Long-fic de Inuyasha - Un sentimiento entre la Oscuridad (Sesshome)

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por MARIAANGELZ, 13 Enero 2017.

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    MARIAANGELZ

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    Título:
    Un sentimiento entre la Oscuridad (Sesshome)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1555
    Estaba feliz de que Inuyasha se encontrara al lado mío, tan feliz de que ahora estaríamos juntos para siempre. O eso es lo que creía creer, después de todo parece que su amor por mí no es tan fuerte como para olvidarla. No puede olvidarla. Además, ¿él verdaderamente sentirá amor por mí?

    Cuando voy en busca de hierbas medicinales, siempre lo encuentro mirando al árbol sagrado, con una mirada de tristeza. Un día me acerque a él y le pregunté con todo el dolor oculto en mi ser.

    — ¿todavía la amas?

    Él salió de su trance y me miró con sorpresa al verme ahí, giro su rostro hacia otro lado.

    —qué cosas dices Kagome... Yo no extraño a Kikyo, sabes que te amo a ti...

    Se acercó a mí y cuando iba a acariciar mi mejilla, yo retrocedí.

    —mientes Inuyasha... Y déjame decirte una cosa, tú no sabes mentir... —doy media vuelta y en vez de irme a la aldea, me dirijo hacia el río.

    — ¡espera Kagome! —gritó él, pero pare en seco y lo miré enojada.

    —no te me acerques Inuyasha... Abajo— y rápidamente cayó al suelo, después de eso seguí con mi camino.

    —¡¡Kagome!!

    Lo ignoré y me senté frente del arroyo, tomé una vasija del canasto donde tenía las hierbas que conseguí y lo cargo con el agua del río.

    Sabía que no sería difícil, sabía que a él le costaría olvidarla y sabía que a mí me dolería. Hoy no lloraré, ya había dejado de llorar por él, sentí que si me acercaba más a él, yo saldría más herida que antes. Tomo un sorbo de la vasija y sonrío con eso cerca de mis labios.

    A mi amiga Sango le estaba yendo muy bien con Miroku, me hubiera gustado que alguien me amara así. Siento que la angustia de la decepción de haberme enamorado de Inuyasha recorre todo mi ser, todo.

    Me quedo quieta en el lugar.

    me gustaría saber si hay un método para darle vida a Kikyo... Está claro que él no me amaría, solo soy una amiga que siempre estuvo a su lado. Sé que me dolerá pero también sé que es por mi bien, prefiero sentir el dolor ahora que sentirlo cuando él me esté besando, pensando en ella... Una forma de revivir a Kikyo, solo eso...

    Sonrío y me levanto del suelo pero me sorprendo al ver como alguien se acercaba a mí.

    —Buen día Sesshomaru —saludé con una sonrisa.

    Él solo me miró fijamente y asintió levemente.

    —Rin está jugando con Shippo en la aldea, él volvió de su entrenamiento y quiso mostrarles sus trucos nuevos a ella... — le avisé nuevamente con una sonrisa.

    —miko —habló él de repente, ladeo mi rostro a un lado.

    — ¿sucede algo Sesshomaru?

    Él no dijo nada y dio media vuelta.

    —en los últimos días hay demonios rondando el lugar, será mejor que se mantenga al cuidado...

    —sí, lo he sentido, gracias por la advertencia —y le sonrío, como últimamente siempre lo hacía cuando él venía.

    Tomo la canasta y lo sigo atrás suyo, ya que ambos íbamos al mismo lugar, pero una presencia maligna me hizo detener. Giro mi rostro hacia atrás pero ésta desapareció, vuelvo mi mirada hacia adelante y veo con el youkai había parado de caminar, iba a decir algo pero un dolor en el abdomen me saco el aliento.

    Pude ver como Sesshomaru me agarraba antes de caer y dirigía su mirada hacia atrás mío, escucho unas palabras de él y de otra persona, y después oscuridad.

    ________Salto del tiempo_______

    Siento unas voces a mi alrededor que las podía reconocer fácilmente como la de Sango, la de Miroku, pero también estaban a los que les consideraba como mis hijos, a Shippo y Rin, también estaba Inuyasha y Kaede, pero lo que me dejo helada era la voz de una mujer. Esa voz era muy parecida a la de Kikyo.

    Me muevo un poco y escucho como mis amigos empezaron a preguntarme si me encontraba bien, parpadeo, bueno siento que parpadeo, pero no veía nada, solo oscuridad.

    — ¿chicos están ahí? —pregunto un poco desorientada.

    —Si Kagome, estoy a tu lado... —era la voz de Sango, siento como una mano cálida acariciaba mi mejilla—creía que nunca ibas a despertar amiga... —y siento algo húmedo y cálido pasar por mi rostro.

    Acerco mi mano lentamente y me topo con el cabello de ella, sin despegarme de ésta, dirijo mi mano hacia donde estaba su mejilla.

    — ¿qué está pasando? —pregunté confusa.

    —estuviste inconsciente por un mes entero Kagome... Y algo pasó... —todos quedaron callados, podía sentir que era un silencio tenso.

    — ¿qué pasó Sango? —pregunté con ansiedad.

    —he vuelto a la vida —se escuchó la voz de esa mujer.

    — ¿Ki-Kikyo?

    —si soy yo... ¿Cómo? ¿No te has dado cuenta?

    Siento unos pasos hacia mí y escucho como mascullaba algo mi amiga y se alejaba, después siento la presencia de esa mujer a mi lado.

    — ¿me ves ahora Kagome?

    Acerco mi mano a mis ojos y los noto abiertos.

    —no... No te veo Kikyo...

    __________Salto del tiempo_______

    Doy un suspiro y siento como Rin se movía en mis brazos, acaricio su cabello y sonrío, podía sentir su calidez pero desgraciadamente no podía verla. Siento como ella se levanta y toma mis manos.

    —buenos días señorita Kagome...

    —buenos días Rin... ¿Has dormido bien?

    —sí, Rin durmió perfecta a su lado... Gracias por dejarme dormir hoy a su lado... Etto —un silencio incómodo entre nosotras pude sentir— lo siento...

    Me siento en el futon y con sus manos agarradas a las mías, la acerco a mí y la abrazo con dulzura.

    —no pidas disculpas Rin, muchas gracias por estar a mi lado, hoy pude dormir bien con tu compañía...

    Y era cierto, desde que me entere que ya no podía ver nada, me sentí vacía y sola, para mí me era muy difícil conciliar el sueño, no podía hacerlo porque sentía miedo de que en verdad si lo estaba.

    Algo había pasado que Kikyo había vuelto a la vida pero eso al parecer me arrebato la vista, no es que le tenga rencor por eso a ella, sino a mí misma por ser tan débil en caer tan bajo, en caer en la oscuridad de mis ojos.

    Desde ese día Inuyasha me visitaba poco, Shippo me comentaba que siempre estaba con esa mujer, me reía al sentir su enojo. Yo solo me puse feliz al sentir el amor de ambos renacer como un fénix, aunque eso me costó caro. Rin y Shippo eran mis guías cuando quería salir de la cabaña, ellos me mostraban el mejor camino para que no me tropezara. Mis amigos no querían que me alejara de la cabaña, no querían que me pasara algo.

    Siento el olor a té de la señora Kaede, segundos después siento sus manos agarrar las mías y depositar la pequeña taza.

    —gracias...

    Nos quedamos en silencio y pregunto.

    — ¿Cómo está Inuyasha y Kikyo?

    Siento como se queda callada y al parecer pensaba en la respuesta sin que me lastime. Antes de que dijera algo le dije con una sonrisa.

    —no te preocupes Kaede, yo ya sé que ahora que Kikyo está viva Inuyasha está siempre a su lado, al principio me dolió pero después me di cuenta que es lo que deseo para ambos... Sabía que nuestro amor no iba a ser como lo deseaba, lo sabía pero igual lo intente... Pero ese día de mi accidente, había pensado en un método para revivir a Kikyo, y mira ahora... Me siento feliz de que mi amigo este feliz con la persona que verdaderamente ama, yo solo quería que él fuera feliz, sino era conmigo, haría lo posible que lo fuera con ella... No importa que me digan que soy una idiota por dejar a la persona que amaba, pero tampoco lo quería hacer infeliz... ¿Entiendes?

    —es cierto que eres una joven tan pura Kagome... Sacrificaste tu felicidad por la de Inuyasha y Kikyo, eso es algo que nadie haría... Gracias Kagome...

    Le sonrío y doy un sorbo del té, un pensamiento cruza por mi cabeza.

    —ahora que recuerdo... ¿Quién me trajo aquí?

    La siento dudar pero después de unos largos segundos me responde.

    —fue el joven Sesshomaru, la trajo cargando hasta aquí, y no le importó la mirada de miedo de algunos aldeanos, él solo se acercó a mí y me entrego a usted, me dijo que fuiste atacada por algo...

    Me sorprendo y después sonrío.

    —hay a veces en que no sabes qué es lo que pasa por su cabeza...

    La escucho reír por mi comentario.

    —después venía día por medio preguntándole a Rin de tu estado...

    Me atragantó con el té y empiezo a reírme levemente.

    — ¿en serio?

    —me sorprendió mucho...

    —Kaede, a la próxima que venga me avisa... Me gustaría darle las gracias...

    —no creo que a Inuyasha le guste que hable con el joven Sesshomaru...

    — ¿y por qué?

    —cuando la trajo, Inuyasha casi armaba una pelea contra él, diciéndole que era él el que le atacó a usted...

    —ah, típico de Inuyasha.... —dejo la taza de té y me recuesto en el futon.

    'Miro' hacia el techo y pienso que me gustaría volver a ver a todos mis amigos una vez más.

    solo es un obstáculo que debo superar...

    Continuará.

    MARIAANGELZ.
     
    Última edición: 12 Abril 2017
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    quiero la conti!!!
    me gusta mucho el inicio
     
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    Un sentimiento entre la Oscuridad (Sesshome)
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    Capítulo 2: La tristeza de no ver.

    Me muevo en el futon de un lado a otro, todavía no me acostumbrada a la oscuridad. Sin saber que hacer me siento en el futon y doy un suspiro, con mis manos acaricio la madera del suelo y lentamente me levanto del colchón. Despacio camino hacia donde podía sentir el aire, sabía que se trataba de la puerta. Al llegar a esta, abro la cortina y salgo de ahí, quería despejarme e ir al río, pero sabía que con mi condición, yo llegaría dentro de un día. Doy otro suspiro y empiezo a caminar, sin darme cuenta algo me hizo caer, aprieto mis labios y después me saco las sandalias, con el pie tanteaba si había algo que me haría tropezar.

    Sigo tanteando hasta que mis pies sintieron el pasto, sonrío y estiro mis brazos hasta poder tocar un árbol. Desde ahí, empecé a agarrarme de los árboles, guiándome con el sonido del caudal, cuando siento que mis manos ya no podían alcanzar los árboles, pude deducir que ya había llegado. Me arrodillo y empiezo a gatear con mis rodillas, moviendo mis manos a los lados, hasta que estas se mojan.

    —Ya llegue —dije alegre.

    Me siento y llevo mi manos a mis pies para sacarme las medias, al hacerlo sumerjo mis pies en la fría agua. Tiemblo hasta que me acostumbro a la temperatura.

    Doy un suspiro de satisfacción, al parecer tenía que usar mis pies para poder guiarme.

    Escucho unos pasos y me quedo quieta, no sabía cómo actuar hasta que siento la presencia de alguien conocido.

    — ¿Sesshomaru? —pregunté al aire.

    Él se detuvo.

    —miko... ¿Qué haces aquí? ¿Qué pasará si te atacan?

    —Tratare de no morir, aunque no me importa eso... —lo último lo dije en un susurro.

    —Rin me contó...

    — ¿qué soy ciega?

    Él no respondió.

    —no tienes que ser considerado conmigo...

    —No lo estoy siendo... —dijo en un tono tosco.

    —bueno, bueno...

    Puedo escuchar sus pasos acercarse, después siento como se sienta a mi lado. Estuvimos unos minutos en silencio hasta que le pregunté con una sonrisa.

    — ¿Sesshomaru?

    —hump...

    — ¿cómo está el cielo nocturno hoy?

    Sabía que eso lo había tomado de sorpresa, pero al final me contesto.

    —despejado...

    — ¿y la luna se encuentra ahí?

    —no...

    —gracias... Por haberme ayudado en ese día, y por ahora...

    —no importa...

    —pero para mí importa, ahora estaría muerta capaz...

    Otros minutos de silencio.

    —sabes Sesshomaru... Me gustaría volver a ver tu rostro...

    —qué cosas dices miko... Como osas a hablarle así un youkai sanguinario como yo...

    —las cosas cambiaron mucho, antes si te temía, pero con el paso del tiempo todo cambio para todos nosotros... Ahora veo, bueno siento je, que puedes tolerar a los humanos... Ahora puedo tener una conversación contigo, Sesshomaru...

    —al parecer te has vuelto más tonta miko...

    —jaja, al parecer si...

    Doy un suspiro y vuelvo a sonreír.

    — ¿para qué has venido aquí? —pregunto después de unos segundos.

    —pasaba por aquí...

    Asiento.

    —gracias...

    —deja de agradecer miko...

    —ok, ok... —y doy una pequeña sonrisita.

    Sentí como mi cuerpo se sentía pesado, así que deduzco que el sueño estaba alcanzándome. Doy un pequeño bostezo y me levanto del suelo, lentamente y con precaución.

    —bueno Sesshomaru, me iré a dormir... Buenas noches —le digo con una sonrisa.

    Camino lentamente con mi mano derecha extendida, hasta alcanzar un árbol. Sonrío y giro mi rostro hacia donde deducía que él se encontraba.

    —nos vemos...

    Cuando iba a empezar a caminar piso mal y caigo de rodillas, frunzo el ceño y antes de levantarme siento como alguien tomo de mi brazo, levantándome del suelo.

    —que terca eres miko...

    —jeje gracias...

    Siento como tomaba de mi muñeca y acercaba mi mano hacia él.

    —toma mi hombro...

    Asiento a su orden y con la mano en su hombro empezamos a caminar. Para no sufrir otra caída, usaba mis pies para ver si encontraba un obstáculo, aunque no había ninguno, sonrío ante esto.

    —gracias Sesshomaru...

    Lo escucho suspirar y bajo la mirada un poco desanimada.

    —lo siento por molestarte Sesshomaru... Al parecer si soy una carga...

    Siento que deja de caminar, me detengo antes de chocarme con él. Cuando iba a preguntar qué es lo que pasaba, siento una caricia en mi mejilla.

    —no llores...

    Ahora me daba cuenta que lo hacía, su dedo pasaba por el trayecto que hacía mis lágrimas. No lo podía ver pero podía sentir su mirada en mí.

    —no muestres debilidad ante nadie miko... Sé que eres alguien fuerte más que nadie, no decaigas por algo así, sé que podrás superar este obstáculo...

    Me sorprendo ante sus palabras, era a la última persona que esperaba que me consolara con sus palabras, pero viendo como las cosas cambiaron, no me tengo que sorprender.

    — ¿ahora puedo decir gracias? —pregunto con una sonrisa, él aleja su mano de mí y siento que da unos pasos hacia atrás.

    —di lo que quieras...

    Siento como vuelve a tomar mi muñeca pero esta vez solo empezó a llevarme arrastrando, no bruscamente, eso le agradezco.

    —es enserio Sesshomaru... Me gustaría volver a verte... —y sonrío al ver como apretaba levemente el agarre pero lo volvía a suavizar.

    gracias...

    _________Al día siguiente__________

    Al levantarme no sentí la presencia de Kaede a mi lado, así que deducí que ya se había levantado. Me había levantado tarde por haberme quedado con Sesshomaru.

    Doy un bostezo largo y me siento en el futon, estiro mis brazos y piernas, sentía mi cuerpo adolorido. Cuando iba a levantarme escucho unas voces acercarse a la cabaña.

    —Kagomesita —rápidamente supe que era Shippo.

    —Señorita Kagome— y esa la de la pequeña Rin.

    —Sí, mis niños —dije y gire mi rostro hacia ellos.

    —Feliz cumpleaños —dijeron al unísono.

    Yo quede estática al oír eso, me había olvidado de mi cumpleaños. Hoy cumplía mis diecinueve años.

    —eh ¿señorita Kagome? —siento su manito en mi hombro, me despierto de mi ensoñación y tomo su mano para abrazarla con amor, estiró mi mano hacia Shippo.

    Él rápidamente se tira a mis brazos, apretándolos a ambos entre mis brazos.

    —gracias mis niños, gracias...

    Ellos se rieron ante las cosquillas que les empecé a hacer. Se separaron de mí y ambos tomaron mis manos, una cada una.

    —Kagomesita, venga que le vamos a dar nuestro regalo...

    Me entristeció al saber que no lo podría ver de todos modos, y al parecer ellos se habían dado cuenta de eso.

    —no hace falta que lo vea señorita... Solo venga con nosotros...

    Asiento y me levanto.

    — ¿estoy bien vestida? No quiero salir toda mal jaja.....

    Ellos se ríen conmigo y empiezan a acomodar mi kimono, cuando al parecer estaba decente, la pequeña me pidió que me arrodillara, yo lo hice y siento como ambos empezaron a tocar mi cabello suavemente, hasta que se separaron de mí.

    —Listo —dijeron al unísono.

    Ellos toman mi mano y me levantan del suelo, siento sus pisadas girar alrededor mío y les sonrío, después de su inspección ellos toman de mis manos y empiezan a jalarme, llevándome a mi regalo de cumpleaños.

    Siento como de un momento a otro, la superficie del piso cambia a una más suave, siento el viento chocar contra mi rostro y sonrío cuando mis niños hacen que me siente.

    — ¿adónde estamos? —pregunto 'mirando' hacia el frente.

    —en la pradera... Este es nuestro regalo, un día jugando con usted.

    Siento las manos pequeñas tomando las mías, entregándome algo, lo acarició y un dolor cruza mi pecho.

    — ¿cómo es? —vuelvo a preguntar, tocando la piedra.

    —es ovalada y de color blanca... La encontramos en el río y la formamos en un collar...

    Asiento ante su respuesta y después lo acerco para ponerlo en mi cuello, ubicando la piedra en el pecho.

    —gracias... —susurré con un nudo en la garganta.

    Siento sus brazos abrazarme.

    —Sabes que te amamos Kagome— habló el pequeño kitsune.

    —y que nunca la dejaremos de lado, ten eso por seguro...

    Creía que con la pérdida yo perdería cosas pero no fue así, si perdí a Inuyasha pero el amor de mis niños y mis amigos son lo mejor. Ese vacío seguía en mi pecho pero gracias a ellos este empezó a cesar. Mi cumpleaños número diecinueve. Gracias por estar a mi lado.

    Las horas pasaron hasta que siento unos pasos venir hacia nosotros, no me preocupe ya que sabía quién era.

    —Sesshomaru —dije con una sonrisa.

    —Amo Sesshomaru —habló la niña, corriendo hacia su amo, como siempre lo hace.

    —Buenas tardes Sesshomaru-sama— saludó el pequeño zorro.

    — ¿qué te trae por aquí Sesshomaru? —pregunté.

    Él no responde enseguida pero lo hace.

    —demonios...

    Frunzo el ceño y muerdo mi labio inferior.

    — ¿otra vez?

    —Si —afirma.

    —niños lo mejor será...

    —no... —me corto éste.

    — ¿eh?

    —yo voy a vigilar los alrededores... Manténganse aquí y no se muevan... —siento sus pasos y su presencia alejarse.

    Levanto mi mano y con una pequeña sonrisa le digo.

    —muchas gracias Sesshomaru... Una vez más...

    Su presencia no se alejó tanto, se mantenía en los alrededores, como lo había prometido.

    Las manos de mis niños apretaron las mías, bajo mi rostro hacia ellos y les sonrío, lentamente vuelvo a sentarme y volver a ser coronas de flores, tocando cuidadosamente y recibiendo ayuda de ellos.

    después de todo hoy es mi cumpleaños y no tengo que preocuparme...

    Continuará.
     
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    Estrella Cabrera

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    La verdad me gustó mucho... Sigue así, espero la continuación...
     
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