One-shot Un día más en Témpera. [Mimi x Alpha | Pokémon Rol]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Amane, 7 Octubre 2015.

  1.  
    Amane

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    Título:
    Un día más en Témpera. [Mimi x Alpha | Pokémon Rol]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2064
    Hola~ Bueno, pues esto es un One-shot random que se me ocurrió del Rol de Pokémon y que acabé escribiendo. Es la primera vez que escribo algo del rol así que no estoy muy segura de que haya salido bien, pero bueno, Noir, es tu culpa que lo esté pasando mal aquí :c

    Mmm... siento que Effy salió muy Tsundere, lo siento Nami, la emoción del momento (? xD

    Bueno, ya dejo de escribir y os dejo el escrito. Cualquier comentario y crítica con aceptados <3 Espero que os guste~


    Diculpenme el título, nunca sé ponerlos, de verdad :c

    Título: Un día más en Témpera.
    Fandom: Pokémon Rol Championship
    Personajes: Emily Hodges, Effy Joy, Hubert, Mimiko Honda & Alpha Xenodis / Mención a Destiny Inashu, Dante Miles.
    Palabras: 1904
    Summary: Emily intenta animar a Mimi quien se enfada por culpa de Alpha... una vez más.
    Advertencias: Ninguna.

    ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

    La alegre chica de cabellos negros se encontraba saliendo de la Torre Desafío, con una deslumbrante sonrisa debido a la victoria que había obtenido.

    Caminó, con real tranquilidad, hasta llegar a su destino: el centro Pokémon de Ciudad Témpera.

    Pudo observar cómo varios entrenadores salían y entraban constantemente a la edificación, con esa ilusión y determinación que caracterizaba a todos los jóvenes que querían ser Campeones.
    La joven no pudo evitar curvar sus labios en una leve sonrisa melancólica, recordando sus primeros días de entrenamiento junto a Tepig y cómo este quemó la alfombra favorita de su madre.

    “Mamá se enfadó muchísimo, aunque, bueno, ella siempre estaba enfadada conmigo”la muchacha se tomó los pensamientos a broma, creyendo así que el sentimiento de rencor no aparecería en ella.

    Con imágenes de aquel adorable pokémon de fuego y sus variopintas travesuras en su mente se introdujo finalmente en el lugar correspondiente a la sanación de los pokémon, también dedicado para el descanso humano.

    — Buen combate Emi — reconoció la voz al instante, girando la cabeza hacia el lugar de donde provenía.

    Desde el mostrador, dónde esperaba pacientemente a que la enfermera Joy recuperara a su equipo, pudo dar fácilmente con el dueño de las palabras, situado en la puerta de la cafetería.

    — Muchas gracias~ — dijo con sinceridad, mostrando una igual sonrisa hacia el propietario del halago cómo a su acompañante.

    — Sí, lo has hecho muy bien Emily — Effy se acercó con decisión a la chica — ¡Ya estoy deseando volver a combatir contigo! — su novio y compañero, Hubert, no pudo evitar darse una palmada en la frente cuando se unió al par de chicas.

    — Conmigo o, si fuera posible, con ese sofá — la nombrada señaló el sitio para sentarse con el dedo índice, dejando escapar una carcajada ante sus propias palabras.

    — ¿Qué le vamos a hacer? Esta es la Effy que todos conocemos y que nunca cambiará… — añadió Hubert, abrazando a la rubia por detrás, imitando la risa de la menor —… y que tanto quiero… — finalizó en un tono bajo, más confidencial para después besar la coronilla de su pareja.

    — ¿Y-y a que viene eso? — se quejó la joven de hebras doradas, intentando ocultar su sorpresa y sonrojo ante la repentina acción del chico.

    Hubert y Emily intercambiaron miradas, acción que provocó un estallido de carcajadas general.

    — En fin… me alegro de haberos visto y saber que estáis bien. Últimamente es imposible contactar con vosotros, a saber que estaréis haciendo — la pequeña dirigió miradas nada inocentes a la pareja que, esta vez, hizo sonrojar mayoritariamente a Hubert — Es broma~ — la chica recogió finalmente sus pokéball y las guardó en la mochila — Te buscaré para esa batalla, Effy, pero ahora voy a descansar~ — a la joven se le escapó un bostezo que quiso corroborar sus palabras.

    — Claro… — aceptó Effy — Por cierto… ¿dónde está Dante? — preguntó, aprovechado que Emily no se había ido aún.

    — ¿Dante? — repitió la susodicha — En Lienzo, haciendo no sé que en su casa — se encogió de hombros — Dijo que vendría lo más pronto posible — mostró un sonrisa a la pareja y finalmente se despidió de ellos con la mano para poder subir las escaleras que daban lugar al enorme pasillo que se encontraba repleto de puertas de distintas habitaciones.

    La chica se dirigió hacia la suya, canturreando en voz media (tirando más a alta) alguna canción cuyo título no lograba recordar.

    — Me voy a dar una ducha~ — avisó al pokémon psíquico que había salido de su pokéball: su fiel Gardevoir.

    Mientras tanto, en el aposento contiguo, una joven se encontraba delante del espejo, peinando su cabello dorado con extrema delicadeza y paciencia a la vez que evitaba recordar el mal episodio que acababa de pasar.

    Suspiró y dejó el peine sobre la encimera.

    — Esta Emily, ¿cuántas veces le habré dicho que no entre cantando? ¡Hay gente durmiendo! — negó con la cabeza antes de ponerse en pie y mirar el reloj en forma de Starly que colgaba en la pared.

    La joven nombrada anteriormente había informado a Mimi de que saldría y que tardaría mucho en volver, por si necesitaba algo, que la llamase por “esa cosa tan moderna que hace que te vea pero en versión miniatura” (palabras textuales de Emi). Entonces, ¿qué hacía ahí tan temprano?

    La curiosidad no tardó en hacer acto de presencia. Eso, junto a las ganas de querer desahogarse por culpa del enfado que no podía alejar de su cuerpo, hizo que saliera por la puerta, no sin antes decirle a Moo que vigilara el lugar… aunque, claro, el pokémon disfrutaba de una interminable siesta y no pudo escuchar a la entrenadora.


    Hizo falta solo dos golpes en la puerta hasta que pudo escuchar la voz cantarina de Emi gritando un “Ya voy~”.


    La rubia se cruzó de brazos mientras esperaba la aparición de su compañera, que no se hizo mucho de esperar.


    — Adelante~


    Sin embargo, Mimi no pudo mover ni un ápice de su cuerpo al ver la imagen que había frente a ella.


    Su rostro se sonrojó de sobremanera cuando comprobó que Emily le había abierto la puerta solamente cubierta por una corta —cortísima— toalla que apenas cubría lo justo y necesario.


    — ¡E-E-E-Emi! ¡¿Q-q-q-qué haces a-a-así?! — exclamó, señalando con dedo tembloroso a la joven de pelo negro, mirando al suelo para intentar ocultar su rubor.


    — Abrirte la puerta. ¿No debí hacerlo? — cuestionó realmente confundida, intentando mirar a la chica de cerca.


    La rubia entró a la habitación y cerró de un portazo, sin poder levantar la vista.


    — ¿Y s-s-si s-s-soy un v-v-violador?


    — Eso es imposible, Gardevoir me avisó de que eras tú — Emily rió levemente, secándose el cabello con otra toalla que llevaba en la mano.


    Y bueno, la joven Honda siempre olvidaba ese detalle. El amor de Emily por el tipo psíquico y la capacidad de estos pokémon de ver el futuro.


    Emi entró al baño para terminar de vestirse mientras Mimi se sentaba en la cama, controlando su sonrojo como podía.


    — Bueno~ ¿Qué le trae por estos lares, señorita Honda? — bromeó la mayor sentándose a su lado.


    —Oye, ¿Dante no está? — preguntó repentinamente la rubia provocando una expresión de confusión en la otra chica.


    — No, se fue a Lienzo. Seguramente vuelva mañana~ — respondió sin embargo, mirando a la mochila que había cerca de la puerta con gesto apenado.


    Dante dejó un par de pokémon en posesión de Emily por si ella los necesitaba, sin embargo la muchacha nunca tuvo valor de usar los pokémon de su novio sin él delante. Quizás por miedo al rechazo de parte de éstos o porque se acordaría de la ausencia de la persona más importante para ella.


    — ¿Cómo se atreve a dejarte sola? ¿No estás enfadada?


    Emily se giró hacia Mimi, descubriendo como ésta miraba a otro lado, levemente sonrojada y jugando nerviosamente con los pliegues de su falda.


    — ¿Debería? Es decir, él tiene cosas que hacer y comprendo que deba hacerlas solo. Yo también lo hago — explicó encogiéndose de hombros, empezando a comprender por dónde tornaba la conversación.


    — Ya veo…


    — Mimi~ Mimi~ ¿Quieres dormir conmigo esta noche? — propuso repentinamente la alegre joven, con una sonrisa resplandeciente.


    — ¿Y d-dejar a Alpha solo? D-destruiría la habitación… — Mimi se acarició la mejilla, avergonzada por el salto que había pegado con la cuestión.


    — Pero Alpha está en Acuarela. Me dijo que te cuidara — aclaró Emily con una sonrisa más amplia — Y lo cierto es que me siento muy sola sin Dante~ — mintió, esperando que aquello sirviese de excusa.


    En realidad amaba tener toda la cama para ella de vez en cuando.


    —B-bueno, v-vale. P-pero solo p-porque me das p-pena — aceptó finalmente cruzándose de brazos.


    *******


    La tarde pasó muy rápido mientras entrenaba con Mimi.


    Le pregunté que le apetecía hacer y tras su negativa hacia mi propuesta de ver ropa usando de excusa que se deprimía viendo prendas que no podía comprar, decidimos centrarnos en los entrenamientos de nuestros pokémon.


    Me encantaba estar con ella cuando solo pasábamos las horas. En los últimos meses nos habíamos hecho más cercanas de lo esperado y aunque ella seguía contándome sus problemas de la forma más sutil posible, cuando se trataba de horas muertas era la mejor persona.


    — Debo hacer una llamada — dije, una vez entrada la noche antes de que la rubia decidiese darse un baño — Vuelvo en unos minutos~


    Tras salir a los pasillos del Centro encendí mi holomisor para llamar a alguien al que le exigí que viniera.


    Me costó una invitación a una merienda y un combate, pero al final lo conseguí.


    — ¿Con quién hablabas? — me preguntó Mimi cuando volvía a entrar.


    — Dante. Le he preguntado si ha cenado y esas cosas, ya sabes— mentí riendo levemente y Mimi no dudo ni un segundo de mis palabras.


    Horas después ella estaba totalmente dormida y yo había salido de la cama con cuidado para que no me descubriera.


    — Corre — susurré empujando a Alpha hasta mi habitación — No la despiertes — le exigí antes de cerrar con suavidad cuando comprobé que el chico se introdujo en el lecho, abrazando a Mimi.


    >> Tan monos~~ — murmuré mirando a Espeon que me seguía adormilado — Hacen buena pareja. Sí, ya sé que Destiny y él pasaron muchas cosas pero… el amor es complicado… — suspiré entrando al dormitorio de la joven Honda.


    Me puse de rodillas en la cama, apoyando los codos en la ventana que había justo encima del mueble.


    Miré las estrellas con una sonrisa antes de caer rendida con la cabeza en mis brazos. Habían sido unos días agotadores.


    ***********


    — Buenos días, Mimi~ — saludó el joven de hebras castañas, con una sonrisa adormilada cuando la nombrada se giró y comprobó quien la había abrazado durante toda l anoche.


    — ¿¡A-A-A-A-Alpha!? — gritó la menor, notando su rostro enrojecer de sobremanera, pegando un salto para separarse del chico — ¿Q-qué…? ¿C-cómo…? ¿C-cuándo…? — la pobre rubia no podía formular una pregunta con sentido para arreglar el desorden que había en su mente.


    — Qué: dormir contigo. Cómo: vine volando porque Emi me lo pidió. Cuándo: Anoche — respondió Alpha como si nada, sonriendo enormemente ante la expresión de su novia, sin poder evitar pinchar sus mejillas, divertido.


    — ¡Se va a enterar esa maldita! — exclamó Mimiko saliendo de la cama, ignorando por completo el malestar que el otro le había creado al tomarse tantas libertades.


    Empezó a caminar hacia la habitación que le pertenecía, dispuesta a soltar toda una horda de insultos a la joven pelinegra, pero en cuanto puso un pie en el lugar, se arrepintió completamente.


    Emily se había quedado dormida en una posición realmente incómoda aunque a ella no le molestase.


    >> ¿C-cómo se atreve? — masculló la joven Mimi, acercándose a la cama para intentar mover a su amiga sin despertarla — Le va a caer una buena cuando despierte. Hum — se cruzó de brazos, mirando la escena con expresión de enfado.


    Expresión que cambió segundos después al sentir unos brazos deslizarse por su cintura hasta acabar abrazándola. Una cabeza apoyada sobre su hombro que susurró un inocente: “Vuelve a la cama conmigo”.


    — ¡¿Qué dices, pervertido?! — clamó la rubia separándolo, haciendo que Alpha empezara a carcajearse al darse cuenta lo que la chica había entendido.


    — ¿Hm? — Emi abrió los ojos lentamente al escuchar el alboroto, logrando presenciar la escena de Alpha atrapando a Mimi en sus brazos para darle un beso que la tranquilizaría.


    Con una sonrisa de pura ternura, la joven no pudo evitar volver a caer en los brazos de Morfeo. Le alegraba tanto ver como se querían esos dos.
     
    Última edición: 3 Junio 2016
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