Una Obra de Arte Jamas Terminado

Bueno digamos que esto también lo hago a dedicación a Mili Hyuga, no se como ni cuando pero ayer me inspire con una canción que quise montar un fanfic aquí... Este tiene como protagonista a uno de los Akatsuki Deidara

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Capítulo I​

Siendo ya las ocho de la noche como de costumbre miraba sus alrededores a varias personas que apreciaban lo que era sus más impresionantes obra de artes, considerándose a sí mismo un excelente artista le gustaba mucho trabajar en lo que era el arte de la arcilla blanca. Pegajosa y húmeda siempre plasmaba en el lo que era su fascinaciones hacia el medio ambiente o en una persona que escoja al azar. Pero, últimamente las cosas le están saliendo de maravilla y es porque un reconocido empresario había llegado a su apartamento diciéndole que quería exhibir sus obras y con esa emoción invadir su cuerpo había aceptado tal trato.

¿En dónde se encontraba ahora? Parado en uno de los museo más reconocido de la ciudad, mirando con serenidad todas y cada una de sus obras de artes no podía evitar sonreír de forma cerrada ya que se sentía orgulloso de su forma de mirar el mundo artístico, aunque no muchas artistas la mirasen de la misma forma este joven chico estaba determinado a cumplir con su mayor sueño.

De una cabellera rubia brillante se le notaba lo largo que era ya que le llegaba hasta casi la mitad de su espalda y con esos orbes azules que eran como el mismísimo mar miraba con suma concentración las obras de los demás pintores preguntándose cómo era que lo hacían para tomar algo simple y convertirlo en algo verdaderamente hermoso.

—Para solamente usar unas botellitas de pintura y pinceles tengo que admitir que tienen muy buen uso de la imaginación —Hablo con suma seriedad mientras que colocaba ambas manos juntas por detrás de su espalda y seguía su recorrido con esos mismos pasos firmes.

Entre tanto caminar no había podido evitar sonreír de nuevo de forma cerrada, y era porque estaba recordando la vez en que quiso hacer su primera escultura de arcilla; se podía decir que al principio no tenía la menor idea de cómo hacerlo ya que no tenía una fuente de inspiración en donde se podía guiar pero de tanto busca fue que la encontró en una mujer que nunca había visto en su vida, con una figura perfecta se le podía notar con la ayuda de la bombilla del estudio el brillo de su piel semi bronceada y con esos cabellos castaños claros pudo ver como estos tomaban volumen al ser alborotados por el ventilador del lugar, lo que si lo había cautivado eran sus ojos marrón café que parecían no solo penetrantes para aquella persona que los viese sino también eran demasiado fríos que más bien mostraban de dicha persona su personalidad fría y madura.

Sí que lo había puesto medio tonto en esa ocasión que con tan solo pedirle que se mantuviera quieta en ese sitio pudo plasmar en esa mágico instrumento su casi perfecta imagen, al momento de terminar dicha obra se la mostro a su musa quien no hacía más que sonreírle por tal trabajo ya que reconocía que era bueno y que podía llegar lejos pero para hacerlo tenía mucho, pero sabía que iba a ser un problema para el porqué con todo los recurso que tienes estaba casi segura que lo lograría y que nadie impediría que lo consiguiese. Ruborizándose por lo que le dijo, este solo le había mencionado aquella vez “Nunca pensé que una persona pudiera confiar en mí de esa forma, pero tengo que admitir que usted tiene un buen carisma para decirme tan increíble palabras”.
Esta de nuevo le había sonreído ya que se sentía contenta de escuchar su mini discurso de agradecimiento que solamente le había contestado a ello con un simple “Gracias”.

Desde ese día no ha vuelto a saber más de esa mujer y cuando busco la forma de encontrarla se le había vuelto demasiado difícil ya que ni siquiera su nombre le había dado. El joven rubio todavía seguía recorriendo el museo en donde se estaba exponiendo sus obras que prácticamente parecía caminar en sonámbulo porque ni mucha atención le prestaba a las demás obras más bien parecía perdido en su mente porque solo dos preguntas estaban girando en torno a ella, ¿Quién será esa mujer y de donde lo conoce? Siempre en el mundo del arte, al artista le tenía que pasar cosas muy extrañas pero esta había sido la más loca de todas y si que no se sorprendería si la encontrase de
nuevo.

Sus expectativas fueron ciertas cuando vi a una joven de unos diecinueve años mira con suma atención una de sus obras, buscando saber quién era se sorprendió al darse cuenta de que era…

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Si lo hice algo corto solo diganmenlo y buscare la forma de alargarlo, espero que sea de su agrado n_n

 

Gracias por sus comentarios aqui les dejo el otro capítulo

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Capítulo II​

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Estaba buscando la forma de inclinarse un poco más a ver si no se estaba equivocando porque no podía creerlo, le era difícil aceptar que la chica que estaba viendo era la misma que vio aquel día en el estudio. El rubio miraba de reojos el lugar en donde se encontraba parado sin tener la menor idea de que hacer pero no se dio de cuenta que la joven de esos cabellos castaños se le acercaba con esos pasos serenos que se escuchaban casi en todo el lugar pero era por los tacones altos que cargaba puesto.


— ¿Tu eres esa persona que hizo aquella obra? —Pregunto con una voz suave pero serena a la vez señalando con la mirada la escultura de arte que había observado.


Este no le dijo nada solamente se determino a asentir lentamente con la cabeza, volviendo a ver esa serena sonrisa dibujada en el rostro de la mujer que lo miraba con mucha fascinación haciéndoselo ver a través de sus ojos café. Se le intento acercar buscando mirarlo de forma detallada es como si quisiera conocer cada rincón del muchacho, cada forma de cómo era su forma física de lo que si no se daba cuenta es que incomodaba al joven rubio al ver su ojos observante fija en el.


—Disculpe, pero… me esta invadiendo mi espacio personal —Murmuro en bajo, haciendo ver un leve rubor en sus mejillas por lo que había bajado su rostro al piso.
Riendo divertida se volvió a alejar del chico para que tuviera de vuelta su espacio, juntando sus manos al frente no dejaba de mirarlo con esa misma serenidad.


—Siento que nos hemos visto antes —Comento para llamar su atención.


La miro de forma fija un tanto extrañado porque pensó que no lo recordase y con ese rubor desaparecido de sus mejillas hizo un contacto visual con sus ojos.


— ¿En qué parte me ha visto usted? —Pregunto Deidara.


—No lo sé, solo siento que te he visto antes —Le seguía contestando con esa misma serenidad para después alarmarlo al extender su mano al frente del dichoso. —Me llamo Yue es un gusto —Se presento a sí misma con una sonrisa.


El rubio parecía petrificado no sabía cómo responderle la presentación pero, claro como no podía demostrar ni un poco de nerviosismo extendió su mano para estrecharlo con el de ella sintiendo por primera vez la delicada suavidad de una mano femenina.


—Deidara… es un placer


Yue no le quitaba la mirada de encima solamente se mantenía en silencio para poder observar con suma serenidad y a la vez frialdad al joven de los ojos azules que al parecer se sentía un tanto extrañado.


—Te gusta trabajar con arcilla ¿Verdad? —Dijo tan de repente que lo había tomado de sorpresa.


—Siempre me ha gustado —Hizo una pausa antes de continuar. Se le notaba a simple vista que de verdad se sentía incomodo con tal presentación. —Desde pequeño me gustaba mucho usar la arcilla porque siempre pensé que era una forma de poder darle una forma más… real a las obras que realizaba —Explico en un tono fascinado pero que era confundido con la serenidad.
La castaña aun mantenía esa sonrisa en su rostro que lentamente fue soltando la mano firme del rubio para poder darle de nuevo su espacio personal.


—Sabes una cosa, siempre he sentido fascinación a las obras que son realizadas con ese tipo de material —Comentaba desviando la mirada hacia una obra de arte que fue hecha con lodo.


Este siguió su mirada a la de ella para ver esa obra de arte que plasmaba la belleza del mejor amigo del hombre… “El Perro” tenía que admitirlo, era verdad todo tipo de obra que era hecha con arcilla, barro, lodo, etc le daban un toque más… realista que casi mucho no sabían apreciar por eso es que este chico quería lucirse con sus obras de artes para todos pudieran apreciarla de la forma en cómo él la apreciaba.


Se encontraba tan metido en sus pensamientos que el sonido de los tacones de Yue no alcanzó a llegar al oído del rubio por lo que no se percataba de que esta se estaba marchando del lugar.


Cuando finalmente se había logrado ubicar al sitio en donde se encontraba comenzó a buscar con esa mirada a la mujer que hace unos minutos estaba a su lado, volviéndose a extrañar por su rara forma de desaparecerse pero tenía que decir que le fascinaba eso porque la hacía ser muy interesante, al mostrarse de una forma así de… “Misteriosa”.


—Yue… Tengo que admitirlo, es un nombre demasiado hermoso para una mujer como ella —Dijo para sí mismo volviendo a retomar su camino por todo el museo.

 

De nuevo mil gracias por sus comentarios, de verdad me motivan a continuarlo por lo que dia a dia les traigo los capitulos y eso que mayormente consigo la cancion que me inspira a escribirlo n_n
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Capítulo III​

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Siendo ya un nuevo día se podía ver a un rubio de ojos azules sentando en el comedor de su confortable apartamento comiendo con suma tranquilidad su desayuno mientras que miraba tranquilamente su periodo. Se podía decir que Deidara no es de las personas que le gustaba mucho mantener un lugar desordenado y era por dos simples razones, la primera es porque su compañero de apartamento es un poco exigente en eso y segundo porque tampoco era de las personas que eran medio amante de la limpieza.
Aun entretenido con el periódico no vio como un chico de cabellos rojos, piel blanca y ojos miel se metía a la cocina con nada más unos pantalones puestos. A parte de ser un amante de arte como él, tenía la costumbre de crear marionetas que exhibía en el parque en donde mucho niños entre 6 u 8 años le gustaba dichos muñecos que hacían hasta lo imposible para que su madre se lo comprase.


Saliendo de la cocina con una taza de café, se sienta al lado de su compañero para mirarlo con suma serenidad.


—Piensas ir al estudio hoy —Comento el muchacho comenzando a tomar una revista para comenzar a leerla.


—Tal vez, es más estaba pensando que esta vez podría ir al parque a dibujar un poco —Dijo tomando con su mano derecha su café para tomárselo con tranquilidad.


— ¿Buscas nuevas inspiraciones? —Pregunto curioso arqueando una ceja. Eso era extraño que quisiera hacer tal cosa, porque mayormente se la pasaba todo el día metido en el estudio.
Este sonrió divertido pero con un toque de sarcasmo ya que no se extrañaba que el muchacho le preguntase tal cosa.


— ¿Por qué será que no me extrañas que me preguntes eso? —Ahora era él, el que hacia la preguntas aquí.


—Porque tú no eres de buscar inspiración en otras partes —Respondió Sasori al tener sentido lo que le decía.


Bajo un poco su periódico para hacer un enfrentamiento entre sus ojos que no evito suspirar del completo fastidio al saber que tenia la razón, eso era muy raro que llegase a tomar tal medida para poder hacer una obra de arte.


—No esta mal usar otros métodos para tener un poco de inspiración —Hablo en su defensa tomando nuevamente su café.


—Algo me dice que hay otro motivo por la cual haces esto —Insinuó con seriedad sin quitarle la mirada de encima.


El rubio volvió a leer su periódico para ocultar esa sensación de acusación que le hacía porque si que la tenia, iba a intentar a buscarla a ella porque de unas fuentes que no se mencionara quienes había descubierto que la tal Yue se la pasa toda las mañanas en el parque practicando yoga por lo que aprovecharía eso para poder ir a verla.


—Entonces... ¿No me dirás nada? —Volvió a insistirle el joven de los cabellos rojos.


—No tengo porque darte explicaciones —Hablo con repugnancia mientras que dejaba a un lado el periódico para levantarse con todo los traste sucio.


Yéndose a la cocina lavo todo y lo seco para guardarlo a su lugar, subiendo esta vez a su habitación se coloco algo sencillo por no decir que se coloco lo primero que encontró, empaco lo que fue lápiz de grafico, carbón negro y su típico blog en una maleta cuadrada un tanto grande en donde le cavia todo para después irse de la casa.


Tomando un tren y caminando por un par de minutos había llegando al parque en donde miraba con esos orbes azules a todas esas personas que paseaban sus perros, otras que se encontraban haciendo deportes, algunos niños que jugaban futbol, unos que volaban papagayos. Sin dejar de mirar a sus alrededores pudo conseguir una banca que le mostraba no solo una semi iluminación del Sol, sino que también era el ángulo perfecto para poder dibujar una pintura.


Se sentó en ella y coloco su maleta a un lado de donde estaba, para así sacar tanto su lápiz de grafico como su blog para dibujar en donde la había abierto para poder prepararse para plasmar una bella figura en esa hojas de sedas. Busco con la mirada algo que de verdad le inspirase a dibujar y lo primero que vio fue a unas ancianas sentadas en una banca que estaba al oeste de donde estaba hablando confortablemente por lo que quiso plasmar tal ambiente en la hoja.


Dibujaba con suavidad dejándose llevar por el lápiz en donde jugaba con las distintas tonalidades del negro grafico que tenía en manos dejando ver una sencilla obra en algo completamente natural, algo que se daría de regalo a una encantadora anciana si le pidiese que le dibujara un ambiente natural. Terminando su primer dibujo sonrió de forma cerrada ya que le había salido tal y cual como el quería por lo que le dio vuelta a la hoja para hacer otro más, buscando esta vez algo que de verdad los inspirase se fue hasta las chicas que estaban en su práctica de Yoga.


Miro detalladamente a cada una de ellas a ver quién sería la afortunada que dibujaría, y la encontró cuando vio a…

 

Gracias... por sus comentarios de verdad me motivan mucho... n_n
aqui esta el otro capitulo
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Capítulo III​

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Ahí estaba, la chica que tanto deseo encontrar. Como se lo habían comentado algunos de sus amigos, todos los días exactamente a las diez de la mañana Yue se encontraba en el parque haciendo sus clases de yoga.


Andaba vestida en un traje deportivo de seda color negro con rayas blancas mientras que sus cabellos castaños los tenia amarrado en una alta coleta, y con sus ojos café cerrados no se daba de cuenta de quienes la mirasen o quienes estuviesen a su lado solamente se dejaba encerrar en su atmosfera para poder mantener la paz en su cuerpo y alma. Deidara se sintió fascinado de ello había comenzando a dibujar a esa chica, pero no era exactamente lo que hacía sino algo completamente diferente algo que no pensó jamás hacer.


No entiendo muy bien la razón… pero, esta chica me hace hacer cosas que jamás… pensé que haría pensaba con suma fascinación que parecía no tener control de lo que estaba haciendo. Su lápiz se movía de una forma demasiado ágil que no parecía el mismo pero lo era que hasta las tonalidades oscuras se las agregaba con el carbón negro; la inspiración y la fascinación se unieron en una sola dejando que este joven artista dibujase lo que pensaba en ese momento.


Al momento en que termino, movió la cabeza a un lado tratando de adivinar lo que dibujo dejándose ver a la mismísima Yue bailando en un recital de ballet. Arqueo una ceja preguntándose del porque dibujo tal cosa si no era lo que estaba pensando ¿o sí? Muchas cosas eran extrañas tenía que admitirlo pero no pudo evitar sonreír ya que era una verdadera obra de arte y le había quedado demasiado hermosa.


Bajando el dibujo a sus piernas se le quedaba mirando con ese rostro de satisfacción que no se había dado dé cuenta de que cierta castaña lo miraba algo encanta y con su mochila guindando en su hombro.


—Esta muy hermoso tu obra —Hablo con esa misma tonalidad de suavidad para llamar su atención.


Subiendo su mirada a su hablante se enrojeció levemente que en un acto inconsciente había ocultado su dibujo a la parte de atrás de su espalda confundiendo por completo a la chica.


— ¿Cuánto tiempo tienes viendo? —Pregunto sorprendido.


—No mucho —Respondió con tranquilidad sentándose a su lado. — ¿Qué fue lo que dibujaste? —Pregunto fijando su mirada en el perfilado rostro del chico de los ojos azules.


—Nada importante —Respondió rápidamente, intentado ocultarlo de la vista de ella.


—Por favor, muéstramelo —Insistió la joven entusiasmada de saber.
Lo pensó dos veces y suspiro para luego sacar de su espalda su blog de dibujo mostrándole a la chica de los ojos café lo que había dibujado, viendo ese hermoso e inocente rostro dibujarse una cálida sonrisa.


—Es… muy hermoso… —Hablo de forma pausada detallando cada cosa que le había dibujado. —Me sorprende como detallaste mi mayor sueño —Continuando con su charla, lo miro nuevamente sin borrar esa sonrisa de su rostro.


Si que era raro lo que sentía que de la nada su corazón latía de forma acelerada, pero claro con la forma en cómo era no le demostraba lo que sentía, pero si lo sentía… estaba contento con sus palabras, alegre de que le gustase su obra porque le hacían ver que por primera vez había encanto a su cliente.


Como de costumbre se encontraba metido en sus pensamientos que no se dio de cuenta que la jovencita se había ido pero le había dejado una nota con su blog a un lado de donde estaba sentando.


Deidara reacciono y de nuevo la busco con la mirada preguntándose en donde se encontraría había topado sus ojos azules con la pequeña nota que estaba en su blog. La tomo con la mano para poder leer lo que este decía:


“Me gusto mucho tu pintura que tome la molestia de arrancarla de tu blog para llevármela conmigo, espero poder verte de nuevo…”


Siguió leyendo y leyendo hasta se topó con algo que decía: “Aquí esta mi número, cuando puedas llámame” sonrió de forma cerrada no solo porque sabía el nombre de esa misteriosa chica sino porque ahora tenía el numero de la susodicha. Satisfecho son su recolección de hoy, recogió todo para agarrar su maleta levantarse de su banca e irse del parque.

 

Bueno y sin mucho rodeo, y con bastante inspiracion aqui esta la continuacion
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Capítulo IV​

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Llego al apartamento completamente cansado, y con tan solo tener la intensión de irse a darse una ducha para volverse a ir pero esta vez al estudio fue lo que precisamente hizo.


En el baño miraba de forma pensativa lo que había pasado en el parque y era porque la forma en cómo era esa chica se le hacia un poco extraño, tan misteriosa y cautelosa, se movía sin que muchos se dieran cuenta de su presencia y su sonrisa le transmitía algo que no sentía desde hace mucho tiempo… esa calidez de sentir el aprecio de una persona.


Cerró los ojos y subió un poco más la cabeza para dejar que el agua mojase no solo sus rubios cabellos sin su moreno rostro, dejando que el agua mojase sus alrededores lo único que buscaba era sacársela de la cabeza porque sí que lo tenía algo distraído pero tenía que decir que no estuvo del todo mal porque sí que lo había hecho hacer una verdadera obra de arte y eso que no muchas veces se dejaban llevar por los pensamientos de otras personas aunque esta le dijera que era uno de sus sueños pues se sorprendió por completo al saber que adivino lo que amaba ella hacer.


— ¿Por qué horita… es que no… puedo sacarte de mi… mente…? —Se pregunto a sí mismo mientras que salía del baño de camino a su armario por algo que ponerse.


Tomo lo primero que encontró, que fueron unos jeans de color azul marino, una camisa blanca con un chaleco negro y sus típicos zapatos deportivos blancos. Se arreglo su alta coleta de siempre y tomo sus cosas de nuevo para irse al estudio.


De camino a ella compro un café porque tenía la costumbre de que siempre se tomaba un café con mucha espuma para prepararse para su ardor trabajo que sería exhibido en la galería de Sasori a finales de mes y el tema de ese mismo mes era: “Lo que más aprecia un artista”; el problema de Deidara es que todavía no tenía un tema preparado ya que no sabía muy bien lo que apreciaba, bueno si era la arcilla pero sentía que había otra cosa pero no sabía perfectamente que era.


Llego a su estudio, el único lugar que lo hacia sentirse como en casa porque era en donde estaba todas y cada unas de las obras que ha realizado desde que comenzó a adentrarse al arte de la arcilla. Con su maleta guindando en su hombro y su café en la otra mano camino con pasos firmes hasta la ventana pero visualizando con sus orbes azul mar cada obra que ha esculpido y todavía se seguía preguntando: ¿Qué era lo que iba a hacer para esta galería? La vez que se lo comento a Sasori este le dijo que tenía que centrarse en algo que siempre ha apreciado porque aquí es donde se valorara los sentimientos de un verdadero artista.


Extrañándose por completo con lo que le dijo miro de reojo al joven de los cabellos pelirrojo y lo único que alcanzo a decirle fue: “No tengo la menor idea de que puede ser eso que aprecio”, sonrió por ello y con esos orbes cafés que lo miraban de forma serena le dijo como palabras de aliento: “Vas a ver, que de la manera en que menos te la imaginas aparecerá esa cosa que aprecias”.


Solo en una cosa le da la razón a Sasori y era en que no tenia porque buscarla, tenía que dejar que esta apareciera al frente de sus ojos y eso era lo que iba a hacer. Dejando su mochila en la pared cerca de la ventana se quito su chaleco para poder acercarse a una arcilla que estaba en la mesa para poder poner sus manos a la obra y poder hacer lo primero que se le cruzase a la mente.


Después de unas dos horas lo que logro armar fue lo que no pensó que haría, era una la misma bailaría que había dibujado en el parque, ¿Por qué razón ella estaba en su mente? No era lo que quería esculpir pero si tenía que decir que estaba muy bien el dibujo porque lo esculpió con perfección que se podía resaltar muy bien cada detalle de la misma.


— ¿Qué es lo que he hecho? —Pregunto así mismo dándole una vuelta a la mesa sin quitarle la mirada de encima. —Jamás he hecho este tipo de escultura para que me salgo algo tan… realista… —eso fue lo que trato de decir porque de verdad no sabía cómo expresar lo que había realizado sus mágicas manos.

 

bueno chicos perdos la tardanza pero sin mas que decir aqui esta el capitulo :)
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Capítulo VI​

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Parecía ido del planeta, no podía entender muy bien que era lo que había ocurrido o cómo fue que había hecho tal cosa para poder reflejar lo que había dijo esa tarde pero tenía que admitir una cosa… parecía algo que podía mostrarse en una galería aunque no era precisamente lo que tenía que hacer no estaba mal hecho.


Camino hasta la ventana completamente distraído por lo que paso que miro de reojo cada carro que pasaba por su calle en ese momento, dejando que las luz de los reflectores hicieran brillar sus ojos comenzó a pensar: “¿Por qué tenía que pensar en esa si solo la he visto un par de veces?”; se notaba mucho la confusión que cargaba pero si eso le servía como inspiración para sus obras tenía que usarlo entonces como una ventaja y no una desventaja.


De nuevo tomo esa pequeña obra que hizo y la coloco en una mesa de exhibición que tenía en donde mostraba cada obra que había realizando con anterioridad y buscando en un cajón que tenía al lado una nueva masa de arcilla volvió a poner sus manos a la obra para crear una nueva escultura. Se sentía demasiado inspirado aunque fuera transmitido por la misma castaña de todas manera lo alentaba a crear cosas que jamás pensó crear; la primera obra que hizo fue una nota de música “Sol” luego fue que hizo un bailarín varón que cargaba entre brazos a una bailarina que hacia la pose del cisne como si estuviera volando en los aires.


Cada escultura mejoraba la anterior y eso que ya llevaba dos horas trabajando que hasta el sudor corporal se hacía notable cuando pasaba esas gotas de sudor por su rostro. Se restregó una mano por su frente suspirando del cansancio que no se dio de cuenta de que hace ya minutos alguien lo estaba observando desde la puerta por lo que desvió la mirada hacia dicha persona haciendo un contacto visual con los ojos café de Yue pudo ver en ellos la impresión que sentía por cada cosa que había hecho.


—No pensé que tuvieras mucha creatividad para hacer este tipo de cosas —Comento en bajo para encaminarse hasta el quedando de frente el uno al otro. —Me tienes impresionada, de verdad te haces llamar un artista —Dijo con una sonrisa cerrada que adornaba su inocente rostro.


Deidara no decía nada solamente miraba su perfil de la cara que se movía de un lado a otro, parecía gustarle mucho lo que hizo que tenía interés en ellos pero… ¿Cómo llego aquí? Esta igual que esa vez en que la vio por primera vez apareciendo sin avisar y eso que estaba considerando llamarla, pero… ¿Para qué? No estará pensando invitarla a salir ¿o sí? De verdad no tenía ni la menor idea de que hacer por primera vez estaba sintiendo nervioso hacia… ¿una mujer? Si que era de locos para el pobre rubio.


Se había vuelto una costumbre que estuviera demasiado metido en sus pensamientos que no se dio de cuenta que la chica caminaba con esos pasos serenos pero que resonaban en el estudio ya que cargaba puesto unos tacones, caminando hasta la mesa de exhibición de este vio con esos orbes café cada una de sus obras ampliando mas su sonrisa al notar como cada una mostraba un mensaje diferente que atraería la atención de la persona que lo viera.


—Tengo que admitirlo, tienes mucho talento —Argumento en bajo mientras que tomaba con suma delicadeza la escultura de arcilla de la bailarina que dibujo en la tarde en aquel parque.


—Cuando un artista siente la inspiración fluir sus ideas tiene que buscar una manera de hacerlas notar —Dijo de forma serena acercándose a donde estaba ella.


—En eso te doy la razón pero… no muchos artistas no tiene esa misma inspiración que tú tienes —Acoto esta vez con frialdad como si algo le molestara.


— ¿Que buscas decir con eso? —Pregunto confundido antes tales palabras.


Por un momento hubo un silencio entre ellos dos, era como si Yue no quisiera decirle a Deidara lo que de verdad pensaba es como si algo la molestase por completo.


—Muchos consideran el arte solo un pasatiempo en donde pueden ganar dinero fácil —Respondió con desprecio.


Eso si lo tomo de sorpresa, jamás había escuchados tales palabras de la chica y escuchar eso de sus labios lo paralizaba por completo porque sentía que lo ofendía, en parte porque varias de sus obras se vendían a los espectadores que los veían pero mayormente la ofensa venia porque hacia esas artes porque le gustaba no como un pasatiempo.


—No todos son así —Hablo en seco mientras desviaba la mirada hacia ella para ver el perfil de su rostro. —Hay muchos que si ven el arte de la misma forma en que yo la veo. Que incluso lo consideran algo hermoso cuando comienza a dejar fluir su imaginación —Acoto.


—Si es que tienen la inspiración para hacerlo —Añadió con un toque de arrogancia.
Se estaba comenzando a molestar porque no podía aceptar el hecho de que lo ofendiera de esa forma.


—Ya te dije que… —Antes de continuar vio como ella lo miraba con sumo odio, frialdad, como si algo de verdad la inquietara.


—Todos los artistas solo hacen esto para conseguir dinero al vender sus obras, que nada mas trabajan porque la necesidad la ponen por delante mas no porque de verdad le gusta hacerlo, no siente lo que es la… pasión… —Replico con suma frialdad y desprecio a todos los artistas que ha conocido.


Eso sí que lo molesto por completo porque hablaba de forma general y en eso lo metía a el que de un acto inconsciente la tomo de sus dos brazos para acercarla a su rostro y juntar en un repentino beso sus labios…

 

Bueno y sin mas tardar.. aqui esta la conti
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Capítulo VII​

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Tanto le molesto lo que dijo que más bien era lo primero que tenía en la cabeza para hacer, aunque claro estaban las ganas de realizar tal fantasías besar sus labios era un verdadero sueño. Yue por otro lado se sorprendió tanto de ese movimiento que sus ojos cafés los tenia abiertos hasta más no poder y sus mejillas se adornaban de un bello color rojo carmesí que la hacía ver más hermosa de lo que ya era.


En un acto repentino se intento separar del chico por lo que busco subir sus manos hasta su pecho pero el rubio de forma repentina tomo sus dos muñecas inmovilizándola por completo. Para no lastimar sus obras se encamino con ella hasta la pared que tenía más cerca, aunque claro eso le dificultaba el paso porque la joven usaba tacones y no podía moverse con suma facilidad.


Sintiendo ese frio de la pared todavía seguir inmovilizada y con esos ojos abriéndose cada vez más de forma inconsciente había comenzando a corresponder el beso del chico de los ojos azules. Este la soltó lentamente al ver que no podría otra fuerza para separarlo de ella por lo que la tomo de sus caderas para acercarlo más a él apegándola de nuevo en la pared se mantenía en una distancia moderada de ella para no destruir su espacio personal.


Por otro lado la chica de los cabellos castaños lo abrazaba del cuello mientras entrecerraba sus ojos para poder disfrutar de los labios del artista de cabello rubio. Subiendo esas manos por esa dorada melena enredo lentamente sus dedos en el mientras que abría poco a poco su boca para poder enfrentar la lengua del chico que estaba dispuesto a darle una buena pelea, sus salivas se mezclaban entre sí, sus labios se humedecían mas pero de todas formas no se detenían bueno si una cosa… su aire, sus pulmones al parecer no iba a soportar otro minuto más y eso que tenían ya más o menos quince minutos besándose por lo que lentamente se fueron separando y con esa respiración agitada pudieron visualizar ese hilo de saliva que estaba unido desde los labios inferiores del otro.


— ¿Por qué… hiciste eso…? —Pregunto de forma pausada no parecía querer quitarle la mirada de encima.


—Era… lo único… que pensaba… para calmarte… —Respondió agitado el muchacho mientras detallaba con la claridad del faro de la calle su brillante rostro.
De ahí esta desvió la mirada para no sentirse intimidada por la mirada del muchacho que de una forma muy extraña la cautivaba aunque no lo aparentase porque esta se caracterizaba por la fuerte y misteriosa personalidad que mostraba, lo que si es que le tenía una propuesta que comentarle pero con lo cerca que se encontraba de ella era algo difícil poder hablar con tranquilidad.


— ¿Buscas decirme algo? —Dedujo el muchacho con esa sonrisa arrogante que a muchas chicas le gustaba cuando la veían.


—Puede ser pero… como estas cerca de mí no puede hablar como tengo que hacerlo—Afirmo Yue aun con la mirada desviada.


Este no le dijo nada y se separo de ella para poder darle su espacio personal dejando acodarse un poco la ropa ya que por el acto que hizo se le había desarreglado un poco. Después fue que a los minutos fue que volvió a su misma compostura de antes parecía como si no hubiera pasado nada y todo esto fue un simple sueño.


— ¿Qué es lo que me quieres proponer? —Pregunto recostándose a un lado mientras se cruzaba de brazos.


—Quiero que tus obras se exhiban en mi museo —Respondió a la propuesta que le tenía puesta.
Sorprendido de lo que le dijo no pensó que ella fuera la administradora de un museo.


— ¿Para cuándo? —Pregunto Deidara como si fuera un interrogatorio.


—Dentro de dos meses voy a hacer una exhibición y quisiera que hiciera un tema de cual quieras expresar en esa exposición —Respondió la chica de los ojos café.


Lo pensó dos veces antes de decirle una respuesta porque precisamente este mes que ella dice es el mismo de la exposición de Sasori.


—Déjame ver si puedo para ese entonces —Dijo.


—Piénsalo bien y me lo haces saber por teléfono —Decía mientras tomaba sus cosas para irse.


—Espera… —La detuvo buscando en la mesa la arcilla que había tomado en sus manos. Yéndose hacia ella se lo entrego a sus manos sorprendiéndola de nuevo. —Quédate con ella —Dijo.


Yue sorprendida de su regalo solamente fijo la mirada en la escultura para luego sonreír de forma suave dando así la tarjeta de ida.


Deidara extrañado con lo que paso no se pudo evitar llevar dos dedos a sus labios preguntándose una y otra vez que era lo que había ocurrido entre ellos dos.

 

aqui el siguiente capitulo espero que les guste :)
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Capítulo VIII​

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Cansado de su agotador día llego al apartamento y miro a los lados a ver si su compañero estaba pero al parecer no por lo que suspiro fastidiado ya que tenía la costumbre de que algunas noches se iba a clubes con los demás de su grupo.


Se fue a la habitación y coloco en su silla de escritorio sus cosas, se quito la camisa y sus zapatos con las medias para solo quedar con unos pantalones jeans azul marino. Tirándose de espalda a la cama miro el techo con los brazos extendido a los dos lados como si estuviera en la posición de ser crucificado solo que sus piernas estaba separadas por dos metros, y con suma distracción solo pensaba en el beso que le había dado a la chica.


— ¿En que estaba pensando cuando hice eso? —Pregunto confundido mientras que se sentaba en la cama para recostar sus brazos en sus rodillas.
Esta vez lo que pensaba era en lo que iba a hacer para la exhibición tenía que admitirlo aun no tenía nada en mente y eso que el tema es “Lo que inspira a un artista a realizar sus obras” si que era difícil determinar qué era lo que lo inspiraba ¿o no? Por el dibujo que hizo Yue fue la que lo inspiro porque jamás pudo haber realizado tal cosa si no hubiera pasado por su mente esa persona en ese momento.


En el estudio fue lo mismo y eso que había llegado a tal lugar pero… si de verdad ella es su inspiración ¿Qué obra puede hacer a su nombre? ¿Qué es lo que de verdad le gusta de esa chica? Siente que la ha visto antes en otro lugar y si que la ha visto en la universidad de arte más conocida en toda Nueva York, fue pura coincidencia que estuviera en la misma clase los dos y que ella estudiase la misma carrera que el pero claro nunca se atrevieron a decirse una palabra por eso es que se le parece conocida porque solamente la observaba en clase.


La chica se especializaba mas al momento de darle color a sus obras eso era impresionando los trabajo que mostraba sin tener en cuenta que los colores a los que le hacía perfecta matices y reflejos eran el mismísimo azul y morado porque eran sus colores favoritos pero los artes de blanco y negro eran su fuerte ya que cada trabajo que hacía con esos dos los presentaba de manera majestuosa que ningún artista podía lograr lo que ella hacía.


Deidara tomaba esas clases para poder familiarizarse en su campo de arcilla ya que tenía que tener una segunda opción a parte de esa y también estaba la razón de que el antes de plasmar una obra de arte en ese pegajoso material necesitaba un patrón por eso es que dibujaba tanto en su cuaderno desgastados para tener diferentes patrones preparados para una exhibición.


Suspiro del cansancio y se levanto para salir de su cuarto con esos pasos descalzos, llegando a la sala de su hogar se sentó en el sofá con suma pesadez y miro el vidriero que le daba la vista no solo a las estrellas que alumbraban esa noche sino también a la luna que se mostraba más hermosa y brillantes que otras noches; pensaba y pensaba sin obtener una respuesta a esa pregunta que lleva consigo desde hace meses “¿Qué es lo que de verdad me inspira?” Se mataba mucho por conseguirla pero a la vez quería rendirse porque si no se seguiría atormentando y le bloquearía la mente como comúnmente lo hacía por lo que dejaba ir todos esos pensamientos.
Soltó con suavidad sus labios y dejo que su aliento se escuchara en el área mientras que se pasaba lentamente sus manos por sus dorados cabellos los entrelazos con sus dedos para poder dejar al descubierto el ojo que tenia tapado, mirando con esa misma serenidad el techo dijo:


—De verdad que me tiene confundido esto que no estoy seguro si puede participar en la exhibición este año.


Por primera vez estaba confundido, por primera vez sentía que no tenía las fuerzas suficientes para continuar con su proyecto por primera vez sentía… que las cosas no iban a salir como él quería que saliesen porque no tenía un patrón claro que seguir y si no lograba preparar uno esta vez se iba a retirar de la exhibición que iba a hacer su amigo dentro de unos meses.


Lo que si se extraño fue que su teléfono comenzara a sonar por lo que se incorporo en el sofá para poder agarrarlo sorprendiéndose por completo de un mensaje que decía:


“No pierdas las esperanzas, que de una forma u otra conseguirás eso que tanto busca solo deja que el tiempo fluya lentamente”
¿Quién fue esa persona que le mando eso? Y ¿Por qué lo hizo?

 

Sorry por tarda es que me costaba un poco tener la inspiracio, pero ahora si la tengo
espero que les guste aunque creo que lo hice un poco corto n_nU
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Capítulo IX​

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Sin entender muy bien que era lo que ocurrió y porque de una forma tan repentina se había ido a su cuarto a descansar porque de verdad estaba agotado con todas las cosas que le había pasado, que preferiblemente era mejor pensar con la cabeza fría y no bajo presión.


A la mañana siguiente se había levantado con menos entusiasmo que el de costumbre y era porque tenía que comenzar a preparar su obra para la exhibición pero de nuevo pasaba lo de siempre, no tenía ningún prototipo que usar para crear una escultura. En la mesa estaba Sasori como siempre comiendo tranquilamente su desayuno pero mirando de reojo a su compañero de apartamento se dio de cuenta que algo le molestaba.


— ¿Quieres hablar de lo que te pasa? —Pregunto como si nada desviando su mirada hacia el periódico.


—No mucho pero, si algo que te iba a preguntar —Respondió buscando llamar por completo su atención y lo obtuvo al ver como bajaba el periódico para poder mirarlo. — ¿De casualidad no te suena el nombre de Yue? —Pregunto el rubio.


Por unos momentos el pelirrojo se quedo callado y con esa mirada centrada en su taza de café arqueo una ceja al reconocer el nombre ya que si lo había visto antes.


— ¿Me estas hablando de la fundadora del museo Ilusion’s Stars, Manakami Yue? —Realizando una pregunta a parte de la que tenia este, vio como se incorporaba en la silla un poco asombrado de lo que decía.


—Esa misma, ¿De dónde la conoces? —Pregunto otra vez el rubio.


—Ella es la organizadora de la exhibición que pienso planificar —Respondió su amigo.


—Entonces… participare en la misma exhibición —Murmuro para sí mismo con la mirada al frente.


— ¿Por qué la pregunta? —Pregunto el chico de los ojos cafés.


—Nada en particular, luego te explico bien todo —Respondió de forma rápida mientras que se levantaba de la mesa tomando todas sus cosas para irse del apartamento.


No sabía porque razón se había ido así de forma repentina, sentía que con ahora más razones tenía que trabajar en esa escultura para exhibirla pero de nuevo caía en la misma que todavía no tenía un proyecto en mente para poder ejecutarlo.


Llego al estudio y quito lo que fue chaleco, zapatos y medias para poder sentirse cómodo y comenzar a dejar salir sus ideas. Pero… ¿Qué ideas? En la mente de Deidara nada estaba en orden porque no sabía qué era lo que de verdad lo inspiraba, si era Yue o el amor que le tiene al arte y la forma en cómo la ve.


Dejando que las cosas salieran como el quisiese que se diera, tomo la arcilla mojada que tenía en un bote de pintura y comenzó a formas varias cosas en una a ver si con eso podía crear algo nuevo, pero no podía le era difícil sus ideas estaba desordenada y su mente no parecía ayudarle mucho al buscar formarle una idea por lo que de un momento a otro se había molestado parándose furioso de la silla comenzó a caminar de un lado a otro pasándose las manos por sus cabellos dorados buscando la forma de tranquilizarse.


Por primera vez pasaba lo que jamás pensó que le pasaría, que se sentiría frustrado, desesperado, obstinado y fatigado por una obra de arte que no podía terminar. Se recostó en la pared fría del marco de la puerta y dejándose vencer por su propio peso poco a poco quedo sentando en el piso con la mirada fija a un punto ciego del marco lo único que buscaba era ordenar sus ideas y poder trabajar con mucha tranquilidad.


Si trabaja bajo presión todo se colapsaría y eso no tenia porque ser así, tendría que estar motivado, inspirado, emocionado de que por fin grandes personas de otras partes vengan a admirar con mucha fascinación e interés sus obras de artes pero… siempre tiene que existir un pero para todo; ¿Cómo podría exhibirse ante esas personas si no sabía ni que mostrar?


— ¿Qué es lo que puedo hacer? No tengo una razón para decir lo que de verdad me inspira a hacer esto —Cada palabra parecía dirigirse a su misma persona, como si buscara poder entenderse y decir que era lo que de verdad quería.


Se levanto nuevamente para irse esta vez a lo que era el vidriero del estudio, mirando los carros pasar se había dado de cuenta que estaba cayendo una lluvia repentina y eso que esta mañana el sol brillaba de forma hermosa pero luego fue que dirigió sus ojos azules hasta el otro vidriero del edificio de al frente que mostraba un estudio de danza y en ese momento justo vio algo que de verdad lo había dejado sorprendido.


No sabía ni cómo, ni cuándo había pasado pero sí que le sorprendió verla a ella bailar y eso que su forma de danza era distinta al que había visto otras veces pero esta vez conoció el arte de la…

 

y sin hacerlas esperar aqui esta el otro capi
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Capítulo X​

El arte de la danza del vientre era lo que se encontraba realizando en esos momentos y eso que antes le había mencionado que practicaba ballet, música clase y el baile de vientre. Viéndola en estos momentos con uno de esos exóticos trajes de árabes color rojo oscuro con algunos retoques plateados la hacía ver demasiado hermosa, no porque dicen que era la danza que usaban las árabes para complacer a sus esposos, sino porque eso su si era un verdadero arte ya que mostraba lo que muchos no veían en una mujer que era su belleza natural.
Mientras que la observa mover esas caderas no se había dado de cuenta que un chico de cabellos castaños oscuros amarrados en una baja coleta, de ojos negros y piel blanca se estaba acercando a donde se encontraba el muchacho fijando su mirada en la misma persona que miraba el rubio.

— ¿Quién es ella? —Pregunto el chico.

—Ella es la organizadora de la que estuvo hablando Sasori la otra vez —Respondió el rubio sin quitarla la mirada de encima.
Por unos momentos se mantuvieron en silencio para observar a la joven mover esas caderas con suma paciencia, precisión y lentitud como si estuviera buscando la forma de poder conectarse con la música y sentirse una sola con ella.

—Es demasiado hermosa —La halago en bajo siguiendo con sus orbes negros los movimientos de caderas que realizaba.

—Sí, sentía que la había visto antes y resulta que ella estudio en la misma universidad que yo estudiaba —Comento el rubio mientras que se volvía a su masa de arcilla que se encontraba en la mesa.

Itachi en vez de ir a donde estaba se había sentado en una silla que estaba junto a la mesa de arte en donde exhibía toda y cada una de sus obras.

—Ya sabes lo que vas a hacer para la exhibición de Sasori —Dijo este mientras que miraba la escultura de elefante que había hecho este hace ya unas semanas.
Este negó en seco.

—No tengo nada que exponer porque no sé qué es lo que realmente me inspira —Contesto a su duda el rubio sin quitarle esa serena mirada a la masa blanca que estaba al frente de él.

— ¿No me dijiste una vez que eso que te inspira es la forma en cómo expresas lo que sientes al momento en que haces una escultura? —Pregunto el Uchiha extrañado de su respuesta.

Este ladeo su rostro hasta tu amigo para mirar de reojo el vidriero viendo aun a la chica de los cabellos castaños bailar.

—Eso pensaba al principio pero… ahora de verdad no sé qué es lo que me inspira —Respondiendo eso con un tono de voz sereno de nuevo se fue hasta ese lugar siendo seguido por la mirada del castaño. —Siempre pensé que tenía una razón para hacer este tipo de magia por decirlo en este sentido pero… la verdad es que ya ni sé que es lo que me motiva a hacer todo esto —Se notaba la confusión en su rostro que mucho hacia con colocar su mano en el vidrio y volverlo puño poco a poco.

—No muchas veces pensamos que tenemos la respuesta pero tampoco tenemos que rendirnos si no la encontramos cuando de verdad tiene que ser encontrada —Dijo el Uchiha buscando animarlo un poco.

Aunque le diera la razón en eso que le decía de igual forma seguía pensando lo mismo. No es que Deidara sea terco sino que de verdad no sabía qué era lo que lo motivaba, siempre para crear sus esculturas tenía que tener por lo menos un patrón de donde guiarse pero no lo tenía, en este caso no lo tenía porque tenía que dejar su corazón fluir con suma claridad al ritmo de su mente e imaginación pero… no podía hacerlo y no entendía muy bien del porque no podía.

—Deidara… nunca pienses con la cabeza caliente siempre tienes que pensarla con la cabeza fría porque así te vas a frustrar demasiado y nunca vas a encontrar lo que de verdad estas buscando
—Dijo Itachi mientras que se levantaba de la silla para acercarse a donde estaba. Viendo nuevamente a la joven bailar veía como este le sonreía de forma cerrada como si le gustara lo que hacía y con eso le hizo entender muchas cosas. — ¿Te sientes motivado? —Pregunto.

Este asintió.

—Puede ser… es solo que… verla bailar me tranquiliza un poco. —Respondió.

De eso noto la sonrisa dibujarse en el rostro del mayor de los Uchihas.

—Sabes me recuerdas mucho a Sasuke —Comento para llamar su atención y eso fue casi de forma inmediata cuando fijo su mirada en él.

— ¿Por qué lo dices? —Pregunto Deidara confundido.

—Yo te dije que a él le gusta mi hermana menor —Dijo en forma de duda a lo que este afirmo lo mencionado. —Bueno, cuando esta con ella actúa de una forma que ni la misma hermana mía lo puede saber y eso es porque no sabe que esta interesado en ella —Contó.

— ¿Cuál es el punto de la historia? —Pregunto sin entender lo que le trataba de decir.

—Que tú muchas veces buscar hacer tus esculturas cuando sabes algo o ves algo que hace Yue —Respondió Itachi.

— ¿Tú me estas diciendo que ella es lo que me motiva a hacer mis esculturas? —Pregunto todavía sin entender nada.

—Ella es tu musa, tu inspiración, tu motivo de hacer las esculturas. Ella completamente el arte que tu realizas —Afirmo este.

Sin entender lo que decía Deidara le daba un poco de razón a lo que le buscaba hacerle entender puede que… Yue sea la clave de su motivación, pero ahora la pregunta era: ¿Qué tipo de escultura iba a realizar si ella es la verdadera razón de que cree este hermoso arte?

 

Chicas, perdon la tardanza dificultades tecnicas >.>
iba a darme una crisis si perdia el capitulo q escribi
pero aqui esta n_nU
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Capítulo XI​

Era 29 de Mayo, siendo las siete de la mañana estaba despierto desde hace un par de horas y sin mucho que hacer había hecho un termo de café ya que se pondría a trabajar en lo que sería la obra de arte que estaba dispuesto a realizar para la exhibición que se hará dentro de unas semanas.

Estaba nervioso era lo obvio pero estaba más tranquilo ahora que sabía lo que de verdad lo inspiraba solamente tenía que tallarla a ella en ese escultura, visualizar no solamente la pasión que realizaba en sus bailes, sino la belleza natural que mostraba al momento de realizar. Estaba tan concentrado en sus trabajo que duro prácticamente dos horas en… pensar lo que iba a hacer, esto sí es algo verdaderamente extraño ¿Cómo puede durar mucho tiempo en pensar lo que iba a hacer? No parece muy propio de él, se nota que estaba nervioso con esta exhibición.
De la nada el teléfono del chico comenzó a sonar y con ver el identificador de llamada se asombro de saber que lo llamase tan temprano en la mañana.

—Bueno…

—Buenos días, ¿Estas ocupado? —Pregunto Yue desde la otra línea.

— ¿Por qué lo preguntas? —Pregunto el rubio.

—Quiero que vayamos a desayunar, ¿Qué dices? —Propuso la castaña.

Tardo mucho en responderle ya que no sabía que decirle, es muy tentadora la invitación porque no había comido aun sino que de una vez se había venido al estudio y de eso su compañero de apartamento le reprocho eso, por lo que se toco la panza y suspiro.

—Esta bien, acepto la invitación. —Acepto el muchacho. — ¿En donde estas? —Pregunto el joven de ojos azules.

—Cerca de la cafetería el destino. —Respondió la chica.

—Espérame en ese lugar que voy saliendo para allá. —Dijo Deidara mientras que colgaba la llamada y recogió todo para salir de una vez a su punto de encuentro.

Mientras que bajaba en las escaleras pensaba en lo que estaba pensando hacer, aunque saliera a comer con la joven de todas maneras no podía sacarse el lio en que estaba metido porque el no tener una idea en la cabeza se le volvía todo un lio ya que lo retrasaba y eso que su tiempo estaba corriendo. Tomando el metro llego a donde a la cafetería llamada “The Destiny” en donde pudo visualizar a la chica de cabellos castaños claro que se encontraba en la puerta abrigada con un chaleco de color rosa pastel que la cubría por completo.

Llegando a ella vio como esta le sonríe cálidamente. De verdad que la hacía ver como una niña inocente por lo que no se extraño de que este la mirase asombrado.

—Me alegra mucho que aceptaras mi invitación. —Dijo algo apenada mientras que desviaba la mirada.

—No te preocupes de igual forma todavía no desayunaba por lo que no estaría tener algo en el estomago para poder concentrarme. —Dijo esa con razones de hacerla reír cosa que consiguió al escuchar esa risita de niñita que ella tenía.

—Bueno entonces no perdamos más tiempo y vayamos a comer. —Acoto decidida mientras que entraba con el chico al lugar.

Se fueron a sentar en la última mesa del lugar que daba vista a la ciudad por el vidriero, llego el mesero que le tomo la orden a los dos para luego dejarlos nuevamente solos. Por unos momentos se mantuvieron callados pero, eso sí que lo inquieto demasiado que comenzó a pensar en un tema de conversación para poder hablar con ella.

— ¿De que estas trabajando ahora? —Se le adelanto ella al preguntarle tal cosa.

—Eso es lo gracioso, llevo ya dos horas pensando que esculpir y todavía no me llega ninguna idea. —Respondió completamente apenada mientras que se reía de forma nerviosa.
Se le quedo unos minutos buscando asimilar cada una de sus palabras de verdad la dejo sorprendida con su pregunta.

— ¿Por qué me miras así? —Pregunto incomodo al ver como inclinaba la mirada a un lado buscando verlo de lado.

—Es que me sorprende mucho lo que me respondiste. —Dijo.

— ¿Por qué lo dices? —Pregunto esta vez confundido.

—Porque el Deidara que yo conozco siempre se sentía motivado al momento de esculpir. —Respondió Yue.

Eso lo tomo de sorpresa, no pensó que ella conociera su antiguo yo; ese al que desde hace mucho tiempo no veía pero… tal vez tenia la razón, todo lo que hacía era solo pasa simpatizar a los otros mas no lo hacía porque quería que era la forma en cómo se inspiraba en la universidad por todas las obras de artes que hacía, que siempre las realizaba porque no solo tenía la motivación sino porque deseaba plasmarlo.

—Es solo que… —Se recostó en la mesa apoyando la mandíbula con los brazos. —Últimamente no he tenido razones para hacer una obra. —Confeso en un murmuro.

—No creo que eso sea el problema que tienes. —Espectáculo algo confundida.

— ¿Qué crees tú qué me pasa? —Pregunto Deidara.

—Yo supongo que es la falta de conexión con tu yo interior. —Respondió.

— ¿A qué te refieres con eso? —Pregunto todavía más confundido.

— ¿Cómo te lo puedo explicar? —Se pregunto a sí misma mientras que se tocaba su labio inferior con su dedo índice. —Vamos a decir que todo lo que haces no fue porque estabas verdaderamente motivado, sino que lo hacías nada más para impresionar a las demás personas. —Explicó.

—Déjame decirte que eso no responde a mi pregunta. —Fanfarroneó algo molesto.

—Bueno bueno ya pero no te quejes. —Reprochó. —Es como si alguien te ordenara que crearas obras para exhibirlas más no lo hacía porque tu deseabas mostrarle al mundo de lo que estas hecho. —Le monto otra explicación más lógica a ver si entendía con esa.


Sí que lo tenía confundido no podía entender mucho lo que le trataba de decir, y eso que pensó detalladamente cada una de sus palabras a ver si le podía dar la razón del porque estaba así pero… lo único que logro ella fue enredarle todavía más las ideas.

 

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Capítulo XII​

Todavía se sentía confundido no podía entender nada de lo que le dijera y eso que muchas veces buscaba comprender todo lo que le contaba pero de todas formas no conseguía la manera de concentrarse.

— ¿Cómo haces tú? —Pregunto el rubio.

— ¿Como hago qué? —Pregunto ella confundida.

— ¿Cómo haces para bailar en tus recitales si tener nervios? Claro si aun participas. —Comento este rascándose de forma apenada su nuca.

Yue lo pensó un rato para poder responderle de una forma en que entienda el chico. Cuando iba a hablar se tuvo que callar porque había llegado el mesero con su desayuno, cuando este se fue del lugar desvió la mirada al chico que comía casi con desesperación pero de igual forma mantenía su compostura como todo un caballero.

— ¿Comiste anoche, Deidara? —Pregunto confundida.

—La verdad no… durante toda la noche estuve pensando que hacer que no cene nada y como
Sasori no estaba con menos razón lo hice. —Respondió el joven sin dejar de comer.
Ella volteo sus ojos del fastidio ya que no se sorprendía de tal cosa.

—Esto te tiene desesperado ¿Verdad? —Pregunto con mucha tranquilidad mientras tomaba de su café.

Este no le respondía solo se determinaba a comer, llego un momento en que se comenzó a ahogar por lo que se tomo su jugo de naranja casi sin detenerse cosa que le causo muchas gracia a la joven que reía como toda una niña pequeña por lo que se había enrojecido levemente al ver como el joven le sonríe.

—Aun conservas esa sonrisa de niña. —Comento en bajo viendo como desviaba la mirada apenada.

—Si todavía la conservo ¿Algún problema? —Pregunto de forma atacante algo que le causo mas risa al chico. —Deja de reírte, tarado. —Reprocho esta vez molesta.

—Es que… todavía te ves… cómica cuando te… enojas… —Hablaba de forma pausada porque la risa no se lo permitía.

La castaña se cruzo de brazos molesta porque para nada era gracioso que se burlase de ella por lo que comenzó a comer murmurando un par de cosas que Deidara no alcanzo a escuchar.
Por unos momentos se mantuvieron callados ya que no tenía mucho que decir pero después fue que este se acordó de su pregunta antes dicha.

—Entonces… ¿Responderás lo que te pregunte antes? —Pregunto el joven de ojos azules.

La joven le sonrió diciendo que cuando le recordaría eso por lo que coloco su sándwich en el plato
para poder responderle.

—Digamos que me pongo a pensar en esa cosa que me hace realizar todo esos bailes que me toca presentar. —Contestando a su pregunta noto su confusión de nuevo en su rostro. — ¿Todavía no me entiendes? —Preguntó.

—Déjame decirte que eres peor que Sasori para alentar a una persona. —Comento como si no fuera la gran cosa.

— ¿Ahora porque dices eso? —Pregunto ofendida con tal comentario.

—Porque piensas que dices hablar de un tema, pero resulta que enredas todavía más las cosas metiendo otras cosas encimas. —Respondió este dándole sorbos a su jugo.

—Deidara eres de lo peor. —Dijo todavía más ofendida.

—No tengo la culpa de que solo diga la verdad. —Dijo este en su defensa, cruzándose de brazos.

Yue hizo una mueca de fastidio para continuar en lo suyo ignorando lo último que dijo.

—Oye, deja de ponerte así sino te arrugaras. —Dijo eso para tranquilizarla pero lo que hizo fue empeorar más las cosas.

—Deidara, si no quieres que me enoje mejor cállate. —Acotó de forma fría.

Si que había metido la pata ¿Ahora como haría para tranquilizarla? Pensó y pensó hasta que…

—Yue perdóname, no te pongas así mira que de verdad me siento enredado. —Hablo arrepentido mientras desviaba la mirada hacia la ventana.

La chica no le dijo nada solamente lo miro de forma serena por unos minutos a ver si encontraba esas palabras de ánimo que necesitaba este para sentirse seguro de que hacer.

—Deidara… si de verdad quieres hacer algo, tienes que principalmente encontrar algo que te inspire. —Dijo.

— ¿Qué crees tú que pueda ser eso que me inspire? —Preguntó.

—A decir verdad… esa respuesta solo la puedes tener tú. —Respondió ella.

— ¿Por qué?

—Porque… no puedo responder a algo que solamente tú sabes. —Dijo.

Eso si le dio mucho para pensar pero tenía que admitirlo tenia la razón aunque de igual forma no comprendía pero después fue que recordó algo que Itachi le dijo: “Yue es la que te inspira a ser esas obras de artes, porque su forma de ser y como es ella naturalmente cuando esta contigo”; ¿Tenia la razón al decirle eso? Muchas dudas tenía en su mente que aun no podía sentir que tenía esa mente despejada.

De lo que no pudo notar es como ella tomaba la servilleta y con un lapicero que saco de su cartera dibujo algo que le era muy conocido para ese chico.

—Eso es…

— ¿Lo recuerdas? —Pregunto la chica. —Esa fue el primer dibujo que encuaderne en una de mis libretas que tú mismo habías dibujado cuando estabas aburrido. —Contó.

—Me acorde que ese día estaba tan aburrido que comencé a dibujar un pajarito. —Agrego la otra parte mirando como terminaba de dibujarlo. —Por lo visto mejoraste, porque esa vez que lo intentaste hacer no te salía parecido al mío. —Citó.

—Es cierto, por eso desde la vez que no supe de ti comencé a perfeccionarlo a ver si podía
lograrlo. —Dijo Yue.

—Pero… ¿Cómo podía tener un prototipo de este dibujo? —Pregunto el chico.

—Vamos a decir que ese dibujito que encuaderne me ayudo mucho. —Respondió con una sonrisa.

—A ti siempre te ha gustado el ballet ¿Verdad, Yue? —Pregunto el muchacho.

Esta asintió.

—Desde que tengo siete años he amado yo ese baile y siempre ha sido mi sueño poder presentarlo ante todo el mundo y ser conocida como una famosa bailaría. —Conto su más grande sueño.

—Y te esfuerzas mas para lograrlo ¿Cierto? —Pregunto de nuevo desviando la mirada en su tasa.

—Eso también es cierto, cuando más esfuerzo le ponga más rápido cumpliré mi meta, solo tengo que tener esa inspiración para poder dar todo de mi. —Respondiendo con suma confianza sintió la mirada del chico en ella.

Se le notaba en sus ojos castaños la confianza que tenia de sí misma la determinación que sentía para cumplir eso que tanto quería entonces… si ella puede ¿Por qué el no? ¿Qué es lo que de verdad le esta impidiendo conseguir eso que tanto quiere?