Dr. House Un ángel despiadado / Dr. House.

Titulo: Un ángel despiadado.
Programa de TV: Dr. House.
Resumen: Aquí venimos a ver sangre y enfermedades que podrían o no ser monstruosas, a ser insultados menospreciados y a ser pateados por la culata. Ser doctor es salvar una maldita vida más para que seamos respetados ¿entienden?
Personaje/s principal/es: Gregory House.
Tipo: Drabbles.
Aclaraciones: No me pertenece.
Advertencias: Programa de TV.
Notas de la autora: Aquí tratando de inspirarme, primera vez que escribo algo sobre “Dr. House” espero sea de su agrado.

Un ángel despiadado.​

Cada uno de los trabajadores de aquel hospital sabía perfectamente quien era el mejor, parecía que él no tuviese corazón, que al momento de trabajar lo único que le servía era su mente. Era asquerosamente conocido por su labor, había salvado muchas vidas de enfermedades que ninguno de ellos podía haber descifrado en tan poco tiempo, lo admiraban y sólo personas cercanas a él sabían que aunque era un masoquista ciertamente, pero poseía sentimientos como todos, más este podía guardarlos mejor que los demás, cuando ingresaba a una habitación olvidaba sus sentimientos y dejaba su mente en acción. ¿Por qué? Su mayor sentimiento si podría ser catalogado así, sería la facilidad del manejo de su mente, la cual le había ayudado en las peores ocasiones.

Analizaba cualquier tipo de cosa, de la más diminuta, casi no visible partícula, hasta la más notoria de las enfermedades. Muchos lo llamaban su héroe, muchos su dios, muchos su ángel pero la mayoría bien podría decir que ese era su doctor. Gregory House, un hombre de mentalidad de otro mundo, un hombre que hacía que hasta la mismísima Cuddy no supiera controlar sus decisiones ante él, perdiéndose en cada facción de su rostro, como el viento o alguna diminuta brisa hacía mover la corta cabellera café de él, ante un descuido apreciar las perlas azuladas que poseía por ojos y había cautivado a miles de pacientes, siempre admirando a aquel doctor y dándose miles de preguntas acerca de su cojera pero siempre teniendo una simple respuesta “Pistola” una respuesta que decía y su vez no decía nada, había sido lastimado de su pierna, razón por la cual ahora utilizaba un bastón para caminar.

—Aquí se hace lo que digo—habló el pelicafé—si no les parece ciertamente pueden retirarse y nunca llegar a ser unos doctores por el simple hecho de que lloraran a mares por no saber aceptar una critica que les daña el autoestima. ¡Por favor! Aquí no venimos a que nos hablen bien y seamos respetados sólo por portar esta insignificante bata blanca—los alumnos le miraban con algo de temor—aquí venimos a ver sangre y enfermedades que podrían o no ser monstruosas, a ser insultados menospreciados y a ser pateados por la culata. Ser doctor es salvar una maldita vida más para que seamos respetados ¿entienden? —. Tomó su bastón y camino hacía la salida, pasó por un lado de Wilson—. Todo preparado para ti, ahora están motivados—le dio un golpe en la espalda y prosiguió con su camino.

Esa era realmente el Dr. House, una persona brutalmente honesta…, un ángel despiadado.