Kasun... fruncí el ceño... ¿Cuál de los dos era? Di un suspiro pesado y me toqué el puente de la nariz, había que ver lo graciosita que era la vida para crear dos personas tan parecidas, pero aún más gracioso ellos para parecerse hasta en el estilo de ropa y cabello. ¿A caso no tenían esencia propia o qué? Como fuera, me acerqué con pasos insonoros y la sutileza del viento que no corre, manos tras la espalda con cierto aire de inocencia. —Buenas días, jovencito —hablé en ingles con una voz tranquila y algo endulzada, sin dejar cierta vibra grave que dejaba en claro que no quería ser un estereotipo de chica tierna. Aun con todo ladeé la cabeza como muestra de sutil gentileza, flexibilidad o de frentón debilidad. Mis ojos, en cabio, tendían siempre a tener cierto filo y la roja llama ocre encendida. Tras recibir sus ojos volteé a ver que estaba comprando—, ¿te gustan los lácteos? —solté sin mayor curiosidad, pero en el fondo era buen inicio para saber de gustos y, en el fondo, más detalles importantes de él. Pequeños, pero no por ello innecesarios. Los humanos se conformaban por todas esas sutilezas juntas, al fin y al cabo. Tomé una leche y miré el envase siempre con movimientos seguros, pero tranquilos... No entendía varios kanjis, que carajo. Dejé la leche donde correspondía y con el ceño más fruncido busqué algo de mi interés.... sonreí satisfecha cuando vi algo que llamó mi atención. —Uhmm —solté a labios cerrados con una sonrisa—. Uhmm —seguí con cierta molestia frunciendo el ceño, revisando los kanjis que entendía y volviendo a mirar el precio. Di un suspiro derrotado y lo dejé donde mismo. Era claro que la leche de almendras sería más cara, no estaba segura de sí permitirme el placer de comprarlo por capricho—. ¿Haciendo las compras del día? —volteé a mirarlo con una real cara de hastío, pero al conectar con sus ojos no demoré en sonreír tranquila y sugerente—, solito, que adorable~ —terminé soltando una leve risa nasal, jocosa, como sí me burlara de algo y en verdad lo hacía. La adorabilidad me trasmitía unas ganas incontrolables de pisotear, pero no siempre, porque hasta el mismo vestido verdoso y campestre que llevaba podría considerarse tierno. Acompañado de paso con un sombrero bastante grande, de material ligero, que venía ideal para cubrirse del sol. Medio chapada a la antigua y desentonaba en una gran urbe como era Tokyo, pero a veces me agradaba resaltar y tomar la contraria de tal manera. Contenido oculto Chale, Numéria, monologas demasiado XD
Sujeté una de las canastas, no es como si fuese a hacer mercado de mes, sino más bien algo para la semana. Tanta comida a domicilio no es como si fuese muy buena ni recomendada por nuestra madre, así que un poco apegarme a sus normas me hacía de cierta forma, cuidarle el culo a mi gemelo, bueno, el estómago, o como fuese. Paseé antes por el sector de carne, pidiendo un libra al pasarme por la cabeza preparar unos rollitos similares a los de mi país natal. No era muy bueno en la cocina, pero podía intentarlo. Continuando ahora sí hacia los lácteos, sin embargo el móvil me vibró en lo que terminé entreteniéndome en los estados de wpp, escuchando la voz femenina a mis espaldas, a lo que me giré con lentitud, sonriendo al notar que era Númeria, la chica de la máscarada. —Buenos días —le devolví el saludo con amabilidad, alzando apenas las cejas para luego mostrarle los dientes, risueño—. Lo normal, pero ya debo reponerlos, en casa se acabaron así que ando por acá haciendo compras para llenar en algo la nevera. ¿A ti te gustan? Entre tando guardé el celular nuevamente en el bolsillo, dejando la izquierda dentro de la bolsa del pantalón, y la derecha con la canasta, siguiendo sus cortos pasos hasta que sujetó un lácteo. —Sep, solito —repetí risueño, de nuevo. No era de dobles intenciones pese a notar las contrarias, así que simplemente fluí con ella—. ¿Y tú andas buscando algo en especial? Porque siempre estaba la probabilidad de que se diese un paseo viendo de que se antojaba, bueno, mi hermano era de ese tipo. Contenido oculto: aprovecho a poner oufit(?)
Contenido oculto: Sunset Lo miré con seriedad mientras recibía sus palabras, de costado, porque aún estaba decidiéndome entre centrarme en qué comprar o volcar toda mi atención en él. No lo miraba mientras describía cosas mundanas, le miraba ante cosas que me daban curiosidad y en general reaccionaba a todo con cambios leves o gestos efímeros, aunque unos eran más resaltante que otros. —Jejeje, si me gustan— Tras dedicarle esa sonrisa tranquila sosteniendo su mirada sin pudor alguno, miré luego el panorama que ofrecía el escaparate frívolo: Quesos, leches y otras cosas de utilidad similar—, puede que los quesos sean mis favoritos— Llevé un índice a mi mentón soltando un "Uhm" suave y claramente pensativa. Luego sonreí más risueña—, la leche con el café o el té—. Luego volteé a verle con una sonrisa bastante amplia y risueña, tal vez fuera la primera vez que me viera con esa alegría tan espontánea—. ¿Qué más se puede hacer con leche? Jejeje —reí al final mostrando mi hilera de dientes y cerrando los ojos con fuerza, se notaba que no era de contener en realidad mis expresiones y cuando me mostraba sutil era por estar en realidad tranquila. Entonces parecí caer en cuenta de algo muy relevante, pues mirando ese superfrigorífico golpee la palma abierta que sostenía la bolsita plástica con mi otra mano empuñada, con una clara sorpresa silenciosa en mi rostro—. Ohhh...— Y sonreí alegre, luego los gestos zorrunos invadieron mi expresión para sostener de tal manera la mirada del chico con las manos tras la espalda. La realidad era que me movía bastante cuando quería, porque igual y había inclinado la espalda y todo para sonreírle amplio— Los yogures eran. Uhmju— Sonriendo con más tranquilidad al final asentí con la voz soltando de paso un tipo de risa en el último vocablo, resaltar que a labios cerrados. Esta vez si me erguí como correspondería en cualquier dama tranquila, aún con los ojos cerrados por la última alegría. Luego sostuve su mirada con una expresión sobria, pero aún sonriente cuando afirmó que estaba solo. Ya iba siendo hora de adivinar quién era~ Solté un suspiro algo cargado de cansancio ante su pregunta, desviando la vista a los alimentos que resaltaban por la blanca luz del refrigerante, aun así la sonrisa cada vez más sutil se mantenía. —En realidad no...— Había alzado una mano, como queriendo tomar cualquier cosa que se extendía a mi lado, pues ahora los refrigerios estaban a mi costado y uno de los hermanos Kasun delante de mi persona... Apreté con fuerza fuerza la mano terminando por estar empuñada, arruge el gesto y todo. De seguro me vería afectada por algo, pero sin conocerme de nada y solo por un breve silencio sería muy difícil de deducir. Que la vida a veces era abrumadora, que cambiar de hogar era agotador y que las emociones a veces solo eran un fiasco... y me afectaban más de lo que siempre quise. Bufé cerrando los ojos y dejando caer mi mano con fuerza, tampoco quería amargarle el día a otro y mucho menos quería ser descortés. Y aunque podía ser lo último con facilidad, ninguno de los Kasun ni Génesis se lo merecían. Era hartante, recelosa, incluso arisca y altanera, puede que además celosa y conflictiva... pero sobre todas las cosas quería ser agradable, en verdad que nunca deseaba ser un estorbo o malgastar el día de otros... aunque eso era solo si me interesaban, cosa que igual podía ser difícil de conseguir. Pero una vez se lograba, ufff. Y puede que todo el conflicto lo produjera la palabra "Especial", tan fuerte sobre mi persona, con tantas posibilidades que me aterraba explorar. No me tomó más de un minuto calmarme, me llevé un mechón tras la oreja a pesar de que por sí todo estaba bien sujeto con el sombrero. Sonreí con sobriedad a Kasun y la verdad era imposible saber sí lo anterior fue algo del momento o sí en verdad me había hecho mella. Tan expresiva como era, a veces era una laguna trasparente. Otras veces ni yo misma sabía qué escondían mis acciones y en varias otras ocasiones en realidad no me interesaba saberlo... o tan solo me aterraba. >>Pero podríamos hacer algo interesante...— Y cuando mi voz monocorde escapó de mis labios llevándome las manos junto a la bolsa tras mi espalda, en general con movimientos fluidos y armónicos, mi expresión se tornó oscura como el vino tinto dentro de una copa. Entorné la mirada y afilé la sonrisa, estando ahora incluso más cerca que antes, los pasos sutiles me habían dejado ahí sin siquiera meditarlo, a pocos centímetros de su pecho y si hubiera querido de su rostro también, solamente debía colocarme de puntillas. Pero no lo hice, aguardé distancias, en parte porque sabía que los movimientos arriesgados alejaban a cualquiera y yo estaba lejos de querer perder oportunidades, al menos con los hermanos Kasun así era y sería hasta que alguien metiera la pata de manera irreversible, aunque incluso puede que fuera capaz de perdonarles un par de veces de ser necesario. Ladee la cabeza, sin ninguna pizca de inocencia real. >>¿Qué te parece? —concluí con la voz cargada de un sentimiento grave, casi un ronroneo sin la característica de motor. Era elegante, pero tampoco dejaba de ser sugerente, incluso si en el fondo mi mente estuviera en blanco. Porque mi mundo a ratos era un lienzo y yo nunca me molestaba en pintarlo, se me hacía un desperdicio: Que se encargaran otros. Contenido oculto: Ropita y nota No tenía en mente una imagen en específico, pero seguro el outfit sería algo así: Y de paso decir que sorprendida estoy con todo lo que se me alargan las respuestas de Numéria XD
No era un genio ni mucho menos, solo solía ser discreto en cuanto notaba movimientos que por alguna razón terminaba atrayendo, podía ser la personalidad que llevaba a fin con el tipo de estructura femenina que inconscientemente terminaba encontrando, sin embargo no le di muchas vueltas, a fin de cuentas era de las personas con las que Génesis consintió compañía, podría decirse que podrían hasta ser amigas o algo. Noté los movimiento, sin embargo no pregunté al respecto de lo que pareció una mueca de dolor al arrugar el gesto, por el contrario miré hacia lo que había sujetado de forma superficial. —Por acá cerca vi un sitio que es tipo cafetería, podemos tomar algo si quieres —le invité mostrándole los dientes en lo que movía la cabeza hacia la caja registradora—, luego de pagar, claro. Me eché a caminar entonces con los productos que había seleccionado, colando una chocolatina por ahí. La mujer de la caja me sonrió con amabilidad a lo que le pasé el dinero, recibiendo el recibo y la bolsa plástica. —Ah, y podemos pedir un postre o algo ya que mencionaste que te gustan los quesos —agregué, esperándola.
Tras recibir su respuesta la sonrisa no demoró más que un par de segundos para transformarse en una cara extrañada, con la ceja algo alzada y todo, entre confundida y pérdida, como si me encontrara con la expresión de mates que no entendía. Ah, que quería que comieramos algo, si, claro, hacia un buen día para eso... pero de todas formas lo miré sin una pizca de gracia en mi rostro, más bien aburrida y mis pequeñas muecas reflejaban con claridad que no era lo que quería en un principio. Aunque, claro, con lo ida que era a veces ni yo sabía lo qué quería, aunque podía deducirlo de solo juntar los cables, pero no lo haría. Porque ya había vivido situaciones similares, el pobre de Kasun no iba a la misma vibra que yo y no sería yo quién cambiara eso. Era entre descortés y un lío que no quería afrontar ahora. "... luego de pagar, claro" En cualquier caso la sonrisa amplia no demoró en surcar otra vez mis labios, está vez sin miradas sugerentes, solo plenitud tranquila. Puede que algo regocijada también, osea, era exigente en muchas cosas, pero por norma general no me calentaba la cabeza por campeonato: ¿Podría pasar un buen rato con Kasun? Lo haría, independiente de qué conllevara eso mientras el disfrute estuviera presente, también preferible que fuera equitativo para ambos. Y antes que pudiera hacer mucho más se largó a caminar, ¡pero bueno! Es cierto que no buscaba nada en especial, ¡Pero es que las comprar diarias eran lo más cotidiano del mundo! No por ello menos relevante. La cosa es que me desconcertó un poco, vamos, que me alteraba los planes y, aunque no tuviera problemas en adaptarme, sí que es mucho de ir a mí bola y amoldarme a otros me costaba lo suyo. La cosa es que anduve con la cabeza mirando a Kasun un rato y luego el panorama con claro desconcierto reflejado en el rostro, como cuando le pides al niño que elija ir donde la madre o el padre y se queda ahí sin saber que hacer, mientras intercala mirada entre ellos. Gracioso, teniendo en cuenta mis relaciones parentales. La cosa es que opté con rapidez tan solo seguirlo, bah, yo misma me metí en el meollo y ya no podía andar de regodiona, ¿cierto? Aparte, aunque de seguro me faltaban comprar cosas, era incluso mejor hacerlo a la tarde, luego de pasar un rato con el chico, porque sino andaría cargando toda la compra y eso sí que era un fiasco. Mejor solo cargarla de regreso a casa, si eso que teníamos se le podría llamar casa para empezar. Cuando estaba llegando a su lado, sin ya mayores alteraciones o prisas de mi parte, escuché lo de los quesos y postres. Lo miré con extrañeza mientras colocaba mis cosas a pagar mientras el terminaba de hacer lo propio... ¿Quesos... y postres? ¡Ah! ¡Cheesecake! Apenas conecté los cables habría la boca en "O" y seguro Kasun nunca me habría visto los ojos tan grandes. De seguro se me coloreo la cara y todo de la pura emoción... Vergüenza me daría admitir lo mucho que disfrutaba de cosas tan... mundanas como un buen proste, almuerzo... incluso cena o hasta desayuno, ¡Aish, bueno, sí era media fanática de la buena mesa! ¿Entendido? —¡Claro! —dije con seguridad entornando la mirada por pura emoción contenida. Tampoco demoré en sonreír e incluso carcajear con levedad cuando ladee la cabeza para mostrale toda mi hilera de dientes a ojos cerrados. Y rápida no demoré en sonreírle con clara picardía y mis manos, traviesas, le picaron con los índices el torso, de una manera bastante juguetona e incluso pecaba de infantil. >>¡Que nos e te olvide pedir tu postre favorito, eso sí! —exclamé mientras llevaba la acción a cabo, buscando su mirada y atenta a que no me fuera a devolver el ataque. Una vez apaciguado el asunto, le brindé una última sonrisa cerrada al igual que mis ojos, mucho más tranquila pero no por ello menos risueña. Se notaba que era genuina alegría trasparente, en verdad, podía ser una salida pero en el fondo era más una cría que otra cosa... Caprichosa, codiciosa; fácil de hacer enfadar o frustrar, mechita corta... regodiona. Me digne a pagar con la tarjeta de una buena vez por todas, como si no me hubiera montado un mini espectaculo frente a la pobre cajera, tratándola con mi sobriedad más bien sería, pero siempre cortes y gracias a Kasun incluso sonreí más de lo que hubiera hecho en otro contexto. Vamos, él mismo debía saber que era más bien borde o seria, así fui la primera vez que nos topamos en esa tienda de ropa, que recuerdos~ Y eso que fue hace relativamente poco. Tipo, ¡había gente que conocí un par de semanas y no veía hace meses e incluso años! Era... agradable, tener a los Kasun y a Génesis como una opción para salir, estudiar o lo que fuera. Una vez salimos del Seven eleven, miré a Kasun con esa sonrisa que mezclaba astucia y juego, pero no era el torrente de energía de hace unos momentos. —¿Alguna picada para merendar, Kasun?— En eso recordé que él mismo había mencionado un lugar—. ¡Ah, cierto que sabes!— No tuve pudor en reflejar mi sorpresa y tampoco demoré en sonreírle gatuna, para luego cerrar los ojos y marcar mi expresión alegre como quién no sabía nada, distraída y despreocupada alzando el mentón hacia arriba y la mirada al frente, para dime con rectitud. Pero no me marché, alcé la mano izquierda para darle un par de palmaditas en la espalda al chico, esta vez sostuve sus ojos desde abajo con una sonrisa bastante socarrona. >>Vamos, yo te sigo. ¿Qué sí lo ponía a prueba? ¡Claro! Siempre lo hacía, con todos, uno debía saber descartar personas~ Era ahorrarse problemas para futuro... Aunque, claro, lo dicho: Los hermanos Kasun y Génesis ya eran una excepción. Si, si, pondría mis granito de arena y todo en pos de que nuestra relación fuera eso: Una linda relación, divertida, agradable y, por qué no, grata. Poco tiempo tenia yo en cualquier ciudad, nunca me tomaba las molestias de encariñarme con los otros o amargarme por cosas que no me darían una recompensa temprana, porque al final del día papá me agarraba poco menos del pescuezo y otra realidad, con otras personas y otros lugares me debería acostumbrar. Era divertido, recreativo y en extremo educativo. Aprendía más de lo que quería, incluso... Y a veces solo quería quedarme quieta y no preocuparme por nada... pero seguro me sentiría pérdida de estar en una situación similar. Contenido oculto: Nota Yo creo que puedes reaccionar a este último post de Numéria, si que quieres, claro, y ya cambiaríamos de locación, ¿verdad? Me gustaría poder publicar yo la presentación del lugar, como hice al inicio con el Seven eleven uwu. Peeeero, si tienes un lugar ya pensado y planificado y lo quieres describir tu, más que dispuesta te lo acepto <3 Hablemos los detalles por priv. uwu
Un poco elevé las cejas al verla abrir los ojos y el color subir a su rostro, suavizando mi expresión en algún momento. Vete a saber, pero el verla con la cara teñida del rojo me causó algo de ternura, probablemente porque no me esperaba el que una invitación casual la fuese a poner en ese punto, quizá había enfatizado de más en sus gustos al escucharla atento, sin embargo no le metí mucha cabeza al asunto. Fue entonces que recibí el cambio de la cajera y por ahí derecho los dedos de Númeria en mi torso, causando que me echara apenas para atrás, risueño. —Ey, que me dan cosquillas —murmuré cubriendo mis labios con el dorso de mi mano izquierda, empuñada al tener las monedas aún en ella—, lo pediré, lo prometo —murmuré mostrándole los dientes blancos. No se me pasó por la mente regresarle las cosquillas, me inquietaba el desordenarle el cabello o algo, a fin de cuentas se veía bastante recatada en su forma de vestir. Esperé a que pagara en lo que me echaba el dinero al bolsillo, echándome a caminar cuando ya estabamos en la misma sintonía, sonando la campanilla del lugar al salir por la puerta. —Si, es cerca de aquí —comenté, curioso ante la sonrisa gatuna que reflejaba—. No suelo preguntar pero... ¿qué estás pensando? —murmuré al no entender, sin embargo me lo tomé con bastante gracia. Contenido oculto Pon el lugar que desees Morita, no tengo problema <3
