Crepúsculo Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Arthur, 4 Agosto 2009.

  1.  
    Arthur

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    Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]
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    Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Summary: Todos Humanos. Él la vio nacer, crecer… la amó desde el principio, sin poder evitarlo; y ella solía tener sueños con un ángel de ojos verdes y cabello cobrizo. Bella es una adolescente que está muriendo a causa de un accidente, y Edward, su ángel guardián que la llevará al cielo. Mini-fic; Edward/Bella.

    Disclaimer: Sí, vale, los personajes son de Meyer. Igual que los créditos de ese cuarto de mi vida.

    Notas: He de subir esto, para que Pami deje de odiarme tanto por no publicar mucho en CemZoo. También lo hago para aumentar mi popularidad, (?). Yay! Y para que vean lo sexy que es Edward como ángel. </fangirl> ¡Ah! Y este fic tiene menciones sobre la creencia de un ser Todopodersoso (Dios), así que les pido ser abiertas de mente y centrarse, simplemente, en la historia. ¡Gracias!

    * * *

    Tu Ángel Guardián

    «Nunca te dejaré caer, me levantaré contigo siempre.
    Estaré ahí por ti a pesar de todo, aún cuando salvarte me mande al cielo.»

    (Your Guardian Angel — The Red Jumpsuit Apparatus.)

    -

    Capítulo I:
    «La niña de tus ojos».

    -​
    La ve ahora, pálida y ojerosa, con ojos cerrados y un cardenal en la mejilla izquierda, el cabello pajoso y lágrimas secas bajo los ojos; los labios casi morados con una cortadura en el inferior. Y aún así él piensa que es la más hermosa de todas, la más bella.

    Se acerca suavemente, ella sabe que él está ahí, porque lo siente, a pesar de que no puede verlo. Es como su amor, y el viento. Le toma la mano con delicadeza, como la muñeca que siempre pensó que fue. La respiración de la chica se acelera, lo ha sentido. Y él se enfurece, ¿por qué no puede leerle el pensamiento? ¿Por qué?

    Cuando el ritmo cardíaco de su niña (sí, porque eso es, a pesar de tener ya diecisiete años, es una niña para él) vuelve a ser normal, él no puede evitar recordarlo todo. Y sonríe, porque los largos años de espera han valido la pena. Él le ha dicho que es tiempo de que ella esté a su lado, al lado de su ángel, y, a pesar de que a él se le vaya la vida junto con la de ella, no puede estar más feliz al pensar que al fin podrá tocarla y ella lo sentiría.

    Y recuerda, el inicio, el génesis. Estaba amaneciendo cuando ocurrió.
    Y nunca se arrepentirá de haber pasado por ese hospital aquél 13 de Septiembre de 1987. Porque, definitivamente, fue lo mejor que le pudo haber pasado en la existencia.
    * * *
    El médico había sido llamado hacía minutos, y una mujer de cabellos castaños y rizados se retorcía de dolor sobre una camilla de hospital, apretaba la mano de su marido con fuerza cada vez que la criatura dentro de su abultado vientre clamaba por salir. Charlie Swan tenía una mueca de dolor en su rostro, las uñas de Renée Swan, su esposa, estaban incrustadas en la palma de su mano.

    Ni bien ambos sabían si gozar de la alegría de la llegada de su hija, o someterse al dolor que Renée parecía transmitirle a todo el mundo dentro del cuarto.

    «Nadie dijo que parir fuera fácil, no, nadie lo dijo, Renée.»

    Élestaba observándolo todo, por supuesto. Aguardando, esperando… Todo parecía estar pasando como Él le había dicho que pasaría, ¡por supuesto!, nunca se equivocaba, por eso los mortales le llamaban «Dios». El ángel, con las manos en los bolsillos de su sotana blanca, estaba sentado en el asiento libre del cuarto de partos (obviamente nadie lo veía).

    Se había abierto la puerta, y todos —incluido el ángel— se habían volteado a ver para observar al doctor entrar. Venía a paso rápido, con la bata abierta y unos guantes en sus manos. Las enfermeras lo prepararon con lo que faltaba, mientras Renée Swan seguía gimiendo por el dolor.

    «Eres tan joven, Renée, tan joven. Pero vas a traer a una niña, ¡una niña! Pobre Charlie, él quería un varón, es algo típico. Él dice que le pondrás Isabella Marie. Marie, por la madre de Charlie, ¿a que sí? Él nunca se equivoca, Renée, nunca.»

    Los cabellos cobrizos del ángel brillan celestialmente cuando la luz se enciende para comenzar con el parto. Renée grita, llama a Charlie, llama a su hijo (hija). El doctor la hace pujar unas cuantas veces. Y duele, sí, vale, duele. «Parir no es fácil, Renée, no lo es.»

    Pronto, tal vez demasiado, los llantos de una pequeña creatura se escuchan por todos lados.

    —Es una niña —anuncia el doctor.

    «Te lo dije, Renée. ¿Estás feliz? Yo sí.»

    Su llanto es como un canto para el ángel, pues esa pequeña ha sido enviada especialmente para él, ahora lo sabía. No había sido casualidad su paso por ahí, no.

    No cabe en su gozo cuando se acerca a verla. Está más preciosa de lo que nunca podrá estar, a pesar de la sangre que le ensucia la piel, al ángel le parece lo más espectacular que ha visto en su existencia. Tiene las mejillas sonrosadas, y el pelo castaño se le adhiere a su cabecita, mueve los pequeños puños arriba y abajo, sus piececitos parecen no agregarse a su llanto, ya que se mantienen inmóviles. Y llora, por supuesto.

    El médico la sostiene en brazos, con delicadeza, y la deposita suavemente sobre una mesita, para que las enfermeras la limpien y aseen. Renée no cabe en su dicha, y a Charlie se le han escapado unas lágrimas. Mi bebé, mi niña. Oh, mi pequeña, mi pequeña Isabella, piensan ambos padres entre un hervidero en sus mentes.

    Los pasos inaudibles del ángel siguen a la pequeña a donde vaya, a donde la lleven, no la puede —quiere— perder de vista. Es hermosa, es hermosa, se repite una y otra vez; y es de él, es de él, y de nadie más.

    Han vuelto a entregarla a su madre, mientras ésta solloza de alegría. Las lágrimas le mojan las mejillas, y el pelo se le posa sobre los ojos. Los jadeos se mezclan entre la felicidad. Renée está exhausta, ha dado a luz, le ha dado la vida a su bebé.

    —¿Isabella? —pregunta suavemente Charlie, cuando la enfermera solicita el nombre de la recién nacida.
    —Isabella Marie Swan —asiente Renée, besándole la cabecita a su hija—, mi niña, mi hija. ¡Nuestra hija, Charlie! Mírala, es tan hermosa, Charlie.

    Entonces Isabella abre los ojos, de a poco, oh, muy despacio. Son castaños, claros, como el té sin cargar, como las cortezas desteñidas de los árboles, como el cinturón que Charlie anda llevando. Y pestañea, llevándose un puño a la boca de improviso.

    «Tiene hambre, Renée, tu hija tiene hambre, mi niña tiene hambre».

    —¿Tienes hambre, Isabella? —pregunta Renée, acercando a su hija a su pecho para que pueda amantar.

    Charlie casi no puede decir ni una palabra. El ángel puede ver en su mente mientras la imagina crecer, jugar, estar con él. La imagina corriendo de un lado para otro, tomando sus juguetes. Se imagina a él y a Renée dándole de comer, contándole un cuento para dormir. La imagina alejándola de los chicos, cuando fuera adolescente. Se ve a él tomado del brazo de ella, mientras la lleva al altar del matrimonio. La imagina con un bebé en los brazos. Le imagina la vida, y la ata a su alma. Tengo una hija, Dios, tengo una hija.

    Y el ángel se acerca, está al lado de Charlie, y le sonríe a su niña de manera torcida. Ella, entonces, le mira, fijamente. Él puede verse reflejado sobre esos ojos que sabe que amará, él sabe que ella le ve, que no piensa nada, que tiene hambre y que le gusta el sabor de la leche.

    «Hola, Isabella. Soy Edward, tu ángel guardián. Estaré contigo por siempre y para siempre, lo prometo. No dejaré que nada malo te pase, te protegeré siempre, te limpiaré las lágrimas cuando llores, vigilaré tus sueños y alejaré las pesadillas. Y te hablaré de Él, Isabella. Él es bueno, muy bueno; te ha entregado a mí… eres mía, Isabella.

    Y te amo, con todo mi corazón y mi alma.»

    Y el ángel sigue viéndose en los ojos castaños de su niña, que le ve, él lo sabe.

    Como también sabe que, algún día, ella le olvidará.​


    Continuará.

    Va-le. Esta es una de las cosas más lindas que he escrito, dude.
    So, sí, es un fic donde todos son humanos, o sea que no hay vampiros. Yeah, del estilo que hay en FanFiction.net. Así que háganse a la idea de que Edward no matará a Bella por su sangre o algo así.

    Yep, eso. El próximo capítulo espero tenerlo para el viernes; serán más o menos unos cinco, supongo.
    ¿Comentarios? :writer:
     
  2.  
    La enamorada

    La enamorada Iniciado

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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    hola debo decir k tu trabajo me gusto mucho ^^ me paresio ver k avia algo k corregir ahi pero me meti tamto en la historia k no recuerdo ((tengo mente de teflon)) jaja pero en fin esta muy lindo tu fanfic eso de cambiar en lugar de k edward sea vampiro sea angel me gusto un cambio en la historia original muy bueno espero k sigas asi por k vas muy bn en todo me a gustado mucho te felisito ^^ y me despido te mando un beso bye
     
  3.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

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    Escritor
    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Hola.
    Omg! Está sencillamente genial, como todos tus fics -si he leido todos tus fics en fanfiction y los amo-.
    Escribes muy bien, por fin te puedo comentar en una historia. Me pareció muy buena la idea y la forma en la que narraste este primer capi, espero los próximos con ansias.
    Sigue escribiendo estos fics tan buenos.
    Espero la continuación.

    Adiós.
     
  4.  
    Pami

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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    ¿Qué decir? Tú sabes que yo amé tu fic desde que lo subiste a FF.net, me pareció una excelente trama, tu descripción me encanta y yo quiero un ángel de la guardia que sea igualito a Edward porfa.
     
  5.  
    StarAcua

    StarAcua Usuario común

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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Wuauuuu es la historia mas linda que he leido, de veras!...Pami tiene razón la descripción de tu ff es excelente^^, me fascina y la verdad a quien no le gustaria un angel guardian como Edward? jajaja es precioso...espero con ganas la conti de tu ff, por que dejame decirte me ENAMORE de el!!! jajaja animos amiga!!!

    Besosss:)

    Atte:.StarAcua
     
  6.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]
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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    ¡Hola! Aquí les traigo el segundo capítulo. Pero antes, responderé a sus genialosos comentarios:

    La enamorada:
    Espero que encuentres eso que hay que corregir, really; no quiero cometer más equivocaciones. (?) Y qué bueno que te guste ese cambio, ¡en FanFiction hasta lo ponen como un simple humano! </culpable>. Gracias por tu comentario.

    Katherine: No oculto que me siento halagada, ¿sería muy lol agradecerte por conocerme? Sí, suena lol. ¡Me alegra un montonazo que te gusten mis historias! Gracias, gracias por tu comentario. Ojalá este capítulo te guste casi tanto como el primero.

    Pami: ¡Mira! He publicado este cap aquí primero (porque a Fanfiction algo le pasa), ¡pero lo he publicado aquí primero! ¿Hurra? Me gusta que te guste la historia, y prometo mandarte algún día un ángel guardian tan awesome como Edward. :love:

    StarAcua: ¡Graaaacias! Hago lo mejor que puedo respecto a la narración y descripción (supongo que es uno de mis fuertes); y sí, este fic es demasiado cursi para su propio bien. Todas queremos un ángel guardián como Edward, yep, no nos vendría para nada mal. :xd:U

    katica: Gracias por tu comentario, me alegra que te gustara. Pero, ¿podrías hacer tus comentarios un poco más largos? Porque bien se podría considerar como spam. Una crítica constructiva no me vendría nada mal. :gex:

    En fin, ¡gracias a todas por sus comentarios! Me alegra que les gustara.
    Estuve pensando... y eso del ángel guardián es tan parecido a lo de la imprimación... aw.

    * * *

    «Ah, tu pelito y tus ojos de miel.
    Pero ya en tu pecho florecerán canciones de amor.»
    (Mira Niñita — Los Jaivas)

    -

    Capítulo II:

    «Mariposas en la oscuridad».


    No se han soltado la mano, es imprescindible para seguir atados a una vida que ya se ha escapado; el tacto cálido y ausente de una mano invisible hace pensar a Bella. La hace pensar… ¡Cómo le ama! No lo niega, ¿para qué? Ha aceptado ya que es hora de estar a su lado, y aquél pensamiento anula todo el dolor físico que puede correr por su cuerpo y rozarle la piel.

    Edward la mira sin pestañear (nunca lo ha necesitado, sólo pretende imitar a los humanos). Los murmullos airados de la adolescente le habrían pasado por balbuceos incomprensibles si no fuera lo que es.

    —Edward —dice ella.

    El ángel se muerde los labios, y se le aparece a ella completamente, como si fuera un ser de carne y hueso más en el mundo. Le toma la mano con fuerza, se la presiona y la suelta un poco. Lo poco como para hacerle sentir que está ahí, lo suficiente para darle a conocer que a él, su lenta y suave muerte, le duele casi tanto como a ella.

    —¿Sí, Bella? —susurra con voz aterciopelada.

    Ella no tarda en contestar, con una sonrisa cansada y fatigada. —¿Voy a tener alas?

    Las cejas del ángel se fruncen. Aquella pregunta sólo le da a entender que ella ha asumido que no volvería a pisar la Tierra nunca más. Tiene ganas de enojarse con Él, pero no puede… no, no puede. «Él es bueno», piensa —recuerda— el ángel, «muy bueno. Me ha dado a Isabella… me la ha dado».

    —Porque… —continúa la humana al no escuchar ninguna respuesta de su ángel— tú no tienes alas, pero… pero tú nunca has muerto. Yo lo haré —suspira, y Edward se muerde el labio inferior. Sonaba tan, tan horrible cuando Bella lo musitaba—, por eso, quería saber…

    Un beso suave, delicado, insensible… Labios contra labios, que, en realidad, no están ahí. A Edward le agrada pensar que ella lo siente. A Bella le gusta pensar lo mismo. Pero un escalofrío recorre su cuerpo cuando él hace eso. De alguna manera logra sentirlo, no físicamente, sino, más adentro… en su alma.

    —Con alas o sin ellas —murmura Edward en el oído de su niñita— eres hermosa para mí.

    Y Bella sonríe con las pocas fuerzas que le quedan.

    «No luches contra las lágrimas que aún no llegan, Bella, no lo hagas. Los ángeles no lloran…

    … no pueden llorar».

    * * *

    La había visto decir su primera palabra. Le había sujetado la cintura mientras daba sus primeros pasos. La desvió del camino cuando casi se cae de las escaleras. Había podido, por primera vez, entrar en sus sueños. Le había alejado las pesadillas y secado las lágrimas. A veces le hablaba de Él en susurros que ella escucharía mientras dormía. La despertaba a la hora adecuada para poder jugar. Le quitaba el arma en el perchero de la vista, siempre. Y, más importante, le decía todos los días cuánto la amaba.

    Habían pasado alrededor de seis años, y Edward siempre permanecía junto a la pequeña Isabella. Los ojos se le habían oscurecido y el pelo le había crecido. Ahora, también, era casi tan pálida como una muñeca de porcelana, y se la imaginó tan suave como una.

    Renée solía vestirla de rosa, y ella no se oponía, pero Edward sabía muy bien que ese color no era de su agrado.

    «No tienes que mentir, Isabella, eso no le gusta a
    Él, ya te lo había dicho, ¿recuerdas? Y, ¡oh! Renée, tan inexperta y atolondrada como siempre, ¿verdad? Es una niña, Renée, no una muñequita, es una niña… es tu hija, es mi niña».

    A veces ella se escondía en su habitación («¡Mami! Quiero una habitación para mí»), observando las paredes pintadas de cielo y las cortinas de sol. Frecuentemente le gustaba mirar la lluvia, pero no la lluvia misma («¿Papi, a dónde se ha ido el sol?» «¡Mira, mira! Ha salido el sol… ¿pero porqué no tengo calor, mami?»). Y Edward siempre se sentaba al borde de la cama a mirar a Isabella, pensando en que el tiempo corría demasiado rápido.

    El ángel suspira. Así que de esto era lo que vivían los suyos. Edward nunca había entendido al cien por cien de su labor, hasta que vio esos ojos como el té sin cargar… Ahora oscuros como la leche achocolatada. ¿Por qué el tiempo tiene que ponerla cada día más hermosa? ¿Por qué el tiempo tiene que hacer crecer su amor por ella a cada hora? ¿Será que podrá detener, algún día, el crecimiento de ese sentimiento hacia ella?

    Lo dudaba, pero no le importaba.

    En las noches, mientras Charlie le contaba cuentos de princesas a su hija, Edward escucha también.

    —¿Entonces yo también encontraré a mi príncipe azul? —pregunta Isabella, suavemente, antes de bostezar.
    —Por supuesto, princesa —pero esperemos que no sea pronto.

    Edward pone una mano sobre su cabello, nuevamente frustrado por no poder escuchar los pensamientos de la niña de sus ojos. Ya ha preguntado, ¿por qué Él no le ha dado la respuesta? Ni siquiera uno de los suyos se ha dignado en aparecer… Le molesta, mucho, porque quiere conocerla toda; sus pensamientos, frustraciones, anhelos y deseos… todo.

    —Pero, papi —susurra Isabella—, yo… yo prefiero un ángel que a un príncipe.

    «Tu inocencia es una de las cosas que más adoro de ti, Isabella. Tu ángel también te prefiere a ti sobre todas las cosas, ¿sabías? Eres lo más importante para tu ángel… lo más importante.

    Daría mi existencia por ti, Isabella; lo daría todo por ti.»

    —¿Un ángel? —sonríe Charlie. Bien, eso es menos probable…

    Los pensamientos del padre protector divierten al ángel. «Es más probable que encuentres ángeles a un príncipe azul, Charlie. Todos los míos están entre los tuyos, frente a tus narices, Charlie…»

    —Porque así mi ángel me querrá ¡muchos años!, porque no puede morir…

    «Sólo un ángel te querrá por siempre…»

    —Y me cuidaría de todo, papi. Así como tú y mamá. ¿Ustedes son mis ángeles?
    —Por supuesto, mi amor. Ahora a dormir.

    No es difícil para Isabella dormirse, por alguna razón está entusiasmada de hacerlo. Quiere volver a soñar con ese ángel que aleja sus pesadillas, ése que le dibuja mariposas de luz que le alejan la oscuridad. Ese ángel que tiene los ojos como dos soles bajo el agua, que se ven verdes, hermosos… celestiales.

    Isabella no sabía si decirle o no a su mami sobre ese ángel que siempre estaba en sus sueños. Tal vez le gustaba tener su propio secreto, no lo negaba.

    Y cuando entra a su paraíso de colores pastel, la pequeña corre sobre la hierba mullida, como almohadones de plumas, y las mariposas se le posan sobre el pelo, mientras sus trenzas se le elevan en el aire. Llega a ese claro donde sabe que estará su ángel, rodeado por esa luz extraña que le oculta las alas (ella cree que tiene alas) y le hace ver el pelo como el bronce pulido. Y ahí está, por supuesto…

    Edward la ve correr hacia él, y cómo se le arrima a la sotana blanca, sonriéndole con dulzura y genuina inocencia. «¿Cómo no amarla?», piensa el ángel con una sonrisa torcida que se le adhiere a los labios. «Es imposible no hacerlo».

    «Hola»
    , saluda el ángel con voz irreal.

    —¡Edward! —musita la pequeña.

    «¿Cómo estás, Bella?»

    —¿Bella?
    Te falta el «Isa», Edward, ¿recuerdas? —y le jala un mechón de cabello travieso, para luego ponerlo torpemente tras la oreja del ángel.

    «Es un sobrenombre cariñoso, Isabella, además significa «hermosa» y tú lo eres».

    El ángel apreció con brillo en los ojos cómo las mejillas pequeñas y de porcelana de su niña cogían un adorable rubor por el cumplido.

    —¿Soy hermosa? —pregunta Bella con sutileza.

    «‘Hermosa’ no es suficiente, Bella, no. He de pedirle a
    Él que me de una palabra más adecuada para ti, porque ‘hermosa’ no es digno de ti, no. Tú eres más que eso, Isabella, más… más…».

    Se despierta de su sueño, sonrojada y feliz. Renée la observa mientras ordena los juguetes sobre el suelo, de la tarde anterior.

    —Buenos días, Isabella —saluda con cariño la madre.
    —No, mami, soy Bella, Be-lla. Es lindo, ¿no crees? —le sonrió.

    «Es perfecto para ti, pequeña.»

    —¿Bella? —rió suavemente—. ¿Y ese sobrenombre te lo dijo un pajarito?

    Bella meneó lentamente su cabecita, y sus cabellos castaños bailaron en una canción sin compás. Edward se acomodó al lado de su pequeña, pero no se hizo aparecer ante ella. «Aún es muy joven, aún…» Le besó la cabeza rápidamente, como para que no se diera cuenta. Pero, aún así, la niñita se llevó una manita al lugar que los labios del ángel habían tocado, mientras que éste parpadeaba confuso.

    —No —contestó finalmente Bella, acariciando la mano que anteriormente se había llevado a su cabeza—. Más bien… me lo susurró un ángel al oído.



    Continuará.


    Cada vez se va acercando más el momento en que Bella y Edward estén juntos.
    He calculado que le faltan unos 3 capítulos, más un epílogo. No es tanto.
    ¿Comentarios?
    :writer:
     
  7.  
    Pami

    Pami Guest

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    Pluma de
    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    teamo!

    No sé, me encanta la idea. Yo no soy creyente, pero la idea de tener un ángel guardián como Edward que siempre está ahí es altamente creíble desde tu historia.
    Me encanta, lo juro. La idea de que Bella siente a Edward y que él la ama.
     
  8.  
    Elizabeth

    Elizabeth Usuario popular

    Libra
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    Pluma de
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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Narras demasiado bien. Da envidia, pero es sana :)
    Debería agradecerte yo porque escribas así, personalmente también me encantó este capítulo, la ingenuidad de la Bella pequeña es adorable y el amor de Edward también.
    Sabes que me gustó mucho la trama y la forma en la que la manejas.
    Espero es próximo capi.
    Adiós.
     
  9.  
    La enamorada

    La enamorada Iniciado

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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Hola ^^ de verdad k no se me paresio ver k aveces juntabas palabras si kerer o algo asi la verdad no recuerdo pero en este no vi nada mal xD jeje yo la verdad si creo en los anjeles y en Dios o Él como tu lo pones ^^ jajaja me gusta mcuho tu historia ^^ te verdad ToT termine llorarndo y la verdad no se por que creo k por k soy ua chechona pero so es cosa mia :D de nuevo me encato ^^ y siempre una envidia por como escribes jajaja pero es sana jajaja bueno gracias por escribir sta magnifica historia ^^ me despido te mando un beso bye :D
     
  10.  
    Chiaki

    Chiaki Iniciado

    Escorpión
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    Escritora
    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Me encanta tu estilo de redacción como ya te dije. Y la idea es más que encantadora. Esperaré con ansia los otros capitulos. Solo noté como a veces se te unía una que otra palabra pero muy rara vez, felicicidades por ello y por esta idea tan fantástica.
     
  11.  
    Lili-chan

    Lili-chan Entusiasta

    Leo
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    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    Esta muy ¨hermoso¨ no que digo mucho mas q hermoso mas mas.... xD
    jajajaj nawa ya quiero el otro capi porfa continua
    please :P
    la idea del fic es encantadora es muy buena
    Un beso
    Sayito :)
     
  12.  
    Eli Cullen

    Eli Cullen Guest

    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    hola!!!!

    ya son 3 semanas k me tienes con la duda!!!!

    porfa continualo0o0o!!!! please!!!

    me encato0o el fic....
     
  13.  
    Marie McHale

    Marie McHale Iniciado

    Tauro
    Miembro desde:
    18 Agosto 2009
    Mensajes:
    17
    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    esta genial..historias como esta valen la pena leerlas
    espero la conti
    :)
     
  14.  
    nayedeuzumak

    nayedeuzumak Guest

    Re: Tu Ángel Guardián [Edward&Bella]

    ola te as tardado mucho en publicar la contii

    esta historia esta para derretirce de buena*_*

    me encnata *_*

    xD

    la amooo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
     
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