Una Aventura Mágica

Tema en 'Relatos' iniciado por maribalza, 4 Junio 2012.

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    maribalza

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    Escritora
    Título:
    Una Aventura Mágica
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3321
    ¡Lucy!, ¡Lily!—Gritaba mamá Cecilia desde la cocina, como todas las mañanas, las gemelas Lucy y Lily hicieron caso omiso a su llamado y siguieron roncando acurrucadas en la cobija de su cama— ¡Lily!, ¡Lucy!—Gritó más fuerte mamá, haciendo que las niñas dieran un salto desde la cama aterrizando de golpe en el piso.

    Una carcajada inundo la habitación, las niñas parando la risa y dando un suspiro de fastidio, se levantaron del piso y se dirigieron al baño.

    Lily, apúrate en el baño, por favor—Pidió Lucy a su hermana, la cual al ver a su hermana entrar al baño recordó lo mucho que se tardaba.

    Está bien—Bufó Lily, sabiendo el porqué de la petición de Lucy. Cerró la puerta del baño con cerrojo y se introdujo en la ducha.

    Mientras, Lucy buscaba que ponerse, estaba dudosa entre un vestido color violeta con lunares o un vestido con volantes verde— ¿Qué me pongo?—Se preguntaba la niña con la mano en el mentón.

    Lily salió del baño y miró a Lucy, sonrió al ver su hermana—Yo me pondré este—dicho esto agarro el vestido color violeta, con una sonrisa divertido miro la cara de desilusión de Lucy.

    Está bien—Dijo Lucy casi en un lamento, agarró el vestido verde y entró al baño a ducharse.

    ¡Niñas!, ¡se les hará tarde!—Grito papá Antonio leyendo el periódico.

    Lucy salió ya vestida del baño y ambas bajaron corriendo las escaleras para encontrarse con sus amados padres.

    Lily corrió a abrazar a su madre, mientras que Lucy le sonrió a ambos dándoles los buenos días.

    Mamá Cecilia vio el reloj y se los señalo a sus hijas, las pequeñas de tan solo trece años dieron un respingo y se despidieron de sus padres con un grito mientras salían corriendo de casa.

    Al llegar a la escuela las esperaba la maestra Margarita de La Oz, que con una sonrisa materna. Les dio los buenos días y las acompañó hasta el salón de clases, puesto que llegaron justo cuando sonó la campana de inicio de clases. Las niñas se sentaron cada una en su puesto, dando así el inicio de la lección de hoy.

    Bien niños, hoy daremos inicio a la lección número seis del libro—Se escucho decir a la maestra, seguido del ruido de las páginas de los libros pasarse hasta que todos llegaron a la pagina y quedo todo en silencio.

    “El clima: ¿Magia o Natural?”—Leyó Lily mentalmente, mirando de reojo a Lucy. La cual estaba muy entretenida mirando a los pajaritos volar desde la ventana.

    La gemela mayor dio un suspiro, eso era típico de su hermana, no prestar atención en clases y después estar perdida en los exámenes.

    Bien, ¿Alguno de ustedes sabe cómo distinguir si el clima está siendo manipulado por magia o es natural?—Hablo la maestra

    Luego de escribir el título en el pizarrón. Nadie alzo la mano, la maestra suspiró.

    Creo que deberían de investigar un poco más—Les dijo la maestra con un tono divertido.

    Bien, para diferenciar si el clima está siendo manipulado por magia deben abrir muy bien los ojos y observar su alrededor, no escucharan a una cigarra cantar en medio de una tormenta, quizás lo hagan antes de que empiece o cuando termine, pero nunca, nunca la escucharan en mitad de la lluvia, si las escuchan, el clima está siendo manipulado por magia—Explico la maestra Margarita.

    La maestra mando a hacer unos ejercicios en el libro sobre el mismo tema justo antes de que sonara el timbre del receso.

    Lucy y Lily salieron a la parte trasera de la escuela y hablaron de varias tonterías.

    Sabes Lily, creo que debo de pintarme y cortarme el cabello—Le comunico Lucy a su hermana, la cual puso una cara de espanto.

    ¡¿Qué?!, pero si tu cabello es hermoso del color que esta, además, te costó mucho que te creciera tanto—Le intento convencer Lily, era extraño que Lucy tuviera esa clase de ideas, pues adoraba su cabello.

    Lucy se carcajeo, era más que obvio que se lo había creído—Por supuesto que no lo hare tontita—Lily suspiro aliviada—Solo te estoy tomando el pelo.

    Lucy tenía el cabello color castaño oscuro con mechones claros, largo hasta los glúteos, al contrario que su hermana, que lo tenía por la cintura.

    De repente todo se volvió negro para las gemelas, se escuchaban truenos, gritos y una carcajada malvada.

    Lily abrió los ojos, encontrándose con su hermana desmayada al lado de ella, se asusto y se dirigió a ella a gatas.

    Lu-Lucy—Tartamudeo la gemela mayor zarandeando levemente a su hermana. Lucy abrió lentamente los ojos y le sonrió a Lily, la cual estaba al borde de las lágrimas, sonrió también y ambas se levantaron dirigiéndose rápidamente dentro de la escuela, no había nadie, estaba totalmente vacía, eso asusto más a las gemelas, salieron corriendo hacia su casa, el camino fue algo largo, tenían un mal presentimiento.

    Cuando por fin llegaron, todo estaba tal como lo dejaron, el humo saliendo de la chimenea, la ropa tendida bailando al son del viento, por un momento pensaron que todo había sido su imaginación pero una extraña luz alumbro la ventana de la cocina, haciendo que entraran rápidamente.

    ¡Mamá!, ¡Papá!—Gritaron en unísono entrando de golpe a la cocina, pero lo que encontraron no fue mucho de su agrado.

    Una bruja fea, muy fea, tenía a sus padres atados dentro de una burbuja mágica. La bruja reía con su voz chillona que aturdía los oídos, haciendo que las niñas se taparan los oídos.

    Lucy, con el valor que tenía apunto con el dedo a la bruja y un pequeño disparo de magia salió de este dándole a la bruja y rompiendo un poco su horrible vestido, haciendo que esta se molestara.

    ¡Tu mocosa insolente!, como te atreves a dañar mi hermoso traje de seda—Gruñó la bruja a la gemela menor.

    Lily, asustada se acerco sigilosamente a sus padres para tratar de liberarlos con magia, pero la burbuja era muy resistente

    La bruja volteo a ver a Lily y con su varita la cargo y la levitó hasta donde estaba Lucy, quien la abrazo y miro a la bruja con odio.

    Vamos niña, tu mirada no me matara—La reto la bruja con voz chillona.

    Lucy iba a responderle pero papá Antonio se adelanto sabiendo la actitud de su hija.

    Oh, por favor Catrina no le hagas daño a mis hijas—Suplicó papá a la bruja, al parecer la conocía.

    Las gemelas miraron confundidas a su padre, ¿Cómo se sabía el nombre de esa bruja tan fea?, era lo que pasaba por la mente de las pequeñas hasta que la bruja interrumpió sus pensamientos.

    ¡Vamos Antonio!, ¿cómo no quieres que las lastime? Si gracias a ellas me dejaste para irte con esa mujer tan fea de tu esposa—Exclamo la bruja de nombre Catrina, haciendo que mamá Cecilia bajara la mirada y las niñas tuvieran otra incógnita en la cabeza.

    Por favor—Rogo mamá—No les hagas daño, llévanos a nosotros, pero por favor, a ellas no—Susurro mamá a la bruja.

    Si tanto quieren, cumpliré su deseo—Dicho esto la bruja tomo la burbuja y desapareció junto con ella dejando de pista una pequeña brújula.

    Las niñas tardaron un poco en asimilarlo, Lily rompió en llanto y se abrazo más a Lucy, que aun no podía creérselo.

    Lucy, como pudo camino abrazada de su hermana hacia donde antes estaban sus padres, tratando de no llorar y parecer fuerte ante su hermana se arrodillo y miro fijamente la brújula, que indicaba hacia el Este.

    ¿Qué hacemos?—Preguntó Lily, aun asustada y abrazada a Lucy. Lucy aun en silencio levanto la brújula con sus manos y se la mostro a Lily con cara decidida.

    Los buscaremos—Hablo con decisión, levantándose del piso y mirando la brújula—Y los encontraremos—Sonrió a su hermana.

    Lily asintió y se separo de su hermana—iré a buscar cosas para ponernos en marcha—Dicho esto corrió hasta la habitación a buscar lo básico para el viaje.

    Lucy se quedo abajo mirando fijamente la brújula—Gracias mamá, papá—Sonrió, Lucy había visto como mamá Cecilia soltaba la brújula y esta caía al piso, había visto esa brújula antes, tenía un detector GPS mágico que siempre apuntaba a la dirección donde se encontraba su dueño.

    ¡Lucy!—Se escucho gritar a Lily desde la habitación. La gemela menor subió a toda prisa a la habitación guardando la brújula en su bolsillo. Al entrar estaba Lily sentada en la cama acomodando en dos bolsos lo que se iban a llevar.

    ¿Qué pasa?—Pregunto Lucy algo extrañada— ¿Por qué gritaste?—Camino hasta sentarse al lado de su hermana.

    ¿Llevo el libro de magia de la señorita Margarita?—Le mostro el libro que tenia de título “Magia Fácil: aprende a usar hechizos de una manera más fácil”.

    Lucy asintió—Lo necesitaremos—“Y mucho”, pensó con un suspiro.

    Lily termino de empacar, salieron de casa y se encaminaron hacia el este.

    Luego de varias horas de viaje y pocos minutos de descanso, las niñas se encontraron con un enorme rio que a simple apariencia parecía muy peligroso.

    ¿Y ahora qué?—Miro Lucy a Lily que ahora tenía la brújula. Lily miraba fijamente el rio.

    Creemos un puente con magia—Dijo simplemente luego de haber visto la brújula.

    No podemos tomar otro camino, ¿cierto?—Lily asintió, por lo que Lucy no pudo hacer más que suspirar, agarrar con fuerza su mochila y pronunciar un hechizo en un idioma extraño, un árbol que estaba al otro lado se comenzó a tambalear. Lily, con un disparo de su dedo hacia el tronco este termino de caer al riso y quedo como puente para las niñas.

    Perfecto—Sonrieron complacidas ambas y comenzaron a caminar encima del tronco.

    El tronco comenzó a tambalearse extrañamente. Lucy que era mala manteniendo el equilibrio se cayó y fue arrastrada por el rio.

    Lily, en busca de su hermana se lanzo al agua siendo arrastrada también por el rio— ¡Lucy!—Gritaba con desesperación. Lucy se agarro de una roca y cuando su hermana paso por su lado la agarro con fuerza y la atrajo hacia ella—Lily, tranquila, saldremos de esta—Le dijo Lucy para tranquilizarla.

    Pasaron un poco de rato agarradas a esa roca pensando de cómo saldrían del rio.

    Un hechizo—Susurro Lily y miro a Lucy— ¡Claro! Un hechizo, eso funcionara—Repitió para que Lucy la escuchara.

    Claro, pero… ¿Qué hechizo?—Pregunto Lucy a su hermana, la cual se quedo pensando—Yo pienso que uno de volar estaría bien, ¿te sabes uno?—Lily sonrió y asintió, cuando de repente la velocidad y la fuerza del rio aumento haciendo que fuera imposible sostenerse más de la roca y las niñas fueran arrastradas por el rio una vez más.

    ¡Lily rápido!—Grito desesperada Lucy una vez más. Lily con rapidez movió sus brazos 2 veces de arriba abajo y unas pequeñas alitas salieron en los pies y manos de cada una de las dos, seguido de eso empezaron a levitarse en el aire.

    Rieron y volaron felices por poco tiempo, hasta que Lily saco la brújula otra vez, ahora indicaba al sur.

    Vamos al Sur, Lucy—Dijo seria Lily, Lucy asintió y volaron hacia el Sur.

    Unas aves extrañas aparecieron en su camino, impidiendo que siguieran volando—Vamos al suelo Lily—Ordeno Lucy, lo mejor sería ir caminando, si seguían volando terminarían enfrentándose a esas aves extrañas.

    Luego de seguir caminando por varias horas, las niñas con hambre se detuvieron- Lucy, ¿hay comida en tu bolso?—Lucy negó, pues ya había buscado antes y todo lo que había era ropa y agua caliente, al igual que un botiquín.

    Mientras caminaban se encontraron con una enorme casa, muy grande para el gusto de las pequeñas, tenía una apariencia muy monstruosa, parecía la casa de un monstruo. Lily verifico la brújula y esta decía que había que ir al Sur, es decir, a esa casa.

    Tragaron duro y entraron, por dentro todo estaba limpio, las ventanas brillaban aunque en las esquinas había telas de araña, cosa que produjo asco en las niñas, subieron unas enormes escaleras mientras un olor putrefacto empezaba a hacerse presente, las gemelas se taparon la nariz y husmearon una habitación, para ser más específicos la habitación de donde provenía aquel olor.

    Al ver lo que había dentro no pudieron evitar sorprenderse, estaba la bruja fea que había secuestrado a sus padres, la bruja Catrina estaba ante ellas. Lucy puso una cara de rencor puro y Lily agarro con fuerza la brújula.

    Una carcajada malvada se escucho— ¡Por fin podre comer carne humana, son las más sabrosas!—Exclamo muy contenta la bruja mientras mezclaba un liquido extraño en una enorme olla.

    Las niñas se asustaron a más no poder, y corrieron a otra habitación que estaba más adelante.

    ¿Quién anda allí?—Pregunto la bruja al escuchar el ruido provocado por pasos, dejo el cucharon en una mesita al lado de la olla y se dirigió a la puerta de la habitación—Ya huele delicioso—Dijo para sí misma y sonrió mientras volvía a mezclar el liquido.

    Mientras, las niñas no podían creer lo que habían encontrado. Frente a ellas y amarrados en una silla estaban Cecilia Francosteu y Antonio de la Valliere. Sus padres.

    Chillaron emocionadas y corrieron hacia ellos, Lucy se encargo de desatarlos con un conjuro y Lily de despertarlos.

    Mis niñas—Sonrió al borde del llanto mamá Cecilia, mientras se levantaba y las abrazaba.

    Que orgulloso estoy de ustedes—Dijo orgulloso papá Antonio uniéndose al abrazo.

    Un aplauso se escucho sonar en la habitación, miraron de donde provenía y era la bruja.
    Catrina, deja a mis hijas quietas—Pidió papá Antonio a la bruja.

    No cariño, esas niñas serán mi cena—Dijo estoy y se abalanzo contra ellas cuando de repente una barrera de luz cubrió a la familia dejándolos a todos ciegos por un momento.

    Cuando recuperaron la vista estaban en un verde prado, no había casa monstruosa ni bruja fea, nada, no había nada, solo un hermoso prado verde con dos gemelas abrazadas a sus padres y una brújula en el piso.

    Lucy y Lily se acercaron a la brújula que yacía rota en la grama y sonrieron entre sí.

    La brújula había activado su poder defensivo hacia su dueño, creando la barrera de luz y acabando con la bruja.

    Lucy levanto la brújula y se la mostro a su padre— ¿La podemos arreglar papá?—Papá Antonio asintió y las niñas sonrieron felices.

    Bueno, bueno, vayamos a casa—Hablo mamá Cecilia muy contenta.

    Las niñas asintieron y rieron, porque todo lo que habían vivido había sido Una Aventura Mágica
     
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