Saint Seiya Una Pequeña Leyenda

Death Mask, le gusta molestar a los mas pequeños, en esta ocasión Mu y Camus fueron sus victimas, para la mala suerte del pequeño futuro Acuario tiene algo de miedo, pero alguien le da una linda idea, para dormir con alguien especial.

Los personajes le pertenecen a Masami Kurumada, lo mío es la historia.

Feliz cumpleaños Cataralav.
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Capitulo 1 (Una Pequeña Leyenda)
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-Entonces en las noches frías como la de hoy, se aparece por el santuario un antiguo caballero que su templo ha desaparecido y…- Una sonrisa maquiavélica se dibuja en el rostro de Death, asustando a dos pequeños aprendices –Busca venganza de Atena por haberlo abandonado y expulsarlo de la orden, con todo y su símbolo zodiacal-

-Eso… No es… Verdad…- Un pequeño niño de cabellos aguamarinos, frunce el ceño aunque tiembla un poco por la historia.

-Ese caballero fantasma, siempre ataca en esta época, primero ira pasando por los templos, si encuentra algún mocoso en ellos se los llevara para impedir que se vuelvan caballeros dorados, así como el no pudo- Alza las manos para asustarlos y gruñir un poco –No existe forma de escapar, solo si se es dorado o muy poderoso así como yo- Sonrió triunfante, pues ha logrado asustar a esos dos.

-Death Mask, no es verdad… Mi maestro me lo… Hubiera contado- El más pequeño de los dos, refuto a esto, pero sus manos parecen temblorosas.

-Ja, ¿Crees que se lo diría al bebe borrego?- Rio a carcajadas –Serias capaz de mojar la cama-

-¡¡¡NO ES CIERTO!!!- Grito molesto, pero el miedo por la historia sigue en su mente.

-No le hagas caso Mu, solo quiere asustarnos- Camus se levantó, para tratar de irse con su amigo.

-¿Seguros?- El mayor, sonrió de una forma atemorizante –Yo solo cumplí con advertirles, si no creen es su problema, no me hare responsable si el caballero fantasma se lo lleva para comérselos y nunca más volverlos a ver-

-El patriarca no lo permitirá-

-¿Lo ves por algún lado?- Sí que ha preparado el día para molestarlos.

Ambos niños de no más de cuatro años se miraron entre si, algo preocupados.

-El patriarca fue a una importante misión, no tendrán a su papi para que los cuide- Rio a carcajadas, cuando ambos niños atinaron a pensar en ello.

-¡¡¡DEATH MASK!!! ¡¡¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!!!- Una voz algo aguda le llamo la atención.

-Ay, ya me tenían que arruinar el momento- Cerro sus ojos sabiendo de quienes podrían tratarse.

-¿Por qué Mu y Camus están temblando?- Un peliverde señalo a ambos niños.

-Shura, ¿Verdad que no existe un caballero fantasma?- El pelilila rápido pregunto al otro.

-¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE LES DIJISTE?!!!- El niño de cabellos celestes, miro enojado al cuenta cuentos.

-Solo fue una linda historia para ante de dormir- Sonrió para restarle importancia al asunto.

-¿Historia para dormir?- Negó con la cabeza –Si como no- Le jalo la oreja por andar molestando a los más pequeños –Eso no se hace, te va a regañar el patriarca por andar con tus bromitas- Se lo comenzó a llevar templo arriba para seguir diciéndole sus verdades.

-¡¡¡AUCH!!! ¡¡¡OYE!!! ¡¡¡AY!!! ¡¡¡ME DUELE!!!- Aunque quisiera protestar, ser llevado así no es para nada agradable, pero no puede hacer nada, si llama más la atención, puede que Saga o Aioros lo sepan y le den una reprimenda.

Suspiro resignado el peliverde de cabellos cortos –Siempre molestando a los pequeños- Rasco su cabeza, listo para ir detrás de ellos, pero unas pequeñas manitas jalan su ropa, con algo se temor.

-¿He?- Se giró a ver ambos infantiles rostros.

-Shura… ¿No es verdad?-

-¿Cierto?-

Ambos pequeños lo miran con sus ojos suplicantes de que les confirmen aquellos.

Puede que sea bastante apartado de los demás que no sean los otros dos que se han retirado, pero, le causa algo de ternura sus rostros –Death solo quiso asustarlos, no le den el gusto- Hablo bastante serio, acariciando ambas cabezas.

-Entonces… ¿No nos llevara?- Mu volvió a preguntar, apretando sus puñitos.

-No, nadie se los llevara- Suspiro, negando con la cabeza.

Sin duda si alguno de esos niños no duerme esta noche, mañana se darán cuenta los dos mayores que ellos y el castigo que recibirá el futuro caballero de cáncer será muy grande

-¿Por qué Death siempre nos molesta?- Camus esta bastante molesto por ser blanco de esas malas bromas.

-Mejor vallan a sus templos, ya está atardeciendo, y saben que todos debemos estar en el santuario antes de oscurecer- Con esto se zafo del agarra de ambos infantes, para dirigirse escaleras arriba.

Saben que es lo mejor, aunque quisieran protestar y pedirle que durmiera con ellos en el primer templo para no tener que subir sobre todo Camus solito.

Pero es demasiado tarde, además que como aprendices a caballero dorados, no sería muy bien visto aun a su corta edad.

-Creo que debemos irnos…- Hablo algo preocupado el peliaguamarino.

-Si…- Miro a su amigo, pues sin duda nota lo angustiado que esta por la tonta historia –Si quieres quédate a dormir conmigo- Le ofreció con toda la amabilidad del mundo.

-No puedo…- Bajo la mirada preocupado –Debo ir a mi templo-

-Camus, si tienes miedo… Puedes pedirle a Shura que te cuide o Aioros, sabes que él es muy bueno con nosotros- Le trato de animar, aunque el esta también en las mismas.

-No, yo puedo dormir solito- Frunció el ceño y camino para ascender a los templos –Y… ¿Tu no tienes miedo?-

-Si tengo… Pero…- Sonrió con timidez –Mi maestro me doy algo para que nunca tenga miedo si él no está-

-¿Qué cosa?- Lo miro extrañado, deseando saber que es y si lo pudiera compartir.

-Me doy una bufanda roja, aunque a mí me queda muy grande, la uso para dormir y me siento seguro, es como si estuviera conmigo, cuidándome- Mu sin duda estará bien esta fría noche de febrero.

Pero ¿Cómo pedirle a su amigo que le comparta algo de esa bufanda?

Camus no está para nada seguro, y no tiene algo especial que lo haga sentir como tal.

No respondió nada, ante la sonrisa del pelilila, decidió seguir ante de encontrarse con el templo de Aries al frente.

Sabiendo que esto afectara al peliaguamarino, decidió pensar en una idea para ayudarlo, es un niño aun, pero su corazón es tan grande.

Así que recordó una historia de un libro que su maestro le enseño hace unas semanas, tal vez eso podría ayudar algo.

-Sabes Camus…- Llamo al otro, antes de que saliera de su templo.

-¿Qué?- Hablo algo descortés, pero es por andar pensado en esa historia nada agradable.

Sonrió pues no lo tomo a mal, además que el pequeño Mu es bastante comprensivo con todos –Leí que los Escorpiones protegen de fantasmas y demonios, pueden repelerlos- Le sostuvo el hombro, para que lo escuchara.

-Pero… ¿Dónde consigo uno a unos minutos del ocaso?- Le hablo ladeando su cabeza.

Sin duda esa información le interesa.

-Bueno… Pues no será lo mismo… Pero Milo será el futuro caballero de Escorpio y es tu mejor amigo, te puede cuidar de los fantasmas- La lógica del pelilila es que por estar protegido el peli cerúleo por el signo del escorpión dorado, puede que tenga el mismo poder para alejar cualquier cosa mala.

Se giró, algo apenado por pensar en si quiera esa posibilidad –No pienso pedirle que me cuide-

-Pero Camus, tienes miedo así como yo…- Le quiso convencer, pero a veces el pequeño futuro acuario es terco en esos temas, además que conoce sus prohibiciones, de sobre estimular sus emociones.

-He dicho no, y ya me voy Mu- Se zafo del suave aguerre del pelilila, para seguir caminando.

El futuro caballero de Aries, ya no podría hacer nada, ya le dijo una buena solución a su parecer, ya dependía de Camus si lo quería hacer o no.

Solo suspiro y miro por donde se fue, mas sabe que es mejor ir a cubrirse con esa bufanda roja, para no sentir miedo y frio.

Por los templo fue caminando, para dirigirse al propio, debía hacerlo lo más rápido posible, si no la noche lo alcanzara y fuera de una reprimenda no por estar antes de que oscurezca, más le está por encontrarse con el caballero fantasma, aunque no exista, los más pequeños son más susceptibles a este tipo de temas.

-No es cierto, no existe- Se repetía esas palabras una y otra vez, caminado con rapidez.

Pasando los templos, pidiendo permiso, inconcluso encontrándose algunos ya dormidos, pues tienden a irse a descansar más temprano por su corta edad.

Llegar a Libra es la parte difícil para todos, siendo el único templo que no tiene a alguien próximo a protegerlo o uno anterior, es el más solitario y tenebroso al pensar de los más pequeños.

Tomo aliento y lo atravesó, casi con los ojos cerrados para no asustarse y congelar todo el santuario.

Sabe que esto no es bueno… Si durante la noche cualquier sonido o algo que vea lo espanta congelaría el santuario entero y… Bueno se burlarían de él.

Eso sí que no desea que pase.

Por esto en este instante se comenzó a plantea la idea de Mu más seriamente.

Tal vez no sería mala idea.

Después de todos ambos son unos niños que se llevan bien, son mejores amigos, se aprecian algo…

-Solo será esta noche- En esta ocasión corrió, a veces Milo tiende a dormir temprano en las noches frías, para acorrucarse en su cama.

Llego lo antes posible a Escorpio, sus piernas están algo agotadas por el día, ahora la carrera no es una buena adición.

Llamo con algo de timidez, pero no encontró respuesta, camino por el templo ya algo oscuro, temiendo que sin duda ya fuera la hora en que el pequeño Milo se fue a descansar.

-No me digas… Que ya te dormiste- Hablo con cierto miedo, mirando para todos lados en la oscuridad del lugar.

Pensó tratando de calmar su corazón temeroso –Debe estar en su habitación- Reacciono de inmediato y se dirigió a aquel lugar con paso firme.

Pidiendo estar en lo cierto, ya de por sí está muerto de miedo y pena.

Al estar delante de la puerta, la golpeó con suavidad, pero no encontró respuesta.

Abrió con cuidado, sin duda sabe que no cierra con llave nunca.

-¿Milo?- Llamo entre la oscuridad, no obtuvo respuesta, pero entiende por qué.

Al pequeño peli cerúleo, esta completamente dormido, en aquella cama, cubierto hasta la cabeza por las blancas sabanas.

Se sorprende como algunos no son capaces de aguantar el frio, pero Camus esta más acostumbrad a este por su cosmos.

Suspiro y se adentró del recinto, mirando a su amigo descansar.

Tembló de nuevo, al recordar la historia y que la noche ya cayo, si lo encuentran despierto… Se lo llevaran.

Cerro sus ojos, tratando de calmarse nuevamente, no sabe cuánto ha tratado de recordar los métodos de relación que el patriarca le ha dado, pero no están funcionando.

-Veré si lo que me has dicho Mu es verdad- Cerro de nuevo sus ojos, y subió a la cama con el pequeño futuro escorpión.

Se acomodó con algo de pena y sonrojo en sus mejillas junto a él, para dormir a su lado.

Conoce que Milo tiene el sueño muy pesado, posiblemente no sentirá el peso extra en su cama.

Ya mañana le pedirá disculpas por dormir en su cama sin permiso, pero por hoy necesita estar al lado de su escorpión, que son capaces de repelar los fantasmas y cualquier demonio.

Quiso cubrirse con las sabanas de su amigo, pero sabe que podría enfriarlo también, así que… No lo hizo, miro para otro lado pues esa situación le da algo de pena.

Pero sintió como el pequeño cuerpo ajeno se voltio y el brazo del peli cerúleo cayó sobre su pecho, abrazándolo de alguna forma reconfortable.

Esto asusto algo a Camus, pero se logró calmar al saber que es Milo durmiendo con tranquilidad.

Se giró para verlo, el rostro dormido de ese niño, sonriendo, con un pequeño hilo de saliva saliendo, sin duda babea dormido.

Le pareció bastante reconfortable, dejándose abrazar en esta ocasión.

Suspiro, cerrando sus ojos, no sin antes decir algo –Buenas noches Milo-

Sin duda el pequeño niño se llevara una gran sorpresa a la mañana siguiente, cuando encuentre a su mejor amigo dormido a su lado y no entender que paso.

Pero no se quejaría, puede que aun sean demasiado pequeños para sentir algo especial, pero… De que existe un cariño entre ambos esta allí y nadie lo pude negar.

Dicen que para el amor no existe edad, puede que se refiera a que cualquier edad puedes sentir ese sentimiento, al menos eso me gusta creer.
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Gracias por leer.