Drabble Un Halloween de sustos

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Si no se te ocurre nada, usa la idea más fácil y rápida para no comerte la cabeza(?
En resumen, este es el escrito para el juego de @Liza White "Escaleras y serpientes"... ¿o es al revés?(?) disfrutad o algo, lo intenté ;-;

La noche ya había caído en Témpera, y al fin daba inicio a lo más esperado de ese día: ¡disfraces y muchos dulces!

Niños corrían de un lado a otro tratando de llenar sus bolsitas con dulces de lo más variados, desde chocolate a caramelos de múltiples sabores. Las calles estaban igualmente disfrazadas, con cientos de luces coloridas y algo tenebrosas, telarañas y muchas calabazas.

En una de las habitaciones del Centro Pokémon se encontraban dos muchachas, con unos pocos años de diferencia, observando con detenimiento un par de sábanas blancas encima de la cama.

—Emi-chan... —murmuró la menor, observando a la pelinegra algo dudosa —. ¿Podrías ayudarme con mis agujeros, por favor? Mamá siempre me dijo que dejase esas cosas para los mayores...

La pequeña volvió a mirar la sábana inflando sus mejillas. ¿Cuándo será ella mayor?

Emily, en cambio, la observó con una sonrisa amable. ¡Obviamente iba a ayudarla! Así que cogió un par de tijeras y empezó a recortar dos agujeros en ambas sábanas, tratando de hacerlas en el buen lugar.

—¡Bien! —Exclamó orgullosa —. Pontela, venga, vamos a ir a la habitación de Mimi...

La pequeña, algo confusa, se la puso con gran emoción mirándose en el espejo. Sus dos ojitos, en nada, era lo único que se veía de ella. ¡Parecía un fantasmita de verdad! Y Emily igual. Parecían las hermanas fantasma, pues hasta tenían el mismo color de ojos.

—¡Vamos a ver a Mimi-chii!

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Se acercaban cautelosas hasta la que era la habitación de la rubia. Frente la puerta respiraron hondo y se observaron.

—Bien, Talía —susurraba lo más bajito posible —, cuando Mimi abra la puerta ambas saltaremos y diremos "¡Bu!", ¿okay?

—¿Se va a asustar? — respondió de la misma forma.

—Ese es el plan.

Emily, bajo la sábana, sonrió de oreja a oreja y acercó la mano hacia la puerta.

Toc toc.

—¿Quién es? — Se escucharon unos pasos acercarse hasta la puerta —. ¡He preguntado que quién es!

Ambas chicas al otro lado de la puerta trataban de aguantarse la risa, agachándose al escuchar furiosas pisadas hasta la puerta, abriéndose.

>>¡Quién osa ha...!

—¡Buuu! —exlamaron al unísono interrumpiendo a la rubia, saltando a escasos centímetros de esta.

Mimi soltó un estridente chillido, con los ojos abiertos de par en par. Sus piernas temblaban tanto que cayó como flan al frío suelo.

Todo eso hasta que reconoció las repentinas risas que soltaban esos fantasmas que invadieron su habitación. Frunció su ceño y afiló sus ojos.

—¿Qué significa esto...? —murmuró con un tono que dio escalofríos a las dos muchachas, que dejaron de reír al sentir un aura maligna alrededor —. ¿¡Queréis darme un infarto o qué!?

El potente y furioso grito de la rubia hizo que las "fantasmas" diesen media vuelta y huyesen del monstruo que habían desatado.

Mimi enfadada daba más miedo que cualquier otra criatura.