Una chica diferente

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por vanezhita, 1 Marzo 2010.

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    vanezhita

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    Una chica diferente

    jejeje buenoo puess este fic lo escribi ace muxio y ya no lo subi porq me desconecte totalmente de cemzoo un tiempo... esperoo que les gustee y plis me digan si lo continuo o no gracias ^^



    Capitulo 1:
    El comienzo de mi nueva historia…

    Me encuentro corriendo y siento mis pies mojados, no se donde estoy, guió mi vista hacia abajo y me doy cuenta de que corro sobre un suelo lleno de agua; allí veo dos piedras… -¿acaso son piedras preciosas? Creo que una es un zafiro y otra un diamante azul- en ese el momento el cielo –que no me había percatado de lo obscuro que estaba- empieza a iluminarse con un sol muy brillante y hace brillar a las piedras y todo a su alrededor… Me doy cuenta de que corría en medio de un lago y estoy empezando a hundirme!!!......

    Biiipp!! biipp!!!

    -ufff..... fue sólo un sueño…- susurré para mi misma antes de apagar el despertador, me estiro un poco antes de levantarme de la cama, ¿esta húmeda mi almohada…? -¿porqué mi cama esta tan mojada?- grité espantada.

    En ese momento llegó corriendo Matías probablemente asustado por mi extraño despertar.

    -¿Qué rayos te ocurre April? (se lee “eipril”)
    -UPS! Sorry no te quería levantar, pero es que tuve un sueño medio raro, ya sabes lo normal en mi, pero me estiro y mi cama esta empapada ¡como si alguien hubiera echado una cubeta de agua a las sabanas y a mi almohada!- dije enojada al recordar el motivo de mi grito.

    El se acercó hacia mí con una cara que conocía muy bien, la que ponía cuando yo estaba tan ciega que no veía las cosas como son, era una cara muy divertida, con los ojos verdes mirándome fijamente y las cejas de color marrón claro casi juntas y con la boca torcida en modo de reproche.

    -¿qué es esto?- me pregunto señalando mi ventana.
    -Mi ventana claro esta, ¿eso que tiene que ver con la cam….?- me tapó la boca con un dedo antes de poder terminar mi pregunta.
    -Sí es tu ventana, ¿y que fue lo que te dije ayer antes de irme a dormir?- me dijo y en eso tomó mi persiana y la corrió.

    El señaló mi ventana abierta, y yo recordaba la noche anterior por otras circunstancias, no es que estuviera muy conciente de lo que hacía ni siquiera como me llamaba cuando el abandonó mi habitación después de besarme de esa manera tan dulce y a la vez apasionada, no yo no me acordaba de lo que me había dicho después de “te amo”…

    -Pues no…- dije sonrojándome de una manera muy vergonzosa.
    -Te dije que cerraras la ventana porque durante la noche era muy probable que lloviera- me dijo entre risas por mi reacción- vamos ya es tarde es hora de desayunar y todavía nos falta mucho, hoy van a venir a visitarnos 4 familias así que tenemos que estar listos antes de las 9:00.
    -¿Qué horas son?- y en ese momento me caí de la cama al ver la hora ¡eran las 8:30! ¡¿Como rayos me pude levantar tan tarde en un día que tenía que esforzarme el doble?!.

    Me levanté corriendo de la cama directo a la regadera, me vestí con lo primero que encontré, - no es que tuviera mucho de donde elegir en mi pequeño guardarropas- y salí disparada hacia la cocina, pero ya todos se habían puesto a desayunar.

    -¿Otra vez tarde April?- me dijo una voz masculina en mi espalda.
    -Jejeje, hola David, ¿cómo es que todos ya están comiendo sin que yo haya ni un solo dedo?- generalmente era mi trabajo hacer el desayuno para los demás, mientras que Ivonne los despertaba, y Matías tendía las camas- ¿dónde esta Ivonne?.
    -Mmm... supongo que ya debe de estar preparándose para la llegada de las familias, todos menos tú madrugamos hoy, querida April- y se fue a su habitación riéndose de mi cara de estúpida mientras razonaba todo lo que habían hecho ellos solos mientras yo dormía.

    Yo vivía en esa casa desde que tengo memoria, y conforme fui creciendo fui teniendo más responsabilidades, recuerdo como me regañaban cuando no hacía caso de lo que me ordenaban y en vez de eso me iba a pasear junto con Ivonne porque ella ya había terminado con sus deberes.

    Sí, yo vivía en un orfanato. No era el lugar preferido para vivir para nadie que hubiera conocido a sus padres, que los hubieran amado y querido, y que por desgracia hubieran fallecido, pero yo no tenía la culpa que ellos me hubieran abandonado aquí, para “irse a vivir su vida”, porque “somos muy jóvenes” como para cargar con el peso de una niña que todavía no sabia ni hablar, el director me había contado hace años esto, y que yo no tenía la culpa; fue hasta hace unos años que lo entendí bien, pues mis padres no tendrían más que yo cuando me tuvieron, pues a la edad de 16 años todo se te hace muy fácil, pero yo ya había pasado por suficientes cosas como para saber de lo que soy capaz y de lo que no.

    Fue cuando recordé que no era momento de recordar el pasado, y era hora de ponerse manos a la obra, pronto llegarían familias con deseos de adoptar, y yo todavía seguía en la cocina viendo como comían unos niños que ya estaban listos para las visitas.

    Subí corriendo por las escaleras, tenía que arreglarme ya comería algo después, entre en mi habitación y allí estaba Ivonne esperándome sentada en su cama, con una caja de color rosa en las piernas, ella estaba arreglada muy linda, con su cabello negro recogido con una coleta y un mechón cayendo por enfrente pero muy bien arreglado.

    -Oye, mira tengo esto para ti April- me dijo.
    -¿Qué es esto?- dije abriendo la caja rosa, dentro de ella había un vestido color azul cielo, con pequeños adornos en color blanco y crema. En cuanto vi aquel hermoso aquel hermoso vestido; se me salieron las lágrimas de la emoción y no dudé en abrazarla.
    - ¿Qué te pasa? ¿Estás triste? Por favor discúlpame yo no quería hacerte pasar por un mal rato, yo solamente quería…- me empezó a decir.
    - Claro que no estoy triste tonta, estoy muy feliz, ¡gracias por acordarte!- Le dije y me levanté dando saltos, mientras ella me miraba con una gran sonrisa.
    - Jajajaja, pareces una niña April, anda ve a arreglarte porque ya no tardan en llegar.

    Le hice caso y me fui a poner mi vestido nuevo, porque ese día era especial, era el día en el que todas las puertas estaban abiertas para mí y yo sólo tenía que escoger una y entrar a un mundo de posibilidades: era el día en el que por fin podría saldría del orfanato.

    Yo aquí era como una niñera, cuidaba junto con Ivonne, David y Matías a los niños más pequeños, pues todos nosotros éramos ya muy grandes como para que nos adoptaran, Ivonne tenía ya cumplidos los 17 años desde la primavera pasada, David estaría ya cerca de los 18 y le quedaba muy poco tiempo para seguir aquí, y Matías me ganaba con tan sólo unos meses. Todos algún día nos podríamos ir, porque no nos podíamos quedar para siempre, todas las semanas llegaban niños nuevos y ya estábamos muy apretados; sin embargo desde los 16 tenías luz verde para irte y yo los había cumplido el mes pasado.

    Cuando David llego a esta edad, el no quería irse porque no quería dejar solas a las hermanas (era un orfanato de monjas, pero siempre están muy ocupadas con los niños mas pequeños), pero tiempo después descubrimos que era porque estaba enamorado de mi amiga Ivonne – digo descubrimos porque fue Matías el que le sacó la sopa completa jejeje –, y si se iba ya no la podría ver; pero vaya sorpresa nos llevamos cuando Ivonne decidió no irse porque todavía según ella no estaba lista – la verdad nunca he conocido a alguna persona más lista para enfrentase al mundo que no sea ella- y David decidió esperarla - ¬¬ll la verdad es que nunca le ha dicho lo que siente por ella -, y ayer descubrí porque Matías no se había ido cuando pudo.

    Enrojecí de repente al recordar sus besos de la noche anterior, y la razón por la que no se había ido…yo.
    - ¿April?, ¿te sientes mal?, ¡estas muy roja!; si quieres podemos bajar sólo nosotros tres hasta que te sientas mejor- me sugirió mi amiga mientras me peinaba el cabello y yo salía de mi trance mental.
    - No estoy bien, de hecho estoy perfectamente bien- dije poniéndome de pie en cuanto me dejo después de terminar de hacerme caireles- ¿Estoy muy guapa verdad?
    - Sí de seguro a Matías le encantará- dijo entre risitas.
    - ¡Ivonne!- la regañé, ella lo sabía todo, pero no era para que me lo estuviera recordando en estos momentos en los que mi corazón podría estallar de la alegría que sentía.
    - Bueno, bueno, estas muy guapa, vamos ya que es hora de ir al salón- dijo dirigiéndose a la puerta, y la verdad es que hasta ese momento no había visto el vestido que llevaba puesto.
    - ¡Que hermoso es Ivonne!, ¿lo compraste para hoy? – le dije admirando el bello vestido rojo que resaltaba su blanca piel.
    - Jejeje, bueno pues tu no eres la única que aprovechó ayer en la noche para hacer declaraciones- me dijo primero muy segura de si misma y luego un poco avergonzada- pero esto no es exactamente nuevo –me dijo señalándose el vestido-, lo hice yo y esperaba una buena oportunidad para presumirlo –me explicó con una amplia sonrisa.

    Ella siempre había sido muy buena en este tipo de cosas, como cocinar, bailar, decorar, limpiar, tejer, y confeccionar ropa, en cambio yo solamente sabía muy apenas lo más básico en cualquiera de estas áreas, de verdad era patética.

    - Bueno no pongas esas caras de soy patética porque no se hacer nada April – a veces Ivonne daba miedo cuando me leía la mente de esa manera.
    - OK, ya oigo el auto así que vamos- le dije dándole empujoncitos en la espalda.

    Cuando bajamos todo había quedado muy bien arreglado, los pisos brillantes, muchas flores blancas por todos lados y todos los niños con sus trajecitos listos para recibir a las familias. Cuando eran días de adopción era bueno y malo para la mayoría de los que estábamos aquí…
     

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