Un Amor Sin Destino

Bueno esto es para la Actividad "Amores Clandestinos"
Sera un Long- Fic, hasta ahora tengo cuantro capitulos terminados. Espero que se adapte a lo que piden en la actividad y tambien que les guste :)...

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CAPITULO I​

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“Porque cuando un amor es correspondido de la misma manera, nunca es bien visto por la sociedad, llevándote a los límites de la desesperación”.​

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LADYWHITEROSE.​

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“Las luces del gran salón aluzaban el lugar, junto con las decoraciones florales y de cristal que daban un aire mágico para los invitados que conversaban amenamente o bebían en sus mesas”.

—El lugar quedo esplendido— se expresaba una señora regordeta pero con porte quien acompañaba a su esposo el señor Bergle quien era el dueño de una de las compañías más reconocidas a nivel internacional.

—Gracias—agradeció la señora Steinberg una mujer con porte, con una belleza notable y con un semblante pasivo y amable— hicimos lo que pudimos para este día especial, ya que nuestra hija lo ameritaba— sus inexpresivos ojos fríos giraron a verme— ¿No es así Lucrecia? — me cuestiono.

—Si madre— le conteste sonriéndole levemente— es tan increíble que no se le compara con otra cosa— dije con un deje de falsedad en mis palabras.

—Disculpen damas, Caballeros— interrumpió un joven alegre de ojos azules, de tez clara y cabello castaño— ¿Importa si me robo a mi prometida unos momentos? — cuestiono tomándome de la cintura.

—Claro que no joven Lewis— comento el señor Bergle— es toda tuya— dijo para beber de su vaso de whiskey .

“Sin más fui arrastrada al centro de la pista para bailar una melodía lenta junto a mi prometido, este día debería ser el más feliz de mi vida pero no es así. Este día era mi compromiso con Víctor Lewis el hijo del señor Lewis un hombre muy rico y viejo amigo de mi padre desde el colegio, según las palabras de mi padre fueron: “es para unir a las dos familias”. Yo no creo que sea por esa razón, si no por dinero”.

—Te vez hermosa esta noche Lucrecia— escuche decir a Víctor mientras bailábamos al compás de la melodía.

—Gracias—le conteste viendo a otra parte que no fuera el, toda la gente que nos observaba haciéndome sentir incomoda.

— ¿Estas lista para partir mañana por la mañana? —me cuestiono con una sonrisa mientras me hacía girar y volverme a tomar por la cintura.

—Cierto, iremos a tu casa de verano— recordé para sonreírle levemente y asentirle para seguir bailando.

“La noche siguió tranquilamente, la hora del brindis por el agradecimiento hacia las personas presentes fue dada por mi padre el cual hablaba sobre un buen futuro entre las familias, entre el bienestar y el amor entre la futura pareja cosa de la cual me hizo enfermar por unos momentos pero sobreviví. Los invitados se marchaban poco a poco ya pasada la media noche quedando solamente al final las dos futuras familias que se convertirían en una sola en un mes”.

—Grata noche la de hoy— comentaba la señora Lewis un mujer igualmente refinada a mi madre con la diferencia que ella si tenía un buen corazón.

—Así es— prosiguió su esposo el señor Sid Lewis un hombre con porte, algo mayor pero a un dejaba ver que en sus tiempos era un hombre muy apuesto— todo salió muy bien— termino diciendo con una sonrisa.
—Quien diría que en un mes seremos una familia— continuaba mi padre quien llegaba acompañado de Víctor, él era George Steinberg el hombre más rico a nivel global gracias a sus diferentes compañías el cual los heredo desde muy joven— es una pena que tu hijo Vincet no haya podido unírsenos esta noche— se lamentaba para beber de su whiskey.

—Él es así— decía mi prometido Víctor quien se sentaba a mi lado— aparece cuando menos se espera— termino con una sonrisa tomando mi mano.

—Padre, será mejor marcharnos— le informe un poco incomoda la cual disimule—tengo que preparar todo para mi partida de mañana y sobretodo descansar— le recordé para ver a Víctor y después a mi padre.
—Tienes mucha razón— decía un poco pensativo—será mejor que descansen ya que el viaje será un poco largo— termino comentando para sonreír junto a su viejo amigo Sid.

“Sin más esa noche cada familia partió hacia su propia casa, el silencio era un poco estresante e incómodo pero agradecí en silencio que no empezaran una conversación sobre la fiesta. Al llegar a la gran casa baje del automóvil y corrí hacia mi habitación sin despedirme de mis padres, al subir las escaleras mis lágrimas empezaron a brotar de mis cuencas grisáceas”.

—No es justo— susurre limpiando mis lágrimas después de haber azotado con fuerza la puerta de mi habitación— siempre deciden por mi— volvía a susurrar viendo ya mis maletas preparadas las cuales estaban listas desde hace días.

“Ese era mi destino por ser hija de un hombre de sociedad, ya que en nuestra familia una gamma de generaciones pasadas tenían una regla de oro el cual no podían romper, unir familias con otra familia igual o parecidamente rica a la nuestra. Mi padre se casó muy joven con mi madre todo gracias a esa regla, ahora que yo tengo edad para casarme quieren hacer lo mismo conmigo. El problema es que Víctor siempre ha tenido sentimientos de amor hacia a mí los cuales no son correspondidos y no los hay de vuelta, es una realidad triste y muy lamentable”.

— ¿Acaso mi vida siempre estura llena de amargura? —Me cuestione en el gran espejo del baño— me temo que si— conteste mi propia pregunta.

“Me despoje de mis ropas quedando desnuda frente al espejo, siempre me decían que tenía hermosa figura ya que tenía curvas pronunciadas, caderas poco anchas y pechos de mediana proporción dándome una figura despampanante; sin omitir mi piel un poco bronceada, mi cabello largo azabache que caía en ondas de agua y mis ojos, esos ojos grises que hechizaba a cualquiera. Sin más me acerque a la tina la cual ya estaba llena con agua tibia, tome el bote con sales con olor a jazmines y me sumergí en la cálida agua cerrando mis ojos; devolviendo mis recuerdos a una semana atrás”.

“— Hija hay algo que debemos informarte— escuche a mi padre después de haber entrado a su despacho en el cual mi madre y el estaban mirándome fijamente.

— ¿Qué pasa padre? —cuestione preocupada al ver sus semblantes serios y toparme con la mirada verdosa de mi padre.

— ¿Recuerdas a Víctor Lewis? —me cuestiono viéndome asentir— bueno, hemos estado hablando de ello— decía un poco dudoso girando a ver a mi madre.

—Los padres de Víctor y nosotros hemos decidido que es hora de juntar a las dos familias, es lo mejor— escuche decir a mi madre decir con seriedad.

“Mis piernas temblaban mientras las palabras de mi madre se repetían una y otra vez en mi mente, Sin escuchar más me encerré en mi propio mundo tratando de pensar que todo esto era un sueño”.

—Es por eso que el compromiso de ustedes dos será dentro de una semana— decía mi padre mirándome fijamente.

— ¿Matrimonio? — cuestionaba saliendo de mi shock— Pero… ¿Por qué? — cuestione con una mezcla de decepción y enojo.

—Es una tradición en nuestra familia— me recordaba mi padre como si del clima se tratase — además es para unir a las dos familias—sonrió levemente.

— ¡No pienso casarme! — les grite robándoles una sorpresa de sus rostros—¡No lo hare! — dije enfurecida para dar media vuelta y caminar a la salida.

—Te casaras ya está dicho— la voz fría y distante de mi madre fue lo último que escuche antes de cerrar la puerta fuertemente”.

—Dios dame las fuerzas para seguir— implore terminando de vestirme con una pijama de seda al mismo tiempo que salía de mis recuerdos— que mañana será un día muy difícil— susurre recostándome en la cama para dormir.

 

CAPITULO II​

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“La mañana siguiente los rayos del sol traspasaban por una abertura de las cortinas de color guinda, las cuales tocaron mi rostro dándome cuenta que era de día. Abrí mis ojos lentamente para incorporarme en la cama soltando un suspiro cansado”.


—Buen día mi niña— escuche decir a mi nana Cleotilde una mujer mayor con un gran corazón— veo que no durmió muy bien—afirmo dejando la charola con el desayuno sobre una de las mesitas de junto.


—Desee con todas mis fuerzas que este día no llegara— le dije mientras salía de la cama— ¿Mis padres ya se marcharon? — cuestione tomando una de las fresas que estaban en el tazón y caminaba hacia el armario.


—No mi niña están en este momento desayunando en el comedor— me informo mientras tendía la cama con agilidad— La familia Lewis está en camino así que decidieron esperar— me dijo para sonreírme levemente.


—Entiendo—susurre para verle de reojo y volver a mi labor— creo que lo mejor es que me dé prisa— indique sacando un cambio de ropa que consistía en un jeans azul marino, una blusa de tirantes blanca y un blusón holgado y corto color negro sin omitir los zapatos de piso color blanco.


—Mi niña— me llamo mi nana llamando mi atención— no se aflija con lo que está pasando— me dijo preocupada mientras abría las cortinas de la habitación— ese muchacho la quiere, estoy segura que con el no sufrirá— le escuche decir con tranquilidad pero a la vez mortificada.


—Nana—le nombre al terminar de vestirme— tu más que nadie sabe que soy una sonadora empedernida— le conteste abrazándola para cerrar mis ojos lentamente— y el saber que me casare sin amor por mi parte, me parte el alma— solté un suspiro para separarme de ella y seguir arreglándome.


—La vida no es fácil para todos mi niña— me decía para salir de la habitación dejándome sola con mi reflejo en el espejo.


“Tal vez mi nana tenía razón, la vida no era fácil para todos pero para mí la suerte siempre estaba de mi parte, tenía todo. Sobre todo un hombre apuesto, amable, caballeroso, y romántico que tenía sentimientos hacia a mí; pero yo era la del problema ya que no sentía nada de amor hacia Víctor solamente simpatía y eso era lo peor en un matrimonio arreglado".


—Tal vez sería lo mejor darle una oportunidad a Víctor— susurraba cepillándome mi largo cabello azabache— no creo que sea tan difícil sentir algo por alguien a quien solo veo como un amigo— dije dejando el cepillo sobre el tocador y viéndome fijamente en el espejo.


—La familia Lewis llego— escuche a mi madre quien entraba a mi habitación sacándome de mis pensamientos— espero que te comportes en el lapso de tu estadía en la residencia Lewis— gire a verla y me veía fijamente, sin más dio media vuelta y salió de mi habitación como había llegado hace unos momentos.


“No me quedo otro remedio que bajar con mis maletas ya preparadas al salón principal donde la señora y el señor Lewis me recibían con una leve sonrisa quienes estaban en compañía de mis padres”.


—Buen día—salude dejando mis maletas a un costado mío en el suelo— ¿Cómo amanecieron? —les cuestione con una leve sonrisa.


—Muy bien, gracias por preguntar—me dijo la señora Lewis quien dejaba la taza de té sobre la mesita y sonreía.


—Me alegra saberlo—le conteste viendo a mi padre con una sonrisa y a mi madre con su semblante serio y tranquilo mientras estaba bebiendo él té.


—Víctor estaba muy ansioso por venir por ti esta mañana, pero decidimos mandarlo a la casa de verano a que verificara todos los preparativos—me informaba el señor Sid Lewis quien tomaba su vaso de cristal con un contenido ámbar el cual reconocí de inmediato.


—Es una lástima— les dije para girar mi rostro en otra dirección—llevare mis maletas al auto— indique tomando mis maletas para salir de ese lugar incomodo lo más rápido posible.


“Paso alrededor de dos horas para salir rumbo al campo donde estaba la residencia de verano de la familia Lewis, quedaba en la afueras de la ciudad a comparación de las nuestras que estaban en una playa privada. El tiempo paso lentamente y en silencio nos encontrábamos, agradecí el silencio ya que me gustaba para pensar y claro que pensé sobre mi futuro en el cómo viviría de ahora en adelante.

—Lucrecia—me llamo la señora Lewis quien me tomo la mano—Ya casi llegamos— me indico viendo por la ventana del automóvil.


—Si—afirmé viendo de igual manera el paisaje, las flores de diferentes colores, los árboles frondosos y el camino de rocas solo indicaba una sola cosa, estábamos en sus territorios.


“Al llegar a la gran casa de verano baje del auto viendo a mi alrededor, no me sorprendía ya que ya había estado aquí una vez antes. La casa era grande y de madera con grandes ventanales, el lago, las extensas áreas de campo para cabalgar, junto con el gran laberinto y el quiosco sobre las tranquilas aguas del lago le daban un aire de ensueño al lugar”.


—Veo que llegaron antes de lo planeado— la voz de una mujer risueña se escuchaba desde la entrada de la casa, se trataba de una mujer sonriente no tan joven pero no tan vieja— ¿Tú debes ser la futura señora de Lewis? — me cuestionaba llegando a nosotros y dándome un efusivo abrazo.


—Hola—saludé cortésmente recibiendo el abrazo con una poco de nervios— Eso creo—le conteste con una leve sonrisa.


—Ella es mi nana Sayuri—escuche a Víctor quien llegaba a recibirnos— ¿No es un amor? — cuestionando para depositar un beso en su mejilla y después acercarse a mi depositando un beso en la mía.


—Acaba de llegar, no la molesten mucho—decía el señor Lewis con una divertida sonrisa—será mejor que te pongas cómoda, ya que deberás adaptarte hasta el día de la boda— indico bajando algunas maletas.
—Si tiene razón— conteste para tomar una de mis maletas y caminar junto a Víctor quien me ayudaba con la otra maleta.


“La gran casa estaba compuesta de una sala de estar, el salón principal, el gran comedor, el pasillo que iba desde el área Este a Oeste, la cocina que quedaba al fondo; las escaleras que daban al segundo piso, el cual tenía ocho habitaciones las cuales poseían un baño completo y todas sus comodidades. El tiempo paso rápidamente así que decidí bajar con Víctor quien me esperaba ya en la planta baja para conocer los alrededores”.


—Me alegra que te haya gustado el lugar— escuche a Víctor quien caminaba a mi lado en la orilla del lago— ya que aquí nos casaremos— dijo con una sonrisa.


—Víctor— le llame un poco apenada— esto es muy difícil para mí— le dije con honestidad deteniendo mi paso.


—Yo lo se Lucrecia— afirmaba Víctor viéndome a los ojos— es por eso que luchare por ganarme tu corazón— se acercó a mí y tomo mis manos— y sé que tu sabrás dármelo— me sonrió depositando un cálido beso en mis manos.


—Solo, dame tiempo—le pedí con una leve sonrisa ara verle fijamente— roma no se construyó en un solo día— le comente para escuchar una risa divertida.


—Siento mucho interrumpir pero la cena ya está lista— decía la nana Sayuri quien sonreía con complicidad.
“Caminamos de regreso a la casa en silencio, por mi parte ya no tenía tanto remordimiento ya que había hablado claramente con Víctor, sabiendo que tal vez podía ser feliz. Una vez llegado hasta el comedor me sorprendí de que nos recibieran con un gran banquete como si de una reunión social se tratase, tome asiento en una de las sillas frente a Víctor”.


—La cena es para celebrar la llegada de una nueva hija a la familia— comentaba la señora Lewis con una sonrisa para ver a su marido del otro lado de la mesa.


—Desde ahora cuentas para nosotros para lo que sea—continuo el señor Lewis con un copa en mano—Por los futuros novios. — alzaba su copa al aire.


“Sin más el brindis continuo tranquilo pero alegre y la cena fue muy agradable, cosa que en casa jamás había sido así”.


—Es una pena que Vincet no haya podido estar presente en esta cena— decía afligida la señora Lewis mientras servían el postre.


—Ese hijo mío me matara de la angustia un día de estos— decía preocupado el señor Lewis mientras Víctor y yo solo escuchábamos en silencio.


—Pues no mueras de la angustia— escuche una voz serena y profunda detrás nuestro— ya estoy aquí— anuncio mientras veía a la señora Lewis sonreír de alegría.


ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO LA CONTINUACION :)

 

Siento la demora aqui esta el capitulo 3, pronto subire el capitulo 4 ;)... espero que sea de su agrado.

CAPITULO III​

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Me quede en silencio viendo como la señora Lewis sonreía felizmente y se levantaba de su asiento rápidamente para recibir al recién llegado. Decidí ver quien era ya que jamás había conocido en persona al heredero de la familia Lewis, al girar mi rostro pude ver a un hombre alto y de ancha espalda, tenía cabellos obscuros y lacios que le llegaban un poco más debajo de los hombros.

— ¡Hermano! —exclamo Víctor al levantarse y darle un efusivo abrazo— tanto tiempo— continuo con una sonrisa.

—Lo mismo digo— decía con una voz seria y profunda— veo que ya no eres un niño si no todo un hombre— afirmaba al verle.

—No tanto como tú— interrumpió el señor Lewis con una risa leve desde su lugar.

—Tanto tiempo, padre— saludo dando media vuelta dejándome sorprendida con su belleza masculina.

Su fino rostro y rasgos perfectos le daba una imagen perfecta como si los mismísimos dioses hubieran colaborado en su creación, su piel clara, sus labios levemente pintados en rojo y carnosos, eran perfectos; pero lo que más me llamaba mi atención era su mirada, era una mirada muy profunda pero a la vez fría y distante de un color miel casi como el oro fundido te hechizaba por completo. Mi corazón latió fuertemente y mi respiración se cortó cuando él me miró fijamente.

—Un gusto, soy Vincet— se presentó al verme— Es una pena el no haber estado en su fiesta de compromiso. — se disculpó dando una leve reverencia.

—No te preocupes, el gusto es mío— le dije con una leve sonrisa— había escuchado tanto tu nombre que ya deseaba conocerte— le comente para ver a Víctor quien sonreía.

—¿Quién hubiera pensado que este hijo mío hubiera sido tu prometido en el pasado? — Cuestiono divertido el señor Lewis quien al parecer se veía un poco ebrio— el destino es el destino y eso nadie lo puede cambiar. — decía danzando su copa en sus manos.

—Creo que iré a recostar a tu padre— Informaba la señora Lewis un poco preocupada— Vamos cariño, tienes que descansar— le susurraba a su esposo que lo guiaba a la salida.

—Pensamos que jamás vendrías, inclusive pensé que no llegarías a la boda— comentaba Víctor quien ignoro el accidente de hace unos momentos— lo bueno es que ya estás aquí con nosotros— dijo con una sonrisa para tomarme por la cintura.

—Estaba de viaje de negocios— decía tranquilo— así que tome un vuelo el día de ayer desde Japón y veme aquí ahora— término para vernos tranquilamente.

—Creo que tiene muchas cosas de que hablar—comente mirando fijamente a Vincet quien me veía con un deje de curiosidad—Así que mejor me retiro a mi recamara— sonreí levemente soltándome del agarre de Víctor para caminar a la salida.

—Un momento— me llamo la voz profunda y varonil del mayor Lewis— quiero conocer un poco más a mi futura hermana— compartió su deseo con nosotros— ¿No crees que es lo mejor Víctor? — le cuestiono mientras me daba media vuelta y los encaraba a ambos.

—Me parece una estupenda idea— decía Víctor con alegría— nada mejor que mi ejemplo a seguir y mi futura esposa se conozcan un poco— dijo extendiendo su mano hacia a mí.

—Si así lo desean— les dije dudosa tomando la mano de Víctor, al tomar su agarre de nuevo gire mi rostro hacia la gran ventana concentrándome en lo que había afuera.

—Vayamos al jardín— propuso el primogénito de la familia, quien se levantaba y caminaba hacia una vitrina tomando tres copas y una botella de vino.

El camino hacia el jardín fue tranquilo en lo que cabe ya que me pude separar de Víctor quien estaba a un costado de Vincet conversando de cosas triviales, al mismo tiempo me puse a verles desde mi posición y pude ver que el primogénito era mucho más alto que Víctor, tampoco poseía una espalda ancha como la del mayor, sus cabellos eran totalmente diferentes, uno poseía el cabello largo y obscuro mientras que el otro era corto y claro, los dos eran apuestos pero estaría mintiendo si no dijera que el heredero de la familia Lewis era más atractivo e interesante, sobre todo con esa mirada que expresaba diferentes sentimientos a la vez.

—Llegamos— informo Víctor quien giro a verme con una sonrisa y giraba su vista de nuevo al frente donde un gran kiosco— es perfecto para pasar el rato platicando—me comento en susurro pasando su mano por mi cintura.

—Es sacado de un cuento— susurre al ver el lugar, ya que el kiosco estaba en el centro de el lago claro que para llegar al tenías que caminar por el largo puente, todo el lugar estaba rodeado de rosales rojos y luces las cuales reflejaban en las aguas tranquilas del extenso lago.
—Aquí tienen— escuche la voz serena de Vincet al momento que nos entregaban una copa de vino a cada uno— es una agradable noche, así que disfruten el momento— nos dijo para tomar asiento seguido de nosotros.

—Gracias— le agradecí dejado la copa de vino sobre la mesita de cristal— al parecer tiene mucho que no viene aquí— le comente al verle y ver su mirada con un deje de nostalgia.

—Así es— afirmo mis sospechas— tengo tal vez cuatro años que no piso este lugar— continuo para beber de su copa de vino con una vista pensativa— es muy perspicaz a lo que puedo ver— dijo intrigado viéndome con curiosidad.

—Se me da muy bien el conocer a las personas con solo verles— conteste un poco nerviosa mientras tomaba un mechos de mis cabellos azabaches y jugaba con él un poco.

—Ya veo— dijo con un deje de serenidad— si es tan buena, describa a mi hermano— le escuche con un deje de diversión pero sus rasgos seguían serenos.

—Bueno, Víctor es una persona amable, amorosa y respetable, sé que el haría cualquier cosa por animarme el día o inclusive me sorprendería con cualquier cosa que haga, es de las personas que jamás te dejan sola y siempre está a tu lado— le conteste tranquilamente para beber el primer sorbo de vino en la noche.

— ¿En verdad piensas eso de mí? — Me cuestionó Víctor mirándome fijamente depositando un cálido beso en mi mano, le asentí levemente y él me sonrió con la felicidad a flor de piel— Yo, pienso lo mismo que de ti— se acercó y me susurro muy de cercas poniéndome levemente nerviosa e incómoda.

—Y de mí, ¿Qué piensa de mí? — Me cuestiono Vincet llamando mi atención— ¿Qué puede ver en mí? — me volvió a preguntar con un brillo extraño en la mirada.

—Yo…bueno— decía un poco dudosa por alguna extraña razón su mirada me ponía nerviosa, me intimidaba. — Puedo ver que aparenta ser una persona fría y distante, que tal vez no le importe nada a su alrededor, solo ve a las personas como si fuesen algo insignificante— calle por unos momentos para alzar la vista y verle a los ojos— pero su mirada expresa cosas que no demuestra a simple vista, eso es lo que o veo, en el fondo usted es una persona muy diferente a la que da a demostrar— le indique para ver un brillo en sus ojos color miel, era como si ese brillo fue el mismísimo oro puro.

—Debiste ser Psicóloga en tu otra vida Lucrecia— decía Víctor sorprendido para servirse su cuarta copa de vino.

—Interesante— susurro Vincet pero aun así fue audible para mis oídos— tal parece que a un no eres fuerte contra el vino hermanito— decía dejando su copa en la mesita— que patético eres en ocasiones— su tono de voz cambio a uno más frio y arrogante.

—No lo puedo evitar— Confeso Víctor melodiosamente para sonreír divertido— ese es mi punto débil— dijo para peinar sus cabellos y reír levemente.

—Sera mejor ir a descansar— le comente a Víctor levantándome de mi sitio para ayudarle.
—Solo si duermes conmigo— me tomo la mano fuertemente y me veía con seriedad, dejándome petrificada— ¡Es broma Lucrecia! — sin más rio nuevamente divertido.

—Yo lo llevare a su habitación— me dijo Vincet quien tomo la mano de su hermano de mi agarre alejándome de el— adelántate yo me encargo de el— su voz sino mas a una orden que una petición, sin más el cargo a su hermano en un hombro como si de un costal de patatas se tratase.

—Bien, gracias de nuevo— le dije en susurro para dar media vuelta evitando el contacto visual con él y regrese a la gran casa.

Al llegar a mi habitación me recosté sobre la cama, gire mi rostro hacia la ventana mirando la gran luna la cual daba luz en mi obscura habitación. Algo dentro de mi surgió recordando la mirada ojimiel del primogénito de la familia Lewis, su voz masculina, su cuerpo trabajado el cual se podía notarse sobre la ropa; me sonroje al darme cuenta que mis pensamientos eran indebidos hacia el hermano mayor de mi prometido. Pero aun así las palabras del señor Sid Lewis surgieron en mi mente. “Quien hubiera pensado que este hijo mío hubiera sido tu prometido”, con este último pensamiento caí rendida ante los brazos de Morfeo.