Un alma que dejará huellas Las manos se ensucian mientras ellos excavan. El barro se enreda entre sus dedos y se desliza junto a la llovizna que los acompaña. Juntos fluyen hacia la tierra, hacia su hogar, buscando llenar un espacio que no es para ellos. Las uñas de Ed se clavan en el lodo y arañan surcos ascendentes que pronto desaparecen. Por más que intenta retener la sustancia, ésta se escapa ante sus ojos. Se le escapa como todo en su vida. —Creo que ya es suficiente, Al. Su hermano se detiene, las muñecas escondidas dentro del pozo antes de sacudir la cabeza y retornar con su labor. —Sólo un poco más. La atención de Edward se desvía al cuerpo que yace entre ambos. Un bulto pequeño que apenas se nota entre los pliegues de su capa roja. Una orejita rubia sobresale desde una esquina, oscurecida por el agua que no deja de caer. —Suficiente, Al —repite otra vez, sujetando el brazo ajeno con su automail. Alphonse es el más fuerte de los dos y podría zafarse fácilmente del agarre de su hermano, pero no lo hace. Luchar entre ellos no cambiaría nada—. Es hora. Juntos bajan al gatito, interceptando con sus cuerpos gran parte de la lluvia que aún trata de alcanzarlo. Lo dejan ovillado en el centro, tal y como lo habían visto por última vez hace unas semanas. Vuelven a llenar sus manos con barro y lo sepultan. Trabajan en silencio y con mucho cuidado, llenando los pequeños huecos que el otro va dejando a su paso. No les toma demasiado tiempo para acabar, mas ninguno está preparado para irse todavía. Así que se quedan allí, sentados entre la suciedad y el frío de una oscura tarde otoñal, compartiendo un nuevo dolor que los acompañará por el resto de su viaje.
Veo que te agrada mucho el drama en la vida de estos muchachos, que cargaban el peso de varias cosas en sus hombros como parte de un castigo autoimpuesto tras lo que hicieron aún a sabiendas que estaba prohibido. Pero bueno, una gran características de FMA y sobre todo de la versión 2003 es mostrarnos el crecimiento de los Elric a través de enfrentarse cara a cara con sus temores para no perder su humanidad Muy bonito
Jajaja, no es por ser mala, pero la verdad siento que el drama es lo que mejor se me da para escribir. Me resulta más fácil el enfocarme en la situación y cómo responderían los personajes. De hecho, el día que escribí esta historia me sentía muy mal porque habían matado a mi mascota y necesitaba una forma de controlar ese dolor. Lo que no fue justo para estos pobres niños, sí, pero al menos me hizo sentir acompañada