Drabble Un día de mala suerte

Titulo: Un día de mala suerte
Fandom: Accel World
Palabras: 640
Personajes: Aaron, Taiga, Alice & Momo
Actividad: Desafíos roleros —Cuarto desafío
Advertencias: Ninguna

— ¡Pero qué demonios haces aquí, Taiga!— gritó, claramente molesto mientras sostenía con una de sus manos la única cosa que impedía que su cuerpo estuviera completamente expuesto: una toalla.

— ¡N-no habías asistido a las primeras horas, c-creí que..!

— ¡Largo!

Después de ese pequeño incidente del medio día, Aaron ya por fin se había dirigido al instituto, y quizás se había perdido casi todas las clases del medio día pero eso no le impida en lo absoluto visitar el gimnasio, o eso creía.

El gimnasio en cuestión ya estaba siendo ocupado por el equipo de Kendo, Aaron maldijo por lo bajo ligeramente frustrado mientras volvía a dirigirse hacia el instituto, el equipo jamás practicaba los días que él iba a visitar el gimnasio, ¿por qué ese día en específico tenían que asistir así de repente?

Lamentablemente dentro del instituto las cosas no eran mejores.

— Creo que algo no te ha quedado Alice —dio un golpe hacia la pared, justo al lado del rostro de Alice, haciendo casi de inmediato que unas lágrimas se asomaran por sus ojos —, no te irás de aquí hasta que digas que sí te harás mis deberes...

—Y-Yo… N-No…

Antes de que Alice pudiera decir algo más o que el chico pudiera intentar algo para volverla a intimidar, ella sintió como algo la alejaba de esa pared donde estaba acorralada, acto seguido el chico ya no se encontraba de pie, al contrario ahora estaba en el suelo y alguien muy familiar para Alice estaba sobre él, golpeándolo.

— Ni se te ocurra volver a acercarte a ella — gruñó Aarón con sus manos aferradas a la camisa del chico, quien solo pudo asentir rápido a la petición del defensor de la pequeña y cuando sintió que el peso de Aaron desapareció, rápidamente se alejó por los pasillos.

>> ¿Estás bien Polli…?

—Joven Aaron —interrumpió el director, al parecer solo su parte de la escena había sido contemplada —, tendrá que acompañarme a mi oficina.

—¡Director, Aaron no hizo nada él solo quería…! — La mano del cuervo se posó en la cabeza de Alice, dándole a entender a la pequeña que no valía la pena seguir hablando, aún así le dedicó una mínima sonrisa para tranquilizarla y no se preocupara más.

Y después del regaño del director, donde en algún punto Aaron solo se limitó a asentir sin prestar atención a lo que le estaban diciendo, llegó lo que quizás fuera la única cosa buena que había pasado en el día: una pequeña excursión a una cafetería para comer algunos postres junto con Alice, Taiga y Momo.

Aaron de había pedido un brownie que estaba adornado con una gran bola de nieve de vainilla, y las demás chicas tenían unos postres típicos que él desconocía y realmente no quería conocer.

—¿Tu postre está rico, Aaron? —preguntó Momo con genuina curiosidad, lamentablemente su pregunta fue contestada con un leve asentimiento de cabeza. —¿Puedo tomar un poco?

Aaron suspiró y asintió sin ganas, tomó un poco de su postre con su cuchara y la elevó a la altura de los labios de la chica, quien felizmente pudo probar el postre del chico. A su lado, Taiga solo pudo observar la escena claramente molesta, ¿por qué con Momo podía hacer esa clase de actos amables y con ella no?

—Eres un completo idiota, Aaron—acto seguido, se levantó de golpe de su asiento y abandonó la mesa donde estaban, con la clara intención de marcharse de ese lugar.

—¿Qué hice ahora? —preguntó un poco confundido, pero las chicas solo se limitaron a apuntar hacia Taiga, dandole a entender que él tenía que ir por ella.

Suspiró y dejó dinero sobre la mesa, la parte suya y la de Taiga antes de retirarse hacia la puerta para seguirla. ¿Realmente la mala suerte se había encargado de arruinar su día de esa manera?