Un mundo donde estés presente [NaruHina, Sasusaku]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Bella Scullw, 3 Enero 2012.

  1.  
    Bella Scullw

    Bella Scullw Guest

    Título:
    Un mundo donde estés presente [NaruHina, Sasusaku]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2955
    Disclaimer: Todos los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto
    Autor: Bella Scullw
    Género: Family/Romance
    Resumen: Naruto, Hinata, Sakura y Sasuke miraron con creciente incredulidad a Mikoto y Fugaku Uchiha, a Hana,Hiashi e Hizashi Hyuga y a Kushina Uzumaki y Minato Namikaze de unos diecisiete años... por increíble que pareciera habían viajado al pasado
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    Prólogo
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    Jadearon una vez más. Los ojos rojos de Naruto se estrecharon, en su mano derecha comenzó a formarse el Rasengan, tenía varios huesos rotos al igual que varios cortes y el chakra muy agotado, sin contar con que estaba utilizando de forma indiscriminada el chakra del Kyūbi en el modo sennin y eso le podía costar la vida, pero al parecer eso poco le importaba. Solo miraba con algo de rabia y desolación al que alguna vez considero su mejor amigo, su hermano.
    Sasuke tenía el Mangekyō Sharingan activado, y en su mano izquierda comenzaba a formarse el Chidori, ahora con los ojos de Itachi había alcanzado la perfección en su Dōjutsu, aunque no estaba ileso, la batalla contra Naruto también le había dejado varios huesos rotos y el chakra ligeramente agotado, dado el hecho de que él no había peleado en la guerra ninja, como Naruto si había hecho.
    Pero su resolución de destruir Konoha estaba más firme que nunca, nada le haría cambiar de decisión, ni el rubio al que alguna consideró un hermano, ni la chica de cabello rosa que los veía a lo lejos con lágrimas en los ojos mientras se encargaba de curar con chakra curativo a la heredera del clan Hyuga, misma que había recibido un ataque dirigido a Naruto, tenía que admitir que antes de abandonar Konoha había llegado a apreciarla como a una amiga y quizá algo mas, pero ya no, eso se había acabado. Ahora solo vivía para vengar a su clan.
    Y por eso Naruto Uzumaki y Sakura Haruno deberían morir ese día, porque eran los únicos a los que alguna vez quiso, y eran los únicos que se interponían en su venganza.
    Peleaban en el medio de la nada, y al mismo tiempo en medio del lugar más importante, donde cientos de ninjas habían dejado sus vidas allí para que Madara no destruyera el mundo ninja al capturar al resto de los bijus.
    —Esto es el fin, Sasuke —dijo Naruto con seriedad. —No me dejas otra opción, para que el mundo ninja tenga paz, tú debes morir.
    El Uchiha sonrió con arrogancia y crueldad.
    —Curioso, pienso lo mismo, para que yo pueda cumplir mi venganza y destruir Konoha tú debes morir.
    Naruto entrecerró los ojos con dolor, su mirada paseó por los cadáveres de Kakashi, Ino, Shikamaru, Neji, Tenten, Gaara, Bee y otros tantos ninjas que Sasuke había asesinado ante sus ojos antes de que comenzaran su pelea. Eso definitivamente no se lo perdonaría nunca.
    Nunca.
    Los dos se miraron una última vez y al mismo tiempo se lanzaron sobre el otro, para acabar de una buena vez, todo. Sakura y Hinata gritaron, levantándose e ignorando las heridas que Sasuke había causado en ambas, con dificultad llegaron hasta donde los dos chicos estaban a punto de matarse y al mismo tiempo que Hinata activo su Byakugan, Sakura utilizó una de las técnicas de los Senju que su maestra le había enseñado.
    La combinación del Sharingan de Sasuke, el Byakugan de Hinata, el (sorprendentemente) Rin’negan de Naruto que logró activar al ser un Uzumaki cuando vio a Kakashi morir, los envolvió en una fuerte luz. Sakura cerró los ojos mientras sentía como ella al igual que los otros tres estaban siendo arrastrados por esa explosión de poder de los tres Dōjutsu, el chakra dorado que emanaba de sus manos se mezcló con esa luz, y mientras eran arrastrados a quien sabe dónde, solo deseo por un momento, alejarse de ahí. Demostrarle a Sasuke que no tenía que destruir el lugar donde había nacido. Deseo que por un instante, todo fuera diferente. Que no estuvieran en medio de la cuarta guerra ninja.
    El deseo de tu corazón.
    Eso era lo que su maestra le había dicho cuando le enseño el jutsu de los Senju. Ni Hinata, ni Naruto, ni Sasuke, ni ella, ni nadie, ninguno de merecía la situación en la que estaban. Ellos tres habían crecido prácticamente sin padres, ella los había perdido cuando tenía catorce. Si tuvieran una oportunidad, solo una de cambiar la historia. Donde Sasuke se diera cuenta de que la venganza no lo era todo, donde Naruto pudiera conocer a sus padres y ser feliz.
    Un mundo donde ellos estuvieran presentes. Donde no hubiera guerra, un deseo convertido en realidad. Donde hubiera una alternativa más que el matarse los unos a otros.
    Y entonces mientras gritaban, la luz se extinguió, y ellos desaparecieron.
    — ¡SAKURA! ¡NARUTO! ¡HINATA! —gritó Tsunade incrédula.
    No le interesaba lo que le pasaba a Sasuke, después de todo por él y su clan todos estaban en esa situación, en medio de la guerra donde con sangre se había pagado el precio de la venganza del maldito clan Uchiha.
    Cayó al suelo de rodillas, la que consideraba una hija, el héroe y la chica Hyuga habían desaparecido frente a sus ojos.
    ¿Dónde….estaban?
    .
    ~o~
    .
    PUM.
    Los aldeanos de Konoha alzaron las cejas al escuchar la tercera explosión en lo que iba del día, y eso que apenas eran las diez de la mañana. Seguramente tenía que ver otra vez con ellos, todos los días era lo mismo así que ya estaban acostumbrados, simplemente sacudieron sus cabezas y volvieron a sus labores cotidianas.
    En Ichiraku ramen, Teuchi sonrió, mientras preparaba el ramen a la imponente rubia que se lo había pedido.
    —Otra vez esos mocosos —murmuró con resignación.
    —Kushina siempre ha sido así, Tsunade-sama —dijo el hombre con diversión, poniendo el bol de ramen delante de la sannin. —Además creo que dijo que quería probar su nueva técnica con Fugaku.
    Una gota resbaló por la nuca de Tsunade.
    — ¿Qué no era hoy la cita de Mikoto y Fugaku?
    Teuchi asintió tranquilamente.
    —Por eso eligió este día.
    La rubia le miró con mas gotas en la cabeza, como se notaba que a Kushina le encantaba hacerle la vida de cuadritos a Fugaku, en ninguna de las citas que tenia con Mikoto podían estar en paz sin que la pelirroja interviniera. Y ni siquiera el hecho de que Fugaku había pedido a Minato que controlara un poco más a su novia había servido de mucho.
    —Vaya, Kushina si que no pierde tiempo —dijo Jiraiya sentándose al lado de su amiga y pidiendo ramen.
    Los dos se encogieron de hombros.
    — ¡Me las vas a pagar Fugaku-baka `ttebane!
    Voltearon con los fideos en la boca, justo para ver como Fugaku pasaba corriendo por su lado, y tras él, Kushina persiguiéndole, rodeada de un aura que prometía verdadero dolor. Tras ellos dos venían, Minato, Hana, Mikoto, Hiashi y Hizashi tratando de que la pelirroja no matara al Uchiha.
    — ¡Kushina, no te atrevas a tocar a Fugaku! —Chilló Mikoto — ¡No es justo que me dejes sin novio!
    — ¡No te metas en problemas, Kushina! —le gritó Hana, suspirando con resignación.
    Minato solo corría, la verdad estaba seguro, que su novia atraparía a su amigo y le daría la paliza de su vida, como siempre. Además ya estaban acostumbrados a eso, Kushina nunca mataba a Fugaku, lo máximo que hacía era romperle unos cuantos huesos. Hiashi solo bufaba, mientras que Hizashi se lo pasaba en grande viendo como su amiga iba tras Fugaku.
    Los sannin se quedaron mirando un rato mas la escena, el rastro de humo que habían dejado tras su carrera estaba desapareciendo. Al minuto siguiente se miraron y volvieron a su comida, en unos minutos traerían a Fugaku para que la sannin lo curara.
    Eso era rutina ya.
    La pelirroja gruñó levemente, sus ojos normalmente morados ya estan cambiando a rojos con las pupilas alargadas, mientras oía como el Kyūbi se quejaba de que no dejaba dormir en paz, se limitó a ignorarlos. Tenía que alcanzar a ese amargado y cobrarse lo que le hizo. Eso no se quedaría así.
    Claro que no, como que era Kushina Uzumaki. ¡La habanera sangrienta! Una de las mejores ninjas de Konoha con tan solo diecisiete años, definitivamente ese amargado de Fugaku-baka no le iba a ganar.
    — ¡Deja de joder, Uzumaki! —gritó Fugaku acelerando la carrera, ya estaban casi en las puertas de Konoha, y los ninjas que la vigilaban los miraron con sonrisas divertidas y sin preocupación. No intervinieron, nadie que valorara su vida un poco osaría meterse en el camino de la pelirroja.
    Kushina bufó y con una sonrisa maliciosa, se tiró sobre el Uchiha, los dos perdiéndose en una nube de humo, polvo y golpes. Los otros se detuvieron a tiempo, para quedarse parados y escuchar con una gota resbalando por sus nucas, los gritos de Kushina y las maldiciones y quejidos de Fugaku.
    Y entonces, a las afueras de las puertas de Konoha, algo explotó.
    Kushina dejo de golpear a Fugaku y levantó la mirada sorprendida, para enfocarla al lugar, a unos metros de ella y los demás, donde había sido la explosión, una espesa nube de humo obstruía la visión. Nadie dio importancia al hecho de que la pelirroja tenía un pie sobre la espalda del Uchiha, mientras le cogía de los brazos y tiraba de ellos hacia atrás, ni siquiera Fugaku tomó importancia de ese hecho, con el rostro lleno de moretones y raspones miró hacia ese lugar con el Sharingan activado.
    Minato había sacado un kunai, mientras se preparaba, los ninjas que cuidaban las puertas estaban avisando a los ANBUS, tenían que avisar al Hokage en caso de que fuera un ataque contra Konoha. Mikoto activo su Sharingan.
    — ¡Byakugan! —gritaron al mismo tiempo Hiashi, Hizashi y Hana.
    Kushina ladeó la cabeza, sin soltar en ningún momento a Fugaku, sus ojos que ya habían estado regresando a la normalidad volvieron a ponerse rojos. — ¿Qué ven? —preguntó a los tres Hyuga.
    Hana le miró con confusión.
    —Hay cuatro chicos ahí. Desmayados. —contestó.
    —Puede ser una trampa —dijo Minato seriamente.
    Los demás asintieron, en pocos minutos, seguro se le unirían los ANBUS. Esperaron pacientemente, cuando al fin el polvo y humo se dispersaron pudieron ver a cuatro muchachos en el suelo, dos mujeres y dos hombres. Las chicas estaban vestidas con trajes ninjas, con chalecos antibalas, como si estuvieran en medio de la guerra…una tenía el cabello rosa y la otra el cabello negro azulado, no debían pasar de los dieciséis años. Los chicos a sus lados debían tener la misma edad. Uno era rubio y el otro pelinegro.
    Lo que tenían en común los cuatro era que estaban hechos, un desastre.
    ¿Acaso habían sido atacados? ¿Era una trampa?
    —Miren sus bandanas —susurró Mikoto. —“Armada Shinobi” —leyó. Y fruncieron el ceño al ver que él rubio tenía una bandana de Konoha, pero…nunca antes le habían visto.
    ¿Qué rayos sucedía?
    Entonces comenzaron a moverse entre gemidos de dolor, se tensaron al instante mientras esperaban el ataque o lo que fuera que tenía que suceder. Los cuatro abrieron los ojos al mismo tiempo y se levantaron también sorprendidos y alertas, incluso Sasuke, estaban tan confundidos que se habían olvidado que minutos antes habían estado en medio de la cuarta guerra ninja.
    Los ojos azules de Naruto se toparon con los de Minato y entonces retrocedió, sin creérselo. Era imposible.
    — ¿Quiénes sois vosotros? —inquirió Kushina bruscamente, dejando por fin de sujetar los brazos del Uchiha, pero sin dejar de pisar su espalda, de hecho se irguió un poco más para verlos, haciendo que Fugaku se hundiera bajo su peso. El Uchiha tenía una vena hinchada en la frente, Kushina estaba caminando sobre él — ¿Qué no han escuchado? —inquirió furiosa, pisando en la cabeza a Fugaku antes de volver al suelo.
    Mikoto le dirigió una mirada fulminante a su amiga, antes de ir en auxilio de su novio.
    —Fugaku ¿Estás bien?
    —Hmp —“dijo” el Uchiha antes de levantarse.
    Sasuke miró con el Sharingan activado, furioso. Eso era demasiado. Jugar así….con sus padres.
    — ¡¿Qué mierda es esto?! —Gritó cogiendo a Naruto de las solapas y señalando en dirección a donde estaban los otros — ¿A qué estás jugando? ¡Esto es demasiado!
    — ¡Cierra la boca, dattebayo! —Le gritó Naruto tan enojado y furioso como él, sus ojos se dirigían de Minato a Kushina — ¡No se qué está pasando!
    Sakura apretó los puños, estaba casi segura de que ese chico rubio, no era otro que Yondaime Hokage, pero más joven, pero….se suponía que había muerto dieciséis años atrás el día que protegió a Konoha del Kyūbi y lo selló en Naruto. Hinata estaba tan confundida como los demás, lo que veían detrás de esos ninjas de Konoha (por lo menos por la bandana que llevaban) era su aldea, pero estaba intacta, y era algo imposible, el ataque de Pein había dejado a la aldea destrozada, y apenas se habían estado recuperando cuando fueron a la guerra.
    Y pensando en la guerra…. ¿Qué había pasado?
    — ¡Los que exigimos una explicación aquí, somos nosotros `ttebane! —Chilló la Uzumaki, harta de ver a esos dos chicos pelear —si son enemigos de Konoha, de aquí no pasan. ¡Como que me llamo Kushina Uzumaki!
    Ellos parpadearon.
    —Uzumaki —repitieron. ¿Era familiar de Naruto?
    Sakura dio un paso al frente. En ese momento no importaba que Sasuke fuera su enemigo, lo que importaba era donde estaban, era obvio que era Konoha y no estaban en genjutsu. ¿Qué rayos estaba pasando? ¿Por qué Naruto y Sasuke daban miradas llenas de resentimiento y anhelo al mismo tiempo a esas personas que no conocían?
    — ¿Quién eres tú? —Dijo Fugaku fríamente a Sasuke al ver el Sharingan —el Sharingan es el Dōjutsu único de los Uchihas. No mereces llevarlo.
    Sasuke le lanzó una mirada mordaz.
    —En eso tienes razón, nadie que no sea un Uchiha merece llevar el Sharingan…. ¿Quién eres tú? Yo soy el único Uchiha vivo. —era una ilusión, era….cualquier cosa, pero menos lo que se imaginaba. ¡El no podía ser su padre! Todo su clan estaba muerto.
    Mikoto le dirigió una mirada sorprendida.
    —No digas tonterías, el clan Uchiha junto al Hyuga, es uno de los más poderosos del mundo ninja y de Konoha. ¿Cómo vas a ser el único? De hecho nunca te he visto aquí.
    — ¿Quiénes son ustedes? —interrumpió Sakura, antes de que los demás metieran la pata mas. — ¿Quién es el Hokage?
    Kushina frunció el ceño.
    — ¿Cómo que quien es el Hokage? Todos saben quién es el Hokage `ttebane.
    —Sarutobi Hiruzen —dijo Minato tranquilamente, aún inspeccionándolos —soy Minato Namikaze.
    —Kushina Uzumaki —dijo la pelirroja de mala gana, al ver que su novio se presentaba.
    —Hana Hyuga —dijo la ojiperla sonriéndoles, pero también manteniéndose recelosa—ellos son Hiashi y Hizashi Hyuga —señaló a los chicos que estaban a cada lado de ellos, era obvio que no se presentarían.
    —Mikoto Uchiha y él es Fugaku Uchiha —señaló a su novio la pelinegra —Ahora es su turno.
    Hinata miró a la que decía ser su madre sin entender. ¿Qué estaba pasando? Su madre había muerto cuando ella tenía ocho años. Era imposible, y además ellos se veían como de su edad. Naruto y Sasuke estaban sin habla.
    Y justo entonces detrás de ellos, aparecieron varios ANBUS, flanqueando al Hokage, mucho más joven de lo que ellos recordaban, y a al lado de él, los tres legendarios sannin.
    Sakura intercambió miradas con Hinata, ya que parecía que ni Naruto ni Sasuke reaccionarían. Oh, al parecer….no era una ilusión.
    Miraron con creciente incredulidad a Mikoto y Fugaku Uchiha, a Hana, Hiashi y Hizashi Hyuga y a Kushina Uzumaki y Minato Namikaze de unos diecisiete años…por increíble que pareciera de un modo u otro habían viajado al pasado.
    Oh, oh….estaban en problemas.
    .​
    Espero les guste...^^
     
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  2.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Título:
    Un mundo donde estés presente [NaruHina, Sasusaku]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    124
    Hola!
    Soy una fan de esta historia:D , ya que la tienes empezada en otro sitio y por eso se de que trata XD. Tu historia me gusta mucho y tiene una buena trama. En el prologo no he visto ningún fallo ortográfico. Me gusta que Naruto, Hinata, Sakura hayan viajado al pasado, aunque todavía no se sabe porque. Me encanta como trata Kushina a Fugaku, esas partes son muy graciosas. Pobre que caras se les habra quedado a Hinata, a Naruto y a Sasuke al ver a sus padres, sobretodo a los dos últimos, porque han vivido casi toda su vida solos en el caso de Sasuke y en el caso de Naruto toda su vida.
    Avísame cuando este la conti. Porfa!
    Adiós!! =)
     
  3.  
    Bonita Lokita

    Bonita Lokita Usuario común

    Acuario
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    10 Enero 2011
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    OJAYO-!!!!!!!!!!!!!!!!! ESPECTACULAR!! BUENA TRAMA!!!! GENIALTODO!!!
    ola! boinitanlokita crazy of madara alias la funny llego!!
    esto esta demagnific. es increible, me as maravillado completamente,
    JAJAJAJA Kushina y fugaku no se llevan bien ni a los 17 años jajajja.... de tal madre tal hijo.... jajaja que rivalidad de erencia... jajaj camina junto con el jajaja... eso me da demasiada risa...
    Kushina y NARUTO SI Q SE PARECEN!! desesperados ¬o¬
    los gemelos nadamas se hechaban la botana jajajaja.... conque el reservado era Hiashi?? lo frio no se kita ni con la edad ¬¬
    jajaj Mikoto jajaja... es lo unico que le importaba?? jajjaja el que no lo dejara sin novio jajajaja... es comico , realmente comico...
    los sanin siguen juntos eh? interesante interesante...
    ver a tus padres jovenes es de lo peor... mas cuando quedaste huerfano... Sasuke tiene derecho de enojarse y muy buen plan...
    un minuto.... Sasuke no aprovechara y destruira antes la aldea??? que cosas... me dejas mucho en que pensar
    como que HInata y sakura son las unicas que razonaron la situacion ¬.¬
    jajaj no se.... todo me a parecido unico.... me aimprecionado cada detalle que le diste, desde la guerra LOS DIALOGOS QUE UTLLISISASTE FUERON BUENOS... conque HInata se volvio a sacrificar... que bonito *~*
    jzjajjajaja de verdad te diria de todo poero tardaria jajaja... porfavor pido que me avices de la continuacion, esto esta para saborear *~*
    ATTE: I'm my tiguer creazy loka,loka,loka
     
  4.  
    Bella Scullw

    Bella Scullw Guest

    Título:
    Un mundo donde estés presente [NaruHina, Sasusaku]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    4309
    Aunque no lo entiendas​
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    Sakura supo al instante que estaban en serios problemas, si realmente estaban en el pasado era muy peligroso, podrían cambiar su futuro….aunque viendo las cosas como estaban no tenían nada que añorar del infierno que les esperaba al volver a la cuarta guerra ninja. Si estaban en el pasado, a pesar de lo riesgoso que podía ser podrían cambiarlo y de esa forma reconstruir el futuro.
    — ¿Quién son y cuáles son sus intenciones en Konoha? —dijo el Hokage con tranquilidad, fumando de su pipa como siempre.
    Ninguno contestó.
    Las mentes de Naruto y Sasuke eran una revolución, porque fuera una ilusión, o un viaje en el tiempo o lo que fuere, estaban viendo a sus padres después de mucho tiempo, especialmente para el rubio que solo los había conocido a través de sus memorias cuando estuvo en graves problemas para controlar el Kyūbi.
    — ¿Es que no han escuchado, niñatos? —reclamó Tsunade frunciendo el ceño, mientras les miraba con recelo.
    Dio un paso delante de forma inconsciente, les sacaría la verdad incluso aunque fuera a golpes, pero cuando se movió Jiraiya y Orochimaru lo hicieron con ella, como siempre. Contuvo las ganas de bufar, esos dos siempre estaban protegiéndola, como si fuera de porcelana. ¡También formaba parte de los sannin! ¡No era débil!
    —No intervengan —ordenó el Hokage.
    —Pero, sensei…—comenzó la rubia protestando.
    —Soy Sakura Haruno —interrumpió la pelirosa rápidamente, si dejaba que su maestra siguiera hablando se meterían en más problemas, la conocía lo suficiente para saber que no confiaba en nadie y de ser posible en ese mismo momento ya estuviera atacándoles para sacarles la verdad. Se le hacía raro verla ahí, más joven de lo que recordaba, porque incluso aunque usara ese jutsu de juventud era fácil darse cuenta de que en ese tiempo era realmente joven y en su frente llevaba la bandana de Konoha, seguramente aún no había desarrollado su jutsu de regeneración.
    Tenía entendido que no lo haría hasta la muerte de Dan, después de la tercera guerra ninja.
    —Viejo, Tsunade-sensei tiene razón —exclamó Kushina interviniendo, sus ojos aún seguían rojos — ¡No podemos confiar en ellos!
    La voz de su madre, hizo que Naruto volviera a la realidad.
    — ¡Nosotros jamás atacaríamos Konoha, dattebayo! —chilló indignado.
    — ¡Nadie ha dicho que hables, `ttebane!
    Hinata miró de uno a otra parpadeando confusa, eran tan….parecidos. No solo por el apellido que por alguna extraña razón compartían, si no por las energías que parecían irradiar, aquella energía cálida e hiperactiva, además del brillo de la mirada, aunque claro la azul de Naruto estaba siendo nublada por el dolor de las perdidas en la guerra.
    —Kushina, cálmate —pidió Minato suavemente.
    — ¡No me calmo! —chilló cruzando de brazos y inflando las mejillas en gesto de fastidio. Ignorando momentáneamente a los intrusos, Tsunade sonrió a su discípula preferida antes de volver a fulminar a esos desconocidos.
    —Por una vez en la vida hazle caso a Minato, Uzumaki —bufó Fugaku con altanareria.
    — ¿Y a ti quien te ha dado vela en este entierro, Fugaku-baka? —le acusó la pelirroja, avanzado para darle una patada, que ya por la experiencia el Uchiha esquivó mientras le daba una mirada de superioridad.
    — ¡Basta! —dijo el Hokage, callándolos a todos y mirando fijamente a los desconocidos, sus ojos se concentraron en el parecido de aquel rubio con Minato, en el parecido de aquella chica de ojos perlas característicos de los Hyuga con Hana, en el Dōjutsu del pelinegro y finalmente en la pelirosa, ella no tenía nada en común con los chicos.
    Pero había algo, el dolor reflejado en la mirada de los tres primeros era explicito, al igual que el odio y deseo de sangre en los ojos rojos del pelinegro.
    —Sakura Haruno —dijo — ¿De donde son? ¿Cuáles son sus intenciones aquí?
    La pelirosa suspiró, no tenia caso mentir. Después de todo, no es como si tuvieran grandes pistas de lo que debían hacer y en todo caso les sacarían la verdad más temprano que tarde, porque si no le fallaba la memoria estaban en la época de oro de Konoha. En ese tiempo los ninjas más habilidosos, temidos, respetados y poderosos del mundo Shinobi se encontraban en la aldea.
    Los sannin legendarios.
    El rayo amarillo de Konoha, futuro Yondaime Hokage.
    —Primero una cosa… ¿Cuántos años tienes? —miró a Minato.
    —Diecisiete —contestó el joven sorprendido.
    —Bien, me llamo Sakura Haruno como ya dije, soy chunin y medic-nin de Konoha, alumna de Godaime Hokage…. —todos ensancharon los ojos ante esa información… ¿Godaime Hokage? Pero si apenas estaban en Sandaime —y junto a ellos —señaló a Naruto, Hinata y Sasuke — venimos de aproximadamente veinte años en el futuro, justo en medio de la cuarta gran guerra ninja. —murmuró después de sacar cuentas al saber la edad del Yondaime.
    Un silencio furibundo e incrédulo siguió a sus palabras.
    .​
    ~o~​
    .​
    — ¡¿Por qué tenemos que esperar `ttebane? —Gritó Kushina dando un golpe al árbol más cercano a ella, que se estremeció ante su impacto y furia — ¡No es justo! ¡Quiero saber quiénes son!
    Los demás rodaron los ojos. Kushina siempre era tan alterada y brusca. Ignorándola, excepto claro Minato, desviaron la mirada a la torre del Hokage donde en ese momento estaban hablando esos cuatro chicos con el Sandaime. En cuanto anunciaron que venían del futuro el Hokage se los llevó.
    ¿Acaso decían la verdad?
    Sonaba…ridículo solo en pensarlo. Pero…sus ojos, el dolor en los ojos de aquellos chicos era notorio, no creían que mintieran en el hecho de que estaban en una guerra…pero ¿La cuarta gran guerra? Ni siquiera tenían la tercera guerra, gracias a Dios.
    — ¿Creen que es verdad lo que dicen? —preguntó Hana ladeando la cabeza con curiosidad. No sabía porque, pero en cuanto vio a aquella chica de cabello azul y ojos perlas, tan parecida a ella sintió algo extraño, algo que no había sentido nunca, un sentimiento de protección y ternura se instaló en su pecho cuando la vio a los ojos, quería borrar la tristeza y dolor que se veían en ellos, abrazarle y decirle que todo estaría bien.
    Mikoto suspiró.
    —Suena….ridículo —dijo contrariada —pero…no hay otra explicación. ¿Vieron sus ojos? El chico de cabello negro tenía el Sharingan, pero en un nivel que no había visto nunca, y la chica de cabello azul tiene el Byakugan.
    Si, en eso tenía razón. Mucha razón.
    En realidad la Uchiha estaba contrariada mas por las palabras que recordaba dijo ese chico, el hecho de que él era el único Uchiha, ¿Qué había pasado? Su clan no solo era poderoso y temido si no también uno de los más grandes que existían. Era ridículo que se hubiera extinguido, incluso aunque estuvieran en una guerra, era imposible. Y esos ojos, esos oscuros ojos llenos de odio y resentimiento. Nunca había visto una mirada tan fría y despiadada, ni siquiera en sus enemigos. Ese chico que le inspiraba un sentimiento de protección grande tenía el alma vacía y rota. ¿Qué había sucedido?
    —Sandaime nos dirá que pasa, seguro —comentó Fugaku tranquilamente.
    —Tiene que explicarnos —concordó Hiashi —dos de esos chicos forman parte de nuestros clanes.
    —Claro, a sus majestades les gusta estar informados de todo —se burló Hizashi.
    Los dos primeros le fruncieron el ceño.
    —Tienes razón, Hiza-chan `ttebane —dijo Kushina interrumpiendo lo que sea que fuere a decir el Uchiha —de algo sirve que estos amargados sean nuestros amigos.
    Fugaku y Hiashi miraron con una vena hinchada en la frente a la pelirroja, pero no dijeron nada, no tenían ganas de dar otro paseíto por Konoha corriendo con la Uzumaki detrás de ellos, en especial porque se notaba que estaba nerviosa y frustrada y buscaría cualquier excusa para desquitarse con ellos, como siempre. Qué suerte tenia Hizashi, al ser el amigo de Kushina, ella nunca le hacía nada. A los únicos a los que correteaba eran a ellos.
    — ¿Y no dices nada, Minato? —Dijo Mikoto — ¿Qué piensas sobre esos chicos?
    El rubio que hasta ese momento se había mantenido en silencio, se encogió de hombros. Estaba pensativo, lo que era algo normal después de lo que acababan de saber, le inquietaba mucho el chico rubio, no sabía porque, pero sentía que lo conocía, como si lo hubiera visto en algún otro lugar. Algo extraño, dado que según lo que ellos decían venían del futuro.
    —La verdad no se qué pensar —musitó intranquilo.
    —Vaya, es la primera vez que no tienes ninguna teoría, genio —dijo Fugaku con las cejas arqueadas.
    Minato le ignoró.
    — ¿De qué tanto hablaran? —cuestionó la Uzumaki frustrada.
    —Quien sabe —dijo Fugaku sin interés.
    Kushina gruñó, estaba que se comía las uñas de los nervios, así que para desquitarse un poco decidió que era hora de volver a su rutina favorita del día: o sea molestar a Fugaku y Hiashi. Se volvió hacia ellos con una sonrisa maliciosa, mientras el Kyūbi se reía ante la cara que habían puesto los genios malhumorados al darse cuenta de lo que les esperaba.
    Oh, eso iba a ser algo divertido.
    .​
    ~o~​
    .​
    Sonrió con nostalgia.
    Apenas y podía creer lo que pasaba. Hinata a su lado, se removió con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes al ver a esa joven de cabello azul de estatura bajita que estaba junto a los dos gemelos.
    —Mamá —oyó que decía en un susurro anhelante.
    Él por su parte dirigió sus ojos azules al lugar donde estaba la chica de cabello rojo que perseguía a dos chicos mientras uno de los gemelos Hyuga se revolcaba en el suelo de la risa ante el espectáculo. Su madre sí que era de temer. Mientras que su padre estaba cruzado de brazos y suspirando con resignación.
    —Entonces no tienen idea de cómo llegaron aquí —dijo el Hokage interrumpiendo los pensamientos de Naruto.
    El rubio se volvió a mirar al tercero, apenas y podía creer que realmente estaban en el pasado, no se acostumbraba a verlo, era algo increíble. Él y los demás se encontraban en el despacho, Sasuke no había dicho nada aún, ni protestado cuando tuvieron que decir todo de ellos para que el hombre les creyera. Afortunadamente habían logrado que los sannin no escucharan nada ya que no confiaban en Orochimaru, en su tiempo era un enemigo de Konoha.
    —No, Hokage-sama —dijo Sakura con la mirada gacha.
    La pelirosa estaba sentada al frente del Hokage, Sasuke estaba apoyado contra la puerta con la mirada perdida, Naruto y Hinata estaban al lado de la ventana mirando todo lo que hacían sus padres y sus amigos. Era extraño verlos tan jóvenes, riendo como cualquier persona normal….vivos.
    Pero no solo era extraño, también era dificil y doloroso.
    Estaban acostumbrados a esa ausencia y de la nada verlos jóvenes y con vida era un golpe grandísimo, si no Sasuke no estuviera de esa forma, incluso pareciera que había olvidado que quería destruir Konoha y eso que tenía la oportunidad perfecta.
    Sandaime suspiró, eso sí que era dificil. Esos cuatro chicos del futuro… ¿Qué iba hacer con ellos? Le habían dicho quienes eran, su rango, todo lo que lo que necesitaba saber para creerles…el problema era que no podía enviarlos a su tiempo a menos que supiera cómo habían llegado allí. Y tenían que actuar rápido o cambiarían toda la historia, lo que a juzgar por la mirada desolada de los cuatro no sería nada malo para ellos.
    Pero no, no podían cambiar el pasado, correrían demasiados riesgos.
    —Konoha está igual a como estaba antes de que Pein la destruyera `ttebayo —dijo Naruto con añoranza.
    — ¿Qué Konoha qué? —casi gritó el Hokage, mientras la pipa se le caía de las manos y chocaba contra el suelo, resonando con fuerza en medio de aquel silencio.
    Naruto se había tapado la boca, pero ya era demasiado tarde.
    —Destruida —repitió Sarutobi incrédulo. Comenzaba a pensar que no sería mala idea cambiar algo, pero del futuro.
    —Hokage-sama —llamó la Kunoichi de cabello rosa en un suspiro —Se que sería riesgoso, pero…—miró a Sasuke, después a Naruto y por último a Hinata — ¿No podríamos cambiar la historia aunque sea un poco?
    —No —dijo con firmeza el hombre —demasiado peligroso.
    —Demasiado peligroso —repitió Sasuke con frialdad, era la primera vez que hablaba, sus ojos rojos producto del Sharingan que no podía desactivar miraban con ira al tercero —usted no tiene ni idea del infierno que es el futuro. ¡No tiene idea!
    —Un infierno que tú has escogido seguir e incrementar, Sasuke-kun —murmuró Sakura con frialdad. Lo amaba, si, y no podía matarlo. Y si, quería que él olvidara la venganza y volviera a ser el mismo de antes, incluso después de lo que había hecho, pero no podía olvidar los rostros de sus amigos cuando Sasuke los mató ante sus ojos.
    Nunca lo olvidaría, y mucho menos el rostro de Kakashi-sensei cuando cayó muerto al suelo, y la risa sádica de Sasuke resonar en su mente.
    Devuélveme a Itachi, devuélveme a mi madre…y a mi padre…. ¡Y a todo mi clan! ¡Tráelos de vuelta! ¡Y entonces podremos hablar!
    Las palabras que Sasuke había dicho el día que intento matarla, irónico, ahora podían cumplir con lo que él exigía, y tal vez lograrían tener una conversación en la que él no intentara matarlos.
    —Todos estan vivos —dijo Naruto lentamente —mi madre, mi padre. Los suyos… nuestro futuro es un asco, sería fantástico tener una oportunidad de cambiar todo, dattebayo. Pero Sasuke… ¿No que querías destruir Konoha?
    —Mis padres, mi clan. Estan vivos —contestó el Uchiha menor con frialdad.
    — ¿Tus padres, Naruto? —Dijo Sakura sorprendida — ¿Acaso…?
    —Sí, se quienes son, Sakura-chan —miró a la ventana y rió.
    Curiosos se acercaron para ver qué pasaba, el Hokage no se sorprendió al ver que miraba en dirección de Minato y Kushina, solo con verlo era obvio que era una copia del Namikaze, pero más parecido en carácter a la pelirroja, aunque no entendía porque llevaba el apellido de Kushina.
    Lo que vieron les sorprendió, Sasuke quedo absorto viendo los rostros jóvenes de sus padres, tan diferentes a lo recordaba en su niñez, su madre siempre había sido dulce y tranquila, algo enojona pero siempre demasiado caprichosa; su padre en cambio fue duro y frio, serio y casi nunca sonreía. Lo que veía ahí era completamente diferente a lo que suponía que debía ser, su madre reía mientras daba saltos y gritaba quien sabe que, su padre estaba siendo perseguido por esa pelirroja escandalosa, pero se notaba que se estaba divirtiendo, también sonreía.
    Era extraño, sus padres nunca se comportaron así.
    Naruto sabía que su madre y la madre de Sasuke eran amigas, pero no imagino que fueran tan cercanas, su padre como esperaba se mantenía riendo mientras veía todo tranquilamente. Para él todo era nuevo, no estaba acostumbrado a eso, lo poco que sabía de sus padres, se lo dijeron ellos mismos. Se veían como cualquier persona normal, sin el peso del deber hacia la aldea, ni el dolor de ver que tenían que morir para salvarle.
    Hinata entreabrió los labios, sorprendida. Recordaba a su madre perfectamente, como a una mujer fría y cortante, las contantes peleas con su padre, que era mucho más frío y brusco que ella, los dos siempre con los ojos llenos de rabia y furia. Solo una vez había visto a su madre sonreírle con dulzura y con felicidad, y fue el día antes de que muriera, un día después de la masacre del clan Uchiha. Y de su tío Hizashi apenas y recordaba las miradas secas que le daba a su padre, la impotencia y desolación en su mirada, la infelicidad que compartía juntos a sus padres. Y ahora era diferente, tan diferente.
    Su tío Hizashi alzó a su madre en brazos mientras le daba vueltas, ella rió felizmente como una niña pequeña, con las mejillas sonrojadas y sonriendo con diversión, su padre solo bufó mientras le daba un golpe amistoso en el hombro de su gemelo. Cuando su tío la bajó al suelo, los dos gemelos chocaron puños de forma amistosa, aprovechando eso su madre se colgó de los brazos de ambos riendo. Su padre sonreía, al igual que su tío, con camarería, sin resentimientos, los dos sonriendo a su madre.
    Felices, sin saber que en el futuro todo eso desaparecería.
    Que aquella amistad que todos compartían, se rompería.
    La pregunta era ¿Cómo?
    Sakura no entendía mucho, después de todo no conocía ninguno de los padres de sus amigos, por lo menos no realmente, apenas los había visto de pasada cuando era niña, pero se dio cuenta por las miradas que daban Hinata, Naruto y Sasuke a ese grupo de chicos que los recibió que todo era tan diferente.
    Y viendo ese tomó su decisión. Si había una oportunidad para que todo cambiara, lo tomaría, no por ella, si no por ellos. Porque ya habían sufrido demasiado, porque la vida era demasiado injusta.
    Se volvió hacia el Hokage.
    —Seria nuestra decisión, el cambiar el pasado….porque aunque usted no lo entienda…necesitamos esta oportunidad.
    .​
    ~o~​
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    Tsunade bufó.
    — ¡Es inconcebible! —dijo furiosa estampando su puño cargado de chakra contra el suelo, causando que se partiera.
    Sus dos compañeros de equipo se encogieron de hombros, estaban entrenando para no pensar en que el Hokage les había echado de su oficina ante la petición de esos niños, algo que realmente no les agrado. O sea ¡ellos eran sus alumnos! Tenían que tener preferencia, pero no, su maestro escucho a esos mocosos y los echo.
    Algo denigrante.
    ¡Eran los sannin! La leyenda que dejó la segunda gran guerra ninja.
    ¿Por qué esos niños no quisieron que escucharan todo?
    —Tsk, solo tenemos que calmarnos —dijo Orochimaru con indiferencia, haciendo sellos para utilizar ninjutsu.
    —El viejo se paso esta vez —se quejó Jiraiya rascándose la nuca con gesto contrariado —oigan… ¿Creen que realmente vienen del futuro?
    —Debe ser —dijo Orochimaru —dos de esos niños tienen Dōjutsu de los clanes Uchiha y Hyuga, no hay otra explicación.
    — ¡Joder, esos niños me las van a pagar, como que me llamo Tsunade Senju! —Vociferó la rubia —mañana les sacaremos la verdad, incluso aunque sea a golpes.
    —Cuenta conmigo —se entusiasmo al instante Jiraiya —así se si al fin aceptaste tener una cita conmigo —añadió en tono morboso, y con una mirada pervertida que hizo que la sannin le mirara como psicópata, antes de estamparle un golpe que le mando volar al cielo.
    — ¡Eres insoportable, Jiraiya! —Tronó la rubia con una vena en la frente —me voy con Dan.
    Se alejó a paso imperioso, justo cuando se perdió de vista, Jiraiya aterrizó al lado de su amigo. Orochimaru hizo un gesto de desagrado y rodó los ojos —Idiota —dijo.
    Solo recibió un gemido de dolor por parte del peliblanco.
    .​
    ~o~​
    .​
    Kushina frunció el ceño y miró con recelo al rubio a su lado. Bien, no es que fuere una mala persona, bueno tal vez no tan mala, pero eso de que ese chico del futuro tenía que quedarse en su casa hasta que los enviaran a su tiempo no era algo que le agradara. Le gustaba su privacidad, era lo mejor para ella, especialmente porque en su departamento guardaba todos las cosas que le servían para hacer sus bromas.
    Pero bueno, en fin.
    —Aquí es `ttebane —dijo señalando la puerta de su casa.
    El cielo ya estaba oscuro, debían ser eso de las siete de la noche, el Hokage se había quedado hablando con esos chicos tanto tiempo, y lo peor es que no les había dicho nada, solo les ordenó darles acogida en sus casas, ella debía quedarse con ese chico que se llamaba Naruto, tan parecido a Minato. Fugaku y Mikoto debían quedarse con Sasuke, el chico frio, Hana, Hiashi y Hizashi se deberían quedar con Hinata y su maestra (ya quería ver la cara que pondría cuando se lo dijeran) con esa niña de pelo rosa.
    — ¿Naruto? —Insistió al ver que el miraba el departamento con sorpresa — ¿Pasa algo, `ttebane?
    Naruto salió de su ensimismamiento para sacudir la cabeza, sonrió y pasó por la puerta que la pelirroja ya tenía abierta. Aunque ella no lo supiera, ese también era su departamento en el futuro, por lo menos vivía donde vivió su madre.
    —Gracias, `ttebayo —dijo alegremente.
    El interior de la casa era diferente a lo que recordaba, su madre tampoco era ordenada, pero en vez de estar las figuras de Sasuke y Kakashi (dibujadas por él con torpeza) como estaban en su tiempo llenas de shurikens y kunais, (nunca se había molestado en quitarlos, estaban ahí desde que tenía trece) estaban las figuras de los Fugaku y Hiashi, también llenas de Shurikens y kunais.
    Vaya, pensaban igual.
    — ¿Cuántos años tienes? —le preguntó Kushina con los ojos entrecerrados, sentándose en el sofá delante de la televisión.
    —Dieciséis —contestó Naruto, era raro comportarse así, normalmente era más efusivo, pero la presencia de su madre de diecisiete años le cohibía un poco. Algo que nadie había logrado antes. Sakura, Hinata y el mismo Sasuke habían quedado en hablar con el Hokage para contarle poco a poco las cosas hasta que les ayudar a cambiar todo, principalmente porque en cuanto se dio cuenta de que en ese tiempo los consejeros estaban allí junto a Danzou, Sasuke casi había ido en busca de ellos para matarlos.
    —Muy bien, mira Naruto —dijo levantándose al instante y acercándose tanto a él, que Naruto retrocedió sonrojado. Su madre era muy bonita, pero también inspiraba gran miedo —estás aquí porque es una orden del Hokage, pero ni creas que me causa placer, yo no te conozco…y a menos que tú y tus amiguitos nos digan la verdad a mí a mis amigos, ni pienses en que te aceptare.
    —Yo…—Naruto entrecerró los ojos con dolor —si, lo sé, dattebayo.
    La tristeza y desolación en esa mirada azul, tan parecida a la de Minato hizo que Kushina se sintiera mal, normalmente nunca se preocupaba por nadie que no fueran sus amigos, los genios malhumorados contados como tal, aunque la mayor parte de las veces se esforzara en negarlo. Pero al verle a los ojos, sintió algo que nunca había sentido, ni con Minato, era algo diferente, más profundo, era como….amor maternal…quería borrar esa tristeza y convertirla en alegría, porque no le gustaba ver esos ojos tan bonitos tristes.
    Vaya que era raro. Era diferente a lo que sentía por su novio. Intentó retractarse de sus palabras y ser un poco más gentil, pero justo tocaron el timbre. Corrió a abrir para encontrarse con un sonriente Minato que traía dos bolsas con ramen instantáneo.
    —Kushina —saludó dándole un beso corto en los labios.
    —Minato, pasa —dijo la Uzumaki sin su alegría habitual, no entendía porque esta así, era como si no pudiera estar tranquila mientras hasta que Naruto sonriera.
    —Ah, hola Naruto —dijo Minato poniendo el ramen en la mesita que había en la sala y sonriéndole a su hijo, aunque claro que él no lo sabía.
    Naruto se sobresaltó, pero logró recuperarse a tiempo para sonreírle a su padre, la verdad eso de verlos vivos, juntos y jóvenes si le estaba afectando más de lo que creía, en especial porque aún estaba demasiado triste por todas las muertes de sus amigos, incluso de Kakashi, al que consideraba un padre tanto como a Jiraiya, que pensando de él, ya no lo había visto. Fue un shock peor que el de ver a sus padres, su maestro, el que le enseño todo, vivo.
    Minato carraspeó para llamar la atención de Naruto.
    —Ah…estaba distraído, lo siento —dijo rascándose la nuca nerviosamente.
    —No importa —dijo Minato mirando como Kushina comenzaba a preparar el agua para el ramen — ¿Quieres ramen?
    Los ojos de Naruto se iluminaron.
    — ¡SI, SI, RAMEN, DATTEBAYO! —gritó emocionado, causando que su padre le mirara sorprendido, la única persona que conocía que reaccionaba así ante la palabra ramen, era Kushina.
    La pelirroja se rió.
    —No sabía que te gustaba el ramen, Naruto, `ttebane.
    — ¡El ramen es la mejor comida del mundo, dattebayo! —vociferó Naruto con alegría.
    — ¡Si, te apoyo, `ttebane! —chilló Kushina saltando en su sitio. — ¡Lo ves Minato, el ramen es lo mejor!
    Minato les miró con una gota de sudor sobre su cabeza, no pensó en encontrar a otro adorador del ramen más que a su novia, y vaya que se equivocó, el mismo gustaba el ramen, pero la pelirroja exageraba.
    Mientras los dos chillaban y saltaban cogidos de la mano, gritaban "AMAMOS EL RAMEN" Minato terminó de preparar el ramen y los llamó para que se sentaran.
    — ¡Itadakimasu! —dijeron los tres a la vez, provocando que se rieran.
    Aunque no entendieran, Minato y Kushina se sentían tan bien, la compañía de Naruto a pesar de que no lo conocieran de nada les daba un ambiente…familiar que les gustaba, nunca habían tenido familia, habían muerto durante la guerra y de un modo u otro sentían a ese chico como si fuera parte de ellos. Parte de su vida.
    Naruto sonrió de nuevo, había tenido pocas cosas por las que sonreír de verdad en las últimas horas, y ahora estando con sus padres, compartiendo algo tan común como la cena le daba un toque agradable al ambiente, principalmente porque era la primera vez que compartía algo con ellos.
    ¡Itadakimasu, mamá, papá! —pensó mientras comía.
    Porque aunque no lo entienda, no completamente todo lo que había ocurrido tras la muerte de sus padres que había causado todo lo que ahora vivían ellos en su tiempo, el intentaría cambiar el pasado y reconstruir un nuevo futuro.
    Sus padres le sonrieron.
    Por primera vez en su vida, se sentía realmente en casa.
    .
    .
    Muchas gracias por sus comentarios ^^, espero este capitulo también les guste.
    besos
     
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  5.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Enero 2012
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    209
    Pluma de
    Escritora
    Hola. Soy literalmente nueva en el foro y una de las razones por las que me hice la cuenta fue para poder comentar acá, en tu fic. He leído y estoy leyendo otros, pero este captó totalmente mi atención y, me decidí por hacerme la cuenta.
    La verdad me fascina, sobre todo tu manera de escribir. Y la historia es genial; muy original según mi opinión, ya que nunca leí algo así. Me gusta porque se ve que tiene su buena cuota de todo y, no paro de reírme en algunas partes Espero con ansias la continuación :)
    Nos leemos!
     
  6.  
    Bella Scullw

    Bella Scullw Guest

    Título:
    Un mundo donde estés presente [NaruHina, Sasusaku]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    4796
    El amor de una madre​
    .
    .
    .
    Suspirando, Sakura posó sus manos sobre las heridas de su brazo, sentada en el sofá de la salita del departamento de Tsunade, cabía decir que estaba hecho un asco, su maestra nunca había sido muy fanática de la limpieza. No, claro que no, las que ordenaban todo el desastre que Tsunade-shishiou causaba siempre habían sido ella y Shizune-san, a la que consideraba una hermana, aunque en cierto sentido lo eran, hermanas discípulas…y pensando en ella. ¿Dónde estaría Shizune? ¿Qué edad tendría? Debía ser unos nueve o diez a lo mucho.
    Sentada frente a ella, Tsunade elevó sus finas cejas con sorpresa, la velocidad con la que se curaba las heridas era impresionante, muy rápido. Se notaba que esa chica tenía talento para el manejo de chakra y debía ser una estupenda medic-nin, nunca antes había visto a alguien así. (N/A: Tengan en cuenta que aún no entrena a Shizune, aunque Sakura también supera a la última)
    —Así que mocosa —llamó la sannin —hoy te quedaras a dormir aquí.
    —Eh…—Sakura tragó saliva al ver la mirada maliciosa que le daba la rubia —Si, Hokage-sama lo dijo así, Tsunade-shi….sama —logró rectificar a tiempo.
    La rubia había armado un escándalo cuando se enteró de que la chiquilla de cabello rosa dormiría en su casa y cabe decir que estaría allí hasta que encontraran el modo de enviarlos a su tiempo. A ella le gustaba su privacidad, además por culpa de la rosadita Dan no podría venir ese día.
    —Tengo algunas reglas niñata, así que si no las obedeces te largaras de aquí, ¿Entendiste?
    En ese momento la chica prefería mil veces dormir en la calle o volver a la cuarta guerra ninja, es que mientras fuera una enemiga para Tsunade se lo pasaría realmente mal, en el futuro todo iba bien, a pesar de lo exasperante que podía ser su maestra era como su madre, y ella le trataba como si fuera su hija, pero en ese momento no la veía ni como su hija ni nada, solo como la intrusa que acababa de arruinarle su privacidad.
    Asintió rogando que no se sobrepasara con ella.
    —Para empezar, si me despiertas temprano ¡Juro que te matare, mocosa! Segundo, si viene Dan lo haces pasar y me llamas, tercero si viene Jiraiya lo mandas volar, a Orochimaru dale un puntapié. Prepararas la comida, limpiaras el departamento, y si te atreves a esconder mi sake no la contaras. ¿Entendiste?
    Sakura asintió nerviosa, era como ser su empleada, pero lo mejor era solo aceptarlo. Bajó la mirada incomoda, tratando de terminar de curar sus heridas, para poder bañarse, e ir a ver a Hinata, Naruto y Sasuke, para curar sus heridas, estaba preocupada por los Dōjutsu de sus compañeros, Naruto apenas había despertado el Rin'negan ante la muerte de su sensei y cuando despertaron en ese tiempo ya no lo tenía, además había notado que sus ojos estaban algo desgastados. Y Sasuke…a él le revisaría por las dudas, ya que al ser el Sharingan de Itachi esos ojos ya no podían hacerle daño. Hinata no corría riesgo, su Dōjutsu no lastimaba, aunque igual debía curarle todas las heridas.
    —Disculpe, Tsunade-sama —murmuró.
    — ¿Qué? —cuestionó irritada.
    — ¿Dónde está el baño? Quisiera darme una ducha, tengo que ir a revisar a Naruto, Hinata y Sasuke-kun.
    La rubia bufó, y le señaló el lugar, miró como la chiquilla fue hasta allí a paso lento, como si temiera causarle alguna incomodidad, más bien siendo cautelosa, como si supiera cual sería su reacción si la enojaba, y eso le llevó a preguntarse…¿Se conocerían en el futuro?
    Esa era una buena pregunta.
    .​
    ~o~​
    .​
    En la mansión Hyuga, Hiashi y Hizashi observaban con una gota sobre la cabeza el entusiasmo de Hana, que iba de un lado para otro, rebuscando por todos lados algo que le hiciera a Hinata, la pobre no podía quedarse con el traje ninja para siempre, que además estaba lleno de sangre, debía traer malos recuerdos.
    —Hana, cálmate —pidió Hiashi ya harto.
    —Mi hermano tiene razón, pareces una loca desquiciada —se quejó Hizashi, tratando de hallar un lugar en el piso por donde caminar sin pisar toda la ropa que estaba allí, a las justas logró esquivar la almohada que le lanzó su amiga.
    Hana sacó la cabeza del armario donde revoloteaba y les dirigió una mirada fulminante, para ser tan pequeña era un demonio cuando se enojaba. Los gemelos tragaron saliva ruidosamente.
    —Hinata-chan necesita ropa limpia —dijo haciendo un puchero —pero lo malo es que tiene el pecho muy grande, nada de lo mío le hace completamente bien —se miró el pecho, que a pesar de ser bastante desarrollado no lo era tanto como el de Hinata, y se tocó tratando de entender porque la otra chica estaba más desarrollada que ella misma.
    — ¡Hana, no hagas eso! —exclamó Hiashi enojado y sonrojado.
    El otro gemelo desvió la mirada sonrojado, a veces detestaba los momentos en lo que Hana hablaba como si ellos no fueran hombres, olvidándose de que no estaba con Mikoto, Kushina y Yoshino. Y él siempre tenía la "suerte" de presenciar escenas así a cada rato, ya que paraba todo el rato con ellas, a diferencia de Fugaku, Minato y Hiashi y casi siempre se ponían a hablar de cosas de chicas, olvidando que él no era una chica. Era vergonzoso. Miró otra vez a su amiga, que seguía haciendo lo mismo.
    Hiashi le frunció el ceño.
    — ¿Qué estas mirando? —le reclamó alzando el puño, donde se podía apreciar una venita.
    — ¡Nada! —dijo Hizashi desviando la mirada.
    Por su parte la Hyuga ignoró la pelea, ya estaba más que acostumbrada a que su amigo y su novio discutieran a pesar de que ambos eran hermanos, bufó y volvió a rebuscar un rato, tenía que encontrar algo, Hinata en ese momento estaba en el baño, relajándose.
    —Encontré algo —chilló sacando un vestido de color lavanda. Era algo flojo por lo que sabía que no tendrían ningún problema.
    Justo entonces escucharon que el agua dejó de caer en la regadera, así que corrió hacia el cuarto de baño, entrando con el vestido para ver como Hinata salía con una toalla alrededor del cuerpo, se podía apreciar varias heridas en él.
    —Aquí tienes, Hinata-chan —saltó dándole el vestido.
    —Etto…gracias…ma…H-Hana —murmuró bajito.
    Comenzó a cambiarse, poniéndose la ropa interior que le habían comprado y quitándose la toalla, estaba tan metida en sus pensamientos que no notó el momento en que su joven madre se le había acercado y miraba con curiosidad la cicatriz que tenía en el pecho.
    — ¿Cómo te hiciste eso? —inquirió Hana con curiosidad.
    Hinata respingó.
    —Yo…etto…—se puso roja, jugando con sus dedos, tratando de controlarse. La mirada perla de su madre trasmitía tanta dulzura y tranquilidad que se volvió a preguntar como todo había acabado en lo que ellos tenían como futuro. ¿Por qué su madre había cambiado tanto? Es más, ni idea tenía que su madre había sido amiga de su tío. Miró la herida en su pecho, era la herida que le hizo Pein durante el ataque a Konoha, cuando protegió a Naruto-kun —Yo…me lo h-hicieran cuando defendí a mí a-amigo —murmuró la última palabra con infinita tristeza.
    Así era la triste realidad, Naruto no tenía ojos para nadie más que no fuera Sakura. Ahora solo tenía que conformarse con su amistad, mejor eso que nada.
    Hana ladeó la cabeza con curiosidad, el sonrojo, la tristeza y anhelo en la voz de la muchacha le hizo entender que esa chica estaba enamorada del chico a quien protegió.
    —Debió haber sido una profunda herida —comentó sin preguntar mas, principalmente para no ponerla triste e incomodarla —De lo contario, no habría quedado cicatriz.
    —Sakura hizo todo lo que pudo —dijo con su suave vocecita.
    —Tsunade-sama te puede revisar, ella es una de las mejores medic-nin que existe.
    Hinata sonrió dulcemente, cogiendo el vestido y poniéndoselo.
    —Tsunade-sama, Sakura-san…que me revisen cualquiera de las dos…es lo mismo.
    La Hyuga mayor no entendió que quiso decir con eso, pero prefirió no insistir, tomando las manos de la chica le hizo salir del baño entre saltitos, ella siempre era demasiado entusiasta para todo.
    —Hiashi, Hizashi, fuera —dijo Hana sin contemplación.
    Sentó a Hinata en su cama y cogiendo un cepillo comenzó a peinarle el suave y largo cabello azul, ignorando las protestas de la chica. Pero se dio cuenta de que ninguno de los dos se había movido, ya que Hinata los miraba con timidez.
    — ¿Qué esperan? —cuestionó frunciendo el ceño.
    Hizashi y Hiashi fruncieron el ceño enojados, realmente odiaban a Kushina, Hizashi solo un poco, es que desde que Hana se juntaba con la pelirroja que era desde que entraron en la academia hace años, la Hyuga que siempre había sido tímida y tranquila, se volvió más segura de sí misma, pero también más cortante. Conclusión: Kushina Uzumaki era mala influencia.
    Aunque no tenían ganas de hacer enojar a la dulce muchacha, así que resignándose, salieron del cuarto de Hana, arrastrando los pies.
    —Eres muy bonita, Hinata-chan —dijo Hana alegremente. —y tienes un cabello muy lindo.
    Hinata se sonrojó, pero una sonrisa de felicidad surcó su rostro, era la primera vez en su vida que su madre le decía eso, incluso aunque fuera en una situación tan extraña como esa, en la que estaban en el pasado. Pero podía sentir la felicidad y dulzura de su madre, el brillo que desprendía, y las palabras llenas de cariño, no parecía en nada a la mujer en la que se convertiría en el futuro.
    Hinata, debes ser mas fuerte —La mujer de cabello azulado le dirigió una mirada de profunda decepción —Se supone que eres la próxima líder de los Hyuga. Eres demasiado débil, debes tener algo de orgullo. Sigue entrenando, deja de decepcionarnos.
    Esa era una de las tantas cosas que siempre le decía. Decepción, decepción, era lo que siempre había causado a sus padres, y su voz, siempre fue cortante, fría y cruel, ahora era dulce, melodiosa y alegre.
    — ¿Cuántos años tienes?
    —Dieciséis…—murmuró Hinata, chocando sus dedos entre sí, y con los ojos cerrados. El cepillo sobre su cabello la relajaba, pero más que todo era la presencia de su madre la que le daba paz.
    —Eres muy joven —dijo Hana con tristeza —muy joven para una guerra.
    La ojiperla asintió.
    —Pero esta guerra era para proteger a alguien, todas las naciones se unieron para proteger a la única persona que nos daría paz.
    Los labios de Hana se entreabrieron de la sorpresa, dejando de cepillar el cabello de la chica.
    — ¿Estás hablando en serio? ¿Todas las naciones se unieron?
    Hinata asintió suavemente, entendía su incredulidad. Era algo aún dificil de creer, las naciones que se trataron como enemigos durante años de la noche a la mañana se unían con un solo objetivo: proteger a Naruto Uzumaki.
    —Además no soy tan joven, tenemos la misma edad ¿no?
    Hana volvió a cepillar el cabello de su hija, trató de no pensar en lo que le había dicho Hinata, pero era algo muy dificil…es que ¿Las cinco grandes naciones unidas? ¡Era un milagro! Pero también le hacía darse cuenta de que en el futuro algo terrible los amenazaba, algo demasiado fuerte como para obligar a cinco países enemigos a aliarse.
    —No tanto —contestó después de unos segundos —Fugaku, Hiashi y Hizashi tienen dieciocho, en unos cuatro meses cumplirán los diecinueve. Mikoto y yo tenemos dieciocho recién cumplidos. Los únicos que aún tienen diecisiete son Minato y Kushina, aunque Minato ya cumplirá los dieciocho pronto.
    —Oh.
    Hana se encogió de hombros, cepillando suavemente el cabello largo de Hinata, se sentía tan bien, la compañía de esa chica del futuro le daba una gran paz y le tranquilizaba, como si formara parte importante de su vida, y tal vez así fuera, la observó con curiosidad mientras ella tenía los ojos cerrados ajena al escrutinio al que estaba siendo sometida. Una Hyuga, a diferencia de la mayoría, dulce, tímida e introvertida por lo poco que había podido ver, sin duda era como una llamita dentro del frio clan al que pertenecía. Pero algo le inquietaba, esa personalidad tan sumisa e insegura.
    La chica tenia baja autoestima, se preguntaba cómo se había dado eso. ¿Con que padres había crecido? Pobre niña, aunque no podía evitar sentirse ansiosa ante el hecho de que ambas se parecían mucho, no solo en el físico si no en la personalidad, aunque ella no era tan insegura. Le inquietaba pensar que esa chica fuera su hija y la de Hiashi.
    Si así era… ¿Qué habían hecho con su propia hija?
    Dejó de cepillarle el cabello al ver que ella bostezaba, apenas eran las siete y media de la noche, pero viendo el estado de conmoción en el que estaba, era obvio que se sintiera cansada, había estado en mitad de una guerra.
    —Creo que es hora de que duermas, Hinata-chan —le señaló.
    Asintiendo con un pequeño sonrojo en sus mejillas, Hinata gateó hasta la cabecera de la cama justo cuando su madre alzó las sabanas y le ayudo a acostarse, se sentía como una niña de dos años, pero no le molestaba, hubiera querido que su madre fuera así de atenta en el futuro mientras estuvo viva. No tenía mas ropa que ponerse así que dormiría con el vestido, solo sería un día.
    —Que descanses, Hina-chan —murmuró Hana, pasando su mano por la frente de la chica, sonriéndole dulcemente.
    Hinata asintió, demasiado cansada para darse cuenta de que su madre ya comenzaba a sospechar la realidad. Hana dormiría en otra de las habitaciones, había discutido mucho para que ella aceptara dormir en su habitación.
    —Gracias…—murmuró con los ojos ya cerrados, el sueño le vencía rápidamente — mamá
    La Hyuga menor se dio vuelta, acomodándose mejor para descansar tranquila, no había sido consciente del momento en que pronuncio aquella palabra que tanto se le quería escapar de entre los labios, solo se concentró en dormir, sin darse cuenta de la mirada completamente sorprendida de Hana, que había llevado sus manos a su boca para acallar su chillido de sorpresa.
    Sospecharlo era una cosa, saberlo otra.
    Al final había algo indiscutible. Hinata Hyuga era su hija.
    Acarició su mejilla, sin saber si sentir felicidad por conocerla antes de tiempo o tristeza por que estaba segura de que ella y Hiashi eran culpables del carácter inseguro de la chica. Limpió una lágrima que caía de la comisura de su ojo hasta su pálida mejilla. Esa guerra…
    … ¿Qué rayos pasaba en el futuro?
    .​
    ~o~​
    .​
    En la cocina de la mansión principal del barrio Uchiha, Mikoto paseaba de un lado para otro, preparando feliz de la vida la comida para los dos hombres que estaban sentados esperando. Sasuke tenía puesta ropa de Fugaku ya después de haberse dado un baño y haber puesto a lavar esas ropas ensangrentadas, mientras que el pelinegro mayor bufaba en silencio, no le gustaba que su novia estuviese tan entusiasmada con el visitante.
    Era un Uchiha si, pero eso no le quitaba que ese chico le quitaba la atención de Mikoto.
    —…así que entonces vivirás aquí. Ni Fugaku ni yo tendremos problemas, Sasuke-kun —parloteaba alegremente la pelinegra, con su delantal puesto y revolviendo el contenido en la olla, una sonrisa contagiosa estaba pintada en su cara.
    Eso le traía tantos recuerdos, Sasuke miraba atentamente a su madre, mucho más alegre de lo que recordaba, preparando la comida para su padre y él, como ese día en el que Itachi masacro al clan por órdenes de los altos mandos de Konoha, el símbolo del abanico brillaba en su ropa. Era algo increíble y sorprende el ver que el clan se encontraba intacto, el barrio Uchiha igual que antes.
    Como si nunca hubiera pasado eso.
    —Hmp —bufó Fugaku irritado.
    Sasuke arqueó las cejas sin decir nada, su padre no parecía tan frio ni obsesivo como antes, es mas hasta parecía una persona normal, aunque se notaba fastidiado.
    — ¿Qué pasa, Fugaku? —cuestionó Mikoto sorprendida.
    —Hmp.
    —Hmp no es una palabra —regañó la pelinegra rodando los ojos, sin prestar atención a la comida — ¿Cuántas veces te lo voy a decir?
    —Nunca lo suficiente, mujer —murmuró Fugaku, perdiéndose en sus pensamientos.
    Sasuke no sabía que decir, tenía la mirada baja, apretando los puños, si Itachi estuviera allí todos sería tan distinto, como antes, pero no debía ilusionarse, eso solo era el pasado, si no cambiaban nada todo seguiría como en el futuro, sin cambio y si su familia no estaba viva, él los mataría sin dudar.
    —Sasuke-kun —llamó la chica.
    — ¿Hmp?
    — ¡Otra vez ese monosílabo! —se quejó Mikoto pataleando y haciendo un puchero —. Creo que Kushina tiene razón. Te voy a regalar un diccionario Fugaku y de paso se lo prestas a Sasuke-kun. El único que tiene vocabulario normal en este clan es Obito.
    Y diciendo eso se volvió a terminar de cocinar. ¿Obito? Nunca había escuchado ese nombre en su clan.
    —Obito es una mancha para nuestro gran clan —masculló Fugaku.
    Al segundo siguiente tuvo que esquivar el cucharon que le había lanzado Mikoto, la pelinegra le dirigió una mirada asesina, para después coger otro cucharon. Sasuke tenía un tic en su ojo, sus padres se comportaban de forma tan infantil… ¿Dónde estaban las personas a las que admiraba? Todo el respeto que siempre había sentido por su padre se estaba desvaneciendo.
    —Obito es un buen chico —informó Mikoto —no por nada es el alumno de Minato. Y es más divertido que todos ustedes juntos.
    —Minato no tuvo opción, ese fue el equipo que le asignaron —siguió diciendo Fugaku con testarudez.
    —Otra mas y no la cuentas, Fugaku —amenazó la mujer.
    Fugaku se calló al instante, era preferible no hacerla enojar o seguro después se desquitaría o se iría a su casa, porque si, los dos vivían juntos prácticamente, en cuanto él cumpliera los diecinueve se casarían y tomaría el liderazgo del clan.
    — ¿Quién es Obito? —preguntó Sasuke hablando por primera vez.
    Los dos le miraron un segundo, pero fue Mikoto quien respondió.
    —Es uno de los alumnos de Minato. Obito, Obito Uchiha, a diferencia de todos los demás Uchihas el no es un ninja de elite. Tiene diez años… ¿No está en tu futuro?
    Sasuke sacudió la cabeza.
    —Oh…a ver…es compañero de Rin y Kakashi. ¿Te suena?
    El Uchiha abrió los ojos que había cerrado instantes antes, para mirarla con sorpresa. ¿Kakashi?
    — ¿Kakashi Hatake? —preguntó con la voz ronca. Aún recordaba la última vez que vio a su antiguo sensei, que fue media hora antes de que llegaran a este lugar, él le había matado atravesándole el corazón con un Chidori, cuando este defendió a Tsunade y después a Sakura. Al final el alumno había superado al maestro, le había matado con su propia técnica.
    Mikoto asintió.
    —Es el niño genio del equipo de Minato. Aunque muy frio y cortante.
    Estuvo a punto de abrir la boca para preguntar algo más, cuando un ruido los distrajo.
    — ¡Yo! —un niño entró tropezando y cayendo en el umbral de la cocina. Se paró sacudiéndose las ropas, y ajustando sus googles naranjas mientras una ancha y estúpida sonrisa surcaba su rostro maltrecho. O por lo menos eso pensó Sasuke. Tenía el símbolo del abanico, pero se notaba a leguas que era diferente a cualquier Uchiha que hubiera conocido antes. —Disculpe la tardanza Mikoto-san, Fugaku-sama es que…me cruce con un gato negro y tuve que dar la vuelta porque…
    —No digas mentiras —le cortó Fugaku exasperado —entra ya Obito.
    —Claro, Fugaku-sama —dijo el niño alegremente. Caminando hacia la mesa y se sentó al lado de Sasuke, cuando lo miró un gran interrogante apareció sobre su cabeza — ¿Hmh? ¿Quién eres tú? —dijo confundido.
    Mikoto se acercó con cuatro platos, sonriéndole al niño.
    —Me alegra que hayas podido venir a cenar, Obito. El es Sasuke Uchiha, se quedara unas semanas aquí. Pero come….Tienes que comer para mantenerte fuerte.
    Obito rió.
    —Claro, ¡Porque yo seré el mejor ninja de Konoha! No dejare que ese amargado de Kakashi me gane.
    Y comenzó a engullir su comida a velocidad impresionante. Sasuke agradeció en silencio la comida, y junto a sus padres comenzó a comer tranquilamente, pero sin dejar de mirar a Obito Uchiha…era como una mezcla de Kakashi y Naruto. Jamás pensó que existiera un Uchiha así de…diferente. Era todo lo opuesto a un Uchiha, distraído, torpe, hiperactivo y al parecer sin talento. ¿Qué le habría pasado? Porque estaba seguro de que en su tiempo no estaba, sería imposible olvidar a alguien que rompía el protocolo de los Uchiha.
    —En fin….gracias Mikoto-san, Fugaku-sama...—dijo Obito parándose en cuanto terminó —mamá me espera y es horrible cuando se enfada.
    —Espero verte por aquí pronto, Obito —dijo Mikoto.
    —Claro —dijo el niño saltando en su sitio —volveré pronto.
    Y se fue sin más.
    —Espero que se pierda un rato —dijo Fugaku, ganándose un golpe en las costillas por parte de su novia. Mikoto siempre era tan amable con todos.
    —Es diferente —murmuró Sasuke terminando de comer.
    Fugaku asintió, feliz de que alguien para variar concordara con él. Mikoto frunció el ceño.
    —Tal vez, pero si todos los Uchihas fueran así te aseguro que el mundo sería mejor. Sin orgullo ni arrogancia, el clan Uchiha tendría una relación muchísimo mejor con la aldea.
    El cuerpo de Sasuke se tensó ante esas palabras, observó de reojo el rostro de su madre, ella no sabía a qué punto habían llegado a enemistarse con la aldea. Cuando se enteró de que los consejeros estaban allí tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no ir a matarlos en ese preciso momento. Estaba seguro de que le haría un favor al mundo.
    —Sasuke-kun —llamó Mikoto.
    — ¿Si?
    —Ya que terminaste, ven, te enseñare donde dormirás.
    Obediente, el pelinegro se paró y siguió a su madre, captando la mirada recelosa de su padre, sin evitarlo una media sonrisa se formó en su rostro, su padre estaba celoso de él, que irónico.
    Finalmente llegaron a una habitación pequeña, pero cómoda, él había vivido tres años con Orochimaru y después en la cueva de Akatsuki, no tendría ningún problema en dormir allí, después de todo era lo mejor después de su salida de Konoha.
    Mikoto le sonrió.
    —Fugaku y yo estaremos cerca por si nos necesitas.
    — ¿Viven juntos?
    —Eh…—La pelinegra desvió la mirada sonrojada —a veces…me quedo a dormir aquí.
    —Hmp…entiendo —murmuró sonriendo levemente.
    Sus padres adolescentes si que era algo digno de ver.
    —Bueno, entonces te dejo aquí…Sasu-chan —rió divertida ante su cara de molestia.
    Aunque se sorprendió cuando su irritación cambio a sorpresa y después a añoranza, sus ojos rojos producto del Sharingan que no podía desactivar le miraban como si vieran un fantasma. Y era que recordó la última vez que su madre le llamó así, que fue el día antes de la masacre. Actuando por puro impulso la abrazó, enterrando el rostro en el cuello de su madre, aguantando las lágrimas que no había llorado desde hace bastante tiempo.
    —Sasuke…—murmuró sorprendida.
    No tenía idea de que estaba pasando, pero paso sus brazos por la espalda del orgulloso muchacho que se negaba a llorar, abrazándola sin decir nada.
    —Lo siento…—Sasuke se separó de ella en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho —yo…
    Mikoto se encogió de hombros, sonriéndole débilmente.
    —No importa. Descansa, Sasuke.
    —…Si…
    El Uchiha se dio la vuelta, dispuesto a pasar a la habitación y darse de golpazos por el impulso que tuvo, él no era así, era un vengador frio y cruel, pero esa mujer era su madre, la madre a la que había visto muerta cuando tenía ocho años. Mikoto sonrió tristemente cuando lo vio pasar al cuarto, algo le decía que ese abrazo no le dio solo por que le gustaba su presencia, no, fue un abrazo lleno de tantas emociones, la que mas pesaba era la añoranza y tristeza, el anhelo.
    —Mañana te traeré el desayuno —le dijo, guiñándole un ojo —así que no te preocupes, duerme todo el tiempo que quieras.
    —Hmp….está bien.
    —Y Sasuke…—observó ese rostro masculino tan parecido al de ella, recordó ese abrazo y no fue dificil unir las piezas.
    — ¿Si?
    —Tu padre y yo te amamos, incluso aunque aún no estés en camino. Estaremos aquí, no desapareceremos.
    Sasuke abrió la boca sorprendido.
    — ¿Qué…?
    La pelinegra dio unos pasitos, acortando la distancia y esta vez fue ella quien le abrazó, sonriendo, ahora no tenía dudas, ese chico era su hijo, su hijo en el futuro. Pero tenía demasiadas inquietudes, ¿Qué había pasado con ellos? De algo estaba segura, el futuro no era muy alentador para su clan.
    —Desde que te vi sentí algo especial. Ahora entiendo, eres mi hijo —susurró la Uchiha feliz. —Eres muy guapo.
    Sasuke cerró los puños, no quería decir nada, prefería seguir siendo de piedra, si todo eso terminaba no lo soportaría. Pero Mikoto se aferró más a él, susurrándole dulcemente —Estoy aquí, Sasuke. Soy tu madre….te amo. Sé que te sientes solo y triste, pero ahora eso ya no sucederá. Confía en mí.
    Y lo hizo, la abrazó, llorando como no lo hacía desde que tenía ocho años, cuando su hermano los mató, cuando les arrebato a sus padres y lo hundió en la venganza para protegerlo.
    —Estoy aquí, hijo.
    Mamá
    .​
    ~o~​
    .​
    Cuando terminaron de comer el ramen, Minato, Kushina y Naruto se pusieron a ver televisión, riendo y charlando, sintiendo esa conexión inexplicable. El rubio menor no podía estar más feliz por compartir eso con sus padres, ya no le importaba la guerra, no, solo quería quedarse ahí para siempre…a menos que cambiaran el pasado.
    —Naruto, como te quedaras a dormir aquí, lo mejor es darte algo de ropa —murmuró Kushina de un minuto a otro.
    Se paró como un resorte, y buscó en su armario algo que le sirviera a Naruto. Sabía que tenía lo adecuado, por lo menos algo que le quedara bien a Naruto ya que era hombre, tomó un polo naranja que decía "RAMEN RULES" y se lo tiró.
    —Gracias, `ttebayo.
    —No es nada, `ttebane.
    Minato miró de uno a otro. Si, eran muy parecidos.
    —Pero no tengo ningún pantalón para chico…—siguió diciendo la Uzumaki revoloteando entre sus cosas, de pronto sonrió y paso a un lado, buscando en un lugar del armario que no había tocado y saco unos shorts negros, le servirían.
    —Pensé que no tenias ropa para hombre, dattebayo —dijo Naruto extrañado, mirando los short que definitivamente eran de hombres.
    —Ah… es que es de Minato, a veces se queda a dormir aquí, `ttebane —dijo como si nada y sin pizca de vergüenza.
    Por su parte Minato enrojeció cuando se dio cuenta de la mirada recelosa de Naruto, quien no podía creer que sus padres durmieran juntos antes de casarse.
    — ¡No pienses mal! —exclamó —. Es solo cuando vengo de misiones demasiado largas y se me hace muy tarde para ir a mi casa.
    —Si, como no —se burló Naruto sin creerle.
    El timbre del departamento salvó a Minato de la mirada burlona de los dos, cuando Kushina abrió se sorprendió al ver a la chica de cabello rosa y a su maestra, Tsunade.
    —Tsunade-sensei…chica rosa —saludó.
    Sakura le miró mal.
    —Me llamo Sakura.
    —Si, como sea, `ttebane. Pasen.
    Las dos pasaron, la mirada de Tsunade se iluminó cuando vio a Minato, saltó sobre él para abrazarlo hasta casi asfixiarlo.
    — ¿Qué le haces, Tsunade-obaa-chan? —gritoneó Naruto, escandalizado de que Tsunade abrazara a su padre de ese modo.
    —Naruto-baka… ¡No llames así a Tsunade- shishiou! —le gritó Sakura dándole un golpe en la cabeza con su súper fuerza y tirándolo al piso.
    Cuando se calmaron, se dieron cuenta…demasiado tarde cabe decir, de lo que acababan de decir. Naruto acababa de llamar vieja a la mujer con peor carácter que existía y Sakura la había llamado maestra. Kushina que había estado riendo al ver la cara casi azul de Minato, se había quedado callada al ver la fuerza de Sakura, hasta ahora nadie había podido dominar esa técnica de Tsunade. Minato que ya había sido soltado por Tsunade les miraba sorprendido.
    Tsunade sin embargo no oyó más de lo de vieja, tronó sus dedos con un aura oscura rodeándole.
    — ¡Estás muerto, enano! —gritó furiosa.
    —Naruto…corre por tu vida —dijeron a la vez Sakura, Kushina y Minato.
    La cara del rubio se coloreó de azul ante el miedo.
    —Es el primer buen consejo que me dan, dattebayo. —chilló comenzando a correr.
    Definitivamente ese era su último día.
    .
    .
    .
    Muchas gracias por leer y por los bonitos comentarios ^^
    besos
     
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  7.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    Pluma de
    Escritora
    ¡Díos! ¡Qué maravilloso! Sólo una palabra describe el fic: ¡Soberbio!
    Es un verdadero placer leer cada palabra. La trama es verdaderamente muy acogedora, y la narración hace que se me remuevan emociones y sentimientos, justo como les pasa a cada uno de los personajes :3 Es tan original y bello.
    Ahora sólo falta que Minato y Kushina descubran quién es su hijo...Si es que Tsunade no lo mata antes xD´D
    Fue muy triste el rato de Sasuke con su mamá. Por un segundo casi me olvidé de lo cruel que es en el anime presente. Creo que después de todo, las cosas podrían haber sido diferentes.
    Sakura es la única que casi no tiene velas en ese entierro xD´D Pero siento pena por ella, se convirtió en la esclava de la futura Gondaime. ¡Muero por ver a Kakashi! <3
    Hay algunas faltas de acento, pero estoy casi segura que corresponden a errores de dedo.
    Por lo demás, todo está magnífico. Espero que puedas avisarme cuando actualices. ¡Vaya que tenía ganas de leer un fic así!

    ¡Matta ne!
    Att: Brenda.
     
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  8.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por avisar y lo siento por no haberte contestado antes. Me ha gustado mucho los dos últimos capítulos. Khusino y Naruto se parecen mucho, tienen la misma obsesión con el ramen XD. Pobre Sakura lo que va ha tener que aguantar con Tsunade hasta que la ultima la conozca mejor. Que relación mas bonita tienen Hinata y Hana, como madre e hija. Aunque la ultima no sepa nada. Que risas cuando Hana estaba buscando algo de ropa para Hinata como una loca y la estaban mirando Hiashi y Hizashi. Pobre Sasuke al final a podido desahogarse con su madre. Mikoto que lista se ha enterando que era su hijo, en cambio su padre solo sentía un poco de celos por la actitud de su novia.
    Bueno avisame cuando este el próximo capitulo. Porfa.
    Adiós!! =)
     
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