Un Mar de penas.

Capítulo uno.

Como era una de las pocas costumbres que tenía Roy de visitar a su madre adoptiva Chris, se había convertido en un mal hábito visitar el bar en donde trabajaba Madam Chritsmas.
-Hace tiempo que no venías aquí Roy. -Dijo la mujer robusta mientras limpiaba un vaso de cristal.
-Ya sabe, el trabajo...
-Siempre pones eso como excusa.
-Hola Roy. -Dijo una voz femenina muy sensual.
-Elena, ¿Cómo estás? -Dijo él abrasándola por la cadera.
Madam Chritsmas ignora aquellas travesuras de su hijo adoptivo y dirige su mirada a esa chica de negro cabizbaja parecía triste, ya que pudo notar aquellas lágrimas sigilosas que caían en el tequila que tenía en frente.
-¿Qué te ocurre? -Dijo Chris un poco preocupada por esa muchacha.
-¿Me puede servir otro más? -Dijo la chica tomándose de un solo trago el tequila.
-Vamos ya tomaste bastante Shannon. -Dijo Chris negándose a la petición de la chica.
-Solo uno más. -Dijo ella mientras que sus ojos derramaban lágrimas.
-Será mejor que vuelvas otro día, estás muy mal.
-¡Solo necesito otro más! -Dijo la chica casi gritándole a la mujer robusta.
-Esta bien... pero no se que conseguirás ¿Qué es lo que pretendes?
-No se, emborracharme y olvidarme de mi vida o tal vez morir.
-No digas tonterías Shannon, eres joven una joven muy hermosa.
-Chris, es que estoy cansada de vivir así, ya no quiero este dolor de cabeza cada día al levantarme. Solamente quiero refugiarme en la bebida que es lo único que quita mis penas.
La mujer que servía el tequila de Shannon da un suspiro.
-Shannon... ¿Por qué eres tan dolida?
-Pues mis heridas todavía no han sanado.
-Lamento que te hayan pasado tantas cosas, eres tan joven y mira por la miseria que tienes que pasar.
-No se lamente, esto lo merezco. -Dijo ella soltando un pequeño gemido.
-No llores niña... -Dijo Chris poniendo el trago frente a Shannon.
-Gracias. -Entonces se bebió el tequila en menos de un segundo.
-Vaya a niña.
-Me tengo que ir, puede que mañana vuelva. -Dijo aquella mujer parándose de su asiento para dirigirse a la salida del bar.

La mujer robusta cierra los ojos por varios segundos y da un suspiro, Roy por su parte ya le había echado el ojo a esa chica tan bella.
-Pobre niña, cuanto más podrá aguantar. -Dijo ella con pequeño brillo en sus ojos.
-Madam... ¿Quién era ella? -Dijo Roy intrigado.
-Royal Shannon 25 años, una chica que nunca había vivido una vida feliz en algunos momentos duros de su vida se refugia en la bebida. Ella viene muy a menudo aquí, era adicta a las drogas solo la toma de vez en cuando, nunca había tenido una verdadera madre y su padre biológico murió cuando ella había nacido y su padrastro siempre abusaba de ella. Eso es lo que sé de esa chica.
Roy por su parte le brillaban los ojos al escuchar la historia de la chica, también sintió una punzada en el corazón cuando la vio llorar de esa manera.
-Vaya... -Eso fue lo único que le había salido a Roy de la boca, no tenía palabras para describir las condiciones de la chica. En ese momento Roy soltó a Elena y se bebió el vaso con ron que estaba en la mesa.

Roy sale fuera del local y ve el mismo semblante triste que vio en la cantina, sus ojos parecían destrozados y opacos su piel era pálida y su pelo era tan largo que le llegaba hasta su muslo, Mustang se perdió en aquellos ojos que al reflejo de la luna parecían los ojos de un ángel, la singular belleza de esa chica era como la de un ángel caído un indefenso ángel caído del hermoso cielo.
-Hola. -Dijo Mustang acercándose a la chica pero ella lo ignoró- Seguramente no tienes la menor idea de quien soy pero estabas en el bar llorando... -Entonces no tarda en notar una lágrima que descendía de sus ojos- Oye...
-Tu debes ser Roy Mustang. -Dijo la chica sin hacer contacto visual con él.
-S... si. -Afirmó él algo nervioso.
-Debes saber mi nombre, Royal Shannon ¿Verdad? Bueno... nos veremos en otra ocación.
Roy se quedó totalmente mudo, esa chica adivinó su nombre, podría ser que Chris le hubiera contado sobre él pero ¿Para qué ella de contaría cosas sobre él? Es pregunta le pasó por la mente como si nada mientras miraba la silueta de aquella atractiva mujer desaparecer en la oscuridad de las calles.

Al otro día en el Cuartel General, Roy estaba escuchando a su amigo Hughes alardear sobre su hija, o eso trataba de hacer.
-Roy debes escucharla es un ángel. -Dijo Hughes totalmente sonrosado, pero no sabe que del otro lado de la línea su amigo ni le prestaba atención a lo que él decía, Mustang solo pensaba en Shannon y su hermosa silueta tan inocente que parecía a la presencia de un ángel, un ángel, eso la consideraba Mustang- Roy me estás escuchando, Roy.- El Coronel al darse cuenta que no tenía ni la menor idea de lo que estaba hablando su amigo se pone totalmente colorado y cierra el teléfono lo cual mucho de sus subordinados fueron testigos de ese momento ver a Mustang cerrar el teléfono con un sonrojo en sus mejillas que con su habitual arranque de ira. Por otra parte Hawkeye se había dado cuenta de algo y era que si jefe tenía una cara melancólica no la misma cara explosiva de siempre sino estaba pensativo y despistado.
- "Shannon" -Pensó el Coronel.
Solo podía pensar en su Shannon, en el ángel con el que se había encontrado. No tenía muy claro que era ese sentimiento que estaba presente en su corazón cada vez que pensaba en ella pero algo si él sabía que la quería para él y que no la tuviese nadie más, solo él.