Una locura en el hospital de Steaf

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Haruhi Cross, 30 Septiembre 2012.

  1.  
    Haruhi Cross

    Haruhi Cross Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    28 Enero 2012
    Mensajes:
    56
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Una locura en el hospital de Steaf
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2186
    Esta historia es mía y de Kagomecita asi que no piensen que es plagio


    Esa noche era fría cada vez más y más, este clima era extraño, al menos para este pequeño pueblo, era como si algo malo estuviera pasando, no me sentía segura en ese momento, al menos tenía a mi compañero, Manchas mi pequeño gato persa, estaba erizado. Al estar así me daba fundamentos para creer que de verdad algo estaba pasando.



    Capitulo 1

    Me eh despertado de golpe después de una terrible pesadilla, desde esa noche nada es lo mismo, Manchas y yo nos hemos acostumbrado a este entorno tan misterioso.

    Me pongo mi saco de cuero dispuesta a ir por unos bolillos a mitad de la tormenta a la panadería del Sr. Ettinger, alcanzo a llegar antes de que el granizo comience.

    —¿Que tal Ashley, vienes por lo de siempre?— Me pregunta el Sr. Ettinger.

    —Así es— Respondo de igual manera: amable, aunque la verdad es que estoy de lo mas amargada.

    El empieza a empacar los seis grandes bolillos más una bolsa de galletas de nuez con azúcar glass de cortesía.

    —Oye mejor quédate aquí en lo que pasa la tormenta.

    La verdad no me quiero quedar pero la niebla es muy densa y no me deja ver mucho que digamos.

    —De acuerdo pero solo por un rato, no debo tardarme mucho en llegar a casa.

    Me dirige una pequeña y picara sonrisa, me guía hasta su sala donde se encuentran sus dos hijos, Harry y Fredy, los dos son cuates*, Ambos de 15 años, pelo güero, lo único que los diferencia son sus ojos, Harry de color azul y los de Fredy entre grises y verdes, la verdad muy guapos pero ninguno de ellos me interesa, además con este entorno no es muy fácil estar enamorado.

    —Chicos, Ashley viene a pasar un rato con ustedes en lo que pasa la tormenta, invitenla a ver la tele.

    —Por supuesto que no.— dice Fredy, mientras que Harry se torna un poco rojo.

    —¡No seas así Fredy! Claro que te dejamos pasarla un rato con nosotros.— dice el oji-azul.

    —De acuerdo pero solo si estas dispuesta a jugar un videojuego conmigo.

    —Depende de que trata.— respondo con un tono cortante.

    Se me había olvidado mencionar que con solo vender pan ganan mucho dinero, no todos pueden tener tele y videojuegos.

    —Es de Zombies, oh creo que ya no vas a jugar porque te dan miedo.—dice en tono burlón.

    —¡Por supuesto que no! Dame eso.— digo arrebatandole el control.

    Lanza una pequeña risa y toma el otro control, el juego no es muy complicado, solo vas por ahí con un arma matando a los horribles monstruos verdes.

    —Espera, cubreme, cubreme.— me dice Fredy, que tiene que armar la cura contra los zombies solo es cuestión de segundos para que termine de armarla.—Genial, nunca había llegado tan lejos, mi hermano no es tan inteligente como tu.

    No se que responder ante aquella declaración, me siento un poco mal por Harry, lo volteo a ver pero el mueve la cabeza para que no le pueda ver el rostro.

    —Vale, Vale apúrate a armar esa cosa.— se va la luz, se pierden los datos del videojuego.— sabia que teníamos que guardarlo antes.

    —¡Y porque no lo habías dicho! ¡Maldición!

    —Cálmate hermano, es solo un juego.— dice Harry.

    —Por supuesto que no.

    —Ya luego volverán a jugar ¡Ahora busquen una linterna o prendan una vela tontos!— digo.

    Harry se para y toma la linterna, lo primero que hace es prenderla y apuntarme con ella.

    —¿Estas bien, Ashley?

    —Si, si pero déjame de apuntar con esa cosa, que me cegas.

    —Oh si, lo siento.— dice apuntando hacia otro lado.

    Tomo mi bolsa con el pan y me dirijo a la salida, antes de abrir la puerta algo aprieta mi mano, volteo hacia atrás.

    —Harry, sueltame tengo que irme.

    —No quédate un rato mas.

    —¡Déjala que se valla, Harry!— dice Fredy.

    —Ni siquiera me quieren aquí, no seria correcto quedarme.— logro safarme de la cálida mano de Harry.

    —¡No espera!— alcanzo a oír decirlo antes de adentrarme en la tormenta, las gotas están muy frías.

    ¡Crack! Alcanzo a oír, esta a unos metros, muy pocos, para ser exactos. Saco un cuchillo que siempre cargo conmigo, no seria normal que una chica de 14 años ande por ahí siempre con un cuchillo, pero desde esa noche no pienso salir sin un arma, lo pongo delante de mi apuntando a la nada ¡Crack! Se vuelve a escuchar, esta vez detrás de mi, me volteo rápidamente con el arma blanca en mano, para mi suerte solo era el pequeño Manchas.

    —No sabes el susto que me has dado ¡Eres malo!— lo cargo entre mis brazos y nos dirigimos a casa.

    Cuando entro esta el mismo desorden, botellas y mas botellas de licor regadas por todos lados, claro menos en mi cuarto, no crean que yo soy la que tomo eso, con el simple olor de el me mareo y ahí esta tirado en el suelo con botella en mano, mi Papá, desde que murió mamá a estado así.

    Mamá murió un poco después de que había nacido, había estado apunto de que yo cumpliera un año, la verdad no se que le paso, solo se que había salido a la ciudad para comprar algunas cosas, pudo ser cualquier cosa, un accidente de tránsito o un asesino nadie sabe que paso en realidad y mi padre no a podido superarlo y lo olvida tomando litros y litros de licor.


    —Ya traje los bolillos, Papá, te preparare una torta.— suelta un gemido extraño, así que lo tomare como un "esta bien".


    Entro a la cocina y lo primero que hago es sacar las galletitas de nuez, me como una, ahora me dedico a cortar los bolillos, saco queso, jamón, jitomates y mayonesa, pongo la base de pan encimo todo lo demás y pongo la tapa de pan, por ultimo tomo un vaso de agua de horchata, vuelvo con mi Padre.

    —Aquí tienes.— digo dejándole la comida y el vaso a un lado suyo.

    El empieza a comer la torta, pero cuando ve el vaso con agua, lo toma y lo tira en la alfombra y lo rellena con licor.
    No puedo hacer nada otras veces que intente quitarle su preciada bebida o se vuelve loco y deja de comer o intenta matarme, así de fácil.

    Empiezo a recoger toda la basura, al final pude contar 16 botellas, debo hacer algo si no quiero que mi padre muera, ahora le dedico una hora y media a quitarle la mancha de la alfombra me tarde demasiado porque no era solo una mancha.

    Al terminar subo a mi cuarto y me quedo tumbada en mi cama, Manchas se acomoda a un lado de mi, me quedo pensando toda la noche hasta que me gana el sueño y me quedo profundamente dormida.

    Al oír al gallo de todas las mañanas, me despierto, esta noche no hubo pesadillas sin embargo sigo sintiendo esa presión de todos los días, me doy una estirada y me levanto, me pongo unos jeans con una playera de manga larga color blanca y unos converse, hoy no tengo nada que hacer, así que iré al bosque a explorar. Bajo las escaleras y tomo una galleta, mi padre sigue dormido, tengo que pasar desapercibida si no quiero que me multen, por alguna razón no dejan a nadie ir al bosque, paso la pequeña plaza donde esta la panadería del Sr. Ettinger me fijo en todas las ventanas de los locales, genial nadie me observa, ahora me dedico a burlar la seguridad del bosque, no hay cerca eléctrica pero si sensores que si los pisas suena una alarma que se encargara de avisar a todo el pueblo que alguien anda intentando entrar al bosque, Manchas siempre me ayuda con esto, es bueno para saber donde están, si solo fuera una línea de sensores la brincaría pero son 3 metros hacia el interior del bosque y tienen una separación entre ellos de 10cm de ancho y 3 de largo así que es como bailar, pero antes de que le de la orden a Manchas de "busca" veo huellas muy claras en la tierra, no a sonado la alarma así que creo que el personaje debió haber pasado sin ningún problema, ahora estoy siguiendo las huellas es difícil porque tienes que andar 3 metros de puntita y cansa.

    Me causa curiosidad quien podría haber pasado los sensores, no será difícil encontrarlo, están sus huellas, sigo el camino trazado por ellas hasta llegar a un pequeño lago que jamás había visto, hay alguien recostado a un lado del agua, no alcanzo a ver su rostro así que por lo tanto no lo reconozco, me acerco a el.

    Suelto un grito ahogado al ver que los ojos del hombre están en blanco y sigo sin reconocerlo, nunca lo había visto.

    —¿Que rayos?

    —¿Que te pasa?—dice una voz, pero no es la del hombre de ojos blancos, no mueve su boca, esta detrás de mi, volteo lentamente mi cuerpo hasta ver la figura de alguien recargado en un árbol.—¿Vienes a bañarte, preciosa?

    —¿Quien eres?— ahora somos 3 los que han burlado la seguridad.

    —Eso no es importante, preciosa, si te vas a bañar hazlo ya.

    —No vengo a bañarme y no me bañaría con un hombre observándome.

    —Ah ¿No? Entonces a que veniste.

    —Eso no te incumbe, ni siquiera te conozco.

    —Bueno, pero vayamos al grano ¿Por que gritabas?

    —¡Es que no ves que hay un hombre muerto aquí!

    —Claro que lo veo.— dice con la mínima preocupación mientras se acerca mas hasta que estemos de frente, toma un cacho de mi pelo castaño y lo huele.— yo creo que si necesitas una baño.

    —No, no lo necesito.— digo arrebatandole mi cabello.

    —Ah pero que terca eres.— toma mi brazo con mucha fuerza y me lleva hasta el lago.

    —No ¿Que haces? ¡Sueltame!— intento sacar mi cuchillo pero cuando lo hago el extraño hombre lo toma y lo lanza para que termine clavándose en el estomago del otro hombre.

    —Empezaremos con el pelo.— dice jalandomelo de manera que yo caiga y el recuesta mi cabeza a un lado del agua para que el pelo se moje.

    —¡Sueltame! ¡Ayuda!— se que es inútil pedirla en el pueblo nadie me escuchara, así que mi siguiente movimiento es tomarlo de las manos para que me suelte.— ¡Manchas!— mi fiel compañero se sube al hombre y le comienza a arañar el rostro, pero el se logra zafar y lo saca volando.— ¡Ve por ayuda!— Manchas sale disparado al pueblo.

    —Es solo un gato no lograra nada, bueno acabamos por el cabello, sigamos por el rostro.—dice hechandome agua a la cara.

    —¡Déjame!— digo retorciendome para que me suelte.

    —Ahora, tu cuello.— me echa agua y no quiero que llegue a la siguiente etapa.— y ahora— dice con un tono alegre a uno frívolo.— a estrangularte.— me comienza a apretar con mucha fuerza el cuello, y todos mis intentos de pedir ayuda se ahogan, y por mas que intento zafarme no puedo, ya cuando no puedo respirar, me suelta.— sigamos con la siguiente fase.

    —No, sueltame ¡Maldito, sueltame! ¡Manchas!

    —¿Tu gato no llega? Te dije que no lograría nada.

    No se como siempre llego a poderme salvar de estas situaciones, llegan Fredy, Harry y el Sr. Ettinger, junto con Manchas vaya ayuda que a ido a conseguir. Diciendo esto pareceré mala pero que Harry haya podido pasar me dan razones para creer que los sensores estaban apagados.

    —¡Suéltala!— grita el Sr. Ettinger.

    —¿Quieren que la deje en paz?

    —¡S-si así es!— grita Harry. Pero su respuesta a es una sonora carcajada, enseguida me toma del cabello y me levanta, me pega a el y saca un cuchillo, mucho mas filoso que el mío y hace que apenas roce con mi cuello.— no se acerquen ¡O la mato!

    Se acelera mi respiración mientras intento quitármelo de encima.

    —¿¡Que piensas hacerle!?— grita Fredy

    —Solo la estaba bañando, porque la muy necia no quería así que la tuve que bañar a la fuerza pero ¿saben? no nos dejaron terminar, es su decisión digan lo que yo digo porque si no lo hacen o la rebano o la dejo así empapada para que el frío la logre matar.

    Harry toma una pistola y la apunta hacia el hombre.

    —Harry, ¡No lo hagas! ¡Te puede matar!

    —¡Cállate preciosa! Tu tranquilo "Harry" no te matare lo único que lograras dime disparas es que ella este muerta y todo será tu culpa si eso pasa.

    Lo que dijo es simple pero hace que Harry baje el arma.

    —¡Mátenlo! Tal vez yo muera pero si lo matan no o harán otras personas.

    —¡Que te calles!— dice pegándole mas cerca el cuchillo.

    —¿Que quieres que hagamos?—dice Fredy.

    —Solo deben irse y seguirá viva oh y también deben guardarse el secreto.

    —Si eso es todo, nos vamos.— dice retirando se junto con su padre.

    —¡P-pero papá, Fredy! Ashley seguirá secuestrada.

    —Pero no estará muerta hermano ¿Que es mejor?— dice jalándole de un brazo para irse.

    No me esperaba esto.

    Continuara...
     
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